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¿Cuál es la diferencia entre un Plan de

Emergencia y Plan de Contingencia?


Rodrigo Samuel Gonzales Barbarán
Gestor en Seguridad y Salud en el Trabajo, Medio Ambiente y Gestión de Riesg... See More
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Dentro de un sistema de gestión en seguridad y salud ocupacional es imprescindible contar con un


plan o procedimiento que nos permita actuar ante diversas situaciones de peligro inesperadas, que
podrían producirse durante el desarrollo de las actividades de la organización. Es así que tenemos
a las herramientas denominadas planes de emergencia y contingencia, que muchas veces se suelen
confundir, debido a que la bibliografía sobre ellos es variada. En relación a eso, he podido
establecer algunas diferencia tales como: en el plan de emergencia se establece el marco general
de la planificación de cómo afrontar una situación de emergencia por parte de toda la empresa o
institución, en este plan encontramos extensa información como políticas, responsabilidades,
recursos, organización, revisión, sistemas de comunicación etc. Por otro lado, el plan de
contingencia determina los procedimientos operacionales específicos a realizar cuando una
emergencia en particular (incendio, sismo, derrames, etc.) se manifieste. También, la relación que
he podido encontrar entre un plan de contingencia y un plan de emergencia, es relación parte-todo,
es decir el plan de contingencia es parte del plan de emergencia. Por otro lado, también existen
varias normas legales y guías que exigen o recomiendan implementarlas, lo que contribuye a la
confusión, debido a que cada reglamento trata al uno y al otro según los criterios empleados para
su elaboración.

En el cuadro siguiente podemos encontrar las características más resaltantes de cada plan, además
de una breve descripción de los reglamentos más conocidos que instan su elaboración e
implementación.
Como observamos, la información es abundante respecto a este tema, en lo personal, recomiendo
no fijarnos tanto en la forma sino en el contenido, quiero decir que podemos tener un plan que
incluso pueda llamarse “plan de emergencia y contingencia”, pero si esta incluye la información
antes mencionada y sobre todo cumpla con el objetivo de minimizar los riesgos e impactos en la
organización ante situaciones de emergencia propiamente dichas, eso será lo más importante, al
mismo tiempo que cumpliremos con la exigencias legales vigentes sin ningún inconveniente.

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La preparación de la Respuesta frente a las emergencias es parte de la prevención y el fortalecimiento


de las capacidades instaladas, dotación, recursos y adiestramiento es parte de la Atención.

LA VIDA ÚTIL DE LOS CASCOS DE


SEGURIDAD
Una interrogante recurrente para los que estamos involucrados en Seguridad Industrial es acerca
de la “caducidad” o “vencimiento” de los protectores para la cabeza. Al respecto es sabido que los
cascos en definitiva no la tienen más allá de las recomendaciones que suelen hacer los vendedores
de las diversas marcas, como cambiarlas una vez al año, o cada vez que se caigan o estas hayan
recibido un fuerte golpe, entro otros. En todo caso, la confusión se da a partir del gráfico polar
(tipo reloj) impreso en los cascos, al cual erróneamente algunos le atribuyen como un indicador de
la vida útil, cuando la única información que brinda es la fecha de fabricación, que desde luego es
una información muy importante para considerarla en el programa de recambio de los EPP en una
organización. La forma como se presenta el gráfico polar es variada (ver imágenes) pero en todos
los casos solo se limita, como ya se mencionó, a indicarnos el año, mes y en algunos hasta el día
de producción del casco.
Lo que sí es cierto es que el tiempo de vida útil del casco dependerá de las condiciones del entorno
de trabajo, frecuencia de uso y otros cuidados que hay que tener con ellos; y sobre las
recomendaciones acerca del cuidado y limpieza de los protectores de cabeza existen infinidad de
libros, así como blogs que tratan el tema. Ahora, sobre las características técnicas mínimas que el
casco de seguridad debería tener para garantizar su durabilidad, dependerá si se elige la ANSI
Z89.1 de EE.UU., la EN 397 europea o la NTP 399.018 hablando de Perú, como estándares en
nuestra organización. En relación a este tópico comparto una excelente publicación realizada
por ASPEC en el año 2010 que nos ayudará a elegir la mejor opción para dotar a nuestros
trabajadores con un casco que más allá de la marca, cumplan con esas exigencias técnicas de
resistencia según la norma a adoptar.

Publicado el 21/03/2014
¿ACTOS Y CONDICIONES
SUBESTÁNDARES O INSEGURAS?
 Publicada el 8 de mayo de 2018

Rodrigo Samuel Gonzales Barbarán


Gestor en Seguridad y Salud en el Trabajo, Medio Ambiente y Gestión de Riesg... See More
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Uno de los primeros debates que leí en esta red social, era sobre cuál era la diferencia entre actos y
condiciones “subestándares” de las “inseguras”; el consenso en general de la diferencia entre uno
y otro por parte de los participantes era que, la determinación de un acto o condición
“subestándar” estaba condicionado bajo un patrón de comparación, ya sea este un procedimiento,
manual, estándar o norma vigente dentro de la organización, mientras que en el caso de los actos y
condiciones “inseguras” no existía tal patrón documentario, por lo que la determinación del riesgo
era establecida por la apreciación del evaluador. Otras participaciones indicaban que en la práctica
no interesaba la diferencia, ya que ambos términos hacen referencia al mismo fenómeno y a la
necesidad de una solución, por lo que podríamos establecer una equivalencia entre ambos.

Foto: mauritskuypers.com

Según Frank E. Bird Jr. y George L y Germain (Practical Loss Control Leadership-1986) si existe
una diferencia entre ambos conceptos, y esta diferencia viene establecida por el alcance; en este
aspecto los actos y condiciones “inseguras” solamente se enmarcan en el campo de la seguridad
industrial y a la pérdida que generan sus accidentes, limitándose a buscar responsables entre los
trabajadores, por lo tanto, el control de las causas básicas de los accidentes también recae sobre
ellos. Contrario a ello, los actos y condiciones “subestándares” adoptan una concepción más
integral ya que las pérdidas que estas puedan generar no solo implican cuestiones de seguridad
industrial, sino todas sus interrelaciones con la producción, calidad y costos, por lo tanto, el
control de las causas básicas no depende únicamente de los trabajadores, sino de un colectivo
compuesto por los diferentes niveles jerárquicos dentro de la organización. Para tal fin, es
necesario implementar estándares de desempeño como guías a través de los cuales se podrán
medir y evaluar los actos y condiciones que se desarrollan en correspondencia con los
establecidos, así se plantearán acciones correctivas concretas y más adecuadas. Hay que recordar
que los estándares, procedimientos, instructivos, etc., no solo permiten realizar una tarea de
manera segura, sino bien hecha en su totalidad, es por eso que Frank E. Bird Jr. añade que las
actividades en la organización no solo deben realizarse de forma “segura”, sino de forma correcta,
es decir, realizarlo con seguridad, calidad, productividad y efectividad.

Si tomamos en cuenta lo mencionado anteriormente, y bajo el contexto actual en el cual las


organizaciones están en un proceso creciente de integración de sus diversos sistemas de gestión, el
control de los actos y condiciones subestándares es uno de los factores más importantes a tener en
cuenta en la gestión de riesgos.

Actualizado. Publicado 15/05/2014

Trabajar en un ambiente seguro es un


derecho humano básico
 Publicada el 28 de abril de 2018

Rodrigo Samuel Gonzales Barbarán


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Afirmaba Guy Ryder, director general de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), durante
el XX Congreso Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo celebrado en
Frankfurt, Alemania, en agosto pasado (2014), así mismo, afirmó que existen más víctimas
en el mundo a causa de accidentes laborales que las generadas por las guerras. De su intervención
también se pudo concluir que el trabajo informal a nivel mundial concentra la mayor parte de la
PEA, lo que sería una de las principales razones por la cual muchos trabajadores carecen de
protección y condiciones mínimas de seguridad en sus centros de trabajo; es por eso que, las
estadísticas sobre accidentabilidad laboral en la actualidad, no reflejan la magnitud real de los
mismos, a esto se agrega que también falta lograr un acuerdo real entre gobiernos, empleadores y
empleados para superar estas dificultades, a pesar de los avances en tecnología, medios y políticas
públicas en materia de seguridad y salud en el trabajo.

Foto: www.safety2014germany.com

El Perú no es ajeno a dicha realidad, según el estudio del INEI: Producción y Empleo Informal en
el Perú, Cuenta Satélite de la Economía Informal 2007-2012, revelaba que el empleo informal
constituía en el 2012 el 74,3%, habiéndose reducido apenas 5,5% respecto al 2007, esto quiere
decir que la información que brinda la Oficina de Estadística del Ministerio de Trabajo a través de
los datos que recaba mediante las notificaciones de accidentes e incidentes en el trabajo, es apenas
una porción de lo que sucede verdaderamente, puesto que se obvia todo ese universo que
constituye la actividad informal. Esto confirma lo señalado por G. Ryder en el país.

Foto: www.larepublica.pe

Por otra parte, si bien, la seguridad laboral como derecho humano básico, está muy lejos de ser
una realidad, al menos en el mediano plazo en el Perú, no se puede negar la existencia de
esfuerzos profesionales y de organizaciones que tratan de acercarla, es aquí donde la tarea de los
técnicos, especialistas e instituciones públicas y privadas comprometidas con la seguridad y salud
en el trabajo cumplen un rol importante en la concientización y fomento de la cultura de
seguridad. El camino es largo, la meta algo lejana, pero alcanzable.

Publicado: 27/10/2014

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