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Rev. Carlos Mena

Una historia de la Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile


Rev. Carlos Mena

Las fuentes para escribir esta historia de la Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile
(IPNA) se basan en entrevistas, la revista Acción Evangélica, artículos publicados en
diversos sitios y algunos libros. Esta historia busca sus orígenes, analiza sus fases,
personajes, crisis, disidencias, desafíos y estado actual.

Orígenes

Como abunda el material de trabajo de la historia de la Iglesia Presbiteriana de Chile


sobre el origen del presbiterianismo en este país, no reproduciré ese momento
histórico. Mi punto de partida será 1930. Debo aclarar que intenté que el contenido
de este trabajo fuera lo más objetivo posible, sin embargo, mi corazón pastoral es
de la IPNA y admiro a quienes de forma valiente y devota al Señor encendieron la
mecha que traería el primer éxodo en la Iglesia Presbiteriana de Chile, provocado
por las decisiones tomadas en las Asambleas del Presbiterio de Chile, que dependía
del Sínodo de Nueva York de la Iglesia Presbiteriana Unida de Estados Unidos.

La Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile (IPNA) se constituye un domingo 2


de julio de 1944, a las 16:00 horas, en las dependencias de la Iglesia Santísima
Trinidad, ubicada en avenida Brasil 753, de Santiago.1 Pero, cómo llegó a constituirse.
Para responder me remonto al inicio de la década del treinta del siglo pasado.

La Iglesia Presbiteriana de Chile (IPCH) era un cuerpo que tenía en sus filas
chilenos piadosos, hombres y mujeres que amaban al Señor y que buscaban ser fieles
a la palabra de Dios. Pastores, presbíteros, diáconos y miembros en general estaban
viviendo en un mundo donde la Segunda Guerra Mundial envolvía Europa, pero
afectaba todo el mundo, nuestro continente incluido.

Esta guerra marcó la década y el siglo como ningún otro acontecimiento. Al


igual que la primera en 1914, ésta se extendió a muchos países, aunque sin duda fue

1
Acta declaratoria de la Asamblea Constituyente del Presbiterio Nacional, Acción evangélica Vol. I,
N° 23, 1944, p. 3.
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mucho más sangrienta y modificó el mundo de manera más radical. En 1945, al final
de la guerra, Alemania había sufrido enormes pérdidas humanas y materiales al igual
que Japón, situación muy diferente a la del primer conflicto.

América no fue escenario de enfrentamientos significativos y los estados


latinoamericanos estuvieron al margen de la confrontación, aun cuando de manera
oficial apoyaron la causa de los aliados.

Estados Unidos (EE.UU.) y la Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)


se convirtieron en las nuevas y únicas potencias del mundo. Las anteriores ocuparon
un segundo nivel.2

Mientras tanto, en Chile el censo de 1940 contó 5.023.539 habitantes, de los


que 2.049.049.3 eran analfabetos. Los evangélicos constituían sólo el 2.34%, es decir,
unos 117.550.4

En lo religioso, hay que decir que


en Chile el fundamentalismo protestante doctrinal aparece por primera vez en la década de
1940, en el interior de la Iglesia Presbiteriana. Antes de esta época, el presbiterianismo
chileno, a1 igual que otras corrientes protestantes en América latina, era un fenómeno más
o menos homogéneo social y teológico. Pero el conflicto de paradigmas de mediados del
siglo XX también tuvo el efecto divisorio en el protestantismo latinoamericano. A partir de
esta época, el movimiento evangélico del continente aparece dividido en tres líneas
principales: 1) el protestantismo histórico, de tendencia mayoritariamente progresista y
liberal; 2) el protestantismo fundamentalista, de orientación tradicionalista y conservadora;
y 3) movimientos e iglesias pentecostales y neopentecostales, que reflejan casi toda la
variedad de preferencias políticas que existen en las sociedades latinoamericanas. 5

La IPCH oraba por el cese de la guerra en el mundo, lo que no esperaba era


su propia guerra espiritual interna. El mundo era objeto de pleitos, desidias,
conflictos, luchas de dominio, avances científicos, avances médicos, avances de
armamento bélico, la tecnología ofrecida por el mundo era bienvenida en los
hogares, y las iglesias también fueron seducidas por el modernismo tecnológico de
esos tiempos.

2
http://mariakatnay.blogspot.cl/
3
https://es.wikipedia.org/wiki/Censo_chileno_de_1940
4
http://www.sendas.cl/wp-
content/uploads/2013/02/Breve_Cronologia_Historica_del_Protestantismo.pdf
5
Eugenia Fidiakova, “Protestantismo fundamentalista en Chile: Influencias externas y dinámicas
autógtonas” en Mapocho revista de humanidades. Vol. I, N° 55, 2004, pp. 83.
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La mentalidad del chileno evangélico en aquellos años era de llevar una vida
de santidad distinguiendo lo secular de lo eclesiástico. La idea de una vida moderna
no era bien aceptada dentro de círculos evangélicos, más bien había una oposición
a todo lo implicado con la vida moderna, esto en razón de que muchos cristianos
relacionaban la teología liberal con la modernidad tecnológica y social que se veía
en el mundo. En un sector de la iglesia Presbiteriana, el concepto modernidad era ya
objeto de mucha discusión. Además, los conceptos de evolucionismo y
fundamentalismo eran confrontados y adosados a los partidarios de uno o de ambos
dentro de los presbiterianos chilenos. En ese entonces existía sólo una denominación
presbiteriana.

Por cierto, en los círculos religiosos también había un cambio. El liberalismo


teológico de aquellos años y el conservadurismo evangélico estaban presente en la
IPCH, y estas diferencias serán las saetas que herirán a la madre de las iglesias
presbiterianas en Chile.6

¿Qué fue lo que realmente llevó a un grupo de presbiterianos a oponerse a la


vida que estaba llevando la IPCH y que desencadenó en la formación de la IPNA en
plena Segunda Guerra Mundial?

El Grupo de Acción Evangélica (GAE)

No es mi intención hacer una exposición analítica ni exhaustiva del origen de la IPNA,


sino una muestra descriptiva y coloquial de los hechos, razones, circunstancias,
personajes y acciones que desembocaron en la primera división de la IPCH y
posterior formación de la Iglesia Presbiteriana Nacional. Creo que es la forma más
objetiva para que el lector extraiga sus propias conclusiones y haga, entonces sí, los
análisis que desee.7

No se puede hablar del origen de la IPNA sin mencionar al Grupo de Acción


Evangélica (GAE). La fundación de la GAE y los motivos de su conformación también
se remontan a la década del treinta del siglo pasado.

J.H. McLean apunta que para 1930, en la Iglesia Presbiteriana de Chile había
una membresía de mil 392 personas, 24 iglesias constituidas y catorce pastores

6
En la revista Acción Evangélica Vol. I, N° 7 y 8, 1944, Baudilio Saavedrá escribe “Hacia la Iglesia del
futuro”, donde hace mención del método evolucionista y el modernismo como tendencias teológicas
y morales que se deben enfrentar para que la Iglesia Presbiteriana vuelva a la Palabra de Dios.
7
De esta forma hace su presentación el pastor Fernando Narváez, en un escrito que narra desde su
perspectiva la historia de la IPNA, y creo que representa mi propósito. Su trabajo es continuamente
mencionado aquí porque es uno de los principales protagonistas del GAE.
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chilenos ordenados.8 En verdad no era una denominación numerosa, aunque sí


gozaba de un reconocimiento de mucho respeto dentro de los evangélicos
nacionales.

La marcha de la IPCH continuó en los años siguientes con cifras que no


alentaban y su desarrollo espiritual se vio afectado por una mentalidad liberal en lo
ético y teológico que fue parte de la vida del Presbiterio. Esta nueva manera de vida
cristiana fue influida por algunos misioneros que llegaron a la IPCH desde Estados
Unidos. En palabras de Fernando Narváez, estos misioneros de tan variada
mentalidad y grandemente influenciados por las doctrinas liberales tan en boga de
la época, corrompieron rápidamente el espíritu de la Iglesia.9

Tenemos un dicho, cuando se resfría el tío Sam, nosotros estornudamos. Esto


hace referencia a que lo que sucede en Estados Unidos afecta a los chilenos.
Precisamente por esos años hubo en ese país una división en la Iglesia Presbiteriana
en los Estados Unidos de América (Presbyterian Church in the United States of
America, PCUSA). Lo que allí aconteció con la PCUSA afectó de alguna manera a la
IPCH.

En 1929, John Gresham Machen y John Murray, con otros pastores y ancianos
miembros de la PCUSA, deciden separarse por no estar de acuerdo con la teología
moderna de esos años. En los treinta, hay que recordar, la teología liberal, también
llamada teología moderna, se inclinó mucho más a la izquierda hasta romper casi
por completo con el cristianismo tradicional. Algunos liberales adhirieron al
humanismo secular y firmaron el Manifiesto Humanista del 193310 (después
Manifiesto Humanista I), repudiando la existencia de Dios, la inmortalidad del alma,
lo sobrenatural en general, la inspiración bíblica, sustituyendo todas estas creencias
por la fe en el hombre y sus capacidades. Otros se identificaron con una filosofía
empirista de la religión, basada por completo en los métodos científicos y la
experiencia humana.11

8
J.H. McLean, Historia de la Iglesia Presbiteriana en Chile. Santiago: Imprenta Universitaria, 1932, p.
73.
9
Fernando Narváez. Narración de la formación del Presbiterio Nacional. (sin fecha), p. 9.
10
Ver sitio web:
https://web.archive.org/web/20111107221355/http://www.americanhumanist.org/who_we_are/abou
t_humanism/Humanist_Manifesto_I
11
Encontramos una breve, clara y concisa descripción de la teología liberal en el artículo de R. V.
Pierard, en el sitio web: https://www.contra-mundum.org/castellano/pierard/Lib_Teolog_Pierard.pdf
5
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Uno de los profesores directores de tendencia conservadora del Seminario


Teológico de Princeton fue John Gresham Machen, también uno de los bastiones de
la teología presbiteriana ortodoxa o conservadora. En 1929, pese a la oposición de
varios, este seminario se reorganizó tomando una posición liberal y contrató a
profesores adherentes al modernismo teológico. Es así que los conservadores
fundan el Seminario Teológico de Westminster en 1929, con el propósito de
fortalecer la posición teológica y la creencia de la tradición reformada ortodoxa.
Junto a ello, Machen y varios profesores, con un grupo de estudiantes y adherentes
conservadores, formaron el Departamento Independiente de Misiones Presbiteriana
Foráneas. De esta formación norteamericana son enviados, posteriormente,
misioneros a Chile para apoyar la naciente IPNA.

En 1934, la Asamblea General condenó esta acción y Machen con sus


adherentes fueron relevados de sus posiciones y expulsados de la PCUSA. El 11 de
junio de 1936, John Gresham Machen y un grupo de ministros conservadores,
ancianos y laicos se reunieron en Filadelfia para fundar la Iglesia Presbiteriana de
América (Presbyterian Church of America), que no debe confundirse con la actual
Iglesia Presbiteriana en América (Presbyterian Church in America, PCA), fundada más
tarde. La PCUSA se querelló contra la naciente iglesia por el nombre que usaron,
pero en 1939 cambió su nombre a Iglesia Presbiteriana Ortodoxa (Orthodox
Presbyterian Church, OPC).12

Se dividió la iglesia presbiteriana en los Estados Unidos y también se


dividieron los misioneros y pastores, quienes a su vez ifluirán a los nativos chilenos
dentro de la IPCH.

El pastor Fernando Narváez asevera que no hubo contacto en su origen entre


la IPCH y el Departamento Independiente de Misiones Presbiteriana Foráneas,
conocido en Chile por la Junta Independiente para Misiones Presbiterianas
Extranjeras.13Y esto es importante porque esta Junta Independiente brindara apoyo
de misioneros al GAE y posterior IPNA. En tanto, la IPCH recibe apoyo misional de la
Iglesia Presbiteriana Unida de Estados Unidos. Estos antecedentes son de suma
importancia en el origen y devenir de la IPNA.

Tras el período mencionado, los misioneros que comenzaron a llegar a la


IPCH, la división de la PCUSA, fueron de orden más liberal. Al mismo tiempo algunos
pastores chilenos se motivaron con esta nueva corriente teológica. Hubo algunas
pugnas entre misioneros y pastores liberales contra los conservadores

12
Ver sitio web: https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_presbiteriana_ortodoxa
13
Narváez. Narración formación. Sin fecha, p. 13.
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Rev. Carlos Mena

estadounidenses. Discrepancias que trascendieron a los pastores y hermanos


chilenos y que fueron tomando partido. Las diferencias nunca llegaron a ser de tono
demasiado subido. El pastor Fernando Narváez dice: siempre hubo una aparente
tolerancia.14

Por otro lado, analizando la situación en el contexto de los cambios en el


mundo y el declive numérico arrastrado por la Iglesia Presbiteriana, estaba el
pensamiento que decía nuestra religión nos ha embotado la mente, ha paralizado
las iniciativas y ha sido un soporífero para el idealismo. El panorama actual de la obra
nos ofrece un grupo de iglesias estancadas con gentes adormecidas y sin promesa
futura. Parece que el dolor más grande para la Iglesia es el de concebir una nueva
idea sobre algo.15

Desde el púlpito comenzaron a oírse mensajes exuberantes y estrambóticos,


por ejemplo: el diablo no es tan malo como se pinta, y hay posibilidad que se salve,
también, Judas es justificado plenamente. La posturas y enseñanzas conservadoras
comenzaron a ser cuestionadas a través de una gala de oratoria de aquellos que se
abrieron a la teología de la modernidad. Tales circunstancias dieron libertad a toda
clase de actividades consideradas lícitas e ilícitas según la Biblia. Por ejemplo, en la
llamada Federación de jóvenes, formada en 1932, cuando realizaba sus encuentros,
había fiestas bailables y se cantaban canciones populares de la época y música
folklórica.16

Esto encontró fuerte oposición en algunos sectores de la IPCH, que no


pasaban de propagarse a baja voz. Allí había misioneros, pastores, miembros en
general y algunos jóvenes. Otros optaron por salir de la Iglesia para congregarse en
comunidades más conservadoras. Pero también quedaron muchos que no
compartían ni simpatizaban con lo que se estaba comenzando a ver en la IPCH, más
bien deseaban un avivamiento espiritual. Ya no era una iglesia moderada en lo
teológico, sino más bien de orden liberal.

Algunos hermanos e iglesias hicieron intentos por motivar este avivamiento,


el Presbiterio de Chile autorizó la edición de un tratado llamado El avance y los
hermanos de Linares editaron una revista de pocas páginas llamada Nuestra senda.
El propósito de ambas era el avivamiento evangelístico. En paralelo, el misionero
Jorge Gilchrist comenzó a organizar Institutos (cursos) para obreros con la intención

14
Narváez. Narración formación. Sin fecha, p. 14.
15
González, Horacio y Carlos Núñez. Nuestra posición presbiteriana. Santiago: Bureau gráfico, 1935,
p. 10.
16
Este era el comentario de varios pastores que fueron parte de los inicios de la IPNA y que ya
fallecieron, como Fernando Narváez, Pedro Vega, Sergio Correa y Víctor Gate.
7
Rev. Carlos Mena

de hacer misiones. Este misionero es uno de los articuladores y fundadores del GAE
y la IPNA.

Quien quedó en descontento con lo que sucedía en el Presbiterio de Chile fue


el hermano Fernando Narváez quien, en la conversación con Baudilio Saavedra que
se cita a continuación, concibió la IPNA. En su narración comenta que en un tranvía
(Salón Tobalaba) que corría por una de las calles santiaguinas
conversaba con el anciano de la Iglesia Santísima Trinidad, Baudilio Saavedra Burgos, a
quien le manifesté la preocupación por los hechos que estaban ocurriendo en la Iglesia a la
cual pertenecíamos, contándole también lo del club de señoritas que se encerraban con los
jóvenes. Después del intercambio de algunas ideas y compartiendo las mismas inquietudes,
resolvimos juntarnos para orar por el problema. Es así que se invitó a otros hermanos a orar
por esta causa. Días más tarde nos reunimos con el hermano Eduardo Cepeda en su casa
(Calle García Reyes), en aquella oportunidad tras conversar más ampliamente de los
problemas de la Iglesia, nos arrodillamos y contamos al Señor todo lo que nuestros
corazones sentían. Al grupo se fueron agregando más hermanos, y se reunía en cualquier
lugar propicio para orar con fervor al Señor y solucionar la grave crisis que atravesaba la
Iglesia. Lugares como una pieza, algún café (El Molino, ubicado en calles San Diego con
Avda. Matta) sirvieron de reunión para el pequeño grupo que no desmayaba. Aparte de los
tres, nos acompañaron posteriormente los hermanos Arturo Ugarte, Daniel Aracena,
Humberto Leedesma, Francisco León, todos de la Iglesia Santísima Trinidad.17

Así, para 1940 se organizaron largas vigilias, donde había mucha oración,
lectura y exposición de la Palabra, y cantos hasta el amanecer. Clamaban a Dios para
que la Iglesia enmendara su camino y anhelaban ver una iglesia evangelizadora. Estas
vigilias tenían lugar los sábados en un local, salvo en contadas ocasiones que lo
hicieron en la Iglesia Santísima Trinidad. Una de esos encuentros fue la pieza del
cuidador de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile (Pío IX).

En 1941 este grupo que oraba constantemente por la situación de la IPCH,


recibió el apoyo del presbítero Juan de Dios Villalón, de la Iglesia El Redentor, quién
más tarde sería el consejero del grupo. Además, contó con la simpatía del pastor de
esta iglesia, Manuel Lorenzo, para ocupar la sala alta de dicha iglesia. Hasta ese
momento sólo era un grupo no constituido y se limitaba a orar y conversar sobre la
vida de la Iglesia.

Nacimiento del GAE

En Valparaíso, donde nació la Iglesia Presbiteriana, Fernando Narváez dice oramos y


afloró la idea de realizar un Congreso propio de este grupo, y que fuera una santa

17
Narváez. Narraciones formación. Sin fecha, p. 11.
8
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reunión, que enalteciera la causa evangélica y cumpliera con los postulados básicos
de la Iglesia tan claramente dados en la Biblia.18 Este congreso se realizó un año
después, del 17 al 19 de septiembre de 1942. Fue el primer Congreso de varios
organizados por el GAE, sin la aprobación del Presbiterio de Chile. El Grupo de Acción
Evangélica (GAE) se forma en 1941 y se inspiró en el nombre de Acción Católica, que
en esos años era liderado por el Padre Alberto Hurtado.19

El voto para ingresar al GAE versa de la siguiente forma


1. Por amor a Cristo mi Salvador y a mi propósito prometo: Practicar una vida moral y
espiritual digna de un cristiano, rechazando todo acto que no esté de acuerdo a lo
establecido en la Palabra de Dios; 2.Entregar al Señor los diezmos de todas mis ganancias,
por cuanto creo que es ésta la única solución al problema económico de mi Iglesia; y 3.
Tomar parte activa en la obra misionera de la Iglesia Presbiteriana, como obrero voluntario
haciendo todo lo que esté de mi parte para la extensión del Reino de Dios en el mundo
empezando por mi patria.

La primera Directiva del GAE quedó constituida por los hermanos Baudilio
Saavedra Burgos (funcionario de la Universidad de Chile), como presidente, y Arturo
Ugarte (profesor de inglés), como secretario. Tras este grupo se constituyeron otros
similares en Chillán, Concepción y otras localidades llegando a siete en el país.20

La Revista Acción Evangélica destaca del GAE:

su programa es el Evangelio; su baluarte la cruz; su lema es Cristo; y su objetivo es: la


dignificación de la Iglesia, la solución de sus problemas de orden espiritual, moral y
económico; estimular a la juventud a revivir los fundamentos de nuestra fe sin entretenerse
en las falsas concepciones modernistas que fomentan una doctrina de salón o de escritorio.
Este movimiento, como evocando los movimientos espirituales posteriores a la Reforma,
nace en un momento crucial de nuestra historia presbiteriana chilena, como un torrente de
aguas vivas, seguro de su existencia, de su fuerza, de su destino y de su finalidad. 21

Revista Acción Evangélica

18
Narváez. Narración formación. Sin fecha, p. 13.
19
La Acción Católica había sido impulsada en 1923 por el Papa Pío XI, quien la definía como la
participación y colaboración de los laicos en el apostolado jerárquico de la Iglesia , y significó un
decidido impulso a la valorización de la participación activa de los laicos en la Iglesia Católica. Ver en:
http://www.padrehurtado.com/05%20sus%20obras/01_accioncatolica.htm
20
Aunque en la primera Revista Acción Evangélica (1942), se menciona al GAE cumpliendo un año
de vida, no se ofrecen detalles de su formación. Lo que he mencionado al respecto sólo está en la
narración que del pastor Fernando Narváez, uno de los principales gestores de este grupo.
21
“Nuestra voz editorial”, Acción Evangélica. Vol. I, N° 1, 1942, p. 3.
9
Rev. Carlos Mena

Constituido el GAE, esté se vio en la necesidad de tener un órgano de publicación,


ya que no se les daba espacio en El Heraldo, órgano oficial de la IPCH. Requerían un
medio para dar a conocer su propósito, sus principios, así como su propaganda
evangelística, llamando a un avivamiento. Querían reformar la iglesia desde adentro.

Es así, que el 6 de julio de 1942 se publica el primer número de la Revista


Acción Evangélica. El propósito fue

desarrollar las ideas para afirmar nuestras convicciones, para difundir las buenas nuevas de
salvación, para corregir nuestros errores institucionales, para orientar a la juventud y a las
congregaciones en la lucha contra el modernismo pernicioso para la vida espiritual, para
educar, doctrinar y evangelizar a creyentes y profanos, a incrédulos y extraviados. Para esto
hemos anhelado un órgano de publicidad. Órgano que será la tribuna de Jesucristo que
habla por medio de aquellos que le obedecen, que será el medio más efectivo para
contribuir y cooperar con nuestras autoridades eclesiásticas. Porque será la impulsora de
todas aquellas ideas que redunden en la edificación espiritual de la hermandad.22

La primera junta editoral estuvo compuesta por Baudilio Saavedra B.


(presidente), Jorge Gilchrist, Roberto Maufras D., Lidia Aracena M., E. Reyes B.,S.
Gallardo, Elías Alarcón L. (director), Administrador, T. Jimenez (director).23

Fundación de la Iglesia Presbiteriana Nacional de Chile.

A tres años de la formación del GAE y de la Revista Acción Evangélica se llevan a


cabo las sesiones extraordinarias del Honorable Presbiterio de Chile, a las 20:00 hrs.
del 18 de mayo de 1944, en dependencias de la Iglesia El Redentor, ubicada en
avenida Matta, esquina San Francisco, en Santiago. El propósito de este presbiterio
extraordinario fue tratar la acusación de desobediencia que había sobre el pastor
Oliverio Maufras T. y el misionero Jorge Gilchrist.

Protagonista importante de estas sesiones que cambiarían el rumbo de la


IPCH, fue el pastor Fernando Narváez, quien menciona las acciones por las que
fueron acusados,

simpatizar y tomar parte en el movimiento misionero GAE, participar en la dirección y


orientación de la Revista Acción Evangélica, organizar un Instituto Bíblico en Monte águila
en Semana Santa, organizar un Instituto para Ancianos gobernantes en la ciudad de Linares
en el mes de Mayo, mantener relaciones con la segunda iglesia de Concepción y Chillán,

22
Acción evangélica, p. 3.
23
Acción evangélica, p. 3.
10
Rev. Carlos Mena

tomar parte en la organización y dirección del Seminario Laico creado por el Congreso
General del GAE en noviembre de 1943. 24

En esta sesión extraordinaria ambos bandos estaban bien preparados a la


hora de tomar un acuerdo definitivo. Seguiré, en extenso, el relato que hace el pastor
Fernando Narváez sobre ese momento:

los oficialistas (contrarios al GAE), ajustaban ya los últimos toques a la máquina de extorsión.
Horacio González C. llevó a varios a almorzar para prepararlos, el GAE esperaba sólo la
voluntad de Dios. Abierta la sesión, presidida por el pastor Juan. B. Aracena M. (hermano
sanguíneo del pastor Rogelio Aracena), la acusación se planteó a la asamblea. Tras deliberar,
uno de los asambleístas presenta la moción de suspender de sus cargos y expulsión del
Presbiterio de Chile, a los pastores Oliverio Maufras Thomas y Jorge Gilchrist y a todos los
oficiales que participaron con el GAE. La moción se discutió y aparecen otras proposiciones
para salvar al Presbiterio de una división. El pastor Gilchrist declaró, aún hay lugar para salvar
al Presbiterio de Chile, son las 20:28 hrs., si os equivocáis, os pesará todos los días de
vuestras vidas. Otro asambleísta hacía la indicación que el movimiento laico y presbiteriano
trabajara bajo la dirección y control de los pastores Samuel Enderson y David Brakenridge
y W. Lyon. Sin embargo, prevaleció la primera indicación y ganó la votación. Por lo tanto,
queda marginado del Presbiterio de Chile el GAE y sus oficiales. De inmediato toma la
palabra el misionero Holmes y declara: Traigo un encargo de la Iglesia de Yungay, la cual
pastoreo, y quienes acordaron en reunión plenaria, que si el Presbiterio tomaba decisiones
en contra del movimiento GAE, sólo quedarán los muros del templo. Ante tal aseveración,
y movido por una electrizante fuerza, toma la palabra el pastor Filodoro Ramos, quien a
gran voz declara esto es serio, carabineros, carabineros, pongan carabineros. A continuación
se levanta y toma la palabra el pastor David Brakenridge y declara, si votáis en contra del
GAE, votáis la nata y os quedará sólo la leche. Recién el grueso del Presbiterio se daba
cuenta de que perdía no sólo unas pocas personas, sino una congregación completa. Pero
ya estaba todo terminado, los sancionados hacen abandono del templo.25

Los suspendieron de sus cargos ministeriales y separaron de sus


congregaciones junto con todos los oficiales que participaron en el movimiento,
cuyo número era superior a 40.

Las sanciones impuestas no desmoralizaron a los seguidores, por cuanto éste


no era caudillismo ni un movimiento de masa que se arreaba sordo, ciego y mudo,
era el pueblo mismo, inteligente y consciente de sus actos que se movía y se mueve

24
Narváez. Narración formación, p. 21.
25
Narváez. Narración formación, pp. 22-23.
11
Rev. Carlos Mena

en busca de una vida individual y colectiva, más de acuerdo con el evangelio,


comentaban los sancionados.26

El pastor Rogelio Aracena Menares renunció al Presbiterio de Chile después


de esta sesión que le costó la expulsión de la IPCH a los pastores Oliverio Maufras,
Jorge Gilchrist y a los oficiales activos en el GAE. También en mayo de 1944 presentó
su renuncia y es el primer Presidente de la que después sería la Iglesia Presbiteriana
Nacional de Chile. En ese entonces, Juan Antonio Ríos Morales (del Partido Radical)
era el Presidente de Chile.

Fueron más de 560 personas entre pastores, misioneros, presbíteros,


diáconos, miembros y adherentes los que deseaban que se constituyera una Iglesia
Presbiteriana Nacional, es decir, una iglesia que no estuviera controlada por
extranjeros y que se desarrollara según su propia idiosincrasia. Pero este deseo sólo
lo fue en su momento ya que los misioneros serían protagonistas importantes en la
fase posterior a 1944 y en la división que tendrá la IPNA en 1960.

Acta de constitución de la IPNA

En Santiago de Chile a las 16:00 horas del 02 de julio de 1944, año de gracia, en el
Templo de la Iglesia Santísima Trinidad, ubicado en avenida Brasil número 753, se
constituyó el Presbiterio Nacional.27

Alrededor de 500 personas, entre visitantes y representantes, concurrieron a


su constitución. El pastor Jorge Gilchrist no estaba en dicha ocasión pues había sido
enviado a Estados Unidos con toda su familia, pero volvería al próximo año para
apoyar férreamente a la nueva Iglesia Presbiteriana Nacional.

Hay que decir que este grupo sancionado por el Presbiterio de Chile, no
atentó contra la Constitución que mantenía el Presbiterio chileno. En ese entonces
existía la Constitución de la Iglesia Evangélica Presbiteriana de 1930, por la que se
gobernaba el Presbiterio de Chile. En el Acta declaratoria de la Asamblea
Constituyente del Presbiterio Nacional se hace una cita muy elocuente de esta
Constitución, y que se ajusta al orden presbiteriano para formar otro Presbiterio; ésta
dice:

26
Narváez. Narración formación, p. 25
27
Se puede ver en detalle el acta declaratoria de la Asamblea Constituyente del Presbiterio Nacional y la
organización y los primeros trabajos del Presbiterio Nacional, en la revista Acción Evangélica, año II, No. 23
(1944):3-5.
12
Rev. Carlos Mena

Conforme a lo dispuesto en el capítulo décimo, inciso segundo del Libro forma de gobierno,
que estipula textualmente: Un Presbiterio se compone de todos los ministros, en un número
que no baje de cinco y de un anciano gobernante de cada congregación, dentro de cierto
distrito; pero en casos excepcionales puede organizarse un Presbiterio dentro de los límites
de otros presbiterios existentes, en atención a los intereses de los ministros y de las iglesias…

La Asamblea Constituyente acuerda cumplir esta norma para formar el


Presbiterio Nacional, conforme a la Constitución, el 18 de septiembre de 1944.28
Firmaron el acta los ministros Rogelio Aracena y Olivero Maufrás, los hermanos
licenciados, los miembros de la Asamblea Constituyente y demás testigos invitados.
El himno oficial del Presbiterio Nacional sería Castillo fuerte, de Martín Lutero.

Luego de la constitución del Presbiterio por unanimidad de los delegados, el


mismo domingo 2 de julio de 1944 se constituyó la mesa directiva, conformada de
la siguiente manera: Rev. Rogelio Aracena Menares, presidente; Baudilio Saavedra
Burgos, secretario general; Jonathan Gallardo A., prosecretario; y Roberto Maufras
Díaz, tesorero. Después se constituyeron las comisiones: Ejecutiva, de finanzas,
jurídica, de Obra Misionera, de Capacitación Técnica y Orientación, y de Cultura y
Publicaciones.

También se creó la Caja Central del Fondo Misionero del Presbiterio que, entre
otras materias, debía mantener la publicación de la Revista Acción Evangélica como
un organismo cooperador del Presbiterio Nacional; asimismo se trató la sucesión
ministerial aceptando candidatos al ministerio, acordándose que mientras se
organizaba el seminario los estudiantes se preparían en el Seminario Bautista
dirigido por el Rev. Honorio Espinoza, quien los acogió sin costo alguno.

El 9 de julio de 1945, mediante Decreto del Ministerio de Justicia Nº 3.038, se


autorizó la existencia legal de la Corporación Evangélica Presbiteriana Nacional, que
es la persona Jurídica de la Iglesia Presbiteriana Nacional a la que representaría
Judicial y extrajudicialmente y administraría sus bienes materiales. El decreto versa

Vistos estos antecedentes, lo dispuesto en el decreto reglamentario Nº 2736 de 31 de


octubre de 1925, y con lo informado por el Consejo de Defensa Fiscal.
Decreto:
1º Concédese personalidad jurídica a la corporación denominada Corporación Evangélica
Presbiteriana Nacional, con domicilio en Santiago; y,
2º Apruébense los estatutos por los cuales ha de regirse dicha corporación, en los términos
de que dan testimonio las escrituras públicas adjuntas, otorgadas ante el Notario Público

28
Acta declaratoria de la asamblea constituyente del Presbiterio Nacional. Acción Evangélica. Año II:23
(1944): 23.
13
Rev. Carlos Mena

de Santiago don Carlos Figueroa U., con fechas 20 de octubre de 1944 y 8 de julio del
presente año.
Tómese razón, comuníquese y publíquese.- J. A. Ríos.- Enrique Arriagada Saldías.29

La atención pastoral de las iglesias fue desarrollada en estos primeros


momentos con el pastor Olivero Maufras desde Talca hasta Concepción, y de Talca
al Norte con el pastor Rogelio Aracena. Fue un trabajo arduo, pero con gozo llenos
de fe y con esperanza en el Señor.

Se agregaron después al trabajo pastoral y evangelístico, los misioneros Jorge


Gilchrist, Juan Crane y poco después llegaron Earle White e Irwin Steele. También se
unió Walter Cross, todos de la Junta Independiente para Misiones Presbiterianas
Extranjeras.

En lo material, luego de bien establecido el Presbiterio Nacional, todas las


congregaciones –unas trece en total- estaban sin templo, incluida Santísima Trinidad
en Santiago. Sin embargo, cinco años más tarde, las iglesias de Chillán, Concepción,
Yungay, Laureles, Huépil y San Javier tuvieron su terreno y templo propios. Además,
se compraron 23 hectáreas de terreno en Quinta para lo que sería el Seminario
Presbiteriano. Otras congregaciones, como Santísima Trinidad, tendrían su propio
terreno y templo más adelante. La obra caminaba a pasos agigantados, el Presbiterio
incluso pensó en la posibilidad de instalar una radio en el país, pero no se concretó.
Una obra de carácter importantísimo que desarrolló el Presbiterio Nacional fue la
inauguración del Liceo Cristiano Evangélico, que en principio se encontraba ubicado
en la calle Huérfanos 2970, y que pertenecía al Presbiterio Nacional. Después se
cambia a Compañía 2850, con una matrícula de 500 alumnos y con cursos de primero
a cuarto humanidades.30

Hay que decir que en esta primera fase, la IPNA se identificó con el
fundamentalismo de la Junta Independiente de Misiones Presbiterianas Extranjeras
de Estados Unidos. Pero como el germen del protestantismo es la división, ésta va a
ocurrir 16 años después de constituido el Presbiterio Nacional. Terminaría así una
fase de encanto, fervor y protagonismo de los misioneros estadounidenses y algunos

29
Acción Evangélica. Vol. III, Nº 33-34, 1944, p. 15.
30
Juan Lobos, Historia Iglesia Presbiteriana Nacional (Tesina en cumplimiento para licenciarse en el
Presbiterio Nacional, 2010, pp. 22-23.
14
Rev. Carlos Mena

pastores chilenos que representaban la ideología del Concilio Internacional de


Iglesias Cristianas.31

La división de 1960

El pastor Pedro Vega Rioseco fue director de la Revista Acción Evangélica, desde la
edición septiembre-diciembre de 1960. En ella se hace mención a un gran cambio
respecto a los misioneros y las relaciones con la Junta Independiente para Misiones
Presbiterianas Extranjeras, y con el Concilio Internacional de Iglesias Cristianas que
mantenía la IPNA hasta ese momento.

La Iglesia Presbiteriana Nacional ha dado un paso hacia su mayoría de edad. Ha decidido


seguir su obra en forma independiente de cualquier Junta misionera. Los misioneros quedan
en libertad de acción teniendo por delante un camino que se divide en tres brazos, uno de
los cuales debería elegir. Pueden quedarse en Chile, en Quinta, o en cualquier otro lugar del
país. […] Otra posibilidad sería la de retornar a su patria, o la de ocupar otro campo
misionero. […] La tercera posibilidad sería la de quedarse en Chile y que optaran por ganar
adeptos en nuestra iglesia para producir una división que les permita contar con un grupo
de personas que les sirva incondicionalmente. […] ¡Cumplamos nuestra responsabilidad y
trabajemos! De otro modo perderemos nuestra visión de la misión principal de la iglesia y
de los principios del GAE.32

Con estas palabras de la Editorial sale al público la revista Acción cristiana.


Junto a esta declaración, el Presidente del Presbiterio Nacional de ese entonces,

31
En el sitio web de la Confederación de Iglesias Evangélicas Fundamentalistas de Chile, cuando
hablan de su historia, no se menciona al misionero John Crane como representante de la IPNA, y
quien fue elegido como representante para Norteamérica del Concilio Internacional de Iglesias
Cristianas. Allí se dice que en 1950 el pastor chileno Baudilio Saavedra asiste al 2° Congreso del
Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC), en Ginebra, Suiza. Allí se toma el acuerdo de formar
una Asociación Latinaomericana de Iglesias Cristianas Fundamentalistas. También es elegido
Vicepresidente del CICC para Chile. Al regreso de este viaje, nació la idea de formar un concilio
fundamentalista chileno. El pastor Saavedra toma la iniciativa para la fundación de la Alianza
Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC), que pasa a presidir. El 31 de octubre de 1951 se
realiza en Chillán una reunión de Pastores y Encargados de Obra, con el propósito de formar una
organización fundamentalista nacional, que se llamaría Concilio de Iglesias Fundamentalistas de Chile.
Asisten representantes de Misión Centros Bíblicos, Iglesia Bautista de la convención del Sur, Iglesia
Metodista Independiente, Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia Presbiteriana Nacional, Iglesia
Aliancista de Sostén Propio, Convención Bautista Nacional. La visión fundamentalista en América
Latina fue más allá, dando también espacio a las mujeres y jóvenes para trabajar en la defensa de la
fe en cada país. Se constituyen así la Asociación Femenina Fundamentalista para América latina
(AFFAL) y la Confederación de Jóvenes Evangélicos Fundamentalistas (CJEF). Ver en
http://www.cief.cl/quienes-somos/historia-cief.html
32
Pedro Vega. “Una obra por realizar”. Acción evangélica. Vol. 16. Nº 9, 1960, p. 4.
15
Rev. Carlos Mena

pastor Sergio Correa Cid, publica una carta abierta donde menciona la separación
de un sector de la IPNA.

¿Cuál ha sido la causa?, ¿quiénes son los causantes?, ¿por qué tenía que producirse una
separación? […] Desde hace algún tiempo el Presbiterio ha estado viviendo prácticamente
en dos grupos. Nada había conseguido, hasta el 31 de octubre de 1960, quitar las diferencias
de criterio que existía entre estos dos grupos […] lo que primaba era un ambiente de mutua
desconfianza. Hay que reconocer que el problema nunca ha sido de carácter doctrinal, sino
más bien de política. De política en cuanto a las relaciones del Presbiterio con la Junta
Independientes de Misiones Presbiterianas Extranjeras y con el Concilio Internacional de
Iglesias Cristianas. Mientras unos deseaban continuar en sus relaciones oficiales con los
organismos mencionados, los otros propiciaban cortar esas relaciones por considerar que
eran esas relaciones que estaban produciendo dificultades que no eran del Presbiterio entre
los miembros de él. Esta es la raíz del asunto. Como la minoría, no despreciable por cierto,
no quiso someterse al criterio de la mayoría, se llegó al acuerdo unánime de proceder a la
separación en ambiente amigable y fraternal. Preferible era enfrentar una división en ese
ambiente antes que tener que vivirla en un ambiente de hostilidad.33

En términos de amistad se produce entonces la separación de 1960. De allí


saldrá la Iglesia Presbiteriana Nacional Fundamentalista. A contar de esta división
amistosa, la IPNA enfoca su trabajo en fortalecer las iglesias que se mantuvieron,
preparar nuevos ministros, abrir nuevas obras, administar bien los recursos
económicos y potenciar el liderazgo nacional en la dirección y desarrollo de la IPNA.

En el informe estadístico del Presbiterio Nacional del año 1972 se menciona


que había trece iglesias constituidas, once locales de predicación, ocho pastores
nacionales, seis misioneros, cinco estudiantes para pastor, miembros y adherentes
860 y un ingreso de 675,366,88 escudos.34

En esta fase de la IPNA se forma lo que se llamó Misión Chile-Norte con el


apoyo de misioneros estadounidenses que estarían llegando paulatinamente. Los
matrimonios Walter y Mary Cross, Robert y Ruth Auffarth, Jorge y Jean Mietling se
incorporaron al trabajo evangelístico con predicaciones en carpas y usando medios
audiovisuales, muy atractivos para ese tiempo en Chile.

Hay que destacar el trabajo de los pastores chilenos Víctor Gaete, Sergio
Correa y Fernando Narváez, quienes junto a los misioneros formaron las iglesias de
Los Andes y La Calera y Quillota. Este era el espíritu de la IPNA, crecer abriendo

33
Sergio Correa. “Carta abierta a todos los hermanos de la Iglesia Presbiteriana Nacional”. Acción
evangélica. Vol. 16 Nº 9, 1960, pp. 6-7.
34
Informe General Estadístico del Presbiterio Nacional 1972. Acción evangélica. Vol. 30 Nº 4, 1973,
p. 12.
16
Rev. Carlos Mena

nuevas obras y plantando iglesias, y preparando ministros para la obra del Señor.
Esto se vivió de forma notoria desde 1968 hasta el 2000.

El espíritu de la IPNA

Creo que el pastor Tomas Yeomans en su escrito “Intento de una historia de la


evangelización de la IPNA” expresa muy bien el espíritu evangelístico de la IPNA,
desde su fundación.35 El propósito de la IPNA fue preservar la pureza de la doctrina,
la uniformidad de la disciplina, fomentar el conocimiento de las Sagradas Escrituras
y predicar libremente el Evangelio. Este último ha sido característico. En 1968 un
simbólico grupo de jóvenes se integró al Seminario producto de un trabajo que
realizó el Seminario promoviendo las vocaciones ministeriales a través de giras que
realizan los estudiantes junto a sus profesores por las iglesias de la IPNA. La gira del
Seminario es un momento esperado en las iglesias cada fin de año.

Los hermanos Manuel Vargas Saldías, Cristina Vargas Saldías, Elías Gaete
Cáceres, Fernando Fuentes Pérez, Alicia Correa Navarrete, Tomas Yeomans Mora,
María Angélica, Fernando Jensen Madrid, Sergio Espinoza, Mauricio Silva, Orlando
Salas y Víctor Rojas Retamales, entre otros, se van integrando como estudiantes
llamados al ministerio pastoral. El Instituto estaba en Quillota. Ellos debían realizar
cada fin de semana trabajos de apoyo a las iglesias a nivel nacional enseñando,
evangelizando, visitando, ayudando en trabajos físicos, alabanza (cantando,
ejecutando instrumentos musicales), haciendo obra personal, apoyando programas
radiales, clases al aire libre para niños en las poblaciones vecinas de las iglesias. Todo
se realizaba bajo la supervisión del Consistorio correspondiente o de los misioneros.
Viajes a pie, en camioneta, en auto, en tren.

EBA

Durante la década del sesenta se desarrolla dentro de la IPNA la Escuela Bíblica


Ambulante (EBA). Era una forma de llevar a las iglesias una semblanza del Instituto
Bíblico promoviendo el despertar por la enseñanza bíblica en las congregaciones.
Consistía en una semana de trabajo guiado por los misioneros en acuerdo con la
iglesia local en la que se impartían cursos bíblicos por una semana, visitas a hogares
y cultos evangelísticos por las noches: música, películas y un tema ad hoc a lo que la

35
Este escrito fue compartido por el pastor Tomas Yeomans en la Conferencia de Sociedades
femeninas presbiterianas nacionales (SOFEPNA), el 29 de abril de 2005 en Santiago.
17
Rev. Carlos Mena

sociedad vivía. Predicaban los pastores Víctor Gaete Briceño, Fernando Narváez,
Sergio Correa y Alejandro Aracena; y los misioneros Juan Crane, Walter Cross,
Roberto Auffarth y Rogelio Lambert. Más tarde, en la década siguiente se hicieron
otros esfuerzos para reactivar esta EBA donde participaron, entre otros, pastores
como Guillermo Serrano y Elías Gaete.

1970

En la década del setenta, en las iglesias evangélicas históricas (presbiteriana,


anglicana, luterana y también metodista) empieza a producirse un movimiento de
avivamiento entre los jóvenes, quienes integran a su quehacer guitarras, panderos,
baterías, predicación diferente en los autobuses, calles, plazas, Grupo Bíblico
Universitario (GBU), universidad, foros, debates sobre diferentes temas, entre ellos la
libertad cristiana. Hay jóvenes que están a la ofensiva en la predicación y la
apologética. Pero también es el tiempo del advenimiento del gobierno militar.

En el caso de la IPNA, la Iglesia Presbiteriana Nacional Cerro Los Placeres , hay


convertidos por campañas, testimonios personales, trabajos evangelísticos en los
cerros, Laguna Sauzalito, al aire libre, en las plazas. Producto de ello, se levantan
jóvenes con una decisión firme por Jesucristo. Se despiertan las vocaciones
ministeriales y amor por el estudio de la Palabra de Dios y disciplinas afines, como
apologética, teología, ética. Se debe destacar la paciencia, prudencia y visión del
pastor Alejandro Aracena Amaya al ver y permitir cambios en la iglesia, con no poca
oposición de los ancianos gobernantes. Entre los convertidos está Humberto
Casanova Roberts, Guillermo Jaramillo, Jorge Cifuentes, Richard Ossandón, quienes
se integran como estudiantes del Seminario Juan Calvino, ubicado en Maipú 35,
Quillota. El seminario de residencia con alumnos internos y externos se abre a otras
denominaciones, lo que enriquece la formación de líderes cristianos.

En 1973, la IPNA de Cerro Los Placeres de Valparaíso empieza a gestar una


obra de avanzada en el sector progresista de El Belloto. Clases al aire libre, Campañas
evangelísticas con apoyo de la iglesia madre y principalmente con el respaldo de
profesores y estudiantes del seminario de Quillota. Se destaca la participación del
presbítero Héctor Valdebenito Saavedra, como fundador, quien abrió su casa para
las reuniones y atención de los colaboradores; la hermana misionera Wilma Cross y
Gary Waldecker, este último, estudiante del Seminario del Pacto en San Luis, en
Estados Unidos; así como otros hermanos de diferentes iglesias. Esto dio origen a la
IPNA El belloto, actual IPNA El Renuevo.
18
Rev. Carlos Mena

En 1974 surge la época de la renovación carismática en la Iglesia Evangélica.


Es tiempo de los acuerdos del Concilio Vaticano II en la Iglesia Católica Romana con
cambios radicales en la liturgia y transmisión de la Biblia. Juan Carlos Ortiz en
Argentina es el evangelista más destacado.

Las iglesias evangélicas pasan por una etapa de cambios producido por la
llegada del movimiento carismático proveniente de Argentina con Juan Carlos
Ortiz.36 Ortiz visita las principales ciudades de Chile, Santiago y Valparaíso,
pregonando que la iglesia evangélica tradicional es muy estructurada y que deben
romperse las tradiciones para permitir una renovación en el Espíritu a fin de cambiar
las estructuras eclesiásticas, llámense juntas de oficiales o consistorios. Pone un
énfasis en los dones espirituales y la consagración de los matrimonios y las familias.

Los pastores de la IPNA miran con cuidado y recelo este movimiento neo-
pentecostal. Esto trae una revolución eclesiástica acompañado de una serie de
divisiones en las principales denominaciones históricas y otras iglesias evangélicas
del país. Entre ellas las presbiterianas, anglicanas, bautistas, metodistas y
pentecostales.

La IPNA también será afectada por el neopentecostalismo de ese momento.


Las iglesias de Quillota y Santísima Trinidad serán el blanco. El protagonista de estos
quiebres fue el pastor Saúl Suazo, con una gran ascendencia entre los hermanos por
ser sus dones evangelísticos y de gran carisma para llegar a la gente.

Aunque es un hecho que en esos momentos la IPNA crecía, con la influencia


de Juan Carlos Ortiz o sin ella. Había equipos bien constituidos de pastores
nacionales, estudiantes y misioneros en la tarea evangelística.

En el caso de la Iglesia de Quillota, llegó a tener una asistencia superior a las


200 personas. Mucha gente conoció a Jesucristo por el trabajo de extensión de la
iglesia a través de clases bíblicas en hogares, reuniones o cultos familiares, clases al
aire libre para niños en las poblaciones. Las reuniones de jóvenes llegaron a tener a
más de 100 asistentes los sábados en la tarde. Había un énfasis en la evangelización
usando los diferentes medios de que disponía la iglesia. Los miembros antiguos y
nuevos estaban integrados en un testificar permanente en las calles, hogares o radio,

36
Para 1975 se publica en español el libro Discípulos, de Juan Carlos Ortiz, de la editorial Betania. El
libro influyó a muchos jóvenes y pastores en Chile por su lenguaje directo y jocoso para motivar a los
líderes de iglesia a producir cambios por medio del Espíritu Santo.
19
Rev. Carlos Mena

respaldados por el Seminario Juan Calvino con profesores y estudiantes. Muchos


fueron alcanzados con el Evangelio. Era una encarnación del espíritu del GAE.

Pero aquellos que eran denominados como los renovados de Quillota y que
eran parte de esta iglesia se desviaron al neopentecostalismo y poco a poco la gran
iglesia fue deshojándose. En 1975 se buscó a los hermanos satélites de ambas
posiciones antagónicas y surgió la Iglesia Centro Cristiano. Allí estarían los hermanos
Iván Pérez, Juan Trigo, Luis Bellido y Tomas Yeomans, entre otros. En 1982 este grupo
se incorpora a la IPNA como la Segunda de Quillota, que hoy lleva el nombre de
Palabra y Vida.

Finalizada la década del setenta llegan los misioneros Richard Ramsay,


Mauricio Riedesel y Graham Jeffreys, para apoyar la docencia en el Seminario y para
presidir consistorios en las iglesias de la Quinta Región. El pastor Orlando Salas y
Alejandro Aracena, también estarán en la docencia del Seminario en Quillota.

1980

En los ochenta suceden algunos cambios. Durante los primeros años, el Seminario
Juan Calvino se traslada a un gran edificio en pleno centro de Santiago, avenida Brasil
153. Allí se instala también la Casa Matriz de la IPNA. Desde entonces se convierte
en el Instituto Evangélico de Chile (IECH), sirviendo a otras expresiones evangélicas
y culturales del país. El énfasis se colocó en preparar pastores de un buen nivel
académico.

La IPNA establece relaciones fraternales con la Liga Misionera de Holanda y


con misioneros presbiterianos de Corea, estos últimos se cobijan bajo la Corporación
de la IPNA, que brindó importante ayuda para sus residencias.

Los misioneros holandeses Wout van Laar y Peter den Admirant colaboran a
su debido tiempo con la IPNA apoyando las iglesias, el primero en Santiago,
especialmente en el IECH, y el segundo en la octava región, apoyando las iglesias de
Hualpén y Concepción. Con ayuda de hermanos evangelistas, Den Admirant
conformará la IPNA Maranata de Chiguayante.

Los misioneros norteamericanos Richard Crane y Richard Ramsay apoyan a la


IPNA en la enseñanza teológica del IECH. El misionero John Rug hace lo propio con
la obra en San Pedro de Quillota . Jerry Cross y Gary Waldecker, misioneros de Misión
al mundo (MAM), trabajan en la comuna de Lo Prado en Santiago y forman la iglesia
20
Rev. Carlos Mena

La Redención, que posteriormente es ministrada por el pastor Héctor Valdebenito y,


más adelante, por Jorge Gamboa.

Los misioneros coreanos Gustavo Hur, Choi y Timoteo Kim, entre otros,
establecen nuevas obras y apoyan avanzadas con el concurso de estudiantes al
ministerio de la IPNA. Obras como Zapadores y Peñalolén en Santiago también son
apoyadas por misioneros coreanos.

Finalizada la década del ochenta, el Instituto ya no es de residencia, más bien


es tipo universitario. Se preparan a los futuros líderes de la IPNA y de otras
denominaciones. Algunos de ellos, Plinio Sepúlveda, Luis Guillermo Andrade, Ricardo
Orellana, Elías Burgos, Ramón Orostizaga, David Navarrete, Joel Troncoso, Patricio
Avila, Yosef Rojas y Julio Améstica.

1990

En los noventa surgen de nuevo vientos que llevan tormentas al seno de la IPNA. Se
busca por todos los medios una solución para las estrategias de trabajo con los
misioneros coreanos, sin alcanzar algún acuerdo. En 1994 se produce un nuevo
quiebre en la IPNA en 1994. Fue una separación amistosa, pero dolorosa, dado que
un buen número de iglesias se marginan de la IPNA: Zapadores, en Santiago;
Temuco, Chol-Chol, Tranagullín, Padre Las Casas, Viña del mar, y San Pedro de la Paz
en la octava región. De esta división surge la Iglesia Cristiana Presbiteriana dirigida
por los misioneros coreanos.

En ese tiempo la Iglesia Presbiteriana de Corea inaugura el Hospital cristiano


de Temuco. Lamentablemente vendió ese hospital porque escasearon los recursos
económicos. Hoy lo administra la Universidad Mayor y se llama Hospital Clínico de
la Universidad Mayor.37

Un nuevo revés sufre la IPNA con el alejamiento de los misioneros


estadounidenses. Debido a nuevas políticas de trabajo de la MAM dadas desde los
Estados Unidos. En parte por dichas políticas, pero también por problemas internos
muy serios de la propia IPNA. Es así como los misioneros estadounidenses se
marginan con tristeza de la denominación antes de finalizar los noventa.

37
Se puede ver una breve historia del hospital en el sitio web:
https://cicalmo.wordpress.com/2008/03/07/breve-historia-del-hospital-clinico-de-la-universidad-
mayor-en-temuco/
21
Rev. Carlos Mena

En esos mismos años, en el ámbito evangelístico, resulta interesante el caso


de las iglesias de El Belloto, Linares y Los Andes. Esta última se caracterizaba por el
énfasis en encuentros de reflexión, reuniones de matrimonios y capacitación del
liderazgo. El pastor era Humberto Casanova quien, a su vez, era profesor del
Seminario en Santiago. Asistían más de 120 personas.38

En Linares, Víctor Gaete Briceño, pastoreó la iglesia desde 1954 hasta el 2012.
Un verdadero pastor evangelista cuyo liderazgo llevó a plantar la segunda iglesia en
esa misma ciudad. Esta congregación comenzó a usar los dones musicales de sus
miembros con un hermoso coro que logra testificar en Linares, otras ciudades del
país y el extranjero. Actualmente, mantiene tres programas radiales cada domingo,
y trabaja con un plan denominado CEPAS.

Lo Prado, en Santiago, es otro caso que en su momento realizó muchas


actividades de diversa índole para alcanzar a la comunidad. Fue el tiempo del pastor
Héctor Valdebenito Saavedra y del misionero Gary Waldecker.

Las tres iglesias representaban el espíritu reinante en la IPNA, crecer


predicando el Evangelio con todos los medios, plantar nuevas iglesias y anunciar
todo el Consejo de Dios. El versículo lema distintivo de la IPNA era Hechos 20:27
Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios (RVR 1960), junto con el
logo que representaba la conversión de Juan Calvino, un corazón en las manos y la
inscripción en latín Cormeun Tibi Offero Domine Prompte Et Sincere (Mi corazón te
ofrezco Señor pronto y sincero).

2000

De 1999 a 2000 una nueva crisis se suscita en la IPNA, esta ocasión por problemas
de carácter teológico entre los pastores chilenos. En esta tercera división no hubo
participación de los misioneros, como en las dos anteriores. Hubo gran discusión por
temas teológicos, un sector se consideraba neoortodoxo y el otro ortodoxo.
Discusiones, por ejemplo, acerca de si la Biblia era la Palabra de Dios o si contenía la
Palabra de Dios. El IECH también se vio afectado por estos pensamientos. De hecho,

38
Humberto Casanova Roberts es un referente importante en la docencia teológica del IETCH y en
todo el país como un académico de primer nivel. Contribuyó en la traducción de la Biblia Nueva
Versión Internacional (2000), ha escrito varios libros sobre griego bíblico, teología pastoral y el credo
apostólico. Para la traducción de la NVI pueden ver sitio web: http://www.biblias-nvi.com/comite-de-
traduccion-biblica/
También se pueden er sus libros en el sitio web https://www.librosdesafio.org/
22
Rev. Carlos Mena

en aquel entonces el director del IECH fue George Wortham, de corriente bartiana.
Sólo ocupó el cargo un año.

El Presbiterio Nacional sancionó a varios pastores con la expulsión de la IPNA:


por doctrinas neoortodoxas, en el caso de Claudio Garrido, Quintín Pinilla, y Jorge
Gamboa; y por rebeldía, al no acatar los acuerdos del presbiterio, en el caso de los
pastores Patricio Ávila, Manuel Vargas, y Sergio Espinoza. Se perdieron las iglesias
de Valparaíso, Quilpué y Santísima Trinidad. Estos pastores invitan al pastor Jorge
Gonzáles de la iglesia Presbiteriana Roca de la eternidad de La Calera y a la pastora
Liliana Gardela de Almazán de la Iglesia Presbiteriana de San Lucas de Viña del Mar,
que forman el Presbiterio Filadelfia y que actualmente están incorporadas al Sínodo
de la Iglesia Evangélica Presbiteriana.

En tanto, los hermanos de la Iglesia Santísima Trinidad que no estuvieron de


acuerdo en salir del Presbiterio Nacional, comenzaron a reunirse en el edificio del
IECH, ubicado en Brasil 153. Los pastores Pedro Vega y Sergio Correa se encargan
de estos hermanos, y de ahí nace la Iglesia Betesda.

Es destacable la labor del pastor Sergio Correa Cid y el IECH en los años
noventa. Fue quien articuló y ejecutó el Comité nacional de educación evangélica
(CONAEV) y quien coordinó, con el IECH y la Universidad Metropolitana Ciencias de
la Educación, el primer programa curricular para el título de Pedagogía con mención
en educación evangélica, reconocido por el Ministerio de Educación del estado
chileno. De dicho trabajo se han beneficiado los profesores que enseñan religión
evangélica en los colegios chilenos. El Congreso de la República chilena le hizo un
reconocimiento a Correa por esta notable tarea y fue condecorado con el mérito
Doctor Honoris Causa.

El IECH cayó en inactividad debido a los problemas antes mencionados. El


pastor Carlos Mena presentó un proyecto para un nuevo instituto teológico. Fue
aceptado y aprobado por el Presbiterio Nacional con el nombre Instituto de Estudios
Teológicos de Chile (IETCH). Su modalidad es trabajar con sedes en las regiones. Esta
nueva forma ha llevado al IETCH a contar con muchos estudiantes de distintas
denominaciones en las regiones Metropolitana, quinta, séptima y octava. En la
modalidad Online, cuenta con estudiantes desde Antofagasta hasta Puerto Montt.
Actualmente ha retomado el nombre de Seminario Presbiteriano Juan Calvino.

Otro caso interesante es la IPNA de El Belloto. Desde 1992, a través de su


ministerio de Estudios y Misiones presidido por el pastor Tomas Yeomans y con
23
Rev. Carlos Mena

apoyo de hermanos amigos de San Javier, Viña del Mar y Estados Unidos (Iglesia
Heritage de Warrenton, Virginia), la iglesia local envía a un matrimonio a trabajar
como misionero a Paraguay. Uno de ellos es el de Joel y Gladys Acevedo, miembros
de la IPNA El Renuevo, son apoyados desde Chile con viajes de líderes locales, como
Jorge Aguayo y Pedro Rivera Tapia. El pastor Tomas Yeomans viaja una vez al año
para colaborar evangelizando con clases al aire libre, Horas Felices, predicaciones al
aire libre, administración de los sacramentos y consejería.

Se compró un terreno, se edificó un templo y se estableció la congregación


con el pastor paraguayo Marcos Sotelo. Hay años de sacrificio, trabajo esforzado,
alegrías y lágrimas en esta primera obra transcultural de una Iglesia del Presbiterio
Nacional. Además, se abrió un Jardín infantil.

A decir verdad, el espíritu de la IPNA es la juventud presbiteriana nacional,


(JUPNA), en conjunto con la sociedad femenina presbiteriana nacional, SOFEPNA.
Ambos inician un plan misionero de apoyo a iglesias locales en necesidad de
crecimiento. Durante el verano suelen conformar equipos misioneros de alrededor
de quince personas para realizar una semana de escuela bíblica para niños, talleres
para damas en las tardes y cultos evangelísticos en las noches. Las primeras iglesias
que beneficiadas de este trabajo fueron Hualpencillo, Antofagasta, Curicó, Talca,
Chiguayante y La Calera. Ese esfuerzo es respaldado por aportes de las
congregaciones a las que pertenecen los jóvenes, de sus propios bolsillos y del
presbiterio. Hasta hoy trabajan en el verano.

La estadística de 1992 decía que había mil 099 miembros y adherentes. Se


trabajó en un proyecto titulado “2000 para el 2000”, pero no tuvo los resultados
esperados. Aún así, el espíritu de la IPNA sigue siendo el propósito de su fundación:
preservar la pureza de la doctrina, uniformidad de la disciplina, fomentar el
conocimiento de las Sagradas Escrituras y predicar libremente el Evangelio.

En el presente, las 22 iglesias y obras que componen el Presbiterio Nacional


están localizadas en: Antofagasta, con 40 participantes aproximadamente; La Calera,
80; Los Andes, 30; Quillota 1, 30; Quillota 2, 50; San Pedro de Quillota, 40; Limache,
40; El Belloto, 100; Valparaíso (a cargo de El Belloto), 25; San José de Maipo
(Santiago), 25; El Salvador (Santiago, Pedro Aguirre Cerda), 80; La Redención
(Santiago, Lo Prado), 70; Betesda (Santiago, Quinta normal), 50; Curicó, 15; Talca, 50;
San Javier, 30; Linares, 90; Chillán 1, 60; Chillán 2, 60; Concepción, 20; Hualpén, 45;
Chiguayante (a cargo de Hualpén), 15.
24
Rev. Carlos Mena

Los catorce pastores que componen el Presbiterio Nacional son Elías Gaete,
Walter Carreño, José Mora, Jorge Aguayo, Guillermo Pereira, Joel Troncoso, Carlos
Olivares, Jae Kuen Yoo Lee; Arturo Guzmán, Fernando Fuentes, Carlos Mena, Patricio
Molina, Julio Améstica y Juan Lobos. Durante este año 2019, dos nuevos pastores
fueron ordenados, José González y Gabriel Arellano.

La IPNA trabaja con recursos propios, generados por los diezmos de los
pastores y de las iglesias a la Caja Central del Presbiterio, no recibe ningún aporte
económico del extranjero. Es miembro del Concilio Latinoamericano de Iglesias
Reformadas (CLIR) y cuenta con un predio bien equipado en Linares donde cada año
se realiza el Campamento familiar. Su Instituto teológico, denominado Instituto de
estudios teológicos de Chile (IETCH), es miembro de la Asociación de institutos y
seminarios teológicos del Cono Sur (ASIT).

¡A Dios sea la gloria!

Bibliografía

1. Acta declaratoria de la Asamblea Constituyente del Presbiterio Nacional, Acción


evangélica Vol.I, Nº 23, 1944.
2. Correa, Sergio. ”Carta abierta a todos los hermanos de la Iglesia Presbiteriana
Nacional.” Acción evangélica. Vol. 16, Nº 9, 1960.
3. “Decreto Corporación IPNA”. Acción Evangélica. Vol. III, Nº 33 y 34, 1944.
4. Entrevista a Víctor Gaete. Linares, 28 de enero de 2015.
5. Fidiakova, Eugenia. “Protestantismo fundamentalista en Chile: Influencias externas y
dinámicas autógtonas”. Mapocho revista de humanidades Vol.I: 55 (2004): 83
6. Lobos, Juan. Historia Iglesia Presbiteriana Nacional (tesina en cumplimiento para
licenciarse en el Presbiterio Nacional, 2010.
7. González, Horacio y Carlos Núñez. Nuestra posición presbiteriana.(Santiago: Bureau
gráfico. 1935.
8. McLean, J.H. Historia de la Iglesia Presbiteriana en Chile. Santiago: Imprenta
Universitaria, 1932.
9. Narváez, Fernando, Narración de la formación del Presbiterio Nacional. (Sin fecha).
10. Saavedra, Baudilio. “Hacia la iglesia del futuro”. Acción Evangélica Vol. I, Nº 7 y 8,
1944.
11. Vega, Pedro. “Nuestra voz editorial”, Acción Evangélica. Vol. I, Nº 1, 1942.
12. Vega, Pedro. ”Una obra por realizar.” Acción evangélica. Vol. 16, Nº 9, 1960.
13. Yeomans, Tomas. Conferencia Intento de una historia de la Iglesia Presbiteriana
Nacional. Santiago, 29 de abril de 2005.

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