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Silvia Rivera Cusicanqui

Mito y desarrollo
en Bolivia
El giro colonial
del gobierno del MAS
Indice

Prólogo 7

Del MNR a Evo Morales:

Disyunciones del estado colonial 13

Indianizar el mestizaje

y descolonizar el gobierno 23
© Silvia Rivera Cusicanqui, 2014
© Piedra Rota / Plural editores, 2014
Etnicidad estratégica, nación
Primera edición: noviembre de 2014 y (neo)colonialismo en América Latina 31
Mito, olvido y trauma colonial:
DL: 4-1-2699-14 Formas elementales de la resistencia
ISBN: 978-99954-1-627-0 cultural en la región andina de Bolivia 61

Producción:
Plural editores
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Teléfono: 2411018 / Casilla 5097 / L a Paz, Bolivia
e-mail: plural@plural.bo / www.plural.bo

Impreso en Bolivia
Prólogo

El libro que van a leer compila cuatro textos heterogéneos sobre


Bolivia, originariamente compuestos en un arco temporal que se
extiende de 2005 a 2014.
Los dos que abren el volumen salieron en la revista Nueva
Crónica y Buen Gobiertio entre 2013y2014. En ellos busqué pole-
mizar con el proyecto neodesarrollista del Estado Plurinacional.
En el primero abordo la cuestión de las "carreteras", anhelo
progresista puesto en obra por los revolucionarios de 1952, que
fuera retomado casi al pie de la letra por el gobierno del MAS. En
el segundo problematizo los devaneos político-intelectuales del
vicepresidente Alvaro García Linera, quien justifica retóricamente
la necesidad de un retroceso hacia ese horizonte fundador del 52
bajo el rnanto de una "identidad boliviana", a la vez inclusiva y
excluyente. Esta ansiedad identitaria vacía de contenido las ideas
de descolonización, buen vivir, plurinacionalidad, que en 2009 die-
ron sustancia a la nueva Constitución Política del Estado (CPEP).
En forma oportun(ist)a, y sin embargo patética. García Linera
argumenta, con tono profesoral, que la diversidad de pueblos y
naciones indígenas reconocidas por el texto constitucional ha de
ser succionada por la identidad única y monológica de la nación
boliviana: a eso le llama "adhesión fuerte". Aunque no lo diga, el
Vicepresidente sugiere por implicación que él y los suyos serían la
encarnación más vivida de tal entelequia. Pero no por imaginaria
8 PRÓLOGO 9
MITO Y DESARROLLO E N BOLIVIA

esta construcción es inocente. La argumentación en sí resulta débil participación política equitativa en instancias decisorias del estado,
y refutable: no es más que la justificación ex post facto del giro principalmente el legislativo (Séptima Marcha).' Y en segundo, el
colonial que él y los suyos impusieron al MAS con entera anuencia derecho a la consulta previa, que ya había sido violado en 2009 al
de Evo Morales. La idea debió nacer mucho antes, en la exclusión contratarse ima carretera que iría a atravesar el corazón del T I P N I S
o subordinación de delegados indígenas a la Constituyente, en la (Octava y Novena Marchas). En el proceso de su dura caminata de
manipulación de las organizaciones indígenas, en el escamoteo más de dos meses (15 de agosto al 19 de octubre, 2011), la Octava
de sus demandas, en el copamiento del Poder Judicial y un largo Marcha alcanzó a interpelar la sensibilidad de diversos actorxs,
etcétera. La derivación represiva de esta retórica estatal incubada urbanxs y rurales, jóvenes y viejxs. Finalmente, la represión de los
precozmente, se hizo visible bajo una luz cruel en los cuerpos marchistas nos reveló en forma dolorosa la verdadera naturaleza
golpeados de los marchistas que detenidos en Chaparina. Fue el del proyecto estatal. Una y otra dimensión, la amplia convocatoria
25 de septiembre del 2011, mucho antes de que Alvaro, ex "qha- y los reveses que sufrió el movimiento indígena de tierras bajas,
nanchiri" escribiera su mentado opúsculo. me motivaron a evaluar la potencialidad y las dificultades de una
Es preciso, empero, superar el tono polémico y abordar lo que movihzación como la del T I P N I S para construir una esfera pública
alternativa. Para ello, comparo sus luchas con la de las Asambleas
son y lo que representan en Bolivia las marchas indígenas de las
Ciudadanas en la Argentina y con el movimiento siringuero y sus
tierras bajas. La culminación de un proceso de más de dos décadas
Reservas Extractivistas en el Brasil.
y el desenlace violento en Chaparina ilustran muy bien las aporías
del llamado "Proceso de Cambio". En el artículo central, titulado La etnicidad estratégica, capturada por el estado y colocada
"Etnicidad estratégica, nación y (neo)colonialismo en América La- como camisa de fuerza en el cuerpo de los pueblos indígenas ama-
tina", planteo que la identidad étnica entendida estratégicamente' zónicos, resulta insuficiente y tramposa, anclada como está en la
ha sido al fin un discurso capturado por el estado y utilizado en la esfera discursiva y en un pensamiento dualista que postula esencias
retórica el poder. Una breve historia de las 9 marchas indígenas antes que procesos o prácticas colectivas. Por ello acudimos a una
de tierras bajas entre 1990 y el 2012 permite comprender qué noción dinámica, la de etnicidad táctica, que alude al día a día del
sucedió con sus demandas tras el ambicioso programa de refor- trabajo y de la lucha, en procura de visibiUzar un potencial civih-
mas estatales al que, una vez en el gobierno, impulsó el MAS. Las zatorio alternativo en los modelos indígenas de manejo del bosque.
últimas marchas han puesto en evidencia cómo el Gobierno frenó Tanto en las reservas extractivistas como en el T I P N I S coexisten
dos demandas básicas que la C P I B y C O N A M A Q habían introducido poblaciones diversas, que incluyen, junto a las más antiguas, co-
arduamente en la Asamblea Constituyente.- En primer lugar, la munidades relativamente nuevas y asentamientos heterogéneos.
Extraer sin destruir, conservar sin eliminar del bosque la presencia
humana, son los modos ch Hxi de habitar un territorio, que lograron
1 L a acuñación etnicidad estratégica parafrasea ideas de Michiel Baud {la iden- consolidar los siringueros del Brasil. En cambio, la noción lega-
tidad como estrategia) y de Gayatri Spivak (esencialismo estratégico), torciendo hsta de "intangibilidad", invocada en un debate técnico-jurídico,
un poco su sentido.
2 Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia y Confederación de N a -
ciones y Markas Aymara-Qhichwas, respectivamente. Ambas formaban 3 Con el fracaso de las demandas de equidad política de la Séptima Marcha,
parte del "Pacto de unidad" junto a organismos sindicales campesinos la representación étnica en la Asamblea Plurinacional se redujo a 7 sobre
como la CSUTCB, los "colonizadores" (rebautizados "interculturales") y la 130 escaños, en un país donde en el Censo 2001 el 62% de la población
confederación de mujeres "Bartolina Sisa". Esta alianza se rompió a raíz se identificó con algún pueblo indígena y donde aún en el Censo 2012 la
de la Octava Marcha del TIPNIS. autoidentíficación llega a más del 40 por ciento.
10 PRÓLOGO 11
M I T O Y DESARROLLO E N BOLIVLA

atrapó a los marchistas del T I P N I S y los recluyó en una etnicidad Daca porque las sesiones comenzaban el 22 de enero del 2006.
congelada de antemano en su definición estatal. Ese día, después de renunciar al viaje, me hallaba yo vestida de
La comparación con las asambleas ciudadanas en la Argen- chola, vendiendo productos de coca (panes, harinas, tortas) en
tina revela procesos más amplios y flexibles de convocatoria y la mi puesto de la feria Coca y Soberanía, que habíamos organizado
convergencia de una heterogeneidad de actorxs. Rasgos como la con Dionicio Núñez y un grupo de activistas, para defender los
preponderancia de gente joven y de mujeres o la ausencia de lide- usos legítimos y saludables de la hoja sagrada como alternativa
razgos estables les permitieron crear organismos deliberativos hori- al narcotráfico. Lo que planteábamos al nuevo gobierno era que
zontales y democráticos, que articularon diversos intereses en torno Bolivia exija la revisión de las Convenciones de 1961 y 1988 para
a la noción de bienes comunes (en lugar de recursos naturales), como retirar la hoja de coca de la Lista I de sustancias controladas (ver el
concepto clave para una acción política eficaz y para un proceso Anexo en ambas convenciones). Con esa esperanza, bailamos con
de organización unitario aunque a la vez plural en su composición los feriantes de la coca, en lo que fue una intensa y masiva, aunque
y perspectivas. Esto también faltó a las movilizaciones en defensa penosamente fugaz, ilusión colectiva.* Pero ahí recién empieza
del T I P N I S , pues fuera del momento efi'mero y apoteósico de su la historia de la ponencia. Unos años después me invitaron a un
recepción en La Paz el 19 de octubre de 2011, ks indígenas de Congreso de Historia Oral en el Brasil. Envié el texto desde Quito,
tierras bajas no han logrado articular de modo perdurable a aquelbcs donde estaba dando un curso de Sociología de la Imagen. Cuando
actorxs sociales, urbanos y rurales, que convergieron en su acogida. se acercaba la fecha del viaje a Río de Janeiro (ciudad que deseaba
En textos compuestos anteriormente, y por oposición a lo que mucho conocer), padecí el robo de todos mis documentos y tuve
llamo el "giro colonial" del gobierno del MAS, me había propuesto que cancelarlo. Esa experiencia me hizo cavilar. ¿No sería que
entender la episteme indígena a través de sus luchas e identificar Chuqil Qamir Bernita, la mujer mestiza enamorada de un Katari
en ellas un modelo civilizatorio alterno al capitalismo salvaje del en los remotos parajes de Choquetanga, se habrá estado enojando
presente, el que asalta con avidez los bienes comunes y las regiones porque yo estaba queriendo revelar a un público extranjero los
de alta biodiversidad. La visión coyuntural, sin embargo, no es secretos del pensamiento anticolonial aymara?
suficiente, y por ello abordo la memoria cultural andina y su nexo Edito ahora ese texto y lo publico en Bolivia con la intención
con las acciones insurgentes del presente. En los inicios del tercer de inspirar en Ixs lectorxs una suerte de "optimismo cauteloso"
gobierno del MAS me parece oportuno recordar a un personaje de
la región cocalera, quien parece sintetizar otra versión posible del 4 Esta propuesta/la elaboré para Félix Barra, Viceministro de la Coca, en
oro y de la coca, marcas de fuego en la textura del actual gobierno. mi condiciÓHfae asesora ad honorem, cargo que ocupé por tres meses y al
"Mito, olvido y trauma colonial: Formas elementales de que renuncié al ver que resultaría imposible convencer a los cocaleros del
Chapare -proveedores "tradicionales" del mercado ilegal- que optaran por
resistencia cultural en la región andina de Bolivia" es un artículo
la legalización. Obviamente, esto implicaría el pago de impuestos, controles
escrito hace muchos años. Las peripecias que rodean su compo- sanitarios y sobre todo la provisión de coca orgánica y sin químicos a la
sición y difusión merecen ser contadas, pues para mí labran una industria nacional. L o cual explica por qué el gobierno optó años después por
alegoría de lo que he vivido en la última década. A principios de volver a presentar la demanda que hiciera el canciller Guillermo Bedregal
2005, el organismo holandés S E P H I S (South-South Exchange ante la ONU, que ya había logrado en la Convención de Viena de 1988 el
reconocimiento del akhuUi y otros usos tradicionales. L a victoria pírrica de
for the History of Development) organizó una conferencia en
Bolivia en la ONU fue publicitada con bombos y platillos por el Gobierno,
Bangladesh a la que yo debía asistir, presentando la ponencia que como si se tratara de la "legalización de la hoja de coca", encubriendo una
está en la base del artículo. El texto no pudo ser presentado en vez más la continuidad de su política con el horizonte populista del 52.
12 M I T O Y DESARROLLO E N BOLIVIA

O "pesimismo alegre"' que permita invocar la episteme indígena


como parte esencial de un pensar propio y creativo, capaz de ir
más allá de la caricatura folclórica estatal y del dolor indio como
fuente de conmiseración. El "giro colonial" del subtítulo es una
ironía que uso para distanciarme de la moda académica del "giro Del MNR a Evo Morales:
decolonial", que despolitiza, esencializa y manipula las trayec-
torias indígenas en la historia y las subordina así al proyecto de Disyunciones del estado coloniar
un nuevo reino de la razón {lupHña). Por darles la contra, invoco
desde mi chuyma la energía descolonizadora del sentir-pensando
{amuyfaña), y a la Bernita le pido que podamos alimentarnos de
su energía para "resistir la maldad del enemigo".'*

Silvia Rivera Cusicanqui


Colectivx Ch'ixi, Tembladerani No está por demás reiterar ese nexo perverso que exhibe el gobierno de
20 de octubre 2014 Evo Morales con el estado colonial del MNR de los años 1950, que pro-
pició una escalada de corrupción y relaciones prebéndales con dirigentes
del campesinado indígena.
5 E n una entrevista concedida a Juan Carlos Salazar e Isabel Mercado con
motivo de la concesión del Premio Nacional de Ciencias Sociales 2014, y El paradigma que encarnan los indígenas en resistencia no sólo
publicada el 12 de octubre, día de la nueva reelección presidencial de Evo exige un gesto externo de respeto por la diversidad cultural. No
Morales, en el cotidiano paceño Página Siete, publicitada en la tapa con el bastan las palabras, mucho menos aquellas que disfrazan y encu-
título " E l indianismo de este gobierno es de caricatura", reflexioné, no sin
bren para adornar los discursos del poder. Es hora de empezar a
tonos autocríticos, sobre cómo "hemos contribuido a una recuperación
de la memoria indígena con un esclarecimiento sobre el papel poh'tico y descubrir a la india y al "salvaje" que todos y todas tenemos en
de lucha de los indígenas, no solamente como producto de la opresión. nuestro interior, porque si se piensa en la solidaridad como un
Hemos tratado, a través de los trabajos míos y del Taller de Historia Oral gesto de favor y desde afuera, estaríamos reproduciendo la labor
Andina, de revertiría y descubrir que había un proyecto de sociedad (...)
misionera de quienes nos antecedieron.
que estaba asentado en el ayllu". De este proyecto, el gobernante MAS ha
desvirtuado su potencial epistemológico, al tiempo que lo ha remozado en
sus inflexiones retóricas antes que en su contenido doctrinario.
6 Esta frase se la oí por primera vez a don Víctor Zapana cuando, mientras Dos carreteras^
filmaba yo el video Wut Walanti, lo Irreparable, me expHcaba qué era para
él lo ch'ixi. Según él, los animales ch'ixi son grises, manchados, jaspeados En los años 1930 un médico-escritor chuquisaqueño sintió una
y granulados; pertenecen al mundo de abajo y a la vez al mundo de arriba.
Por eso son animales poderosos, indeterminados, que ayudan a "resistir la
suerte de angustia nacionalista por la inminente desintegración
maldad del enemigo". Entre ellos está el katari (la serpiente), el jararanku de Bolivia. La "tragedia del Chaco", las ambiciones petroleras
(el lagarto), eljamp'atu (el sapo) y kusi-ktisi (la araña). También la qhirawa, de corporaciones e imperios, la rapiña oligárquica sobre tierras y
el arma de guerra aymara, está hecha en forma de serpiente, con hilos ch'iqa
chanka. Estas figuras se asocian al mito de Chuqil Qamir Bernita y al mundo
cocalero. 1 Nueva Crónica, núm. 117, 2da. quincena de enero, 2013, pp. 8-9.
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M I T O Y DESARROLLO E N B O L I V U

recursos indígenas y la debilidad y venalidad del estado lo llevaron los batallones "ecológicos" montados por la F E L C N con el apoyo
a realizar atrevidas propuestas de geografía política: mucho antes de la Drug Enforcement Administration de los Estados Unidos.
de la guerra, planteó la urgente construcción de una carretera que Seguramente supo de la indignación y la impotencia, de ese sen-
conectaría la sede de gobierno con el remoto y abandonado terri- timiento colectivo de frustración ante una "tarea conjunta" que se
torio del Chaco boreal. Ya en pleno conflicto béhco, se le ocurrió escudaba en los sagrados derechos de la madre tierra para ejercer
que la única forma de vincular orgánicamente las tierras bajas con su profesión depredadora y represiva.
las tierras altas era reconociendo el papel articulador del territorio ¿Fue ese conocimiento íntimo y de primera mano del ene-
patrio que ejercía la Cordillera de los Andes, como fuente hídrica migo de entonces el que lo llevó a hacer suyas las mismas tácticas
principal de las cuencas del oriente. N i la "ruta diagonal" se llegó neutralizadoras y estrategias de encubrimiento discursivo? O es
a construir jamás -con funestas consecuencias para la integridad que el modelo venezolano adoptado por el estado, bajo la égida de
del territorio boliviano— ni la idea de un "macizo boliviano" al- los mestizos acomplejados que rodean al presidente,^ hace parte
canzó a interpelar la conciencia de las élites regionales de oriente del síndrome contagioso de colonización mental que el estado
y occidente, aunque soldados cambas y collas juntaran sus sangres instrumenta en los ocupantes del palacio quemado? El hecho
en el Chaco para fertilizar una patria que les seguiría siendo ajena. es que nuestros gobernantes parecen incapaces de pensar por sí
La carretera que hoy se proyecta construir por el corazón mismos en los problemas nacionales y continúan replicando mo-
del Territorio Indígena Parque Isiboro Sécure está en las antí- delos de dudosa vaUdez, propiciando políticas de "desarrollo" que
podas de aquellas preocupaciones nacionales, encarnadas en la sólo abren la brecha a intereses corporativos ajenos y adversos.
vida y obra de Jaime Mendoza, autor de las propuestas aludidas. Si antes se rephcó los modelos desarrolHstas impuestos desde el
Y este hecho es para mí un doloroso síntoma de la distancia que norte con la Alianza para el Progreso y U S A I D , hoy seguimos en
media entre aquel proyecto, destinado a articular fecundamente las mismas intentando copiar lo que ocurre, para bien o para mal,
en Venezuela o Brasil, muy a pesar de las diferencias culturales e
las mitades divorciadas del país, y este otro, marcado por la mala
históricas que nos separan de ambos países.
fe, el divisionismo y la entrega del país a intereses extranjeros.
Divisionismo y negación que no sólo afectan a derechos indígenas Tener a estos miUtares del lado del "proceso de cambio" implica
fundamentales sino también a sentidas aspiraciones ciudadanas graves y hasta cierto punto gratuitas concesiones programáticas
de soberanía frente a los intereses corporativos brasileros. Como y políticas. El ejemplo más banal es la degradación de la figura
todo síntoma nodal, éste hace parte de un síndrome: en este caso de Tupak Katari para utihzarla como emblema de los aviones del
el de la enfermedad colonial que afecta al núcleo duro del estado T A M o para bautizar el satéhte que administra la Fuerza Aérea
y a su estamento militar. Otro de cuyos síntomas es la singular Boliviana.' Algo más gfave aún, la sistemática negativa estatal a
alianza entre un líder cocalero que surgió de las trincheras de la desclasificar los documentos militares detiemposde las dictadu-
lucha antimperialista y sus verdugos de antaño. ras ha producido un síndrome de impunidad que está llegando

2 Emblemático resulta ser el complejo g'ara que exhibe el Vice García Linera,
Dos batallones ecológicos con sus ridículos aspavientos de cultura de éUte y su fascinación birlocha
por las pasarelas.
3 Los especialistas aseveran que el tal satélite ni siquiera nos ayudará a cerrar
En los años 1980, el líder en cuestión sufrió en carne propia la la brecha digital. Bolivia seguirá, entonces, teniendo el servicio de Internet
brecha entre las palabras y las cosas: fue perseguido con saña por de banda ancha más caro y lento del continente.
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a niveles de absoluto cinismo. Impune ha quedado la represión incluso con los recaudos más elementales del sentido común,
de Chaparina ocurrida el 25 de septiembre del 2011; impune es dado que "consultar" es un verbo que presupone una disposición
el trabajo de alianzas solapadas entre mafias militares y civiles, para escuchar la opinión de la persona o colectividad consultada,
vinculadas al tráfico de sustancias ilegales; impune es la labor per- así vaya en contra de las expectativas de quien realiza la consulta.
secutoria contra los indígenas en resistencia y contra las personas Respeto no sólo a las personas y sus pareceres, sino a las modali-
solidarias con las luchas en defensa de la madre tierra. En enero dades de consulta colectiva de los pueblos indígenas, a sus formas
del 2012, uno de los artífices de la represión en Chaparina, el Gral. comunitarias de defiberación asambleística, a sus modos propios
de la FAB, Tito Gandarillas, fue premiado por esa solapada labor, de resolver los disensos y de lograr acuerdos entre distintos puntos
con su nombramiento como comandante en jefe de las FFAA. Si de vista, hasta conseguir equilibrios delicados que caracterizan a las
no fuera por su reciente destitución, podría haberse conjeturado comunidades del T I P N I S y de otros territorios indígenas que han
que Evo, para llevar hasta el límite su emulación al M N R , estaba resistido por décadas las incursiones de madereros, ganaderos o
incluso criando a su propio Gral. Barrientos. Sin embargo, más agentes estatales. A pesar del desphegue mediático y de la sistemá-
allá de lo circunstancial, los problemas estructurales permanecen: tica desinformación gubernamental, se ha tomado conocimiento
hay visiones de desarrollo sesentistas a cargo de los militares, que de las evidentes maniobras divisionistas de los encargados de la
encubren negocios turbios de narcotráfico y contrabando. Incluso, consulta, del esquema prebendal que precedió la llegada de las
en la localidad de Eucaliptus, ellos han rehabilitado su fábrica de brigadas y de la manipulación de las necesidades de la gente, sin
ácido sulfúrico, lo que muestra una evidente articulación de intere- obviar los modos autoritarios y arbitrarios de seleccionar a quiénes
ses militares-cocaleros-mafiosos similar a la que denunciara Rene "consultar" y cómo interpretar los resultados del procedimiento.
Bascopé en La veta blanca. Se tiene entonces una versión militar del No está por demás reiterar ese nexo perverso que exhibe el
"desarrollo" que parte de un control territorial sobre los parques gobierno de Evo Morales con el estado colonial del M N R de los
nacionales, de la creación de espacios de impunidad y de núcleos años 1950, que propició una escalada de corrupción y relaciones
mafiosos dentro del estado, todo ello barnizado con una barata prebéndales con dirigentes del campesinado indígena, culminando
retórica "katarista" y ecológica que goza del decidido auspicio en la llamada cFampa guerra de los años 1960 y en la sangrienta
del poder ejecutivo. Es la lógica de las disyunciones coloniales: el "pacificación" barrientista. Hoy, todo ello forma parte de una
colonizado que aspira a reproducir los actos del colonizador; la memoria estatal de colonialismo interno que ya no se circunscribe
víctima que busca parecerse a su verdugo. a un partido, siendo patrimonio de la clase política y del sistema
de partidos en su conjunto. Así, todo alarde de ruptura del MAS
con el viejo modelo político hace aguas al contemplar esta versión
Dosformasde consulta remozada de la parodia revolucionaria, tan bien expresada en sus
políticas culturales y desarrolUstas, que son una repetición, en clave
Pero, en la superficie de estos invisibles tramados políticos, tene- de farsa, del adusto y racional programa de desarrollo del M N R . Con
mos un fenómeno mediático que muestra grietas por donde se lo un agravante: antes las cosas se decían y se hacían de frente. Eran
mire. La consulta burdamente orquestada por el gobierno viola los tiempos en que cada porción de selva tropical era vista como
los preceptos y la casuística de los procedimientos de consulta un obstáculo a derribar. Los tiempos del desarroüismo agrarista,
a pueblos indígenas realizadas por varios países del continente, cuando "pueblos indígenas" y "cuidado de la naturaleza" resulta-
a partir de la ratificación del Convenio 169 de la O I T . Rompe ban términos imprommciables. Hoy en cambio los gobernantes
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se llenan la boca con esas bonitas palabras, mientras sus prácticas por ejemplo, de la expulsión del ministro Juan Ramón Quintana
siguen las trilladas rutas del modelo estatal colonialista, fundado de varias de las comunidades del parque, o de la "invención" de
sobre la prebenda, la alienación del trabajo y la destrucción de la comunidades inexistentes para inflar las cifras de aprobación a la
biodiversidad. Peor que hace sesenta años, estas prácticas se han carretera. Tanto los activistas urbanos como algunos medios de
vuelto vergonzantes, solapadas y astutas, mostrando no sólo mala comuiúcación -notablemente, la red E R B O L - sin hacerle el juego a
fe sino un velado desprecio racista por la autonomía y dignidad de la derecha, han contribuido a una labor de esclarecimiento que ha
los pueblos indígenas a los que dicen representar. puesto al desnudo el carácter fraudulento de la mentada consulta.
Sin embargo, pudimos identificar dos tipos de activistas y dos
maneras de abordar la solidaridad con las comunidades indígenas
Dos típos de activistas del T I P N I S . Hay un activismo que aHmenta el ego, el autobombo y
la complacencia "revolucionaria", que compite por mostrar quién
La novena, pero sobre todo la octava marcha en defensa del T I P - es más "radical" o quién se juega más en el apoyo a la causa indí-
NIS han convocado un importante respaldo del mundo urbano, gena. Algunas variantes electoreras de ese apoyo provienen de la
centrado sobre todo en las ciudades de La Paz y Cochabamba, y generación mayor, y portan sin duda las marcas de una política de
en varias capitales y ciudades intermedias de tierras bajas. Hemos intereses que no puede sino dañar a largo plazo la defensa de los
sido testigos de la multitudinaria recepción de la octava marcha, parques nacionales y de los derechos indígenas. Otras, en cambio,
en el mes de octubre del 2011, y de una convergencia notable se revisten de impaciencia y radicalismo juveniles, y se dedican
entre indígenas de tierras bajas y tierras altas, éstos últimos bajo a criticarse unas a otras con el fin de obtener mayores dosis de
el alero de su organización matriz, el C O N A M A Q . Asimismo, las reconocimiento entre sus amistades y círculos de pertenencia.^
Mama T'allas del C O N A M A Q han convocado a una multiplicidad Este activismo, fundamentalmente virtual, corre el riesgo de
de grupos, en una actitud sabia de interpelación a sectores urbanos, quedar como una incendiaria retórica de escritorio, sin impacto
sobre todo juveniles. De ese modo, los pueblos indígenas organiza- real en la opinión púbfica y sin capacidad alguna para desmontar
dos han logrado un hecho inédito en las luchas sociales recientes: los argumentos y bloqueos que opone al debate esclarecido, el
la convergencia de indígenas con una diversidad de agrupaciones sentido común desarrollista que impera en la opinión pública, e
ecologistas, activistas culturales, feministas e indianistas, además incluso en buena parte de la izquierda indigenista.
de un nutrido bloque de organizaciones y grupos anarquistas, que Como contraparte, hay otro tipo de activismo, más humilde
llegó incluso a desfilar con sus propias banderas y pancartas, en y con menos pretensiones protagónicas, que han emprendido
una suerte de reedición de las marchas de la F O L y de la F O F de muchas personas, jóvenes y viejas, a quienes la causa indígena les
los años previos a la guerra del Chaco. ha interpelado en su vida cotidiana y les ha hecho descubrir una
Hay aquí, sin embargo, una necesidad autocrítica urgente, ya realidad otra, un modo de vida que puede brindar alternativas
que existe la idea de que los blogs, facebooky otras "redes sociales"
activadas por los grupos de solidaridad urbana lo son todo, o son 4 Son patéticas, en ese sentido, las acusaciones mayormente anónimas que
lo más importante que está sucediendo en apoyo a las demandas han circulado por internet en contra de Nina Mansilla Cortez y la red de
apoyo que está luchando por su Hberación. Activista cultural vinculada a
indígenas del T I P N I S . Sin duda reviste una gran importancia la
círculos anarquistas de L a Paz, Nina está detenida hace 6 meses, falsamente
batalla por la información que han emprendido estos diversos nú- acusada y estigmatizada por propios y extraños, sin duda a causa de su activa
cleos de apoyo urbano. Sin ellos, nunca nos hubiéramos enterado, participación en las redes de apoyo a las luchas del TIPNIS.
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al propio carácter depredador y artificial de la vivencia urbana. a nosotrxs mismxs. Es necesario entonces reconocer al indio y a la
Ambos grupos son ciberactivistas, pero los unos se agotan en los india que habitan nuestra alma, y a partir de ese reconocimiento,
circuitos de la red global, mientras que los otros combinan crea- gestar ima solidaridad que nos permita superar la soberbia urbana,
tivamente las acciones locales con el impacto de la circulación de y a la vez esa ingenua y equívoca fe en las palabras, que en países
información a escala planetaria. Porque sólo gracias a la gente que como el nuestro, más frecuentemente encubren que designan las
vive y sufi-e las agresiones estatales dentro del propio T I P N I S , y realidades que nombran. La capacidad de escuchar en silencio
sólo gracias a quienes han llegado hasta allí con la humildad del las voces y enseñanzas de los hermanos y hermanas habitantes de
que busca aprender del modo de vida indígena y compartirlo, los bosques y territorios indígenas nos permitirá, como al brujo
pueden las redes virtuales hacer una labor fiiictífera y honesta. Ino Moxo de la amazonia peruana, llamar a las plantas y animales
En el activismo urbano por el T I P N I S considero que es necesario de los bosques por sus nombres secretos y dialogar con ellxs en
superar el egocentrismo, el protagonismo político y sentirse una el lenguaje sagrado de los antepasados. Los y las habitantes del
retaguardia útil, capaz de ponerse al servicio de las bases indígenas T I P N I S tienen mucho que enseñarnos, desde esos otros modos de
que sufi-en cotidianamente la manipulación, la afi-enta a su digni- nombrar hasta las artes del pensar comunitario, la caminata y la
dad y las continuas maniobras y presiones de un estado colonial. orientación en el monte.
En lengua guaraní, "pensar" equivale a decir "sentir con el
hígado". Al igual que el amuyfaña aymara, la idea alude a un pensar
El nuevo macizo boliviano: memorioso y reflexivo, que no tiene como sede el cerebro sino
una causa común indígena y popular urbana ese centro vital llamado chuyma, donde el corazón vibra al ritmo
de la respiración. Podría decirse entonces que el pensamiento es
Las luchas indígenas por el T I P N I S , al igual que las luchas indígenas un metabolismo con el cosmos, y que se nutre de savias vitales
en toda Abya Yala en oposición a la rapiña corporativa, las agresio- más vastas y densas que el mero cálculo racional. No podemos
nes estatales, los grandes proyectos extractivos y la criminafización continuar confundiendo conocimiento con información. En temas
de las protestas, son en sí mismas una lección de vida que impele a como el cambio climático, la degradación ecológica y la represión
las redes urbanas de solidaridad a realizar una reflexión más pro- a los pueblos indígenas, la labor del amor es tan urgente como
funda. El paradigma que encarnan los indígenas en resistencia no lo es el conocimiento certero que brindan los avances de la gaya
sólo exige un gesto externo de respeto por la diversidad cultural. ciencia de nuestras contemporáneas.
No bastan las palabras, mucho menos aquellas que disfrazan y Esta sería la labor articuladora entre tierras altas y tierras
encubren para adornar los discursos del poder. Es hora de empezar bajas, entre indígenas y poblaciones urbanas, que vislumbró Jaime
a descubrir a la india y al "salvaje" que todos y todas tenemos en Mendoza a través de la metáfora del macizo boliviano. Un taypi
nuestro interior, porque si se piensa en la solidaridad como un o espacio intermedio en el cual, partiendo de reconocer nuestra
gesto de favor y desde afuera, estaríamos reproduciendo la labor ignorancia en los asuntos de la "universidad de la selva", podamos
misionera de quienes nos antecedieron: del M N R a Evo Morales, beneficiarnos de una mutua fertihzación e intercambio de saberes
remontándonos a la cristianización de la colonia temprana y a la con las poblaciones indígenas en resistencia.
violenta labor civilizadora de la etapa oligárquica. Si creemos que
este gesto misionero ayudará a "salvar" al T I P N I S y a sus habitantes,
estamos negando que lo que quisiéramos es en realidad salvarnos
Indianizar el mestizaje
y descolonizar el gobierno'

Silvia Rivera Cusicanqui interviene aquí en un debate: responde a lo


propuesto por Alvaro García Linera en su libro de distribución gubema-
mentalláenúázá boliviana. Nación, mestizaje y plurinacionalidad.
Y lo hace con claridad: ^Porque soy una birchola desconfiada y propensa
a las teorías conspirativas, a mí me late que el ethos que gobierna este
escrito es nomás unajustificación retórica, pobremente argumentada, de
la actuación del estado colonialy de sus colonizados gobernantes". Y añade:
'^Vislumbro en su defensa de la Nación una tendencia a la totalización
autoritaria de la nación territorial y del gobierno como administrador
colonizado. Astuta es la estrategia de las élites mestizas letradas que se
subieron al carro del 'proceso de cambio'para envolver en discursos in-
telectuales lo que es un hecho por demás triste y redundante: la reedición
de los estilos políticos del viejo MNR, desde la ch'ampa guetra hasta la
división de las organizaciones sociales y el prebendalismo".

He adquirido con cierta avidez el número 139 de Nueva Crónica,


esperando encontrar un sustancioso debate intelectual sobre
el tema del mestizaje, que parece estar ocupando la mente y el
chuyma de muchas personas de la oposición liberal (Carlos Mesa,
Diego Ayo). Esta situación es resultado de su preocupación le-
gítima por los desaciertos del gobierno, y particularmente por

1 Nueva Crónica, núm. 140, 2da. quincena de marzo, 2014, pp. 8-9.
24 M I T O Y DESARROLLO E N B O L n i A INDIANIZAR E L MESTIZAJE Y DESCOLONIZAR E L GOBIERNO 25

los desvarios de sus intelectuales. En el otro wing, en calidad de Una concepción autoritaria e idealista de la Nación
cabeza visible del think tank gubernamental, el vicepresidente
Alvaro García Linera ha pubhcado recientemente un opúsculo, En el opúsculo Identidad boliviana. Nación, mestizaje y plurinacio-
del que Nueva Crónica extrae la nota 19 (p. 55) para dar a la nalidad, salta a la vista la lógica aristotélica y el binario cartesiano
edición la fisonomía de un debate. Como era de esperarse entre de los años de A G L como matemático. Pero sobre todo -y esto
dos mestizos letrados, afanados por los asuntos del poder, el ego sorprende, viniendo de un marxista que se precia de dialogar con
se pavonea en el curso de este clinch, sin que las lectoras atentas intelectuales de la emancipación postcolonial de todo el mundo-
a los matices y retruécanos de los discursos dominantes, haya- revela la profunda huella que en él ha dejado el núcleo duro del
mos sacado en claro qué es lo que al final pretenden, aparte de estado colonial boliviano: su concepción autoritaria e idealista de
restregarnos en las narices quién es el más intehgente o el que la Nación, a la que muestra como entelequia, premisa de ser del
más ha leído. estado boliviano, preexistente aunque construida (no se sabe por
Dejemos por el momento de lado las aclaraciones de Mesa, quién ni cómo) que estaría en vías de consolidarse como identidad
no por insuficientes sino porque confieso no haber leído su libro primordial y de "adhesión fuerte". Razonamiento simplista que se
en razón de un prejuicio femenil casi idiosincrático: en materia de recubre de una narrativa implacable con la que soslaya y oblitera
sirenas y mestizajes abigarrados, me bastan y sobran los dos libros los hechos irresueltos y las demandas vividas de los/as protago-
fundacionales de su mami, doña Teresa Gisbert, cuya seriedad en nistas diversos del propio proceso de cambio y del conjunto de la
la pesquisa visual y osadía en la intuición interpretativa me hacen modernidad boliviana en el horizonte populista del 52.
reconocerla como la mayor proponente de un abordaje profundo Si de inicio el escrito se ocupa de la persona (entendida como
del tema del mestizaje. individuo/a, es decir, resultado ya del horizonte moderno), poco
M i inquietud por lo que dice García Linera viene en cambio a poco se deshza a las identidades agregadas, a las identidades
de un hecho más prosaico y contingente. Me preocupa el que su primordiales y excluyentes que van creciendo territorialniente
discurso tenga la capacidad de generar perdurables "efectos de desde el barrio a la ciudad, del departamento a la región y al país.
alcance estatal" (R. Zavaleta). Vislumbro en su defensa de la Na- Finahza, como es lógico, por atribuirse él mismo -en represen-
ción como logotipo y como mapa (B. Anderson) una tendencia a tación de los visionarios bolivianos constructores de un ser real
la totalización autoritaria de la nación territorial y del gobierno para la nación, el Estado Plurinacional- la capacidad de teorizar
como administrador colonizado de sus estructuras subyacentes. y comprender el proceso que el propio gobierno desata con sus
Si en un principio fui entusiasta sostenedora, como mucha gente, acciones, y de nutrir a estas acciones -por más autoritarias que
de la promesa encarnada en el llamado "proceso de cambio", fue sean- de un impulso misional y trascendente.
una sucesión de desaciertos, que inicialmente parecían simples
metidas de pata -del gasolinazo en adelante-, lo que me llevó a
advertir cuan astuta es la estrategia de las élites mestizas letradas Dudemos de los que no dudan
que se subieron al carro del "proceso de cambio" para envolver en
discursos intelectuales de alto fuste lo que es un hecho por demás No he de reclamar aquí por los lugares comunes ni por la ausencia
triste y redundante: la reedición de los estilos políticos del viejo completa de preguntas, de inquietudes, de dudas, que caracteriza
MNR, desde la ch'ampa guerra hasta la división de las organizacio- al estilo apodíctico y lapidario de García Linera, sustentado en lo
nes sociales y el prebendaHsmo. que podríamos llamar la falacia territorial. Pero debo señalar que.
26 MITO Y DESARROLLO E N B O L M A INDIANIZAR E L MESTIZAJE Y DESCOLONIZAR E L GOBIERNO 27

a partir de cierto punto, nos desliza de las identidades colectivas postnacionalista, a la que Boaventura de Sousa Santos bautizó
emergentes en la lucha hacia los anclajes territorializados de las como "ecología de saberes". Y esto no excluye a mestizxs ilustradxs
confrontaciones políticas, hasta aquella entelequia incuestionable que a través de sus actos e ideas problematizan día a día las cons-
y con mayúsculas, la Nación boliviana, una entidad estatal que trucciones heredadas y autoritariamente impuestas, que se llaman
nos uniría a todos (la nombra en masculino, p. 47) y a la que no estado y nación. Baste recordar la experiencia de las mujeres en el
podrán sino incorporarse y subsumirse las naciones en minúscula, marco de las guerras y derrotas bolivianas, para entrever cómo es
esas entidades territoriales de base ancestral y cultural que él asocia que se nos terminó imponiendo un mapa,' camisa de fuerza para
con lo indígena. La conclusión de esta falacia territorial no es sino esos circuitos de mercado y de cultura transfronterizos y para las
dar por aceptada sin debate la arbitrariedad cultural que constituye prácticas insurgentes y emancipatorias de una multiplicidad de
la Nación, transformándola en una doxa (P. Bourdieu), o al menos comunidades urbanas y rurales, indígenas y cholas, que articulan
eso es lo que pretende García Linera, para declarar desde allí que el día a día de la subsistencia y hasta procuran el almuerzo de
todo el/la que se atreva discutir sobre el mestizaje es impostor/a nuestro Vicepresidente.
o irrelevante (p. 64). Pero para él estas realidades no cuentan. Así, nos larga la enor-
Al descartar de plano la relevancia que tiene este debate, midad de que la lengua compartida (habría que usar el plural) y el
todo atisbo de cuestionamiento a la identidad primordial encar- territorio "alcanzado" (pp. 19-20) son dproducto de la nación (!!!)
nada por el gobierno que él representa queda desautorizado, a y no su premisa. Por más Goffman y Bourdieu que nos esgrima,
la par que se consolida el juego de poder que el estado despliega el discurso del Vice es un sopapo a toda la tradición marxista y
hacia las "naciones" indígenas, haciendo descender en cascada la postestructuralista y hasta a lo más jacobino de la tradición liberal.
totalización territorial y el esenciaHsmo cultural. Bajo la rúbrica De qué nomás entonces será "producto" esa entidad abstracta -la
de un sentido común trascendente, plasmado en sucesivos mapas Nación estatal- que todo lo construye, lo ordena, lo racionaliza
territoriales estancos, su discurso nos permite entrever que lo que y que se convierte, como por arte de magia, en voluntad auto-
se nos viene podría ser una suerte de ch'ampa guerra universal de perpetuada de poder. ¿Cómo se habrá ideado y plasmado esta
todxs contra todxs, donde las diversas alianzas internas y externas entidad, de la mano de qué intereses, a lo largo del tiempo? Estos
con los factores de poder acabarán por diezmar el resto de dig- cuestionamientos se aplican, desde horizontes prehispánicos hasta
nidad y autonomía en las 36 "naciones" reconocidas por nuestra el estado colonial, sea en sus versiones republicana, nacionalista o
carta magna. Así, sus palabras echan por tierra un siglo y más de plurinacional. La ausencia no ya de una respuesta, sino de un atisbo
esfuerzos por repensar el espacio y la reaUdad social boliviana en de pregunta en torno a estas cuestiones vitales es una muestra clara
términos de diferencias civilizatorias ancladas crucialmente en los de que García Linera nos quiere hacer pasar gato por liebre. Para
diversos modos de apropiación y transformación del paisaje. Así él, la Nación Estatal (en mayúscula) y a la vez plurinacional (en
también ignora los esfuerzos de innumerables personas a lo ancho minúscula) no es sino otro nombre, más acorde con los tiempos,
y largo del planeta que intentan crear un espacio taypi, de diálogo, de la Razón hegeliana, cuyo efecto pragmático, en la Bolivia de
entre los portadores heredados de esos modos de hacer y de crear hoy, será el de interpelar precisamente a los sectores más proclives
la vida y aquellas otras colectividades movilizadas, abigarradas y "de
a pie" que constituyen lo más vital de la contestación democrática
2 Ese es el mapa que García Linera acaba por defender fervientemente,
y política contra el neohberalismo. Muchos/as somos quienes con todo y sus divisiones territoriales ilógicas y conflictivas, heredadas del
nos hemos sumado a esa utopía planetaria de interculturalidad período de la Nación-hacienda, que él mismo se ocupa de describir.
28 MITO Y DESARROLLO E N BOLIVIA INDIANIZAR E L MESTIZAJE Y DESCOLONIZAR E L GOBIERNO 29

a asumir fervientemente su discurso: las Fuerzas Armadas. Porque cuerpos masculinos y femeninos que detuvieron la avanzada para-
soy una birchola desconfiada y propensa a las teorías conspirativas, guaya, enfrentaron a la Gulf, a la Standard o a la Bechtel. Nuestro
a mí me late que el ethos que gobierna su escrito es nomás una Vice, en cambio, se contenta con negociar contratos y guardar las
justificación retórica, pobremente argumentada, de la actuación divisas o gastarlas en infames movidas prebéndales, con recibir
del estado colonial y de sus colonizados gobernantes en Chapa- migajas y tolerar engaños de Petrobras, San Cristóbal y cuantas
rina (25 septiembre 2011), cuando la Nación estatal encarnada más. Estas compañías no sólo dañan la tierra sino la dignidad del
en la Fuerza Aérea (el fantasma de Barrientos) quiso imponer su planeta, no nos hieren como bolivianas o como paceñas o benianas,
vocación hegemónica -de la mano de intereses brasileros- por como transportistas o biólogas, sino como humanos y humanas
sobre la nación cultural y ancestral de los habitantes del T I P N I S . que debemos convivir día a día con las señales del malestar pla-
netario, con las inundaciones, las sequías, la desaparición de los
ríos y glaciares, con la contaminación minera y petrolera, y con
El mejor alumno del peor Bourdieu los abusos de nuestros gobernantes.

La invisibilidad de este discurso subyacente -una dominación que


borra sus propias huellas para travestirse de "cambio" mientras La identidad excluida
hace perdurar lo arcaico- demuestra que nuestro Vice ha sido el
mejor alumno del peor Bourdieu. En efecto, García Linera ha Como mestiza ch'ixi plenamente identificada conmigo misma
encarnado como habitus in-corporado, aquello que fue pregunta y con mis ancestros diversos (aymarás y judíos, entre otros), le
y angustia existencial en Sergio Almaraz, Rene Zavaleta, Jaime hago notar a nuestro esforzado intelectual que en su exhaustivo
Mendoza y en el propio Bourdieu. Ellos no sólo sintieron la inventario de identidades binarias excluye una, la más fundamen-
ausencia de un Padre proveedor -eso es el estado para nuestro tal: nuestra identidad -y nuestras responsabilidades- como gente,
Vice- sino que decidieron recorrer los caminos de la Madre, tre- como especie que convive con la infirüta diversidad de habitantes
par por los cerros y descender a los valles, caminar por territorios del planeta. Por ello, tampoco comulgo con los oponentes de
devastados por la guerra, aprender sobre plantas y sobre kharisiris, García Linera en este debate. Al frente de la (im)postura de Gar-
entrar en los socavones a saludar al tío y pulsar con los combos cía Linera están los que se atrincheran en la noción de lo mestizo
y alcoholes la energía de la pacha. No sólo aquellos intelectuales como identidad ciudadana universalista, en oposición al supuesto
críticos pero integrales al "proceso de cambio del M N R " ' fueron "particularismo" de las identidades indígenas, sexuales o de género.
más iikhu runas (hoy diríamos ch'ixis) que nuestro colonizado Vice, En este tema no me es posible entrar ahora, si no es para decir
sino que estuvieron más sintonizados con las angustias y deseos que ellos tampoco reconocen la condición colonizada del estado
de las colectividades trabajadoras y con las energías telúricas que boliviano, ni su propio papel como correa de transmisión de la
inspiraron a las mentes clarividentes de todos los tiempos. Esas dominación externa. Son nacionaUstas sin nación vivida, trajinada
energías que, desde la guerra del Chaco, nutrieron los valientes o trabajada, sin paisaje de referencia. La propuesta de descolonizar
el mestizaje supone un esfuerzo de aproximación al mundo indio
desde la planetariedad de un dilema: hoy sabemos que nuestra
Subtítulo de uno de los acápites del libro Paisaje, memoria y nación encamada. supervivencia como especie podría resultar inviable a mediano
Interacciones ch 'ixis en la Isla del Sol de Mario Murillo (coord.), Ruth Bautista
y Violeta Montellano (La Paz: PIEB, 2014).
plazo. En esto reside la indianización del mestizaje, que es a la vez
30
M I T O Y DESARROLLO E N BOLFVTA

una demanda de descolonizar el gobierno de Evo Morales y de su


astuto acompañante. Retomar las huellas intelectuales de Jaime
Mendoza, Rene Zavaleta, Sergio Almaraz, Yolanda Bedregal y
tantxs otrxs mestizas que supieron reconocer en su subjetividad
el llamado a cuidar la tierra, a hablar lenguas alegres y a habitar
un espacio, un paisaje, un país, capaz de contener la pluraUdad sin Etnicidad estratégica, nación
subordinarla ni humillarla. y (neo)colonialismo en América Latina'

Las transformaciones ocurridas en Bolivia a partir del año 2000,


marcadas por movilizaciones indígenas y populares de carácter
masivo y radical, llevaron al poder a un presidente indígena y
cocalero en las elecciones del 2005, desatando una oleada de
expectativas y esperanzas en los movimientos antisistémicos del
mundo. Sin embargo, el entrelazamiento de reivindicaciones ét-
nicas y discursos nacionalistas, así como la adopción de modelos
desarrollistas y el fortalecimiento del centralismo estatal, han
puesto en entredicho la profundidad de dichas transformaciones.
Han surgido contradicciones entre los derechos de los pueblos
indígenas, las organizaciones campesinas -particularmente los
cocaleros-y el estado. Privilegiando una noción economicista del
territorio, el gobierno de Evo Morales ha implantado proyectos
de explotación petrolera, minería a cielo abierto y vinculación ca-
minera que han provocado la resistencia de diversas comunidades
indígenas en todo el territorio nacional. El caso paradigmático de
estas nuevas formas de "acumulación por desposesión" (Harvey) es
el proyecto de carretera San Ignacio (Beni)-Villa Tunari (Cocha-
bamba), que amenaza con la degradación ambiental y el etnocidio

1 Ponencia presentada al Congreso Dinámicas de inclusión y exclusión en


América Latina - perspectivas y prácticas de etnicidad, ciudadanía y peitenencia.
Guadalajara, México, 4 al 6 de Septiembre del 2013.
33 ETNICIDAD ESTRATÉGICA, NACIÓN Y (NEO)COLONIALISMO E N AMÉRICA LATINA 33
M I T O Y DESARROLLO E N BOLIVIA

de las comunidades Moxeña, Yuracaré y Tsimane, asentadas en el Bolivia. Su creciente visibiHzación púbUca y la articulación de sus
Territorio Indígena del Parque Isiboro-Sécure, Bolivia ( T I P N I S ) . demandas con las de los defensores de los derechos humanos y los
El propósito de este trabajo es analizar, a partir del caso de la ecologistas, amplificaron el significado de las luchas indígenas y
lucha en defensa del T I P N I S , una instancia concreta de lo que la unlversalizaron su proyecto de un cambio radical.
socióloga argentina Maristella Svampa llama "el giro eco-territo- "Una amigable Uquidación del pasado" ha llamado Donna Lee
rial de las luchas sociales" (2011: 5). A partir de diversos trabajos Van Cott (2000) a las reformas multiculturales del neohberalismo
de esta autora, sintetizaré en la parte final los principales rasgos, (plasmadas en las nuevas constituciones de los años noventa en
avances y retrocesos de estos movimientos en América Latina, con Bolivia y Colombia). Sin duda, el paradójico resultado de sus di-
ejemplos de Argentina y Brasil, estudiados por Svampa y Porto- mensiones "pro-indígenas" que buscaban afirmar la continuidad
Gongalves (2001). M i intención es comprenderla dinámica política inmemorial de los pueblos que así se designaban, ha sido constreñir
de la etnicidad como proyecto "estratégico" (Baud etal., 1996) y y moldear una definición de lo "indígena" enfatizando su carácter
como campo de lucha entre el estado y los pueblos indígenas, en minoritario, estático e incambiante, que se expresa en una serie de
este caso de las tierras bajas de Bolivia. Pero también pretendo formas externas: vestimenta, bailes, rituales, todos ellos asociados
ver cómo la nación hegemónica reproduce a partir de este mismo a la ruralidad y anclados en un espacio productivo (ciclo agrícola-
discurso, formas de "administración colonial" (Guerrero, 2000) ganadero-ritual). A esto lo había denominado el "indio permitido"
del territorio y la población, que reducen a las poblaciones del (Rivera 2008), aquel que asume un papel ornamental en el nuevo
Parque al papel de meros objetos, domesticados y pasivos, de sus estado, y acepta recluirse en "reservas étnicas" (las T C O s ) para
políticas multiculturales. representar papeles en la puesta en escena del "turismo ecológico"
o el "turismo étnico" que haría incluso rentable una forma cons-
treñida y teatral de la(s) identidad(es) indígena(s), convertidas en
Las reformas neoliberales de los años noventa objetos exóticos de consumo.
y la cuestión indígena La idea del "indio del Banco Mundial" (como la llamé enton-
ces) surgió de una página de una revista de viajes que encontré
Un aspecto a ser considerado es la transformación que se dio desde en un avión, donde había un dibujo a color de un indio de los
la última década del siglo pasado, en los discursos y representacio- Andes, con Uuch'u y poncho, atendiendo un negocio "moderno"
nes que el estado boliviano ha formulado con respecto a los pueblos de agua embotellada de los glaciares de la Cordillera que, al fondo,
indígenas. En los años 1990, una corriente de opinión mundial completaba el cuadro. Era él sólo, como individuo-empresario,
transformó la lectura de los pueblos indígenas, de una población quien protagonizaba la acción. Además de aparecer desligado de
a la que había que domesticar, civilizar e "integrar" a la cultura su comunidad, y aún de su familia, él embotellaba nada menos
nacional dominante, en otra a la que se reconocía el "derecho a que agua de la más sagrada posesión colectiva: el Achachila, la
la diferencia". En este contexto, los derechos a la lengua y a la montaña protectora a la que la comunidad honra con ofrendas
cultura propias, al territorio y a la autonomía, que demandaban y rituales. Por cierto, la ilustración no era sino una propaganda
los movimientos indígenas, podían ser reconocidos bajo ciertos de la empresa Hewlett-Packard, que mostraba su programa de
límites. Las razones de este giro son complejas, pero no cabe duda donaciones de computadoras a iniciativas empresariales como la
que parte de ello se debe al surgimiento de movimientos indíge- del indio descrito en el dibujo. Las reformas multiculturales de los
nas en todo el continente, y en particular en México, Ecuador y años noventa, emprendidas bajo el impulso del Banco Mundial,
34 ETNICIDAD ESTRATÉGICA, NACIÓN Y (NEO)COLONIALISMO E N AMÉRICA LATINA 35
M I T O Y DESARROLLO E N BOLIVIA

se ven metaforizadas en este aviso publicitario. Se buscaba "in- Además, el estupor de las clases medias y altas en Bolivia, con
corporar" a los indígenas al mercado como comercializadores de los bloqueos de noviembre-diciembre de 1979, ya había reedita-
su propio patrimonio cultural, incluso de sus propias deidades do el terror del cerco indio de 1781. Para fines del siglo veinte,
tutelares. Esto se tradujo en un fomento de la actividad turística, las reformas inclusivas y homogeneizadoras del M N R se habían
en un modelo eco-etno-turístico que convertía en mercancía a los desmoronado. Por eso, quizás el temor de las élites derivaba de
paisajes sagrados de las comunidades, a sus prácticas rituales y a la propia autonomía de esa movilización y sus demandas. Tanto
las propias personas de la comunidad, que debían exhibir su alte- explícita como implícitamente, ellas contenían sin duda la poten-
ridad conforme a las expectativas y estereotipos del turista, con su cialidad de provocar un "cambio de paradigma", una refundación o
búsqueda del "buen salvaje", exótico y protector de la naturaleza. reversión completa, en el sentido descolonizador, de la sociedad y
La legislación multiculturahsta de los años noventa comienza de la política. Fue ésta la razón fundamental del terror que invadió
con una reforma constitucional (1994), que reconocía a Bolivia al mundo q'ara de las ciudades, al irrumpir la mayoría indígena a
como país multicultural y plurilingüe. Le siguen la descentraliza- la arena política con demandas radicales y legítimas.
ción municipal (Ley de Participación Popular 1994), la reforma La memoria larga del cerco de La Paz había imbuido de una
educativa intercultural y bihngüe (1994), y la ley I N R A de 1996, fuerza inusitada a la moviHzación katarista de los años 1970-1980
que reconocía las "tierras comunitarias de origen" ( T C O s ) como (Rivera 1984). Desde ambos polos: el miedo del mundo q'ara do-
propiedad colectiva de los pueblos indígenas. A pesar de que en minante a una invasión vindicativa de los indios, y la conciencia
varios sentidos estas reformas permitieron empoderar a las comu- aymara de ser una mayoría, que controla el espacio y es capaz de
nidades y a los pueblos indígenas al reconocerlos como actores estrangular a la ciudad, es que la hegemonía política de las élites
válidos en la sociedad, también lograron una cierta "domestica- llega a ser profundamente resquebrajada. Sin embargo, a la larga,
ción" de las demandas que arrastraban desde los años 1970-1980. el momento insurgente acabó por ser neutraUzado. Primero con la
Imperceptiblemente, contribuyeron a transformar una mayoría "toma" de la C S U T C B por la izquierda, en 1988, y después con la
con conciencia de mayoría (el katarismo-indianismo de esas dos subordinación electoral de los principales cuadros del katarismo-
décadas) en una mayoría con consciencia y conducta de minoría, indianismo (es el caso de Víctor Hugo Cárdenas, Genaro Flores,
recluida en el "espacio chico" del poder local y excluida de la Luciano Tapia, Constantino Lima, Felipe Quispe, etc.) a la demo-
política y del estado en su conjunto. De hecho, en las reformas cracia pactada del período neoUberal. Haciafinesde los años 1980,
de los años 1990, sólo se reconocía como indios a los pueblos de la consohdación de las reformas neo-Hberales parecía inevitable,
tierras bajas, ya que el altiplano y los valles andinos, de población la C S U T C B perdió su capacidad de convocatoria, y fue incapaz de
aymara o qhichwa hablante, se consideraban zonas "campesinas", organizar movilizaciones o bloqueos exitosos, que reeditaran el
integradas al mercado y habitadas por propietarios privados de impacto de los bloqueos de noviembre-diciembre de 1979.
la tierra. Ello sucedió a pesar de que fue la moviHzación aymara Aunque en 1990 la "pax neoliberal" fue rota de modo ines-
del altiplano la que puso la cuestión de la identidad étnica y los perado por la Marcha por el Territorio y la Dignidad (que anali-
derechos colectivos en la agenda del debate político nacional. O zaremos más adelante), todavía habría de pasar una década para
quizás por ello mismo, porque no estaban dispuestos a debatir que se den las condiciones de una nueva oleada insurgente a escala
esas demandas, la sociedad política se propuso desposeerlos de nacional. Sin embargo, al llegar a La Paz, esta marcha, en la que
su condición indígena, y del potencial político democrático y participaron más de mil indígenas de varios pueblos de tierras bajas
transformador que encarnaban.
-hombres, mujeres, niños, ancianos-, puso en el tapete inéditas
36 E T N I C I D A D ESTRATÉGICA, NACIÓN Y (NEO)COLONIAUSMO E N AMÉRICA LATINA
M I T O Y DESARROLLO E N BOLIVLA

cuestiones políticas. Por un lado, el tema del medio ambiente primera ceremonia de entronización de Evo Morales como nuevo
comenzó a ser visibilizado, y la noción de territorio se volvió el presidente, reaHzada enTiwanaku, elyatiri que le entregó el bastón
articulador político de una nueva configuración de las demandas de mando se llama Valentín Mejillones.
indígenas. Y por otro lado, era la primera vez que se encontraban, Unos años más tarde (el 27 de julio del 2010), Valentín Me-
en multitudinaria concentración en la Cumbre entre los Yungas jillones, que ya era considerado un auténtico filósofo,^ además de
y La Paz, las poblaciones del altiplano, los valles, los yungas y las yatiri, fue sorprendido enflagranciacon 350 kgrs. de cocaína, que
llanuras amazónicas. Resurgió un chispazo de la "conciencia de habría estado negociando con un cliente colombiano. Este hecho
mayoría" de la era katarista, aunque esta vez con un predominio simboliza perfectamente la "etnicidad estratégica" convertida en
amazónico-chaqueño que antes estuvo ausente. disfraz y en puesta en escena. Su función es hacer como si los indios
El giro eco-territorial de las luchas de los años noventa ex- gobernaran, como si el país fuera Plurinacional (con 7 escaños de
presa los múltiples cambios que se habían producido a raíz de las 130 diputados y de 166 parlamentarios), como si las F F A A pudieran
reformas neoliberales de mediados de los ochenta. La sociedad se ser aliadas interculturales y democráticas de las y los indios. Este
había urbanizado, la emigración del campo se intensificó, nuevos as ifse actualizaba a través de un discurso y de una identidad per-
circuitos de economía informal proporcionaban empleo a los formática, que terminarán por encubrir las continuidades (neo)
desarraigados, crecían las desigualdades y el despido de decenas coloniales del pasado, bajo el rótulo de "proceso de cambio". Y
de miles de trabajadores amplió el mundo de la informalidad en en este caso, encubrirán también hechos más prosaicos, como las
proporciones masivas. Pero a su vez, el desmantelamiento de la alianzas subterráneas del proyecto cocalero con el capitalismo
economía estatal dio lugar a una apertura irrestricta del territorio mafioso.
boliviano a las corporaciones transnacionales, tanto de los países
vecinos como de Europa y América del Norte. Con el cambio de
gobierno del 2005-2006, estas tendencias fueron sólo a medias Crisis del multiculturalismo neoliberal
revertidas. Mientras el estado se había hecho de grandes recur- y ascenso de Evo Morales
sos con la "nacionahzación" de los hidrocarburos del 2006 y la
subsiguiente escalada de precios, que le permitían ambiciosas El agotamiento del modelo liberal se expresa en sus incumpHdas
políticas redistributivas con alta rentabilidad electoral, el perfil promesas de empleo y bienestar, en la flagrante corrupción y en
primario-exportador de Bolivia no hizo más que reafirmarse. Los el manejo arbitrario del poder. En los albores del tercer milenio,
proyectos de industrialización en manos del estado, la empresa el empoderamiento político de ciertos sectores subalternos, como
privada o la "economía comunitaria" no habían siquiera arrancado. los cocaleros y sus luchas contra la erradicación forzosa, junto
Con excepción del sector textil en manos de miles de pequeñas a las demandas de la población pobre de las ciudades, rompe la
y medianas empresas "informales" o semi-formales, bajo mando pax neoliberal de un modo radical. Una oleada de movihzaciones
aymara o indígena, la única industria privada que sobrevivió al simultáneas sacude el país desde principios del año 2000. En
desmantelamiento neoliberal y a la estrategia de capitalismo de Cochabamba se forma la Coordinadora del Agua, que reúne a
estado de Morales fue sin duda la de la cocaína (sea como sulfato
o como clorhidrato). Esta suerte de "profecía autocumplida" de
2 E l filósofo alemán Josef Estermann considera a Valentín Mejillones entre
que su gobierno sería un gobierno de cocaleros e industriales de los más destacados "filósofos indios". Esta referencia se puede hallar en
la cocaína, se puede relatar con un episodio emblemático. En la Gustavo Cruz (2013).
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MITO Y DESARROLLO E N BOLIVIA

sindicatos fabriles, juntas vecinales, comités de regantes peri- Pero aunque no se asumieran siempre en forma explícita como
urbanos, jóvenes desocupados y sindicatos cocaleros, movilizados "indígenas", las comunidades movilizadas durante la Guerra del
entre febrero y abril. En el Altiplano, a convocatoria de la C S U T C B , Agua y la Guerra del Gas, adoptaron muchas formas aymarás o
bajo el liderazgo de Felipe Quispe, el "Mallku", las comunidades qhichwas de organización y de acción. Así, el levantamiento de
organizan bloqueos masivos en torno a La Pazy Oruro, que llegan El Alto en septiembre-octubre del 2003, convocó a comunidades
a su climax en abril, con la confrontación entre el ejército y los informales, redes semi autónomas, descentralizadas, "micro-
bloqueadores y la muerte de varias personas. En el transcurso de gobiernos barriales" (como los llamó Pablo Mamani), ancladas en
esas semanas, la ciudad de La Paz había quedado completamente territorios adyacentes y densamente interconectados. Estas comu-
desabastecida, y la paranoia del cerco indígena volvía a turbar el nidades funcionaban bajo el sistema de turnos, que se apHcaba a
sueño de las clases dominantes. todas las actividades: desde el bloqueo hasta el aprovisionamiento,
Debe tenerse en cuenta la configuración social de estas movi- la logística y la comuiúcación. De carácter espontáneo, se apoyaban
lizaciones. A lo largo de todo su proceso de insurgencia, la noción sin embargo en el liderazgo de la gente con mayor "experiencia"
de "indígena" se fue reformulando y ensanchando, a partir de o conocimiento del terreno o, a medida que la represión se hacía
ideas como "soberanía" y "dignidad". Así El Alto, que expresaba más violenta, en la gente más dinámica y valiente (jóvenes y mu-
el deseo de modernidad y de aculturación de los migrantes hasta jeres). Finalmente, otro rasgo indígena de las movihzaciones fue
los años 1980, pasa a ser una "ciudad aymara" en los años 2000. el uso de la lengua, tanto en la comunicación cara a cara como en
En la propia La Paz, un porcentaje significativo de la población la comunicación radial. En efecto, durante esos días épicos, las
se identificó como "indígena" en el censo del 2001, al igual que emisoras aymarás eran las que ofrecían una cobertura más al día
en Cochabamba, Oruro, Potosí y hasta Sucre. De algún modo, la y más cercana a los hechos (gracias a sus redes de reporteros/as en
noción de indígena se amplió, para incluir una gama abigarrada bicicleta) e informaban al minuto sobre lo que iba sucediendo al
de identidades y de redes colectivas, tanto urbanas como rurales. crecer la represión estatal y elevarse el número de víctimas (que
La autoidentíficación con algún "pueblo indígena" en el conjunto finalmente llegó a 67 muertos y más de 400 heridos)
del país, llegó al 62% de la población en el censo del 2001, a pesar
de que sólo el 49% de la población declaró hablar algún idioma
indígena. Esto revela que amplios estratos cholos y mestizos de las Identidades y luchas indígenas
ciudades, aún si no hablaban ningún idioma nativo, se consideraban en el "proceso de cambio"
a sí mismos como indias/os.'
La capitalización política de todo este proceso de acumulación
centrado en la noción de lo "indígena" fue sin duda una estrategia
3 No he tomado en cuenta los resultados del último censo, que muestran un
radical descenso de la autoidentificación indígena, del 62% al 40 y pico,
bien pensada por el emergente movimiento cocalero y su indis-
lo que podría interpretarse como resultado del éxito de la política de Evo cutido líder. Evo Morales. Este se catapultó a la arena política
Morales de convertir a la mayoría indígena en minoría, y de restarle los después de un meteórico ascenso en el sindicafismo cocalero,
efectivos urbanos, ch'ixis y mestizos que en el 2001 habían comenzado a
ser seducidos por la reserva de dignidad y autonomía que ofrecía el mundo
llegando al parlamento en 1997, y a la Presidencia de la Repú-
comunitario de las diversas regiones. E l giro colonial del proceso de cambio blica el año 2005. La base de su discurso político se sustentaba
ha conducido a que ninguna de las demandas sustantivas, del katarismo en en las ideas de soberanía y dignidad, que de algún modo fueron
adelante, de la mayoría de estas comunidades y pueblos indígenas fuese
tomada en cuenta seriamente. plasmadas por el pueblo moviHzado, más como una semiopraxis
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que como un discurso explícito. El acierto de Morales fue haber aludimos de la redefinición de las T C O s como Territorios Indíge-
identificado en esas dos consignas: Soberanía y Dignidad, el ethos nas, Originarios y Campesinos ( T I O C ) en la Ley de Reconducción
a la vez indio y nacional de su proyecto político. El instrumento Comunitaria de la Reforma Agraria (2010), que permite reconocer
político se fundó en 1994 como I P S P (Instrumento Político por como miembros de la T C O a los "invasores" campesinos sobre
la Soberanía de los Pueblos), y el tema de la dignidad fue sin tierras indígenas, lo que sucede con los cocaleros del polígono 7
duda una reapropiación de las consignas de la marcha indígena del T I P N I S .
de 1990. Pero el proyecto cocalero no incluiría nada sustantivo
de las demandas de esa marcha.
La paradoja es que Evo Morales fiie, él mismo, un resultado de Los pueblos indígenas detierrasbajas
esa "mayoría indígena" que se configura primero en la reorganiza- marchan a la capital (1990-2010)
ción sindical de los años 1970-1980, luego en la lucha insurgente
y finalmente en la arena electoral. Sin embargo, las "políticas in- Desdefinesde los años 1980, los pueblos indígenas de tierras bajas
dígenas" de su gobierno reeditan las reformas neoliberales de los habían irrumpido en el espacio público a través de movilizaciones
años 1990, e incluso las profundizan. En primer lugar, reconvierten de "nuevo tipo", que recuperaban modahdades tradicionales de
a las mayorías indígenas en minorías empequeñecidas, recluidas resistencia, primero a escala local y luego como interpelación al
en territorios delimitados (las T C O s ) y localizadas sólo en el área estado "plurinacional" desde su traspatio desarrollista y coloni-
rural. Al rebautizar las T C O como T I O C (Territorios Indígena- zador. La primera Marcha por el Territorio y la Dignidad, entre
Originario-Campesinos), se autoriza otras formas de tenencia de septiembre y octubre de 990, trajo a la sede del gobierno, después
la tierra, otra relación con el mercado, y finalmente se legalizaba de caminar más de 600 km a unos 700 indígenas de diversos pue-
la invasión paulatina del T I P N I S (por ejemplo) por la colonización blos de la Amazonia, el Oriente y el Chaco.
campesino-mercantil. Al reconocer a "36 naciones indígenas", se Territorio y Dignidad son dos palabras clave, que reactualizan
fragmenta el frente indígena y se lo recluye en definiciones esen- una indianidad a la vez ancestral y moderna. La primera, porque el
cialistas, que restan de sus efectivos a aquella población urbana, bosque, la "casa grande", es al mismo tiempo un espacio físico, una
c^'m y moderna que se había identificado con ellas en el censo del trama de imaginarios y representaciones, y un tejido lingüístico y
2001. Lejos de interpretar el predominio (muchas veces elegido) semiológico que entreteje a una comunidad consigo misma y con
de lo indígena en la identidad de la población, como un potencial el cosmos, en un proceso de autopoyesis permanente. Pero a la
de cambio radical de paradigma, por ejemplo, con respecto a la vez, esta lectura, o más bien semiopraxis del territorio, plantea im
relación de la sociedad humana con la naturaleza, el gobierno re- modo político y económico completamente "otro", alterno y alter-
convirtió a los indios en ornamentos empequeñecidos, reduciendo nativo al modo mercantil de la territorialización estatal. Territorio
la noción de "descolonización" a un apéndice burocrático de tinte impUca pues espacio productivo, comunidad, autogobierno, polis:
culturalista, carente de toda significación política. espacio en el que se reproduce la Vida, por vm acuerdo tácito entre
De esta manera llegaron a revertirse incluso los avances que la humanidad y todos los seres animados e inanimados de cuyo
habían logrado los pueblos indígenas de tierras bajas durante los conjunto forma parte indisociable. Es una visión cosmocéntrica y
gobiernos neoliberales (como el reconocimiento de T C O s en el relacional del territorio, que se opone a la visión antropocéntrica,
Parque Isiboro-Sécure, el Madidi y otros), dentro del modelo racional e instrumental del espacio, en suma, a la visión colonial
y expohadora que el moderno estado-nación reactuaHza en forma
multiculturalista del "indio permitido". Es el caso, al que ya
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permanente, y que se traduce en la invasión desarrollista a los comunitaria de la reforma agraria" (VI Marcha, julio 2007), que se
bosques y llanuras de la Amazonia. plasman en reformas estatales de idéntico nombre, y son resultado
Dignidad es, a su vez, la forma "manchada", chHxi, de una de negociaciones entre el estado y un frente común de Indígenas
noción Hberal: el respeto entre seres humanos, el derecho a la ( C I D O B y C O N A M A Q ) y Campesinos ( C S U T C B , "Bartolinas" e
igualdad, pero sin que ésta suponga una abdicación de la diferencia "Interculturales", antes llamados "colonizadores"), que formaban
cultural y civilizatoria representada en la alteridad indígena. Esto parte del "Pacto de Unidad" de gran influjo en la Asamblea Cons-
se enuncia desde un lugar específico: el del sujeto colonizado. En tituyente (2006-2007). Hay que tomar nota de que la V I Marcha
ese sentido, es un reclamo universalista, que surge de la práctica se produce en el contexto de la aguda pugna regional entre la
negadora de ciudadanía que fue, y sigue siendo, la dominación "media luna" (Pando, Beni, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija) y el
colonial. Es una reivindicación dolorosa contra la historia, pues gobierno de Evo Morales, que estuvo a punto de hacer fracasar la
emana de siglos de usurpaciones, despojos, masacres y servidumbre Asamblea Constituyente. Es una marcha que recorre, justamente,
obligada, fundada en una arbitraria jerarquía entre "civilización" lo que se convertirá en el eje de este conflicto, que culminó a fines
y "barbarie". La dignidad es, en suma, una demanda anticolonial del 2008: de Santa Cruz a Sucre.
que se traduce al lenguaje de la ciudadanía pluricultural moderna. Para el año 2010, las manifestaciones de apoyo y unidad re-
En el período entre 1996 y 2000, estas dos temáticas centrales gional que habían unido a las fracciones indígenas y campesinas
se fueron complejizando, entretejiendo de diversas maneras con de oriente y occidente en el ascenso electoral de Morales y en la
la política, el desarrollo y los "recursos naturales", tal como se lucha contra la "media luna", habían agotado su potencial. Pese a
ve en la II y III marcha de los pueblos indígenas de tierras bajas.'* su arrollador triunfo electoral de diciembre 2009, que otorgó al
Estos nuevos nexos señalan diversas torsiones y negociaciones MAS la mayoría parlamentaria, con más del 60% del voto ciuda-
con respecto al sello indígena alternativo de sus propuestas ori- dano, las muestras de apoyo de los pueblos indígenas de tierras
ginales. Para el año 2002, la I V Marcha lanza una consigna de bajas pasaron de la decepción a lucha legal, y de ésta a formas más
mayor alcance político: la Soberanía Popular, que se expresa en masivas de expresión política, con su dosis ghandiana de resistencia
la demanda de una Asamblea Constituyente (Tórrez et al., 2012: pacífica y sacrificio corporal: las largas marchas hacia la ciudad.
90). Sin duda, en el curso del ascenso electoral de Evo Morales Dos años antes, en el contexto de severas pugnas con la oligarquía
(2002-2005), esta dimensión política se plasmará en una inclusión de la "media luna", el gobierno había aprobado la construcción
(parcial y recortada) de algunos dirigentes de estas movilizaciones de una carretera por el corazón del T I P N I S , había concretado
en las planchas electorales del MAS y en los escasos 7 escaños par- sufinanciamientoy contratado a una empresa brasilera para su
lamentarios a que había quedado reducida su demanda de inclusión ejecución. La demanda de cumplimiento de la "consulta previa"
y otros derechos reconocidos por la nueva C P E , obraba sobre la
política autónoma. La V y V I Marchas, ya en el contexto del go-
ruptura del pacto de reciprocidad estado-indígenas, provocado por
bierno "indígena" de Evo Morales expresan demandas específicas:
la decisión unilateral y de facto de firmar convenios sin consulta
la recuperación de territorios indígenas y la modificación de la
alguna, violando las propias normas que el MAS había impulsado
ley I N R A ( V Marcha, octubre 2006, ibíd.: 93); y la "reconducción
a título de "refundación" del estado. De ese modo, la V I I Marcha
por el Territorio, las Autonomías y los Derechos de los Pueblos
4 E n 1996 se desarrolla la Marcha por el Territorio, el Desarrollo y la Par- indígenas fue "un preludio del quiebre entre el gobierno y las
ticipación Política de los Pueblos Indígenas y en 2000 la Marcha por la organizaciones del movimiento indígena" (Tórrez et al., 2012:
Tierra, el Territorio y los Recursos Naturales.
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96). Esta ruptura entre el gobierno y los pueblos indígenas, que ban a los marchistas para llevarlos en aviones de la Fuerza Aérea
fue también la ruptura del Pacto de Unidad entre las organizacio- con rumbo desconocido. En San Borja, la población bloqueó la
nes indígenas ( C I D O B y C O N A M A Q ) y las campesinas ( C S U T C B , caravana de buses, acogió a los dirigentes que lograron escapar
"Bartolinas" e "Interculturales"), se concretará definitivamente del campamento intervenido y brindó apoyo a los marchistas en
en 2011-2012 con la V I I I y la I X Marchas del T I P N I S a La Paz. alimentos y agua. En Rurrenabaque, unos 400 pobladores y 150
indígenas Tacana de los alrededores, tomaron la pista y encendie-
ron fogatas para impedir el aterrizaje de los aviones, mientras la
La vm y la IX Marchas del TIPNIS población tomaba los buses y liberaba a los marchistas. Esta red
de alianzas urbanas permitió que la marcha fuera ganando mo-
La V I I I Marcha Indígena por la Defensa del T I P N I S y la Dignidad mentum y atención mediática, y la multitudinaria recepción de la
de los Pueblos Indígenas de la Amazonia, Oriente y Chaco -que la población paceña acabó por conferir a la movilización indígena
prensa rebautizó como Marcha por la Vida y la Dignidad- partió una dimensión política nacional y mundial.
de Trinidad el 15 de agosto del 2011 rumbo a La Paz. La suya fue Son varios los tópicos que esta marcha puso en el tapete del
una trayectoria de bloqueos, engaños, represión y negociaciones debate. En primer lugar, desenmascaró la retórica del gobierno y
fallidas. San Ignacio, población terminal de la carretera proyec- develó la falsedad de sus propuestas ecologistas y pro-indígenas. La
tada, realizó un bloqueo para obligar a los marchistas a negociar opción desarrollista de la carretera nos recuerda la cruzada de los
con los representantes del gobierno. En Yucumo, un bloqueo de años 1960 por "colonizar la selva" y ocupar el "espacio vacío" de
colonizadores amenazaba con impedir violentamente el paso por los bosques y llanuras de la Amazonia. De hecho, la avanzada de los
la ruta. En ese contexto, el gobierno instaló a 400 policías, que cocaleros colonizadores en el T I P N I S , la ocupación del Polígono 7
a más de "impedir" que las facciones en pugna lleguen a la vio- y el rebalse de la "línea roja" establecida en años anteriores como
lencia, impidió el acceso de los marchistas al agua de un arroyo límite de estos procesos de invasión del T I P N I S , planteaba de un
cercano. Este hecho desató la indignación de la ciudadanía, y se modo muy nítido la divergencia de intereses entre los campesinos
instalaron vigifias de apoyo a la marcha en La Paz y Cochabam- -productores mercantiles, propietarios individuales, organizados
ba. La intervención policial en Chaparina, el 25 de septiembre, bajo la forma "moderna" del sindicato-y los indígenas del parque,
cuyo modo de vida y de producción era radicalmente "otro".
a más de resultar tramposa por la imputación a los marchistas de
haber querido "secuestrar" al ministro de relaciones exteriores, Por otro lado, la marcha nace de un territorio específico, y
David Choquehuanca,' resultó en un completo fracaso. La acción responde a una agresión específica del gobierno: la construcción
espontánea de la población, tanto mestiza como indígena, de San de una carretera, que ya se había iniciado en los tramos I y III,
Borja y Rurrenabaque, impidió el paso de los buses que secuestra- y que estaba financiada y adjudicada a la empresa brasilera OAS
para el tramo II. Es, por eso, ante todo, una marcha en Defensa
del T I P N I S , un territorio concreto, y no en pos de la noción abs-
5 Hace poco se ha develado que el Ministerio del Interior infiltró a una tracta de Territorio que enarbolaron las anteriores marchas. Pero
suboficial de la policía en la marcha, con el fin de provocar un incidente es también una marcha por la Dignidad de los Pueblos, y ahí se
violento hacia el Ministro Choquehuanca. E n efecto, en las fotos que
publicó la prensa se ve a esa suboficial entre las mujeres que obligaron a incluye a los de la Amazonia, el Oriente y el Chaco. A partir de
caminar 5 kilómetros a! ministro para pasar el bloqueo de los colonizadores xma agresión puntual a los derechos de los habitantes del parque, se
de Yucumo. Ahí puede constatarse la maquiavélica planificación estatal de pone en cuestión todo el andamiaje de recursos legales y políticas
los hechos, para luego usarlos como pretexto para la intervención policial.
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económicas, que derivan en la agresión a territorios indígenas por largo del diálogo con el gobierno era tan grande, que recordaba
parte de compañías petroleras, mineras y constructoras. las heroicas jornadas de la "Guerra del Gas" en octubre del 2003.
De hecho, fue muy importante la participación de CO- Tras unos días de extenuantes negociaciones, el gobierno
NAMAQ -organización que no pertenecía a ninguna de esas tres finalmente aprobó, el 24 de octubre, la ley 180 de Protección del
regiones- en la movilización, y particularmente la de las Mama Territorio Indígena del Parque Isiboro-Sécure que declara "intan-
T'allas aymarás y qhichwas de esa organización, que convocaron gible" a este territorio y renuncia explícitamente a la construcción
a una vigilia en la Plaza San Francisco de La Paz. En un programa del tramo de la carretera que atravesaría su núcleo. Sin embargo,
radial dirigido por Amalia Pando, la Mama Alberta, del Norte de la noción de "intangibilidad" se volverá un arma de doble filo,
Potosí, explicaba que la batalla por el TIPNIS era la suya propia, porque en su versión extrema podría implicar la prohibición de
porque allí se abriría la puerta al ingreso de empresas mineras a cualquier tipo de actividad productiva o extractiva en el Parque,
los territorios indígenas de tierras altas. A estas alturas, muchos a los indígenas. Esto, y la orquestación de una "contra marcha"
de ellos ya habían sido titulados como TCOs, y veían sus derechos del CONISUR, entidad que representaba a los cocaleros invasores
amenazados por la apertura del TIPNIS a la incursión del capital del polígono 7 y a unas pocas comunidades yuracarés convertidas
extranjero. En su comunidad, reservas importantes de minerales en cocaleras, reveló la clara intención del gobierno de dar marcha
estaban en la mira. Una nueva ley de minería, en extremo liberal, atrás a la ley 180 e insistir en la construcción de la carretera. La
se iba a discutir en el parlamento, y allí se habría eliminado el marcha del CONISUR tuvo poca repercusión mediática y ningún
derecho a la consulta previa, privativo de los territorios indígenas apoyo de la población en el trayecto, ni a su llegada a la capital. Con
reconocidos como TCO. frecuencia, sus efectivos eran transportados en buses, provistos por
los sindicatos cocaleros y por el propio gobierno. La población
Pero por otro lado, las vigiHas urbanas y la masiva concu-
cocalera en el sur del TIPNIS comprende a unas 20.000 familias,
rrencia de la población paceña a la recepción de la marcha en su
en tanto que la población indígena en el resto del parque no al-
trayecto triunfal por la ciudad el 19 de octubre, revelan el impacto
canza a las 2.000 (Soto 2013: 44-46). Sin embargo, la asignación
del tema medio ambiental, la interpelación indígena por un cambio
territorial a cada sector es inversamente proporcional, de ahí que
de paradigma, así como el tema de los derechos humanos, como los cocaleros califiquen a los indígenas de "latifundistas". Pero lo
ejes de un nuevo tipo de demandas ciudadanas, más universales. notable es cómo la "etnicidad estratégica" del CONISUR (Consejo
Este hecho también caracteriza el "giro eco-territorial" de las Indígena del Sur), les sirvió para encubrir los intereses de la pobla-
movilizaciones contra el capital transnacional en otros países ción campesina-parcelaria-mercantil, es decir de sus afiUados. En
del continente. En el curso de la marcha y al llegar a La Paz, las efecto, la producción de los cocaleros del CONISUR es un eslabón
y los marchistas indígenas lograron interpelar a una diversidad en la cadena de la economía ilegal de producción y transporte de
de agrupaciones juveniles, ecologistas, feministas e indianistas, pasta base de cocaína. En el curso de los meses que antecedieron
a activistas culturales, además de un nutrido bloque de grupos a la llegada de la VIII Marcha Indígena a La Paz, se encontró en
anarquistas, que desfiló con sus propias banderas y pancartas. La el polígono 7 nada menos que 80 pozas de maceración o fábricas
repercusión mediática fue inmensa: circularon innumerables blogs, caseras de elaboración de pasta base. El propio dirigente de este or-
páginas web, mensajes en listas de correos, facebook y otras "redes ganismo, que se autodenomina su "cacique", Gumercindo Pradel,
sociales", de manera que las movilizaciones ni siquiera requerían había estado preso con la ley 1008, por operar una de esas fábricas
ser convocadas por medios más formales, como la prensa o la ra- en años pasados. La "etnicidad estratégica" de los cocaleros del
dio. La multitud paceña que recibió y acompañó a la marcha a lo
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CONISUR interpelaba entonces al Estado Plurinacional desde un dirigentes Fernando Vargas, Adolfo Chávez y Pedro Nuni, y en
discurso indígena encubridor, para que se los considere parte del amenazas de cárcel para los tres. Con este desenlace se cumple, al
T I P N I S y se los tome en cuenta en una futura "consulta", que era igual que en el resto de América del Sur, la tendencia de los estados
la exigencia principal de la marcha. a criminalizar las protestas indígenas y ambientalistas, acusándolas
El gobierno, por su parte, tenía en sus manos el argumento de sabotear el desarrollo nacional.
legal de que en las nuevas leyes, la T C O s se convirtió en T I O C , En el plano legal, la "contra marcha" del C O N I S U R tuvo tam-
Territorio Indígena Originario Campesino, con lo cual se incluía bién efectos deletéreos para las conquistas logradas por la octava
a los campesinos "colonizadores" (rebautizados "interculturales"), marcha. El gobierno promulgó la Ley 222, de Consulta Previa
que habían penetrado en los territorios indígenas, como parte de e Informada a los Pueblos Indígenas del Parque Isiboro Sécure
su jurisdicción. Finalmente, con toda la infraestructura de desa- ( T I P N I S ) , que pone en suspenso la Ley 180 y la subordina a los
rrollo que montó el gobierno -el "batallón ecológico" del Ejército, resultados de la consulta. Esta movida provocó la reacción de las
A D E M A F , * el Ministerio de la Presidencia- además de la ofensiva comunidades del T I P N I S , que lanzaron una I X Marcha afinesde
propagandística y la repartija de prebendas de toda índole-, el abril del 2012, en un contexto ya adverso y con acusaciones legales
gobierno sentó las bases para un proceso de "consulta" ilegítimo en curso. Los marchistas ni siquiera consiguieron entrevistarse con
e ilegal, que motivó incluso una reprimenda de las N N U U . Un el presidente Evo Morales, y sus vigilias, marchas y campamentos
hecho relevante es que la cuestión central de la consulta no era si fueron reprimidos con carros Neptuno y gases lacrimógenos.
la gente quería o no la carretera, sino la disyuntiva entre "intangi- Además, quizás como resultado de la campaña mediática, el apo-
bihdad" y "desarrollo". Formulada así, de un modo tan abstracto, yo urbano a la novena marcha fue mucho menor y no logró el
y entendido el primero de estos términos como prohibición de "momentum" que en octubre pasado alcanzara la octava marcha
toda actividad productiva en el parque, era obvio que mucha gente en su entrada a La Paz.
consultada iría a optar por el segundo. Pero además, la selección
de las poblaciones a ser consultadas, la inclusión de comunidades
inexistentes o representadas por fracciones, la ofensiva mediática Lo que está en juego
y la abrumadora concesión de prebendas materiales fiieron re-
cursos efectivos, por lo menos en tanto consiguieron la división El caso boliviano ilustra de modo particularmente elocuente las
intestina, inter e intra comunitaria, situación que persiste hasta tensiones de la nueva era. La tensión entre Nación criolla y Na-
el presente. Sin embargo una reunión apócrifa de corregidores ciones Indias, la tensión entre población campesina e indígena. En
del T I P N I S , convocada en junio pasado por Gumercindo Pradel esta tensión se juega el combate entre dos visiones: la primera ha
para desconocer la dirección de Fernando Vargas en la Subcentral internalizado la visión evolucionista, el paradigma del desarrollo, el
del T I P N I S , desató una espontánea movilización de indígenas de etnocentrismo, el eurocentrismo y el antropocentrismo del Norte.
todo el parque, que logró la expulsión de Pradel, después de unos Este construye al mundo indígena como "naturaleza": estática,
cuantos chicotazos. Esto ha derivado en un juicio penal contra los remanente y salvaje, y como un obstáculo para el desarrollo y la
civilización. La internalización del ethos euronorteamericano es
evidente en el caso de Roberto Coraite, dirigente de la C S U T C B
6 Agencia para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas, (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de
entidad creada por el gobierno de Evo Morales después de los sucesos de
Pando en septiembre del 2008.
Bolivia), que al inicio de la octava marcha, declaró que "no quería
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que sus hermanos indígenas del parque sigan viviendo como Por ello, también la "etnicidad estratégica" es un campo de
'salvajes'" {La Prensa, 12 agosto 2011). Desde la lógica mercantil- disputa con el estado, a escala tanto local como nacional y global.
capitalista, los cocaleros del polígono 7, postulan el "progreso" y El mismo hecho de que nuestro estado se haya autonombrado
el "desarrollo" como una promesa de superación de un estado de plurinacional revela un desplazamiento del campo de representa-
miseria, incultura y atraso. En otras palabras, buscan la conversión ciones y la configuración de un nuevo terreno en el que se dirimen
de los indios en campesinos. Con ello, desconocen la validez del diversas "significaciones" de lo social.
modo de vida indígena y niegan a los habitantes de las 66 comuni- Veamos por partes. En primer lugar, la primacía de la nación
dades del T I P N I S sus derechos al territorio, a sus modos propios de y de sus unidades administrativas departamentales, resulta una
producir, significar y representar el mundo y de autogobernarse. camisa de fuerza para los mapas territoriales indígenas, que en
El contenido predominante de las prácticas sociales de la po- la mayoría de los casos (sobre todo en la región andina) atravie-
blación cocalera es afín al capitalismo desarrollista: se sustenta en san fronteras entre provincias, departamentos y aún países. En
la propiedad privada, la afiliación sindical y la plena integración al segundo lugar, a medida en que el "discurso de la indianidad" es
mercado (así sea ilegal). Este modelo, que los cocaleros -también cooptado por el estado, los indígenas, en tanto poblaciones vivas,
indígenas, aunque no se reconocen como tales más que de boca comunidades culturales, entidades políticas, "microgobiernos", se
para afiiera- han internalizado por completo, es el que les permite repliegan hacia una "etiúcidad táctica" que se construye en el tejido
una subordinación activa a la lógica del dinero y de la acumulación. de la vida cotidiana de las comunidades de cazadores, recolectoras
Su ofensiva contra los indígenas tiene como meta la apertura de y pescadores, agricultoras y artesanas, que cubren lo básico de sus
todo el Parque a la producción mercantil parcelaria de la coca, la necesidades sin una sustancial participación en la esfera de los in-
madera y otros recursos (y sus ramificaciones industriales) bajo tercambios mercantiles. En ese sentido, han sido, y siguen siendo,
la égida de una política de estado (neo)colonial. Colonización, una amenaza a la expansión de los procesos de acumulación de
desmonte selectivo y ampliación de la cadena depredadora del capital, que como bien lo dijo Harvey, operan por "desposesión",
capital (de la que los cocaleros son sólo el eslabón más débil) a través de la apropiación de territorios y recursos, para integrar-
se apoyan en un discurso, en una idea de estado-nación y en un los a circuitos globales de circulación y producción mercantil.^ Si
aparato político: el MAS. bien los cocaleros usan la bandera india para su organización y
Desde otro punto de vista, el conflicto del T I P N I S revela las hablan mayormente en qhichwa, eso no basta para considerarlos
limitaciones y pehgros de las prácticas colectivas articuladas en "indígenas". En toda la argumentación de defensa del T I P N I S , se
torno a la "etnicidad estratégica". Tanto los cocaleros qhichwa- esgrimió el tema de la propiedad privada y parcelaria de la tierra,
hablantes del C O N I S U R , como los moxeños, yuracarés y tsimanes para desconocer al C O N I S U R como interlocutor váhdo en el tema
del T I P N I S , han apelado a una "etnicidad estratégica" como base de la carretera. Las razones para esta posición son claras: es desde
de sus demandas y movihzaciones. Los primeros se han afiado a un
proyecto político-estatal de vasto alcance, inspirado en y heredero
7 Sin duda, la producción mercantil cocalera está plenamente articulada a la
del multiculturalismo neodesarroUista. Los segundos sustentan sus producción industrial de la pasta base de cocaína, que constituye un pode-
alianzas en una red nacional y global de ecologistas, defensores de roso incentivo para la expansión de estos cultivos y desmonte sistemático
los derechos humanos, y colectivos alternativos, además de abados del bosque. Además, el gobierno de Evo Morales ha propuesto contratar
a una empresa formada por cocaleros ricos, para que se haga cargo de la
políticos locales de diversas tendencias, que interpretan de manera
construcción del tramo II, una vez que el contrato con OAS ha tenido que
más o menos instrumental sus demandas. ser rescindido.
52 ETNICIDAD ESTRATÉGICA, NACIÓN Y (NEO)COLONIALISMO E N AMÉRICA LATINA 53
MITO Y DESARROLLO E N BOLIVIA

la punta de lanza de la colonización cocalera que surge la amenaza contrabando de pasta base de cocaína, en los que también están
de destrucción ecológica y cultural del Parque Isiboro-Sécure, a involucrados agentes de la policía y el ejército. Se tiene entonces
través de una carretera que no sólo beneficia los intereses corpo- una versión militar del "desarrollo" que efectiviza su control te-
rativos del Brasil, sino también la apertura del Parque como nuevo rritorial sobre los parques nacionales, hace posible la creación de
espacio de "colonización" interna, articulado a la cadena de valor espacios de impunidad y de núcleos mafiosos dentro del estado,
del mercado mundial de la cocaína (entre otros recursos). y barniza todo ello con un barato maquillaje "indígena", anti
Para comprender las dimensiones políticas y estatales del imperiahsta y "ecologista".
conflicto, es necesario señalar a un otro actor, quizás poco visible Por su parte, en el plano de la política de las representaciones,
a lo largo del mismo: las Fuerzas Armadas, en particular la Fuerza la marcha del T I P N I S fue notable en su capacidad de interpelar a
Aérea. En el abortado operativo de secuestro del 25 de septiembre, vastos sectores de la población, especialmente urbana, y de abrir
los aviones de esta fiierza, al mando del Cnl. Tito Gandarillas, el debate sobre la naturaleza de los paradigmas del desarrollo.
debían transportar a los marchistas a destinos desconocidos, y En este sentido, tanto como en la Argentina, Perú y Ecuador,
barrer así de un plumazo la amenaza representada por la octava los movimientos en defensa de los territorios indígenas contra
marcha. Como los aviones no llegaron siquiera a aterrizar en Ru- el avasallamiento de las empresas transnacionales han logrado
rrenabaque, este hecho pasó desapercibido. Pocos días después, conformar alianzas con diversos colectivos ciudadanos, juveniles,
Gandarillas declaró a la prensa que había tomado la decisión de feministas, ecologistas y alternativos, tejiendo redes nacionales y
apoyar con aviones el operativo, por "iniciativa propia" y pasando transnacionales de gran alcance. De hecho, el debate en torno al
por encima del Alto Mando de las FFAA, y que lo había hecho por desarrollo ha superado ya el marco de la "sustentabilidad" para
"razones humanitarias". abordar la necesidad de un radical "cambio de paradigma", capaz
Tener a estos militares del lado del "proceso de cambio" ha de articular los hallazgos de la ciencia moderna con las prácticas
significado graves y hasta cierto punto gratuitas concesiones pro- de conservación y cuidado del medio ambiente de las poblaciones
gramáticas y políticas. La sistemática negativa estatal a desclasificar tradicionales, principalmente indígenas, en un repertorio común
los documentos miHtares de tiempos de las dictaduras ha producido para enfrentar los previsibles desastres del calentamiento global, la
un síndrome de impunidad que echa sombras sobre otros miiltiples espiral consumista y la precariedad y empobrecimiento de grandes
actos ilegales del ejército. Impune ha quedado la represión en capas de la población.
Caranavi y en Chaparina, impune el trabajo de alianzas Al tropezar con la férrea decisión de los estados de fortalecer
solapadas entre mafias militares y civiles vinculadas al tráfico de su poder regulatorio y su primacía en la gestión del desarrollo,
sustancias ilegales, impune la labor persecutoria contra los indí- la etnicidad como estrategia política ha mostrado sus límites en
genas en resistencia y los asesinatos de conscriptos y mujeres en ambos sentidos. Lo ha hecho desde el estado y desde el movi-
los cuarteles. Los militares son la "punta de lanza del desarrollo miento indígena. En el primer caso, la hegemonía de la nación
nacional", según declaró recientemente, en México, el vicepre- y de la "identidad nacional" va paralela a la vigencia de formas
sidente García Linera.** Este desarrollo tiene versiones legales e coloniales de despojo y apropiación de recursos. Todo ello ha
ilegales: la fábrica de ácido sulfúrico de C O S S M I L en Eucliptus, podido ser encubierto con un discurso esencialista no exento de
los turbios negocios de tráfico de precursores, elaboración y voluntarismo ultraizquierdista, en el que se combinan de modo
perverso el nacionalismo, la indianidad emblemática convertida
8 Comunicación personal de Huáscar Salazar.
en uniforme, y un anti-imperialismo de papel que cede soberanía
54 ETNICIDAD ESTRATÉGICA, NACIÓN Y (NEO)COLONLU.ISMO E N AMÉRICA LATINA 55
M I T O Y DESARROLLO E N BOLIVIA

a poderes diversos encubriéndolos con una edulcorada retórica el extractivismo "... como aquel patrón de acumulación basado
pachamámica. Es un discurso que no admite pluralidad alguna en la sobre-explotación de recursos naturales, en gran parte, no
y acaba por negar toda posibilidad de autorrepresentación a Ixs renovables, así como en la expansión de las fronteras hacia terri-
sujetxs indígenas confederados y los excluye del debate cultural y torios antes considerados como 'improductivos'" (Svampa 2008).
político que las sociedades indígenas demandan. Lo más grave es El ámbito de las luchas en contra de estos proyectos trans-
que los proyectos en curso (que planean un sistemático desmonte nacionales estudiado por Svampa revela también la diversidad de
de la selva amazónica, entre otros espacios) amenazan directa- sujetos que las protagonizan. La noción de "territorio", eje central
mente la posibilidad misma de sobrevivir a diversas poblaciones de la estrategia político-cultural indígena, ha sido resignificada de
de tierras bajas y altas, cuyos territorios deben ser abiertos a la diversas maneras: como territorio "heredado", territorio "elegido"
rapiña corporativa y condenados a la degradación ambiental, a la o territorio "originario". Existen más de setenta Asambleas Ciu-
proliferación de la economía mañosa y a la liquidación cultural dadanas en la Argentina, autoconvocadas y situadas en pequeñas
de los pueblos que los habitan. ciudades y pueblos del interior del país, que han protagonizado
Pero también el estado ha hecho uso de esa etnicidad es- movilizaciones masivas en contra de estos proyectos y de la
tratégica, precisamente porque ella se construyó en el ámbito invasión de soya transgénica en la pampa. Si bien muchas de
cultural de las reformas neoliberales. El indio del Banco Mundial, estas luchas han sido derrotadas, las Asambleas organizadas para
el "indio permitido" le sirvió al gobierno de Evo Morales para resistir la megaminería han logrado la aprobación de legislación
articular un discurso de "indianidad" emblemática, que hace de los que prohibe estas iniciativas en 7 provincias de la república. Las
indios ornamentos en la puesta en escena estatal y que convierte Asambleas autoconvocadas de la Argentina se han valido de una
a las mayorías en minorías. De hecho, los resultados del Censo multiplicidad de medios y han interpelado a los más diversos es-
de Población del 2012 revelan que la estrategia fue efectiva. La tratos culturales y colores políticos. Sus logros, aunque parciales y
desafiliación étnica de un alto porcentaje de la población (se pasó amenazados, tienen como base la apertura a la pluralidad de voces
del 62% a poco más del 40% de "autoidentificación" con algún (indígenas, mujeres, vecinxs, grupos alternativos urbanos) para
pueblo indígena) revela una crisis de hegemonía de la estrategia dentmciar y acosar a las mega-mineras, que agotan las fuentes de
política de los movimientos y organizaciones indígenas surgidas agua y expropian a poblaciones enteras de recursos vitales para sus
desde la era katarista. modos de vida. Las actividades de estas organizaciones, a escala
local y nacional, interpelan sobre todo a gente joven, que busca
plasmar un modo de vida alternativo a través de la formación de
Epílogo: El marco regional toda suerte de comunas, urbanas y rurales: agroecología urbana,
arte reciclado, vegetarianos, veganos y otros. En otros países (como
Las marchas en defensa del T I P N I S podrían inscribirse en el Perú, Ecuador y Bolivia) el territorio significado como "origina-
análisis más ampho que hace Maristella Svampa (2008, 2001) rio", se sustenta en la memoria de una ocupación ancestral, sujeta
de la reconversión económica de los espacios antes "improduc- a otra episteme, a otras formas de concebir el mundo vegetal y
tivos" de América del Sur, tanto selváticos como cordilleranos, la naturaleza, de organizar el trabajo para la vida, y de ejercer el
en enclaves "extractivistas" que abren esos espacios al mercado autogobierno.
mundial, principalmente a través de proyectos mega-mineros a En cuanto a las Asambleas Ciudadanas de su país, Svampa
cielo abierto, petrolíferos, hidroeléctricos y carreteros. Ella define hace notar varias de sus características: se trata de asociaciones
56 MITO Y DESARROLLO E N BOLIVIA ETNICIDAD ESTRATÉGICA, NACIÓN Y (NEO)COLONIALISMO E N AMÉRICA LALINA 57

autónomas, que (auto)convocan a asambleas democráticas para los siringueros,porque terminó reconfígurando el espacio, antes
tomar decisiones consensuadas, de abajo a arriba sin liderazgos autónomo, para transformarlo en un espacio colonizado. Este fue
permanentes y con formas horizontales de discusión. Se caracte- el desafío que culminó con el asesinato de Chico Mendes a fines
rizan por la alta presencia de mujeres y jóvenes, por la fluidez de de 1988, aunque el movimiento como tal ha logrado subsistir
sus actividades, por el uso de múltiples medios en la combinación hasta nuestros días.
de estrategias culturales y políticas, y por la formación de alianzas Tomando en cuenta la composición de las Asambleas Ciuda-
regionales, locales y planetarias. danas que se formaron en la Argentina contra la megaminería y
En otro contexto, la creatividad e inventiva de algunas de el avance soyero, y la de la Federación de Siringueiros del Acre,
estas organizaciones puede ilustrarse con el caso pionero del vemos una configuración de identificaciones y agentividades hete-
Brasil en los años 1970, el movimiento siringueiro, estudiado rogéneas, que recrea, a través de nociones locales de territorio, una
por Porto-Gongalves, que culminó en el reconocimiento de una articulación ciudadana universaUsta con una firme base social, que
forma inédita de relación con el bosque: la "reserva extractivista" en el primer caso se expresa en la noción de "bienes comunes" y en
(Porto-Gonfalves, 2001). A primera vista, esta noción parece el segundo en la de "reservas extractivistas". Así, la "cultura de la
una contradicción de términos, dada la incompatibilidad entre resistencia" que se forma en estos dos casos construye un ideolecto
"conservar" (reservar), y "explotar" (extraer). Precisamente, la compatible con, y a la vez alterno a, las nociones hegemónicas de
articulación de esta dualidad en una unidad intermedia y chHxi, desarrollo de escala tanto local como nacional y global.
es lo que constituyó su fuerza. Sus protagonistas son caboclos, Si comparamos esta situación con la que se dio en Bolivia en
mestizos, inmigrantes del sertáo nordestino que se asociaron el caso del T I P N I S , advertimos que allí también se logra interpelar
y se entremezclaron con poblaciones indígenas locales y que a esos tres niveles o escalas de la sociedad, añadiendo que la "de-
aprendieron de ellas sus tácticas de uso sostenible del bosque y fensa del medio ambiente" o la "defensa de los recursos naturales"
sus conocimientos del espacio y los ciclos temporales selváticos. fue la nominación que les permitió un influjo a tales alcances. Sin
En respuesta a las sucesivas crisis de la economía exportadora embargo, hay una diferencia sustancial entre los dos polos del
del caucho en el Acre, los siringueiros devinieron en "ocupantes" anáfisis. En el T I P N I S , la práctica de las organizaciones indígenas
libres de los caminos de siringa, y formaron "colocaciones" ba- tenía un elemento vertical heredero del liderazgo patriarcal de las
sadas en un conjunto de unidades domésticas que combinaban antiguas misiones. Asimismo, acarreaba el lastre de viejas prácticas
actividades de autoconsumo (recolección, agricultura, caza y clientelares que se remontan al período colonial y a la época de los
pesca) con la producción de caucho para el mercado nacional. patrones. No creo que allí, más que a escala estrictamente local (la
La extracción de látex, castaña y otros productos de la selva, y el comvmidad o cabildo), se diesen las asambleas autoconvocadas, que
uso combinado y sostenible de sus diversos recursos permitieron buscaran consensos democráticos y lograran extender sus deman-
una forma sustentable y productiva de conservación ambiental das de abajo hacia arriba, sin liderazgos visibles ni protagonismos
que, lejos de reservar la selva como un espacio prístino e in- individuales. En el T I P N I S , la tenaza conformada por la deficiente
contaminado por la actividad humana, permitía una simbiosis
creativa entre el usufructo y la conservación. Por ello, la noción 9 AI parecer, los triunfos del movimiento siringueiro en el Brasil están siendo
de intangibilidad fue un arma estratégica del estado, tanto en el revertidos, y sus actividades extractivistas coartadas, por haberse implantado
la modaUdad REDD (bonos de carbono) que exige la eliminación de estas
caso del T I P N I S , como en el de las "reservas extractivistas" de iniciativas. (Milson Betancourt, comunicación personal)
58 ETNICIDAD ESTRATÉGICA, NACIÓN Y (NEO)COLONIALISMO E N AMÉRICA LATINA 59
M I T O Y DESARROLLO E N BOLIVLV

conformación de los sujetos colectivos, por la envolvente acción Bibliografía


estatal y por el despliegue nacional-popular desarrollista, bloqueó
los procesos democráticos y los liderazgos de "nuevo tipo" (Ernesto Baud, Michiel et al.
Noe, Tomás Ticuazu y Marcial Fabricano) que se lanzaron a la 1996 Etnicidad como Estrategia en América Latina y el
arena política al calor de la Marcha por el Territorio y la Dignidad Caribe. Quito: Abya-Yala.
de 1990 y acabaron subordinados a partidos neoliberales. Al igual Guerrero, Andrés
que los dirigentes kataristas, varios de ellos fiieron cooptados 2000 "El proceso de identificación: sentido común
por el estado. Marcial Fabricano, el dirigente más visible de esa ciudadano, ventriloquia y transescritura", en: Gue-
marcha llegó incluso a ser viceministro en el primer gobierno de rrero (comp.). Etnicidades. Quito: F L A C S O - I L D I S .
Gonzalo Sánchez de Lozada (1992-1997). La ahanza inicial de los Molina Argandoña, Wilder
principales dirigentes del movimiento indígena de tierras bajas con 2011 Somos creación de Dios, ¿Acaso no somos todos iguales... 1
Evo Morales, a través del Pacto de Unidad, se fue resquebrajando La Paz: Fundación T I P N I S - C I P C A Beni-ONG
durante su primera gestión de gobierno. Ya en la VII Marcha del Taupadak.
2010, la protesta indígena por la reducción de escaños para los Porto-Gon^alves, Carlos
pueblos indígenas, de los 16 propuestos por el Pacto de Unidad a 2001 Geo-grafías. Movimientos sociales, nuevas territoria-
sólo 7 (de un total de 130 diputados), muestra que el MAS no estaba lidades y sustentabilidad. México: Siglo XXI.
dispuesto a tolerar más que a una minoría indígena la Asamblea Rivera Cusicanqui, Silvia
Plurinacional. Además, la marcha fue abortada en Santa Cruz, sin 2008 "Colonialism and Ethnic Resistance in Bolivia:
conseguir ninguno de sus objetivos. A View from the Coca Markets", en: Fred Rosen
Con la VIII y IX marchas del TIPNIS, y con la (post) consulta (ed.). Empire and Dissent. The United States and
organizada por el gobierno en 2012, las organizaciones indígenas Latin America. Durham: Duke University Press.
quedaron a la defensiva, fueron fragmentadas y cooptadas a través 1984 Oprimidos pero no vencidos". Luchas del campesinado
de abrumadoras concesiones prebéndales y perdieron mucho del aymara y qhichwa, 1900-1982. La Paz: H I S B O L -
impulso original. La judiciaHzación de la protesta, junto a la polí- CSUTCB.
tica de "divide y reinarás", han sido pues eficaces para neutralizar Soto Santiesteban, Gustavo
el enorme impulso que llegara a adquirir la insurgencia indígena 2013 "La metáfora del T I P N I S " , en: Varios. TIPNIS:
de tierras bajas. En este proceso, la "etnicidad estratégica" enar- Amazonia en resistencia contra el Estado Colonial en
bolada por los indígenas, tanto como por el estado, cedió paso a Bolivia. Madrid: Otramérica.
una "etnicidad táctica", que mantiene el fuego de la rebefión en Svampa, Maristella
el seno de las comunidades, aunque inscrito en sus prácticas co- 2 008 "La disputa por el desarrollo. Territorios y lengua-
tidianas, en el día de su alimentación y su trabajo, en sus modos jes de valoración", en: Cambio de época. Movimientos
de comunicación propios y en su ciclo de rituales y fiestas. De sociales y poder político. Buenos Aires: Siglo XXI.
ser así, no puede ni debe afirmarse que la derrota de los pueblos 2011 "Extractivismo neodesarrollista y movimientos
indígenas del TIPNIS es un hecho consumado, ni de que la chispa sociales: ¿Un giro ecoterritorial hacia nuevas al-
de la resistencia se haya extinguido irreversiblemente. ternativas?". Quito.
60
M I T O V DESARROLLO E N B O L i m

Tórrez, Paloma, Patricia Quiñones y Marcelo Becerra


2013 "Marchando a la Loma Santa. La larga resisten-
cia por el territorio y la vida", en: Varios. TIPNIS:
Amazonia en resistencia contra el Estado Colonial en
Bolivia. Madrid: Otramérica.
Van Cott, Donna Lee.
Mito, olvido y trauma colonial
2000 The Friendly Liquidatim of the Past: The Polines of Formas elementales de la resistencia
Diversity in Latin America. Pittsburgh: University cultural en la región andina de Bolivia
of Pittsburgh Press.

La reelaboración de la memoria colectiva de un pueblo colonizado


-el pueblo aymara- se analiza aquí en la situación (post)colonial
de los Andes centrales en el siglo X X , con el trasfondo histórico
más amplio de las luchas anticoloniales desde el X V I .
Las ciencias sociales hegemónicas suelen ver la vitalidad de
la resistencia aymara -la permanente reelaboración de sus expre-
siones culturales y sus proyectos políticos autónomos- como un
enigma o una supervivencia cultural anómala. En las élites mestizo-
criollas parece anidar la esperanza decimonónica de la inminente
extinción de la raza indígena (entonces por violencia y enfermedades,
hoy por los medios más sutiles de la colonización de las almas).
Varios ciclos de insurgencia étnica, con secuencias que alternan el
triunfo y una derrota casi siempre sangrienta y dolorosa, se pueden
distinguir en ese proceso histórico.
En el siglo X V I surgió el Takiy Unquy (o enfermedad de la
danza), una movilización mítica de danzas y cultos a las wak'as,^
que exhortaba a Ixs danzantes a renegar de los dioses impuestos o
a reinstaurarlos de manera heterodoxa (Millones 1993). Luego, un
período de reflujo y lucha solapada respondió a la "extirpación de
idolatrías" mediante la práctica clandestina de ritos y "brujerías"

1 Lugares sagrados y poderosos que se distribuyen en la geografía de los Andes


y señalan los espacios de las deidades de la oscuridad y del interior de la
tierra. Según disposiciones del Segundo Concilio Límense (1567-1568).
62 MITO, OLVIDO Y TRAUMA COLONIAL 63
M I T O Y DESARROLLO E N B O L i m

{cf. Spedding, 1997). La resistencia cultural codificada también se En la coyuntura rebelde de 1771-1781 se puede observar
expresó en el baile religioso o devocional, que hoy podemos obser- un entramado similar de estrategias de sublevación abierta y
var en las entradas folklóricas de los pueblos andino-aymarás, como lucha cultural solapada, así como de una guerra simbólica contra
la del Señor del Gran Poder: un Cristo trifaz pintado en el siglo los españoles mediante acciones colectivas que dramatizan la
X V I I que encarna una fuerza maligna y benigna a la vez, cuyas tres revuelta, grandes demostraciones de fuerza y la participación de
caras representan los tres picos del Illimani, el principal Achachila los españoles en los rituales del poder indígena. En los pueblos
de la región. Con esta danza procesional los comerciantes de coca tomados por los rebeldes indígenas, se invierten las relaciones de
y de alcohol, los contrabandistas y los abastecedores de alimentos dominación: se ofrece a los españoles vencidos que se integren en
básicos se reapropian del escenario urbano, marcan los rangos, los la polis comunal como un machaq común (comunidad nueva). Esa
prestigios y los valores nacionales de la mayoría de la gente de La condición de minoría de edad los subordina a los vencedores y los
Paz. A la vez, existen testimonios e iconografías que colocan lado obliga a transculturarse: deben aprender los modos de trabajar,
a lado la imagen del Señor del Gran Poder con su opuesto ctónico, vestir y comer de "los vencidos" (Thomson, 2007).
el diablo, o representan al propio Cristo con cara roja y cuernos Orlando Huanca (Huanca, s/f; Alvarado y Huanca, 1992) ha
negros (Pinaya y Vaca, 2010; Barragán etal., 2010). mostrado el teatro como política de resistencia en su reflexión
El nexo entre danza y rebelión se nutre de estas reversiones sobre el "Relato de la Conquista", que cada 5 de octubre se re-
y posibihdades dialécticas. La imposibifidad de una síntesis hace presenta en Yarwiquya. Una comparsa de Inkas representa un
que los momentos épicos se yuxtapongan con períodos largos de Auto Sacramental del siglo X V I I I , que copistas y transcriptores
trauma colectivo, en los que la resistencia asumió formas de ca- han reelaborado por siglos a partir de una remota versión ori-
rácter simbólico y ritual. Desde sus formas crípticas y tradicionales, ginal. La obra -que dura más de cuatro horas- narra la mutua
esta trama de mitos y de relatos orales que nombra y transforma incomprensión entre Pizarro y los Inkas, entre el castellano y el
la realidad puede estallar en múltiples sentidos en el momento de qhichwa. En lo formal, la obra también resiste la imposición de
la rebelión abierta. formas coloniales y recupera el escenario circular, la alternancia
La identidad indígena no es una continuación estática y entre la obra y la fiesta, y la presentación de personajes propia del
repetitiva de algunos signos puros u originarios: es más bien un teatro prehispánico.
proceso complejo, dinámico y ambivalente, cuya dinámica -en También en las sublevaciones y estrategias legales de los
forma paradójica- reproduce el propio colonialismo.- Las formas apoderados indígenas de 1881 -1900, y de los caciques-apoderados
de resistencia ritual y el recurso al mito como codificador de la de 1910-1940, las formas racionales de la deliberación y la lucha
memoria histórica hacen posible que se desmonte esta matriz legal se yuxtaponían con ceremonias y peregrinajes rituales, con
fundante. Aflora allí una conciencia anticipatoria, una política del los cuales comunarios y caciques elaboraban memorias míticas
deseo colectivo que revierte ese mundo al revés y transforma las para conjurar el trauma colonial. Tanto los rebeldes del ciclo de
posibihdades de la historia. los Katari-Amaru (siglo X V I I I ) como los caciques-apoderados del
siglo X X emplearon en sus edictos y peticiones la propia legislación
Antonio Gramsci destacó esta paradoja: "Los grupos subalternos están
de Indias, pero a la vez conjuraron la maldad del enemigo al invocar
siempre sujetos a la actividad de los grupos que gobiernan, incluso cuando a las deidades ancestrales y usar símbolos poderosos como el de
se rebelan y se sublevan" (cit. en Guha, 1997). Gayatri Spivak plantea un la serpiente {katari). En tiempos de paz, Ixs especialistas rituales
radical desafío a la posibilidad misma de que el subalterno pueda ser un iyatiris, qulliris, ch 'amakanis), junto a escribanos y qilqiris indígenas,
sujeto autónomo de habla: Can the mbaltem speak? (Spivak, 1997).
64 MITO, OLVIDO Y TRAUMA C O L O N I A L 65
M I T O Y DESARROLLO E N B O L i m

organizaron la estrategia legal y hermenéutica que permitió el Aunque antes hubo otras sublevaciones importantes (la de
rechazo legal de la expansión latifundista tras las reformas libe- Laureano Machaqa en 1958, la de los mineros de Milluni contra
rales de 1870-1880. Las mujeres fueron vitales en estas fuerzas el dictador Barrientos, 1964-1969), la masacre de Tolata (enero
organizadas en células: su memoria mítica cotidiana (los cuentos, 1974) marcó un quiebre en la historia contemporánea de Bolivia:
síw-sawís y relatos testimoniales) son a la vez narraciones históricas fue el comienzo del fin del Estado de 1952 (Zavaleta, 1983,1990).
y enjuiciamientos éticos al orden establecido. La organización sindical se había articulado de modo distinto
La moraleja de estos relatos suele aludir a la esperanza mi- entre el campesinado parcelario de Cochabamba (víctima del he-
lenarista de una renovación social libertaria. Analicemos uno de cho represivo) y los comunarios del altiplano (que lo vieron como
estos mitos, que reaparece en distintos momentos de la historia una brutal agresión colonial), pero las demandas étnicas y antico-
en boca de diversos protagonistas del mundo indio y cholo de La loniales se expresaron según las formas comunales. Con la masacre
Paz y El Alto: la historia de Chuqil Qamir Bernita, registrada en de Todos Santos, el 2 de noviembre de 1979, el estado colonial
el Taller de Historia Oral Andina ( T H O A ) con los testimonios de respondió a la ruptura del Pacto Mifitar-Campesino y castigó la
un descendiente de los caciques-apoderados, una mihtante de la independencia política que las comunidades andinas asumieron
Federación Obrera Local ( F O L ) y varios participantes en el blo- durante las elecciones de 1978 y 1979. Este hecho represivo brutal
queo de caminos de noviembre-diciembre 1979.' reveló el núcleo duro colonial del estado republicano: se castigaba
preventivamente al mundo aymara de El Alto y las laderas de La
Paz por haberse comportado como ciudadanos autónomos y libres.
Telón de fondo Los bloqueos de caminos, iniciados a pocos días de la masacre,
incorporaron elementos de una memoria más larga. El liderazgo
En otros trabajos he señalado que el movimiento katarista- katarista asumió el legado de los rebeldes del siglo X V I I I y condenó
indianista emergió de una dinámica ideológica del horizonte a la sociedad racista que se proclamaba democrática: la formulación
estatal-civihzador de 1952, que he llamado la memoria corta de la más coherente de la propuesta anticolonial aymara.
democracia plebeya revolucionaria, y que se articula con la memoria Desde esta coyuntura histórica -y, más adelante, otros mo-
larga de la rebelión de los Amaru-Katari en el siglo X V I I I (Rivera, mentos y contextos- intentaré develar la capacidad del pensamien-
2011 [1984]). Su expresión púbHca más contundente fueron los to mítico como codificador metafórico de la memoria indígena
bloqueos de caminos de noviembre de 1979. En Las masas en contra los dolores de la violencia estatal. ¿Cómo respondieron las
noviembre, Rene Zavaleta señala el largo proceso de acumulación poblaciones rebeldes al trauma de la derrota y la subordinación?
histórica que culminó en esa acción de masas inédita contra las ¿Cómo funcionó este núcleo de violencia propulsor de una retirada
estructuras de subordinación pasiva del Pacto-Militar-Campesino de simbólica al ámbito del mito? ¿Qué dispositivos modificaron sus
1964, y contra la herencia degradante de décadas de sindicalismo significados según las urgencias políticas del presente?
chentelar (Zavaleta, 1983; Rivera, 1984).

Protagonistas y versiones
3 Ver al respecto El Indio Santos Marka Tula, del THOA, Mamani Condori
1991a, Lehm y Rivera 1988. Se ha consultado también la versión de Aunque no menciona a la Masacre de Todos Santos, el trabajo de
Spedding (s.f.) grabada en los Yungas y el libreto de la radionovela inédita
Carlos Mamani Condori plantea una relación directa entre el mito
del THOA, Chuqil Qamir Bernita.
66 MITO, OLVIDO Y TRAUMA C O L O N I A L 67
MITO Y DESARROLLO E N BOLIVIA

de Chuqil Qamir Wirnita y el bloqueo de caminos de noviembre la misma Wirnita. Pero la gente que va a buscar oro o que quiere
de 1979, que paralizó las principales ciudades del occidente del país desencantar a la ciudad sufre penurias. L a ciudad encantada está
y r e a v i v ó la táctica del "cerco aymara" de 1781 (Mamani, 1991a; resguardada por serpientes, y los españoles y criollos apimtan con
sus carabinas a las campanas de la iglesia principal, para desencan-
Rivera, 1984). C i t a r é su versión, que alterna relato e interpreta-
tarla y devolverla a la civilización.
ción, para después entrelazar mi propia visión de los sentidos que
Otras variantes del mito señalan que los kataris, hijos de Wir-
podría asumir el mito.
nita, viven aún en las torres de algunas iglesias, como ser la de Sika
Sika y la de San Francisco en L a Paz. E n el caso de la ciudad de L a
E l mito de Chuqil Qamir Wirnita relata una situación ocu- Paz, se tiene la idea -o la esperanza- de que el día menos pensado
rrida en tiempos coloniales, que se reproduce permanentemente también ha de ser encantada por los kataris, o sea que la civiliza-
a lo largo de la historia contemporánea. Wirnita era hija del más ción ha de ser invadida y ocupada por la oscuridad y el salvajismo.
influyente vecino de una ciudad española [de la región andina, L a recreación del mito es permanente. Entre los meses de agosto y
SRC], que como toda ciudad colonial era un enclave dentro de un octubre de 1979, se supo que había una nueva Wirnita en la ciudad
espacio todavía no dominado. A pesar de los varios pretendientes de Wyacha y que sus crios habían nacido en el hospital general
que la merodeaban, Chuqil Qamir Wirnita es seducida y acepta de L a Paz. Esto llegó incluso a las radios, donde se señaló que por
a sólo uno de ellos: Katari (serpiente). U n ser que, como en el
ser una "superstición" no valía la pena ocuparse del asunto. Pero
tiempo del simsupacha,'' se convierte en humano y adopta la fiso-
mucha gente ñie en su busca, y varios afirmaron haberla encontra-
nomía hispana: rubio, de piel blanca y lleno de joyas; vestido con
do. L a gente creía que la ciudad de L a Paz pronto sería encantada
elegancia. Sólo aparece por las noches, porque de día retorna si-
por los kataris. L o cierto es que en noviembre del mismo año, el
gilosamente, después de visitarla, y recupera su figura animal para
país se vio sacudido por una oleada de movilizaciones campesinas,
ir a dormir a su cueva (chinkana). Los padres de la joven se dan
cuyo eje más radical eran los aymarás del altiplano. E l bloqueo de
cuenta de que su hija es pretendida por un extraño y buscan iden-
caminos, que duró más de 15 días (y reprodujo, en cierta medida, el
tificarlo. Mediante un ardid dan con su morada, que se encuentra
cerco de Katari a la ciudad de L a Paz en el siglo XVIII), paralizó por
en lo más mpido del monte, y descubren que es una serpiente.
completo el abastecimiento de productos agrícolas y suscitó en la
Para el cristiano, como sabemos, la serpiente es la personificación
ciudad profundos temores de una invasión india. Estos sucesos nos
del demonio.
permiten nuevamente señalar al mito como una fuerza histórica: el
Pero los amoríos de Katari con la joven española habían ya lle- clima ideológico de resistencia anticolonial y de esperanza en un
gado muy lejos: ella estaba preñada. Sus hijos también nacieron triunfo sobre los opresores, alimentó una movilización histórica
serpientes, y los padres decidieron quemar a esos engendros demo- del campesinado-aymara, y fue una fuerza importante en su acción
níacos y exorcizar a la mujer. Cuando estaban procediendo a ello, "espontánea" (Mamani, 1991a: 10-11).
sucedió el encantamiento: el espacio conquistado por los españoles
fue invadido por los kataris, que en ese momento hicieron oscure-
cer el día. Desde entonces la ciudad se halla encantada, y cuando ¿ Q u é o c u r r i ó ese 2 de noviembre, quince días antes de los
uno de los nuestros llega allí sin malas intenciones, es atendido por bloqueos de caminos? E l 1°, el coronel Alberto Natusch Busch
dio un golpe contra el gobierno provisional de Walter Guevara
4 Tiempo de la semioscuridad, tiempo nuboso de la humanidad aún no ple- Arce (sostenido por su partido, el Movimiento Nacionalista R e -
namente racional. E n la tradición oral indígena, en esta edad primigenia volucionario, MNR, y una precaria afianza parlamentaria), que
los animales se comunicaban con los humanos e interactuaban con ellos p r o v o c ó marchas y barricadas en el centro de L a Paz. A la vez, al
en el plano moral y del conocimiento. Ver al respecto "¿Podemos a través
mediodía del 1°, en los barrios de migrantes de las laderas y E l Alto,
de los cuentos conocer nuestra historia?", en Mamani, 1991b: 17-24.
68 MITO, OLVIDO Y TRAUMA C O L O N I A L 69
M I T O Y DESARROLLO E N B O L M A

comenzó la festividad del retorno de los difiintos: Todos Santos. Las condiciones ideológicas de la movilización de 1979 se
En las casas se arman grandes mesas y las familias y vecinos visitan habían ido creando desde fines de los años 1960, a través de una
a quienes tienen difunto/reíco (uno a tres años). Al mediodía del sutil penetración del discurso y del liderazgo katarista-indianista
2 los deudos y sus invitados van a los principales cementerios con en las estructuras del sindicafismo para-estatal (Pacto Militar
comida, trago y coca para festejar toda la tarde: comen, beben y Campesino). La culminación de este proceso fue la elección, en
tocan música para los difuntos. junio de 1971 (días antes del golpe del general Hugo Banzer) de
Aquel día 2 los helicópteros de la Fuerza Aérea Boliviana ame- Genaro Flores Santos como Secretario General de la CNTCB.
trallaron a esas multitudes ebrias, de luto, que se arremolinaban La resistencia clandestina de los kataristas durante la dictadura
en la zona del Cementerio de La Paz (corazón de la ladera oeste) de Banzer, la expansión de su influjo a todos los departamentos y
y en los cementerios de Villa Ingenio, Santiago 11 y Alto Lima. la combinación de estrategias de resistencia material y simbólica,
Al general Doria Medina, quien condujo el operativo, se lo llamó marcaron la década de 1970 y el retomo del indio.
Mariscal de la Muerte. La Comisión de Justicia y Paz contabihzó El influjo katarista no es ajeno al renacer del mito de Chuqil
más de 300 víctimas fatales (entre muertos y desaparecidos), y Qamir Wirnita: la protagonista principal de ambas esferas de la
varios centenares de heridos. La conexión urbano-rural funciona imaginación colectiva es una serpiente. La densidad interpretativa
de modo electrizante. de este símbolo parece conectar ambos procesos. Así se gesta una
segunda condición ideológica para una movilización rural de largo
(...) la prueba de fuego para la [Confederación Sindical Única de aliento: el mito de Chuqil Qamir Wirnita anuncia la llegada de
Trabajadores Campesinos de Bolivia] C S U T C B fue su participación una nueva era, en la que los centros de poder colonial quedarían
en la resistencia contra el golpe del Cnl. Natusch Busch (1-XI.79-
parahzados por el encanto y volverían a reinar los kataris. El templo
16.XI.79) atendiendo a la consigna de la [Central Obrera Bolivia-
na] cob de "huelga general y bloqueo de caminos". Acosados por de San Francisco, la ciudad intermedia de Viacha y el Hospital
una intensa presión popular, los golpistas sólo pudieron mante- General de La Paz son epicentros de la resistencia contra el golpe.
nerse dos semanas en el gobierno, desatando una feroz represión El primero preside la amplia plaza del mismo nombre, el lugar
contra la población de [El Alto y] La Paz, con un saldo de centena- por excelencia de las masivas concentraciones de la U D P , donde
res de muertos. Una devaluación del 25 por ciento en el peso boli- el r de noviembre los tanques barrerían a sangre y fuego las ba-
viano, decretada por Namsch poco antes de su caída y confirmada rricadas de los estudiantes y trabajadores de La Paz. La ciudad de
por el gobierno provisional de Lidia Gueiler hizo que se pasara Viacha es el eje fabril-campesino de una vasta red de rutas hacia el
de la resistencia antigolpista a la huelga reivindicativa en las áreas
altiplano, las minas y la frontera con Chile. Al Hospital General
rurales, mediante un masivo movimiento de bloqueo de caminos a
escala nacional. (Rivera 1984: 173) fueron a dar muchos heridos y muertos por las balas del Mariscal
de la Muerte. La inminencia del encantamiento de la ciudad y de
El bloqueo se suspendió sólo después de que el gobierno de la invasión de kataris al mundo civilizado de la urbe se condensó
Gueiler revirtiese esa medida, aunque la crisis política que desató en estos espacios.
la movilización autónoma del campesinado indígena no se resol- En Ocobaya, Alison Spedding ha recogido otra versión que
vería (temporalmente) sino hasta fines de 1982, con el retorno tiene un desenlace similar pero varía en detalles significativos.
de la democracia y el reconocimiento a la Unidad Democrática y Wirnita no sería una joven española, sino una mestiza, hija de un
Popular ( U D P ) como gobierno constitucional tras haber ganado vecino español con una india o chola yungueña. Además, su visitan-
tres elecciones. te nocturno no es un gringo sino un indio aymara elegantemente
70 MITO Y DESARROLLO E N B O L I V U MITO, OLVIDO Y TRAUMA C O L O N I A L

vestido y con chalina de vicuña. El encantamiento de la ciudad y la de sus perseguidores: revirtieron y proyectaron el espejo de sí
invasión de serpientes figuran también en la versión de Spedding, mismos, acuñado en la ideología dominante del indio rebelde,
con el añadido de que sólo una niña o un niño suxtallu (con seis irracional e imprevisible.
dedos en la mano o pie) podría desencantarla. En este caso, el
desencantamiento de la ciudad no implicaría el retorno de la
dominación colonial sino la recuperación de la historia propia y La versión de Eucaliptus
la superación del tiempo colonizado. La reactualización del mito
en los meses previos a la masacre de Todos Santos y al bloqueo de Petronila Infantes, dirigente anarquista fundadora de la Unión
caminos de noviembre-diciembre 1979 indica un proceso similar: Sindical de Culinarias en 1936, nos relató otra versión de este
el presente como conciencia anticipatoria del futuro {qhipnayra mito en 1985. Ella había vivido su adolescencia en Eucaliptus,
íiñtasis samaqapxañant). donde ayudaba a su madre a atender a los gringos de una em-
presa que buscaba el tesoro escondido de los Jesuítas en Cho-
Otra actuahzación del mito de Chuqil Qamir Wirnita se
quetanga, cuya puerta de ingreso era esa población orureña.
produjo en la zona de Chulumani tras el levantamiento cocalero
Dijo doña Peta:
del r de octubre de 1980.' La política antidrogas del gobierno de
los Estados Unidos había acumulado abusos como la confiscación Ellos llegaron con su plano para buscar ese tesoro, cuarenta grin-
de bienes y la obhgación de vender al acopio estatal la cosecha gos con sus rifles. Dice que por ese lado de Choquetanga a me-
entera de coca* de los Yungas. El último día de septiembre una diodía, cuando hacía sol, dice que las víboras se cruzaban de todo
patrulla allanó la casa de un cocalero de Villa Remedios, violó a color, unas con otras, bichos de toda clase, mortíferos. Se han ido
su mujer delante de él y saqueó sus pertenencias. Por la noche, los gringos porque la mayoría ha muerto, las víboras grandes los
una multitud enfurecida se dirigió al pueblo y mató a seis de los trituraban en las palmeras. (En Lehm y Rivera, 1988: 178-179)
siete agentes. En los Yungas, el mito se combina con la versión
Años más tarde, Gunnar Mendoza me envió la copia de un
de que la serpiente churisik'i trae mala suerte a quien la encuentra
entre la maleza. Cuando los mifitares invadieron la región para recorte de periódico:
vengar la muerte de los agentes, los cocaleros huyeron a las ci-
Ha llegado a la ciudad de L a Paz la comisión de arqueólogos y
mas de los montes y se esparció la versión de que aüí esperaban exploradores británicos enviada por The Sacambaya Exploration
muchas churisikHs: un castigo de Chuqil Qamir Bernita a los sol- Limited de Londres, para continuar las excavaciones en la provin-
dados que perseguían a los cocaleros. Una atmósfera de pánico cia de Inquisivi, buscando el tesoro escondido por los jesuítas en el
marcó las incursiones; más de uno se topó con una serpiente y año 1767. (cit. en Lehm y Rivera, 1988: 15)
huyó despavorido.
Lxs yungueiíxs, al asustar a los soldados del ejército con sus Doña Peta explica el fracaso de la expedición por el control
cuentos de churisik'is, volcaron la imagen de lo salvaje en contra mágico sobre el territorio y sus riquezas:

5 L a autora recogió la información en los Yungas, como parte de una inves- Han fracasado pues, en su intento de conseguir ese tesoro: recorre
tigación para el guión Chuqil Qamir Bernita o la Serpiente que Quiso ser Dios, el oro más allá, por donde sea recorre. L a Wirnita de Chuqil Qa-
un largometraje de ficción que nunca se realizó. mir, eso es pues en Choquetanga, un lugar mortífero. (En Lehm y
6 L a hoja de coca que acopiaba el estado se convertía en pasta base que ex-
Rivera, 1988: 17)
portaban los generales del narcogolpe de Luis García Meza (1980-1982).
72 73
MITO Y DESARROLLO E N B O L M A MITO, OLVIDO Y TRAUMA C O L O N L U ,

El mito parece contribuir a crear la atmósfera que rodea a la bloqueos de caminos reactualizan el cerco de las tropas de Tupak
expedición y conduce a su fracaso. Lo irónico del caso es que los Katari en 1781. Se forja así la identidad katarista, con el símbolo
ingleses no habían venido sólo en pos del tesoro, sino también en de la serpiente que el relato de Chuqil Qamir Wirnita invoca de
una misión científica y civilizadora: la de destruir la superstición modo cotidiano en cada hogar aymara en regiones vastas y diversas
de la maldición jesuíta sobre esas riquezas. La expresaba el mapa: del país. Chuqil Qamir Bernita también aparece en los ritos y los
"Tú que llegas a este lugar, retírate. ¡Las riquezas que pertene- rezos de los yatiris en las apachetas de Waraquni, la Cumbre y
cen a Dios nuestro señor no son para los humanos!" (ibtd.). El otras alrededor de La Paz. En agosto, cuando se abren las bocas de
fin catastrófico de la expedición, que no se registró en la prensa la tierra las invocaciones a esa fuerza femenina con poder sobre
de la época, permanece en la memoria de doña Peta: las fuerzas el oro y la plata la convierten en una suerte de código mínimo del
del monte en la figura de una mujer mestiza, como ella misma, mito: la forma más críptica y quizás retorcida de la memoria, una
imbuida de un poder moral y cultural. suerte de talismán ritual con sentido sólo para ciertos grupos de
personas en determinados contextos históricos.
En el segundo, el mito se vuelve en contra de la sociedad
Cierre de telón opresora y se proyecta en imágenes de serpientes que devoran a
los gringos que se atreven a codiciar las riquezas o asustan a los
Cuando estas versiones se analizan unidas a las diversas formas de soldados que reprimen a lxs cocalerxs. El fantasma del otro, con-
resistencia cultural y política de la historia reciente, nos muestran vertido en realidad, opera sobre la conciencia de los invasores y
dos registros de la eficacia del mito en su articulación con la his- marca su experiencia subjetiva. El espacio que habitan los kataris
toricidad de la acción colectiva indígena: de Wirnita es un territorio salvaje, que en la versión de Eucaliptus
En el primero, el mito ilumina la experiencia de la sociedad sirve de escondite a un tesoro que los jesuítas enterraron en la
oprimida; crea la expectativa de un tiempo aciago por venir y su época colonial. Lo salvaje se apodera de lo civilizado, destruye su
otra cara: la posibilidad de subvertir el mundo atreves que instauró misión civihzadora y de paso devora a algunos expedicionarios.
el colonialismo. La idea de que las serpientes de Wirnita, nacidas En la versión yungueña, las fuerzas represivas sufren una suerte
en el hospital, encanten La Paz precede y prepara el clima para parecida, aunque aquí el fantasma del indio rebelde es una amenaza
el bloqueo de caminos, pero además anticipa la masacre. Esta de la naturaleza. Los soldados que buscan cocaleros en las densas
violencia colonial rompe la Hnealidad histórica y reedita el trauma laderas comparten los mismos patrones culturales con sus presas:
esta suerte de complicidad sustenta la eficacia del mito.
de la conquista. Como en el siglo X V I , surge la posibilidad de res-
tauración de un tiempo antiguo, el de los kataris, como posibilidad Amanera de epílogo, me gustaría mencionar una versión más:
de liberación y reversión del trauma. El mito invoca las almas la novela El festejo del deseo, de Juan Claudio Lechín. Allí Wirnita
de los antepasados muertos -que yacen en el mundo ctónico del acaba seducida (o violada) por un cura. Esta lectura coloniza al
manqhapacha-' quienes se unen a los vivos en su rebefión contra mito y lo inscribe en el imaginario mestizo-criollo de posesión
la sociedad dominante. En ese nexo entre la acción colectiva de la mujer indígena, sexualmente apetecible para el macho do-
presente y la memoria larga de la lucha anticolonial indígena, los minador También cita la visión cristiana del carácter tentador de
la mujer demonio que incita al pecado y a la transgresión, fruto
de la cual nacerían, como un castigo, los hijos-serpientes. Este
7 L a cosmología andina reconoce la existencia de tres pachas o tiempo- grotesco ejercicio de la imaginación colonial y patriarcal de la
espacios.
75
74 MITO, OLVIDO Y TRAUMA C O L O N I A L
MITO Y DES.\RROLLO E N BOLIVIA

"clase a medias" boliviana (Lechín 1993) es la interpretación más La reversión de esa victoria prolongada, en el nuevo contexto de
retorcida el mito. un gobierno indígena, tiene que ver con el otro signo del oro y
Contra esta figuración, las versiones anteriores leen al mito de la plata, que en el mito de Bernita pertenecía a lo sagrado, y
como memoria encarnada, ritualizada y codificada, mediante la que hoy se ha desencantado en la acumulación febril de dinero y de
cual se apela al pasado para resistir la opresión del presente y poder que vive el mundo cocalero en la Bolivia plurinacional del
devolver el imaginario colonial al opresor. No hay pues, un acto capitalismo de estado. Pero eso es tema de otra historia.
de olvido o de amnesia como reacción ante el trauma sino una
codificación de la memoria y su supervivencia cotidiana como
mito o relato oral, que pasa de boca en boca entre generaciones. Bibliografía
El mito como código cultural permite reinterpretar la opresión y
la liberación; son movimientos pendulares en un tiempo histórico Albo, Xavier y Matías Preiswerk
en espiral. En un nuevo ciclo de insurgencia indígena y popular 1986 Los señores del Gran Poder. La Paz: Centro de Teo-
urbana, el mito rearticula los sentidos de la memoria histórica logía Popular-Taller de Observaciones Culturales.
y los proyecta en acciones, materiales y simbólicas, contra los Alvarado, Hugo y Orlando Huanca
opresores, nuevos o antiguos. En La Paz siempre se ha dicho que
1992 La Conquista. Obra de teatro.
hay serpientes en el campanario del templo de San Francisco: el
Guha, Ranajit
contenido subversivo del mito se reactiva con el rumor sobre el na-
1997 "La prosa de contrainsurgencia", en: Silvia Rivera
cimientos de los hijos-serpiente en el hospital general, que anticipa
la masacre de Todos Santos y prepara las condiciones subjetivas y Rossana Barragán. Debates postcoloniales. Una in-
para su momento opuesto, el encantamiento de la ciudad opresora troducción a los estudios de la subaltemidad. La Paz:
como promesa de libertad. Así se dio la movilización masiva del Historias-SEPHIS-Aruwiyiri.
bloqueo de caminos y el cerco indio sobre La Paz (noviembre- Huanca, Orlando
diciembre 1979). s/f "¿Es posible un teatro andino?". Manuscrito.
La articulación entre mito e historia explica la rebeldía indíge- Lechín, Juan Claudio
na en lo que hoy es Bolivia. Este nexo, cuya larga historia comenzó 1993 El festejo del deseo. Cochabamba: Los Amigos del
con el Takiy Unquy del siglo X V I , se reactualizó en la movilización Libro.
de Tupak Katari en 1781, en el movimiento de caciques-apodera- Lehm, Zulema y Silvia Rivera
dos de los años 1920-193 O y en la movilización katarista-indianista 1988 Los artesanos libertarios y la ética del trabajo. La Paz,
de los años 1970-1980, en cuyo contexto se produce la masacre de Taller de Historia Oral Andina.
Todos Santos y la revitalización del mito de Chuqil Qamir Wirnita. Mamani Condori, Carlos
Se han explorado otras versiones del mito -la de Eucaliptus y la de 1991a Los aymarás frente a la historia. La Paz: Aruwiyiri.
los yungas-, entre las que cabe resaltar la duración de la victoria 1991b Taraqu 1866-1935. Masacre, guerra y "renovación"
cocalera de 1980: hasta el 2001 los erradicadores de la coca no se en la biografía de Eduardo L . Nina Qhispi. La Paz:
han atrevido a entrar en los Yungas, y cuando lo hicieron fiieron Aruwiyiri.
derrotados y desalojados por una movilización masiva que evocó Millones, Luis (comp.)
explícitamente la memoria de la rebefión de 1980 (Rivera 2003).
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76 MITO Y DESARROLLO E N BOLFITA

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