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Discusión y conclusiones

A partir de los resultados de este estudio, es preciso señalar que las prácticas de crianza se
pueden definir como comportamientos específicos directamente observables que los padres utilizan
para socializar a sus hijos (Darling & Steinberg, 1993; Kuppens & Ceulemans, 2019), los cuales
constituyen la forma particular en que educan a sus hijos, para lo cual aplican normas, ejemplos,
experiencias y tipos de autoridad para regular sus conductas (Baldwin, Kalhorn & Breese,
1945;Andrade & Gonzales, 2016) y en donde los padres contribuyen a este proceso desde el afecto
y cuidados, como figuras de identificación y como agentes activos de socialización (Cortes &
Rodríguez, 2017).

Acerca de los estilos de crianza, tres son las dimensiones que tradicionalmente se han
considerado para su estudio: Apoyo, control y afecto. Sin embargo, al centrarse en el estudio de los
estilos de crianza, un elemento significativo es enfocarse en la crianza y específicamente, en las
prácticas de crianza desde la percepción de sus protagonistas, en este caso padres e hijos (Casaís et
al., 2017).

Al respecto, el estudio realizado tuvo como principal objetivo analizar las propiedades
psicométricas de la Escala de Estilos de Crianza (EEC) en una muestra de padres, madres y/o
cuidadores de niños, niñas y adolescentes chilenos, con el propósito de aportar evidencias de
fiabilidad y validez. Los resultados que se discutirán a continuación, tienen como finalidad
presentar el cumplimiento de la hipótesis inicial que se planteó: la Escala de Estilos de Crianza
(EEC) tendrá una estructura compuesta por cinco dimensiones y que las puntuaciones de fiabilidad
y validez serán adecuadas al contexto chileno.

Sobre aspectos sociodemográficos, señalar que en el estudio mexicano, la muestra estuvo


constituida por 790 padres y madres de la zona norte de México, con un promedio de edad de 36.34
(DE = 6.98) y un promedio de 2 hijos. Al respecto, el presente estudio presenta una muestra inferior
respecto al estudio mexicano (687 padres, madres y cuidadores), sin embargo presenta similares
promedios de edad y número de hijos. Ahora bien, la diferencia entre ambos estudios en este
aspecto radica en la selección de la muestra del estudio mexicano, considerando sólo padres y
madres, a diferencia del presente estudio que incorpora en el análisis a cuidadores, los cuales
pueden considerarse a la madre biológica o adoptiva, el padre, un abuelo o abuela, una madre
sustituta u otro cuidador primario con el cual se relacione de manera consistente (Martínez &
García, 2012; Jorge & González, 2017).
El estudio mexicano en el proceso de estudio psicométrico, considero un estudio previo en
el que se aplicaron redes semánticas naturales a una muestra no probabilística de 200 participantes,
100 papás y 100 mamás de la zona oriente de la Ciudad de México, con un rango de edad de 22 a
56 años (M = 35.65, DE = 6.74). En base a los datos recabados, se efectuó una distribución de
frecuencias que eliminó reactivos de acuerdo a niveles de discriminación establecidos. Este análisis
permitió que los 68 ítems de la escala fueran reducidos a 24 factores distribuidos en cinco
dimensiones, con valores propios mayores a 1.0 que explican el 50.62 % de la varianza (García et
al., 2014). En cuanto al presente estudio, los resultados del análisis descriptivo realizado
contemplan los resultados por cada ítem de la escala, siendo los más altos en cuanto a varianza en
….

Acerca del análisis factorial, en el estudio mexicano se realizó un análisis de modelos


estructurales, mediante el programa AMOS (v. 21). El modelo presentó índices de ajuste adecuados:
CFI = .915, IFI = .916 y NFI = .870 y RMSA = .045, en donde todas las correlaciones fueron
significativas (α < .001) (García et al., 2008). Al respecto, la estructura teórica de la EEC fue
sometida a prueba empírica en dos niveles de análisis. En primer lugar, se realizó un análisis
factorial exploratorio a la primera muestra, el cual evidenció una estructura teórica de cinco factores
correlacionada. Posteriormente, esta estructura teórica fue revalidada mediante análisis factorial
confirmatoria a partir del procedimiento de validación cruzada entre muestras independientes.

Las evidencias de fiabilidad de los factores la EEC en el estudio mexicano, con el


Coeficiente alfa de Cronbach, obtuvo resultados adecuados en todas las dimensiones del
instrumento, con un alpha de Cronbach global de .852 (García et. al, 2014). Sin embargo, al
considerarse que el coeficiente alpha de Cronbach puede no ser un buen estimador de la fiabilidad
(Sijtsma, 2009), para efectos del presente estudio, se utilizó de forma complementaria el coeficiente
Omega y Orion. Las evidencias de fiabilidad que se obtuvieron en el presente estudio, al igual que
el estudio mexicano, confirman la hipótesis inicial del estudio, cumpliendo con adecuados niveles
de fiabilidad en sus cinco dimensiones: Emocional negativo (.878), Control conductual (.798),
Permisivo (.603), Cognición negativa (.850) y Castigo (.801). En definitiva, la EEC dispone de Commented [u1]: Cómo se calcula alfa de Cronbach global?
Para comparar con estudio mexicano.
evidencias suficientes que la posicionan como un instrumento válido y fiable para su utilización en
población chilena.

Acerca de las limitaciones del estudio


Respecto al aporte de este estudio en la investigación en el ámbito de familia, proporciona
un instrumento válido y fiable que permite evaluar los estilos de crianza desde la percepción de los
padres, aspecto relevante, considerando que la literatura en torno al estudio de los estilos de crianza
tradicionalmente se ha enfocado en la percepción que los hijos tienen en torno a la crianza ejercida
por sus padres.

Esta escala, al ser complementada con otros instrumentos del ámbito familiar, podría
significar un aporte en la identificación de factores protectores y de riesgo en las relaciones padres-
hijos, ya que las prácticas educativas paternas son causa pero al mismo tiempo consecuencia de los
distintos problemas en el desarrollo de los hijos (Gómez, Del Rey, Romera, & Ortega, 2015; Franco
et al., 2014; Martínez & García, 2012; Palacios, 1999; Tur, Mestre, & del Barrio, 2004). En este
sentido, resultaría significativo que resultados del uso de esta escala proporcionen un insumo para
profesionales del área de las ciencias sociales que se dediquen al trabajo con niños, niñas,
adolescentes y sus padres, permitiendo generar estrategias para establecer relaciones saludables y
positivas entre ellos. A su vez, resulta relevante replicar en un futuro este estudio en regiones de
nuestro país u otros contextos y/o poblaciones, desde una perspectiva transcultural que se adecue a
la realidad del contexto nacional actual.

Finalmente, las evidencias de fiabilidad y validez de la EEC presentan valores adecuados.


Dichos resultados permiten fundamentar que los 24 ítems distribuidos en las cinco dimensiones que
componen la EEC, realiza una evaluación adecuada del constructo estilos de crianza desde la
percepción de los padres.

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