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Juan Guillermo Duarte Borrero

 Nombre del texto: El objeto de la psicología: el alma como cultura encarnada.


Capítulo 3: “El alma en la época moderna”
 Nombre de los autores del texto: Juan Diego Lopera Echavarría, Horacio Manrique
Tisnés, Marda Ucaris Zuluaga Aristizábal y Jennifer Ortiz Vanegas.
 Tipología del texto: Texto expositivo.
 Número de páginas: 282 páginas. Capítulo 3: 23 páginas.

Para analizar cualquier texto, situación y/o tópico, es necesario primero tener en cuenta el
contexto en el que se sitúa. Detrás de la elaboración de la obra, se encuentra principalmente
Juan Diego Lopera Echavarría, doctor en ciencias sociales, magíster en filosofía y
psicólogo de profesión. Identificado dentro de la escuela psicológica del psicoanálisis y
según él mismo, apasionado por la filosofía, (especialmente la filosofía antigua) y su
relación con la psicología “Actualmente, el tema que me interesa es una de las posibles
relaciones entre Psicología y Filosofía. […] He estado estudiando, sobre todo, la Filosofía
antigua y lo que ella propone acerca de la sabiduría práctica” (Echavarría, 24)

Es importante tener en cuenta esto, ya que la obra es una especie de sumario sobre la
filosofía del alma a través de las épocas del hombre, sus cambios y los causales de estos.

El alma como sustancia pensante

En la edad media, el concepto de alma estaba ligado completamente a Dios, y su concepto


seguía la idea del dualismo, donde el alma era un cuerpo étereo separado del cuerpo
humano o físico. No obstante, la época moderna funcionaría como un proceso para la
laicización de este concepto.

Descartes, quien es considerado el padre de la filosofía moderna, en un intento por


promover el desarrollo del conocimiento, desarrolla el método de la duda metódica,
mediante la cual llega a la conclusión de la existencia de un alma como sustancia pensante.
Sin embargo, Descartes no aleja el alma de dios, éste, como garantía de toda verdad.

Las sensaciones

Paralelo a los aportes de Descartes, aparece Francis Bacon, quién plantea la inducción
observacionista contra la deducción racionalista de Descartes, y propone un método de
carácter empírico. Mientras para Descartes, los sentidos son “engañosos” y la verdad se
encuentra en la razón, Bacon afirma que son justamente los sentidos los que permiten
aprehender la realidad.
Thomas Hobbes critica al concepto de Descartes y niega la existencia del alma como un ser
incorpóreo y según él "la sensación es un movimiento de los nervios provocado por un
movimiento exterior” (El objeto de la psicología: el alma como cultura encarnada, pág. 63)

Posteriormente, Jhon Locke plantea un concepto empirista de las ideas, estas siendo
impresiones directas de las experiencias simples, que por combinación elaboran ideas
complejas o derivadas.

Finalmente, David Hume similar a los planteamientos empiristas de Locke, afirma que las
percepciones del alma son dadas por la experiencia

La fisiología

En el siglo XIX, se dan las condiciones epistemológicas que posibilitan un abordaje


científico del alma, en consecuencia, la psicología empieza a constituirse como una
disciplina independiente.

August Comte, principal exponente del positivismo, evidencia la adherencia de nociones


religiosas y metafísicas en la psicología, como el concepto mismo del alma. Se trata de
desligar la psicología de la filosofía.

Existe un interés por una correlación entre la psicología y la ciencia, haciendo


investigaciones del sistema nervioso y el cerebro, tales como el de Joseph Gall, quién
realizó un estudio sobre la relación que existe entre la conducta y las regiones del cerebro.

La psicología adapta métodos experimentales de donde derivan construcciones teóricas que


se sirven de sólidos principios fisiológicos físicos y matemáticos.

El alma como prisión del cuerpo

Contrario a los postulados platónicos del alma encarcelada en el cuerpo, aparece Michael
Foucault, quién plantea un concepto diametralmente opuesto, en cuanto afirma que es el
cuerpo el que está aprisionado en el alma. Según Foucault, “el alma no es preexistente, sino
un alma que surge de las operaciones que, en una determinada cultura se ejercen sobre el
cuerpo” (El objeto de la psicología: el alma como cultura encarnada, pág. 73), en forma de
configuraciones históricas y sociales que teje y pone en marchar unos dispositivos y unas
técnicas de dominación.

La psicología al igual que cualquier área del conocimiento, evoluciona y se transforma de


acuerdo a diferentes aspectos socioculturales e históricos. A pesar de que no todo cambio
signifique mejoría, me parece interesante el intento de una relación entre la psicología y la
ciencia, y el estudio del sistema nervioso central.
La obra de estos 4 autores funciona, de manera que muestra aquellos cambios que trajo la
modernidad y nos permite reflexionar sobre aquellos cambios que traerá el futuro y el
camino que tomará la psicología posmoderna.

Bibliografía
Echavarría, J. D. (2015 de 08 de 24). Los investigadores te cuentan.

Juan Diego Lopera Echavarría, H. M. (2010). El objeto de la psicología: el alma como cultura
encarnada. Antioquia: Universidad de Antioquia.

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