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“…En las escuelas donde se fomenta la educación artística lo que se procura no es la perfección o la

creación y ejecución de danzas sensacionales, si no el efecto benéfico que la actividad creativa del baile
tiene sobre el alumno. La cuestión referida a la presentación de danzas en las escuelas debe abordarse,
por lo tanto, con extrema delicadeza y tendrán que seguirse ideas y procedimientos definidos que deben
ser analizados en detalle…” (Laban, La danza educativa Moderna.)
La danza es un lenguaje artístico, por tanto su inclusión en la educación formal está ligado a
la situación del arte y la cultura dentro de la sociedad. En el panorama actual, la mayoría de
las personas tiene acceso restringido a las expresiones artísticas. Esto, debido a diversos
factores, entre los que se puede mencionar la falta de interés, tiempo y dinero de las personas,
pero por sobre todo, el rol de las políticas culturales en materia de inclusión del arte en la
sociedad. Dentro de estas, el arte es considerado un bien de consumo y la participación en
los ámbitos culturales son asociados casi exclusivamente a fines de mercado, es decir se
considera participación cultural, a un agente pasivo que compra o consume arte, mas no se
considera las posibilidad de herencia de diversas manifestaciones culturales y que sean
practicadas y enseñadas para la conservación y difusión a través del tiempo
Nos enfrentamos así al problema de hacia dónde apunta la educación formal y cómo el arte
se inserta en ella. Es decir, si se trata sólo de la transmisión de información y conocimiento
específico de algunas áreas del conocimiento, o se contempla el desarrollo de las capacidades
asociadas al descubrimiento, comprensión y generación de cultura dentro de la escuela.
Constituye este un tema especialmente conflictivo para la integración del arte como
dinamizador del sistema educativo. Además del papel de los agentes que participan dentro
de este proceso; es que en realidad ¿están cumpliendo o no su rol educativo?, incluyendo
también las diversas políticas educativas, herramientas que dan funcionalidad a todo el
sistema educativo.
Las políticas educativas que se han vendido aconteciendo, y los documentos o propuestas
educativas que traen consigo, son mal interpretados o mal ejecutados por los docentes, ya
que no entran en el discernimiento, análisis de los mismos, además de que se deja solo al
docente en la inserción de estas nuevas propuestas en el campo de acción sin previa
capacitación. Uno de estos documentos, el Diseño Curricular Nacional, hablando
principalmente del desarrollo educativo de la danza, describe el proceso de cómo se debe de
llevar a cabo el desarrollo de la danza, respetando y teniendo un engranaje en los ciclos de
aprendizaje correspondiente, esto visto teóricamente, pero como se mencionó en la praxis es
totalmente lo contrario, lo cual perjudica así al desarrollo de diversas capacidades del
estudiante, en este caso, del desarrollo integrador de la danza, que a decir verdad no se valora
el sentido de herramienta pedagógica que tiene para los estudiantes.
El tratamiento de la Danza como actividad curricular en Educación, supone no perder de vista
la esencia misma de la disciplina como lenguaje artístico, sirviendo como vehículo para dotar
a los niños y las niñas de una mejor disponibilidad desde lo corpóreo, para acceder a todos
los otros aprendizajes que demanda el proceso educativo en la escuela. El docente para poder
intervenir en el proceso en su papel de mediador de los aprendizajes, debe manejar el
concepto de gestión escolar y sus dimensiones, y dentro de ellas, el quehacer educativo: la
gestión del aprendizaje de sus alumnos, (Soubal, 2008).
“Educar por medio de la Danza, consiste entonces en facilitar la germinación integral de la creatividad
con la inquietud permanente de evolución para la vida. Para que se produzca el aprendizaje debe haber
instancias de interacción, y de situaciones de relación entre los diferentes actores del proceso
educativo. El niño no sólo aprende en la escuela, sino que también constituyen fuente de aprendizaje
la familia, el medio que lo rodea y sus propios pares”. (Mariela A. Ferreira Urzúa, 2009, Un Enfoque
Pedagógico de la Danza)

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