Está en la página 1de 24

Araucaria.

Revista Iberoamericana de
Filosofía, Política y Humanidades
ISSN: 1575-6823
hermosa@us.es
Universidad de Sevilla
España

García Ferrer, Borja


La “dromocracia” o el régimen de la velocidad absoluta (Paul Virilio). Un diagnóstico de
sus derivaciones mórbidas en la existencia
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, vol. 19, núm. 38,
julio-diciembre, 2017, pp. 49-71
Universidad de Sevilla
Sevilla, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28253016003

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
a dromocracia o e r gimen de a e ocidad
a so uta Pau iri io . n diagn stico de sus
deri aciones m r idas en a e istencia.

romocrac or t e egime o so ute


Speed Pau iri io . iagnosis o its
or id Imp ications on istence.

or a arc a errer 1
ni ersidad de ranada spaña
eci ido: 24-04-16
pro ado: 02-05-16

Resumen
ste tra a o comprende dos grandes o ues. n e primero, e aminamos
en perspectiva histórica, tomando como referencia la gura de Paul Virilio, el
impacto po tico de a e ocidad. ras ugar un pape undamenta en todas as
pocas, e poder tota itario tecno gico de presente pi ota, seg n e autor
ranc s, so re e e traordinario incremento de a e ocidad ue comportan as
nue as tecno og as de a te ecomunicai n, con menosca o de concepto tradiciona
de espacio de a idea misma de stado. n e segundo o ue, pro amos e
a cance de a cr tica iri iana en e terreno de a cr tica de pato og as, en o ue
constitu e a aportaci n m s origina de art cu o. Seg n nuestra ip tesis,
e iste una discrepancia pat gena entre a gica de a ace eraci n ue unda a
in oes era e uncionamiento de os receptores umanos, en a medida ue nos
despoja, por razón de cierta “presenti cación” del tiempo real, de los tiempos
1
or a co€ otmai .com . octor en i oso a por a ni ersidad de ranada. Sus intereses de
investigación actuales son la losofía contemporánea, la ontología política, la sociología crítica y
a psicopato og a. ntre sus timas pu icaciones, destacan: a comunidad ortop dica. Por una
cr tica de pato og as desde e paradigma inmuno gico , Ise oría. Revista de Filosofía oral y
Política, 52 2015 , pp. 331-348. a constituci n de a identidad persona en e nue o capita ismo
sus repercusiones mora es , aimon. Revista Internacional de Filosofía, 67 2016 , pp. 117-
131. e o uci n espacia •desarraigo‚. na cr tica de sus imp icaciones psico-som ticas en e
capita ismo irtua , Pensamiento. Revista de Investigación e Información Filosó ca, 72, 274 2016 ,
pp. 1175-1196. a •agenesia‚ como pato og a de ci i iƒaci n su a cance en e capita ismo de a
exibilidad”, o erencia, 14, 26 2017 , pp. 119-150.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
50 or a arcía Ferrer

de e a oraci n necesarios para atender sus demandas de mo i idad. e a u se


siguen en ermedades de a adaptaci n tan in uietantes como e tendidas, como
atestigua e acientemente a ciencia emp rica.

Palabras-clave: iri io, In oes era, e ocidad, spacio, iempo, Pato og a.

Abstract
This work includes two great blocks. In the rst one, we examine the
political impact of speed from a historical point of view, taking the gure of
Pau iri io as a re erence. a ing p a ed an essentia ro e in t e past, t e
tota itarian and tec no ogica po er o present times re o es around t e
e traordinar rise o speed roug t a out t e ne te ecommunication
tec no ogies, to t e detriment o t e traditiona concept o space and t e er
idea o State. In t e second oc , e test t e scope o iri io s criticism in t e
eld of the criticism of pathologies, which is the most original contribution of
t is or . ccording to our pot esis, t ere e ists a pat ogenic discrepanc
et een t e ogic o acce eration ounded t e in osp ere and t e a s o t e
human beings, in as much as it deprives us, due to a certain “presenti cation”
o rea time, o t e processing times necessar to attend our mo i it demands.
ence it o o s a series o idespread and distur ing adaptation diseases as
demonstrated irre uta empirica science.

Key-words: iri io, In osp ere, Speed, Space, ime, Pat o og .

l iem o y el s acio murieron ayer. A ora vivimos en


lo absoluto, uesto ue ya emos creado la velocidad omni otente

. . IN I, Mani esto del futurismo

1. El régimen de la velocidad absoluta en perspectiva histórica


pesar de su indiscuti e sagacidad, ninguna ersi n de a istoria
o cial ha reparado lo su ciente, con la notable excepción de Virilio, en la
misiva de Goebbels cuando identi ca la calle, en el marco del con icto entre
naciona socia istas mar istas er n, 1931 , con a arena po tica. es ue, si
an amos una mirada atenta a a intra istoria namuno , es ci reparar en
e factum de ue e contingente re o ucionario a can a su orma idea en a go
que escapa a titulares de prensa, debates cientí cos y tertulias intelectuales, a
sa er, a muc edum re de caminantes an nimos drom manos , en t rminos

Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 51
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

psiquiátricos) que deambulan erráticos, sin rumbo jo, a la deriva. Toda


re o uci n, es cierto, unde sus ra ces en ese aga undeo in isi e por a red
de tra ectorias ue constitu e a ca e, un primer transporte com€n donde a
“libertad de ir y venir” (Montaigne) termina con gurando, en cuanto roductor
de velocidad, una m uina de asa to cu o mo imiento es asimi ado a
progreso acia una tierra ignota. Se entiende, desde este prisma, por u a
esencia de a e ocidad no es, para iri io, sino e oder: Poder e ocidad
son insepara es a igua ue ri ue a e ocidad son insepara es Poder es
siempre poder de contro ar un territorio con mensa es, modos de transporte
comunicaci n. n acercamiento a a po tica es imposi e sin un
acercamiento a a econom a de a e ocidad 2.
Para contro ar e mo imiento de as masas contener su inercia
re o ucionaria, e poder a seguido in aria emente un es uema po tico-
po icia , trans ormando os centros popu ares de circu aci n intensa transporte
r pido en grandes m uinas inm i es di ersamente a ricadas au an ,
desde las forti caciones rurales galorromanas hasta las fortalezas medievales
puramente mi itares. esde esta perspecti a, a uer a de a urgues a, por
e emp o, no estri a a tanto en e comercio como en a imp antaci n estrat gica
del “domicilio jo” como valor monetario y social, ese “derecho” a residir
allende la muralla de la ciudad forti cada que permite prever los desbordes
del ujo social, implantando toda clase de ltros en aras de disuadir a la masa
m i de a tentaci n de a ca e: as antiguas p a as pantanosas ma sanas
que rodeaban la ciudad forti cada, las viejas forti caciones, las zonas, las
i as miseria a e as pero tam i n e ospicio, e cuarte , a prisi n, no
resue en tanto un pro ema de encierro o de ais amiento como un pro ema de
circu aci n todos son ugares inciertos por ue est n entre dos e ocidades de
tr nsito, actuando como renos a a penetraci n, a su ace eraci n 3.
2
Pau iri io, l cibermundo. a olítica de lo eor, adrid, tedra, 1997, p. 15. n contraste
con ar oucau t, iri io antepone e poder de a e ocidad a poder ue representan a econom a o
e conocimiento, sin de ar de reconocer a importancia de stos. fr. Ibíd., p. 59. De hecho, el lósofo
ranc s puede presumir de protagoni ar un acercamiento nico a a ciencia po tica, en ruptura con os
presupuestos del positivismo cientí co que han guiado la teoría y la praxis desde el siglo XVIII, pero
tam i n con as di ersas corrientes antipositi istas mar ista, reudiana, constructi ista, postmoderna,
eminista, etc. aparecidas a partir de os años sesenta en e terreno de a ciencia po tica con e
nombre genérico de “Perestroika”. Aunque muchos de sus contemporáneos inscriben su losofía en
e postmodernismo, iri io se a desmarcado en repetidas ocasiones de amado pensamiento d i
para a ra ar a corriente enomeno gica, en irtud de a pro unda admiraci n ue siente por usser .
fr. Pau iri io, round ero, ondres, erso, 2002, p. 153.
3
Pau iri io, elocidad y olítica, uenos €ires, a arca, 2006, p. 17. € o argo de su pro i a o ra,
iri io uti i a indistintamente os dos conceptos sicos de a cinem tica, a sa er, e ocidad •vitesse‚
ace eraci n , a o e supuesto de ue os sicos denominan e ocidad positi a e ocidad negati a ,
respecti amente, a os procesos de ace eraci n desace eraci n . fr. Pau iri io, a vitesse de
lib ration, Par s, ƒa i e, 1995, pp. 16, 24, 45, 47, 172. Sin em argo, So„a ric„mont an seña ado
a propósito, con el objeto de ilustrar el supuesto carácter pseudocientí co de la losofía de Virilio, que la
aceleración se de ne propiamente, en términos de la ciencia física, como “tasa de variación” de la velocidad.
fr. € an So„a …ean ric„mont, Im osturas intelectuales, arce ona, Paid s, 1999, pp. 169-170.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
52 or a arcía Ferrer

No o stante, a re o uci n urguesa e tiende e estado de sitio de a m uina


inm i , como no edad undamenta , a asto campo de a naci n ar re ,
de manera ue e poder estata e orden socia se truecan, respecti amente,
en vialidad control de la circulaci n, por medio de mecanismos como e
a o amiento socia en ciudades dormitorio, os sistemas de pea e en as autopistas
o os cuarte es genera es de a gendarmer a, por citar a gunos e emp os de
a mir ada de rganos encargados de administrar a orta e a ur ana seg n e
nue o pro ecto og stico de poder, eti uetado como e ensa naciona por
a re o uci n urguesa en su particu ar a n por o er transparente e espacio
umano a a mirada po icia . e este modo, e ingeniero mi itar asume, e e ado
como sacerdote de a ci i i aci n Saint-Simon , os ga ones de castr meta ,
comp ementando su unci n mi itar con una especie de geometr a descripti a
de la naturaleza donde la nalidad de la forti cación no es tanto contener los
e rcitos como a orecer su mo imiento pues, como sa en os seguidores
de rots , e te rico de a re o uci n permanente , a de ensa de territorio
depende de a transformaci n para ser e ecti o , por ende, e arte de a guerra
de e ser estrat gico , es decir, con ugar a o ensa a de ensa en pa a ras de
un estratega c ino: n e rcito es cada e m s uerte cuando puede ir enir,
e tenderse rep egarse, como uiere cuando uiere .
esde este punto de ista, a e o uci n rancesa designa, de mo imiento
sans culotte a rec utamiento masi o de 93, una organi aci n raciona de os
ujos de circulación, un secuestro de las masas n madas por concurso de cua
as uer as popu ares parisinas emprenden, erigidas en agentes og sticos de
a po ic a , un asedio continuo a ritmo de a arse esa . e ta suerte ue,
en o sucesi o, a uer a de os e rcitos se ci ra, para raseando a Napo e n I,
en su masa mu tip icada por su e ocidad , toda e ue a nue a dia ctica
de campo de ata a introduce a so dado en a tra ectoria de os e cu os
a sticos, de orma ue a sa aci n genera estri a ine ora emente en e
ie o correr acia de ante . Se trata, en e ecto, de a primera dictadura del
movimiento, cu a capita i aci n sustitu e e ie o sometimiento a a coacci n
indeterminada e encierro ar itrario.
on e racaso de a ciudade a urguesa, consumado por a desace eraci n
de a guerra ci i acia a co isi n ur ana, os reg menes tota itarios patrocinan,
con independencia de su ideo og a, a e o uci n de stado-m uina a
p aneta-m uina , por medio de una continuaci n po icia a ma or e ocidad,
en di erentes e cu os. Para aumentar e dominio estata so re a circu aci n
de as masas, e tota itarismo pone e acento en os e rcitos as po ic as,
desarro ando p enamente a energ a cin tica de a masa re o ucionaria, es
decir, su aptitud para el movimiento, como ilustran las estas totalitarias donde
grandes con untos geom tricos integran e dinamismo de os indi iduos en una
suerte de decoraci n ca eidosc pica. n este sentido, asimi a a e ocidad de

Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 53
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

asa to a in asi n, como i ustra a guerra re mpago naciona socia ista, a


a mec nica de una re o uci n, de modo ue e o eto de a guerra se ci ra
en e ar as ronteras naciona es a territorio de otro siguiendo as consignas
undamenta es de ause€it Napo e n, o sea, por a a r pida, seg n a
declamaci n din mica de caudi o de turno.
n cua uier caso, e auge de tota itarismo es insepara e de a re o uci n
de os transportes a e decir, de as m uinas de destrucci n , como pone de
mani esto la tragedia fascista. Con la superación técnica de la plaza fuerte,
termina e io ento despotismo ue aspira a, a o a gida de os monopo ios
comercia es, a a dominaci n e c usi a de a e p anada mar tima, con irtiendo
los océanos en un vasto campo logístico. Pues bien, lejos de signi car el ocaso
de nitivo de las relaciones de dominio, cuando el transporte abandona el
e emento marino por e ecto de progreso tecno gico tiene ugar un cam io
de e ocidad de a econom a mundia sin precedentes, or mor de cua os
stados modernos se tornan tota itarios, en detrimento de as naciones cu a
superioridad econ mica en a consagrada por a pr ctica de mar. n e ecto,
la lógica del poder/mover expande su dominio sobre todas las super cies del
p aneta. •emos egado a a guerra tota .
ras a andonar a e p anada de as trinc eras, as masas recuperan su
i ertad de mo imiento a ata a po tica por construir e aparato de guerra
con la mejor e cacia dinámica posible emprende, con la apoteosis de la sociedad
de consumo, e desarro o de a industria de a comunicaci n a pro i eraci n
de american life style como te n de ondo, un cam io de rum o decisi o. n
este punto de proceso dromo gico 4, e o eti o de poder se ci ra en superar
de nitivamente los problemas creados por el acondicionamiento militar de los
territorios en a poca de as m uinas tota itarias, asta e prurito de e ar a
ca o una uerra sin a uí, a ende as a añas ogradas por e auto indado todo
terreno o as aerona es de a uft affe a emana, presentadas a a umanidad
por e capit n de Poi e marisca ring en 1915 1939, respecti amente.
n e empeño por superar a crisis econ mica de os años treinta mientras
disuade a as masas de su tendencia a a re o uci n, os stados nidos depositan
toda su con anza en la capacidad de transporte que supone la producción de
autom i es en cadena, a i o de a intuici n undamenta de e mut ot en
1937 so re a importancia de a motori aci n para aumentar e ponencia mente
e poder de as uer as de sa to naciona socia istas. Sin em argo, si ien es
cierto ue a est tica e u erante de autom i norteamericano apenas ocu ta a
sus imitaciones de e ocidad ap icadas como estratagema de ia idad po tica,
dic a pro i ici n e icu ar siem ra a semi a de un nue o inicio, en a medida

4
on este t rmino de griego dromos , esto es, e ocidad , iri io ace re erencia a a
e o uci n Industria , en aras de mostrar no s o a aparici n de a tecno og a, sino a ra n
instrumenta ue o edece.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
54 or a arcía Ferrer

ue numerosos conductores pri ados de as grandes e ocidades comien an a


indagar, espo eados por su pro undo sentimiento de rustraci n, e mundo de
a mec nica, en o ue constitu e un entrenamiento intensi o ue terminar
or ando un nue o aparato de guerra.
n e ecto, a re o uci n microe ectr nica de os 40 proporciona una
geometr a propicia a a e ocidad de cara a cump ir de una e por todas a
promesa de mo imiento, superando os o st cu os ue imped an desarro ar
plenamente la ubicuidad del transporte en un escenario geopolítico de nido
ar itrariamente como pa tota o e ui i rio de terror , esa i usoria
coexistencia pací ca que oculta, sin declaración de hostilidades, un desequilibrio
en continuo aumento. on e ad enimiento de as nue as tecno og as de a
te ecomunicaci n, a in ormaci n atra iesa e p aneta de orma instant nea os
acontecimientos pueden ser compartidos irtua mente mediante su transmisi n
en tiempo rea 5, de orma ue e poder registra condensa todas as edades de
mundo, desde as grandes operaciones comercia es asta e mundo de a ida
ebens elt . s o ue iri io denomina g o a itarismo o imperio de a
e ocidad , una suerte de tota itarismo de tota itarismos de a ta tecno og a
ue unciona desmem rando os cuerpos territoria es para con ertir os en
meros instrumentos del poder, de modo que resulta in nitamente más peligroso
ue as ersiones naciona socia ista o esta inista de tota itarismo, a ue se
e pande m s a de m ito continenta 6.

5
Virilio observa con asombro que las noticias, las operaciones nancieras, la información
estrat gica geopo tica, etc. egan a transmitirse, itera mente, a a e ocidad de a u . Para e p icar
seme ante en meno, e autor se inspira en a teor a de a re ati idad, cu a inno aci n constitu e,
a sus o os, una especie de re e aci n cu tura inad ertida. Seg n a con enci n a itua en sica,
e isten dos tipos de inter a os tiempo espacio , cu as ongitudes in ariantes son positi as
negati as, respecti amente. ic os inter a os an ordenado a geogra a a istoria de mundo,
para iri io, mediante a geometri aci n de os m itos agrarios parce aci n ur anos catastro ,
as como a organi aci n ca endaria a medida de tiempo re o es an regido a regu aci n
cronopo tica de as sociedades umanas. Pues ien, a teor a de a re ati idad introduce un nue o
tipo de inter a o, a sa er, e inter a o de g nero u e ocidad- mite, signo cero , una constante
cosmo gica sin cu o concurso resu tan inconce i es os inter a os de tiempo duraci n espacio
e tensi n , en o ue constitu e un sa to cua itati o sin precedentes, una trans ormaci n radica de
a re aci n de om re con su medio ita . fr. Pau iri io, a vitesse de lib ration, o . cit., p.
25. n otras pa a ras, a a crono og a tradiciona uturo, presente, pasado e sucede desde a ora
a N S PI su e puesto, e puesto, so ree puesto . inter a o de tipo I P signo
positi o e inter a o de tipo SP I signo negati o s o se inscri en gracias a a ,a
ese inter a o de tercer tipo, cu o signo cero es ndice de a ce eridad a so uta. fr. Pau iri io, rans
A earance, rt orum , 27, 10 1989 , p. 129. fr. Pau iri io, inertie olaire, Par s, ristian
ourgois, 1990, pp. 108-109, 115. So a ric mont an reproc ado a iri io, empero, su escaso
rigor inte ectua , a ue se trata de inter a os en e es acio tiem o, os cua es no coinciden con o
ue sue e denominarse espacio tiempo adem s, no guardan ninguna re aci n, seg n am os
autores, con a go as como a geogra a a istoria de mundo o a regu aci n cronopo tica de
as sociedades umanas . fr. an So a €ean ric mont, o . cit., pp. 170-171. na interesante
introducci n a a noci n de espacio-tiempo se encuentra: d•in a or €o n rc i a d ‚ ee er,
acetime P ysics, San ƒrancisco, ‚. „. ƒreeman, 1966.
6
fr. €o n rmitage, From modernism to y ermodernism and beyond an intervie it Paul
irilio …en Paul irilio, From modernism to y ermodernism and beyond, ondres, †ran retaña, Sage,
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 55
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

‡ es ue e incremento de os rendimientos e icu ares no s o renue a


e poder im losivo de os e cu os su s nicos, sino ue tam iˆn imp ementa
e poder destructivo de os e p osi os mo ecu ares o nuc eares, arro‰ ndonos
telúricamente a un horizonte topológico de nido por la negación del espacio: “En
esta contracción geográ ca (…) la penetración y la destrucción se confunden, la
instantaneidad de a acci n a distancia corresponde a a derrota de mundo
como campo, como distancia, como materia 7. n ta disposici n de os tˆrminos,
a masa p anetaria se trueca repentinamente, toda eŠ suturada a rec a
tecno gica ue se araba , a mismo tiempo, diferenciaba a umanidad, en un
cong omerado omogˆneo, una so a inter aŠ donde la localización geográ ca
pierde e protagonismo ue dis ruta a en a guerra de as uerŠas mecaniŠadas
a a or de no- ugar de a e ocidad8. ntonces, a nue a m uina de guerra
accede a a e ocidad superior de sa to, sin a cua ri ueŠa acumu aci n
jamás habrían sido posibles; por oposición a los con ictos bélicos y políticos de
a odernidad, o decisi o a no es a ace eraci n mec nica de transporte, sino
a velocidad absoluta9 en e m ito de a in ormaci n: ‹esde ue os o ‰etos,
as mercanc as as personas pudieron ser sustituidas por signos, por antasmas
irtua es trans eri es por a e ectr nica, as ronteras de a e ocidad se an
derrum ado se a desencadenado e proceso de ace eraci n m s impresionante
ue a istoria umana a a conocido 10.

2000Œ, pp. 25-26. s de reci o reconocer ue asimi ar e progreso tecno gico a una reactua iŠaci n de
tota itarismo es una tesis sumamente origina , toda eŠ ue a ma or a de os an isis so re e desarro o
de a tecno og a es decir, a ue os ue con orman e discurso dominante en a actua idad no acen
re erencia a guna a cuestiones po ticas e ideo gicas, como si se tratase de un proceso raciona , neutra
necesario, moti ado e c usi amente por raŠones tˆcnicas esencia mente in erentes a proprio progreso
tecno gico. fr. Imano u ero, os sindicatos es a oles ante el cambio tecnol ico entre y
, i ao, ‹esc ˆe de rou•er, 1993. n contraste con a isi n de iri io, as nue as tecno og as
suelen presentarse, de hecho, como “tecnologías abiertas”, en el sentido de que encierran in nitas
potencia idades, m s a de conte to socia donde se inscri en. fr. Pierre- ain, ercier, ran ois
P assard ctor Scardig i, a sociedad di ital, arce ona, rie , 1985. ic as posi i idades an dado
lugar a diversas utopías postindustriales conservadoras (véase Masuda, Tof er o Naisbitt), según las
cua es de a mano de as nue as tecno og as de a in ormaci n de a comunicaci n surgir a esperada
liberación humana en forma de uidez comunicativa, auto-realización personal, revalorización de lo
comunitario . am n a o, a ciencia y la tecnolo ía como relaciones sociales, e os , 17 1989 .
7
Pau iri io, elocidad y olítica, o . cit., p. 119.
8
Virilio de ne sicamente e espacio dromos rico esto es, e espacio- e ocidad mediante
a amada ecuaci n og stica , resu tado de mu tip icar a masa desp a ada por a e ocidad de su
desp a amiento . fr. Pau iri io, es ace criti ue, Par s, ristian ourgois, 1984, p. 176.
No o stante, So a ric mont an desmentido a tesis de iri io en os t rminos siguientes: a
ecuaci n og stica es una ecuaci n di erencia ue se estudia en a io og a de as po aciones, entre
otros campos. Se escribe dx/dt = Xx (1- x) y fue enunciada por el matemático Verhulst (1838). No
tiene nada ue er con . n mec nica ne€toniana, se ama •momento‚, en mec nica
re ati ista no aparece para nada . an So a ƒean ric mont, o . cit., p. 173.
9
No de emos entender a e presi n e ocidad a so uta en un sentido itera , sino para representar
a incre e e ocidad ue a a can ado a tecno og a en re aci n a a e ocidad re ati amente modesta
ue toma a antes de a irrupci n de as nue as tecno og as de a te ecomunicaci n.
10
ranco erardi, a f brica de la infelicidad. uevas formas de traba o y movimiento lobal,
Madrid, Tra cantes de sueños, 2003, p. 176.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
56 or a arcía Ferrer

Ahora bien, el descompromiso geográ co que designa la desvalorización


de as oca i aciones trasciende a retirada estrat gica de os e„ rcitos
con enciona es, pues e tiempo ganado por e mo imiento de retroceso respecto
a espacio entendido como campo de acci n no persigue contrarrestar a
uer a e ecti a de un ad ersario. Se trata, en contraste con e ie„o empeño
por contener e mo imiento en curso, de desarro ar e ponencia mente a
capacidad de os nue os medios de comunicaci n para reducir e espacio con
e e ecto mu tip icador de a e ocidad, c rcu o icioso ue de ega a ata idad
de a destrucci n en a roducci n. n e ecto, a dimensi n tota itaria de a
tecno og a deri a, precisamente, de a o untad de ace eraci n ue sta
impone. mantenimiento de monopo io imprime a necesidad perentoria de
oponer uno m s e o a todo dispositi o no edoso, en una suerte de carrera
tecno gica dromo gica , en t rminos de iri io ue trasciende as arreras
de a e ocidad, asta e prurito de superar e sistema de ganancia de a
o so escencia industria 11. Hemos pasado, en de nitiva, de la fase del fuego
o de e p osi o a a de movimiento de los vectores, de estado de sitio de as
guerras de espacio a estado de ur encia de a guerra crono gica , donde
as manio ras t cnicas para con uistar e instante sustitu en a as t cticas ue
usca an in adir e terreno, como re e a e a andono de cana de Panam por
parte de a so eran a norteamericana.
s as cosas, e poder de iene una especie de meteoro og a donde
cada e ocidad designa un departamento de tiempo, en detrimento de a
i ertad de decisi n acci n po tica ue no ace tanto determina a e destino
de os stados sus a ian as, reemp a ados progresi amente por a rea idad
irtua de os te e-continentes a ciudad g o a donde se ci ra e r gimen
de a e ocidad a so uta, esa meta-ciudad des-territoria i ada ue se a a
con ertir … en e sitio de a metro po tica, cu o car cter tota itario, o me„or,
•g o a itario‚, ser o io a a ista de todos 12. ientras a ace eraci n creciente

11
omo e um ra de a e ocidad disminu e sin cesar, e arte acto r pido es cada e m s
comp e„o de conce ir , con recuencia, est o so eto inc uso antes de ser e p otado. n este sentido,
a nue a carrera armament stica encuentra su ra n de ser en e c digo art stico de modernismo ue,
en el afán por a rmar, más allá de cualquier variación estilística, un orden radicalmente distinto,
pro e e estancamiento e ige a in enci n permanente. e este modo, destru e desprecia as
o ras ue institu e tan pronto como en a u , o nue o se torna i so facto ie„o, pasa a a retaguardia
se pierde en e o ido. fr. †i es ipo ets , a era del vacío. nsayos sobre el individualismo
contem or neo, arce ona, nagrama, 1990, pp. 81-85.
12
Pau iri io, Art of t e motor, inneapo is, ‡ni ersit o innesota Press, 1995, p. 11. a
de a uaci n de stado en cuanto organi aci n de mite constitu e a un t pico de a i iogra a
contempor nea. Por e„emp o, auman sugiere ue seme„ante en meno de e ser entendido a a u
de mode o de ios tardo-medie a e a orado por os ranciscanos os nomina istas incognosci e,
impredeci e e indi erente a ien a ma . esde este punto de ista, todos os intentos de or ar a
mano de ios esta an destinados a racasar, a ue no de e nada a os om res: na e consumado
e acto de a creaci n, dec ar sin muc as pa a ras su tota indi erencia ante os asuntos umanos.
Pues ien, an ogamente, o toca a stado seguir e e emp o de ios ranciscano/nomina ista
retirarse. fr. gmunt auman, a societ sotto assedio, oma, ater a, 2007, pp. 31-32.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 57
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

de os rendimientos e icu ares e tiende a miniaturi aci n estrat gica de


espacio a campo po tico, os ingenieros encargados de su desarro o asumen
a i ertad de manio ra ue pose an os om res de stado sus de egaciones
su a ternas, e es de guerra otros genera es a a ora de conce ir a estrategia
m s oportuna en cada momento, en espera de ad enimiento inminente de un
sistema tecno-cientí co e industrial autosu ciente en pa a ras de iri io: os
protagonistas practican en o sucesi o a po tica de o peor o, m s e actamente,
a apo tica de o peor , ue ata mente conduce a ue a m uina de guerra
se con ierta un d a en a decisi n misma de a guerra, e ando a ca o as a
perfección de su autosu ciencia, la automati aci n de la disuasi n 13.
Se entiende, desde esta perspecti a, a misi a de eidegger en e encuentro
internaciona de os premios No e en indau 1955€, seg•n a cua a audacia
de la investigación cientí ca estaba gestando, con los medios de la técnica,
una trans ormaci n de mundo cu o a cance re asa amp iamente e pe igro ue
representa a a om a de idr geno durante a poca at mica14. No o stante,
lo más inquietante no era, a su juicio, la inminente tecni cación del mundo,
sino ue ning•n indi iduo, grupo o comisi n, a sean eminentes om res de
estado, in estigadores, t cnicos o directi os de a econom a a industria,
esta a preparado para a rontar seme ante trans ormaci n uni ersa , en irtud
de o cua nos encontramos a ocados, tan inde ensos como desconcertados, a
cump ir os designios de a t cnica en su irresisti e prepotencia: No sa emos
por cu nto tiempo e om re se encuentra en una situaci n pe igrosa Por u
S o por ue podr a de pronto esta ar una tercera guerra mundia ue tu iera
como consecuencia a ani ui aci n comp eta de a tierra a destrucci n de
la humanidad? NO. (...) ¡Extraña a rmación! Extraña, sin duda, pero sólo
mientras no re exionemos sobre su sentido. (...) ¿Qué gran peligro se avecinaría
entonces? Entonces, junto a la más alta y e ciente sagacidad del cálculo que
13
Pau iri io, elocidad y olítica, o . cit., p. 131. Cali cado como “profeta del horror” y
tachado recurrentemente de apocalíptico, el lósofo postestructuralista ha recibido numerosas críticas
por ra n de su actitud pesimista derrotista ase, por e emp o: Ste e ed ead, Paul irilio
eorist for an accelerated culture, oronto ni ersit Press, 2004. n re aci n a m s ue pro a e
devenir autosu ciente de la tecnología, cabe recordar la aproximación panóptica desencadenada
por os acontecimientos de 11-S, por a cua ue conce ido un amp io a anico de tecno og as
tota itarias, como as denominadas combat ones t at see onas de com ate con isi n propia
por e Pent gono, entre as ue destacan cuatro mi ones de c maras en as ma ores ur es de p aneta
incu adas a un nico sistema en aras de a imentar os ordenadores de a ase mi itar norteamericana,
contrastando autom ticamente m tip es rostros e cu os en a ase de datos donde se registran as
personas indesea es , como os sospec osos de terrorismo. fr. ic ae Sni en, s develo s urban
surveillance system, ic ae Sni en, s develo s urban surveillance system, ssociated Press ire
report , 1 2003 . n otro orden de cosas, a carrera por incrementar e poder de a imp osi n e icu ar
con rma la intuición fundamental de Lyotard sobre la condición postmoderna, la clausura irreversible
de a concepci n idea ista socr tica de sa er de os metarre atos ue constitu en su coro ario,
toda e ue a ndo e autom tica niega a estrategia, a capric o de a ce eridad, como conocimiento
pre io capacidad de ra onamiento. fr. ean- ran€ois • otard, a condici n ostmoderna informe
sobre el saber, adrid, ‚ tedra, 2006.
14
fr. artin ƒeidegger, erenidad, „arce ona, Ser a , 1989.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
58 or a arcía Ferrer

plani ca e inventa, coincidiría la indiferencia hacia el pensar (...), una total


ausencia de pensamiento 15. Incapa de contro ar e progreso impara e de os
nue os medios de destrucci n mediante estructuras de sentido distri uidas por
cana es mora es po ticos, a in ocracia contempor nea rea i a en e p ano
óntico del poder fáctico, en efecto, los peores presagios del lósofo alemán,
como re ejan los problemas existentes, cada vez más inapelables, a la hora de
e iminar os desec os de a industria tecno gica16.

2. Epidemiología del nuevo malestar en la cultura

2.1. Etiología: La catástrofe temporal


Somos conscientes de as m tip es posi i idades ue rinda a e o uci n
ertiginosa e…perimentada por a in oes era. ‚omo sostiene e propio
ƒeidegger, ser a miope condenar e mundo t cnico como o ra de dia o,
pues todos dependemos de sus dispositi os en ma or o menor medida. Nos
postramos, incluso, ante la inaudita capacidad de la racionalidad tecnocientí ca
para trascender todos os mites. Sin em argo, no podemos escapar a ec o
de ue a opresi n tecno gica e ercida por a nue a dictadura de mo imiento
no s o concierne a a es era de poder, sino ue tam i n a inundado amp ias
onas de a e…istencia cotidiana. ‚omo sostiene iri io, a carrera surge de a
istoria como una su imaci n de a ca a , a ace eraci n cu mina e e…terminio
a io encia de a e ocidad, presentada m s arri a como s ntesis de contro
t cnico e instrumenta , se trueca simu t neamente en ugar e , sino destino
de a ci i i aci n, asta e punto ue todo ser umano tiene un pro ecto con una
ideo og a de ace eraci n perpetua17.

Ibíd., p. 29.
15
16
documenta •a tragedia e ectr nica ‚osima †annorit er denuncia ue os pa ses
desarro ados generan anua mente 50 mi ones de tone adas de residuos e ectr nicos, o cua
representa un negocio mundial que mueve más dinero que el trá co de drogas. En lugar de seguir el
circuito o cial de reciclaje, un 75% de los desechos termina en vertederos ilegales de África y Asia,
en bene cio de una red ma osa de empresas fantasma que, alimentada por la codicia y la corrupción,
atenta impunemente contra e medio am iente a sa ud p ica.
17
dem s de iri io, ƒarmut osa es seguramente e pensador ue a ec o ma or incapi en
a cuesti n de a ace eraci n socia ue caracteri a a a odernidad tard a. n esc leuni un . ie
er nderun der eitstruc turen in der oderne, e pensador canadiense e a or , e ecti amente, una
consideraci n inicia so re una teor a de a ace eraci n socia ue da a paso a distintos aspectos
re acionados con ese t pico, como a modernidad a ace eraci n, as distintas dimensiones de a
ace eraci n socia , sus e ectos mani estaciones ace eraci n t cnica, ace eraci n cam io socia
ace eraci n de ritmo de a ida , a ace eraci n como proceso autorre erente, as uer as motrices de a
ace eraci n socia , a re aci n entre a ace eraci n e e rcito, a identidad a po tica situaciona es,
y la aceleración y petri cación como tentativa para rede nir la modernidad. Sin embargo, su principal
aportaci n a a tesis de iri io se encuentra de ineada en Alienation as Acceleration. o ards a ritical
eory of ate odern em orality. n esta o ra, osa tiende un puente entre a ace eraci n a
alienación, de nida como “vida mala”, cuando trata de responder, a la luz de sus re exiones sobre la
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 59
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

un ue no parece a ectarnos de suyo en a so uto, o cierto es ue, a o


nuestro punto de ista, e…iste un ncu o ine…trica e entre a cadencia de as
nue as capacidades de os ectores a e…traordinaria pro i eraci n de as amadas
en ermedades de a adaptaci n , esos trastornos pro ocados por una reacci n
e…cesi a de organismo, o igado a mo i i ar sus de ensas para ata ar di ersas
agresiones, estados de tensi n aguda o stress en t rminos de propio iri io: a
inmediate de la informaci n crea inmediatamente la crisis. ‡ Impercepti e
so re e tec ado de una computadora ‡ desem oca en un encadenamiento
catastró co, ayer impensable. Con demasiada facilidad lo silenciamos, al lado
de riesgo de pro i eraci n igado con as posi i idades nue as de ad uisici n 18.
Parad icamente, e drama de nuestra poca es ue a misma ciencia ue pro onga
inde nidamente la esperanza de vida nos arroja a un torbellino de agitación cuyo
ritmo ertiginoso no cesa de ace erar19, o ue de er a ser uente de comodidad
termina generando unas condiciones de vida que nos enferman, como mani esta
el nuevo malestar en la cultura que expande su in uencia, silente pero lacerante,
en a p enitud de su pu an a20. No se trata, empero, de un producto ar itrario pues,
si reud e a a ra n a e o uci n de a cu tura de indi iduo son an ogas,
está justi cado el diagnóstico de que una época e, incluso, la humanidad, se vuelva
neur tica a o a presi n de ciertas am iciones cu tura es21.
†esde e prisma de a psicopato og a, as ra ces de ma estar preponderante
se ci ran, para nosotros, en e des ase pat geno, caco on a o discrasia entre a
e ocidad a so uta de ci erespacio e uncionamiento de os receptores

losofía de Charles Taylor en Identit t und ulturelle Pra is. Politisc e P iloso ie nac , a a di ci
interrogante de c mo i ir una ida uena en una sociedad ue demanda un ritmo de ida ace erado
ertiginoso. fr. Juan Álvarez-Cienfuegos Fidalgo, a aceleraci n del tiem o como alienaci n. a
ro uesta de Hartmut Rosa desde la eoría rítica, cta Socio gica , 69 2016 , p. 112.
18
Pau iri io, elocidad y olítica, o . cit., pp. 127-128.
19
En la parte nal del segundo capítulo de Alienation as acceleration, osa reconoce ue os
indi iduos son a can ados constantemente por a trepidante rueda de a ace eraci n constante en su
ren tico impu so aut nomo descontro ado. continuaci n, no o stante, ama a atenci n, rente a
iri io, so re di ersos en menos de desace eraci n socia , os mites natura es a a e ocidad e cuerpo
umano sus procesos , os oasis de desace eraci n is as remotas, os mis , ormas tradiciona es
de práctica social), procesos desencadenados por la propia aceleración (atascos de trá co), formas
intenciona es de desace eraci n retiros a ugares de meditaci n o mo imientos de a pr ctica slo ,
o mo imientos ideo gicos cr ticos con a ace eraci n re igiosos, eco ogistas, u traconser adores o
anar uistas . Sin em argo, nuestra opini n es ue, si ien cuestionan, aparentemente, e proceso de
ace eraci n, se trata, en e ondo, de en menos comp ementarios in erentes a mismo, como ocurre
con otras uer as de a odernidad. fr. Juan Álvarez-Cienfuegos Fidalgo, o . cit., pp. 113-115.
20
Más del 25% de la población sufre trastornos mentales y conductuales en algún momento. Afectan
aproximadamente a un 10% de la población adulta. Alrededor del 20% de los pacientes atendidos por
pro esiona es de atenci n primaria os padecen. n una de cada cuatro ami ias, cuentan con a menos
uno de sus miembros entre sus víctimas. En 1990, eran responsables del 10% de los AVAD (años de vida
“sana” perdido) por enfermedad o lesión. En el año 2000, la tasa de prevalencia había ascendido al 12%,
y está previsto alcanzará el 15% en 2020. fr. •uis S e ueda, nfermedades de ccidente. Patolo ías
actuales del vacío desde el nexo entre losofía y psicopatología ˆen •uis S e ueda otros, coords.:
ccidente enfermo. Filosofía y atolo ías de civili aci n, nic , ‰ IN, 2011Š, p. 77.
21
fr. Sigmund reud, l malestar en la cultura, adrid, ian a, 2006, pp. 86-87.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
60 or a arcía Ferrer

umanos, es decir, de sus cere ros rganos sensoria es, por concurso de cua
se trastorna e proceso comunicati o en per uicio de ncu o entre conciencia
rea idad22. ‚omo sugieren di ersos en menos de nuestra poca como e
cam io de conte…tos para a orar procesos g o a mente, a apertura de entanas
de atenci n iperte…tua es o a pr ctica de multitas in , e progreso i imitado
de infos ace demanda una mo i i aci n permanente de nuestras acu tades
cogniti as emoti as, de modo ue os nue os medios de masas erte ran,
mediante a co a oraci n energ tica entre o semi tico o estresante, un sistema
sincroni ado asado en e estr s a esca a uni ersa 23.
Sin em argo, a materia sica de organismo percepti o consciente
posee mites natura es im orra es, por ra n de os cua es necesita tiempos de
e a oraci n raciona a ecti a para traducir as reacciones inmediatas a tra s de
a er a i aci n. n e engua e de a in orm tica, os seres umanos os nue os
medios de a destrucci n estamos ormateados siguiendo c digos di ersos,
de manera ue os automatismos t cnicos re asan os ritmos unciona es
de organismo asta o erse independientes de a o untad a acci n
umanas. †e ec o, si a atenci n se trata, como demuestra ine u ocamente
a ciencia econ mica, de un recurso escaso24, es por ue a e ocidad e… i ida
por os est mu os, mensa es, rec amos , sistem ticamente, todo intercam io
comunicati o recorta dr sticamente e tiempo menta necesario para a orar os
ca a mente actuar en consecuencia a ando en t rminos icos:

“Las velocidades supersónicas de los medios de asalto dejan (…) poco plazo a
la detección, a la identi cación y por tanto a la réplica. (…) La defensa activa
exige por lo menos tener el tiempo material para intervenir. Pero es ese ‘mate-
rial de guerra’ lo que desaparece en la aceleración de los rendimientos de los
medios de comunicación de la destrucción. (…) Allí donde las de agraciones
22
fr. ranco „erardi, eneraci n ost alfa. Patolo ías e ima inarios en el semioca italismo,
„uenos ires, inta •im n, 2007, pp. 175-180. Podemos a ar de una ue ga de acontecimientos .
fr. acedonio ern nde , Pa eles de Recienvenido y ontinuaci n de la nada, „arce ona, „arataria,
2010.
23
fr. Peter S oterdi ans- rgen einric , l sol y la muerte. Investi aciones dial icas,
adrid, Sirue a, 2004, pp. 78-89. n a nea de a e o uci n rancesa, e uni erso cu tura de a
comunicaci n consuma a militari aci n de a e istencia, satis aciendo as e pectati as creadas por
unger a rededor de a guerra tota . u o de pasar argo tiempo, en e ecto, para entender su amosa
misi a en l combate como una e eriencia interior: a guerra no es so amente nuestra madre,
tam i n es nuestra i a . egados a este punto, todos somos so dados de mo imiento.
24
fr. omas a enport o n ec , a economía de la atenci n el nuevo valor de los ne ocios,
Barcelona, Paidós, 2002. Marazzi denuncia las di cultades de los últimos operadores económicos a la
ora de eer una p gina comp eta mediante un proceso secuencia o dedicar su atenci n a mismo o eto
pro ongadamente. fr. ristian ara i, a itale e lin ua io. alla ne economy all economia di
uerra, oma, eri e pprodi, 2002. Por otro ado, a reducci n de os tiempos de concentraci n a can a
su máxima expresión en la primera generación videoelectrónica, cuya con guración emotiva y cognitiva
no responde tanto a re aciones enta adas con os otros como a a sumisa e posici n a a semiosis de
a m uina digita ipercomp e a en os stados €nidos, por e emp o, m s de cinco mi ones de niños
consumen diariamente e rmaco Ritalin para contrarrestar os denominados trastornos de a atenci n .
ranco erardi, eneraci n ost alfa , o . cit., p. 192.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 61
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

del explosivo (molecular o nuclear) contribuían a volver impropio para la exis-


tencia el espacio, de pronto son las del implosivo (vehículos vectores) los que
reducen a nada el tiempo de actuar”25.

Es la “presenti cación” correspondiente al tiempo real, la amputación


de o umen de tiempo •de su pro undidad de sentido‚ en detrimento de a
mu tip icidad de tiempos oca es ue comprend an a istoria a geogra a
asta e ad enimiento de un tiempo mundia ƒnico, un presente permanente
ue todo o succiona, donde as e periencias enseñan as de pasado an
perdido gran parte de su utilidad y no hay formas con ables de prever el
uturo26. Tras haber signi cado la superación de las distancias, la velocidad
e ui a e repentinamente a a atimiento de a dimensi n tempora , os medios
de comunicaci n de a u icuidad desp a an a os medios de a istoricidad.
n asis de esp ritu pƒ ico so re a domesticaci n de espacio en per uicio de
tiempo indica, no o stante, ue os mass media an redistri uido as re aciones
entre e a uí e all de orma m s sensi e ue as re aciones entre e antes e
des u s: Se a su ra ado repetidamente: nuestro territorio se amp a, nuestro
ca endario encoge e ori onte ptico recu a, a pro undidad de tiempo se
desdi u a na egamos con ma or aci idad en a „e ue en a crono og a 27.
e a u se sigue una mutaci n cogniti a de a umanidad sin precedentes,
una suerte de ipercinesia interpretati a donde a e a oraci n cr tica de
os est mu os ue reci imos no sigue estrategias inea es de secuencia, sino
procesos de so reinc usi n •overinclusion‚, espira es asociati as, cone iones
asigni cantes y transferencias rápidas que extienden los límites del signi cado
asta mites insospec ados.

25
Pau …iri io, elocidad y olítica, o . cit., pp. 122-123.
26
fr. Pau …iri io P i ippe Petit, a oliti ue du ire, Par s, e tue , 1996, p. 79. …iri io descri e
a nue a noci n de tempora idad, a contrape o de tiem o ue asa de a istoria a crono og a,
como e tiempo ue se e pone instant neamente e tiempo de ese instante sin duraci n, un †tiempo de
exposición’ (de sobreexposición o de infraexposición), cuya existencia habría estado pre gurada por
las técnicas fotográ cas y cinematográ cas, el tiempo de un CONTINUUM privado de dimensiones
físicas, donde el QUANTUM de acción (energética) y el PUNCTUM de observación (cinemática)
se con ertir an, sƒ itamente, en as ƒ timas re erencias de una rea idad mor o gica desaparecida,
trans erida a presente eterno de una re ati idad cu o espesor, pro undidad topo gica te eo gica
ser an as de este ƒ timo instrumento de medida, esa e ocidad de a u ue posee una direcci n ue
es, a mismo tiempo, su magnitud su dimensi n ue se propaga a a misma e ocidad en todas as
direcciones... . Pau …iri io, es ace criti ue, o . cit., p. 77.
Si contemp amos, en otro orden de cosas, a re aci n entre tiempo e in oes era a a u de m todo
enomeno gico, tenemos ue si ien e organismo consciente a ita e tiempo, ste tam i n est en
e organismo consciente en cuanto duraci n de a conciencia •en e sentido de ergson‚, m s a de
a noci n antiana de tiempo como condici n epist mica trascendenta . fr. Pau …iri io, st eti ue
de la disa arition. Par s, ‡a i e, 1988, p. 28.
27
gis e ra , Introducci n a la mediolo ía, arce ona, Paid s, 2001, pp. 19-20.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
62 or a arcía Ferrer

2.2. Sintomatología: Expresiones mórbidas de super cie

En contraste con la jación moderna por la producción y la revolución,


nuestro mundo ist rico pone e acento, ciertamente, so re a in ormaci n
y la comunicación. Ahora bien, los ujos de estimulaciones informativo-
pu icitarias son un actor de iper-e citaci n pat gena de sistema emociona
ue generan con inusitada recuencia pato og as de so recarga e citante,
entre las cuales destaca la a rmación impetuosa de la propia expresividad28.
omo re e a a moda de as radios i res, donde todos somos disc- oc e s,
presentadores animadores, no se trata de una simp e ideo og a sino de un
proceso de democrati aci n sin parang n, un deseo compu si o de a masa por
expresar su propia intimidad para nada, sin otra nalidad que la mera expresión;
es e p acer de comunicar por comunicar, independientemente de mensa e :
so es precisamente e narcisismo, a e presi n gratuita, a primac a de acto
de comunicaci n so re a natura e a de o comunicado, a indi erencia por os
contenidos, a rea sorci n ƒdica de sentido, a comunicaci n sin o eti o ni
pƒ ico, e emisor con ertido en e principa receptor 29.
Como enseña Heidegger, el arte se de ne como la región privilegiada
para e ad enimiento de a erdad entendida, en un sentido enomeno gico-
e istencia , como acontecimiento de sentido. Pues ien, e de enir
contempor neo de a acti idad art stica pone en e idencia, desde e art
nouveau asta e mo imiento o , ue e proceso de esteti aci n de mundo
en curso, en irtud de cua todo co ra un sentido est tico •inc uso os o etos
industria es de a ida cotidiana‚, unde sus ra ces en e en meno de a
ipere presi n , a costa de a ana i aci n irre ersi e de a o ra de arte30.
No o stante, a ipere presi n descu re en a regi n de arte su con i encia
con a gica de ac o a desus stancia i aci n postmoderna, toda e ue
a ipera undancia de rea idad esteti ada ocu ta una ausencia de rea idad ue
desem oca en desi usi n est tica : pro ema no es de p rdida de sentido,

28
a conso idaci n de semiocapita ismo se traduce en a c nica psi ui trica por un cam io de
paradigma en a mor i idad de os cuadros noso gicos psi ui tricos m s representati os desde a
ptica de reud. n contraposici n a a neurosis, causada por a represi n de a i ido, as pato og as
dominantes presentan, como re e a e esta ido e presi o de ust do it, un car cter es ui oide,
asociado a e ceso energ tico e in ormati o. fr. ranco erardi, eneraci n ost alfa , o . cit.,
pp. 211-223.
29
‡i es ipo ets , o . cit., pp. 14-15.
30
aracteri ado por rt ur anto, a prop sito de su des um rante aparici n en a es era art stica
neo or uina, como una especie de idas, ue ue e todo o ue toca en e oro de arte puro , nd
„ar o constitu e, a o os istas, un e emp o paradigm tico de nuestra perspecti a. nuestro uicio,
empero, e erdadero re idas de mundo de arte no es „ar o sino arce uc amp. ˆ es ue, a
pesar de su aspecto no edoso, „ar o no ace m s ue pro ongar a tradici n art stica occidenta •a
sa er, a ue asimi a e a or de arte a su capacidad reproducti a‚, pues as e a oraciones de as a as
de ri o de su om ogo industria imp ican materia es procesos di ersos. n cam io, aun ue
sus primeros readymades eran colla es de o etos, uc amp no s o imita o etos ana es, sino ue
cambia de mundo un o eto de uso comƒn para con ertir o en o ra de arte.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 63
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

sino de demasiado sentido, de too muc , de una pro i eraci n de sentido, ue


a mi modo de er a ecta tam i n a arte, a ecta a a acti idad art stica. a una
pro i eraci n de e presi n, de dar e presi n a todo, de acer ue todo tenga
un sentido est tico. so para m es a muerte de sentido, pero por e ceso de
sentido, no por a ta 31.
unto a a ipere presi n , a ipermo i i aci n ner iosa e estr s
in ormati o con e an, cuando son rustrados, pato og as de desin ersi n de
a energ a i idina comp ementarias simu t neas32. n primer ugar, tenemos
a fati a como s ndrome paradigm tico de nuestra era, consecuencia ine ita e
de una acti idad desordenada ue no a terna regu armente as ases de es uer o
con e descanso o igatorio. ado ue des orda os ritmos unciona es de
organismo, a e ocidad e ponencia de os instrumentos de comunicaci n
representa, e ecti amente, un actor de discordancia sumamente pe igroso,
pro ocando s ntomas neurast nicos en unci n de os cua es nos mostramos
incapaces de mantener el ritmo establecido. Generalmente, la fatiga se de ne
como disminuci n o p rdida de a e cita i idad de os mƒscu os causada por
exceso de excitaciones y de trabajo, que desemboca en de ciencia muscular
acompañada de sensaci n especia de inercia 33. ora ien, os estados de
agotamiento muscu ar no deri an necesariamente de es uer o sico dedicado a
un tra a o e ecti o, m s a de as a eriguaciones de osso uring34. dem s
de a atiga activa, resu tado de desa uste entre una acti idad determinada
y nuestro ritmo siológico en función del tiempo disponible para llevarla a
ca o, e iste un agotamiento asivo, inducido por una repetici n iper e o de
excitaciones sin la envergadura su ciente para contraer nuestros músculos er
se, como ocurre en e r gimen de a in ocracia contempor nea.
a iperestimu aci n ue nos acec a atiga nuestro organismo por ue
toda e citaci n dirigida so re a e tremidad receptora de un ner io de a
sensibilidad obtiene resonancia por re ejo, como explica Etienne Grandjean,
31
ean audri ard, a ilusi n y la desilusi n est ticas, Caracas, Monte Ávila, 1997, p. 112.
Sirvan como botón de muestra las consecuencias que tiene la aceleración del ujo de sílabas por
segundo de a emisi n oca so re a comprensi n de os o entes, en a medida ue es in ersamente
proporcional al tiempo disponible para elaborar críticamente el mensaje y comprender su signi cado.
Por o dem s, e isten e idencias emp ricas de ue a muerte de sentido • audri ard‚ posee un
a cance p anetario, toda e ue a g o a i aci n con e a ritmos de emisi n cada e m s r pidos a
donde os reg menes autoritarios son sustituidos por os esti os de radio te edi usi n occidenta es,
como ‰riente edio, ina o a €ni n So i tica • a ca da de comunismo tu o como corre ato una
ace eraci n de a emisi n de tres a seis s a as por segundo‚. fr. ic ard o in, Russian lan ua e
listenin com re ension ere are e oin ere do e o , S a ic and ast uropean ourna ,
35/3 •1991‚, pp. 403-410.
32
fr. Pierre …ac et, as enfermedades de la vida moderna, arce ona, a or, 1973.
33
Ibíd., p. 17.
34
La neuro siología moderna ofrece testimonios incuestionables sobre los mecanismos
fundamentales de la fatiga, explicando siológicamente numerosos fenómenos que antaño parecían
contradictorios. n resumen, e dienc a o comprende estructuras ner iosas o centros de a atiga ue
emiten in ujos nerviosos a las regiones corticales, de manera tal que producen una sedación de las
unciones sicas, sensoria es psicomotoras. fr. Ibíd., p. 21.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
64 or a arcía Ferrer

en os ner ios motores de centro correspondiente , como resu tado, os


mƒscu os donde desem ocan su ren un estado de in i ici n genera ue osci a
del tono siológico a la contracción muscular. Dicho proceso tiene lugar
autom ticamente , pasa desaperci ido para nuestro ipot amo , por ende,
pensamos ingenuamente ue somos m uinas inagota es, con una regu aci n
ilimitada. El sistema global de comunicación se per la, en cualquier caso, como
el mejor caldo de cultivo para la “fatiga nerviosa”, con rmando las sospechas
e antadas en e simposio organi ado por a Sociedad de Pato og a omparada
en la Facultad de Medicina de París (1959). Es el “mal del siglo”, orece sin
cesar no e isten arreras ue a detengan.
esde este punto de ista, pueden distinguirse cuatro grados de atiga35:
ecaimiento •primeros s ntomas‚, agotamiento • a a a tensi n arteria ,
ace era e ritmo card aco de i ita os mƒscu os‚, surmenage •irrita os centros
ner iosos, impide e sueño, aumenta a tensi n arteria aminora e ritmo
card aco‚ e ceso •puede parar ruscamente e cora n a orecer s ntomas
transitorios de con usi n menta por autointo icaci n‚. Si ien e decaimiento
con e a predisposici n a descanso, as condiciones de ida instituidas por e
progreso tecno gico e igen ue e sistema ner ioso mu tip i ue sus incitaciones
motrices en a misma medida ue os mƒscu os se atigan, de ta suerte ue a
sensaci n de ma estar se torna cada e m s desagrada e ante a imposi i idad
de re a arnos. e ec o, a acti idad de organismo desem oca a menudo en
un estado cr nico de atiga, reconoci e por una disminuci n de as acti idades
psico siológicas, síntomas psíquicos (irritabilidad, apatía, agresividad, ansiedad,
depresi n‚ trastornos unciona es de sistema neuro egetati o •inapetencia,
a ueca, insomnio, trastornos circu atorios digesti os, rtigo, pa pitaciones,
tem ores, s ncopes‚. ado ue no deri a de tra a o muscu ar, sensoria o
inte ectua sino de es uer o de i ir •Pau auc ard‚, co ra sentido e car cter
centra de a atiga a a a tura de presente, s ntoma comƒn entre personas ue no
rea i an, aparentemente, acti idades an ogas.
Por o dem s, e isten e idencias emp ricas de ue a acumu aci n de atiga
recorta dr sticamente a ca idad de ida, pues repercute negati amente en as
funciones físicas sensoriales, psicomotoras y nerviosas. A nivel siológico,
a contracci n muscu ar no s o consume nuestras reser as de energ a, sino
ue tam i n i era en e interior de os te idos desec os t icos ue nuestro
organismo encuentra mu di ci e iminar, desencadenando en ermedades de
cora n, angina de pec o, ne ritis, do ores reum ticos, ƒ ceras de est mago
e, inc uso, muerte sƒ ita, atri ui e a una into icaci n u ar por a to ina
de a atiga. n a medida ue nos agota, e imperio de a e ocidad a so uta
tam i n a orece a su ida e cesi a de presi n sangu nea conocida como
ipertensi n , uno de os misterios más oscuros de la siología contemporánea.
35
fr. Ibíd., p. 19.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 65
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

un ue sa emos ue deri a de una asoconstricci n, e porcenta e de casos


con un origen contrastado empíricamente es prácticamente insigni cante (del
10 al 20%). Además, no existe consenso entre los cardiólogos sobre cuando
ca e a ar de tensi n anorma : ientras a ma or a sostiene ue a m nima
m ima presi n ar an, respecti amente, de 7 a 9 de 12 a 14, a a oraci n
de as personas de edad a an ada es o eto de ma ores discrepancias. Sin
em argo, resu ta innega e ue e actor ner ioso uega un pape crucia a
respecto, en tanto ue os ipertensos padecen, a menudo, e s ndrome de atiga
cr nica conocido como surmenage , t rmino de origen ranc s para designar
una depresi n reacti a causada por agotamiento sico o emociona .
Segƒn as ƒ timas a eriguaciones de a in estigaci n anticancerosa, a
ace eraci n de ritmo de ida a orece, para m s escarnio, e desarro o de
c ncer, a en ermedad ci i i atoria m s temida36. as caracter sticas de a c u a
cancerosa son, a grandes rasgos, ien conocidas: Surge en un te ido determinado
como mutaci n irre ersi e de c u as di ersas mor o gica io gicamente,
trastornando su a macenamiento de cromosomas de ta manera ue mu tip ican
su in uencia anárquicamente hasta invadirlo todo, con menoscabo del equilibrio
org nico. simismo, sa emos ue a aparici n de un tumor ma igno no es
un proceso un oco, sino ue radica en tres actores ine trica es: ‡en tico,
hormonal y provocador, que puede ser, a su vez, físico (rayos X, radio, rayos
u tra io etas e in rarro os‚, u mico •co orantes, meta es, e tractos egeta es,
grasas uemadas, suciedad atmos rica‚ o io gico • irus‚.
Pero independientemente de sus posi es causas, e actor ps uico
siológico ostenta una importancia inestimable en la evolución del cáncer, ya
ue puede ace erar, o stacu i ar o, inc uso, interrumpir su progresi n, a riori,
impara e. as condiciones de e trema e igencia ue su rimos a orecen,
es cierto, a teraciones sicas, u micas ormona es ue desem ocan en
trastornos asomotores: ce eraci n de pu so, sudor, tem or, espasmo otras
modi caciones en el interior de nuestras células. Por oposición a las emociones
positi as ue podr an contrarrestar a e o uci n de c ncer, empero, seme antes
trastornos de sistema ner ioso disminu en a resistencia de organismo asta
propiciar e entua mente os desarreg os ce u ares responsa es de su gestaci n
posterior desarro o. n este sentido, e pro esor orgue seña a ue os
trastornos unciona es neuro egetati os pueden inter enir ci mente en e
meta o ismo so re as g ndu as endocrinas sensi i i ar a a c u a a agente
cancerígeno, toda vez que resultan, por razón de sus múltiples in uencias,
isto gicamente incontro a es37.

36
c ncer representa un a ote socia sin parang n, sus estragos no de an de mu tip icarse.
pro imadamente, causa una tercera parte de as muertes producidas a ende os 45 años, dos
terceras partes despu s de os 65. n rancia, esta en ermedad uita a ida a m s de 100.000 personas
cada año. fr. Ibíd., p. 63.
37
fr. Ibíd., pp. 63-69. a radio constitu e un e emp o paradigm tico de nuestro punto de ista.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
66 or a arcía Ferrer

Por otra parte, dado ue muc os de e os responden a un dese ui i rio de os


re ejos, existe un vínculo inextricable entre la “fatiga nerviosa” y los accidentes,
en o ue constitu e e tercer a ote de a umanidad, tras as en ermedades
cardio ascu ares e c ncer38. omo es sa ido, a ma or a de gestos ue rea i amos
ordinariamente no radican en nuestra o untad sino en esos automatismos
adquiridos inconscientemente que denominamos “re ejos”. Cuando uno de
nuestros sentidos es e citado, ciertas c u as recogen transmiten a sensaci n
correspondiente a la médula espinal, donde otra célula motriz tras ere la orden
de movimiento al músculo por una bra nerviosa. Pues bien, según Ivanoff-
Smo ens , a atiga disminu e a e ocidad de transmisi n ner iosa una media
de 30 metros por segundo, contri u endo decisi amente en a mu tip icaci n de
nƒmero de accidentes en e aumento de su gra edad. Por o dem s, e consumo
genera i ado de sustancias psicotr picas, a sea para a ustar e ritmo e istencia a
as e igencias comunicati as o ien para e adirse de e as, no ace sino agra ar e
problema; por ejemplo, el alcohol aminora la rapidez de los re ejos del 15 al 25%,
mientras que los excitantes los aceleran del 20 al 100%39.
ni e psico gico, una de as e presiones mor osas de a atiga m s
acuciante es la “depresión nerviosa”, entendida como una exión (transitoria o
duradera‚ de e ui i rio neurops uico ue a orece a desgana, e pesimismo
e desinter s por a acti idad a itua , esa pato og a de masas, cada e m s
ana i ada, de est n artos de ip, entre otras e presiones de indi erencia
a andono. simismo, este Ni i ismo ne a e, por as amar o, se traduce
en numerosas pato og as, como decaimiento, insomnio, ade ga amiento

Instituto Naciona de a Sa ud en „as ington a demostrado ue as radiaciones e ectromagn ticas de


gran ongitud pueden a ectar a as estructuras muscu ares comp e as, como as de a c u a i a. n
e a oratorio de et esda • ar and‚, un mono esus •primate e istente m s parecido a om re
en términos siológicos) murió súbitamente tras verse sometido a ondas radioeléctricas con una
recuencia de 388 megacic os una potencia de 100 atios. a o esta perspecti a, ca e preguntarse
si a red de ondas ert ianas ue constitu e nuestro umus natura no tiene consecuencias en nuestro
sistema ner ioso nuestro organismo. fr. Ibíd., pp. 86-87.
38
n rancia, os accidentes en carretera ocasionan anua mente 10.000 muertos 25.000 in idos.
n Sui a, 200.000 accidentes causan de 300 a 400 muertes. e cada 10.000 tra a adores, una media
de cinco muere por accidente a ora , uno de cada oc o su re a menos un accidente a año. n os
stados €nidos, e nƒmero de ctimas morta es por accidente a ora es de 14.000, so re un tota de
91.000 muertes por todo tipo de accidentes. n rancia, un mi n de accidentes causan todos os años
un paro de tra a o superior a 24 oras, entre os cua es 80.000 imp ican incapacidad de arga duraci n,
permanente o, inc uso, a muerte. s aƒn, e coste correspondiente para a co ecti idad supera os
400.000 mi ones de rancos ie os, m s de mi mi ones diarios a seguridad socia gasta en concepto
de reparaci n e indemni aci n m s de cien mi mi ones, as empresas dedican 300.000 mi ones a
so entar as p rdidas re ati as a os paros de tra a o. fr. Ibíd., pp. 87-88.
39
ras e rote epid mico de po os de os setenta oc enta, a gunos o ser an una epidemia
de to icoman a sin precedentes, a imentada por a pro i eraci n de drogas ega es ue a industria
armac utica pone a disposici n de sus ctimas, antidepresi os, eu ori antes regu adores de umor
como Ritalin, Pro ac o oloft. fr. ranco erardi, a f brica de , o . cit., pp. 23-24. No o stante, e
consumo de a co o constitu e, a nuestros o os, a tendencia e asi a m s recurrente desde entonces
para compro ar con deta e a di usi n de a co o ismo sus estragos en a po aci n: fr. Pierre
…ac et, o . cit., pp. 110-118.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 67
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

considera e, entitud en as unciones digesti as ue acarrea anore ia,


estreñimiento un estado sa urra acusado, ra enti aci n de a respiraci n
e hipotensión arterial, disminución o abolición de los re ejos tendinosos,
tem or de atiga, astenia acomodaticia de a isi n, etc. n e ecto, a tesis de
progreso psico gico • . odd‚ es insosteni e cuando cada e son menos
os ue pueden escapar de os estados depres genos40.
Como re eja la mirada sombría y la expresión melancólica de su rostro, el
deprimido se caracteri a undamenta mente por mantener un modo de ida inerte,
a rumado por un sentimiento de in erioridad ue o co ma de triste a, ansiedad
una sensaci n de impotencia sica por a ue todos sus es uer os se centran en
simp es ri o idades, as como una incapacidad en e punto de rea i ar cua uier
actividad intelectual, a tenor de la exión de su atención y la lentitud evocadora
de su memoria41. n este conte to, os pro emas persona es co ran dimensiones
desmesuradas, cuanto m s insiste, a a rigo de os psi , menos os resue e, de
manera ue e suicidio se is um ra cada e m s como a ƒnica sa ida: ¿Qué
cosa o no da ugar a dramati aciones stressŠ n e ecer, engordar, a earse,
dormir, educar a os niños, irse de acaciones, todo es un pro ema, as acti idades
e ementa es se an ue to imposi es 42.

40
ad enimiento de a sociedad de a in ormaci n a tenido como coro ario un ascenso mete rico de a
tasa de depresi n en uropa ‰ccidenta Norteam rica. fr. ‡era d ‹ erman, vidence for increase in rates
of de ression in ort America and estern uro e in recent decades Œen anns ippius, ‡erar d ‹ erman
Nor ert atusse , cords.: e results in de ression researc , er n, Springer, 1986•, pp. 7-15 cfr. ‡era d
‹ erman ma „eissman, Increasin rates of de ression, ourna o t e merican edica ssociation ,
261 •1989‚, pp. 2229-2235. i ersos estudios internaciona es corro oran este dato en generaciones nacidas
despu s de 1955. fr. ross Nationa o a orati e ‡roup, e c an in rate of ma or de ression ross
ational com arisons, ourna o t e merican edica ssociation , 268 •1992‚, pp. 3098-3105. e
acuerdo con a 55 sam ea de a S, a depresi n es actua mente a principa causa de discapacidad. s
de 120 millones de personas la padecen. Su tasa de prevalencia longitudinal es del 15%, por lo que una de cada
seis o siete personas su re depresi n en a g n momento de su ida. n spaña es un pro ema de sa ud p ica
y afecta a poca menos población que en otros países de nuestro entorno, como Alemania (10%), Francia
(18%), Reino Unido (17%) o Irlanda (12%). fr. uis S e ueda, Ficcionali aci n del mundo. A ortaciones
ara una crítica de atolo ías sociales, e ista de i oso a ni ersidad de osta ica , 45/115-116, 2007,
p. 69. e cara a uturo, e panorama no puede ser m s desa entador. studios recientes constatan ue a tasa
de pre a encia puntua anua de en ermos depresi os presenta una cur a epidemio gica ascendente en a
po aci n ma or de 15 años, os esco ares os pacientes asistidos en c nicas m dicas genera es o consu tas
psiquiátricas. El mismo equipo investigador ha con rmado esta impresión general mediante estudios
de epidemio og a comparati a apo ados en prue as e a uadoras criterios diagn sticos id nticos, dos
e igencias di ci es de cump ir simu t neamente. fr. rancisco onso- ern nde , Factores determinantes
en el incremento del trastorno de resivo en los ltimos sesenta a os en ccidente enfermo , o . cit. , p. 18.
41
os itos cotidianos de en ermo deprimido son especia mente sensi es a os ma es ue
amena an a as personas ue no rea i an e ercicio sico de orma regu ar, como rigide de as
articulaciones y obesidad, de nida como una sobrecarga ponderal del 20%. En la actualidad, 205
mi ones de om res 300 mi ones de mu eres son o esos. un ue e iste a o esidad gen tica
y endocrina, su in ujo apenas puede compararse al de la obesidad exógena. fr. Ibíd., p. 56. Sin
ir demasiado e os, a te e isi n causa recuentemente pro emas caracter sticos. dem s de
a orecer a o esidad, cuando contemp amos a panta a adoptamos un estado de tensi n ner iosa
contracti i idad, con e usto inc inado acia de ante, ue produce una sensaci n de agu etas, as
como una rigide muscu ar en a ona de a nuca. fr. Pierre ac et, o . cit., p. 86.
42
€i es, ipo ets• , o . cit., p. 47. Dado que constituye el origen fundamental del 70% de los
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
68 or a arcía Ferrer

3. Conclusión
No nos resistimos a terminar nuestro tra a o sin rememorar a parado a ue
atraviesa, como una echa, el corazón del sistema de producción capitalista,
esa contradicci n interna ormu ada por ar apidariamente: apita ismo
produce sus propios sepu tureros . Si prestamos atenci n a as consideraciones
m s e ementa es de su materia ismo ist rico, no podemos ignorar, empero, a
singu aridad irreducti e de os di ersos estadios ue erte ran su e o uci n.
‚endencia mente insacia e, a gica acumu ati a de apita gra ita desde
siempre so re e principio de a producti idad. Pero mientras su ase industria
se asa a en e traer energ a sica de os tra a adores sin conceder importancia
a su rimiento ps uico concomitante, e apita ismo tard o desp a a e acento
so re nuestra energ a menta , precisamente o ue os nue os medios de a
destrucci n est n arruinando a marc as or adas.
ecti amente, e nue o ma estar en a cu tura no puede seguir siendo
margina i ado por os dueños de apita , pues e iste una estrec a re aci n entre
a crisis de a ne economy a pro i eraci n de a triste a, a desmoti aci n
a depresi n. ƒasta cierto punto, a in e icidad constitu e, es cierto, un
estimu ante de consumo, en tanto ue comprar a uda a ca mar nuestra angustia.
Sin em argo, e su rimiento ue muestran todos os ndices epidemio gicos a
superado amp iamente e mite de o soporta e, ra n por a cua tiene e ectos
de contracci n de consumo. „audri ard o a dic o todo a respecto: as
cosas se est n ace erando tanto ue os procesos a no se inscri en en una
tempora idad inea , en un desp iegue inea de a istoria. Nada se mue e a de
la causa al efecto: todo se transversaliza por las inversiones del signi cado, por
acontecimientos per ersos, por in ersiones ir nicas. ce eraci n, corrientes
tur u encias, autopotenciaci n e ectos ca ticos 43.
n resumen, e sistema irtua de in ormaci n a can a e tremos de
so sticación y rendimiento que podrían signi car su disolución inminente.
sto es particu armente e idente en a in oes era, donde e e ceso de e ocidad
suicidios consumados …apo ado por otros actores socia es trastornos com r idos†, e crecimiento
de porcenta e de suicidios en m s del 60% constituye un índice epidemiológico indirecto del trastorno
depresi o. fr. rancisco onso- ern nde , o . cit., pp. 21-23‡ cfr. €eorge urp ic ard
ˆet e : uicide ris by birt co ort in t e nited tates, to , rc €en Ps c iatr , 37
…1980†, pp. 519-523. esde 1960 a 1980, este en meno a sido registrado en co ortes sucesi as, con
un inter a o de cinco años, seg n datos de a po aci n sueca. fr. ars ‰aco sson inor en erg,
idemiolo y of uicide in a edis country sterbotten , cta Ps c iatr Scand , 74 …1986†, pp.
459-468. n spaña, e incremento de a tasa de suicidio a seguido una nea ascendente, a can ando
el 89,9% en la población masculina y el 115,9% en la población femenina durante los ochenta. fr.
‰os anue €uti rre €arc a, l suicidio en s a a, , Psicopato og a , 16 …1995†, pp.
51-53. En Italia, el acto suicida ha experimentado un aumentado signi cativo desde 1988 a 1994, con
una ci ra media de 10 suicidios por 100.000 a itantes, uno de os ndices suicidas m s a o de os
pa ses europeos. fr. ugenio ‚orre, Nun ia ieppa otros, uicide and attem ted in t e rovince
of urin from to idemiolo ical Analysis, uropean ‰ourna Ps c iatr , 13 …1990†,
pp. 77-86.
43
‰ean „audri ard, a ilusi n vital, Buenos Aires, Siglo XXI, 2002, pp. 66-67.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 69
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

pro oca una democrati aci n sin precedentes de a en ermedad de i ir , p aga


di usa end mica de nuestro tiempo. a desregu aci n de sistema se inscri e,
no o stante, en un proceso de in ersi n m s amp io: n a medida ue a an a
a a per ecci n, toda estructura … a sea t cnica o umana, econ mica, socia o
po tica† tiende a deconstruirse ine ora emente, por su propia sistematicidad,
asta imp osionar o todo. s o ue „audri ard denomina iron a o eti a .
Por eso, e imperio de monopo io no tiene m s remedio ue diseñar estrategias
para contener nuestro ritmo de ida, moderar a in e icidad estimu ar e
consumo, siempre cuando a umanidad no sea e i por ue, en ese caso,
am s comu gar a con a dictadura de a e ocidad.

Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
70 or a arcía Ferrer

Referencias bibliográ cas:

an So•a ‰ean „ric•mont, Im osturas intelectuales, „arce ona, Paid s, 1999.


ristian ara i, a itale e lin ua io. alla ne economy all economia di
uerra, oma, eri e pprodi, 2002.
ross Nationa o a orati e €roup, e c an in rate of ma or de ression
ross ational com arisons, ‰ourna o t e merican edica
ssociation , 268 …1992†.
dŠin ‚a or ‰o n rc i a d ˆ ee er, acetime P ysics, San rancisco, ˆ.
ƒ. reeman, 1966.
ugenio ‚orre, Nun ia ieppa otros, uicide and attem ted in t e rovince
of urin from to idemiolo ical Analysis, uropean ‰ourna
Ps c iatr , 13 …1990†.
rancisco onso- ern nde , Factores determinantes en el incremento del
trastorno de resivo en los €ltimos sesenta a os en uis S e ueda otros,
coords.: •ccidente enfermo. Filosofía y atolo ías de civili‚aci n, nic ,
€ IN, 2011 .
ranco „erardi, a fƒbrica de la infelicidad. uevas formas de traba o y
movimiento lobal, Madrid, Tra cantes de sueños, 2003.
€eorge urp ic ard ˆet e : uicide ris by birt co ort in t e nited
tates, to , rc €en Ps c iatr , 37 …1980†.
€era d ‹ erman, vidence for increase in rates of de ression in ort America
and „estern uro e in recent decades en ƒanns ƒippius, €erar d ‹ erman
Nor ert atusse•, coords.: e results in de ression researc , „er n,
Springer, 1986 .
€era d ‹ erman ma ˆeissman, Increasin rates of de ression, ‰ourna o
t e merican edica ssociation , 261 …1989†.
€i es ipo ets• , a era del vacío. nsayos sobre el individualismo
contem orƒneo, „arce ona, nagrama, 1990.
Imano Œu ero, os sindicatos es a oles ante el cambio tecnol ico entre …
y † , „i ao, esc e de „rouŠer, 1993.
‰ean „audri ard, a ilusi n y la desilusi n est‡ticas, Caracas, Monte Ávila, 1997.
‰ean „audri ard, a ilusi n vital, Buenos Aires, Siglo XXI, 2002.
‰ean- ran•ois otard, a condici n ostmoderna informe sobre el saber,
adrid, tedra, 2006.
‰o n rmitage, From modernism to y ermodernism and beyond an intervie
it Paul irilio en Paul irilio, From modernism to y ermodernism and
beyond, ondres, €ran „retaña, Sage, 2000 .
‰os anue €uti rre €arc a, l suicidio en s a a, ,
Psicopato og a , 16 …1995†.

Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03
a dromocracia o el r imen de la velocidad absoluta Paul irilio . 71
n dia n stico de sus derivaciones m rbidas en la e istencia

Juan Álvarez-Cienfuegos Fidalgo, a aceleraci n del tiem o como alienaci n.


a ro uesta de Hartmut Rosa desde la eoría rítica, cta Socio gica ,
69 …2016†.
ars ‰aco sson inor en erg, idemiolo y of uicide in a edis country
sterbotten , cta Ps c iatr Scand , 74 …1986†.
uis S e ueda, Ficcionali‚aci n del mundo. A ortaciones ara una crítica
de atolo ías sociales, e ista de i oso a ni ersidad de osta ica ,
45/115-116, 2007.
uis S e ueda, nfermedades de •ccidente. Patolo ías actuales del vacío
desde el nexo entre losofía y psicopatología en uis S e ueda otros,
coords.: •ccidente enfermo. Filosofía y atolo ías de civili‚aci n, nic ,
€ IN, 2011 .
artin ƒeidegger, erenidad, „arce ona, Ser a , 1989.
ic ae Sni en, s develo s urban surveillance system, ssociated Press Šire
report , 1 …2003†.
Pau iri io, es ace critiˆue, Par s, ristian „ourgois, 1984.
Pau iri io, st etiˆue de la disa arition. Par s, €a i e, 1988.
Pau iri io, rans A earance, rt orum , 27, 10 …1989†.
Pau iri io, inertie olaire, Par s, ristian „ourgois, 1990.
Pau iri io, Art of t e motor, inneapo is, ni ersit o innesota Press, 1995.
Pau iri io, a vitesse de lib‡ration, Par s, €a i e, 1995.
Pau iri io P i ippe Petit, a olitiˆue du ire, Par s, ‚e tue , 1996.
Pau iri io, l cibermundo. a olítica de lo eor, adrid, tedra, 1997.
Pau iri io, round ‰ero, ondres, erso, 2002.
Pau iri io, elocidad y olítica, „uenos ires, a arca, 2006.
Peter S oterdi • ƒans-‰Žrgen ƒeinric , l sol y la muerte. Investi aciones
dial icas, adrid, Sirue a, 2004.
Pierre ac et, as enfermedades de la vida moderna, „arce ona, a or, 1973.
Pierre- ain, ercier, ran•ois P assard ctor Scardig i, a sociedad di ital,
„arce ona, rie , 1985.
am n Œa o, a ciencia y la tecnolo ía como relaciones sociales, ‚e os , 17
…1989†.
gis e ra , Introducci n a la mediolo ía, „arce ona, Paid s, 2001.
ic ard o in, Russian lan ua e listenin com re ension ere are e oin Š
ere do e oŠ, S a ic and ast uropean ‰ourna , 35/3 …1991†.
Ste e ed ead, Paul irilio eorist for an accelerated culture, ‚oronto
ni ersit Press, 2004.
‚ omas a enport ‰o n „ec•, a economía de la atenci n el nuevo valor de
los ne ocios, „arce ona, Paid s, 2002.
Œ gmunt „auman, a societ sotto assedio, oma, ater a, 2007.

Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, año 19, nº 38. Segundo semestre de 2017.
Pp. 49-71. ISSN 1575-6823 e-ISSN 2340-2199 doi: 10.12795/araucaria.2017.i38.03

También podría gustarte