Está en la página 1de 17

La tecnología de la afectividad.

Psicopolítica, antrobología y
subjetividad digital en Kentukis
(2018) de Samanta Schweblin

Joaquín Jiménez Barrera


Literatura y Cine en la Era Digital
Samanta Schweblin
Kentukis es su segunda novela, publicada tras su aclamada
Distancia de rescate (2014) y sus tres colecciones de
cuentos: El núcleo del disturbio (2002), Pájaros en la boca
(2009) y Siete casas vacías (2015).

Contexto latinoamericano: amplia variedad de novelas de


ciencia ficción y/o sobre tecnología escritas durante los
últimos años. Otros ejemplos: Los cuerpos del verano
(2012), La mucama de Omicunlé (2015), Un mundo huérfano
(2016), Nefando (2016).
¿De qué trata Kentukis ?
Modalidades de compra: (1) amo kentuki y (2) ser kentuki.

11 relatos: (1) Robin, Katia y Amy, (2) Emilia, (3) Alina, (4)
Marvin, (5) Enzo, (6) hogar de ancianos, (7) Grigor, (8)
Cheng, (9) Claudio, (10) familia, (11) otra.

Temáticas principales: voyerismo, soledad y alienación,


sadismo, relación entre sujeto y tecnología.

Enfoque: psicopolítica, antrobología y subjetividad.


Propuesta de lectura
Kentukis es una novela que escenifica el panorama psicopolítico del
capitalismo tardío en una sociedad neoliberal, en la que el poder se ejerce
no a través de la fuerza o de un mecanismo coercitivo biopolítico, sino a
través de un mercado seductor que establece relaciones de afectividad
entre los consumidores y sus mercancías.

Pregunta: ¿Es posible enunciarse digitalmente?

Relación entre kentukis (dispositivos) y compradores (humanos) es


representativa de una antrobología: convivencia tormentosa, que refleja
una visión tecnofóbica por parte de Schweblin.
Psicopolítica (Byung Chul Han)

Internet, redes sociales y Big Data: se extiende el


control del sujeto.

“técnica de dominación que estabiliza y reproduce el


sistema dominante por medio de una programación
y control psicológicos” (61-62). Se consolida a través
de un poder inteligente, que explota la libertad de
los individuos a través de la seducción, la
amabilidad y la permisividad y se apropia de los
datos que entrega el usuario en internet.

“capitalismo del me gusta” (17) y conexión con Braidotti.


Braidotti en Lo Posthumano

El capitalismo biogenético avanzado produce una


mercantilización de la vida (Melinda Cooper - “vida
como plusvalía”).

“El verdadero capital, hoy, son los bancos de datos de


informaciones biogenéticas, neuronales y mediáticas
sobre los individuos, como el éxito de Facebook
demuestra a un nivel más banal. El data mining
comprende perfiles prácticos que identifican diversas
tipologías y características, y las pone en evidencia como
objetivos estratégicos específicos para las inversiones
del capital” (Braidotti 65).
La psicopolítica en Kentukis

Capitalismo expansivo: el mercado es el único aparato al que los sujetos pueden


recurrir. ¿Qué pasa con el Estado?

“Lo que quería saber Inés, y lo preguntó varias veces golpeando la mesa con
el dedo índice, era qué tipo de reglamentación implementaría el gobierno
con una cosa así” (Schweblin 41).

“Había topos, conejos, cuervos, pandas, dragones y lechuzas. Pero no había


dos iguales, cambiaban los colores y las texturas, algunos estaban
caracterizados” (23)

“el crecimiento de estas cosas es exponencial: si hay tres la primera semana,


es que habrá tres mil la segunda” (52).
Hacia el advenimiento de una antrobología

Tensión: relación humano-máquina.

Primero: distancia entre sujeto y dispositivo

“No eran lindos, y aun así había algo sofisticado que todavía no podía
dilucidar. ¿Qué eran exactamente? … Olía a tecnología, plástico y algodón. Y
había algo emocionante en eso, la distracción milagrosa de desplegar cables
nuevos y prolijamente plegados, de arrancarles los celofanes a dos tipos
distintos de adaptadores, de acariciar el plástico sedoso del cargador”
(23-4).

Superación de la obsolescencia reflejada a través de una pulsión frenética de


consumo. Experiencia de por sí emocionante.
Hacia el advenimiento de una antrobología

Luego: “mutación periódica de las condiciones humanas de existencia” (Sadin


38). El medio ambiente natural del hombre se transgrede por la aparición de los
kentukis por todos lados:

“Ahora había de esos aparatos por todos lados … Estaban en las noticias a
cada rato, con sus notas de color o sus historias de estafas, robos y
extorsiones. Los usuarios compartían sus videos en todas las redes sociales,
con sus inventos caseros de kentukis atados a drones, montando patinetas o
pasando la aspiradora por la casa” (175-176).

Sociedad en tránsito hacia una hibridez.


Hacia el advenimiento de una antrobología

Sujetos alienados y solitarios, que buscan suplir sus carencias


afectivas a través de los dispositivos.

Ejemplo: Alina

“nada le importaba tanto como para moverse en alguna dirección.


En su cuerpo, cada impulso preguntaba para qué. No era
cansancio, ni depresión, ni carencia de vitaminas. Era una
sensación parecida al desinterés, pero mucho más expansiva” (55).
Historia de Marvin: ¿constitutiva de una subjetividad híbrida?

Tensión definitiva entre las categorías de ‘máquina’ y ‘humano’

Habitar la digitalidad:

“Marvin ya no era un chico que tenía un dragón, sino que era un


dragón que llevaba dentro un chico” (91).

Desenlace de su historia:
Artefacto y personaje fundidos en una única subjetividad, sin
establecerse con claridad los límites entre sujeto humano y máquina
kentuki.
“Rodaba, seguía rodando hacia el lago cuando pensó en su madre y en
la nieve … El ruido de la caída seguía oyéndose, metálico en la
habitación. ¿Qué haría si su padre le preguntaba qué estaba pasando?
¿Cómo le explicaría que en realidad estaba golpeado, que estaba
roto y que seguía rodando, sin ningún control, hacia abajo? Hizo un
esfuerzo y logró respirar. ¿Podría su padre escucharlo caer?
¿Entendía que el ruido de la tablet eran sus propios golpes contra el
ripio? Era como si Marvin no sintiera el piso, caminaba en el aire.
Llegó hasta las escaleras y, antes de bajarlas, se detuvo. La casa se
sentía demasiado liviana, irreal. Tardó en reconocer el silencio, en
aceptar que llegaba desde la Tablet” (194-195).
Sujetos digitales

Recordar: Guattari en “Towards a Post-Media Era”

Visión utópica de la identidad: lo digital tendría la potencialidad de crear


nuevas subjetividades.

“From that moment on, we can hope for a transformation of mass-media power
that will overcome contemporary subjectivity, and for the beginning of a
post-media era of collective-individual reappropriation and an interactive use
of machines of information” (parr. 3)

Problema con la tecnología kentuki: dispositivos que se introducen en los


espacios de intimidad. Los consumidores hacen de estos artefactos su bandera
de lucha, relegándose a identidades prefabricadas (‘amo’ y ‘ser’).
Club de Liberación de Kentukis: ¿una posible resistencia?

Más bien, micromercado:

“Si le depositaban 45 euros en su cuenta, pegaba a la espalda de


los kentukis una alarma que podía activarse desde el
controlador … Por 310 euros podía colgarle en la espalda [al
kentuki de Marvin] una extensión de la batería” (131-134).

Capitalización de los afectos de estos sujetos alienados.


Preguntas finales
1. ¿Qué tanto de nuestra realidad hay en Kentukis?
¿Cómo se extrapola a nuestra relación con las
tecnologías? (Castagnet: ciencia ficción y realismo).

2. ¿Cuáles son las posibilidades de enunciación de estas


subjetividades en el espacio de lo digital?

3. ¿Hay maneras de resistir al capitalismo psicopolítico?


(recordar frase célebre de Jameson y Zizek)

4. ¿Cómo se explica la tendencia tecnofóbica presente


en la narrativa latinoamericana reciente?
“Era tierno que no hablara. Una buena decisión de los
fabricantes, pensó. Un ‘amo’ no quiere saber lo que opinan sus
mascotas. Lo comprendió en seguida, era una trampa. Conectar
con ese otro usuario, averiguar quién era, era también decir
mucho sobre uno. A la larga, el kentuki siempre terminaría
sabiendo más de ella que ella de él, eso era verdad, pero ella era
su ama, y no permitiría que el peluche fuera más que una
mascota. Al fin y al cabo, una mascota era todo lo que ella
necesitaba. No le haría ninguna pregunta, y sin sus preguntas el
kentuki dependería solo de sus movimientos, sería incapaz de
comunicarse. Era una crueldad necesaria” (29).
Obras citadas
Braidotti, Rosi. Lo Posthumano. Barcelona: Gedisa, 2015.

Guattari, Félix. “Towards a post-media era”. Provocative Alloys: A


Post-Media Anthology. Lüneburg: PML, 2013.

Han, Byung Chul. Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas de


poder. Barcelona: Herder, 2014.

Sadin, Éric. La humanidad aumentada. Buenos Aires: Caja Negra, 2017.

Schweblin, Samanta. Kentukis. Barcelona: Random House, 2018.

También podría gustarte