Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
iii. Ministerios
1. La palabra “ministerio” proviene del latín ministerium que significa
servicio, por lo tanto ministro es el que sirve. A su vez proviene del
griego diaconos, que significa prácticamente lo mismo.
2. Desde el AT se encuentra la costumbre de que aquel que habla por
Dios o de Dios es un servidor, así se puede encontrar por ejemplo
en el profeta Isaías (caps 40-52), en la figura del Siervo de Yahvé
que algunos le identifican como pueblo, otros como un personaje
ideal, y en su mayoría como descripción del Mesías.
3. En el NT Jesús mismo se identifica como aquel que viene a servir y
no a ser servido.
4. Propiamente en la Iglesia se determina que el servicio como
ministerio es ostentado por todos los bautizados, solo que algunos
se dedican de una forma más preferente al servicio por medio del
orden sacerdotal de manera que existen los ministerios ordenados
(diaconos, presbíteros y obispos) y los ministerios no ordenados a
los que pueden acceder todos aquellos que tengan completos sus
sacrementos de iniciación cristiana (bautizo, eucaristía y
confirmación).
5. Existen diversidad de ministerios para las personas no ordenadas
que parten de su servicio como cristianos. Algunos de ellos son:
a. Ministros extraordinarios de la comunión eucarística.
b. Ministros del bautismo.
c. Ministros del matrimonio (testigos cualificados).
d. Ministros de la Palabra.
e. Ministro de la catequesis y enseñanza en centros
educativos.
f. Ministros de las personas enfermas.
g. Ministros del canto religioso.
h. Ministro de asistencia social, etc.
a. Sacrificio: proviene del latín sacrificium, sacrum facere: realizar una acción sagrada,
ofrecer un don, un regalo, un bien a quien se reconoce como sagrado, en este caso
Dios.
b. Los sacrificios de la antigua ley
i. En el AT podemos presenciar la existencia de sacrificios presentados a
Yahvé. Estos se podían realizar dentro o fuera del Templo de Jerusalén el
cual era el lugar preferente para hacerlos.
ii. Las determinaciones de cómo realizar los sacrificios se encuentran en el
Levítico. Los sacrificios podían ser matutinos o vespertinos, cruentos (que
derramaban sangre) o incruentos. Los cruentos podían ser:
1. Holocaustos: la víctima era ofrecida a Yahvé y completamente
quemada.
2. Comunión: parte era ofrecida a Yahvé y otra parte era consumida
por los fieles como señal de unión con la divinidad.
3. Expiación: sacrificios y ofrendas que buscaban eliminar la maldad
cometida y los pecados.
4. Reparación: ofrenda de víctimas y otros bienes como actos de
desagravio a Dios por los pecados cometidos contra sus leyes.
iii. Los sacrificios podían ser animales, primicias de las cosechas, etc. En todo
caso se vigilaba la pureza de corazón con el que se presentaban los
sacrificios pues era esto lo que agradaba a Dios.
iv. En base a estas prácticas la Iglesia recuerda la necesidad de presentar
ofrendas que van destinadas al culto, el sustento de los ministros y la ayuda
a los pobres.
c. El sacrificio de la nueva ley
i. Todos los sacrificios anteriores son preparación para el único sacrificio que
es Jesucristo. A la misma hora que los judíos ofrecían los corderos de la cena
de pascua, Jesús se ofrecía en la cruz, de manera que él es al mismo tiempo
sacerdote, víctima y altar agradable a Dios.
ii. Este sacrificio de Jesucristo reúne cuatro características:
1. Latréutico: de adecuada adoración a Dios.
2. Eucarístico: de suficiente acción de gracias a Dios.
3. Propiciatorio: reparación a Dios por los pecados de la humanidad.
4. Impetratorio: eficaz petición a Dios del perdón de los pecados y
salvación de la humanidad.
d. La Santa Cena pascual
i. La última cena que Jesús celebra con sus discípulos es al mismo tiempo la
primera actualización del sacrificio que luego realizaría. En una costumbre
judía donde se sacrificaba el cordero, se sacrifica Cristo prefigurándose
como el verdadero cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La
última cena es entonces la primera misa de su Iglesia.
ii. En cada santa misa se recuerda la entrega que el mismo Jesús hiciera en el
pan (cuerpo entregado) y vino (sangre derramada).
iii. En cada eucaristía se reactualiza y presencia el misterio de Jesucristo (vida,
pasión, muerte y resurrección): Tomando el pan en sus manos dijo, “este es
mi cuerpo”…tomando en seguida el cáliz dijo, “esta es mi sangre”, y
dirigiéndose a sus apóstoles les dijo “hagan esto en memoria mía”.
iv. Por eso la iglesia proclama que cada misa es la ininterrumpida actualización
incruenta de la entrega de Jesús, se presenta como cumbre y fuente de la
vida cristiana, y celebra la triple realidad mistérica:
1. Memorial de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesús.
2. Sacrificio de la nueva ley.
3. Sacramento del amor salvador de Dios.
V. Evangelización y sacramentalización
a. Mt, 28, 19. El mandato misionero de Jesús incluye dos partes, “enseñen” y
“bauticen”. De esta manera en este mandato se contiene las acciones que la Iglesia
hace: evangelizar y sacramentalizar al mundo. Es necesario una correcta catequesis
de manera que los fieles estén conscientes de lo que reciben en los sacramentos.
b. Los sacramentos pretenden la santificación de la comunidad humana, en ellos
mismos se encierra la gracia que significan por ello deben estar acompañados de
una correcta catequesis para evitar que los fieles vean los sacramentos como el
cumplimiento de una rutina.
c. Lo que debe anteceder a todo sacramento es el anuncio del Evangelio, de hecho se
solicita que siempre que se distribuya la Sagrada Comunión el fiel se haya
alimentado antes con el pan de la Palabra.
d. Las dos partes se encuentran de forma preferente en la Sagrada Eucaristía la cual
debe estar por encima de todo. La instrucción Inestimabile Donum, llega a afirmar
que nadie se acerque a la mesa eucarística sin antes haber participado de la mesa
de la Palabra.