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Para curso de Ministros de la Eucaristía

I. Presentación general de los contenidos.

a. Encuentro 1: Los ministerios dentro de la Iglesia del postconcilio.


i. El servicio de ministros extraordinarios de la eucaristía como lo conocemos
actualmente se desarrolla después del Vaticano II (explicar que es un
concilio y en qué consistió el VII).
ii. Algunas características aconsejables para la persona que quiere ser
Ministro de la Comunión son las siguientes:
1. Intensa vida de fe
2. Fieles a Dios y a su Iglesia (entendida como pueblo de Dios).
3. Ejemplares en el amor a la eucaristía, humilde y consciente que lo
que brindan es un servicio hacia los demás.
4. Devotos al Santísimo Sacramento de la eucaristía (que sean
frecuentes ellos mismos a la comunión sacramental).
b. Encuentro 2: La eucaristía, sacrificio de la nueva ley
i. Jesús es el único sacrificio válido, en la cruz él se entrega como sacrificio
agradable a Dios.
ii. En la eucaristía él es el verdadero sacerdote, la verdadera víctima que nos
gana el perdón del Padre.
iii. La Santa Misa es representación y reactualización del único y eterno
sacrificio.
iv. La Santa Misa es un sacrificio:
1. Latreútico: de adoración al Padre.
2. Eucarístico: de acción de gracias a Dios.
3. Propiciatorio: de reparación a Dios por los pecados de toda la
humanidad.
4. Impetratorio: de petición de bendiciones y gracias divinas.
c. Encuentro 3: La eucaristía sacramento de amor
i. En la eucaristía se encuentra verdaderamente Jesucristo presente en el
cuerpo y la sangre bajo las especies de pan y vino.
ii. Es el sacramento más importante de todos los sacramentos pues en él se
encuentra el autor de la gracia santificante, Dios hecho hombre.
iii. La presencia sacramental de Jesucristo (Dios y hombre verdadero) es
dinámica, pues sigue obrando la salvación de los hombres y mujeres.
d. Encuentro 4: Evangelización y sacramentalización
i. Las celebraciones de piedad cristiana y las celebraciones eucarísticas son
capaces de decir algo solo a las personas que poseen fe.
ii. Por ello las celebraciones tienen que estar precedidas por la evangelización,
para comprender correctamente su profundidad.
iii. La catequesis prepara a las personas a recibir los sacramentos de forma
activa y los salva de ser una rutina de la cual la gracia salvadora queda vacía.
iv. La fe es la puerta abierta a los sacramentos, los cuales son reliquias de la
encarnación y lugares de verdadero encuentro con Dios.
e. Encuentro 5: Celebraciones eucarísticas
i. El ser humano es intrínsecamente alegre, dado a la celebración y dentro de
su historia el hecho que mayormente debe celebrar es aquel que le da vida
plena, o sea la resurrección del Señor.
ii. Este acontecimiento fundamental se dio al tercer día, o sea domingo, de ahí
que este día es para el ser humano memoria de su mayor festejo.
iii. La eucaristía es por lo tanto el centro de la vida cristiana y eclesial.
f. Encuentro 6: Comunión eucarística fuera de la Santa Misa
i. La razón principal por la que existen sagrarios y reservas en las capillas es
para la administración del viático fuera de la santa eucaristía a personas
enfermas. La comunión fuera de la misa y la adoración eucarística es
secundaria.
ii. Es ante todo el alimento para aquellos que estamos de paso hacia la Patria
Celestial. Nosotros somos viajeros.
g. Encuentro 7: Clase práctica
i. Se mostrará la forma aconsejable de llevar la santa comunión fuera de la
eucaristía.
ii. Se dará algunos insumos de liturgia básica.
iii. Se conocerán ornamentos y objetos litúrgicos que puedan ayudar al mejor
conocimiento de lo que se celebra.
h. Encuentro 8: Santa Eucaristía de cierre.

II. Los diversos ministerios en la Iglesia del Posconcilio

a. La Iglesia del posconcilio


i. Las reflexiones que se desarrollaron en el concilio Vaticano II se concretaron
en 16 documentos que señalan un nuevo horizonte de comprensión y
pastoral en la Iglesia (lamentablemente aun hoy resultan ser en la mayoría
de la Iglesia desconocidos).
ii. La lista de documentos es la siguiente:
1. La sagrada liturgia (Sacrosanctum concilium).
2. Los medios de comunicación social (Inter Mirifica).
3. La Iglesia (Lumen Gentium).
4. El ecumenismo (Unitatis redintegratio).
5. Las iglesias orientales católicas (orientatium ecclesiarum).
6. El ministerio pastoral de los obispos en la Iglesia (Christus
Dominus).
7. La formación sacerdotal (Optatam totius).
8. La actualización de los religiosos (Perfectae caritatis).
9. La educación cristiana (Gravissimun educationis momentum).
10. Las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas (Nostra
aetate).
11. La revelación divina (Dei verbum).
12. El apostolado de los laicos (Apostolicam actuositatem).
13. La Iglesia en el mundo de hoy (Gaudium et spes).
14. El ministerio y la vida de los presbíteros (Presbyterorum ordinis).
15. La actividad misionera de la Iglesia (Ad gentes).
16. La libertad religiosa (Dignitatis humanae).

iii. Ministerios
1. La palabra “ministerio” proviene del latín ministerium que significa
servicio, por lo tanto ministro es el que sirve. A su vez proviene del
griego diaconos, que significa prácticamente lo mismo.
2. Desde el AT se encuentra la costumbre de que aquel que habla por
Dios o de Dios es un servidor, así se puede encontrar por ejemplo
en el profeta Isaías (caps 40-52), en la figura del Siervo de Yahvé
que algunos le identifican como pueblo, otros como un personaje
ideal, y en su mayoría como descripción del Mesías.
3. En el NT Jesús mismo se identifica como aquel que viene a servir y
no a ser servido.
4. Propiamente en la Iglesia se determina que el servicio como
ministerio es ostentado por todos los bautizados, solo que algunos
se dedican de una forma más preferente al servicio por medio del
orden sacerdotal de manera que existen los ministerios ordenados
(diaconos, presbíteros y obispos) y los ministerios no ordenados a
los que pueden acceder todos aquellos que tengan completos sus
sacrementos de iniciación cristiana (bautizo, eucaristía y
confirmación).
5. Existen diversidad de ministerios para las personas no ordenadas
que parten de su servicio como cristianos. Algunos de ellos son:
a. Ministros extraordinarios de la comunión eucarística.
b. Ministros del bautismo.
c. Ministros del matrimonio (testigos cualificados).
d. Ministros de la Palabra.
e. Ministro de la catequesis y enseñanza en centros
educativos.
f. Ministros de las personas enfermas.
g. Ministros del canto religioso.
h. Ministro de asistencia social, etc.

iv. Ministros extraordinarios de la sagrada comunión eucarística.


1. Existen diversos documentos de la Iglesia que dan licencia a
personas no ordenadas en la participación en este servicio, sin
embargo se ha de tener claro que es un acto preferentemente de
quien posee el sacerdocio ministerial.
2. El Código de Derecho Canónico señala que “Ahí donde la necesidad
de la Iglesia lo haga aconsejable, pueden también los laicos, a falta
de ministros, incluso no siendo ni lectores ni acólitos, suplir algunos
de sus oficios, a saber: ejercer el ministerio de la Palabra, presidir
las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y distribuir la
sagrada comunión”.
3. Según las determinaciones de la Iglesia pueden distribuir la
comunión:
a. Los ministros ordinarios de la sagrada comunión (diáconos,
presbíteros, obispos).
b. Los ministros no ordenados que hayan recibido un
mandato por una autoridad eclesiástica en el siguiente
orden: acólitos y lectores, seminaristas mayores, religiosos,
ministros de la liturgia, de la palabra, de la catequesis, del
baustismo, de los enfermos y otros.
c. El mandato eclesiástico puede ser de tres formas:
i. Permanenter: de forma permanente.
ii. Ad tempus: por un periodo corto de tiempo.
iii. Ad actum: para un determinado servicio o
celebración, este termina con ella.
4. Algunas recomendaciones para quienes deseen desarrollar este
ministerio o ya se encuentren desarrollándolo son:
a. Tener espíritu de fe.
b. Llevar una vida cristiana ejemplar.
c. Ser dedicados y humildes en el ministerio.
d. Tener una sólida piedad eucarística.
e. Vivir en alegre comunión espiritual con todos (párroco,
colegas y fieles en general).
f. Ser agentes de unión y renovación dentro de la comunidad
eclesial.

III. Eucaristía, sacrificio de la nueva ley.

a. Sacrificio: proviene del latín sacrificium, sacrum facere: realizar una acción sagrada,
ofrecer un don, un regalo, un bien a quien se reconoce como sagrado, en este caso
Dios.
b. Los sacrificios de la antigua ley
i. En el AT podemos presenciar la existencia de sacrificios presentados a
Yahvé. Estos se podían realizar dentro o fuera del Templo de Jerusalén el
cual era el lugar preferente para hacerlos.
ii. Las determinaciones de cómo realizar los sacrificios se encuentran en el
Levítico. Los sacrificios podían ser matutinos o vespertinos, cruentos (que
derramaban sangre) o incruentos. Los cruentos podían ser:
1. Holocaustos: la víctima era ofrecida a Yahvé y completamente
quemada.
2. Comunión: parte era ofrecida a Yahvé y otra parte era consumida
por los fieles como señal de unión con la divinidad.
3. Expiación: sacrificios y ofrendas que buscaban eliminar la maldad
cometida y los pecados.
4. Reparación: ofrenda de víctimas y otros bienes como actos de
desagravio a Dios por los pecados cometidos contra sus leyes.
iii. Los sacrificios podían ser animales, primicias de las cosechas, etc. En todo
caso se vigilaba la pureza de corazón con el que se presentaban los
sacrificios pues era esto lo que agradaba a Dios.
iv. En base a estas prácticas la Iglesia recuerda la necesidad de presentar
ofrendas que van destinadas al culto, el sustento de los ministros y la ayuda
a los pobres.
c. El sacrificio de la nueva ley
i. Todos los sacrificios anteriores son preparación para el único sacrificio que
es Jesucristo. A la misma hora que los judíos ofrecían los corderos de la cena
de pascua, Jesús se ofrecía en la cruz, de manera que él es al mismo tiempo
sacerdote, víctima y altar agradable a Dios.
ii. Este sacrificio de Jesucristo reúne cuatro características:
1. Latréutico: de adecuada adoración a Dios.
2. Eucarístico: de suficiente acción de gracias a Dios.
3. Propiciatorio: reparación a Dios por los pecados de la humanidad.
4. Impetratorio: eficaz petición a Dios del perdón de los pecados y
salvación de la humanidad.
d. La Santa Cena pascual
i. La última cena que Jesús celebra con sus discípulos es al mismo tiempo la
primera actualización del sacrificio que luego realizaría. En una costumbre
judía donde se sacrificaba el cordero, se sacrifica Cristo prefigurándose
como el verdadero cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La
última cena es entonces la primera misa de su Iglesia.
ii. En cada santa misa se recuerda la entrega que el mismo Jesús hiciera en el
pan (cuerpo entregado) y vino (sangre derramada).
iii. En cada eucaristía se reactualiza y presencia el misterio de Jesucristo (vida,
pasión, muerte y resurrección): Tomando el pan en sus manos dijo, “este es
mi cuerpo”…tomando en seguida el cáliz dijo, “esta es mi sangre”, y
dirigiéndose a sus apóstoles les dijo “hagan esto en memoria mía”.
iv. Por eso la iglesia proclama que cada misa es la ininterrumpida actualización
incruenta de la entrega de Jesús, se presenta como cumbre y fuente de la
vida cristiana, y celebra la triple realidad mistérica:
1. Memorial de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesús.
2. Sacrificio de la nueva ley.
3. Sacramento del amor salvador de Dios.

IV. Eucaristía, sacramento de amor


a. La eucaristía mira ante todo la santificación de las almas. Después de la eucaristía
el pan consagrado se conserva de manera que pueda ser adorado y con ello
prolongar la gracia del santo sacrificio de la misa.
b. Cristo no se divide realmente cuando se dividen las especies o cuando se da
solamente una de ellas, pues se encuentra íntegramente presente todo él en cada
pedazo de hostia de forma total, de la misma manera en el vino. No existe una
prohibición de comulgar bajo las dos especies, sin embargo, por motivos prácticos
se distribuye solo el pan y ambas especies se dan en celebraciones puntuales
(consagración religiosa, matrimonio, etc).
c. Nadie es digno de recibir el cuerpo y sangre de Cristo, este se recibe por
misericordia no por méritos, como alimento necesario. Solamente quienes se
encuentren con una enfermedad mental grave o tengan un pecado mortal no
pueden acceder a la comunión.
d. Se recomienda el ayuno eucarístico para que tanto alma y cuerpo se encuentren
preparadas para recibir al Señor, este consiste no haber ingerido alimento (excepto
agua) una hora antes de recibir la comunión (no antes de la misa). Cuando las
especies desaparecen físicamente del cuerpo, la unión espiritual se mantiene.

V. Evangelización y sacramentalización

a. Mt, 28, 19. El mandato misionero de Jesús incluye dos partes, “enseñen” y
“bauticen”. De esta manera en este mandato se contiene las acciones que la Iglesia
hace: evangelizar y sacramentalizar al mundo. Es necesario una correcta catequesis
de manera que los fieles estén conscientes de lo que reciben en los sacramentos.
b. Los sacramentos pretenden la santificación de la comunidad humana, en ellos
mismos se encierra la gracia que significan por ello deben estar acompañados de
una correcta catequesis para evitar que los fieles vean los sacramentos como el
cumplimiento de una rutina.
c. Lo que debe anteceder a todo sacramento es el anuncio del Evangelio, de hecho se
solicita que siempre que se distribuya la Sagrada Comunión el fiel se haya
alimentado antes con el pan de la Palabra.
d. Las dos partes se encuentran de forma preferente en la Sagrada Eucaristía la cual
debe estar por encima de todo. La instrucción Inestimabile Donum, llega a afirmar
que nadie se acerque a la mesa eucarística sin antes haber participado de la mesa
de la Palabra.

VI. Celebraciones eucarísticas


a. El ser humano es esencialmente un ser que celebra comunitariamente. Nadie
celebra solo, como nadie se salva solo.
b. Dentro de las celebraciones referidas al ámbito religioso toma preponderancia la
celebración dominical como memorial comunitario, es universal (katholicos), es el
encuentro con la comunidad humana, es el gozo de una celebración con la que se
encuentran los hermanos que creen en Cristo. De ahí se desprenden dos
recomendaciones:
i. Es preferible participar de la misa dominical aunque ante una imposibilidad
se puede participar entre semana.
ii. Es preferible la misa dominical pero a falta de sacerdote se puede participar
de la celebración de la palabra y la comunión sacramental.
c. Entre las modalidades de celebración eucarística se encuentran:
i. Santa Misa: Celebración culmen y fuente de todas las demás.
ii. Exposición, adoración y bendición con el Santísimo Sacramento. Desde el s.
XVI la Iglesia promueve la costumbre de exponer, adorar y bendecir con las
hostias consagradas que no se consumen en la Santa Eucaristía. La facultad
de dar la bendición con las hostias consagradas está reservada a los
ministros ordenados. En ausencia de alguno de ellos un ministro de la
eucaristía puede sacar el copón del sagrario y luego de la exposición
guardarlo dado que la bendición solo puede ser impartida por un ministro
ordenado.
iii. Hora Santa ante el Santísimo Sacramento expuesto: es una devoción que
ha sido asumida paulatinamente en la Iglesia, un modelo aconsejable es el
de dividir el tiempo en cuatro secciones de 15 min en los que se puede:
alabar, reparar, suplicar y agradecer.
iv. Cuarenta horas de adoración al Santísimo Sacramento: en memoria a las 40
horas que pasó Jesús en el sepulcro antes de resucitar.
v. Adoración nocturna al Santísimo Sacramento expuesto, también conocidas
como horas de guardia ante el Santísimo Sacramento.
vi. Adoración perpetua al Santísimo Sacramento expuesto.
vii. Comunión espiritual, entendida como preparación a la comunión
sacramental, un modelo de oración puede ser:

“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente presente en el cielo y en


el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo por sobre todas las cosas, y deseo
vivamente recibirte en mi alma. Pero, no pudiendo hacerlo ahora
sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si
ya te hubiera recibido, te abrazo y me uno a Ti. ¡No permitas, Señor, que
me separe de Ti! Amén.
viii. Corpus christi. Fiesta que se celebra desde 1264.
ix. Procesión eucarística del Corpus Christi. Es la única procesión en la que se
proscribe que debe ser fuera del atrio de la Iglesia, se recomienda incluso
que se establezcan paradas o estaciones en las cuales se invita a los fieles a
realizar breves oraciones y adornar el camino donde solemnemente pasará
el Santísimo Sacramento del Altar.
x. Congresos eucarísticos: son grandes concentraciones de gente a nivel
regional, local e internacional en torno a Jesús Sacramentado, costumbre
que existe desde 1834.
xi. Visitas al Santísimo Sacramento.
xii. Himnos eucarísticos litúrgicos.
VII. Comunión eucarística fuera de misa

a. Se ha de tener en cuenta que el lugar preferente de recibir la comunión es dentro


de la Sagrada Eucaristía, no obstante la Iglesia procura que los fieles que no pueden
hacerlo por causas graves (enfermedad, ancianidad u otra), puedan acceder a la
comunión sacramental.
b. Algunas recomendaciones para la comunión sacramental fuera de la misa son:
i. La finalidad primera de la reserva eucarística es la administración del viático
(comunión sacramental que se le brinda a la persona en peligro de muerte).
Son fines secundarios la administración de la comunión a personas
enfermas y la adoración eucarística.
ii. Los pastores de almas deben estar atentos a que las personas enfermas y
ancianos puedan acceder a la comunión sacramental con frecuencia si es
posible todos los días, sobre todo en tiempo pascual aunque no se
encuentren en peligro de muerte.
c. En cuanto al ayuno eucarístico de quienes reciben la sagrada comunión fuera de
misa se debe observar que:
i. Siempre y cuando quienes la vayan a recibir no se vean afectados, se
recomienda guardarse de ingerir solidos o líquidos una hora antes de la
comunión sacramental.
ii. Si por motivos de salud no se puede tratar al menos de tener quince
minutos de ayuno previo a la comunión.
iii. El agua y las medicinas no quebrantan el ayuno.
d. Si una persona enferma no puede recibir la comunión sacramental en el pan
consagrado también existe la posibilidad de darle la comunión con el vino.
e. Cuando se prevé que la persona enferma vomite la comunión es mejor abstenerse.
Si sucede todo debe limpiarse con un paño limpio, ser depositado en un recipiente
con agua limpia, esperar unas horas a que se disuelva la especie y luego ser
depositado en un lugar conveniente (jardín, flores, etc).
f. Las personas presentes (cuidadores, familiares y amigos) en la comunión de la
persona enferma pueden comulgar una segunda vez.

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