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INTRODUCCIÓN

La diabetes mellitus [existen otros tipos de diabetes que no tienen que ver con la
hiperglucemia como la diabetes insipida] es una enfermedad crónica, sistémica
[afecta múltiples órganos por lo cual el impacto en la calidad de vida las personas
es mayor], asociada a diversos factores tanto exógenos como endógenos [hay
diabetes hereditaria y diabetes adquirida a través de la exposición a factores de
riesgo], caracterizada por dos pilares fundamentales de la fisiopatología de este
padecimiento; la nula o atenuada producción de insulina y la respuesta ineficaz de
las células ante la presencia de esta hormona, efecto conocido como resistencia a
la insulina [es más apropiado referirse a ese efecto como resistencia a la insulina],
los cuales conducen al desarrollo de un constante estado hiperglucémico [es el
termino propio para referirse a la glucosa elevada en sangre que supera los
valores de normalidad] [1- 4].
Figure 1Criterios diagnósticos de Diabetes y Prediabetes de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) 2018. Se considera
estado hiperglucémico a partir de 100mg/dl de glucosa en ayunas, 140mg/dl de glucosa a las 2 horas tras una carga de 75
gramos de glucosa anhidra y 5.7% de HbA1c.

En 2017 la IDF (federación internacional de diabetes) reportó que 425 millones de


adultos entre los 20 y 79 años padecían diabetes, estimándose que para el año
2045 la cifra superará los 438 millones de afectados [2].

Figure 2Número total estimado de adultos (20-79 años) que viven con diabetes, 2017 tomado de Atlas IDF 8a Edición.

De acuerdo con la historia natural de la diabetes, el sostenido estado de


hiperglucemia conducirá al desarrollo de diversas complicaciones que
comprometerán el funcionamiento de múltiples órganos y sistemas; dichas
complicaciones son: complicaciones macrovasculares y especialmente
microvasculares como retinopatía diabética, nefropatía diabética, neuropatía
diabética, úlceras de piel y tejidos blandos principalmente en extremidades
inferiores (entre ellas la más común es el pie diabético), complicaciones orales y
mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, EVC (eventos
vasculares cerebrales) y tendencia a la hipoglucemia definida por la ADA como
valores inferiores a 70mg/dl de glucosa en ayuno [2, 5, 6].

De acuerdo con estimaciones de la IDF, en el año 2017 los costos asociados a


diabetes ascendieron a 727 millones de dólares de la carga económica mundial [2].
Figure 3Gastos sanitarios relacionados con la diabetes en adultos (20-79 años) tomado de Atlas IDF 8ª Edición.

Por su parte en México durante el 2013 se estimó que la carga económica asociada
a esta enfermedad fue de 362,859.82 millones de pesos, es decir 2.25% del PIB
(Producto Interno Bruto) de ese mismo año; este monto es mayor que el crecimiento
real anual de la economía mexicana registrado por el INEGI al cierre del 2014, que
resultó de un 2.1% [7,8]. De este total se estimó que $179,495.3 millones de pesos,
el 1.11% del PIB; se debían a costos directos, como son los gastos destinados a la
atención médica (incluyendo servicios médicos y medicamentos). A su vez el 87%
de esta cifra se atribuyó a los costos de la atención médica por las principales
complicaciones de la DM 2 [8].
Por otra parte, se estimó que los costos indirectos fueron de $183,364.49 millones
de pesos, que representaron el 1.14% del PIB. La pérdida económica por muerte
prematura es la que tiene mayor peso en estos costos representando un 72.5% de
los costos indirectos [8].
La magnitud del impacto económico de la diabetes es importante para apoyar la
inversión en estrategias de prevención y tratamiento de esta enfermedad, que no
sólo eviten muertes, sino que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las
personas, ayudando al mismo tiempo a mejorar el desempeño económico del país
[opcional] [8].
BIBLIOGRAFÍA [formato Vancouver generalmente es el que piden en cuestiones de ciencias de la
salud, puedo cambiarlas a APA dependiendo los requerimientos de los evaluadores]

[1] Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre la diabetes. Biblioteca de la OMS.
Geneva; 2016:47-58.

[2] Nam H, Kirigia J, Mbanya J, Ogurstova K, Guariguata L, Rathmann W, et al. IDF DIABETES
ATLAS Eighth edition 2017 [Internet]. Bruselas, Bélgica: International Diabetes Federation; 2017.
Pp 10-11.40-80.
[3] Winnier D, Fourcaudot M, Norton L, Abdul-Ghani M, Hu S, Farook V et al. Transcriptomic

Identification of ADH1B as a Novel Candidate Gene for Obesity and Insulin Resistance in Human

Adipose Tissue in Mexican Americans from the Veterans Administration Genetic Epidemiology

Study (VAGES). PLOS ONE. 2015;10(4):e0119941

[4] Pourfarzam M. The difference in correlation between insulina resistence index and chronic

inflammation in type 2 diabetes with and without metabolic syndrome. Advanced biomedical

research. 2016; 5:pp 153.

[5] Buysschaert M, Medina JL, Bergman M, Shah A, Lonier J. Prediabetes and

associated disorders. Endocrine [Internet]. Marzo de 2015 [citado el 16 de julio de

2017];48(2):371–93. Disponible en: http://link.springer.com/10.1007/s12020-014-

0436-2

[6] Dorantes Cuéllar A, Martiń ez Sibaja C, Ulloa Aguirre A. Endocrinologia ́ clin


́ ica
de Dorantes y Martiń ez (5a. Ed.). Me ́ xico, D.F.: Editorial El Manual Moderno; 2016.

[7] Fundación Mexicana para la Salud, A.C. Carga Económica de la Diabetes


Mellitus en México, 2013. México, D.F.: Mariana Barraza Lloréns; 2015
[8] Fundación Mídete A.C. Asumiendo el control de la diabetes México 2016.
México; 2016 p. 21-31

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