La producción de energía eléctrica es necesaria para el desarrollo de los países
del mundo. Pero en los últimos años, al obtener energía de combustibles fósiles, la emisión de gases de efecto invernadero, incluido el CO2 ha provocado el calentamiento global y, en consecuencia, los principales cambios ecológicos en el mundo. Tras el protocolo de Kioto en 1997, para alcanzar el desarrollo sostenible y satisfacer la demanda mundial de energía, los investigadores se han propuesto producir energía a partir de fuentes renovables y más limpias. Hoy en día, la producción de electricidad por método osmótico es una de las nuevas ideas en el campo de las energías renovables que se está comercializando con la ayuda de países europeos. Lo más temprano sobre el poder osmótico se realizaron en 1954. El poder osmótico o el poder del gradiente de salinidad es una nueva forma de energía renovable que se puede obtener a partir de las diferencias de salinidad entre el agua dulce (agua de río en el mundo real) y el agua salada (agua de mar en el mundo real) sin CO2 emisiones. La ósmosis retardada por presión (PRO) es el método más común para convertir el gradiente de salinidad en electricidad. Se estima que el potencial global de PRO es de 1600 a 2000 TW·h al año, mientras que el potencial de las fuentes renovables de energía es de 10.000 TW·h al año. Los estudios prospectivos indican que la previsión de crecimiento demográfico en Asia es muy superior a la de otros países (UN, World Urbanization Prospects, 2011); se comprende la previsión de la demanda energética creciente por encima de otros países. Hoy en día se considera que la demanda energética es un buen indicador del desarrollo o progreso de las naciones.