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Desórdenes alimenticios

Los desórdenes alimenticios son comunes en una cultura obsesionada con la


comida rápida, dieta y la imagen corporal. La insatisfacción con el cuerpo y las
dietas usualmente llevan a conductas alimenticias peligrosas y poco sanas.
Algunas veces, estos patrones alimenticios pueden convertirse en desórdenes
de la alimentación. Afortunadamente, actualmente ya hay más alerta acerca de
este tipo de enfermedades.

Los desórdenes o trastornos alimenticios (TCA) son enfermedades psiquiátricas


graves que ponen en riesgo la vida de la persona afectada. Un trastorno de la
alimentación se caracteriza por anomalías en los hábitos alimenticios que
pueden implicar tanto la ingesta de alimentos insuficiente o excesiva en
detrimento de la salud física y emocional de un individuo.

De acuerdo al Manual de Psiquiatría (DSM_IV): Los trastornos alimentarios son


síndromes caracterizados por graves alteraciones en la conducta alimentaria y
por la preocupación excesiva por la imagen corporal o el peso. Presentación
varía, pero los trastornos alimenticios con frecuencia ocurren con morbidad
médica o psiquiátrica grave.

¿Cómo puedo saber si alguien padece un trastorno alimenticio?

Señales físicas Algunos indicios de los trastornos alimenticios son detectables a


simple vista. En el caso de la anorexia, el primero y el más visible es la continua
y prolongada reducción de peso, que puede conducir a la delgadez extrema y a
la desnutrición; ésta se refleja en la piel reseca y con color grisáceo o amarillento,
las uñas quebradizas, el debilitamiento o la caída del cabello, la intolerancia al
frío y la persistencia de bajas temperaturas en pies y manos, que adquieren un
color morado. La bulimia es más difícil de detectar porque los atracones y las
compensaciones se hacen en secreto y no derivan necesariamente en una
continua pérdida de peso. En el caso de quienes vomitan es necesario buscar
signos físicos acompañantes como lesiones o pérdida del esmalte dentario,
escoriaciones en las articulaciones interfalángicas de aquellos dedos utilizados
para provocar el vómito.
Señales psico-sociales Las personas con trastornos alimenticios se aíslan
socialmente, se vuelven irritables, se sienten culpables o están malhumoradas.
La ansiedad, la impulsividad y la inestabilidad emocional son rasgos
predominantes en quienes padecen bulimia. A veces estas sensaciones se
exacerban cerca de las horas de comida. La permanente preocupación por el
peso y la delgadez de quienes sufren estos padecimientos, por un lado, se
extiende al entorno social, de tal modo que critican incisivamente la gordura y,
por otro, preguntan constantemente a los demás cómo se ven y se comparan
insistentemente con otras personas. Como la percepción de sí mismos es -
distorsionada, recurren a los otros en busca de aseguramiento y corroboración.
Las personas con trastorno alimentario no pueden experimentarse a sí mismas
como individuos unificados o autocontrolados, capaces de dirigir su vida.

Trastornos típicos

Son los clasificados por el manual de desórdenes alimenticios (DSM_IV) y por


tanto denominados como enfermedad. Nuevos trastornos que pueden o
clasificaran bajo esta categoría en el futuro cercano.

Anorexia Nervosa

La anorexia nervosa afecta mayormente a mujeres jóvenes. Las niñas con


anorexia no comen lo suficiente para mantener sus cuerpos trabajando
apropiadamente. Las anoréxicas pierden mucho peso por lo que se vuelven
débiles y poco sanas debido a una dieta pobre. Usualmente, la gente con
anorexia ejercita mucho tratando de quemar calorías. Se “sienten gordas” a
pesar de estar perdiendo peso. Así mismo, la anorexia tiene muchos aspectos
emocionales y psicológicos como baja autoestima. La gente con anorexia se
convence a sí misma y a los que las rodean que no tienen hambre.

Las niñas con anorexia pueden utilizar algunas veces pastillas de dieta para
controlar la digestión y perder peso. Estas pastillas generalmente hacen que las
niñas se sientan ansiosas o nerviosas. Otras tienden a beber bebidas con
cafeína, que les dan la falsa sensación de energía. Las sodas de dieta evitan
que el cuerpo absorba calcio, el cual es muy importante para tener huesos
fuertes.

Cuando una persona padece anorexia, su cuerpo entra en un estado de debilidad


por falta de alimento y esta falta de nutrientes puede afectar al organismo de
muchas formas diferentes:

 Descenso de la tensión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria


 Pérdida de pelo y rotura de uñas
 Desaparición de la menstruación
 Crecimiento de lanugo, un vello fino que puede crecer sobre toda la piel
del cuerpo
 Mareo e incapacidad para concentrarse
 Anemia
 Inflamación articular
 Fragilidad ósea

A pesar de que en los niños y los adolescentes (sobre todo las chicas) abundan
los complejos y la tendencia a compararse entre sí y a hablar sobre dietas, esto
no significa necesariamente que padezcan un trastorno del apetito. Los niños
con este tipo de trastornos presentan graves problemas relacionados con la
alimentación y a menudo signos físicos anormales.

Una persona con anorexia podría:

I. Adelgazar mucho, estar muy débil o demacrada


II. Estar obsesionada con la comida y el control de peso
III. Pesarse repetidamente
IV. Controlar atentamente la cantidad de alimento que ingiere
V. Comer solo determinados alimentos, evitando algunos como los lácteos,
la carne, el trigo, etc. (De todos modos, es evidente que las personas que
son alérgicas a un alimento en concreto o que son vegetarianas evitan
ingerir ciertos alimentos.)
VI. Hacer un ejercicio físico excesivo
VII. Sentirse gorda
VIII. Evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y
celebraciones que implican comer
IX. Estar deprimida, aletargada (con falta de energía) y sentir mucho frío

Bulimia Nervosa

La bulimia nervosa es otro tipo de desorden de la alimentación. Las niñas que


tienen bulimia pueden tener comilonas, lo que significa que comen mucho, aún
y cuando no tengan hambre y sienten que no pueden controlarlo. La bulimia hace
que la gente desee deshacerse de las calorías y comida que ha ingerido a través
del vómito o del ejercicio. La gente con bulimia usualmente siente que no tiene
control sobre lo que comen; tienden a comer en privado y esconden lo que
comen de los demás o comen hasta que se sienten incómodos y exhaustos. Esta
enfermedad puede hacer que la gente se sienta temerosa, ansiosa y
avergonzada por la mucho que come.

Cuando una persona padece bulimia, los vómitos constantes y la falta de


nutrientes pueden provocar:

 Dolor abdominal permanente


 Lesiones en el estómago y los riñones
 Caries dental (por la exposición de los dientes al ácido del jugo gástrico)
 Hinchazón de mejillas, debido a que las glándulas salivales se dilatan de
forma permanente por el hecho de vomitar tan a menudo
 Desaparición de la menstruación
 Pérdida de potasio (esto puede contribuir al desarrollo de problemas
cardíacos e incluso a la muerte)
Una persona con bulimia podría:

I. Temer ganar peso


II. Sentirse muy infeliz con el volumen, la forma y el peso de su cuerpo
III. Inventar excusas para ir al baño inmediatamente después de las comidas
IV. Comer solo alimentos dietéticos o con bajo contenido en grasas (salvo en
los atracones)
V. Comprar de forma habitual laxantes, diuréticos o enemas
VI. Pasar la mayor parte del tiempo haciendo ejercicio o intentando quemar
calorías
VII. Evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y
celebraciones que implican comer

La inducción del vómito en la bulimia puede provocar agrandamiento de las


glándulas salivales, alcalosis metabólica, pancreatitis, hematemesis, esofagitis,
hemorragia digestiva e hipopotasemia, las cuales pueden causar un ataque
cardiaco. El abuso de conductas purgativas puede provocar desequilibrios
hidroelectrolíticos de gravedad. En el caso de las mujeres, la amenorrea -en la
anorexia- y las irregularidades menstruales -en la bulimia- son síntomas
importantes y resultan útiles para establecer un diagnóstico diferencial. En el
caso de los hombres se presenta disminución del interés sexual, de los niveles
de testosterona y anormalidades testiculares. En ambos padecimientos se
presentan síntomas gastrointestinales como dolores e inflamación abdominal,
fuertes cólicos, constipación y diarreas.
Obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica tratable que aparece cuando existe un


exceso de tejido adiposo (grasa) en el cuerpo.

Los expertos advierten de que sus efectos más negativos se producen porque
actúa como un agente que acentúa y agrava a corto plazo y de forma muy
evidente patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las complicaciones
cardiovasculares (especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos
tipos de cáncer, como los gastrointestinales.

Con excepción de las personas que son muy musculosas, aquellas cuyo peso
supera en un 20 por ciento o más el punto medio de la escala de peso según el
índice de masa corporal (IMC), son consideradas obesas.

Causas

Hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Además de una


mala alimentación o la falta de ejercicio físico, también existen factores genéticos
y orgánicos que inducen su aparición.

También pueden influir los factores socioeconómicos. En algunos países


desarrollados, la frecuencia de la obesidad es más del doble entre las mujeres
de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto.

El motivo por el cual los factores socioeconómicos tienen una influencia tan
poderosa sobre el peso de las mujeres no se entiende por completo, pero se
sabe que las medidas contra la obesidad aumentan con el incremento del nivel
social.

Las mujeres que pertenecen a grupos de un nivel socioeconómico más alto


tienen más tiempo y recursos para hacer dietas y ejercicios que les permiten
adaptarse a estas exigencias sociales.
Y, por último, están los factores psicológicos, que durante un tiempo fueron
considerados como una importante causa de la obesidad. Se consideran
actualmente como una reacción a los fuertes prejuicios y la discriminación contra
las personas obesas.

Uno de los tipos de trastorno emocional, la imagen negativa del cuerpo, es un


problema grave para muchas mujeres jóvenes obesas. Ello conduce a una
inseguridad extrema y malestar en ciertas situaciones sociales.

Síntomas

La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica


puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y
ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo.

La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño,


provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que
causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.

La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la


zona inferior de la espalda (lumbalgia) y agravamiento de la artrosis,
especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.

Los trastornos cutáneos son también frecuentes. Dado que las personas obesas
tienen una superficie corporal escasa con relación a su peso, no pueden eliminar
el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que las personas
delgadas.

Del mismo modo, es frecuente la tumefacción de los pies y los tobillos, causada
por la acumulación a este nivel de pequeñas a moderadas cantidades de líquido
(edemas).

Prevención

Llevar una dieta sana y equilibrada, junto con la práctica regular de ejercicio físico
son claves para la prevención de la obesidad.
Los expertos aconsejan realizar un mínimo de cinco ingestas de alimentos al día
en raciones reducidas, así como seguir un patrón alimentario cercano a la dieta
mediterránea, es decir, bajo en grasas y rico en frutas y verduras.

En cuanto al deporte, la constancia es fundamental. La recomendación es


practicarlo de forma habitual al menos tres veces por semana durante 45
minutos. La intensidad debe adecuarse a las necesidades y al estado físico de
la persona.

Tipos

La obesidad se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o imoide. La


primera es la más grave y puede conllevar importantes complicaciones
patológicas.

La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir


complicaciones metabólicas (especialmente la diabetes tipo 2 y las dislipemias).
La obesidad periférica acumula el depósito de grasa de cintura para abajo y
produce problemas de sobrecarga en las articulaciones.

Obesidad mórbida

La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestro


tiempo, sobre todo por el número de complicaciones que tiene asociadas.

Para tratarla es necesario el empleo de cirugía, ya que las dietas no surten


ningún tipo de efecto. Las técnicas para reducirla son de dos tipos:
reseccionistas, encaminadas a inducir una mala absorción de los alimentos, o
restrictivas.

Las segundas son menos agresivas, ya que no precisan resecar nada; basta con
reducir el tamaño del estómago para que el paciente no pueda comer grandes
cantidades. La cirugía reseccionista es la única forma de que el enfermo pierda
peso en muchos casos de obesidad mórbida.
Con las técnicas reductoras se producen menos efectos secundarios, pero no se
pierde peso con la misma facilidad. Existen tres técnicas quirúrgicas principales
para la obesidad mórbida: la gastroplastia vertical o técnica de Maxon, la
gastroplastia con banda gástrica ajustable o el "by-pass" gástrico.

Tratamientos

La mejor forma de tratar la enfermedad es previniéndola y para ello, debe


detectarse precozmente en los pacientes en los que a partir de los 20-25 años
comienza a cambiar el peso.

Los médicos consideran que una persona obesa debe ser considerada como un
enfermo crónico que requiere un tratamiento a largo plazo, con normas
alimentarias, modificación de los hábitos de conducta, ejercicio físico y terapia
farmacológica.

Los nuevos enfoques terapéuticos están basados en promover una pérdida de


peso con programas de control de las enfermedades y problemas asociados,
que dan lugar a problemas vasculares, cardiacos y metabólicos.

El obeso no debe perder kilos sino masa grasa, con pérdidas pequeñas y
duraderas que impliquen una rentabilidad metabólica. Es necesario consolidar la
pérdida de peso a largo plazo, y además, reducir el riesgo de muerte prematura,
de enfermedad cardiaca, metabólica y vascular.

En ciertos casos, los médicos pueden decidir que, además de cambiar la dieta y
realizar ejercicio físico, es necesario completar el tratamiento con fármacos, que
deben ser administrados con una dieta moderadamente hipocalórica y
equilibrada.
Trastornos atípicos (EDNOS)

El Manual de Psiquiatría DSM-IV tiene una clasificación (Desorden alimenticio


no clasificado) para las personas que tiene comportamientos menos extremos
que las personas con anorexia, bulimia, o desorden por atracón. Entre estos
comportamientos predominan las dietas constantes, la obsesión con la talla,
comelonas ocasionales, uso de laxantes y diuréticos para perder peso, ingesta
de pastillas para quitar el apetito, masticar y escupir la comida, la práctica de
ejercicio exagerado y otros.

No clasifican como enfermedad metal especifica pero los síntomas pueden


empeorar y llegar a convertirse en tales. Si el desorden se mantiene y se
convierte en angustia o comienza a interferir con las actividades diarias, la
persona puede necesitar una evaluación profesional e incluso beneficiarse de un
tratamiento.

La ortorexia

Es un término creado por el médico Steven Bratman, MD al describir su propia


experiencia con la comida. No es un desorden oficialmente reconocido por ahora
pero los expertos en desordenes alimenticios ya lo han empezado a utilizar pues
el patrón de obsesiones y rigidez es bastante similar al patrón de la anorexia y
bulimia. La ortorexia es un trastorno alimenticio que gira en torno del concepto
de una “alimentación saludable”. Las personas que sufren de ortorexia suelen
subir fotos a Instagram o redes sociales de comida con abundantes verduras o
batidos que pueden ocultar un problema obsesivo por la alimentación.

Puede ser una variante de la anorexia: el foco no está en la pérdida de peso,


pero existe una obsesión por controlar la dieta de forma peligrosamente estricta.
Pregorexia

La pregorexia es otro trastorno que tiene que ver con un control obsesivo por el
peso durante el embarazo para no subir en la báscula ni un gramo más de lo
estipulado. Las mujeres con pregorexia se obsesionan haciendo dieta y ejercicio,
incluso a costa de la salud del feto.

Trastorno dismórfico corporal

El trastorno dismórfico corporal lo sufren las personas que ven sus cuerpo como
no lo son en realidad; se trata de una es una distorsión corporal preocupante.
Ellos se ven diferentes a cómo son en realidad: a menudo más gordos e incluso
desfigurados.

Trastorno de selección por los alimentos

Hay personas que pueden ser algo más caprichosos a la hora de comer, pero
cuando se sufre este trastorno la persona puede manifestar miedo a nuevos
alimentos y restringir la ingesta de comida a una reducidísima selección de
alimentos.

Estas dietas restrictivas suelen ir acompañadas de ansiedad y sensación de


náuseas.

Trastorno por atracón

El trastorno por atracón es un trastorno de la conducta alimentaria que se


presenta sin ataques compulsivos de bulimia. En la mayoría de los casos, la
existencia de aumento de peso e, incluso, de obesidad. El caso típico es el de
una persona que siente periódicos deseos de ingerir alimentos de forma
descontrolada (en ocasiones, sobrepasando la ingesta de 6000 calorías diarias),
pero, a diferencia de la bulimia, no busca contrarrestar el atracón provocándose
el vómito.
El trastorno por atracón es el trastorno alimenticio más común en los Estados
Unidos, que afecta a un 3,5% de las mujeres y el 2% de los varones y es
frecuente en hasta un 30% de aquellos que buscan un tratamiento para bajar de
peso. Se ha clasificado como un trastorno independiente de la conducta
alimentaria de acuerdo al DSM-V y se describió por primera vez en 1959 por el
psiquiatra e investigador Albert Stunkard como "síndrome de alimentación
nocturna" (Night Eating Syndrome (NES)), y el término "trastorno por atracón"
fue acuñado para describir la misma conducta alimentaria compulsiva, sin la
connotación nocturna. El trastorno por atracón por lo general conduce a la
obesidad, aunque puede ocurrir en individuos con un peso normal. Pueden existir
factores genéticos que predispongan al desarrollo del trastorno. Este trastorno
tiene una alta incidencia de comorbilidad psiquiátrica.

¿Cómo se tratan los desórdenes de la alimentación?

Dado que los desórdenes alimenticios generalmente son problemas médicos y


psicológicos, el tratamiento generalmente incluye trabajar con un terapista,
nutriólogo y un médico. El tratamiento que escoja el doctor será el adecuado
para las necesidades de cada paciente.

El doctor lleva un registro de salud checando la estatura, peso, presión arterial,


pulso y temperatura. Además, puede ser necesario el tener que extraer sangre
para ciertos estudios de laboratorio, para asegurarse que los electrolitos están
estables. Los electrolitos son los niveles de sodio, potasio, cloro y dióxido de
carbono en el cuerpo. Estos electrolitos mantienen al cuerpo y al corazón
trabajando adecuadamente. El doctor puede recomendar hospitalización si las
condiciones médicas no son estables.

El doctor también puede obtener algunas pruebas especiales como un EKG para
monitorizar el ritmo del corazón y una prueba de densidad ósea (DEXA) para ver
si hay osteoporosis presente. El doctor discute tratamientos tales como una
alimentación saludable, ganancia de peso, ingesta de calcio, suplementos
vitamínicos, ejercicio, reemplazo de estrógenos y medicamentos antidepresivos.
La terapia familiar puede ser una parte muy importante para recuperar la salud
si existen presiones familiares, dificultades en las relaciones o una pobre
comunicación. En la junta de terapia familiar, los miembros de la familia pueden
hablar acerca de sus problemas y desarrollar soluciones y habilidades para
empatizar.

La terapia de grupo es otra forma muy efectiva de lograr la mejoría. Mucha gente
encuentra que hablando con otra gente que tiene un desorden alimenticio les
ayuda, ya que pueden compartir historias, estrategias para empatizar y
sentimientos.

Los padres usualmente necesitan un terapeuta o una terapia de grupo para


apoyo y educación de los desórdenes alimenticios.

Un nutriólogo crea un plan de alimentación seguro y contesta las preguntas


acerca de la comida. En una cultura obsesionada con las dietas, la imagen
corporal y la comida rápida, la gente recibe muchos mensajes mixtos acerca de
la comida y la salud. Si tú tienes un desorden de la alimentación, el nutriólogo
puede discutir algunos de los mitos dañinos acerca de la comida y las dietas y
ayudar a guiarte hacia una ¡alimentación saludable y una vida saludable!

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