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Los objetivos de este trabajo son (a) investigar cómo los adolescentes perciben y
representan la forma del cuerpo con respecto a ser gordo o delgado, y (b) describir el
proceso de cómo construyeron las representaciones sociales para estas dos últimas
condiciones corporales. Los datos fueron recolectados por medio de entrevistas
individuales y en grupos focales con mujeres adolescentes estudiantes de Brasil que
tenían entre 11 y 21 años de edad. Cuando las adolescentes eran interrogadas sobre
su cuerpo, hablaban de "estar gordas" o "estar delgadas", aunque no se les preguntaba
por cuestiones de peso. Siguiendo su propia lógica, no describieron el "sentirse
gordo" y el "sentirse delgado" como algo relacionado con su condición corporal o
peso "reales". Además, en el discurso de los adolescentes, el concepto de "peso
normal" era prácticamente inexistente y se caracterizaba como "nada" o "más o
menos". Al final de las entrevistas, sus descripciones de estas condiciones de peso
corporal incluían vínculos del cuerpo con sus relaciones sociales en forma de
exclusión o inclusión percibida del grupo. En nuestra discusión describimos los
discursos colectivos de los adolescentes sobre estar gordo o delgado como
representaciones sociales integradas, que incorporan tanto la dimensión física como
la interpersonal de sus experiencias. Concluimos examinando las implicaciones
prácticas de nuestros hallazgos para el comportamiento de las adolescentes,
especialmente con respecto a las dietas obsesivas y los posibles trastornos
alimentarios. Por último, exploramos la posibilidad de programas educativos para
contrarrestar las influencias mediáticas y de otro tipo que dan lugar a los aspectos
negativos de las representaciones sociales del cuerpo por parte de las adolescentes.
Representaciones sociales, mujeres, adolescentes, imagen corporal, peso corporal, educación para
la salud, Brasil
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, el sobrepeso suele considerarse poco saludable y atractivo. Sin embargo, no siempre
ha sido así, ya que antes el sobrepeso se consideraba una característica de un cuerpo sano o bello.
Incluso entre culturas, las formas valoradas del cuerpo, obeso o delgado, difieren
considerablemente en términos de salud o belleza (Garine y Pollock, 1995; Nasser, 1997; Stearns,
1997).
1Una versión anterior de este artículo se presentó en la VII Conferencia Internacional sobre Representaciones
Sociales, Guadalajara, México, 10-14 de septiembre de 2004. Queremos agradecer los valiosos comentarios
realizados sobre una versión anterior de este artículo por Gary Dworkin (Universidad de Houston) y John Keeves
(Universidad de Flinders).
2 Lucia Marques Stenzel era estudiante de posgrado en la Pontificia Universidad Católica del Estado de Rio Grande
do Sul (PUCRS) cuando se recopilaron los datos. Entre septiembre de 2003 y septiembre de 2004 fue becaria
visitante en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Australia, cuando se redactó este artículo.
Recibió una beca CAPES del gobierno brasileño durante este período.
612 Representaciones sociales del
En las sociedades occidentales modernas ha surgido una cultura cuerpo
de la delgadez por la que estar
delgado se ha convertido en un objetivo a perseguir tanto por razones estéticas como de salud. En
cambio, ser gordo u obeso se ha convertido en una condición que hay que evitar. Los científicos
sociales, antropólogos e historiadores señalan que nuestra percepción del cuerpo es una
construcción social y cultural que depende del contexto histórico y social (Sobel y Maurer, 1999).
Estas percepciones del cuerpo se transmiten a los jóvenes a través de los medios de comunicación,
y tienen una marcada influencia en sus vidas en las escuelas y universidades a través de las
actividades de las culturas de iguales que existen en las instituciones educativas.
El peso corporal es un tema de especial relevancia para los adolescentes de muchas sociedades.
No sólo está relacionado con su imagen corporal y su autoidentidad, sino que son especialmente
susceptibles a las consecuencias negativas para la salud de los extremos de peso corporal, como la
obesidad, o la anorexia y la bulimia para aquellos preocupados por estar delgados. Las
preocupaciones sobre el peso, la dieta y la forma del cuerpo forman parte de la cultura adolescente
contemporánea, y no afectan sólo al grupo de adolescentes con sobrepeso. La preocupación por el
peso afecta especialmente a las adolescentes jóvenes. Hacer dieta es, por tanto, una respuesta a la
presión por ajustarse a la imagen ideal de la mujer para ser delgada (Chernin,1981; Fallon,
Katzman y Wooley, 1994; Germov y Williams, 1999; Orbach, 1978; Paquette y Raine, 2004;
Székely, 1988; Wolf, 1990). Algunos autores sostienen que, en general, las mujeres tienden a
sentirse insatisfechas con su cuerpo (Stinson, 2001) aunque éste sea objetivamente "normal". A
algunas jóvenes les disgusta su cuerpo, un fenómeno denominado "odio corporal" (Frost, 2001).
El peso corporal es una parte importante de esta insatisfacción. Frost lo denomina "el imperativo
de la delgadez" (Frost, 2001, p.196). En su forma extrema, este fenómeno, a veces etiquetado
clínicamente como Trastorno de la Imagen Corporal, puede conducir a comportamientos
desordenados como dietas de choque, ayuno, atracones, purgas y trastornos alimentarios más
peligrosos (Posavac y Posavac, 2002).
Las preocupaciones por el peso y la apariencia han sido ampliamente examinadas en la
investigación psiquiátrica y médica, especialmente en el campo de los trastornos alimentarios
(Bruch, 1962; Gordon, 1990). La conexión entre el concepto de imagen corporal y los problemas
de trastornos alimentarios tuvo un impacto importante en los estudios sobre cómo los individuos
perciben subjetivamente sus cuerpos, aunque también ha reforzado una noción limitada de la
imagen corporal (Cash, 2004). La preocupación por el peso corporal no se limita a las poblaciones
clínicas. Sentirse gorda", por ejemplo, es una queja común expresada por mujeres de todas las
edades en las sociedades occidentales; "... un tema de insatisfacción es evidente en la
investigación sobre la imagen corporal entre mujeres sin problemas de alimentación" (Haworth-
Hoeppner, 1999, p.91). Estas cuestiones se han documentado, principalmente, en sociedades
occidentales muy desarrolladas. Este artículo se basa en pruebas de una sociedad que forma parte
de la cultura occidental, e indica que también en una cultura latinoamericana los jóvenes están
muy preocupados por su imagen corporal (Nasser, 1997).
Las adolescentes brasileñas son un ejemplo de la condición anterior, ya que están sometidas a un
entorno cultural que da gran prioridad a la apariencia corporal. Esta presión cultural ha sido
documentada en un estudio realizado por Nunes y sus colegas en Porto Alegre (Nunes, Olinto,
Barros y Camey, 2000; Nunes, Barros, Olinto, Camey y Mari, 2003). En su investigación
constataron lo siguiente
...el 46% de las mujeres tenían un peso ideal inferior a su peso real y el 37,8% se
consideraban gordas. Entre las mujeres con un IMC normal, el 25,2% que se
consideraban normales presentaban riesgos de conductas alimentarias anómalas y el
5,7% tenían síntomas de trastornos alimentarios. Entre las mujeres que se
consideraban gordas, el 47,2% presentaba conductas de riesgo y el 19,2% tenía
síntomas de trastorno alimentario" (Nunes et al., 2000, p.2, traducción nuestra).
Queremos llegar a una comprensión más profunda de los resultados cuantitativos comunicados
por Nunes (Nunes, et al. 2000; Nunes, et al. 2003). En concreto, queremos conocer la causa de la
sensación que tienen las adolescentes brasileñas de tener sobrepeso sin tenerlo realmente. Como
Cash
Stenzel, Saha y Guareschi 613
(2004) ha señalado que "... las propias experiencias subjetivas de los individuos sobre su
apariencia eran a menudo incluso más poderosas psicosocialmente que la "realidad" objetiva o
social de su apariencia" (p. 1).
Para explicar este fenómeno, centraremos nuestra atención en las representaciones sociales
subyacentes del cuerpo femenino, es decir, en los significados socialmente construidos que las
jóvenes brasileñas tienen sobre sus cuerpos y, en consecuencia, sobre ser gorda o delgada. Así,
nos interesa saber cómo y por qué las jóvenes adolescentes, al menos en Brasil, ignoran la
condición objetiva del peso de sus cuerpos y los consideran de una manera coherente con esas
presiones culturales.
Al centrar nuestra investigación en las mujeres adolescentes, no pretendemos dar a entender que
las construcciones del cuerpo se producen en el vacío. Somos conscientes de que las
representaciones que ellas construyen deben verse en un contexto, a saber, que son estudiantes en
escuelas, que son miembros de grupos de iguales y que están expuestas a influencias de la
sociedad en general, especialmente de los medios de comunicación. Aunque este hecho no nos
impide centrarnos en la construcción de las representaciones sociales como proceso, la
interpretación de estas representaciones debe tener en cuenta el contexto. Discutiremos estas
implicaciones de las representaciones construidas al final de este documento.
Los datos
Las entrevistas a grupos focales se realizaron en el año 2000 con grupos de mujeres jóvenes de
entre 11 y 21 años de edad, y que eran estudiantes desde el 5º curso hasta la universidad, en Porto
Alegre, Brasil. La selección del rango de edad y grado se hizo para tener en cuenta sus diversas
experiencias y vulnerabilidades con respecto a los trastornos alimentarios. En total, se formaron
cuatro grupos focales, con un total de 25 participantes, con mujeres adolescentes de
aproximadamente la misma edad y grado. Esto concuerda con Morgan (1997) y Bloor, Frankland,
Thomas y Robson (2001), quienes sostienen que de tres a cinco grupos focales suelen ser
suficientes para alcanzar la "saturación" de los datos, es decir, que es probable que no se
produzcan más "nuevas percepciones significativas" si se aumenta el número (Morgan, 1997,
p.43).
Las entrevistas de los grupos de discusión duraron entre 45 minutos y una hora y 15 minutos. Las
realizó el primer autor de este documento. Además, se realizaron dos entrevistas individuales en
profundidad. La primera entrevista individual sirvió como prueba piloto para desarrollar la
estructura de las entrevistas de los grupos de discusión. La segunda entrevista se realizó después
de las entrevistas a los grupos focales, sirvió para comprobar la validez de éstas y permitió
profundizar en algunos de los temas planteados en los grupos focales. En el análisis, todos los
datos de las entrevistas, tanto de los grupos focales como de los individuos, se consideran de igual
valor y se utilizan para ilustrar la construcción de las representaciones sociales. En nuestro
análisis, los discursos de las entrevistas de los grupos de discusión y de las entrevistas
individuales se validaron de forma cruzada, y ésta es la base para considerar que ambos conjuntos
de datos tienen el mismo valor.
Todas las entrevistas se grabaron y las cintas se transcribieron íntegramente, como suele
recomendarse (Stewart y Shamdasani, 1990; Bloor, et al, 2001) y se transformaron en textos
informales, manteniendo el orden de los temas a medida que iban surgiendo en el discurso. Para
describir y analizar los hallazgos, se mantuvo en primer plano el objetivo subyacente del proyecto,
es decir, la comprensión de los participantes sobre el cuerpo. El procedimiento consistió en
identificar marcas del discurso o citas relacionadas con la pregunta subyacente al propio proyecto,
a saber, ¿cuál es la representación social de las formas del cuerpo para estas jóvenes? Esta
pregunta no se utilizó para iniciar las entrevistas porque uno de los objetivos del proyecto era
confirmar si el tema surgiría espontáneamente y en qué momento. Así que la primera pregunta de
las entrevistas sólo introdujo el tema del cuerpo, ya que las formas del peso corporal se
consideraban atributos del cuerpo y se dejaron para que las participantes las plantearan. Sólo
después de que se mencionaran estas ideas, el entrevistador facilitaba el debate. Como resultado,
el proceso por el que el tema de ser "gordo o delgado" acabó surgiendo en el discurso de estos
adolescentes también forma parte del análisis y los resultados. El hecho de que algunas ideas se
mencionaran en una fase temprana de todas las entrevistas representa un hallazgo importante por
derecho propio que se analizará más adelante. Por lo tanto, gracias a este procedimiento se
descubrieron los significados y concepciones más profundos del peso corporal que tenían los
participantes.
Stenzel, Saha y Guareschi 615
Todas las entrevistas empezaron con la misma pregunta: "¿Qué le viene a la mente cuando oye la
palabra cuerpo?". No había preguntas estructuradas tras la pregunta inicial.
HALLAZGOS
En esta sección trazaremos un mapa de los significados que surgieron en el transcurso de los
grupos de discusión, empezando por el tema original contenido en la pregunta del entrevistador:
"¿Qué le viene a la mente cuando oye la palabra cuerpo?". La finalidad de este procedimiento es
presentar de forma visual el proceso mediante el cual los participantes en los grupos de discusión
construyeron las representaciones sociales (Puddifoot, 1997). De esta forma también explicitamos
la forma en que los adolescentes entienden y dan sentido a las condiciones de peso de las que
hablábamos al principio de este trabajo.
Tema 1: El cuerpo
El primer tema, el cuerpo, fue el que propuso inicialmente el investigador. Una vez formulada la
pregunta original, los adolescentes iniciaron su debate.
616 Representaciones sociales del
Categoría 1: Mi cuerpo y el cuerpo de los demás cuerpo
La primera categoría que surgió del debate fue la distinción entre "mi cuerpo" y "el cuerpo de los
demás". Esta distinción se refleja en las siguientes "marcas del discurso", extraídas de las
entrevistas individuales y de la correspondiente entrevista en grupo. Este procedimiento de
presentación de datos se seguirá en todas las ilustraciones posteriores extraídas del material de las
entrevistas.
Bueno... (pausa) lo que me viene a la mente....(pausa). Mi cuerpo. (Entrevista 1)
Hasta que cumplí 13 años no me preocupaba mucho por mi cuerpo, porque era gordita
(pausa). Después, cuando tuve mi primera regla (menstruación) y mi cuerpo empezó a
cambiar, empecé a pensar en mi cuerpo... (Entrevista 2).
¿Cuerpo? Mmmmm..., déjame ver... ¡No lo sé! Tal vez mirando a otros..., la forma en
que miran. Me refiero a mirar a un hombre (todos en el grupo empiezan a reírse). Pues
claro. ¿Creéis que debería mirar los cuerpos de las mujeres? (Participante 1, Grupo 3)
Aunque los adolescentes empiezan a hablar de los cuerpos de los demás, el contenido de su
discurso se refiere principalmente a sus propios cuerpos. Sin embargo, hablan de sus propios
cuerpos en asociación con los cuerpos de los demás para hacer distinciones y definir mejor sus
propios cuerpos.
¿Por qué estos adolescentes empiezan a hablar de "sus cuerpos" si el estímulo era sólo la palabra
"cuerpo"? Si nos remontamos a la literatura sobre adolescentes, encontramos que esta primera
reacción al estímulo no es nueva, sino incluso predecible. La adolescencia es una época de
cambios físicos rápidos y fundamentales y es natural que los adolescentes sean conscientes y
hablen de sus cuerpos y de sus experiencias con estos cambios (Coleman y Hendry, 1999). Sin
embargo, la siguiente categoría que surge asociada a la de "mi cuerpo" y "el cuerpo de los demás"
es la de "apariencia física". Esta categoría surgió en una fase muy temprana en algunos grupos, al
igual que las marcas del habla ejemplificadas anteriormente, y aporta un importante significado
específico a la categoría dialéctica anterior.
Las expectativas de los adolescentes sobre el aspecto que, a sus ojos, debería tener el cuerpo se
asocian con lo que no aprecian en sus propios cuerpos. Enseguida discuten su noción del cuerpo
perfecto y dan ejemplos de personas que, según ellos, tienen cuerpos perfectos. Los "problemas
del cuerpo" están relacionados con sus propios cuerpos, es decir, lo que no aprecian de sus
cuerpos, lo que no les gusta de sus cuerpos, las imperfecciones que ven en sus cuerpos y lo que
les gustaría cambiar de sus cuerpos.
Pienso en los problemas de mi cuerpo. Pienso que tengo demasiado vello en el cuerpo,
que soy demasiado peluda... a veces pienso que mis tetas no son lo bastante grandes,...
a veces pienso que estoy gorda... este tipo de cosas (Entrevista 1).
... Alguien podría pensar en un cuerpo perfecto, o en su propio cuerpo. Pero yo... no lo
sé.... (Participante 3). El cuerpo cambia con el tiempo (Participante 1). Sigue
cambiando... (Participante 2); Es una pena que (el cuerpo) empiece a verse... no tan
bien. Quizá más adelante, si tienes problemas y te empieza a disgustar (el cuerpo)
siempre puedes ponerte a dieta, o hacer otro tipo de intervención... entonces mejora
(Participante 1, Grupo 2)
Tengo muchos problemas con mi cuerpo. Odio mi cuerpo (el grupo reacciona y
empieza a hablar al mismo tiempo). ¡Hablo en serio! (el participante intenta
continuar). Este verano decidí que quería parecerme a la "Feiticeira"3 . Hablo en serio,
chicas. No me siento a gusto con mi cuerpo. Si pudiera ser como ella... No quiero "ser
ella" (Feiticeira), pero quiero tener su cuerpo. Me gustaría tener una buena barriga,
unas piernas bonitas y un buen culo...(Participante 1, Grupo 4)
La progresión del discurso en esta fase del análisis se representa visualmente en la Figura 1. 4
3 Feiticeira es un icono de la televisión brasileña. En el año 2000, los medios de comunicación la consideraban la
mujer más bella y con el "cuerpo más perfecto" de Brasil. Muchas revistas han sacado su foto en portada.
4 Hemos incluido la etiqueta "categoría" en la Figura 1 para ilustrar mejor la estructura analítica del diagrama. Para
Categoría 3: Normal
En el discurso anterior aparece una nueva categoría, la de "normal". Sin embargo, lo interesante es
que esta categoría simplemente desaparece a medida que avanza el discurso. Pero "ser y sentirse
gordo" sigue teniendo significado, al igual que "ser y sentirse delgado". Ser y sentirse normal"
adquiere un significado neutro. En palabras de uno de los participantes, es como "sentirse más o
menos". Está claro que la categoría "normal" ha perdido su significado para estos adolescentes. Si
"normal" significa sentirse "más o menos", ¿por qué querría un adolescente ser sólo "normal"? El
discurso sobre "ser normal" aparece en la figura 4.
En contraste con el concepto de "normal", que tiene un significado neutro, las categorías "gordo y
delgado" se entienden como si estuvieran en los extremos opuestos de un continuo. Los conceptos
que se utilizan para dar significado a la categoría "estar gordo", por ejemplo, son claramente
negativos. Los adolescentes utilizan expresiones estereotipadas negativas cuando describen a las
personas con sobrepeso, y las consideran totalmente responsables de su condición ponderal. Estas
opiniones se reflejan en las siguientes marcas discursivas.
Eres obeso si no te cuidas... No es sano. (Participante , Grupo 4)
¡La persona está gorda si quiere estarlo! (Participante 1, Grupo 3)
No quiere cuidarse... (Refiriéndose a una prima con sobrepeso)... Siempre intento
aconsejarla... Pero mi prima está gorda porque quiere. (Entrevista 2)
...Una vez mi hermano vio a una mujer en el autobús y no podía pasar por el
torniquete... ¡Estaba atascada! (El grupo empieza a reírse), (Participante 2). Yo
también vi eso una vez. ¿Y sabes qué? Todo el mundo tuvo que salir del autobús por la
puerta de atrás (El grupo se ríe aún más fuerte) (Participante 3). ¿La mujer quedó
atrapada? (Participante 1). (El grupo sigue riendo en voz alta). Creo que tuvieron que
cortar parte del torniquete (Participante 3). ¡Dios mío! ¡Qué situación más
embarazosa! (Participante 1). ¡Qué horror! (Participante 8). ¡Gracias a Dios que no era
tu pariente! (Participante 1, Grupo 1)
Stenzel, Saha y Guareschi 621
especialmente a sus amigas. Creo que esto se debe a que..., cuando estaba gorda nadie
se fijaba en ella. Antes de adelgazar vestía muy mal. (Participante 1, Grupo 2)
... Las flacas se burlan de las gordas. Dicen: "Tengo que adelgazar", sólo para
menospreciar a las gordas. Las gordas no discuten... Se callan... Siempre nos
comparamos entre nosotras y las delgadas pueden ser muy malas... Yo soy así a veces.
(Entrevista 2)
La discusión de esta última categoría completa nuestro análisis de las entrevistas y de las formas
en que estos adolescentes construyeron sus representaciones sociales de ser gordo o delgado.
Ahora nos queda resumir los temas y las categorías que forman parte de las representaciones
sociales integradas.
HACIA LAS REPRESENTACIONES SOCIALES DEL CUERPO
Las representaciones sociales que surgen de este estudio trascienden la frontera entre el cuerpo y
la sociedad. En efecto, las representaciones sociales sobre el cuerpo que se construyen durante el
discurso afectan a la forma en que estas adolescentes brasileñas se ven a sí mismas encajando en
la sociedad. En la figura 6 se presenta una representación visual de las representaciones sociales
integradas construidas por estas adolescentes brasileñas.
Los estudios anteriores han tendido a analizar el contenido sin mostrar el orden y la forma en que
el contenido aparecía en el proceso de construcción. Al construir nuestro análisis en torno a los
tres conceptos operativos de temas, categorías y unidades de análisis, como explicamos al
principio de este documento, sostenemos que comprendemos mejor el contenido de las
representaciones sociales y el proceso por el que se construyeron. Además, hemos representado
nuestro análisis en una serie de diagramas que describen visualmente tanto el contenido como el
proceso. En estos diagramas hemos incorporado tanto las contradicciones inherentes a la
construcción de las representaciones sociales como el dinamismo del propio proceso.
INVESTIGACIONES FUTURAS
Futuras investigaciones deberán ampliar el alcance del presente estudio de varias maneras. En
primer lugar, este estudio debe repetirse con otros grupos de mujeres brasileñas, especialmente en
otras regiones y quizás con un rango de edad más amplio. En segundo lugar, la investigación
futura debe replicar esta metodología con otros grupos de mujeres en un contexto transcultural
para determinar si se construyen las mismas representaciones sociales. En tercer lugar, el estudio
debería realizarse con varones para determinar si sus propias representaciones construidas son
similares o diferentes de las de las mujeres. Por último, sería posible abordar el estudio de las
representaciones sociales relacionadas con el peso desde otras perspectivas teóricas, por ejemplo
la perspectiva ideológica, que incluiría un énfasis en el papel de los agentes de dominación
externos, como los medios de comunicación y la industria de la moda.
Al proseguir el estudio de las representaciones sociales relacionadas con el peso utilizando
diferentes grupos y diferentes perspectivas teóricas, no sólo se avanzará en nuestro conocimiento
del proceso de construcción social de las representaciones sociales, sino que también se ampliará
nuestro conocimiento del contenido relativo a las cuestiones corporales. La continuación de este
programa de investigación tiene ventajas tanto académicas como políticas.
Las funciones del grupo de iguales, que hace hincapié en los mensajes transmitidos por los medios
de comunicación, en particular a través de la publicidad televisiva, también merecen una mayor
investigación. Los crecientes niveles de permanencia en la escuela durante 12 o más años, y los
crecientes niveles de participación en universidades e institutos en un momento de la vida de los
jóvenes en el que adquieren conciencia y actividad sexual, sugieren que las representaciones
sociales del cuerpo, tal como se describen en este artículo, tienen lugar en las aulas y en los patios
de recreo de las instituciones educativas donde se concentra la juventud de hoy. En consecuencia,
las distintas instituciones educativas no sólo tienen la oportunidad de desarrollar entre los jóvenes
un enfoque crítico de estos mensajes mediáticos, sino que también parece probable que las
cuestiones planteadas en este artículo puedan ser un factor oculto que explique el éxito diferencial
en la escuela y la participación continuada en la educación.
630 Representaciones sociales del
A medida que la oferta y la participación educativas se amplían cuerpo
en los países en desarrollo, las
cuestiones relativas a la imagen corporal que se abordan en este artículo van más allá de las
sociedades occidentales. Estas cuestiones críticas emergentes relativas a la imagen corporal
afectan al crecimiento de la salud y a la sensación de bienestar entre los jóvenes. Además, como
quedó claro en nuestros hallazgos en este estudio brasileño, se percibe que afectan la futura
participación democrática en la vida comunitaria y la participación económica en la fuerza
laboral. Claramente, el estudio de las representaciones sociales del cuerpo entre los jóvenes, y sus
implicaciones para la educación, es un tema importante para la investigación continua en todas las
sociedades y culturas.
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