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Revista Internacional de Educación, 2006, 7(5), 611-631.


ISSN 1443-1475 © 2006 Shannon Research Press.
http://iej.com.au 611

¿Ser gorda o delgada? Representaciones sociales


del cuerpo entre las adolescentes
brasileñas1
Lucia Marques Stenzel2
Fundación Facultad Federal de Ciencias Médicas de Porto Alegre lucia@stenzel.com.br
Lawrence J. Saha
Universidad Nacional de Australia lawrence.saha@anu.edu.au
Pedrinho Guareschi
Pontificia Universidad Católica del Estado de Rio Grande do Sul guaresch@pucrs.br

Los objetivos de este trabajo son (a) investigar cómo los adolescentes perciben y
representan la forma del cuerpo con respecto a ser gordo o delgado, y (b) describir el
proceso de cómo construyeron las representaciones sociales para estas dos últimas
condiciones corporales. Los datos fueron recolectados por medio de entrevistas
individuales y en grupos focales con mujeres adolescentes estudiantes de Brasil que
tenían entre 11 y 21 años de edad. Cuando las adolescentes eran interrogadas sobre
su cuerpo, hablaban de "estar gordas" o "estar delgadas", aunque no se les preguntaba
por cuestiones de peso. Siguiendo su propia lógica, no describieron el "sentirse
gordo" y el "sentirse delgado" como algo relacionado con su condición corporal o
peso "reales". Además, en el discurso de los adolescentes, el concepto de "peso
normal" era prácticamente inexistente y se caracterizaba como "nada" o "más o
menos". Al final de las entrevistas, sus descripciones de estas condiciones de peso
corporal incluían vínculos del cuerpo con sus relaciones sociales en forma de
exclusión o inclusión percibida del grupo. En nuestra discusión describimos los
discursos colectivos de los adolescentes sobre estar gordo o delgado como
representaciones sociales integradas, que incorporan tanto la dimensión física como
la interpersonal de sus experiencias. Concluimos examinando las implicaciones
prácticas de nuestros hallazgos para el comportamiento de las adolescentes,
especialmente con respecto a las dietas obsesivas y los posibles trastornos
alimentarios. Por último, exploramos la posibilidad de programas educativos para
contrarrestar las influencias mediáticas y de otro tipo que dan lugar a los aspectos
negativos de las representaciones sociales del cuerpo por parte de las adolescentes.
Representaciones sociales, mujeres, adolescentes, imagen corporal, peso corporal, educación para
la salud, Brasil

INTRODUCCIÓN
Hoy en día, el sobrepeso suele considerarse poco saludable y atractivo. Sin embargo, no siempre
ha sido así, ya que antes el sobrepeso se consideraba una característica de un cuerpo sano o bello.
Incluso entre culturas, las formas valoradas del cuerpo, obeso o delgado, difieren
considerablemente en términos de salud o belleza (Garine y Pollock, 1995; Nasser, 1997; Stearns,
1997).

1Una versión anterior de este artículo se presentó en la VII Conferencia Internacional sobre Representaciones
Sociales, Guadalajara, México, 10-14 de septiembre de 2004. Queremos agradecer los valiosos comentarios
realizados sobre una versión anterior de este artículo por Gary Dworkin (Universidad de Houston) y John Keeves
(Universidad de Flinders).
2 Lucia Marques Stenzel era estudiante de posgrado en la Pontificia Universidad Católica del Estado de Rio Grande

do Sul (PUCRS) cuando se recopilaron los datos. Entre septiembre de 2003 y septiembre de 2004 fue becaria
visitante en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Australia, cuando se redactó este artículo.
Recibió una beca CAPES del gobierno brasileño durante este período.
612 Representaciones sociales del
En las sociedades occidentales modernas ha surgido una cultura cuerpo
de la delgadez por la que estar
delgado se ha convertido en un objetivo a perseguir tanto por razones estéticas como de salud. En
cambio, ser gordo u obeso se ha convertido en una condición que hay que evitar. Los científicos
sociales, antropólogos e historiadores señalan que nuestra percepción del cuerpo es una
construcción social y cultural que depende del contexto histórico y social (Sobel y Maurer, 1999).
Estas percepciones del cuerpo se transmiten a los jóvenes a través de los medios de comunicación,
y tienen una marcada influencia en sus vidas en las escuelas y universidades a través de las
actividades de las culturas de iguales que existen en las instituciones educativas.
El peso corporal es un tema de especial relevancia para los adolescentes de muchas sociedades.
No sólo está relacionado con su imagen corporal y su autoidentidad, sino que son especialmente
susceptibles a las consecuencias negativas para la salud de los extremos de peso corporal, como la
obesidad, o la anorexia y la bulimia para aquellos preocupados por estar delgados. Las
preocupaciones sobre el peso, la dieta y la forma del cuerpo forman parte de la cultura adolescente
contemporánea, y no afectan sólo al grupo de adolescentes con sobrepeso. La preocupación por el
peso afecta especialmente a las adolescentes jóvenes. Hacer dieta es, por tanto, una respuesta a la
presión por ajustarse a la imagen ideal de la mujer para ser delgada (Chernin,1981; Fallon,
Katzman y Wooley, 1994; Germov y Williams, 1999; Orbach, 1978; Paquette y Raine, 2004;
Székely, 1988; Wolf, 1990). Algunos autores sostienen que, en general, las mujeres tienden a
sentirse insatisfechas con su cuerpo (Stinson, 2001) aunque éste sea objetivamente "normal". A
algunas jóvenes les disgusta su cuerpo, un fenómeno denominado "odio corporal" (Frost, 2001).
El peso corporal es una parte importante de esta insatisfacción. Frost lo denomina "el imperativo
de la delgadez" (Frost, 2001, p.196). En su forma extrema, este fenómeno, a veces etiquetado
clínicamente como Trastorno de la Imagen Corporal, puede conducir a comportamientos
desordenados como dietas de choque, ayuno, atracones, purgas y trastornos alimentarios más
peligrosos (Posavac y Posavac, 2002).
Las preocupaciones por el peso y la apariencia han sido ampliamente examinadas en la
investigación psiquiátrica y médica, especialmente en el campo de los trastornos alimentarios
(Bruch, 1962; Gordon, 1990). La conexión entre el concepto de imagen corporal y los problemas
de trastornos alimentarios tuvo un impacto importante en los estudios sobre cómo los individuos
perciben subjetivamente sus cuerpos, aunque también ha reforzado una noción limitada de la
imagen corporal (Cash, 2004). La preocupación por el peso corporal no se limita a las poblaciones
clínicas. Sentirse gorda", por ejemplo, es una queja común expresada por mujeres de todas las
edades en las sociedades occidentales; "... un tema de insatisfacción es evidente en la
investigación sobre la imagen corporal entre mujeres sin problemas de alimentación" (Haworth-
Hoeppner, 1999, p.91). Estas cuestiones se han documentado, principalmente, en sociedades
occidentales muy desarrolladas. Este artículo se basa en pruebas de una sociedad que forma parte
de la cultura occidental, e indica que también en una cultura latinoamericana los jóvenes están
muy preocupados por su imagen corporal (Nasser, 1997).
Las adolescentes brasileñas son un ejemplo de la condición anterior, ya que están sometidas a un
entorno cultural que da gran prioridad a la apariencia corporal. Esta presión cultural ha sido
documentada en un estudio realizado por Nunes y sus colegas en Porto Alegre (Nunes, Olinto,
Barros y Camey, 2000; Nunes, Barros, Olinto, Camey y Mari, 2003). En su investigación
constataron lo siguiente
...el 46% de las mujeres tenían un peso ideal inferior a su peso real y el 37,8% se
consideraban gordas. Entre las mujeres con un IMC normal, el 25,2% que se
consideraban normales presentaban riesgos de conductas alimentarias anómalas y el
5,7% tenían síntomas de trastornos alimentarios. Entre las mujeres que se
consideraban gordas, el 47,2% presentaba conductas de riesgo y el 19,2% tenía
síntomas de trastorno alimentario" (Nunes et al., 2000, p.2, traducción nuestra).
Queremos llegar a una comprensión más profunda de los resultados cuantitativos comunicados
por Nunes (Nunes, et al. 2000; Nunes, et al. 2003). En concreto, queremos conocer la causa de la
sensación que tienen las adolescentes brasileñas de tener sobrepeso sin tenerlo realmente. Como
Cash
Stenzel, Saha y Guareschi 613

(2004) ha señalado que "... las propias experiencias subjetivas de los individuos sobre su
apariencia eran a menudo incluso más poderosas psicosocialmente que la "realidad" objetiva o
social de su apariencia" (p. 1).
Para explicar este fenómeno, centraremos nuestra atención en las representaciones sociales
subyacentes del cuerpo femenino, es decir, en los significados socialmente construidos que las
jóvenes brasileñas tienen sobre sus cuerpos y, en consecuencia, sobre ser gorda o delgada. Así,
nos interesa saber cómo y por qué las jóvenes adolescentes, al menos en Brasil, ignoran la
condición objetiva del peso de sus cuerpos y los consideran de una manera coherente con esas
presiones culturales.
Al centrar nuestra investigación en las mujeres adolescentes, no pretendemos dar a entender que
las construcciones del cuerpo se producen en el vacío. Somos conscientes de que las
representaciones que ellas construyen deben verse en un contexto, a saber, que son estudiantes en
escuelas, que son miembros de grupos de iguales y que están expuestas a influencias de la
sociedad en general, especialmente de los medios de comunicación. Aunque este hecho no nos
impide centrarnos en la construcción de las representaciones sociales como proceso, la
interpretación de estas representaciones debe tener en cuenta el contexto. Discutiremos estas
implicaciones de las representaciones construidas al final de este documento.

EL CUERPO COMO REPRESENTACIÓN SOCIAL


Utilizaremos la teoría de la representación social para investigar los significados que los
adolescentes tienen sobre su cuerpo, su peso corporal y su imagen corporal. El concepto actual de
representación social tiene su origen en los escritos de Moscovici, quien desarrolló originalmente
la teoría en su análisis de la difusión de conceptos psicoanalíticos en la sociedad francesa
(Moscovici, 1976). Las representaciones sociales son una parte esencial de la comunicación y,
como tales, también pueden definirse como la "forma en que los valores, las ideas y las prácticas
se estructuran en y por la comunicación ordinaria, permitiendo a las personas tanto comunicarse
como ordenar su mundo" (Semin, 1995, p.601). Surgen de conversaciones en las que las personas
intentan dar sentido a sus vidas sociales (McKinlay y Potter, 1987), o como diría Moscovici, en
estas conversaciones las personas están "creando la realidad" (Moscovici, 1987; p.517). Estas
representaciones sociales sirven como "puntos de referencia" que hacen posible la comunicación
con otra persona. En otras palabras, las representaciones sociales consisten en conocimientos
compartidos. Como dice Duveen, "las representaciones son el resultado de la comunicación, pero
sin representaciones no habría comunicación" (Duveen, 2000, p.4).
La teoría de la representación social dirige la atención a las características del discurso cotidiano
sobre una idea, un valor o una práctica determinados. Dado que las representaciones sociales se
comparten social y culturalmente, la búsqueda de sus orígenes últimos lleva a menudo a
considerar agentes como los medios de comunicación, los padres, los grupos de iguales y las
escuelas, dependiendo del grupo objeto de estudio. Sin embargo, en el curso de la comunicación,
los objetos o acontecimientos de estos agentes se convierten en nuevos "conocimientos de sentido
común" que se comparten y difunden a un nuevo nivel.
En nuestro caso, este discurso es sobre las características del cuerpo, y cómo se relaciona con el
peso. Por lo tanto, el objeto de nuestro estudio es la forma en que grupos de adolescentes
brasileñas manifiestan en su discurso cotidiano concepciones compartidas sobre el cuerpo y el
peso corporal. Nos centraremos en el contenido del discurso y en lo que ocurre con el contenido
en el proceso del discurso.
Así, cuando investigamos las representaciones sociales del cuerpo de las adolescentes brasileñas,
queremos conocer tanto el contenido como el proceso por el cual surgieron las representaciones.
En otras palabras, queremos saber cómo se llegó al contenido, o la "familiarización de lo no
familiar" (Semin, p.103; también McKinlay y Potter, 1987; y Moscovici, 1987). De este modo, no
sólo adquiriremos el conocimiento de los atributos o las características del cuerpo que componen
el discurso de estas adolescentes, sino también cómo estas representaciones del cuerpo llegan a
ser comprendidas por ellas.
614 Representaciones sociales del
Según la teoría de la representación social, es este conocimientocuerpo
compartido sobre el cuerpo y sus
atributos lo que hace posible la comunicación entre un determinado grupo de personas. Además,
nuestro conocimiento de cómo entienden el cuerpo estas adolescentes nos ayuda a comprender las
presiones que sienten y los comportamientos que se relacionan con ellas.

MÉTODO DEL ESTUDIO


La elección del método en la investigación de la representación social no viene dictada por la
propia teoría. Los estudios de investigación reales que utilizan la teoría de la representación social
han incluido enfoques tanto cualitativos como cuantitativos, y diseños tanto experimentales como
de encuestas. Como comentan Bauer y Gaskell, "...en el estudio de las representaciones sociales
se han utilizado casi todos los métodos conocidos por las ciencias sociales" (1999, p.163).
Nuestros datos se obtuvieron mediante entrevistas a grupos focales.

Los datos
Las entrevistas a grupos focales se realizaron en el año 2000 con grupos de mujeres jóvenes de
entre 11 y 21 años de edad, y que eran estudiantes desde el 5º curso hasta la universidad, en Porto
Alegre, Brasil. La selección del rango de edad y grado se hizo para tener en cuenta sus diversas
experiencias y vulnerabilidades con respecto a los trastornos alimentarios. En total, se formaron
cuatro grupos focales, con un total de 25 participantes, con mujeres adolescentes de
aproximadamente la misma edad y grado. Esto concuerda con Morgan (1997) y Bloor, Frankland,
Thomas y Robson (2001), quienes sostienen que de tres a cinco grupos focales suelen ser
suficientes para alcanzar la "saturación" de los datos, es decir, que es probable que no se
produzcan más "nuevas percepciones significativas" si se aumenta el número (Morgan, 1997,
p.43).
Las entrevistas de los grupos de discusión duraron entre 45 minutos y una hora y 15 minutos. Las
realizó el primer autor de este documento. Además, se realizaron dos entrevistas individuales en
profundidad. La primera entrevista individual sirvió como prueba piloto para desarrollar la
estructura de las entrevistas de los grupos de discusión. La segunda entrevista se realizó después
de las entrevistas a los grupos focales, sirvió para comprobar la validez de éstas y permitió
profundizar en algunos de los temas planteados en los grupos focales. En el análisis, todos los
datos de las entrevistas, tanto de los grupos focales como de los individuos, se consideran de igual
valor y se utilizan para ilustrar la construcción de las representaciones sociales. En nuestro
análisis, los discursos de las entrevistas de los grupos de discusión y de las entrevistas
individuales se validaron de forma cruzada, y ésta es la base para considerar que ambos conjuntos
de datos tienen el mismo valor.
Todas las entrevistas se grabaron y las cintas se transcribieron íntegramente, como suele
recomendarse (Stewart y Shamdasani, 1990; Bloor, et al, 2001) y se transformaron en textos
informales, manteniendo el orden de los temas a medida que iban surgiendo en el discurso. Para
describir y analizar los hallazgos, se mantuvo en primer plano el objetivo subyacente del proyecto,
es decir, la comprensión de los participantes sobre el cuerpo. El procedimiento consistió en
identificar marcas del discurso o citas relacionadas con la pregunta subyacente al propio proyecto,
a saber, ¿cuál es la representación social de las formas del cuerpo para estas jóvenes? Esta
pregunta no se utilizó para iniciar las entrevistas porque uno de los objetivos del proyecto era
confirmar si el tema surgiría espontáneamente y en qué momento. Así que la primera pregunta de
las entrevistas sólo introdujo el tema del cuerpo, ya que las formas del peso corporal se
consideraban atributos del cuerpo y se dejaron para que las participantes las plantearan. Sólo
después de que se mencionaran estas ideas, el entrevistador facilitaba el debate. Como resultado,
el proceso por el que el tema de ser "gordo o delgado" acabó surgiendo en el discurso de estos
adolescentes también forma parte del análisis y los resultados. El hecho de que algunas ideas se
mencionaran en una fase temprana de todas las entrevistas representa un hallazgo importante por
derecho propio que se analizará más adelante. Por lo tanto, gracias a este procedimiento se
descubrieron los significados y concepciones más profundos del peso corporal que tenían los
participantes.
Stenzel, Saha y Guareschi 615

Todas las entrevistas empezaron con la misma pregunta: "¿Qué le viene a la mente cuando oye la
palabra cuerpo?". No había preguntas estructuradas tras la pregunta inicial.

Análisis de los datos


El análisis se articula en torno a tres conceptos fundamentales, a saber, temas, categorías y
unidades de análisis (Spink, 1995). A continuación se ofrecen las definiciones operativas de estos
conceptos. De acuerdo con la característica principal de la metodología de grupos focales, a saber,
la interacción entre los miembros del grupo, hemos optado por incluir pasajes que son indicativos
de esta interacción a medida que las representaciones sociales del cuerpo emergen en los textos de
las entrevistas (Morgan, 1997; Bloor, et al., 2001).
En primer lugar, los temas son conceptos generales relacionados con el problema original del
estudio. Estos temas se componen de una serie de categorías. Una categoría, como segundo
concepto analítico, es un grupo de unidades de análisis que tienen significados comunes. El tercer
concepto, unidades de análisis, consiste en marcas de discurso, o citas cortas, frases o diálogos
entre los participantes, que contenían el mismo significado y se suman. La longitud de estas
unidades de análisis varía. En los grupos de discusión, por ejemplo, a veces más de un
participante hablaba de la misma idea sobre el tema. Por lo tanto, las unidades de análisis podían
ser una serie de frases sueltas o un diálogo entre los participantes sobre la misma idea.
Este procedimiento analítico puede representarse de la siguiente manera:
1. Temas: categorías con un tema similar,
2. Categorías: unidades de análisis con significados similares, y
3. Unidades de análisis: marcas discursivas con un significado común.
Presentamos nuestras conclusiones de una forma visual y textual innovadora. Los temas y
categorías que surgen de los debates de los grupos de discusión se representan en forma de anillos
concéntricos con las etiquetas correspondientes. Los anillos concéntricos indican dinamismo,
porque las categorías son dinámicas y no estáticas. Los anillos concéntricos indican dinamismo,
porque las categorías son dinámicas y no estáticas. Esto significa que cada anillo representa una
categoría e incluye sus dos opuestos. Los polos positivo y negativo retratan la naturaleza dialéctica
de la categoría en el discurso. Esta técnica de representación visual quedará más clara cuando
presentemos la primera figura de nuestro análisis.

HALLAZGOS
En esta sección trazaremos un mapa de los significados que surgieron en el transcurso de los
grupos de discusión, empezando por el tema original contenido en la pregunta del entrevistador:
"¿Qué le viene a la mente cuando oye la palabra cuerpo?". La finalidad de este procedimiento es
presentar de forma visual el proceso mediante el cual los participantes en los grupos de discusión
construyeron las representaciones sociales (Puddifoot, 1997). De esta forma también explicitamos
la forma en que los adolescentes entienden y dan sentido a las condiciones de peso de las que
hablábamos al principio de este trabajo.

Tema 1: El cuerpo
El primer tema, el cuerpo, fue el que propuso inicialmente el investigador. Una vez formulada la
pregunta original, los adolescentes iniciaron su debate.
616 Representaciones sociales del
Categoría 1: Mi cuerpo y el cuerpo de los demás cuerpo

La primera categoría que surgió del debate fue la distinción entre "mi cuerpo" y "el cuerpo de los
demás". Esta distinción se refleja en las siguientes "marcas del discurso", extraídas de las
entrevistas individuales y de la correspondiente entrevista en grupo. Este procedimiento de
presentación de datos se seguirá en todas las ilustraciones posteriores extraídas del material de las
entrevistas.
Bueno... (pausa) lo que me viene a la mente....(pausa). Mi cuerpo. (Entrevista 1)
Hasta que cumplí 13 años no me preocupaba mucho por mi cuerpo, porque era gordita
(pausa). Después, cuando tuve mi primera regla (menstruación) y mi cuerpo empezó a
cambiar, empecé a pensar en mi cuerpo... (Entrevista 2).
¿Cuerpo? Mmmmm..., déjame ver... ¡No lo sé! Tal vez mirando a otros..., la forma en
que miran. Me refiero a mirar a un hombre (todos en el grupo empiezan a reírse). Pues
claro. ¿Creéis que debería mirar los cuerpos de las mujeres? (Participante 1, Grupo 3)
Aunque los adolescentes empiezan a hablar de los cuerpos de los demás, el contenido de su
discurso se refiere principalmente a sus propios cuerpos. Sin embargo, hablan de sus propios
cuerpos en asociación con los cuerpos de los demás para hacer distinciones y definir mejor sus
propios cuerpos.
¿Por qué estos adolescentes empiezan a hablar de "sus cuerpos" si el estímulo era sólo la palabra
"cuerpo"? Si nos remontamos a la literatura sobre adolescentes, encontramos que esta primera
reacción al estímulo no es nueva, sino incluso predecible. La adolescencia es una época de
cambios físicos rápidos y fundamentales y es natural que los adolescentes sean conscientes y
hablen de sus cuerpos y de sus experiencias con estos cambios (Coleman y Hendry, 1999). Sin
embargo, la siguiente categoría que surge asociada a la de "mi cuerpo" y "el cuerpo de los demás"
es la de "apariencia física". Esta categoría surgió en una fase muy temprana en algunos grupos, al
igual que las marcas del habla ejemplificadas anteriormente, y aporta un importante significado
específico a la categoría dialéctica anterior.

Categoría 2: El aspecto físico del cuerpo


El significado que los adolescentes dan al tema original (el cuerpo) está relacionado con la
segunda categoría que denominamos "el aspecto físico del cuerpo". Los participantes podrían
haber hablado de otros aspectos del cuerpo, como su función o su salud, o incluso de sus
significados simbólicos o espirituales. Pero el discurso se centró claramente en la apariencia del
cuerpo.
Cuando eres adolescente..., (pausa) quiero decir..., cuando cumples 13 años, empiezas
a pensar mucho más en tu aspecto y en el de los demás (Participante 1, Grupo 2)
Creo que la imagen lo es todo. La gente puede decir que en realidad no se preocupa
por la apariencia, ¡pero la imagen física lo es todo! Al menos en el primer momento de
contacto. (Participante 3, Grupo 2).
En el proceso de la entrevista, cada categoría que surge da un significado más específico a las
categorías anteriores. Por lo tanto, la categoría que hemos etiquetado como "apariencia" no se
produjo sin que ella misma se elaborara más. A medida que avanzaban las entrevistas, los
participantes iban precisando su comprensión del tema. Y así, en esta fase del discurso, las
adolescentes empezaron a diferenciar entre la apariencia "problemática" y la apariencia "ideal" del
cuerpo.

Categorías 3 y 4: Problemas del cuerpo y del cuerpo ideal, y gordura y delgadez


Esto nos lleva a la tercera categoría que se desprende de nuestro análisis del discurso, a saber,
"Los problemas del cuerpo" y "El cuerpo ideal". Estas categorías dialécticas expresan
Stenzel, Saha y Guareschi 617

Las expectativas de los adolescentes sobre el aspecto que, a sus ojos, debería tener el cuerpo se
asocian con lo que no aprecian en sus propios cuerpos. Enseguida discuten su noción del cuerpo
perfecto y dan ejemplos de personas que, según ellos, tienen cuerpos perfectos. Los "problemas
del cuerpo" están relacionados con sus propios cuerpos, es decir, lo que no aprecian de sus
cuerpos, lo que no les gusta de sus cuerpos, las imperfecciones que ven en sus cuerpos y lo que
les gustaría cambiar de sus cuerpos.
Pienso en los problemas de mi cuerpo. Pienso que tengo demasiado vello en el cuerpo,
que soy demasiado peluda... a veces pienso que mis tetas no son lo bastante grandes,...
a veces pienso que estoy gorda... este tipo de cosas (Entrevista 1).
... Alguien podría pensar en un cuerpo perfecto, o en su propio cuerpo. Pero yo... no lo
sé.... (Participante 3). El cuerpo cambia con el tiempo (Participante 1). Sigue
cambiando... (Participante 2); Es una pena que (el cuerpo) empiece a verse... no tan
bien. Quizá más adelante, si tienes problemas y te empieza a disgustar (el cuerpo)
siempre puedes ponerte a dieta, o hacer otro tipo de intervención... entonces mejora
(Participante 1, Grupo 2)
Tengo muchos problemas con mi cuerpo. Odio mi cuerpo (el grupo reacciona y
empieza a hablar al mismo tiempo). ¡Hablo en serio! (el participante intenta
continuar). Este verano decidí que quería parecerme a la "Feiticeira"3 . Hablo en serio,
chicas. No me siento a gusto con mi cuerpo. Si pudiera ser como ella... No quiero "ser
ella" (Feiticeira), pero quiero tener su cuerpo. Me gustaría tener una buena barriga,
unas piernas bonitas y un buen culo...(Participante 1, Grupo 4)
La progresión del discurso en esta fase del análisis se representa visualmente en la Figura 1. 4

Figura 1. El análisis del discurso a través de las tres primeras categorías


Lo que podemos observar en el transcurso del análisis realizado hasta ahora es que, por un lado,
las marcas discursivas que reúnen el significado de la categoría "Problemas del cuerpo" están
relacionadas con los propios cuerpos de los participantes. Por otro lado, los cuerpos de los demás
se ejemplifican como el cuerpo ideal. Las marcas discursivas ilustran el descontento de los
participantes con su propio cuerpo.

3 Feiticeira es un icono de la televisión brasileña. En el año 2000, los medios de comunicación la consideraban la
mujer más bella y con el "cuerpo más perfecto" de Brasil. Muchas revistas han sacado su foto en portada.
4 Hemos incluido la etiqueta "categoría" en la Figura 1 para ilustrar mejor la estructura analítica del diagrama. Para

simplificar las figuras posteriores, hemos omitido esta etiqueta.


618 Representaciones sociales del
cuerpo
... Cuando me quito la ropa y me miro en el espejo, empiezo a revisar mi cuerpo. Me
giro a un lado y a otro y me suelen disgustar cosas, como mi barriga, por ejemplo...
(Entrevista 1)
¡Odio mi nariz! (el grupo empieza a reírse) Eso es porque es chata. No me gusta nada
mi cuerpo... (Participante 2); ¡Es horrible! (Participante 3); No me gusta mi pelo
(Participante 8); ¡Yo tampoco! ¡Odio mi pelo! (Participante 3); Bueno..., mi pelo...
(Participante 2-momento reflexivo); No me gusta mi cara (Participante 3); A veces me
gusta mi pelo..., pero sólo a veces (Participante 4); Tampoco me gusta mi pelo. No
tengo suficiente pelo (participante 8); ¡Sí que tienes un pelo bonito! (Participante 1).
No (no lo tengo)...(Participante 8, Grupo 1)
... Me gustaría tener un cuerpo perfecto. Ahora peso 63 kilos, pero quiero bajar a 58
kilos. ... Hago mucho ejercicio porque quiero bajar a 58 kilos. Estoy preocupada... A
veces digo: "¡No me importa!" Pero claro que me importa. Me miro al espejo y no me
gusta lo que veo (Entrevista 2)
Llegados a este punto, nuestro análisis ayuda a aclarar qué significa la categoría "Problemas con
el cuerpo" y nos acercamos al objeto de nuestro estudio. Como se mencionó anteriormente, el
discurso sobre el cuerpo y sus categorías, a saber, apariencia, problemas con el cuerpo y cuerpo
ideal, se trasladan espontáneamente a los conceptos que denominaron "gordo y flaco".
Utilizamos estos conceptos para etiquetar el siguiente tema del discurso, a saber, "gordo" y "flaco".

Tema 2: Gordos y flacos


Cuando las jóvenes empezaron a mencionar el tema "Gorda y delgada", el entrevistador empezó a
dirigir la conversación para ayudarlas a expresar lo que entendían sobre este segundo tema. El
siguiente ejemplo procede del Grupo 4.
Grupo 4: . . .a veces ni siquiera me miro al espejo, porque si lo hago pienso que soy
muy fea (Participante 2) ...Y entonces no quieres salir de casa (Participante 5).
Entrevistador: ¿Eso significa que no estás contenta con tu cuerpo?.
Grupo 4: ¡ Y o soy! (Participante 2); ¡No lo soy! (Participante 1). Bueno... no
puedo decir que no esté contenta con mi cuerpo, pero... creo que necesito perder peso
(pausa). A veces estoy contenta y a veces no.. Bueno..., supongo que puedo decir que
no estoy realmente contenta con mi cuerpo (Participante 3). Yo también tengo este
problema... Pero desde que empecé a perder peso empecé a sentirme mejor con mi
cuerpo (Participante 4).
Entrevistador: Hablemos un poco más de esto, de perder peso y sentirte mejor con tu
cuerpo. Quiero entender mejor lo que quiere decir con esto.
La figura 2 representa el proceso del discurso y el cambio de tema estimulado por el entrevistador.
En este punto, las adolescentes empezaron a centrarse en el tema de la "gordura y la delgadez"
tratando de conceptualizar lo que significa ser gordo o delgado desde su perspectiva. Aunque se
centran en un tema diferente, es importante observar que existe una continuidad entre el tema y
las categorías anteriores.
Stenzel, Saha y Guareschi 619

Figura 2. La aparición del segundo tema, Grasa y Tema

Categorías 1 y 2: Estar gordo y delgado, y sentirse gordo y delgado


Cuando surge el tema de estar gordo o estar delgado, aparecen en el discurso dos categorías
diferentes a la vez. Cuando los adolescentes empiezan a definir lo que llaman "estar gordo" y
"estar delgado", las definiciones se articulan de dos formas distintas, a saber, "estar gordo" y
"sentirse gordo", y "estar delgado" y "sentirse delgado".
Ser" y "sentir" son dos realidades diferentes cuando la atención se centra en el peso corporal.
Sentirse gordo o delgado no tiene que ver necesariamente con estar gordo o delgado. En otras
palabras, su peso corporal percibido no se corresponde con su peso corporal objetivo. Esta
distinción es un hallazgo esencial de este estudio, no sólo porque demuestra que "sentirse" es
diferente de "ser", sino por los significados simbólicos que subyacen a esta separación. La
pregunta importante es: ¿qué les hace sentirse gordos sin estarlo realmente?
Argumentamos que estos adolescentes reflejan una lógica diferente que guía su comprensión y, en
consecuencia, su comportamiento en relación con el peso corporal. Esta lógica, así como la
distinción entre "ser" y "sentir", se representa en la figura 3. Las flechas entrecortadas representan
la lógica indeterminada de los adolescentes, que se hará más clara e importante más adelante en
este análisis.
La complejidad de estas distinciones y las interrelaciones de las categorías "Ser gordo o delgado"
y "Sentirse gordo o delgado" se ejemplifican en la selección de marcas discursivas que figura a
continuación.
Para mí es así... Algunas son demasiado delgadas, otras están un poco gordas, otras
son normales, ¿sabes? Pero todas siguen diciendo que están gordas. Las que están
delgadas quieren seguir adelgazando, adelgazando y adelgazando. (Entrevista 1)
... No me gusta cuando una persona delgada sigue diciendo: "¡Estoy gordo! Tengo
que ponerme a dieta!". Lo dicen porque quieren oír cumplidos sobre su cuerpo...,
como: "¡Dios mío, qué delgada estás!", ¿sabes? (Participante 2). Bueno..., yo a veces
hago eso...
620 Representaciones sociales del
Pero esa no es mi intención... Mi intención es... ( hacecuerpo
una pausa y reflexiona)...
porque, a veces, me miro en el espejo y realmente me siento gorda...(Participante 1)
Mi madre perdió mucho peso, creo que más de 20 kilos o incluso más. Pero sigue
diciendo que está gorda. No se ve a sí misma como una persona delgada. (Participante
3; Grupo 2)

Figura 3. La lógica de los adolescentes sobre la gordura y la delgadez

Categoría 3: Normal
En el discurso anterior aparece una nueva categoría, la de "normal". Sin embargo, lo interesante es
que esta categoría simplemente desaparece a medida que avanza el discurso. Pero "ser y sentirse
gordo" sigue teniendo significado, al igual que "ser y sentirse delgado". Ser y sentirse normal"
adquiere un significado neutro. En palabras de uno de los participantes, es como "sentirse más o
menos". Está claro que la categoría "normal" ha perdido su significado para estos adolescentes. Si
"normal" significa sentirse "más o menos", ¿por qué querría un adolescente ser sólo "normal"? El
discurso sobre "ser normal" aparece en la figura 4.
En contraste con el concepto de "normal", que tiene un significado neutro, las categorías "gordo y
delgado" se entienden como si estuvieran en los extremos opuestos de un continuo. Los conceptos
que se utilizan para dar significado a la categoría "estar gordo", por ejemplo, son claramente
negativos. Los adolescentes utilizan expresiones estereotipadas negativas cuando describen a las
personas con sobrepeso, y las consideran totalmente responsables de su condición ponderal. Estas
opiniones se reflejan en las siguientes marcas discursivas.
Eres obeso si no te cuidas... No es sano. (Participante , Grupo 4)
¡La persona está gorda si quiere estarlo! (Participante 1, Grupo 3)
No quiere cuidarse... (Refiriéndose a una prima con sobrepeso)... Siempre intento
aconsejarla... Pero mi prima está gorda porque quiere. (Entrevista 2)
...Una vez mi hermano vio a una mujer en el autobús y no podía pasar por el
torniquete... ¡Estaba atascada! (El grupo empieza a reírse), (Participante 2). Yo
también vi eso una vez. ¿Y sabes qué? Todo el mundo tuvo que salir del autobús por la
puerta de atrás (El grupo se ríe aún más fuerte) (Participante 3). ¿La mujer quedó
atrapada? (Participante 1). (El grupo sigue riendo en voz alta). Creo que tuvieron que
cortar parte del torniquete (Participante 3). ¡Dios mío! ¡Qué situación más
embarazosa! (Participante 1). ¡Qué horror! (Participante 8). ¡Gracias a Dios que no era
tu pariente! (Participante 1, Grupo 1)
Stenzel, Saha y Guareschi 621

Figura 4. La categoría, Normal, con las correspondientes unidades de análisis (citas)


Como vemos en las marcas discursivas anteriores, estas adolescentes se inclinan por describir
situaciones relacionadas con la categoría "estar gordo" de forma ajena a su propia experiencia con
el peso corporal. En esta parte del discurso observamos que las adolescentes van tomando
conciencia de cómo sus propias experiencias y sentimientos forman parte del fenómeno (estar
gorda o delgada) del que hablan.
...No sé... Me puse en el lugar de esa persona que estaba atascada en el torniquete...
Terrible...(Participante 2). Sufren... siempre son objeto de bromas
...(Participante 4). Bromas (reflexionando)... (Participante 2). A veces la gente incluso
dice que huelen mal... (Participante 4). La gente piensa que son graciosos, la gente
piensa...(Participante 5). Exacto. (interrupción) (Participante 4). Porque los gordos
tienen que tener algo bueno, porque son gordos... Por lo menos tienen que ser
graciosos para ser aceptados. (Participante 5, Grupo 4)
A nadie le gusta ser gordo... todos quieren ser delgados. Vale, vale... A mí también...
Yo también creo que ser delgado es mejor que ser gordo... A los gordos se les trata
diferente... Se les aísla..., se les deja de lado... ¡Los delgados siempre son bienvenidos!
(Entrevista 1)
Como mencionamos en la discusión de la figura 3, el sentimiento de estos adolescentes sobre el
peso corporal no se corresponde con el peso corporal objetivo. Es una lógica diferente la que guía
su comprensión y, en consecuencia, su comportamiento en relación con el peso corporal. Las
siguientes marcas del discurso ilustran la categoría "Sentirse gordo y delgado", en la que los
adolescentes también hablan de su comportamiento basado en esta lógica.
Algo que puedo observar es que, la gente de nuestra edad siempre está cambiando de
peso. Yo soy así. Gano y pierdo, gano y pierdo, gano y pierdo, todo el tiempo. Luego
me siento muy mal, porque... ganas..., luego pierdes y ¡todo es perfecto! Te sientes
genial y feliz... luego dejas de cuidarte y todo vuelve... y te sientes mal otra vez.
Siempre es así, esta montaña rusa: ganar y perder, ganar y perder, ganar y perder...
Esto hace que la gente se sienta mal... Yo creo... Me siento mal... (Participante 3,
Grupo 4)
...no pienso en 'dejar de comer' porque hago mucho ejercicio..., no puedo aceptar la
idea de engordar y esa es la razón por la que siempre estoy a dieta. No puedo
imaginarme 'sin hacer dieta'. El peso siempre me preocupa... (Participante 1, Grupo 2)
622 Representaciones sociales del
cuerpo
...Cuando tenía unos 12 años sabía las calorías de todo. Yo y mi amigo, que en
realidad era más gordo que yo,... teníamos esta cosa (las calorías) siempre en la
cabeza. ¡Era terrible! Solíamos ir al gimnasio... ¡Ni siquiera sabíamos lo que
estábamos haciendo! (Participante 1, Grupo 4)
En palabras de estas chicas, sentirse gorda o delgada no es algo fijado por ninguna norma
objetiva. Depende de las percepciones y comprensiones que sólo tienen sentido en su propio
entorno. Su comprensión guía sus expectativas y frustraciones sobre su peso corporal. A veces,
los adolescentes ni siquiera se dan cuenta de por qué están a dieta, como reflejan las palabras de
una de las chicas: "ni siquiera sabíamos lo que estábamos haciendo". Pero la necesidad de
"sentirse bien" y aceptadas -que parece estar relacionada con "sentirse delgadas"- impulsa su
comportamiento.

Categoría 4: Encajar y no encajar


La necesidad de ser aceptado socialmente nos lleva a identificar una nueva categoría, que
llamamos "Encajar en la ropa" y "No encajar en la ropa", y que se ejemplifica en las siguientes
marcas discursivas.
... Tienes que estar delgada para que te quede bien la ropa que está de moda... Tienes
que estar guapa con esta ropa y no con la grande. Bueno... no sé... creo que es por la
apariencia... tener un cuerpo bonito y poder llevar un bikini de dos piezas y no un
bañador de una pieza, ¿sabes? (Entrevista 1)
... ¡El número 4 no me quedaba bien! (La participante habla de unos vaqueros que se
estaba probando en una tienda) ¿Te lo puedes creer? No me quedaba bien. No podía
abrocharme el botón. Estaba tan disgustada... tan disgustada... Me sentí humillada... Ni
siquiera puedo explicar cómo me sentí... Ya me sentía un poco triste conmigo misma,
y entonces tuve que decirle al dependiente de la tienda: "Esta no me queda bien"... Fue
terrible... Entonces supe que tenía que hacer algo con mi peso (Participante 1)... ¡En
nuestros días tenemos que ser nosotros los que encajemos en la ropa que se considera
de moda! Debería ser al revés: ¡la ropa debería quedarnos bien! ¡Y no que debamos
intentar que nos quede bien la ropa! ¿Por qué tenemos que someternos a eso?
(Participante 4, Grupo 4)
En la lógica de estos adolescentes, "no caber en la ropa" significa "sentirse gordo". Lo importante
es que no se refieren a una amplia gama de tallas, sino a tallas pequeñas concretas. Para ellos, ser
y sentirse delgado y, por consiguiente, sentirse socialmente aceptado, significa "caber en ropa
pequeña". No hay flexibilidad. Los requisitos para sentirse aceptados y, por tanto, cómodos con su
cuerpo son estrictos y rígidos.
En el discurso podemos observar que las categorías "encajar en la ropa" y "no encajar en la ropa"
no sólo están relacionadas con la ropa. Los adolescentes también hablan de sentirse socialmente
aceptados o incluidos. En palabras de las chicas, el deseo de "caber en ropa pequeña" representa
su deseo de "encajar en su grupo de iguales". En otras palabras, la preocupación por el sobrepeso
adquiere implicaciones sociales.
Es en este punto donde introducimos el tema final de nuestro análisis, a saber, lo que
denominamos "Exclusión e inclusión". Esta transición figura en el gráfico 5.
Stenzel, Saha y Guareschi 623

Figura 5. La aparición del nuevo tema Exclusión e inclusión

Tema 3: Exclusión e inclusión


El tema "Exclusión e inclusión" surge en el discurso a partir de la comprensión de los
adolescentes sobre el peso corporal y su vínculo con sus relaciones sociales.
El aspecto físico se considera fundamental para establecer relaciones sociales y lograr la
aceptación dentro de sus grupos de iguales. En el entorno social de los adolescentes, los grupos
están determinados por criterios rígidos relacionados con los estándares corporales. En otras
palabras, desde su perspectiva, la condición corporal determina "quién" será excluido y "quién"
será incluido en un grupo determinado.
...Los flacos..., siempre están rodeados de amigos... En mi colegio tenemos grupos
divididos así: los populares, que le caen bien a todo el mundo, que se consideran los
guapos... Luego tienes a los empollones, esa gente que es empollona, ¿sabes? Luego
están los normales, los del medio, que no son nada... Cuando una chica es delgada y es
nueva en la escuela, por ejemplo, todo el mundo le va a prestar atención porque es
delgada. Pensarán que es guay porque es delgada. Si es gorda, no puede ser guay,
porque es gorda, ¿sabes? Estas ideas preconcebidas... Discriminación contra los
gordos... Los gordos suelen ser empollones y los delgados tienen más posibilidades de
ser populares... No creo que sea justo... (Entrevista 1)
...La gente te juzga por tu aspecto... No se preguntan si eres una buena persona ni nada
por el estilo. No... Te miran y piensan: "¿Es guapa?" "¿Es delgada? "¿Está gorda?"
(Participante 2). Sí... (Reflexiona). Es verdad... (Participante 1). ¡Ni siquiera hablan
contigo primero! (Participante 2, Grupo 2)
Esta diferenciación, que viene determinada por el "aspecto", influye en sus relaciones sociales en
muchos ámbitos diferentes. Las adolescentes dan muchos ejemplos sobre cómo su peso corporal
es percibido por los demás en diferentes situaciones y cómo puede determinar su vida futura.
624 Representaciones sociales del
Si eres gorda, los chicos se burlarán de ti. Por ejemplo, cuerpo
si eres gorda y te gusta un
chico, se burlará de ti y te sentirás muy mal (participante 2). Si eres delgada lo eres
todo... (Participante 6). Pero hay algunos chicos a los que les gustan las gordas...
(Participante 3). En este instituto no (participante 2). Creo que depende del chico
(participante 4, grupo 1).
... Si piensas en un hombre gordo y una mujer delgada..., y al revés también... A nadie
le va a gustar alguien gordo, ¿sabes? ...Hay mucha discriminación (Participante 1,
Grupo 2).
...siempre canté en una banda... desde que era pequeña... Mi profesor dice que tengo
un buen potencial para ser cantante, pero ¿sabes lo que me preocupa? Engordar en el
futuro... ¿Crees que a la gente le gustará mi música aunque esté gordo? ... Te daré un
ejemplo. Si tienes dos cantantes, uno es gordo y el otro delgado. ¿Cuál crees que
tendría más éxito? El flaco. ¡Claro que sí! Aunque las dos canten bien... la que va a
tener éxito es la delgada, porque todo el mundo va a pensar que es guapa. Así que
acabas teniendo este tipo de ansiedades sobre tu vida profesional (Participante 1). Sí...
hay algunos trabajos que son imposibles para una persona gorda, por ejemplo, azafata
de vuelo (Participante 3, Grupo 2).
Si observamos detenidamente las marcas discursivas anteriores, podemos ver claramente que, en
la comprensión de estos adolescentes, el peso corporal es un criterio para sentirse capacitados,
aceptables y exitosos en sus relaciones sociales. Para ellos, el sobrepeso no es sólo un problema
de salud o de aspecto físico. Es un problema también en la medida en que influye en sus
relaciones sociales, su percepción de sí mismos, su autoestima y su comprensión de lo que
significa ser socialmente aceptados y no excluidos.
Por un lado, el sobrepeso está ligado a la idea de ser excluido de diferentes tipos de relaciones
sociales y de una serie de situaciones cotidianas. A veces ni siquiera se trata de tener sobrepeso,
sino de 'no encajar' en algunos patrones establecidos en su mundo, como el 'no encajar en
pantalones pequeños' que señalábamos antes. Por otro lado, estar delgado se ve como una 'puerta
abierta' a una gran variedad de oportunidades. En pocas palabras, ser delgado significa ser
superior.

Categoría 1: Superioridad e inferioridad


La categoría que emerge del tema "Exclusión e inclusión", en el discurso de los adolescentes, es
la de "Superioridad e inferioridad". Esta categoría representa lo que los adolescentes ven como
una consecuencia social de los beneficios y costes de la condición corporal. Si estar delgado es
una garantía de inclusión social, se deduce que estos adolescentes se comportarán de una forma
que favorezca el control del peso. Si no tienen sobrepeso, temen "engordar en el futuro", como
vimos anteriormente en las palabras de uno de los participantes.
Sin embargo, ¿qué tipo de consecuencia conductual cabría esperar de este miedo al sobrepeso?
¿Cuál es la consecuencia de que entiendan la gordura como un criterio de exclusión y la delgadez
como un criterio de inclusión?
Una consecuencia que se deriva de este miedo a engordar es intentar perder peso.
Anteriormente nos hemos referido a citas que ilustraban algunas de las prácticas que realizaban
las adolescentes como respuesta a este miedo. Sin embargo, si las chicas son capaces de mantener
un peso delgado, o si consiguen adelgazar, en su cultura tienen derecho a sentirse superiores.
...Es normal que, después de perder peso, te sientas satisfecho contigo mismo.
Piensas: "¡Ahora tengo buen aspecto! Ahora soy guapa" (participante 2). Cuando mi
prima adelgazó, empezó a..., no estoy segura, pero..., empezó a presumir ante los
demás,
Stenzel, Saha y Guareschi 625

especialmente a sus amigas. Creo que esto se debe a que..., cuando estaba gorda nadie
se fijaba en ella. Antes de adelgazar vestía muy mal. (Participante 1, Grupo 2)
... Las flacas se burlan de las gordas. Dicen: "Tengo que adelgazar", sólo para
menospreciar a las gordas. Las gordas no discuten... Se callan... Siempre nos
comparamos entre nosotras y las delgadas pueden ser muy malas... Yo soy así a veces.
(Entrevista 2)
La discusión de esta última categoría completa nuestro análisis de las entrevistas y de las formas
en que estos adolescentes construyeron sus representaciones sociales de ser gordo o delgado.
Ahora nos queda resumir los temas y las categorías que forman parte de las representaciones
sociales integradas.
HACIA LAS REPRESENTACIONES SOCIALES DEL CUERPO
Las representaciones sociales que surgen de este estudio trascienden la frontera entre el cuerpo y
la sociedad. En efecto, las representaciones sociales sobre el cuerpo que se construyen durante el
discurso afectan a la forma en que estas adolescentes brasileñas se ven a sí mismas encajando en
la sociedad. En la figura 6 se presenta una representación visual de las representaciones sociales
integradas construidas por estas adolescentes brasileñas.

Figura 6. Representaciones sociales del cuerpo entre las adolescentes brasileñas


626 Representaciones sociales del
Las representaciones sociales del cuerpo para estos adolescentes cuerpo pueden describirse de la
siguiente manera. En primer lugar, las representaciones de estar gordo o delgado surgen del
concepto de cuerpo. Para estos adolescentes, el cuerpo representa valores positivos y negativos, a
partir de los cuales se centran en su propia apariencia corporal y en la de los demás. Tienden a
asociar los problemas del cuerpo con su propio cuerpo, y el cuerpo ideal con el de los demás. La
principal característica del cuerpo que diferencia los problemas del ideal es la de ser gordo o
delgado, que llamamos "peso corporal". Los significados del cuerpo se convierten, en el discurso,
en 'significados del peso corporal', mostrando que el 'peso corporal', para estas chicas, empieza a
convertirse en un criterio por el que las adolescentes miden sus cuerpos y, posteriormente, su valía
personal y social.
Una de las primeras representaciones del peso corporal que surge está relacionada con la lógica de
estos adolescentes, según la cual estar gordo y delgado, y sentirse gordo y delgado, no están
necesariamente relacionados. Así, es posible estar delgado pero sentirse gordo. Además, en esta
lógica no existe la condición "normal". Ser normal es no ser "nada". Así, en las representaciones
de estos adolescentes, las opciones son limitadas y, de hecho, la única opción es estar delgado. Y
la elección se restringe aún más cuando, según su lógica, una persona puede estar delgada pero
seguir sintiéndose gorda. La última representación, y quizá la más significativa, es el hecho de
que los adolescentes consideran que el peso corporal afecta a sus relaciones sociales. Partiendo de
la noción de "encajar en la ropa", su discurso conduce a la noción de encajar en la sociedad. Así,
las representaciones sociales del cuerpo incluyen la medida en que estos adolescentes sienten que
"encajan" en su entorno social, que incluye relaciones sociales, trabajos y otras oportunidades. No
estar delgado significa sentirse excluido de este entorno social. Por último, en la medida en que
una persona se siente delgada y socialmente incluida, esa persona se ve a sí misma como superior,
con un sentido positivo de sí misma y una alta autoestima.
A partir de lo anterior, argumentamos que las representaciones sociales del cuerpo están
fuertemente vinculadas al peso corporal, y son también una poderosa presión sobre estas jóvenes
adolescentes brasileñas. Entender la complejidad de estas representaciones sociales ayuda a
comprender una serie de comportamientos que caracterizan a la juventud y, en particular, los
comportamientos relacionados con los problemas de peso y los trastornos alimentarios.

IMPLICACIONES PRÁCTICAS DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES DEL CUERPO


El estudio de las representaciones sociales del cuerpo tiene repercusiones en distintos ámbitos
académicos, desde los desarrollos de la teoría de la representación social, pasando por el campo
del sobrepeso, la obesidad y los trastornos alimentarios, hasta los estudios sobre juventud y
educación.

Teoría de la Representación Social: Contenido y proceso


Las representaciones sociales que se desprenden de este estudio trascienden la frontera entre el
cuerpo y la sociedad. Las representaciones sociales del cuerpo se construyen en torno a valores
sociales que no están necesariamente vinculados a cuestiones corporales. Sin embargo, estos
adolescentes entienden las relaciones sociales asimétricas, como la exclusión, la competencia
entre iguales y los sentimientos de superioridad, como vinculadas a las condiciones corporales.
Esto demuestra que los temas relacionados con los problemas de peso, como la obesidad y los
trastornos alimentarios, no pueden abordarse únicamente como afecciones individuales y médicas.
Los adolescentes de este estudio demuestran que no sólo el cuerpo físico es importante para
entender los problemas de peso, sino también las formas en que perciben y representan sus
cuerpos en un contexto social, que ocupan un lugar importante en sus prácticas sociales.
Nuestro estudio aporta una contribución adicional a la teoría de la representación social en el
plano metodológico. Hemos desarrollado y utilizado un procedimiento sistemático y riguroso para
el análisis del proceso de construcción de las representaciones sociales. Hemos respetado el orden
de aparición en el discurso de las distintas etapas de construcción de sus representaciones de estar
gorda o estar delgada. La mayoría de las
Stenzel, Saha y Guareschi 627

Los estudios anteriores han tendido a analizar el contenido sin mostrar el orden y la forma en que
el contenido aparecía en el proceso de construcción. Al construir nuestro análisis en torno a los
tres conceptos operativos de temas, categorías y unidades de análisis, como explicamos al
principio de este documento, sostenemos que comprendemos mejor el contenido de las
representaciones sociales y el proceso por el que se construyeron. Además, hemos representado
nuestro análisis en una serie de diagramas que describen visualmente tanto el contenido como el
proceso. En estos diagramas hemos incorporado tanto las contradicciones inherentes a la
construcción de las representaciones sociales como el dinamismo del propio proceso.

Sobrepeso, obesidad y trastornos alimentarios


Con respecto al campo de la obesidad y los trastornos alimentarios, no estamos juzgando el hecho
de estar gordo o delgado, ni estamos intentando resolver el problema social de la obesidad. En su
lugar, estamos investigando la forma en que estos grupos de adolescentes entienden estas
condiciones y cómo estas interpretaciones conducen a determinados tipos de comportamientos. La
mayoría de los estudios existentes sobre la vulnerabilidad de los adolescentes a los problemas de
peso y los trastornos alimentarios muestran que son un grupo de riesgo porque tienen una alta
probabilidad de ponerse a dieta incluso cuando no lo necesitan. Para la mayoría de las
adolescentes, el "miedo a engordar", una emoción entendida como uno de los síntomas de la
anorexia y la bulimia, es cada vez más frecuente de lo que los investigadores esperaban. Estudios
recientes, como el realizado por Nunes y sus colegas (Nunes, et al., 2000; Nunes, et al., 2003)
sugieren que el miedo a engordar podría ser una ansiedad compartida en la cultura adolescente en
general.
Nuestro estudio aporta una contribución más a lo anterior y muestra "por qué" los adolescentes
hacen esto. Temen ser gordos porque serlo significa exclusión social. Lo que parece lógico para
los adolescentes no lo parece desde la perspectiva de los extraños. Si eres una adolescente que
teme engordar, y conoces las consecuencias sociales de engordar, entonces, aunque estés delgada,
te pones a dieta. La representación social de sentirse gorda o delgada no tiene por qué
corresponderse con la condición objetiva de estar gordo o delgado para tener un impacto en el
comportamiento relacionado con el peso de estos adolescentes. Esto sugiere que lo que realmente
importa no es la realidad en sí, sino la forma en que la realidad se representa y se entiende en las
mentes de estos individuos. Para ellos, la representación social se convierte en la realidad.
Por lo tanto, estar a dieta es la única forma que tienen estas adolescentes, a su entender, de
garantizarse estar delgadas, y estar delgadas significa ser incluidas automáticamente en las
relaciones sociales, y ser socialmente superiores. Al fin y al cabo, incluso una persona delgada
que sigue una dieta experimenta una mayor autoestima y percibe su admiración a los ojos de los
demás.
En la lógica de estos adolescentes, ser "normal" no es relevante ni interesante. Se trata más bien
de ser incluido socialmente y no excluido. Su percepción del "peso normal" no parece garantizar
su inclusión automática en el grupo, mientras que la delgadez sí lo hace. Por lo tanto, sus
representaciones sociales del peso corporal no les dan otra alternativa que concentrarse en
mantener su peso bajo, y esto significa una obsesión por hacer dieta. En casos extremos, esta
obsesión puede derivar en otros trastornos alimentarios más graves, como la anorexia o la bulimia.

Estudios sobre la juventud


Con respecto a los estudios sobre la juventud, este estudio contribuye a la comprensión del
complejo proceso que suponen los cambios físicos de la pubertad y sus consecuencias
psicológicas sociales. Además, no se trata simplemente de los cambios físicos en sí, sino del
impacto que las representaciones sociales de estos cambios tienen para los adolescentes del
estudio.
628 Representaciones sociales del
Este estudio también confirma los resultados de investigaciones cuerpo
ya existentes que demuestran que
la percepción del cuerpo de las adolescentes está fuertemente vinculada a cuestiones de apariencia
y peso (Coleman y Hendry, 1999). Sin embargo, nuestro estudio da un paso más. Demostramos
que el contenido de sus percepciones del propio cuerpo no sólo está relacionado con cuestiones de
peso, sino también con cuestiones sociales, ambas con un fuerte sesgo negativo. Además,
mostramos que el proceso de construcción de estas percepciones forma parte de comprensiones
compartidas (representaciones sociales) y no es el producto de la agregación de construcciones
individuales.
La importancia de estas representaciones sociales se ve aumentada por el hecho de que, en esta
etapa de su desarrollo físico y social, las jóvenes tienen pocos logros sociales con los que
evaluarse a sí mismas y con los que compararse con los demás. Por lo tanto, la forma de su cuerpo
y su aspecto físico en general adquieren un significado que va más allá de sus preocupaciones
físicas y se extiende también a sus preocupaciones sociales. Esto se refleja en las representaciones
sociales del cuerpo construidas por nuestros participantes, y explica por qué estas
representaciones incluyeron finalmente el tema de la inclusión y la exclusión social. Futuras
investigaciones sobre las imágenes corporales de las adolescentes, y también de los varones,
podrían centrarse más en el papel único que desempeña el cuerpo en la autoevaluación y la
comparación social, dado que a esta edad han tenido pocas oportunidades de otros logros o
realizaciones con los que evaluarse y compararse.

Implicaciones para las escuelas y los programas educativos


Dado que las presiones para estas representaciones del cuerpo proceden de los medios de
comunicación, los padres, los grupos de iguales y la escuela, se necesitan más estudios sobre
posibles estrategias de intervención que puedan modificar el proceso de construcción para evitar
el contenido extremadamente negativo y potencialmente destructivo de estas representaciones.
La investigación sobre la influencia de los medios de comunicación ha sido amplia (Botta, 1999;
Herbozo, Tantleff-Dunn, Gokee-Larose y Thompson, 2004; Posavac y Posavac, 2002), y la de los
padres y los grupos de iguales parece existir, pero en menor medida (Phares, Steinberg y
Thompson, 2004). Aunque sería deseable que se desarrollaran estrategias de intervención en
relación con los medios de comunicación, los padres y los grupos de iguales, en realidad tales
estrategias son poco prácticas y no es probable que se produzcan. Sin embargo, la intervención a
nivel escolar es una cuestión diferente.
Los estudiantes de este estudio representaban niveles de escolarización que iban desde el instituto
hasta la universidad y, sin embargo, las representaciones del cuerpo eran coherentes. Así pues, se
ha argumentado que el mejor tipo de intervención para los jóvenes es la "psicoeducativa", es
decir, la inculcación de habilidades de alfabetización mediática para tener un enfoque más crítico
de los mensajes de los medios de comunicación y otros agentes (Phares et al., 2004; Tiggemann,
2004). Además, se ha sugerido la necesidad de eliminar los prejuicios en las actitudes y prácticas
hacia determinadas formas corporales en el entorno escolar (Greenleaf y Weiller, 2005). Ambas
estrategias sugeridas implican el desarrollo de programas de intervención en las escuelas que
capaciten a los jóvenes para ser capaces de interpretar críticamente, e incluso resistir, la influencia
negativa de los medios de comunicación y otros agentes similares en su construcción cotidiana de
las representaciones sociales sobre el cuerpo.
Los programas escolares también podrían introducir estrategias que proporcionen una base más
amplia para que los adolescentes evalúen y comparen su propia autoestima. Se podría hacer
hincapié en otros aspectos del cuerpo además del peso y la forma corporal, como los ojos o el
pelo. Hay que hacer hincapié en los aspectos positivos de las características de la personalidad y
los logros académicos y de otro tipo, como el deporte u otras habilidades manuales. De este modo,
la forma y la imagen corporales pueden situarse en una perspectiva más amplia y equilibrada,
junto con otras características positivas de la persona en su conjunto.
Stenzel, Saha y Guareschi 629

Limitaciones del estudio


Algunos podrían argumentar que nuestro análisis se basó en un número relativamente pequeño de
grupos de discusión y participantes. Sin embargo, como hemos señalado antes, el número de
nuestros grupos de discusión es coherente con las recomendaciones de Morgan (1997) y Bloor y
sus colegas (2001), y es suficiente para alcanzar la "saturación". Además, creemos que los
procedimientos metodológicos que utilizamos y la profundidad de las entrevistas en sí compensan
cualquier preocupación sobre el número de grupos y participantes.
Una crítica habitual al uso de grupos de discusión es que los participantes a veces revelan lo que
creen que el investigador quiere oír. En este estudio, esta preocupación se minimizó por la forma
en que se llevaron a cabo las entrevistas de los grupos focales. Como ya se ha señalado, el
entrevistador no intervino en el debate hasta que se mencionó el tema clave del peso corporal. De
este modo, fueron los participantes quienes guiaron la dirección del discurso y no el entrevistador
(véase Morgan, 1997). (Véase Morgan, 1997.)
Una última preocupación de la investigación sobre la representación social es cómo dar cuenta de
las representaciones sociales de los propios investigadores y cómo éstas podrían contaminar el
análisis del discurso. En respuesta, argumentamos que la metodología sistemática y rigurosa que
utilizamos sirvió de barrera y protector entre las representaciones previas de los investigadores y
las construidas por los participantes.
En efecto, las limitaciones que hemos señalado anteriormente no son exclusivas de la
investigación sobre la representación social y son comunes a todas las investigaciones de esta
naturaleza. No obstante, hemos indicado nuestro reconocimiento de estas limitaciones y cómo
creemos haberlas superado.

INVESTIGACIONES FUTURAS
Futuras investigaciones deberán ampliar el alcance del presente estudio de varias maneras. En
primer lugar, este estudio debe repetirse con otros grupos de mujeres brasileñas, especialmente en
otras regiones y quizás con un rango de edad más amplio. En segundo lugar, la investigación
futura debe replicar esta metodología con otros grupos de mujeres en un contexto transcultural
para determinar si se construyen las mismas representaciones sociales. En tercer lugar, el estudio
debería realizarse con varones para determinar si sus propias representaciones construidas son
similares o diferentes de las de las mujeres. Por último, sería posible abordar el estudio de las
representaciones sociales relacionadas con el peso desde otras perspectivas teóricas, por ejemplo
la perspectiva ideológica, que incluiría un énfasis en el papel de los agentes de dominación
externos, como los medios de comunicación y la industria de la moda.
Al proseguir el estudio de las representaciones sociales relacionadas con el peso utilizando
diferentes grupos y diferentes perspectivas teóricas, no sólo se avanzará en nuestro conocimiento
del proceso de construcción social de las representaciones sociales, sino que también se ampliará
nuestro conocimiento del contenido relativo a las cuestiones corporales. La continuación de este
programa de investigación tiene ventajas tanto académicas como políticas.
Las funciones del grupo de iguales, que hace hincapié en los mensajes transmitidos por los medios
de comunicación, en particular a través de la publicidad televisiva, también merecen una mayor
investigación. Los crecientes niveles de permanencia en la escuela durante 12 o más años, y los
crecientes niveles de participación en universidades e institutos en un momento de la vida de los
jóvenes en el que adquieren conciencia y actividad sexual, sugieren que las representaciones
sociales del cuerpo, tal como se describen en este artículo, tienen lugar en las aulas y en los patios
de recreo de las instituciones educativas donde se concentra la juventud de hoy. En consecuencia,
las distintas instituciones educativas no sólo tienen la oportunidad de desarrollar entre los jóvenes
un enfoque crítico de estos mensajes mediáticos, sino que también parece probable que las
cuestiones planteadas en este artículo puedan ser un factor oculto que explique el éxito diferencial
en la escuela y la participación continuada en la educación.
630 Representaciones sociales del
A medida que la oferta y la participación educativas se amplían cuerpo
en los países en desarrollo, las
cuestiones relativas a la imagen corporal que se abordan en este artículo van más allá de las
sociedades occidentales. Estas cuestiones críticas emergentes relativas a la imagen corporal
afectan al crecimiento de la salud y a la sensación de bienestar entre los jóvenes. Además, como
quedó claro en nuestros hallazgos en este estudio brasileño, se percibe que afectan la futura
participación democrática en la vida comunitaria y la participación económica en la fuerza
laboral. Claramente, el estudio de las representaciones sociales del cuerpo entre los jóvenes, y sus
implicaciones para la educación, es un tema importante para la investigación continua en todas las
sociedades y culturas.

REFERENCIAS
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❖ IEJ

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