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Análisis delComportamiento humano

Doctorado en Ciencias de la Educación

Lemis Antonio Caceres Perez


Mdco18075/88150007

1.2 Ensayo
Unidad 2: Ensayo: “Familia, Sociedad y cultura como
determinantes del Individuo”

LUIS FELIPE ELSAHILI GONZALEZ


Mayo 25 de 2018
Familia Sociedad y cultura como determinantes del individuo

“Si los humanos practicasen entre sí la amistad,


No tendrían necesidad de La Justicia”
ARISTÓTELES

Introducción

Ochando (1983), expresa que “Las variantes genéticas determinan ciertos comportamientos en

el individuo”, pero a través del desarrollo de cada persona se van modificando las conductas a

partir de la influencia de la familia y su entorno, las relaciones sociales y los patrones culturales

que siga como modelo.

De esta manera se puede afirmar que la herencia aporta información muy importante para la

caracterización del ser humano, la cual influye y caracteriza su comportamiento en ciertas

circunstancias que se pueden llamar “situaciones límite” del indivíduo las cuales son expresadas

de manera instintiva y expontáneas, como la alegría expresada a través de una gran carcajada y

exaltación, como la rabia a través de un maltrato verval o un golpe contra una cosa o un

semejante o el miedo a través del de un grito o el llanto. Pero la genética no determina en sí el

comportamiento del individuo sino que este se va modificando con el desarrollo y madurez a

través de su vida familiar, social y cultural que lo acoge.

Desarrollo

De esta manera, “ la famila la sociedad y la cultura determinan al individuo como ser humano”.

Candamil (1998, p. 46) expresa que “ El hombre desde su nacimiento –inclusive desde su

gestación- está inmerso en un mundo de relaciones (familiares, sociales, culturales) que son las

que en últimas, determinan el curso de su pensamiento y conducta”.


¿Qué rol cumple el maestro dentro de las dimensiones (familia, sociedad y cultura) determinantes

del comportamiento del del individuo como estudiante?

La familia es la primera dimensión que conoce el individuo, la cual moldea su conducta y

comportamiento, pero la estructura y las funciones de la familia han cambiado a través del tiempo

y de las diferentes culturas, tanto que a finales del siglo pasado era común excuchar el adagio

popular que “los hijos son el reflejo de la familia”. Ahora en el siglo XXI este adagio muy poco

se podría aplicar teniendo en cuenta que la dimensión social está influenciando más aún que la

dimensión familiar en la caracterización del comportamiento del individuo.

Candamil (1998, p. 49) expresa que “La familia es la primera instancia de autoridad con la cual

se enfrenta el individuo. A través de múltiples medios (punitivos y gratificantes) los padres

inician al hijo en el aprendizaje de las normas morales de la sociedad.”

Teniendo en cuenta lo anteriormente expresado por Candamil Pineda, E. M., & Grajales S., G.

M., es claro que la familia es la dimensión determinante de la conducta y comportamiento del

individuo en sus inicios porque satisface todas sus necesidades básicas como el afecto, la

seguridad, la autoridad, las normas y los conocimientos para la supervivencia de tal manera que

como lo expresa Candamil (1998), “ el niño, conforme crece, va apropiándose de las normas de

manera tal, que despues de cierto período es capaz de controlar su conducta en forma autónoma,

sin la presencia necesaria de sus padres o de quienes ejerzan estas funciones dentro de la

familia”

A pesar de que sin familia no habría sociedad, pero tampoco habrían familias si no existiera una

sociedad ( burgiére y otros, 1988, p. 7), esta es la segunda dimensión en la cual se sumerge el

individuo después que la familia lo ha orientado para enfrentarla en todos los diferentes matices

que la constituyen, a partir de las relaciones sociales entre individuos de diferentes familias,
costumbres y culturas. A partir de la dimensión social se empieza a transformar el

comportamiento adquirido en el seno familiar, y es aquí el momento en el cual la escuela y el

maestro entran a cumplir un papel fundamental en el fortalecimiento y la formación de las

conductas y comportamientos que el niño ya ha adquirido a partir de los valores familiares para

alcanzar la transformación social como principio fundamental del proceso enseñanza-aprendizaje,

asi lo expresa Candamil (1998), “Este pequeño grupo de personas se encuentra a la vez inmerso

dentro de otro grupo aún más grande y que ejerce sobre el primero y por supuesto sobre cada

ser humano una gran influencia. Lo determina también debido a la organización con la cual

cuenta. Este gran grupo es, la sociedad.”

La escuela como institución de educación transformadora es hoy el lugar en el cual los maestros

somos un referente para la sociedad especialmente para cada uno de los estudiantes que tenemos

a cargo como discípulos pues perciben todo lo hacemos y decimos voluntaria o

involuntariamente porque el niño y/o adolescente que está bajo nuestra tutela tiene la

expectativa hacia modelos culturales, éticos, religiosos y en general sociales que desea seguir

porque por naturaleza a esta edad el individuo es extremadamente curioso y deseoso de explorar

el mundo y su entorno más cercano. De esta manera, los maestros somos un modelo a seguir en

ciertos momentos del desarrollo del niño desde el modo de vestirnos hasta el modo de

relacionarnos, de expresar nuestras emociones y e general de la manera como construimos un

ambiente de aula. Los maestros a partir de la investigación de aula observamos las diversas

formas de conducta y comportamientos que se producen entre los estudiantes y a partir de ellos

intervenimos para que sus conductas, comportamientos, pensamientos e ideales sean

autodirigidos hacia un estilo de vida con-vivencial en el cual se adapte a la cultura de la sociedad


en que vivimos. Candamil (1998),lo expresa claramente: “ Todo sujeto necesita pertenecer

siempre a algo, necesita referentes, patrones que lo delimiten. Esto se lo brinda la cultura.”

La relación maestro – alumno es casi tan antigua como la sociedad misma porque dicha relación

es necesaria para el aprendizaje de calquier conocimiento y para la formación y transformación

del carácter, los hábitos, los conocimientos y el comportamiento, o como lo expreso Carbajo

( 2004), citando al Fedón del filósofo antíguo Platón “hasta el pensamiento más solitario tiene la

forma de un dialógo”

El pensamiento crítico en los estudiantes no solo transforman conductas y comportamientos

heredados, adquiridos o aprendidos en el seno de la familia , la sociedad o la cultura sino que

constituye un referente fundamental dentro de la evolución del pensamiento y la cultura para la

construcción de un mundo mas humano en el cual la ciencia y la tecnología quede al servicio de

la construcción de relaciones humanas desde kas practicas de los valores que respeten la

naturaleza y los derechos de los demás a disfrutar y transformar el mundo que se le fue dado.

Conclusión

Como conclusión puedo afirmar que, nuestro rol de maestros se ha conviertido en un hito, en la

dimensión formativa, que determina el comportamiento del individuo y lo prepara para un mundo

en sociedad dentro del cual existen derechos y deberes como ciudadanos que compartimos un

mismo destino dentro de los pricipios de justicia, igualdad y equidad que hacen parte de las

normas que todos debemos cumplir como referente de convivencia social.

Aunque la educación determina el comportamiento del individuo, esta no sustituye de ninguna

manera el papel fundamental de la familia como determinadora de los comportamientos del ser

humano, pues constituye la primera relación formativa y de consanguinidad afectiva.


REFERENCIAS BIBLOGRAFICAS

Candamil, E. & Grajales, G. (1998). Curso Comportamiento humano.Universidad del valle. Cali.

Carbajo, F. (2004). La comunicación entre el profesor –tutor y los alumnos: Reflexionessobre la


tutoría en los centros estatales españoles. Estudios sobre educación. 129-142.

Ochando, M. Genes y comportamiento de género: azar o necesidad?. Departamento de


Genética. Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad Complutense. Madrid.

Usátegui, E. (2003). La educación en Durkheim ¿socialización versus conflicto? Revista


Complutense de Educación, 175-194.

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