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En esta emboscada, los miembros de los pelotones contraguerrilla sufrieron violación a los
Derechos Humanos (DH) e infracción al Derecho Internacional Humanitario (DIH), cuando
las FARC dieron de baja a 23 soldados y suboficiales que se encontraban heridos y fuera de
combate, en total estado de indefensión (Sentencia de la Corte Constitucional, ##, 2015.
Durante la emboscada el número de integrantes de las FARC duplicaban a los soldados y
suboficiales de los pelotones Texas 2 y Texas 3, asimismo existió un desequilibrio de
armamento y material de comunicación para resistir de forma efectiva el ataque, omitiendo
el principio de proporcionalidad del Comité Internacional de la Cruz Roja; del cual el
Ejército tenía conocimiento previo. El conocimiento de la presencia guerrillera en la zona
permitió ubicar a los pelotones contraguerrillas en posición defensiva para la protección de
la población civil del posible ataque terrorista (Sentencia de la Corte Constitucional, ##,
2015)
Las fuerzas militares no pudieron contar con refuerzos, dado que el mal tiempo impidió
(clima nublado) la aproximación de helicópteros de la Fuerza Aérea y de la Aviación del
Ejército; asimismo, las unidades más cercanas a la zona no lograron llegar a tiempo para
apoyarlos (Romero A, 2016), estas llegaron 6 horas después del ataque, aun cuando sus
superiores avisaron que un pelotón estaba muy cerca de su ubicación. Además, con
antelación se comunicó a la comandancia del Batallón de Artillería N 13, sobre el orden
público de la zona con radiogramas, quienes no atendieron el pedido de la tropa para que se
les diera el armamento y los elementos de comunicación necesarios para enfrentar la grave
amenaza de una avanzada guerrillera (Sentencia de la Corte Constitucional, ##, 2015) El
enfrentamiento dejó como resultado para las fuerzas militares 38 muertos y seis heridos, y
para la guerrilla otros 38 muertos (Romero A, 2016)
Por último, los dictámenes forenses fueron fundamentales para demostrar la violación de
los Derechos Humanos y vulneración del Derecho Internacional Humanitario; en los
protocolos de necropsia y peritajes de balística realizados a los cuerpos de los soldados y
suboficiales pertenecientes al pelotón Texas 2, indican que al menos 23 de ellos fueron
ejecutados por los subversivos cuando ya se encontraban heridos, dado que algunas de las
lesiones encontradas no concuerdan con un combate, sino que fueron causadas con arma de
fuego a una corta distancia, es decir, menos de 1,20 metros entre la boca del cañón del arma
y la región corporal impactada. En ocasiones la distancia fue menor a 60 y 30 centímetros y
algunas se produjeron con disparos realizados a contacto, como sugieren los fenómenos de
tatuaje y ahumamiento descubiertos en la inspección a los cuerpos (Sentencia , 2015).
OTROS SUCESOS
Para finales de los años 90, se registraron dos tomas de la avanzada guerrillera: la primera
se ejecutó el 8 de julio de 1996, donde 80 combatientes de las FARC-EP dotados con
fusiles, granadas y cohetes destruyeron las instalaciones de Telecom, la Caja Agraria y el
cuartel de la Policía Nacional, tras haberse reforzado e inaugurado apenas cuatro meses
atrás; y la segunda, se efectuó el 8 de Marzo 1997, cuando 150 guerrilleros de las FARC-
EP de los Frentes 51, 52 y 42 de la Compañía Joaquín Beltrán, entraron al municipio
equipados con fusil, granadas, cohetes, misiles y dinamita, atacando las instalaciones del
Club de Leones donde funcionaba provisionalmente el Comando de la Policía Nacional, al
igual que la sede de la Alcaldía y el Consejo Municipal (Romero A, 2016).
“El ataque guerrillero fue percibido por el pelotón Texas 2, cuyo comandante, el sargento
segundo Wilson Almeyda Arciniegas, se comunicó vía radio tanto con el capitán William
Augusto Trejos Manrique- comandante de la batería B de la que hacían parte ambos
pelotones y quien se encontraba con Texas 3- como con el teniente coronel Roberto Charry
Solano –comandante del Batallón de Artillería n.º 13- quienes le ordenaron brindar apoyo
al pelotón bajo ataque, razón por la cual organizó sus hombres en dos secciones, la
primera y más adelantada bajo el mando del sargento segundo Fernando Rincón Vergara,
mientras que la segunda era comandada por él. Ambas secciones del pelotón, con sus
hombres organizados en línea recta, comenzaron a bajar la loma buscando rodear al
enemigo, al cual abordaron y atacaron por la retaguardia. Aunque esta posición les dio
una ventaja inicial en el combate, éste se prolongó por varias horas debido a la llegada
continua de refuerzos de los subversivos fuertemente armados, que terminaron
superándolos ampliamente en número, los rodearon y atacaron incesantemente. Al no
tener posibilidades de repliegue y debido a la superioridad de los subversivos en número y
armamento, así como al agotamiento de munición de muchos soldados y suboficiales, el
pelotón fue masacrado, perdiendo la vida 31 de sus 34 integrantes, incluyendo al sargento
segundo Fernando Rincón Vergara. Por su parte, el pelotón Texas 3 logró sortear el
ataque de mejor forma, sus escuadras tuvieron mejores oportunidades de atrincherarse
para resistir, pudo replegarse de manera más efectiva, y la mayoría de sus hombres
sobrevivieron. Sin embargo, de forma desafortunada murieron 7 de sus integrantes,
mientras que otros 6 resultaron con heridas de gravedad.” (Sentencia , 2015)
Los Guerrilleros se dividieron en grupos de cuatro para atacar por los costados a la unidad
de contraguerrillas Texas 3, compuesta por un capitán y 60 soldados, los primero cuatro
soldados fueron masacrados, los guerrilleros captaron la base, en la refriega destruyeron los
cambuches y se apoderaron de los fusiles de los soldados. Los guerrilleros eran
comandados por Robles y alias zarco (El Espectador, 1999)
TESTIMONIO
Según el artículo del periódico de EL TIEMPO del año 2002, un joven testigo observo
cuando Romaña que iba al frente del grupo, seguido de otros 53 guerrilleros, llevaban en
fila a 24 soldados, que manifestaban en su rostros el horror, por lo que les decía Romaña,
que habían decidido aplicarles la pena de muerte por hijueputas. Un soldado se puso a llorar
y se arrodilló, y con las manos juntas pidió clemencia, pero le disparó en la cara. Así, uno a
uno, los soldados fueron heridos en las rodillas y luego rematados en la cabeza con tiros de
fusil. Una cruz blanca de tres metros es el único recuerdo que queda de la masacre de los
36 soldados de la compañía militar Texas 3. Cuatro de ellos se suicidaron antes de caer en
manos de las FARC, otros ocho murieron en el combate y 24 fueron fusilados en diferentes
partes del páramo (Bedoya J, 2002).
Bibliografía
Bedoya J. (12 de Julio de 2002). https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-
1312870. Obtenido de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1312870.
Romero A. (2016). LA MEMORIA DE LOS OLVIDADOS. CONFLICTO ARMADO EN EL
MUNICIPIO DE GUTIÉRREZ-CUNDINAMARCA (1990-2001). Universidad Javeriana ,
Bogota . Bogota: Tesis de grado. Recuperado el 22 de Agosto de 2018
Sentencia . (2015). Sentencia . Bogota: Corte Constitucional
Tribunal y sala que expide. (Fecha) Número de sentencia. [Nombre del Magistrado
Ponente]
La toma, comenzó con 415 guerrilleros de las FARC-EP de los frentes 14, 15, 32, 48, 49,
más el frente “Teófilo Forero” y un grupo de la “Guardia Especial” del bloque sur bajo
dirección de Ezequiel Huelgia Cruz, segundo cabecilla del bloque sur, contra 110 militares
entre ellos oficiales, suboficiales y soldados regulares de la compañía Córdoba orgánica del
Batallón de infantería de Selva N49. Previamente, las fuerzas militares se encontraban
desarrollando operaciones contra el narcotráfico donde las guerrilla ya estaba involucrada,
ubicada en el área del medio y bajo Caguán; logrando destruir cultivos, cocinas,
laboratorios, cristalizadoras y pistas clandestinas pertenecientes a este actor armado
(Ejército Nacional, Vigésima Brigada, 1997). Finalmente, la Toma terminaría arrojando
consecuencias funestas, por un lado, 27 soldados asesinados, 17 heridos y 60 uniformados
secuestrados, y por el otro, 12 guerrilleros dados de baja y 25 heridos. Asimismo, el
armamento que las FARC-EP utilizó en esta ofensiva incluía: 312 fusiles, 6 ametralladoras,
3 lanzagranadas, 3che, 60 lanzagranadas hechizadas de tatuco, 2 morteros de 60 mm, 18
rockets, 600 bombas, 183 granadas M-79, 160 de che 60, 56 morteros de 60 mm, 5
granadas anti tanquetas, 74 armas cortas, 14 radios HF, 3 cámaras” (Villamarin L, 1997).
Además, la situación de la Base Militar las Delicias para ese momento tenía una
particularidad de orden administrativo, ya que en ese momento la base recibió a la
compañía “C” comandada por el capitán Orlando Natalio Moza Gamboa, revelando la
campaña “A”. El capitán Mazo, dedicó su tiempo a realizar actividad de orden
administrativo, con el fin de verificar dotaciones, estado del material, actualizar listados de
personal, verificar cargos fiscales, reorganizar los pelotones y reparar el vestuario y el
equipo, pero no alcanzó en cuatro días a conocer a sus subalternos con quienes fue enviado
a combatir contra el enemigo, lo cual generaría desventajas en el enfrentamiento, y por
inexplicable error táctico de conducción de tropas en misiones de control del orden público,
de cual es principal responsable, no preparó ni ejecutó en forma minuciosa y continua el
plan de reacción y contraataque, en caso de ser sorprendido por el FARC (Villamarin L,
1997).
INFORME DE LA BRIGADA
De acuerdo con el informe inteligencia elaborado por la Vigésima Brigada del Ejército
“durante los cuatro días anteriores al ataque los soldados comandados por mazo
permanecieron en la base, ensayaron el plan de defensa sólo en una oportunidad, no
realizaron las respectivas descubiertas, ni tampoco desplazaron grupos de avanzada”. El
fracaso por parte de ese error producto la confianza mal concebida acerca de la capacidad
enemigas y la incredulidad ante un probable asalto; Las delicias era una base enclavada en
el corazón de la selva amazónica, en la que no sucedía nada extraordinario; las
informaciones acerca la presidencia farc eran esporádicas y se creía que todo el bloque sur
estaba en las marchas cocaleras (Villamarin L, 1997).
Al tener desconocimiento del ataque de las farc al Batallón de las Delicias la noche del 30
de Agosto de 1996, el capitán mazo ordenó a oficiales y suboficiales de evaluar el
desarrollo de las marchas cocaleras, observando las noticias de televisión, ya que intuía que
lo que sucedería en el Caquetá afectaría a su área de operaciones; por este motivo los
soldados están formados para la recogida, pero como algunos de ellos trabajan en la
recolección de la remesa aún no están completos en la formación, por ende no todos tenían
armamento en mano (Villamarin L, 1997).
El cabo Daniel Suárez iniciaba disgustar un plato con arroz, sardinas y plátano frito cuando
el atronador sonido que produjo la explosión de una Granada de mortero seguido por
ráfagas y más estadios interrumpieron la tranquilidad de la noche. Mientras sus compañeros
oficiales y suboficiales se encontraban viendo las noticias; sorprendidos y atónitos por la
explosión los soldados intentaron ocupar las posiciones de combate que previamente les
asignó el capital Mazo, pero no todos ocuparon los puestos previstos. Unos por error y
otros por el impacto de la sorpresa (Villamarin L, 1997).
Los únicos que tenían experiencia en combate era en el Capital Mazo y el Sargento Pérez,
en medio del caos los soldados que estaban desarmados echaron mano en la primer fusil
que encontraron, así inicio 17 horas del infernal combate, que se caracterizó por su
desigualdad de combate, tanto en armamento como de pie de fuerza. La orden operativo
elaborada por las farc, para cometer el asalto a las Delicias, previa a la distribución de los
grupos de asalto apoyados con el principio de las sorpresa, ya que el primer paso era
comenzar el combate eliminando las guardias y simultáneamente los demás grupos
avanzando a las trincheras y arrojando al mismo tiempo bombardeos y fuego de fusiles
contra el enemigo (Villamarin L, 1997).
Otro miembro de las farc orientaba el grupo de asaltantes que se aproximaba con sigilo
táctico por el sector del puesto número 6: diciendo, “póngale cuidado donde alumbra el
fuegonazo, allí hay chulos, concentren el fuego y Denles. Miren ahí como un valiente
guerrillero se aproxima quemar el guardia y a quemar el kiosco. Échenle más bombas al
kiosco allí es donde duermen los chulos. Mire, miren compañeros, Javier el negrito fue a
meterle Candel al rancho. Frases y acciones similares a estas caracterizaron las primeras
seis horas del desigual combate” (Villamarin L, 1997)
Ante el aterrador volumen de fuego, ocho de los centinelas soportaron el combate inicial
sin que sus compañeros aferrados al terreno pudieran llegar a las posiciones principales.
Dentro del batallón la confusión y el caos por las constantes bombardeos con granadas de
mortero impactaban las débiles instalaciones. El capitán Mazo se multiplico por donde
quiera para animar a sus hombres y para exigir disciplina ya que cada vez que sus hombres
gritaban, eran localizados por los guerrilleros, que inmediatamente disparaban sin cesar
sobre la posición ubicada (Villamarin L, 1997).
En la mañana llego apoyo aéreo, pero las ráfagas de la aeronave únicamente detuvieron por
un corto lapso de tiempo la ofensiva de las farc; pero por falta de medios de comunicación
y de posicionadores geográficos de dotación para las tropas comandadas por el capitán
Mazo, los soldados de las Delicias no pudieron informar a la tripulación del avión, las
coordenadas terrestres y la ubicación de los guerrilleros. En la mañana con la luz del día
vieron la realidad, observaron la base destruida, era un campo de batalla, había cadáveres
por todas partes, se escuchaban gemidos de los heridos y como todos estaban
comprometidos en el campo no había nadie que los atendiera. En la trinchera del Cabo
Nausil, cuando amaneció, hubo una calma de veinte minutos; pensaban que todo había
acabado, en ese momento tenían sed, hambre y era notable su falta de sueño, el cansancio y
los visibles signos de deshidratación. El Cabo vio venir a siete guerrilleros, posteriormente
tomo las últimas dos granadas de mano que tenía y su compañero con una señal convenida,
le aviso para lanzarlas, así matar a cuatro y herir a tres (Villamarin L, 1997).
Los guerrilleros los ubicaron y de inmediato concentraron fuego nutrido con granadas
hechizas que ellos denominan ch 60, este artefacto mató a 3 soldados, también fueron dos
arremetida salvajes con granadas de morteros de fusil y de mano, bombas de fabricación
casera y GML. Hacia las 6:30 mañana se comenzaron a retirar los guerrilleros, pero se
comunicaron con tiro fijo quien le hecho un Madrazo a Ronaldo y le dijo que dejara de ser
cobarde que la misión era tomarse la base así se muriera la mitad de los guerrilleros. Le
informaron que Pedro el jefe del 48 estaba muerto, Ronaldo se puso furioso y comunico
que habían muerto puros jefes, pero la orden seguir siendo la misma seguir no importara
muriera el que muriera (Villamarin L, 1997).
El capitán mazo llamó a los oficiales a las 9:30 de la mañana, les dio la orden de combatir
una hora más y que posterior a esta, que comenzarán a escapar pues era consciente de que
ya no tenían munición y ni pie de fuerza para seguir el combate, que los oficiales
comunicaran esto a los soldados. Que antes de escapar destruyeran los radios y dejo claro
que ninguno era cobarde, pero no podría permitir que los cogieran vivos. El capitán Mazo
les dijo, síganme quienes estén resueltos a morir o a vivir. La meta es tirarnos al río y salir
de este infierno para ir a buscar refuerzos y volver a combatir, no podemos mirir aquí como
ovejitas. Avanzó 15 metros, divisó al frente a dos guerrilleros que dispararon la
ametralladora M- 60 y no lo dejaban avanzar, él con la misma valentía que había
combatido toda la noche se puso de pie y cuando apuntaba su fusil contra el objetivo
observado, un franco terror guerrillero hizo blanco en la espalda el capitán Mazo. Su
desmoralizo totalmente al resto de la tropa, lo que llevo posteriormente a entregarse a la
Guerrilla (Villamarin L, 1997).
El desertado del frente 32 Yuder González , narra que después de que los militares se
entregarán la guerrilla hizo una revisión en la base y se llevaron todo el armamento que
quedaba, cada guerrillero cogió 3 fusiles, recibieron la orden de retirarse; hicieron una fila,
quedaron vivos 120 guerrilleros y se fueron con los 60 soldados secuestrados (Villamarin
L, 1997).
Los primeros 15 días los militares aguantaban física hambre, la comida era muy poca,
porque los guerrilleros no pensaban que iban a secuestrar tanta gente; el desayuno era
plátanos sancochado y jugo zoom, no había almuerzo y comida era una sopa horrible de
atún con galletas. Durante estos días no se combatieron los dientes y solo tres veces el
cuerpo, porque los secuestradores desconfiaban permanentemente de los militares. Al
tercer día las FARC repartieron mudas de ropa interior de hombre y mujeres a algunos
soldados que andaban en harapos, al teniente Torres le toco unos calzones de vieja y al
cabo Suarez unos calzoncillos de un muerto estaban untados de sangre (Villamarin L,
1997).
… por ejemplo el soldado herido Edison becerra quien tenía una grave herida en el pecho,
fue llevado por los mismos soldados en una hamaca; los caminos de la selva y la cantidad
de caños los soldados se resbalaban, lo que ocasionaba que soltaran al soldado herido.
Transportar heridos para los soldados era una tortura, en especial por las noches, por el
estado de los caminos y su debilidad física (Villamarin L, 1997).
Bibliografía
Ejército Nacional, Vigésima Brigada. (1997). Ejercito Nacional. Larandia: Ejercito Nacional.
Villamarin L. (1997). Drama, pesadilla y ... espectáculo. Bogotá : TM.
Descripción de los hechos en la Toma de Miraflores
Como resultado de esta Toma guerrillera, los miembros de la fuerza pública al ver que ya
no era posible continuar en el combate se entregaron para sobrevivir, a partir de ese
momento y durante el secuestro (que duró 3 años), los policías y militares fueron torturados
por sus captores; los amarraron con cabuyas de los brazos y cuellos a los árboles; les
echaban vidrios a las comidas de los soldados, eran obligados al encierro permanente en
cambuches donde solo se les permitía salir para hacer sus necesidades fisiológicas, sufrían
castigos los cuales consistían, entre otros, en despojarlos de la posibilidad de bañarse por
varios días o no se les podía suministraban los elementos de aseo personal (EL
ESPECTADOR , 2016). Estos tratos denigrantes afectaron psicológica y físicamente a los
uniformados, que en efecto también afligió a sus familiares, ya que por largos periodos de
tiempo no tuvieron pruebas de sobrevivencia (EL ESPECTADOR , 2016).
TESTIMONIO
Bibliografía