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Descripción de los hechos de la Toma de Gutiérrez; 8 de julio de 1999

El 8 de Julio de 1999 en el municipio de Gutiérrez, Cundinamarca, a las 4:30 de la mañana


aproximadamente, comenzó la emboscada por parte de las FARC-EP a los pelotones
contraguerrilla Texas 2 y Texas 3 del Batallón de Artillería Fernando Landazábal Reyes de
la Décima Brigada del Ejército Nacional. El lugar de la toma fue en el descenso del cerro El
Cedral en la vereda La Concepción a diez minutos del casco urbano del municipio de
Gutiérrez, donde las FARC-EP atacaron simultáneamente a los centinelas y a la patrulla
móvil que se encontraba haciendo un recorrido alrededor de la unidad por el sector
conocido como San Pedro y Palmichal, cerca al Cedral (Romero A, 2016). El ataque duró
alrededor de nueve horas, de 4:30 de la mañana aproximadamente hasta las 2 de la mañana.
En este tiempo aproximadamente 80 soldados y dos sargentos del Batallón de Artillería
Fernando Landazábal Reyes combatieron contra 500 guerrilleros. La ofensiva fue realizada
por guerrilleros de los frentes 51, 53, 54 y del Grupo Móvil Abelardo Romero, del Bloque
Oriental de las FARC-EP, dirigidos por Henry de Jesús Castellanos alias “Romaña”, Julio
Enrique Garzón Rico alias “Nelson Robles”, y por el guerrillero alias el “Zarco”” (Romero
A, 2016). El arsenal utilizado por las FARC-EP fueron rockets, granadas fusiles, granadas
de mortero, cilindros con dinamita y metralla. El pelotón contraguerrillas más afectado de
esta toma fue Texas 3, ya que la guerrilla generó estrategias para que el pelotón Texas 2 no
pudiera brindar el apoyo respectivo, por esa razón se encontraron superados en número a la
ofensiva guerrillera.

En esta emboscada, los miembros de los pelotones contraguerrilla sufrieron violación a los
Derechos Humanos (DH) e infracción al Derecho Internacional Humanitario (DIH), cuando
las FARC dieron de baja a 23 soldados y suboficiales que se encontraban heridos y fuera de
combate, en total estado de indefensión (Sentencia de la Corte Constitucional, ##, 2015.
Durante la emboscada el número de integrantes de las FARC duplicaban a los soldados y
suboficiales de los pelotones Texas 2 y Texas 3, asimismo existió un desequilibrio de
armamento y material de comunicación para resistir de forma efectiva el ataque, omitiendo
el principio de proporcionalidad del Comité Internacional de la Cruz Roja; del cual el
Ejército tenía conocimiento previo. El conocimiento de la presencia guerrillera en la zona
permitió ubicar a los pelotones contraguerrillas en posición defensiva para la protección de
la población civil del posible ataque terrorista (Sentencia de la Corte Constitucional, ##,
2015)

Las fuerzas militares no pudieron contar con refuerzos, dado que el mal tiempo impidió
(clima nublado) la aproximación de helicópteros de la Fuerza Aérea y de la Aviación del
Ejército; asimismo, las unidades más cercanas a la zona no lograron llegar a tiempo para
apoyarlos (Romero A, 2016), estas llegaron 6 horas después del ataque, aun cuando sus
superiores avisaron que un pelotón estaba muy cerca de su ubicación. Además, con
antelación se comunicó a la comandancia del Batallón de Artillería N 13, sobre el orden
público de la zona con radiogramas, quienes no atendieron el pedido de la tropa para que se
les diera el armamento y los elementos de comunicación necesarios para enfrentar la grave
amenaza de una avanzada guerrillera (Sentencia de la Corte Constitucional, ##, 2015) El
enfrentamiento dejó como resultado para las fuerzas militares 38 muertos y seis heridos, y
para la guerrilla otros 38 muertos (Romero A, 2016)
Por último, los dictámenes forenses fueron fundamentales para demostrar la violación de
los Derechos Humanos y vulneración del Derecho Internacional Humanitario; en los
protocolos de necropsia y peritajes de balística realizados a los cuerpos de los soldados y
suboficiales pertenecientes al pelotón Texas 2, indican que al menos 23 de ellos fueron
ejecutados por los subversivos cuando ya se encontraban heridos, dado que algunas de las
lesiones encontradas no concuerdan con un combate, sino que fueron causadas con arma de
fuego a una corta distancia, es decir, menos de 1,20 metros entre la boca del cañón del arma
y la región corporal impactada. En ocasiones la distancia fue menor a 60 y 30 centímetros y
algunas se produjeron con disparos realizados a contacto, como sugieren los fenómenos de
tatuaje y ahumamiento descubiertos en la inspección a los cuerpos (Sentencia , 2015).

OTROS SUCESOS

El municipio de Gutiérrez, Cundinamarca, aparte de la anterior toma, sufrió 3 ataques


anteriores a esta por parte de la guerrilla de las FARC-EP; la primera fue el 7 de noviembre
de 1991, cuyas fuerzas beligerantes eran de 50 militares contra 80 guerrilleros del frente
VII, estos últimos que armados con fusiles, granadas, cohetes y petardos atacaron la
Alcaldía, el Club de Leones, el puesto de salud, saquearon las oficinas de la Caja Agraria y
destruyeron el cuartel de Policía del municipio, al igual que algunas residencias donde
dormían los agentes de la Policía Nacional. Esta acción armada por las FARC-EP,
corresponde a la primera demostración de fuerza a gran escala dentro del municipio, que
tuvo eco en la totalidad de sus habitantes, que percibieron el poderío militar de este actor
armado.

Para finales de los años 90, se registraron dos tomas de la avanzada guerrillera: la primera
se ejecutó el 8 de julio de 1996, donde 80 combatientes de las FARC-EP dotados con
fusiles, granadas y cohetes destruyeron las instalaciones de Telecom, la Caja Agraria y el
cuartel de la Policía Nacional, tras haberse reforzado e inaugurado apenas cuatro meses
atrás; y la segunda, se efectuó el 8 de Marzo 1997, cuando 150 guerrilleros de las FARC-
EP de los Frentes 51, 52 y 42 de la Compañía Joaquín Beltrán, entraron al municipio
equipados con fusil, granadas, cohetes, misiles y dinamita, atacando las instalaciones del
Club de Leones donde funcionaba provisionalmente el Comando de la Policía Nacional, al
igual que la sede de la Alcaldía y el Consejo Municipal (Romero A, 2016).

“El ataque guerrillero fue percibido por el pelotón Texas 2, cuyo comandante, el sargento
segundo Wilson Almeyda Arciniegas, se comunicó vía radio tanto con el capitán William
Augusto Trejos Manrique- comandante de la batería B de la que hacían parte ambos
pelotones y quien se encontraba con Texas 3- como con el teniente coronel Roberto Charry
Solano –comandante del Batallón de Artillería n.º 13- quienes le ordenaron brindar apoyo
al pelotón bajo ataque, razón por la cual organizó sus hombres en dos secciones, la
primera y más adelantada bajo el mando del sargento segundo Fernando Rincón Vergara,
mientras que la segunda era comandada por él. Ambas secciones del pelotón, con sus
hombres organizados en línea recta, comenzaron a bajar la loma buscando rodear al
enemigo, al cual abordaron y atacaron por la retaguardia. Aunque esta posición les dio
una ventaja inicial en el combate, éste se prolongó por varias horas debido a la llegada
continua de refuerzos de los subversivos fuertemente armados, que terminaron
superándolos ampliamente en número, los rodearon y atacaron incesantemente. Al no
tener posibilidades de repliegue y debido a la superioridad de los subversivos en número y
armamento, así como al agotamiento de munición de muchos soldados y suboficiales, el
pelotón fue masacrado, perdiendo la vida 31 de sus 34 integrantes, incluyendo al sargento
segundo Fernando Rincón Vergara. Por su parte, el pelotón Texas 3 logró sortear el
ataque de mejor forma, sus escuadras tuvieron mejores oportunidades de atrincherarse
para resistir, pudo replegarse de manera más efectiva, y la mayoría de sus hombres
sobrevivieron. Sin embargo, de forma desafortunada murieron 7 de sus integrantes,
mientras que otros 6 resultaron con heridas de gravedad.” (Sentencia , 2015)

Los Guerrilleros se dividieron en grupos de cuatro para atacar por los costados a la unidad
de contraguerrillas Texas 3, compuesta por un capitán y 60 soldados, los primero cuatro
soldados fueron masacrados, los guerrilleros captaron la base, en la refriega destruyeron los
cambuches y se apoderaron de los fusiles de los soldados. Los guerrilleros eran
comandados por Robles y alias zarco (El Espectador, 1999)

TESTIMONIO
Según el artículo del periódico de EL TIEMPO del año 2002, un joven testigo observo
cuando Romaña que iba al frente del grupo, seguido de otros 53 guerrilleros, llevaban en
fila a 24 soldados, que manifestaban en su rostros el horror, por lo que les decía Romaña,
que habían decidido aplicarles la pena de muerte por hijueputas. Un soldado se puso a llorar
y se arrodilló, y con las manos juntas pidió clemencia, pero le disparó en la cara. Así, uno a
uno, los soldados fueron heridos en las rodillas y luego rematados en la cabeza con tiros de
fusil. Una cruz blanca de tres metros es el único recuerdo que queda de la masacre de los
36 soldados de la compañía militar Texas 3. Cuatro de ellos se suicidaron antes de caer en
manos de las FARC, otros ocho murieron en el combate y 24 fueron fusilados en diferentes
partes del páramo (Bedoya J, 2002).

Bibliografía
Bedoya J. (12 de Julio de 2002). https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-
1312870. Obtenido de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1312870.
Romero A. (2016). LA MEMORIA DE LOS OLVIDADOS. CONFLICTO ARMADO EN EL
MUNICIPIO DE GUTIÉRREZ-CUNDINAMARCA (1990-2001). Universidad Javeriana ,
Bogota . Bogota: Tesis de grado. Recuperado el 22 de Agosto de 2018
Sentencia . (2015). Sentencia . Bogota: Corte Constitucional
Tribunal y sala que expide. (Fecha) Número de sentencia. [Nombre del Magistrado
Ponente]

El Espectador. (9 de Julio de 1999). Guerra en el sumapaz. Gutierrez bajo el fuego. El


espectador.
Descripción de los hechos de la Toma de Dabeiba; 18 de octubre de 1998
E
Descripción de los hechos de la Toma de las Delicias

La toma de la base militar las Delicias, duró aproximadamente 17 horas, y comenzó en la


noche del 30 de agosto y terminó en la mañana del 31 de Agosto de 1996. Esta toma estaba
predeterminada por el bloque sur de las FARC-EP y ordenada por Tirofijo. Para este actor
armado el Putumayo, y en particular el Caguán era una retaguardia financiera, logística y de
formación política que giraba alrededor del narcotráfico, en las áreas de injerencia de los
bloques sur y oriente de las FARC-EP; la creación de retaguardias fueron establecidas
como estrategia en la VII conferencia de 1982 y ampliada en 1993 con Jacobo Arenas
(Villamarin L, 1997). La toma guerrillera fue autodenominado por este grupo como Plan
Operativo Arturo Medina, según Juaquin Gómez, durante la entrega de los secuestrados, se
comentó que esta toma ofensiva fue planeada para cobrar venganza de la muerte de Medina
y por el fracaso estratégico de llevar las marchas cocaleras a la capital del Caquetá.

La toma, comenzó con 415 guerrilleros de las FARC-EP de los frentes 14, 15, 32, 48, 49,
más el frente “Teófilo Forero” y un grupo de la “Guardia Especial” del bloque sur bajo
dirección de Ezequiel Huelgia Cruz, segundo cabecilla del bloque sur, contra 110 militares
entre ellos oficiales, suboficiales y soldados regulares de la compañía Córdoba orgánica del
Batallón de infantería de Selva N49. Previamente, las fuerzas militares se encontraban
desarrollando operaciones contra el narcotráfico donde las guerrilla ya estaba involucrada,
ubicada en el área del medio y bajo Caguán; logrando destruir cultivos, cocinas,
laboratorios, cristalizadoras y pistas clandestinas pertenecientes a este actor armado
(Ejército Nacional, Vigésima Brigada, 1997). Finalmente, la Toma terminaría arrojando
consecuencias funestas, por un lado, 27 soldados asesinados, 17 heridos y 60 uniformados
secuestrados, y por el otro, 12 guerrilleros dados de baja y 25 heridos. Asimismo, el
armamento que las FARC-EP utilizó en esta ofensiva incluía: 312 fusiles, 6 ametralladoras,
3 lanzagranadas, 3che, 60 lanzagranadas hechizadas de tatuco, 2 morteros de 60 mm, 18
rockets, 600 bombas, 183 granadas M-79, 160 de che 60, 56 morteros de 60 mm, 5
granadas anti tanquetas, 74 armas cortas, 14 radios HF, 3 cámaras” (Villamarin L, 1997).

La ofensiva guerrillera tuvo una preparación, planeación y ejecución de mucha rigurosidad


táctica, ya que el bloque sur de las FARC-EP, desarrolló una prolongada labor de
inteligencia para completar la información atendiendo a las fortalezas, debilidades, rutinas,
configuración topográfica, vías de escape y demás datos de interés militar, relacionado con
la base de las Delicias (Villamarin L, 1997). En total fueron ocho meses de inteligencia,
donde se construyó una maqueta réplica de la base militar de las Delicias en el interior de la
selva, con igual número de centinelas y ubicación de los puestos, en especial el de
comunicación y trincheras y área general de la base (Ejército Nacional, Vigésima Brigada,
1997)

Además, la situación de la Base Militar las Delicias para ese momento tenía una
particularidad de orden administrativo, ya que en ese momento la base recibió a la
compañía “C” comandada por el capitán Orlando Natalio Moza Gamboa, revelando la
campaña “A”. El capitán Mazo, dedicó su tiempo a realizar actividad de orden
administrativo, con el fin de verificar dotaciones, estado del material, actualizar listados de
personal, verificar cargos fiscales, reorganizar los pelotones y reparar el vestuario y el
equipo, pero no alcanzó en cuatro días a conocer a sus subalternos con quienes fue enviado
a combatir contra el enemigo, lo cual generaría desventajas en el enfrentamiento, y por
inexplicable error táctico de conducción de tropas en misiones de control del orden público,
de cual es principal responsable, no preparó ni ejecutó en forma minuciosa y continua el
plan de reacción y contraataque, en caso de ser sorprendido por el FARC (Villamarin L,
1997).

Finalmente, la guerrilla de las FARC-EP secuestraron a 1 oficial, 6 suboficiales y 53


soldados, y desde ese momento comenzó el secuestro, el cual trajo graves consecuencias
físicas y psicológicas para cada uno de los uniformados. Para llevarlos de la base militar de
las Delicias hasta el interior de la selva, caminaron cuatros horas acompañados de hambre,
sed, sueño y del martirio psicológico por la incertidumbre de su vidas, en especial los
suboficiales y el oficial. Mientras iban caminando los secuestrados escucharon las ráfagas y
el estallido del lanzacohetes disparado contra las unidades de apoyo fluvial, que fueron
heridos cuatro infantes de marina (Villamarin L, 1997). Los militares fueron sometidos a
largas caminatas en las cuales no se les proporcionaba alimentos, ni un lugar digno donde
pudieran descansar, ni asistencia médica (Ejército Nacional, Vigésima Brigada, 1997)
Hasta el último momento del secuestro, los militares se encontraban intimidados, pues al ya
estar establecidas las condiciones para su liberación, las FARC advirtieron y amenazaron a
los militares que debían cuidar sus narrativas presentadas frente a los medios de
comunicación, personal militar, fiscalía o cualquier persona o institución que los
interrogara, ya que ellos estarían atentos a sus declaraciones (Ejército Nacional, Vigésima
Brigada, 1997).

INFORME DE LA BRIGADA

De acuerdo con el informe inteligencia elaborado por la Vigésima Brigada del Ejército
“durante los cuatro días anteriores al ataque los soldados comandados por mazo
permanecieron en la base, ensayaron el plan de defensa sólo en una oportunidad, no
realizaron las respectivas descubiertas, ni tampoco desplazaron grupos de avanzada”. El
fracaso por parte de ese error producto la confianza mal concebida acerca de la capacidad
enemigas y la incredulidad ante un probable asalto; Las delicias era una base enclavada en
el corazón de la selva amazónica, en la que no sucedía nada extraordinario; las
informaciones acerca la presidencia farc eran esporádicas y se creía que todo el bloque sur
estaba en las marchas cocaleras (Villamarin L, 1997).

Al tener desconocimiento del ataque de las farc al Batallón de las Delicias la noche del 30
de Agosto de 1996, el capitán mazo ordenó a oficiales y suboficiales de evaluar el
desarrollo de las marchas cocaleras, observando las noticias de televisión, ya que intuía que
lo que sucedería en el Caquetá afectaría a su área de operaciones; por este motivo los
soldados están formados para la recogida, pero como algunos de ellos trabajan en la
recolección de la remesa aún no están completos en la formación, por ende no todos tenían
armamento en mano (Villamarin L, 1997).
El cabo Daniel Suárez iniciaba disgustar un plato con arroz, sardinas y plátano frito cuando
el atronador sonido que produjo la explosión de una Granada de mortero seguido por
ráfagas y más estadios interrumpieron la tranquilidad de la noche. Mientras sus compañeros
oficiales y suboficiales se encontraban viendo las noticias; sorprendidos y atónitos por la
explosión los soldados intentaron ocupar las posiciones de combate que previamente les
asignó el capital Mazo, pero no todos ocuparon los puestos previstos. Unos por error y
otros por el impacto de la sorpresa (Villamarin L, 1997).

Los únicos que tenían experiencia en combate era en el Capital Mazo y el Sargento Pérez,
en medio del caos los soldados que estaban desarmados echaron mano en la primer fusil
que encontraron, así inicio 17 horas del infernal combate, que se caracterizó por su
desigualdad de combate, tanto en armamento como de pie de fuerza. La orden operativo
elaborada por las farc, para cometer el asalto a las Delicias, previa a la distribución de los
grupos de asalto apoyados con el principio de las sorpresa, ya que el primer paso era
comenzar el combate eliminando las guardias y simultáneamente los demás grupos
avanzando a las trincheras y arrojando al mismo tiempo bombardeos y fuego de fusiles
contra el enemigo (Villamarin L, 1997).

El reinsertado de la guerrilla, del frente 42 Alexander Gonzales narra el comienzo de la


emboscada, “ según el plan dos compañeros eran los encargados de matar los cinco
guardias de la base. Nos arribábamos a 50 metros y luego de que ellos mataran a los
centinelas los metíamos a la trinchera. Pero esto fallo porque muchos compañeros hacían
bulla, se tropezaban entre ellos; un guardia nos descubrió. Eran las 7:20 de la noche, el
guardia empezó a gritar y a pedir refuerzos. Yo avance hacia la trinchero. El guardia que
me descubrió se murió. La confusión fue grande por que los soldados empezaron a
disparara y muchos guerrilleros salieron a correr, pero los jefes os devolvían y les decían
cobardes peleen. Entonces nosotros quedábamos a la orilla de la trinchera, ósea ellos
adentro y nosotros afuera. Los guardias que respondieron se murieron porque nosotros
llevábamos bombas y apunta de explosiones los quitábamos del camino, y a medida que
íbamos avanzando le prendíamos fuego a todo (Villamarin L, 1997).

El teniente torres narra el comienzo de la emboscada, “la televisión acababa de presentar el


minuto de Dios. El teniente Rodríguez presencia la formación. Mi capitán Mazo se alistaba
para ver el noticiero y luego hacer comunicación radial con el batallón. El soldado ranchero
me sirvió la comida. Sonó una terrible explosión y acto seguido se desencadenó una
demencial tormenta de grandas, de mortero, bombas, fuego de ametralladora y fusiles,
durante tres o dos minutos no sabíamos que hacer. Recuerdo que me tire al piso y me
deslice a una trinchera” (Villamarin L, 1997).

Otro miembro de las farc orientaba el grupo de asaltantes que se aproximaba con sigilo
táctico por el sector del puesto número 6: diciendo, “póngale cuidado donde alumbra el
fuegonazo, allí hay chulos, concentren el fuego y Denles. Miren ahí como un valiente
guerrillero se aproxima quemar el guardia y a quemar el kiosco. Échenle más bombas al
kiosco allí es donde duermen los chulos. Mire, miren compañeros, Javier el negrito fue a
meterle Candel al rancho. Frases y acciones similares a estas caracterizaron las primeras
seis horas del desigual combate” (Villamarin L, 1997)
Ante el aterrador volumen de fuego, ocho de los centinelas soportaron el combate inicial
sin que sus compañeros aferrados al terreno pudieran llegar a las posiciones principales.
Dentro del batallón la confusión y el caos por las constantes bombardeos con granadas de
mortero impactaban las débiles instalaciones. El capitán Mazo se multiplico por donde
quiera para animar a sus hombres y para exigir disciplina ya que cada vez que sus hombres
gritaban, eran localizados por los guerrilleros, que inmediatamente disparaban sin cesar
sobre la posición ubicada (Villamarin L, 1997).

Los guerrilleros tiraban bombas de fabricación casera a base de gasolina, bombas


incendiarias contra los kioscos y por la oscuridad de la noche no era fácil localizarlos, y el
clima también jugaba en su contra, llovía lo cual también dificultaba las comunicaciones
con el batallón de la Tagua. No tenían radios para comunicación interna y esto ocasiono
que los guerrilleros que conocieran de las estrategias ya que los escuchaban. Por la lluvia se
creo lodo en las trincheras y barro lo cual hizo que el armamento se trabara por el barro
que recogían cuando los militares se arrastraban, ellos no podían enviar algún compañera
cambuche donde se encontraba el aceite o un cordel y un trapo para limpiar el armamento,
por el infernal volumen del fuego; lo que hicieron fue, desarmarlos, limpiarlos los
camisetas, luego con saliva y luego con sus propios orines. Mientras en el mismo espacio
escuchaban a sus compañeros rogándoles que no los dejaran morir, lamentablemente la
mayoría murieron desangrados (Villamarin L, 1997).

En la mañana llego apoyo aéreo, pero las ráfagas de la aeronave únicamente detuvieron por
un corto lapso de tiempo la ofensiva de las farc; pero por falta de medios de comunicación
y de posicionadores geográficos de dotación para las tropas comandadas por el capitán
Mazo, los soldados de las Delicias no pudieron informar a la tripulación del avión, las
coordenadas terrestres y la ubicación de los guerrilleros. En la mañana con la luz del día
vieron la realidad, observaron la base destruida, era un campo de batalla, había cadáveres
por todas partes, se escuchaban gemidos de los heridos y como todos estaban
comprometidos en el campo no había nadie que los atendiera. En la trinchera del Cabo
Nausil, cuando amaneció, hubo una calma de veinte minutos; pensaban que todo había
acabado, en ese momento tenían sed, hambre y era notable su falta de sueño, el cansancio y
los visibles signos de deshidratación. El Cabo vio venir a siete guerrilleros, posteriormente
tomo las últimas dos granadas de mano que tenía y su compañero con una señal convenida,
le aviso para lanzarlas, así matar a cuatro y herir a tres (Villamarin L, 1997).

Los guerrilleros los ubicaron y de inmediato concentraron fuego nutrido con granadas
hechizas que ellos denominan ch 60, este artefacto mató a 3 soldados, también fueron dos
arremetida salvajes con granadas de morteros de fusil y de mano, bombas de fabricación
casera y GML. Hacia las 6:30 mañana se comenzaron a retirar los guerrilleros, pero se
comunicaron con tiro fijo quien le hecho un Madrazo a Ronaldo y le dijo que dejara de ser
cobarde que la misión era tomarse la base así se muriera la mitad de los guerrilleros. Le
informaron que Pedro el jefe del 48 estaba muerto, Ronaldo se puso furioso y comunico
que habían muerto puros jefes, pero la orden seguir siendo la misma seguir no importara
muriera el que muriera (Villamarin L, 1997).

El capitán mazo llamó a los oficiales a las 9:30 de la mañana, les dio la orden de combatir
una hora más y que posterior a esta, que comenzarán a escapar pues era consciente de que
ya no tenían munición y ni pie de fuerza para seguir el combate, que los oficiales
comunicaran esto a los soldados. Que antes de escapar destruyeran los radios y dejo claro
que ninguno era cobarde, pero no podría permitir que los cogieran vivos. El capitán Mazo
les dijo, síganme quienes estén resueltos a morir o a vivir. La meta es tirarnos al río y salir
de este infierno para ir a buscar refuerzos y volver a combatir, no podemos mirir aquí como
ovejitas. Avanzó 15 metros, divisó al frente a dos guerrilleros que dispararon la
ametralladora M- 60 y no lo dejaban avanzar, él con la misma valentía que había
combatido toda la noche se puso de pie y cuando apuntaba su fusil contra el objetivo
observado, un franco terror guerrillero hizo blanco en la espalda el capitán Mazo. Su
desmoralizo totalmente al resto de la tropa, lo que llevo posteriormente a entregarse a la
Guerrilla (Villamarin L, 1997).

El desertado del frente 32 Yuder González , narra que después de que los militares se
entregarán la guerrilla hizo una revisión en la base y se llevaron todo el armamento que
quedaba, cada guerrillero cogió 3 fusiles, recibieron la orden de retirarse; hicieron una fila,
quedaron vivos 120 guerrilleros y se fueron con los 60 soldados secuestrados (Villamarin
L, 1997).

CONDICIÓN DE LOS SECUESTRADOS

Los primeros 15 días los militares aguantaban física hambre, la comida era muy poca,
porque los guerrilleros no pensaban que iban a secuestrar tanta gente; el desayuno era
plátanos sancochado y jugo zoom, no había almuerzo y comida era una sopa horrible de
atún con galletas. Durante estos días no se combatieron los dientes y solo tres veces el
cuerpo, porque los secuestradores desconfiaban permanentemente de los militares. Al
tercer día las FARC repartieron mudas de ropa interior de hombre y mujeres a algunos
soldados que andaban en harapos, al teniente Torres le toco unos calzones de vieja y al
cabo Suarez unos calzoncillos de un muerto estaban untados de sangre (Villamarin L,
1997).

… por ejemplo el soldado herido Edison becerra quien tenía una grave herida en el pecho,
fue llevado por los mismos soldados en una hamaca; los caminos de la selva y la cantidad
de caños los soldados se resbalaban, lo que ocasionaba que soltaran al soldado herido.
Transportar heridos para los soldados era una tortura, en especial por las noches, por el
estado de los caminos y su debilidad física (Villamarin L, 1997).

Los militares secuestrados estaban en los primeros días incomunicados y desinformados


del mundo exterior, no se permitía a ningún medio de comunicación, para poder tergiversar
la información y acomodarla según Asus objetivos, y así aprovechar el desconcierto, el
miedo, y demás sentimientos surgidos por el secuestro, de esta manera bajaban su moral.
También las FARC los amenazaron de matarlos si intentaban escapar, lo cual muchos de
ellos desistieron de esta posibilidad (Ejército Nacional, Vigésima Brigada, 1997).

Bibliografía
Ejército Nacional, Vigésima Brigada. (1997). Ejercito Nacional. Larandia: Ejercito Nacional.
Villamarin L. (1997). Drama, pesadilla y ... espectáculo. Bogotá : TM.
Descripción de los hechos en la Toma de Miraflores

El lunes 3 y martes 4 de agosto de 1998 el Batallón de Infantería No. 19 General Joaquín


París, ubicado en el municipio de Miraflores, Guaviare, fue objeto de una de las mayores
ofensivas por parte de la guerrilla de las FARC-EP. Esta comenzó a la 10 de la noche del
lunes 3 y tuvo una duración de alrededor de 20 horas, téngase en cuenta que las fuerzas
militares contaban con 120 uniformados del ejército que defendían la guarnición, quienes
tuvieron que enfrentar a un grupo de aproximadamente 500 guerrilleros del bloque oriental,
el cual tenía como propósito tomarse el centro de la Policía Antidrogas, considerado como
uno de los principales derroteros de la lucha antidrogas del país (Ortiz M , 2019). Según
fuentes periodísticas, el enfrentamiento que duró más de 20 horas, dejó como resultado a 9
muertos, 10 heridos, 22 desaparecidos para las fuerzas militares (EL ESPECTADOR ,
2008), además de 75 militares y 54 policías secuestrados por ese actor armado (EL
ESPECTADOR , 2012). En el momento del enfrentamiento con la guerrilla, la fuerza
pública pidió refuerzos a la Fuerza Aérea para mitigar la ofensiva correspondiente, sin
embargo, el mal tiempo climático impidió que los aviones pudieran llegar al área y el apoyo
tuvo que desplazarse por tierra, lo que retrasó su arribo a la zona. Durante el combate los
soldados quedaron atrapados en la base, no podían salir porque afuera los guerrilleros
usarían todo su arsenal para eliminar cualquier uniformado, disparaban contra las mallas y
los muros de la base, que temblaban y resquebrajaban cada vez que estallaba un cilindro
bomba, generando que el polvo y la tierra se levantara en ese momento nublándoles la vista
(Ortiz M , 2019).
Paralelamente a la resistencia de los uniformados que se encontraban en el interior de la
base, a los impactos y temblores que causaban los cilindros se sumaron los de las cargas
explosivas que desde el aire lanzaban aviones de la Fuerza Aérea, que llegaron a apoyar a
los soldados y policías (Ortiz M , 2019).

Algunos de los sobrevivientes narran sus condiciones de vida durante el enfrentamiento:


hacia las 5 de la tarde el martes 4 de agosto, cuando todavía continuaba el cruce de fuego,
el sargento que los estaba comandando les dio la orden de detenerse. Enseguida comenta:
rendirnos no fue un acto de cobardía, la decisión de mi sargento nos salvó la vida; si no,
hubiera sido una masacre”, detalla Wilson, soldado sobreviviente y secuestrado. Antes de
salir con los brazos arriba, como se ve en videos que grabaron los guerrilleros de esta
toma, la compañía de soldados destruyó el armamento que les quedaba para que las FARC
no se quedaran con él; luego de eso comenzó un calvario peor que las horas que había
acabado de vivir” (Ortiz M , 2019).

Finalmente, al quedar ubicada la unidad antinarcóticos en la calle principal del municipio,


la población civil se vio seriamente afectada por los combates, pues los guerrilleros, que
habían rodeado el pueblo desde las 8 de la noche, hostigaron y destruyeron el 50% de la
estación de policía y se tomaron una base de la Armada ubicada en la zona (EL
ESPECTADOR , 2008).

Como resultado de esta Toma guerrillera, los miembros de la fuerza pública al ver que ya
no era posible continuar en el combate se entregaron para sobrevivir, a partir de ese
momento y durante el secuestro (que duró 3 años), los policías y militares fueron torturados
por sus captores; los amarraron con cabuyas de los brazos y cuellos a los árboles; les
echaban vidrios a las comidas de los soldados, eran obligados al encierro permanente en
cambuches donde solo se les permitía salir para hacer sus necesidades fisiológicas, sufrían
castigos los cuales consistían, entre otros, en despojarlos de la posibilidad de bañarse por
varios días o no se les podía suministraban los elementos de aseo personal (EL
ESPECTADOR , 2016). Estos tratos denigrantes afectaron psicológica y físicamente a los
uniformados, que en efecto también afligió a sus familiares, ya que por largos periodos de
tiempo no tuvieron pruebas de sobrevivencia (EL ESPECTADOR , 2016).

TESTIMONIO

En la sentencia 2000-20274 de abril 11 de 2016, el l Patrullero Carlos Andrés Castillo


Gallego, relató lo que vivió en la toma de la Base de Miraflores por parte de la guerrilla:
“(...) En esos momento salió un señor de una tienda un civil, salió de una tienda, se veía
pasar y hacía movimientos extraños cuando de pronto nos empezaron a pistoliar (sic) del
lado de la casa de donde él vivía como a treinta metros de la base, le dije a mi capitán que
ese civil que salió de la tienda nos estaba disparando, nos dio la orden que lo diéramos de
baja, cuando escuchamos de nuevo los disparos abrimos fuego hacia la casa y no sé si cayó
o está vivo todavía. Mi capitán al ver que estaba avanzando mucho la guerrilla, se
comunicaba con gerencia para pedir el apoyo, nos decían que ya va, que ya va: Mi capitán
nos decía que tranquilos que en media hora llegaba el apoyo, cuando empezaron a caer los
compañeros todos tuvimos un dispositivo de reacción, se vieron venir dos cilindros al lado
de la trinchera del lado derecho, nos movimos al mortero de 81 y el mortero no nos
respondió, intentamos varias veces pero era imposibles responderles con esas granadas
porque no servía ese mortero. Entonces uno de los policías vino con una M-60 a apoyarnos
por la parte de atrás de la base, cuando nos empezaron a tirar tatucos, tipo 3 de la tarde del
martes se volvió a tener contacto de radio para pedir el apoyo y nos dijeron que a las cuatro
y media estaban ahí cuando ya los guerrilleros se nos metieron a la base, abrimos fuego
hacia todos los lados mi capitán como cinco soldados y seis policías nos metimos en un
caño al lado derecho en la esquina de la base, colocamos cinco hombres para que nos
cuidaran la espalda mientras nosotros cubríamos el frente, me arrastré al llegar al túnel
subterráneo que teníamos dentro de la base y me di cuenta que estaban llevándose, a los
policías, y a soldados secuestrados, fui y le dije a mi capitán, los cogieron, los guerrilleros a
los lanzas y a los primos, mi capitán nos dijo no nos dejemos coger vamos a morir hasta el
final cuando nos empezaron a gritar los guerrilleros del frente y por atrás que nos
entregáramos o si no nos mataban. El Cabo HERNÁNDEZ, se levantó con el soldado
APONTE, les gritó si nos quieren coger, vengan por nosotros, entonces el soldado
SÁNCHEZ cogió un fusil de la Policía y el que tenía él se levantó y alzó las manos, en ese
momento se le vinieron como cuatro guerrilleros y él les empezó a dar plomo, mató como
dos guerrilleros y lo hirieron, nos amontonaron, hicimos un hecho (sic) por debajo de la
malla para poder escapar, pero por todos los lados nos daban fuego, cuando mataron la
barrera que nos cubría la espalda fuimos hacia el mortero de 60 y nos sacó a volar un
tatuco. Hirieron a mi capitán, a mí me hirieron y a mi cabo HERNANDES (sic) con las
esquirlas del tatuco, cuando fuimos a reaccionar de nuevo, ya estaban encima de nosotros,
había una cuchilla de afeitar dentro del caño y yo se la pasé a mi capitán, en esa reacción se
quitó el bigote ahí nos encañonaron que quienes eran los comandantes y dijimos que nos
habían matado a todos los comandantes, que éramos sólo soldados, nos sacaron por la parte
de atrás de la base, nos hicieron caminar 300 metros, nos pasaron por una casa y nos
hicieron tender boca abajo uno de los comandantes de la guerrilla nos gritó que nos
levantáramos rápido, que nos iban a llevar para el dispensario, andamos cinco minutos con
heridos cuando se vieron venir los helicópteros y los aviones, pero ya era demasiado tarde,
estábamos en manos de las FARC, llegamos al dispensario, habían hatos soldados y
policías heridos, nos atendieron los enfermeros como hasta las diez de la noche estuvo con
nosotros la guerrilla se fueron y a las diez y media aproximadamente volvieron a pasarnos
revista, para llevarnos a los que ya estuvieran bien y pudieran caminar, entonces los
médicos nos dijeron que iban por nosotros nos hicimos los graves y se fueron, el miércoles
como a las once o doce del día llegó la Cruz Roja llegaron los guerrilleros de civil mujeres
y hombres habían entre treinta y cuarenta con varios carros JEEP frente a la base entonces
los enfermeros, nos dijeron que habían rumores que el comandante de la base estaba vivo,
que eso decían los guerrilleros cuando nosotros les dijimos a los doctores que nos ayudaran
a mi capitán Rubio le vendaron la cabeza llenándolo de sangre y vendado el pecho logró
salir hacia la avioneta, después vinieron los de la cruz roja y los enfermeros, sacaron a dos
policías y a mí me tenían los guerrilleros y me preguntaban que si yo era comandante y les
dije que era un soldado, y me dijeron que por que prestaba servicio que no me hiciera matar
por un papel y yo estaba vendado que los médicos me habían ayudado también y me
colocaron un suero para poderlos despistar, y logré así llegar a la avioneta, después de que
estábamos en la avioneta, todos nos miramos con los policías, y lloramos de la felicidad en
la avioneta venían tres policías, Mi Capitán y yo. Lloramos de la felicidad” (fls. 146-148, c.
1 proceso penal Exp. 36079) (Consejo de Estado , 2016).

Bibliografía

Consejo de Estado . (2016). Sentencia 2000-20274 de abril 11 de 2016. Bogota : Consejo de


Estado.
EL ESPECTADOR . (19 de Julio de 2008). ASÌ FUE LA TOMA DE LA BASE DE
MIRAFLORES. EL ESPECTADOR , págs.
https://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo-asi-fue-toma-de-base-de-
miraflores.
EL ESPECTADOR . (16 de Julio de 2012). Cúpula de las Farc condenada a 40 años por toma de
Miraflores . EL ESPECTADOR , págs.
https://www.elespectador.com/noticias/judicial/cupula-de-farc-condenada-40-anos-toma-
de-miraflores-articulo-360249.
EL ESPECTADOR . (2 de Mayo de 2016). MINIDEFENSA DEBERÀPEDIR PERDÒN
PÙBLICO A LAS VÌCTIMASDE LA TOMA DE MIRAFLORES. GUAVIARE. EL
ESPECTADOR, págs. -https://www.elespectador.com/noticias/judicial/mindefensa-debera-
pedir-perdon-publico-victimas-de-toma-articulo-630221.
Ortiz M . (02 de Agosto de 2019). En la guerra perdimos todos': sobreviviente a toma de
Miraflores. EL TIEMPO, págs. https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-
narcotrafico/soldado-sobreviviente-a-la-toma-de-miraflores-cuenta-como-fue-el-crimen-de-
las-farc-396762.

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