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LA MASACRE DEL SALADO

La masacre de El Salado demuestra uno de los hechos más tristes de nuestra

historia reciente. Demuestra muy bien la posición de la sociedad moldeada con

una amplia propaganda, más que todo dirigida por los medios de comunicación y

ciertos sectores emergentes de la política nacional, que crean contradicciones

morales según las teorías de Hume y Smith. Como ejemplo podría hablarse de la

amplia aceptación que adquirieron los grupos paramilitares ante la sociedad

colombiana debido a la capacidad militar (que el Estado no podía tener) de

combatir a las guerrillas.

La Masacre de El Salado fue perpetuada por el Bloque Norte de las Autodefensas

Unidas de Colombia (AUC) el 18 de febrero del 2000. Un año antes, más

exactamente el 7 de enero de 1999, se había iniciado los diálogos de paz entre el

gobierno de Andrés Pastrana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia

(FARC). Para el año 2000 las FARC habían logrado su máxima expansión

territorial, llegando casi a conformar un Estado dentro de un Estado. Siempre se

ha establecido que los grupos paramilitares comenzaron como grupos de

autodefensa contra una amenaza guerrillera. Fueron los ganaderos al norte del

país, los esmeralderos como el caso de Puerto Boyacá, y los mafiosos quienes

empezaron a conformar dichos grupos de autodefensa como el MAS. Años más

tarde aparecerían en el escenario de guerra los hermanos Castaño, y sería bajo

su mando, donde se centralizarían todos los grupos de autodefensa, dando origen

a las AUC.
Los Montes de María son la prolongación de la Serranía de San Jerónimo. El

corregimiento de El Salado fue fundado en 1812, y con el correr de los años, se

convirtió en la capital tabacalera del Caribe colombiano, razón por la cual se

convirtió en el corregimiento más grande e importante de la región, corregimiento

que daba vida al municipio de El Carmen de Bolívar.

Con el pasar del siglo XX, y con el desarrollo económico del país, los Montes de

María se configuraron como una zona de suma importancia, debido a su excelente

ubicación para la conformación de un corredor de personas, armas y drogas, y

aún más importante de desequilibrio económico para el Estado y las elites.

Los Montes de María fueron un escenario marginal en el desarrollo del país hasta

los años 80, pues carecían de importancia estratégica dentro del funcionamiento

de la economía nacional y de la dinámica del conflicto armado nacional. Esto

cambió en los años 90 con el desarrollo del sistema vial regional y la apertura

económica, pues su ubicación en los ejes de acceso al sistema portuario del

Caribe, le dio relevancia por el alto potencial de desestabilización económica que

adquirió. Esta situación fue aprovechada por la guerrilla de las Farc en su guerra

contra el Estado y las élites, junto con las posibilidades que brindó el Golfo de

Morrosquillo, ubicado en su costado occidental, para el contrabando de armas.

Por consiguiente la zona hasta la llegada de Álvaro Uribe (aunque no quiere decir

que durante la presidencia de Uribe se haya logrado mitigar la violencia en el área)

a la presidencia, fue una zona fuertemente disputada por los distintos actores
armados, donde el gran perjudicado fue la población civil.

A raíz de los diálogos de paz, la alta comandancia de las FARC (El secretariado y

el Estado Mayor Central) se trasladó a la denominada zona de distención en San

Vicente del Caguán, aprovechando la situación, Carlos Castaño al mando de las

AUC empezaron a expandirse por el norte del país, a su vez en el sur,

declarándole la guerra a los Frentes de las FARC presentes en las zonas más

ricas y estratégicas del país, como lo informaba el periódico El Tiempo en 1999.

Aunque a primera vista las masacres de las últimas dos semanas parecen no ser

más que actos aleatorios de barbarie, una mirada más detenida permite vislumbrar

una estrategia bélica calculada por parte de Carlos Castaño. Analistas explican la

reciente ofensiva paramilitar como una estrategia de las autodefensas para

disputarle territorio a la guerrilla y consolidarse en el norte del país como una

fuerza con proyección nacional.

La base para la lucha guerrillera es el apoyo del pueblo, por lo cual la estrategia

empleada por Castaño fue aplastar la base de la guerrilla. Castaño partió del

precepto en el cual declaraba guerrilleros a las poblaciones donde había influencia

de las FARC, por ende, la población civil ajena a la guerra entró a ser otro actor en

el largo conflicto (al menos, en este caso particular). El método empleado fue el

perpetrar masacres a lo largo y ancho del territorio nacional, para quitarle poder y

presencia a las FARC y en otros casos al ELN; mediante la estigmatización de la

población civil desarmada


La guerrilla para sobrevivir necesita información de inteligencia sobre movimientos

del ejército y la policía. Requiere que la población le lleve víveres para no tener

que bajar a las cabeceras municipales y más importante aún, necesita que el

enemigo no obtenga información suya.

Entonces los paramilitares buscarían, según explica Jiménez, generar terror en la

población para controlarla Después de que las autodefensas realizan una masacre

asumen el control del territorio. Obligan a la gente que se opone a sus intereses a

desplazarse; consiguen el control militar y de información de la zona con retenes

militares y patrullaje. Instalan bases de comunicación para saber quién entró y

salió del municipio. Controlan los espacios públicos y las líneas de tráfico

marítimo, fluvial, terrestre y aéreo.

ANTECEDENTES DE LA MASACRE

En 1997 un comando armado de 50 hombres irrumpió en el casco urbano de El

Salado. Una profesora Doris Mariela Torres protestó contra la arbitrariedad de la

incursión, por lo que fue asesinada, luego asesinaron a José Esteban Domínguez

y sus hijos por intentar interceder por ella.

El 23 de marzo de 1997, un grupo paramilitar conformado por 50 hombres

fuertemente armados incursionaron en vehículos al casco urbano del

corregimiento El Salado reunieron a una parte de la población en la plaza

principal, contigua al parque principal, y allí sacaron una lista con base en la cual
seleccionaron a su primera y más importante víctima: la profesora y líder

comunitaria Doris Mariela Torres.

Las FARC reaccionaron acusando a una poderosa familia ganadera de la región:

los Méndez, de ser paramilitares, por lo cual irrumpieron en sus predios, robaron

su ganado, quemaron sus propiedades y mataron a sus trabajadores.

Inmediatamente la guerrilla de las Farc reaccionó. Sindicó a la familia de Los

Méndez, terratenientes de la región, como losresponsables de la incursión

paramilitar, luego de lo cual atacaron una de sus propiedades matando a sus

empleados, quemando su vivienda y robando su ganando.

Dos años más tarde las FARC incursionaron en la finca Villa Nelly de propiedad de

Enilse López donde robaron alrededor de 450 cabezas de ganado, las cuales

fueron conducidas por el municipio de Ovejas con dirección a El Salado, Enilse

López, mejor conocida como ‘La Gata’ se asoció con el ideal de extrema derecha

paramilitar, y es por esto y por diversas razones más que El Salado empezó a ser

estigmatizado como pueblo aliado de la guerrilla.

El resultado de la incursión de 1997 fue el desplazamiento de 7000 personas

LA MASACRE DE EL SALADO

El 18 de febrero de 2000 alrededor de 450 hombres de las AUC fuertemente

armados cercaron el corregimiento y avanzaron hacia el casco urbano. Formaron

a la gente en la cancha del pueblo durante tres días, donde realizaron un


verdadero festín de sangre y dolor; durante tres días torturaron y asesinaron

alrededor de 80 personas, donde no hubo distinción entre hombres, mujeres y

niños.

Al tercer día hubo reacción de la fuerza pública, mientras la Infantería de Marina

incursionaba por una de las 4 entradas del corregimiento, los 450 hombres de las

AUC se retiraban por la salida opuesta.

Aunque realmente la masacre no fue realizada el 18 y 19 de febrero, pues en su

incursión y retirada de El Salado las poblaciones aledañas sufrieron la

consecuencia del paso de las tropas paramilitares, por lo cual las víctimas podrían

ascender a más de 100.

ACTORES MORALES

las Autodefensas Unidas de Colombia son los victimarios, los perpetradores de la

masacre y los artífices intelectuales de la misma; la masacre fue planeada en la

finca El Avión en el departamento del Magdalena. Resaltan entre sus miembros:

Carlos Castaño comandante en jefe de las AUC, Salvatore Mancuso y Jorge 40

comandantes del Bloque Norte, ‘H2’ delegado de Castaño, Frente Rito Antonio

Ochoa comandado por Rodrigo Mercado Peluffo alias ‘Cadena’, Aroldo Meza de la

Rosa miembro de la familia Meza, la cual era integrante de la estructura

paramilitar de la zona. Ante todo, decide tomar “justicia” por sus propias manos,

realizando la masacre. Las AUC consideran bueno el cometer asesinatos

selectivos y crear días de terror en la población desarmada de El Salado, debido a

que consideran al pueblo como enemigo en la guerra. La población esta


estigmatizada como aliada de la guerrilla, por consiguiente, ha de ser exterminada

para sacar a su enemigo de la zona. Las AUC tienen una aprobación social, razón

que les da una ‘excusa’ para cometer la masacre.

Las FARC-EP este grupo guerrillero sería un actor indirecto, pues fue por su

presencia en la zona que el pueblo fue estigmatizado como defensor de la

guerrilla, y la vez directo en la masacre puesto que los paramilitares se basaban el

testimonio y en los señalamientos que hacían alias ‘Abelino’ y ‘El Negro Mosquera’

de quienes se decía que eran desertores de la guerrilla. Los presuntos guerrilleros

actúan no frente al bienestar general de las gentes del corregimiento, actúan para

salvarse a ellos mismos de la muerte, y de manera insolidaria optan por señalar

individuos al azar.

El Estado Colombiano pues como argumenta Hobbes el Estado se crea para

establecer la paz, garantizar la vida y evitar el estado de naturaleza del hombre.

También puede insinuarse la complicidad de las Fuerzas Armadas como

representantes del Estado en la región, pues en la zona existe la presencia de la

Primera Brigada de Infantería de Marina y de los Comandos Departamentales de

Policía de Bolívar y Sucre, quienes permitieron la presencia del cerco y la

presencia de más de 450 paramilitares en El Salado. Los políticos de la región

jugaron un papel primordial al hacer mover personal militar lejos del lugar de la

masacre, dando cabida para que la muerte se tomara El Salado; de ellos

podríamos decir que llevaron una vida monacal, en la que primaron sus interés

egoístas y el de sus amigos, y aplicaron la imposición primaria de la felicidad


propia para hacer felices a los demás, claro está que se hizo haciendo el mal.

las Víctimas pues son ellas el centro de atención, son ellas los muertos y

sobrevivientes a las torturas físicas, psicológicas y legales posteriores a la

masacre. Son quienes repudian el hecho del asesinato de sus hermanos, madres,

padres, amigos, vecinos, etc. Son ellos quienes reclaman justicia por los hechos

acontecidos mientras los paramilitares hicieron terrorífica presencia en el casco

urbano de El Salado.

Los Medios de comunicación son los entes encargados de informar a la población

nacional de lo acontecido y a su vez los encargados de crear la imagen de repudio

o de crear posiciones a favor de la masacre. Son quienes crean la memoria o el

olvido, quienes crean la condena o la justificación de lo acontecido. En este caso,

crearon el olvido y las posturas a favor de los paramilitares y de insolidaridad y

estigmatización de las víctimas. Son los responsables de hacer que una gran parte

de la sociedad haga un ejercicio de simpatía hacia personajes como Carlos

Castaño y Salvatore Mancuso, quienes prácticamente fueron canonizados con el

discurso de ‘víctimas de la violencia guerrillera y ausencia del Estado’. Por lo cual

los medios se solidarizan con la causa paramilitar.

La Sociedad colombiana somos quienes mantuvimos en el olvido, durante casi 10

años a las víctimas, años durante los cuales la mayor parte de la población se

mostró abiertamente a favor de los victimarios y de su escalada de violencia en las

zonas más olvidadas del país. Ignoramos e visibilizamos a las víctimas.


Desechamos nuestras virtudes solidarias y creamos un marco de aceptación

frente a la barbarie de la muerte ocasionada por ejércitos privados de derecha,

pusimos un velo en los ojos de nuestro observador imparcial.

La situación descrita sobre la masacre el salado muestra como las personas

fueron literalmente asesinadas sin razón alguna. Todas las personas sin importar

su sexo u edad, eran asesinadas a sangre fría por el grupo paramilitar que estaba

en busca de guerrilleros. Un helicóptero que sobrevolaba el lugar, disparaba desde

el cielo a matar a cualquier desafortunado que se encontrase en las calles

mientras que otros cuatrocientos cincuenta paramilitares llegaban a pie al lugar del

asesinato. Las personas que por suerte no fueron asesinadas lograron huir del

pueblo y la mayoría de estas nunca regresaron al lugar. Yo pienso que el gobierno

no actuó de la forma en la que debía hacerlo. Ya se sabía que este lugar era un

punto donde este grupo de autodefensas iba a atacar sin duda alguna. El estado

no tomo las medidas de seguridad necesarias para evitar lo ocurrido en esa

época. Ya después de lo ocurrido, el estado tampoco ayudo a las personas

afectadas a volver a sus vidas normales. Esto se debe a que las personas no

fueron indemnizadas ni recibieron ayuda alguna para poder seguir viviendo una

vida normal. No se tomaron las medidas necesarias y los derechos de cientos de

personas, aún siguen siendo gravemente violados.

En conclusión, la masacre del salado siempre va a ser inconclusa gracias al

desinterés por parte del gobierno para ayudar a las personas que se vieron
afectadas por este evento. Las familias que ahora viven como desplazadas en

diferentes ciudades nunca van a recibir ayuda por parte del gobierno a no ser que

acudan a los mecanismos de protección y estos hagan su labor de forma correcta.

Un pueblo que tenía un gran futuro termino siendo un lugar donde pocos valientes

siguen viviendo y donde probablemente nunca se hará justicia.

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