A través de los cambios que se han tenido dentro del mundo se experimenta un
cambio importante dentro de los conceptos del campo de la salud y la
enfermedad, ha surgido la necesidad de clarificar esta área de manera continua. Es por este constante cambio la importancia de brindar respuesta a los nuevos (y no tan nuevos) problemas que surgen en área de la psicología. La amplitud de las enfermedades ha incrementado significativamente, donde se va desde las tratadas desde el primer manual diagnóstico de los trastornos mentales hasta el reconocimiento y descubrimiento de nuevas dificultades propiciadas por la evolución tecnológica y el avance en la humanidad, poniendo énfasis en el diagnóstico, tratamiento, prevención y la promoción que se hace ante el mundo para lograr un cambio positivo. Será necesario plantear una regresión histórico lineal para reconocer las condiciones en las que se encontraba (México en particular) la situación psicológica en tiempos pasados, analizando de manera precisa los cambios que se han tenido, los enfoques que se han manejado, la importancia interdisciplinar de los distintos campos que conforman la salud, la enfermedad, la sociedad y el ser humano en particular.
Dentro de este trabajo se aborda una amplia temática relacionada con la
psicología clínica, donde se incluyen las características del profesional en esta área así como las habilidades, las técnicas, instrumentos a emplear y las funciones en general. De igual manera, se consideran las problemáticas que se abordan dentro de este campo profesional junto a algunas de las disciplinas que interactúan directa e indirectamente con la psicología clínica, sin dejar de lado la parte ética del ejercicio profesional. Una de las cuestiones más antiguas e importantes para el ser humano es la pregunta del “Por qué se comporta como lo hace”, donde a partir de este planteamiento se comienza a diferenciar un comportamiento normal (y la contraparte: la anormalidad, para el cual será necesario establecer límites y criterios específicos referidos según la época que se viva y las situaciones particulares de cada cultura. Es así, que da origen la psicología clínica: tratando de alterar los comportamientos de las personas en cada época, partiendo desde las prácticas místicas que se veían en la edad media, las creencias religiosas, atravesando por las explicaciones médicas hasta llegar a un procedimiento meramente científico-psicológico.
El hombre desde la antigüedad ha tratado de dar sentido a su comportamiento,
siendo la magia, el misterio y aquellos mitos antiguos las primeras explicaciones que se tienen para el comportamiento “raro” según comenta Kantor en 1990. Se interrelacionaban los mitos y las leyendas con los comportamientos en acto de las personas, enfrentando estas dificultades por medio de recursos determinados por las distintas culturas. Estos mitos venían acompañados de reglas de relación interpersonal adoptados de generación en generación, así como los medios y técnicas para controlar comportamientos que salieran de esta normalidad con el fin de tener una sociedad de plena convivencia, sin extrañezas ante sus habitantes.
Otro de los intentos por la comprensión humana se basa principalmente en la
religión cristiana, donde a través del oscurantismo, se destruyeron ideologías tradicionales, formando así los conceptos de bondad y maldad para el ser humana, donde se establecía (según sus propias reglas) cuál era el comportamiento adecuado para vivir una vida plena, pero más que eso, el intento del control de estas conductas irracionales (entendidas como posesiones) es el método por el que este trabajo se interesa. Si una persona no cumplía los criterios que se establecían por la iglesia, si no se era “como son los demás” se empleaban tratamientos para aproximarse a una conducta normal, donde las principales técnicas eran la tortura, los exorcismos, y en algunos casos la muerte (Kantor, 1990; Compas y Gotlib, 2003).
A partir del siglo XVI y el desarrollo de las ciencias y el arte en el renacimiento, la
actividad se volvió de carácter compasivo, donde se hacen presentes los hospitales (de igual manera operados por religiosos) pero partiendo de una comprensión de las anomalías como “locura”. Estos hospitales recluían y aislaban a todo ser anormal, los locos, los desquiciados y todo aquel que se comportara de una manera distinta el resto. Estos centros (de carácter repugnante), trataba a la mayoría de los reclusos con medidas extremas para solucionar sus “problemas”, por medio de purgas, vómitos, encadenamientos, azotes, entre otras actividades de poco valor humano (Hothersall, 1997).
Pinel encabezo el cambio de las condiciones de vida de estos reclusos,
interviniendo en la mejora de los espacios físicos y los tratos que se le daban a los hasta la fecha “locos”, donde se crearon centros especiales con tratos humanizados. A la par, el desarrollo de los procedimientos médicos que se tenía en aquel tiempo como las lobotomías, terapias de electroshock y los psicofármacos fueron los tratamientos que se le brindaban a aquellos que padecían, como se le denominó al termino en el siglo XX, “enfermos mentales”, dando pie así a la psicología clínica.
Las primeras investigaciones acerca de las diferencias entre individuos se
realizaron por medio de métodos cuantitativos, empezando por las pruebas de inteligencia y las de personalidad.
Sería en el periodo entre guerras, que las pruebas y la psicología clínica
florecerían incontrolablemente. Durante este tiempo es en el que se aborda de lleno el estudio de las diferencias entre individuos, las pruebas psicológicas tendrían un gran auge y varias teorías psicológicas como el psicoanálisis, el conductismo y el cognoscitivismo tendrían lugar. Pero sería en la segunda guerra mundial y después de ella que la psicología clínica se consolidaría, ésta tuvo aún más demanda de debido a la falta de psiquiatras para atender al ejército, la psicología empezó a dar buenos resultados tanto a corto como a largo plazo. Sería en este periodo en el que Witmer utilizaría por primera vez el término psicología clínica para el trabajo remedial en niños con diferentes problemas conductuales, además de ser el primero en fundar un establecimiento llamado clínica psicológica y dar el primer curso sobre la materia. También sería en esta época en que aparecería la APA la cual daría una definición de lo que es la psicología clínica: “el arte y la tecnología que tiene que ver con los problemas de adaptación de los humanos” (Díaz y Núñez, 2010; Vargas, 2006 y Phares y Trull, 1999).
De manera concreta, el término de psicología clínica se refiere al psicólogo que
aplica el conocimiento y las habilidades, las técnicas y los instrumentos proporcionados por las teorías y modelos psicológicos afines a las anomalías, los trastornos y a cualquier otro comportamiento relevante para la salud y la enfermedad, con la finalidad de evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar o prevenir estos en distintos contextos en los que pueda manifestarse.
Entre las funciones que cumples estos agentes de cambio, se encuentra le
evaluación, la cual consiste en la reunión de información que sea necesaria como antecedente para efectuar una intervención o bien, una planificación estratégica para fomentar el cambio. Para ello, se utilizan distintas técnicas como suelen ser test, cuestionarios, entrevistas, las observaciones directas y algunos registros fisiológicos. Pueden utilizarse uno o distintos métodos, según la población en la que se está interviniendo. Otra función es la del Diagnóstico, en la que se trata de identificar y categorizar de manera cualitativa el problema en concreto a través de la evaluación. Lo que respecta al tratamiento, es uno de los factores más variables, ya que pueden utilizarse modelos de las distintas escuelas psicológicas que existen, cada uno marcado sistemáticamente y de manera científica, en el cual se diseña un tratamiento específico para cada caso, acompañado de la prevención y la promoción. Así mismo, el asesoramiento, la coordinación y el brindar información son otras de las funciones como psicólogo clínico ya que al momento de intervenir se puede buscar el apoyo de un profesional con experiencia para la intervención adecuada. La promoción es un ámbito de acción comunitaria, al dedicarse a los análisis que generan riesgo en una comunidad específica, o en un área social en particular, generando información y difundiendo la misma con el propósito de evitar situaciones de riesgo y problemas de niveles altos, fomentando así la prevención de situaciones de dificultad futuros.
La investigación es un área no limitada al psicólogo clínico, pero donde también se
ve involucrado. En esta parte, el investigador puede construir y validar test, estudiar y promover resultados de los distintos tratamientos, identificar pronósticos, comprobar los análisis elaborados en contextos determinados, entre otros.
Para conseguir un grado de nivel clínico, es preciso conseguir un grado de
licenciatura en primer instancia, posteriormente se debe especializar a través de postgrados como lo son maestrías en psicología clínica en psicología de la salud y relacionados, o bien, obteniendo un título doctoral en grado de investigación (dependiendo el área de interés).
Lo que se refiere a los niveles de intervención, se pueden identificar de forma
básica tres elementos: la prevención primaria, que consiste generalmente en la modificación de contextos sociales, ambientales o conductuales que puedan afectar con el tiempo, promocionando las conductas alternativas para fomentar el bienestar y la salud; la prevención secundaria trata principalmente del tratamiento de un trastorno definido detectado al inicio o en estado previo a aparecer. El tratamiento se trata de una intervención similar al punto anterior, a diferencia que este el trastorno está en un estado más desarrollado, es decir, es un nivel más alto de riesgo. El tercer punto es la prevención terciaria, donde se centra el acto en los tratamientos ya efectuados, con la finalidad de prevenir recaídas o complicaciones posteriores, es un seguimiento de las intervenciones y tratamientos anteriores. Estos niveles de intervención pueden llevare a cabo de manera individual, grupal, familiar y comunitario.
Los ámbitos de aplicación de la psicología clínica cubre de manera general los
siguientes puntos: La promoción de la salud, en cuanto se trata de promover estilos de vida saludables considerándolo como un estado de bienestar físico/mental del individuo. El segundo punto trata sobre la prevención de las enfermedades, modificando los hábitos no saludables y que causan patologías crónicas o agudas. Las enfermedades específicas se tratan principalmente por medio del tercer punto, que es la evaluación y el tratamiento, con la finalidad de modificar la conducta.
Ya que el comportamiento humano es un tema amplio, de bastantes factores y de
dimensiones extensas, es necesario complementarlo por medio de disciplinas variadas para complementar el acercamiento al conocimiento objetivo de la resolución de conflictos y la manera en la que los problemas se abordan. Para obtener esta información adicional y elaborar conclusiones de mayor calidad es necesario recabar información por parte de otros profesionales de la salud, entre ellos nos encontramos con informes neurológicos, psiquiátricos, de trabajo social, pruebas bioquímicas, pedagógicas, médicos generales, informes sociológicos y antropológicos.
Con este trabajo se llega a la comprensión de la importancia que tiene el ámbito
clínico como profesional de la salud. El desarrollo evolutivo de los términos salud y enfermedad son en lo personal un aspecto de vital importancia ya que a través de estos conceptos se mantiene una distintiva entre la normalidad y la anormalidad, siendo los casos anormales el objeto de la psicología en general. Los ámbitos de aplicación del psicólogo clínico son indispensables para el bienestar de una comunidad independientemente de la cultura, ya que en cada parte existen valores y creencias distintas, sin embargo, estas razones son independientes a la necesidad humana del bienestar y la salud. Por eso mismo, la actuación en los distintos campos como lo llega a ser el preventivo, la promoción y la evaluación son un factor importante tanto dentro de la sociedad como a nivel individual. La difusión de los resultados que se logren encontrar fomenta una relación de compañerismo profesional, generando nuevos conocimientos con los cuales se logra una mejora en el bienestar a nivel social, grupal y personal. Referencias:
Vargas, J. (2006). Psicología clínica: consideraciones generales. Revista
electrónica de psicología Iztacala, Vol. 9 (2). UNAM. Parisi, E. (2006). Psicología, interdisciplina y comunidad. Enseñanza en Investigación en Psicología, Vol. 11 (2). CNEIP. García-López, L., Piqueras, J., Rivero, R., Ramos, V., Oblitas, G. (2008). Panorama de la psicología clínica y de la salud. CES Psicología, Vol. 1 (1). Universidad CES. Colegio Oficial de Psicólogos. (s.f.). Perfiles Profesionales del Psicólogo. Perfiles Profesionales del Psicólogo. Mejía, J. (2013). ¿Cómo llegó la psicología clínica a México? UNAM. Departamento de Psicología de la Salud, (2007). Definición de anormalidad