Está en la página 1de 8

Estructura

del cerebro humano


De la investigación centrada en el tamaño y la forma del cerebro
brotan nuevas ideas sobre el desarrollo neural,
las diferencias entre sexos y la evolución humana

John S. Allen, Joel Bruss y Hanna Damasio

S
i el lector viviera en el siglo XIX, los ras- cerebro singular e inesperado, por grande o por pe-
gos de su personalidad (ambición, ternura, queño, resultan idóneas para estudiar la influencia de
ingenio o valor) podrían haber sido juzga- la evolución en el tamaño cerebral. A este respecto,
dos en razón del tamaño y la forma de su Katharine Milton, de la Universidad de California en
cráneo. La frenología, así se llamaba ese Berkeley, ha sugerido que los primates frugívoros
proceder, fue desarrollada por Franz Joseph mantienen una relación de cerebro a masa corporal
Gall y Johann Spurzheim en Viena a principios de la que es mayor que esa razón en los primates folívoros.
mencionada centuria. Los seguidores de este método La autora lo atribuye a una mayor exigencia cognitiva
declaraban que las “facultades” mentales residían en que requiere la búsqueda de frutos, dispersos y esta-
diferentes regiones del cerebro, regiones que serían ma- cionales, comparada con la búsqueda de hojas, casi
yores cuanto más acentuados fueran los rasgos corres- siempre al alcance.
pondientes. Los frenólogos sostenían también que el La volumetría permite también descubrir patrones de
cerebro determinaba la forma del cráneo; por tanto, desarrollo intra e interespecíficos, lo que a su vez su-
el examen del exterior de la caja craneana detectaría el giere hasta qué punto la evolución podría estar limi-
desarrollo regional del cerebro. tada por reglas implícitas del desarrollo neurológico.
Pese a nuestro fundado escepticismo sobre esas ex- El estudio de enfermedades neurológicas depende,
ploraciones del tamaño del cerebro y sus correlatos fun- asimismo, del análisis sistemático del tamaño y la forma
cionales, hemos de reconocerle algo de razón a la vi- cerebrales. Hay niños autistas cuyo tamaño cerebral es
sión frenológica del mundo: la estructura cerebral mayor de lo habitual. En el polo opuesto, la enferme-
constituye un aspecto fundamental de la neurociencia, dad de Alzheimer causa una progresiva atrofia cere-
porque las funciones cerebrales se ejecutan gracias a bral. En ambos casos, los procesos patológicos que sub-
combinaciones específicas de las regiones implicadas. yacen bajo estas alteraciones se manifiestan a través
En animales complejos, el tamaño y la forma del ce- de cambios en el volumen cerebral. En resumen, los
rebro reflejan una cohorte de procesos evolutivos, gené- estudios volumétricos constituyen un medio para com-
ticos, patológicos, funcionales y de desarrollo, que in- prender la función cerebral y un fin en sí mismos.
teractúan para producir un organismo.
En las estructuras nerviosas influyen numerosos fac- Las herramientas del cambio
tores. En justa consonancia, el estudio del volumen La neuroanatomía ha experimentado una transforma-
cerebral, o volumetría, ofrece potencialmente enfo- ción revolucionaria en los últimos 30 años. Ese salto
ques desde perspectivas diversas. En un contexto evo- ha sido posible gracias a la introducción de nuevas
lutivo, el estudio comparado del volumen cerebral de técnicas de formación de imágenes: tomografía com-
diversas especies puede relacionar datos anatómicos, putarizada de rayos X (TC, también llamada tomo-
conductuales y ecológicos. Las especies dotadas de un grafía axial computarizada TAC), resonancia magné-

68 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005


tica (RM) y tomografía de emisión
de positrones (TEP). Con estas herra-
mientas, podemos observar la es-
tructura y la actividad del cerebro
con un detalle sin precedentes. Para
los estudios estructurales y vo-
lumétricos, el TAC y la RM revis-
ten una importancia crucial.
La tomografía axial, la primera
técnica en desarrollarse, se basa en
la dispar absorción de los rayos X
por distintos componentes cerebra-
les; apoyada en ese fenómeno, ex-
trae imágenes de las estructuras
intracraneales del sujeto observado.
Para sacar una sola imagen, el TAC
ha realizado miles de mediciones
singulares que se van tomando a 1. LA TECNICA DE LA TOMOGRAFIA COMPUTARIZADA (TC o TAC, izquierda) consti-
medida que la fuente de rayos X tuyó una auténtica revolución cuando se introdujo en los años setenta. Las imágenes de
describe un círculo alrededor de la resonancia magnética (RM, derecha) proporcionan una imagen mucho más detallada del
cabeza. cerebro y sus estructuras. Esta técnica permite diferenciar entre sustancia gris, sustan-
La resonancia magnética recurre cia blanca y líquido cefalorraquídeo (que aparece en blanco). La imagen de TAC y la de
a potentes imanes para alinear, de RM son de sujetos distintos.
forma transitoria, los núcleos de áto-
mos de hidrógeno de los tejidos del
organismo, en su mayoría corres- “regiones de interés” (RDI). Abarcan samiento de imágenes “sacan del
pondientes a moléculas de agua. desde extensas divisiones estructu- cráneo al cerebro” y nos lo presentan
Cuando se desactiva el imán, los nú- rales (los lóbulos temporal, parie- como un objeto sólido, que pode-
cleos en rotación (o resonancia) tor- tal y occipital, por ejemplo) hasta mos seccionar en cualquier plano,
nan a su estado normal, con libera- estructuras menores (hipocampo o rotarlo o reajustarlo para acomo-
ción de energía en forma de ondas cuerpo calloso). La localización de darlo a un modelo estándar.
de radio. La frecuencia de estas on- actividades cerebrales específicas, Llegados a este punto, podemos
das revela la concentración local de cuando se conocen, puede también redefinir las regiones de interés de-
hidrógeno, que varía de acuerdo orientar la parcelación anatómica. limitando el contorno de una es-
con el tipo de tejido (óseo, adiposo, La RM tridimensional se realiza tructura de la superficie cerebral.
etcétera). Este proceso genera un a partir de una serie de imágenes Estas señales se transfieren a cor-
CORTESIA DE LOS AUTORES (arriba); LOS AUTORES Y MATTHEW HOWARD, UNIVERSIDAD DE IOWA (abajo)

mapa muy detallado, no menos fino contiguas, tomadas una a una. Un tes “coronales” (paralelos al plano
a menudo que el análisis postmor- análisis típico de alta resolución que forma el rostro) para definir
tem. La técnica permite distinguir puede tener un grosor de corte de la región en cada imagen. Se suma
entre sustancia gris (somas neuro- 1,5 milímetros; eso significa que un el volumen de la RDI (el área mul-
nales), sustancia blanca (fibras ner- cerebro medio se compilaría con un tiplicada por el espesor del corte),
viosas aisladas por mielina grasa, centenar largo de secciones. Sobre de cada sección, para así obtener
más células de sostén) y líquido ce- esa base, los programas de proce- el valor general. Los estudios ci-
falorraquídeo, o LCR (el líquido que
ocupa las cavidades internas del ce-
rebro y las que lo envuelven). Ade-
más, las distintas resonancias mag-
néticas pueden conjugarse y crear así
un modelo virtual tridimensional, que
puede luego seccionarse a lo largo
de cualquier plano o ángulo.
Trazando líneas
Se llama parcelación a la división
del cerebro en regiones. Puede aco-
meterse de varios modos, acordes
con los objetivos de la investiga-
ción y métodos disponibles. En la 2. UNA IMAGEN TRIDIMENSIONAL DE RM (izquierda) permite observar un cerebro vivo
RM, la parcelación emplea hitos de forma tan precisa como la visión que se tiene del mismo durante una intervención
anatómicos visibles —surcos (plie- quirúrgica (derecha). En la fotografía de la intervención quirúrgica se indican los princi-
gues) y giros (protuberancias) de la pales surcos (pliegues) como sigue: en amarillo la cisura de Silvio, en verde el surco
superficie del cerebro— para crear temporal superior, y en azul y rojo dos partes del surco precentral.

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005 69


a Visión lateral Sección coronal Visión medial
Cingulada Frontal Surco central
Surco central Surco cingulado
Parietal

Fisura de Silvio Temporal Occipital


Occipital Parietal Insula Temporal Temporal

a
b b c c b a
d e
f f e d
g h g
i i h
j j

a b c d e

f g h i j

CORTESIA DE LOS AUTORES; ADAPTADO POR TOM DUNNE/American Scientist


3. SE DENOMINA PARCELACION al proceso de dividir una imagen blancas indican el plano coronal. La parte b muestra un cerebro en
de resonancia magnética en regiones de interés. El proceso se rea- el que los lóbulos y la circunvolución cingulada se han marcado
liza en dos pasos que se muestran en a. Se empieza por identificar en color. Más abajo se muestran 10 secciones coronales (de la a
los surcos y otros puntos de referencia en las superficies externa a la j) que representan menos del 10 % de todas las secciones en
e interna de un modelo tridimensional del cerebro. En un segundo las que se ha realizado el trazado manual. El lóbulo frontal está
paso, se delimitan a mano las llamadas “regiones de interés” en coloreado en rojo, el temporal en azul, el parietal en verde, el
secciones coronales generadas por ordenador. Las líneas gruesas occipital en amarillo y la circunvolución cingulada en morado.

tados en este artículo, y muchos alcanza todavía la precisión del delimita la sustancia gris, la sustan-
otros en este campo, se han llevado trazado manual de un experto ana- cia blanca y el líquido cefalorra-
a cabo mediante el laborioso proce- tomista. quídeo. Se está investigando la ra-
so de trazar manualmente en cada Por lo que concierne a la repre- zón de materia gris a materia blanca
imagen las RDI. Se está trabajan- sentación visual de estructuras ce- en diversas estructuras, a través de
do sobre métodos para automatizar rebrales, la resonancia magnética métodos automáticos (aquí sí reco-
el proceso, pero ninguno de ellos tiene a su favor la nitidez con que mendables) que permiten segmen-

70 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005


tar imágenes de RM en tales cate- Frentes altas sobre cejas bajas regiones frontales. Pero, ¿qué hay
gorías. en ello de cierto?
Durante decenios se ha venido de- En investigaciones recientes se
Genes y cerebro batiendo la hipótesis según la cual han aplicado las técnicas de for-
Del desarrollo y la evolución del la expansión del lóbulo frontal se mación de imágenes al estudio de
cerebro responden los procesos gené- aceleró en el curso evolutivo de los la expansión relativa del lóbulo fron-
ticos subyacentes. Varios grupos de homínidos. Cuando comparamos tal en el curso de la evolución de los
investigación están estudiando los nuestra frente alta con la frente in- homínidos. Katerina Semendeferi,
mecanismos genéticos de la estruc- clinada de nuestros parientes vivos hoy en la Universidad de California
tura y el volumen del cerebro hu- más cercanos (los chimpancés) y en San Diego, recurrió a la RM para
mano. Hay quien opta por basarse de nuestros parientes extintos (los comparar el tamaño proporcional
en las imágenes de RM para obser- neandertales), la hipótesis parece del lóbulo frontal de los humanos
var el volumen cerebral de mellizos obvia. Las funciones cerebrales en respecto al de otros primates.
y gemelos. Los resultados abonan las que el lóbulo frontal desempe- Semendeferi descubrió que la cor-
la idea de que la capacidad cranea- ña un papel crucial (lenguaje, pre- teza frontal (sustancia gris) y el ló-
na es un rasgo con un fuerte com- visión y juicio) representan dife- bulo frontal en su integridad (in-
ponente hereditario; asimismo, la rencias cognitivas importantes entre cluidas las sustancias gris y blanca)
mayoría de las variaciones en el nosotros y el resto de los animales. tenían proporciones relativas muy
volumen total o hemisférico pueden Por lo tanto, la idea de que el ló- similares en humanos, orangutanes,
atribuirse a factores genéticos. bulo frontal se expandió despro- gorilas y chimpancés. En estas cua-
William Baaré y su grupo, del porcionadamente durante la evo- tro especies, el lóbulo frontal con-
hospital clínico de la Universidad lución de los homínidos resulta siderado en su conjunto comprendía
de Utrecht, sostienen que, en el tra- coherente. entre un 33 y un 36 % del total del
bajo por ellos realizado, los genes La tesis que iguala un lóbulo fron- volumen cerebral; la corteza fron-
podían explicar la mayoría de las tal grande con la inteligencia se tal suponía entre un 36 y un 39 %
diferencias de volumen cerebral: el halla también muy arraigada en la de la sustancia gris cerebral.
90 % para el encéfalo en cuanto tal, imaginación popular. Se da por des- Pese a que el cerebro humano
el 82 % para la sustancia gris y el contado que las facultades menta- viene a triplicar el de un antro-
88 % para la sustancia blanca. les se encuentran asociadas a las poide, los análisis de regresión de
Hay, sin embargo, un par de im-
portantes características neuroana-
tómicas que se manifiestan exen-
tas de un control genético estricto. a b
Baaré subrayaba la tenue influen-
cia de la herencia en el tamaño de
los ventrículos laterales, cavidades
internas del cerebro llenas de lí-
quido cefalorraquídeo. En otro tra-
bajo, Alycia Bartley y su equipo,
del Instituto Nacional de Salud
Mental de Estados Unidos, decla-
raron que los patrones de surcos y
giros evidenciaban entre los melli-
zos monocigóticos (gemelos) una
mayor semejanza que entre los di-
cigóticos (mellizos distintos). Ahora c d
bien, en ambos grupos los herma-
nos seguían siendo muy diferentes
unos de otros, especialmente en los
surcos más pequeños. Así pues,
mientras que el volumen global de
CORTESIA DE LOS AUTORES/American Scientist

los principales sectores cerebrales


se encuentra bajo un fuerte control
genético, las regiones menores pue-
den ser más sensibles a la influencia
del entono. Estas observaciones so-
bre la contribución respectiva de
genes y ambiente al fenotipo son
de gran utilidad para comprender 4. LA SEGMENTACION AUTOMATICA de las imágenes de RM es una herramienta muy
la evolución del cerebro humano, útil para la determinación del volumen de los diferentes tipos de tejido cerebral. En a se
otro capítulo de la investigación muestra la imagen de RM original;, en b, c y d, las imágenes del líquido cefalorraquídeo,
volumétrica. de la sustancia blanca y de la sustancia gris, respectivamente, generadas por ordenador.

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005 71


La comparación del volumen de
los lóbulos frontal y parietal ha dado
otro giro a la investigación. Según
cabía esperar, las personas con ló-
bulos frontales mayores presentan
también lóbulos parietales mayores;
ambos reflejan un tamaño cerebral
mayor. Sin embargo, después de
Chimpancé tener en cuenta las dimensiones glo-
bales, descubrimos que existe una
correlación negativa significativa en-
tre el volumen del lóbulo frontal y
Humano el del lóbulo parietal: las personas
Gibón con lóbulos frontales mayores tie-
nen lóbulos parietales menores, y
viceversa. Puesto que la frontera en-
5. EL CEREBRO HUMANO es notablemente mayor que el del chimpancé, pero las principa- tre estos dos lóbulos, el surco cen-
les áreas cerebrales tienen proporciones similares, a pesar de las diferencias en la funcio- tral, aparece en una fase precoz del
nalidad de dichas estructuras. Sin embargo, las proporciones relativas de los cerebros de desarrollo cerebral, llegamos a la
los humanos y los chimpancés difieren de las que caracterizan a un “primate menor”, el conclusión de que tal relación in-
gibón. El surco precentral se muestra en amarillo, el surco central en rojo y la cisura de versa refleja, a buen seguro, facto-
Silvio en azul. Los cerebros están mostrados aproximadamente a la misma escala. res genéticos, no factores ambien-
tales. Su curso y posición se hallan
estrechamente determinados por la
los datos indicaron que la propor- binación de tales procesos. Las herencia.
ción de lóbulo frontal no es mayor pruebas recabadas de la anatomía La correlación negativa indica que
de la esperada para un primate con comparada apoyan las tres posi- la expansión del lóbulo frontal du-
un cerebro del tamaño del nuestro. bilidades. rante la evolución de los homíni-
En cambio, las proporciones de dos se produjo, presumiblemente, a
nuestros cerebros son distintas Formación de lóbulos expensas de un lóbulo parietal me-
de las que caracterizan a un “pri- Nuestro trabajo sobre proporciones nor. Además, la contracción del ló-
mate menor” (gibones de cuerpo de volumen ha abordado también bulo parietal tiene poco sentido desde
pequeño) y de las proporciones de la expansión del lóbulo frontal. un punto de vista cognitivo. Después
dos especies de monos (mono rhe- Hemos hallado que la variación de todo, las áreas asociativas del
sus y mono capuchino) que tienen del tamaño total del cerebro es mu- lóbulo parietal revisten interés sin-
lóbulos frontales significativamen- cho mayor que la variación de las gular para las funciones lingüísti-
te menores. proporciones de los lóbulos princi- cas; asimismo, el uso de herra-
Semendeferi sugiere que la evo- pales. En otras palabras, las perso- mientas, una peculiaridad distintiva
lución de lóbulos frontales, gran- nas difieren por el tamaño de su de la evolución de los homínidos,
des en proporción, sucedió des- cerebro más que por las razones de depende de las conexiones entre
pués de que el linaje de humanos proporción entre las principales re- los lóbulos frontal y parietal. En
y grandes primates se desgajara giones cerebrales. Esto resulta par- consecuencia, es posible que haya
del linaje del resto de primates an- ticularmente evidente si compara- existido selección contra una ex-
tropoides (hace entre 20 y 25 mi- mos varones y mujeres. A pesar pansión relativa del lóbulo frontal
llones de años), pero antes de la del cerebro mayor del varón, las si ésta comprometía las funciones
divergencia de los homínidos du- relaciones de proporción de los prin- del lóbulo parietal. A la vista de
rante el Mioceno tardío (entre 5 y cipales lóbulos son similares. En estas pruebas, el lóbulo frontal cre-
10 millones de años atrás). Por tanto, ambos sexos, el lóbulo frontal su- cería al mismo tiempo que otras
CORTESIA DE LOS AUTORES Y KATERINA SEMENDEFERI,

la expansión del lóbulo frontal no pone aproximadamente el 38 % de regiones principales del cerebro,
Universidad de California en San Diego/American Scientist

constituye una adquisición reciente los hemisferios (con una variación en el transcurso de los dos últimos
de los humanos. entre el 36 y el 43 %); el lóbulo tem- millones de años.
Esta investigadora ofrece diver- poral, el 22 % (con una variación Una tercera perspectiva sobre la
sas hipótesis sobre los orígenes entre el 19 y el 24 %); el lóbulo evolución del lóbulo frontal pro-
del aumento cerebral y del cambio parietal, el 25 % (con una oscilación viene de un estudio con TAC reali-
cognitivo en la línea de los homí- entre el 21 y el 28 %), y el lóbulo zado sobre cráneos de varios fósi-
nidos. Estas características pudie- occipital, el 9 % (con una oscilación les de homínidos del último medio
ron haber surgido tras una reorga- entre el 7 y el 12 %). Nótese que millón de años. El grupo encabe-
nización cortical de determinados estos valores divergen ligeramente zado por Fred Bookstein, de la
subsectores del lóbulo, de un aumen- de los de Semendeferi; tal discre- Universidad de Michigan, comparó
to de la conectividad entre regiones pancia se debe a que el patrón de los cráneos de homínidos extintos
concretas, de cambios en la cito- parcelación aquí incluye más sus- con el del hombre moderno. Los
arquitectura regional o de la com- tancia blanca subcortical. miembros arcaicos del género Homo

72 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005


alcanzan una capacidad craneana recién adquirido, puesto que otros de sustancia blanca era casi dos
igual o superior a la del moderno primates siguen patrones similares. veces mayor (17,4 %). Cuando ana-
Homo sapiens sapiens. Sin embargo, Pero el tamaño no es la única di- lizamos la covarianza de este grupo
los huesos del cráneo y rostro son ferencia. Todo indica que la mujer de datos, la diferencia en la pro-
muy gruesos y robustos; la mayoría tiende a tener una proporción de sus- porción desapareció una vez nor-
presenta arcos supraciliares promi- tancia gris mayor que el varón. malizado el volumen de sustancia
nentes, así como cierto grado de Hemos hecho ya públicos nues- blanca. De los análisis se desprendía
prognatismo mesofacial (nariz pro- tros resultados del examen de las que la variabilidad en el volumen
tuberante), rasgos que, sumados, dan diferencias entre estructuras cere- de sustancia blanca había sido el
la impresión de una frente baja e brales de hombres y mujeres. En factor de mayor peso en las dife-
inclinada. promedio, los cerebros masculinos rencias entre sexos.
Pese a tales diferencias externas, (1241 centímetros cúbicos de me- A propósito del dimorfismo se-
Bookstein mostró, mediante el re- dia) son aproximadamente un 12 % xual, la investigación ha prestado
curso al análisis de Procusto, que mayores que los femeninos (1100 especial atención al cuerpo calloso.
el interior de la bóveda craneana centímetros cúbicos de media), con Esta banda poderosa de sustancia
era idéntico. Este método estadís- un solapamiento considerable entre blanca pone en conexión a los he-
tico utiliza una serie de intervalos los dos grupos. misferios derecho e izquierdo. En
flotantes entre puntos de referen- La disparidad apreciada no pa- un comienzo, se sugería que podía
cia anatómicos fijos para estanda- recía implicar diferencias ligadas ser mayor en mujeres que en varo-
rizar la medición de tamaño, posi- al sexo en el volumen hemisférico, nes. Pero hoy se privilegia la tesis
ción, orientación y, finalmente, puesto que la mayoría de los varo- opuesta: es mayor en los varones,
forma. (Procusto fue un salteador nes y mujeres poseían hemisferios como reflejo del mayor tamaño glo-
de la mitología griega que forzaba derechos mayores que los izquier- bal del cerebro masculino. Por nues-
a sus víctimas a acostarse en una dos. En general, las diferencias se- tra parte, hemos observado que el
misma cama, independientemente xuales en cada uno de los lóbulos cuerpo calloso es un 10 % mayor
de su estatura; para ello mutilaba cerebrales reflejaban las diferen- en el varón; sin embargo, en la mu-
o estiraba a sus víctimas según fuera cias del cerebro considerado en su jer constituye un porcentaje signi-
necesario.) Los autores determina- globalidad. Sin embargo, el lóbulo ficativamente mayor del total de sus-
ron que la forma interior del hueso occipital, que procesa la informa- tancia blanca (2,4 % frente a un
frontal (y presumiblemente la forma ción visual, presentaba un dimor- 2,2 %).
del propio lóbulo frontal) no ha fismo sexual menor que otras es- Este detalle apunta una explica-
experimentado alteración en los úl- tructuras. ción de la mayor proporción de sus-
timos 500.000 años, pese a los cam- Nuestra segmentación del cerebro tancia blanca en el varón. En imá-
bios sustanciales en la morfología en sustancias gris y blanca reveló genes de RM, la mayor parte de la
exterior del rostro. que las mujeres tenían una propor- sustancia blanca incluye axones
ción media de materia gris a mate- mielinizados, células de la glía y
Sexo en el cerebro ria blanca de 1,35; en los varones vasos sanguíneos. Por el contrario,
De los estudios postmortem y del era de 1,26. Tal proporción mayor la sustancia blanca del cuerpo ca-
análisis de las imágenes de reso- en las mujeres parece causada por lloso consta, en su mayor parte, de
nancia magnética se desprende que, una menor cantidad de sustancia fibras axónicas. Así pues, si el
en promedio, el cerebro del varón blanca, y no por una mayor canti- cuerpo calloso refleja la proporción
es mayor que el de la mujer, inclu- dad de sustancia gris. Los hombres de axones de la sustancia blanca,
so después de aplicar una correc- tenían, en promedio, un 9,3 % más entonces el varón podría tener más
ción según el peso corporal. Al pa- de sustancia gris que las mujeres, componentes no axonales (glía, va-
recer, no se trata de un dimorfismo pero el incremento en el volumen sos sanguíneos) en el conjunto de
CORTESIA DE LOS AUTORES/American Scientist

6. LOS INVESTIGADORES PUEDEN MANIPULAR las imágenes de es visible a lo largo del borde inferior de la cisura de Silvio. La
RM para visualizar estructuras “escondidas” bajo la superficie extracción de los lóbulos frontal y parietal (centro) deja al des-
de la corteza cerebral. En una visión lateral (izquierda), el giro cubierto estas áreas en la superficie superior de cada lóbulo
de Heschl queda oculto (rojo), y el plano temporal (azul) apenas temporal (derecha).

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005 73


RM

Oyente Sordo

Gris segmentada

Blanca segmentada

su sustancia blanca. En otras pala- 7. LAS PERSONAS CON SORDERA CONGENITA presentan menos sustancia blanca que
bras, el “exceso” de sustancia blanca los controles en el giro de Heschl, una región primaria de procesamiento del sonido. El
en los hombres (subyacente a una contorno del giro de Heschl se ha destacado en verde. La imagen original de RM se ha
proporción menor de sustancia gris segmentado en sustancia gris y sustancia blanca para permitir la comparación.
a sustancia blanca) no representa
probablemente un gran aumento
de la conectividad en el cerebro la Universidad de Guelph, encon- giones o circuitos cerebrales con-
masculino. traron que la diferencia de volu- cretos que estén asociados a con-
men cerebral entre un sexo y otro ductas específicas que muestren di-
Deshaciendo un viejo cliché disminuía dos tercios cuando se in- morfismo sexual (por ejemplo, las
¿Qué nos revelan estas diferencias cluía la altura como covariable. tareas opticoespaciales).
de volumen sobre el funcionamien- Además, las diferencias de volu-
to real del cerebro de varón y del men entre sexos siguen una distri- La marca del silencio
cerebro de mujer? Cuando, a princi- bución homogénea a lo largo de El giro de Heschl es una pequeña
pios de los años ochenta, se sugi- los lóbulos cerebrales. No existe estructura en la parte superior del
rió el dimorfismo sexual del cuerpo una región “específica del sexo” con lóbulo temporal, enterrada dentro de
calloso, muchos asociaron el “ma- una proporción indebida que pue- la cisura de Silvio. Es importante
yor” tamaño de la estructura en las da explicar la diferencia en el vo- porque marca la posición aproxi-
mujeres a un mayor grado de co- lumen total. Este patrón difuso mada de la corteza auditiva prima-
municación entre los dos hemisfe- indica que será difícil encontrar ria, la región cerebral donde se pro-
rios. Se remachaba así el estereo- diferencias funcionales que se co- cesan inicialmente los sonidos. Pero,
tipo de que, en la mujer, la mitad rrelacionen con diferencias en el ¿cómo se desarrolla el giro de Heschl
derecha “emocional” y la mitad volumen total. Aún más, existe un en las personas que nunca han oído
izquierda “analítica” se hallan en patrón similar de dimorfismo se- ningún sonido en su vida?
un contacto más intenso. Sabemos xual en otras especies de primates: El examen del giro de Heschl en

CORTESIA DE LOS AUTORES; ADAPTADO POR TOM DUNNE/American Scientist


ahora que la mujer no tiene un las diferencias entre sexos en el individuos sordos se relaciona con
cuerpo calloso mayor que el del volumen cerebral surgieron antes una serie de estudios, ya clásicos,
varón. de que se produjeran los profundos en animales que evidenciaron la
En promedio, el cerebro de varón cambios en el tamaño cerebral y la necesidad de la presencia de infor-
supera en más de 100 centímetros cognición que fueron apareciendo mación sensorial durante períodos
cúbicos el de la mujer. ¿Repercute en el transcurso de la evolución de cruciales del desarrollo del sistema
esa diferencia anatómica en la ca- los homínidos. nervioso. Cuando se bloqueaba la
pacidad cognitiva? No, por varias Nuestro rechazo de la interpre- aferencia de información sensorial
razones. En primer lugar, pese a tación funcional del dimorfismo a los animales (por ejemplo, tapán-
que el dimorfismo sexual en cuanto sexual del volumen cerebral total doles un ojo), no se desarrollaban
a volumen cerebral persista tras una —pues refleja quizá nuestro origen las estructuras cerebrales que reci-
corrección según el peso corporal, primate más que la adquisición de ben esas proyecciones. Ni que de-
algunas de las variaciones pueden adaptaciones cognitivas— no im- cir tiene que ese tipo de experi-
atribuirse a las dimensiones físi- plica que neguemos la existencia mentos no puede realizarse en
cas de las personas. En un meticu- de diferencias funcionales-estruc- humanos. Y de hecho disponemos
loso estudio con imágenes de RM turales entre hombres y mujeres en de escasa información directa so-
(en el que se prestó la misma aten- la anatomía cerebral. Al contrario; bre el efecto de la privación sen-
ción al tamaño cerebral y corpo- cabe esperar que los cambios se sorial sobre el desarrollo del cere-
ral), Michael Peters y su grupo, de den de una forma más sutil, en re- bro humano. En busca de una salida,

74 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005


colaboramos con Karen Emmorey, sustancia blanca, puesto que la can-
del Instituto Salk, para estudiar, me- tidad de sustancia gris (después de
diante imágenes de RM de alta re- la normalización) varió muy poco
solución, los volúmenes de las sus- entre los sujetos sordos y de audi-
tancias gris y blanca en el giro de ción normal.
Heschl de individuos con sordera Creemos que la privación audi-
congénita y en individuos de audi-
ción normal.
tiva desde el nacimiento puede ha-
ber conducido a una combinación MEDICINA
Medimos el volumen del giro de de una menor mielinización, número
Heschl y de otras regiones en ce- menor de conexiones con la cor-
rebros de 25 individuos con sordera teza auditiva y una desaparición gra-
congénita y en 25 controles, de igual dual de las fibras axonales en de-
sexo y edad que los anteriores. Una suso. Esta parte del cerebro no está
de estas áreas, el plano temporal, muerta, pues responde a estímulos
bordea el giro de Heschl y está no auditivos. Pero nuestros resulta-
implicada en el procesamiento se- dos indican que la exposición al
cundario del sonido. Esta estructura sonido podría repercutir en el de-
constituye una de las regiones más sarrollo anatómico de esta región
asimétricas del cerebro, siendo ma- sensorial primaria. ha publicado sobre el tema, entre
yor en el hemisferio izquierdo que otros, los siguientes artículos:
en el derecho. Antaño se pensó in- Llenando el vacío
cluso que esta asimetría podía ha- Dada la complejidad de la cuestión Reconsideración del cerebelo,
ber evolucionado con el lenguaje y el número de aspectos que deben de James M. Bower
hablado. Pero encontramos un pa- ser investigados, los estudios vo- y Lawrence M. Parsons
trón similar en los chimpancés; por lumétricos del cerebro humano se Octubre 2003
tanto, las funciones lingüísticas de encuentran todavía en sus inicios.
Fármacos potenciadores
los hemisferios debieron haberse Ni siquiera hemos establecido el del cerebro,
desarrollado en el contexto de una rango de variabilidad del cerebro de Stephen S. Hall
lateralización preexistente (al me- humano. Se necesita más investi- Noviembre 2003
nos en esta área). gación normativa. A pesar de que
El plano temporal fue igual en las imágenes de RM han sido uti- El control del estrés,
los sujetos sordos y oyentes. De eso lizadas en cientos de estudios so- de Robert Sapolsky
se desprendía que la estructura de bre esquizofrenia, la enfermedad Noviembre 2003
esta región no parece venir condi- de Alzheimer y el autismo, la in-
cionada por la entrada de informa- formación volumétrica no constituye Bases moleculares
ción sensorial. Sin embargo, en el aún un componente estándar en la de la esquizofrenia,
giro de Heschl sí observamos di- diagnosis clínica. Confiamos en que de Daniel C. Javitt y Joseph T. Coyle
ferencias: la razón de sustancia gris la próxima generación de trabajos Marzo 2004
a sustancia blanca era bastante ma- de RM de alta resolución añadirán
yor en los sujetos sordos que en más capacidad analítica para ahon- El cerebro adicto,
los controles. El aumento obedecía dar en la vinculación entre estruc- de Eric J. Nestler y Robert C. Malenka
a una reducción del volumen de la tura y función cerebral. Mayo 2004

El shock y sus causas,


de Donald W. andry y Juan A. Oliver
Los autores Junio 2004

John S. Allen enseña en el departamento de neurología de la facultad de medicina Lipotoxicidad y diabetes,


de la Universidad de Iowa, en cuyo laboratorio de neuroanatomía y neuroimagen inves- de Gema Medina-Gómez,
tiga Joel Bruss. Hanna Damasio, directora de dicho laboratorio, comparte esa tarea Chris Lelliot y Antonio Vidal Puig
con la docencia universitaria. Septiembre 2004
© American Scientist Magazine.

Bibliografía complementaria Detección de la enfermedad


de las vacas locas,
HUMANS AND GREAT APES SHARE A LARGE FRONTAL CORTEX. K. Semendeferi, A. Lu, de Stanley B. Prusiner
N. Schenker y H. Damasio en Nature Neuroscience, vol. 5, págs. 272-276; 2002. Septiembre 2004
SEXUAL DIMORPHISM AND ASYMMETRIES IN THE GRAY-WHITE COMPOSITION OF THE HUMAN CE-
REBRUM. J. S. Allen, H. Damasio, T. J. Grabowski, J. Bruss y W. Zhang en Neuro-
Image, vol. 18, págs. 880-894; 2003.
A MORPHOMETRIC ANALYSIS OF AUDITORY BRAIN REGIONS IN CONGENITALLY DEAF ADULTS. K. Em-
morey, J. S. Allen, J. Bruss, N. Schenker y H. Damasio en Proceeding of the National
Academy of Sciences of the U.S.A., vol. 100, págs. 10.049-10.054; 2003.

INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, enero, 2005 75

También podría gustarte