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Estrella de la mañana
Que se levanta con el alba
Y cuando llega el ocaso
Siempre quiere un abrazo.
Páá giná 2
INDICE
1 .- Introducción
2 .- Canciones infantiles
3 .- Poemas infantiles
4 .- Adivinanzas
5 .- Trabalenguas
6 .- Refranes
7 .- Cuentos
8 .- Fabulas
9 .- Leyendas
10 .- Folklore nicaragüense
11 .- Gastronomía
12 .- Dedicatoria
Páá giná 3
Introducción
Este proyecto está basado en las formas de aprendizaje de los niños, en sus
primeras etapas de desarrollo intelectual, cuando el menor inicia sus primeras
letras.
Es una recopilación de conocimientos propios de nuestra tierra natal, lingüística y
fonética en la formación de los niños en etapa de conocimiento primario como
forma de integración a la cultura que sus maestros a lo largo de su educación
primaria se comprometen a enseñar.
Una breve información de las formas de cultura de nuestra tierra, rica en cuentos y
leyendas que han dado inicio al folklore nacional de Nicaragua
Recordemos que nuestros padres y abuelos inician enseñándonos a hablar, luego
continúan enriqueciendo nuestro lenguaje con la práctica de canciones aprendidas y
heredadas de generación en generación y que hoy en día son utilizadas en muchos
países.
Pero el conocimiento continua y le corresponde a los maestros el enseñarnos,
instruirnos y prepararnos para los adquirir valores culturales que nos ayudan a
conocer el lugar donde vivimos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Es así como permanece nuestra cultura empírica, la que adquirimos de nuestros
padres, abuelos y maestros y heredaremos a nuestros hijos, enseñando nuestras
canciones, versos, coplas, cultura y tradiciones, que nos aseguran la perpetuidad del
conocimiento que adquirimos de nuestros antepasados.
Canciones infantiles
Páá giná 4
Una canción infantil es aquella canción realizada con algún propósito para los niños
pequeños y bebés. La letra suele ser muy sencilla y repetitiva, para su fácil
comprensión y memorización
Las rondas infantiles y los juegos tradicionales nos hacen recordar aquella época
de nuestra infancia cuando éramos muy pequeños y nos tomábamos de la mano
formando una ronda, girábamos y cantábamos con la alegría que el canto y el juego
pueden provocar en un niño.
Otra de las funciones básicas que el niño desarrolla al cantar y mover su cuerpo
siguiendo sonidos y ritmos, con pausas y contrastes, es su aptitud rítmica.
Es una forma de expresión que encuentran los niños para expresarse oralmente
desde el momento en que inician y conocen el habla.
El elefante trompita
Yo tengo un elefante
Que se llama trompita
Mueve sus orejas
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Llamando a su mama
Y la mama le dice
Pórtate bien trompita
Si no te portas bien
Cha cha en la colita
Los deditos
Un barquito
Páá giná 6
Un barquito, dos barquitos,
Se fueron de paseo y no me invitaron
A chichi guagua, a guagua chichi,
Que lo repita mi amiga…
Buenos días
Ya es la hora, ya es la hora
De salir, de salir,
Toque la campana, toque la campana,
Din, don, dan, Din, don, dan.
Solecito
Sal solecito
Caliéntame un poquito
Por hoy y por mañana
Y por toda la semana
Pues ya es hora de ir a estudiar
De ir a estudiar.
El pollo
Baila el pollo,
El pollo con una pata
El pollo con otra pata,
El pollo con una alita,
El pollo con la otra alita
Y el pollo con la colita.
Páá giná 7
El pollito y el pato
Barquito de papel
Barquito de papel
mi amigo fiel
llévame a navegar
por el ancho mar
Abajo la guerra
arriba la paz
los niños queremos
reír y cantar.
Debajo un botón, ton, ton, que encontró Martín, tin, tin, había
un ratón, ton, ton,¡ay, que chiquitín!, tin, tin.¡Ay, que chiquitín!,
tin, tin,era aquel ratón, ton, ton,que encontró Martín, tin, tin,
debajo un botón, ton, ton. Es tan juguetón, ton, ton,el Señor
Martín, tin, tin, que escondió el ratón, ton, ton,en un calcetín,
Páá giná 8
tin, tin.En un calcetín, tin, tin, estaba el ratón, ton, ton,que encontró Martín, tin,
tin, debajo un botón, ton, ton.
La muñeca azul
Páá giná 9
Una gorrita negra, agüita con anís, mi burro enfermo está.
Una gorrita negra, agüita con anís, una bufanda blanca, mi burro enfermo está.
Una gorrita negra, agüita con anís, una bufanda blanca, jarabe de limón, mi burro
enfermo está.
Una gorrita negra, agüita con anís, una bufanda blanca, jarabe de limón, un frasco
de pastillas, mi burro enfermo está
Una gorrita negra, agüita con anís, una bufanda blanca, jarabe de limón, un frasco
de pastillas, emplasto de lechugas, mi burro enfermo está
Los pollitos
La rana cucú
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Cucú, cantaba la rana
Cucú debajo del agua,
Cucú pasó un caballero
Cucú de bota y sombrero.
La maestra luna
Dicta la lección
Y una nube negra
Es el pizarrón.
Páá giná 11
Una estrella chica
Se pinto de tiza
Para que las otras
Se mueran de risa,
Jajajaja ja ja, ja, ja, ja, ja, ja
Pim-pom es un muñeco
muy guapo y de cartón.
Se lava la carita .
con agua y jabón.
Se desenreda el pelo
con peine de marfil,
y aunque se dé tirones
no llora ni hace así.
Páá giná 12
A La Ru Ru
A la ru ru, nene,
a la ru ru ya,
duérmete mi nene, duérmase ya.,.
Duérmase mi negro, cara de pambazo,
que si no se duerme
le doy un trancazo...
Mi negrito lindo,
ya se está durmiendo,
pon cara de palo,
que yo te estoy viendo...
A la ru ru, nene,
a la ru ru ró,
a la ru ru ró,
este negro lindo
ya se me durmió.
Me quiero casar
Páá giná 13
Naranja dulce
Naranja dulce
Limón partido
Dame un abrazo
Que yo te pido.
Si fueran falsos
mis juramentos
en poco tiempo
se olvidarán.
Toca la marcha
mi pecho llora
adiós señora
yo ya me voy.
Las mañanitas
Páá giná 14
cantaron los ruiseñores.
Ya viene amaneciendo
ya la luz del día nos dio,
levántate de mañana,
mira que ya amaneció.
Brilla estrellita
Estrellita ¿dónde estás?
quiero verte titilar
en el cielo sobre el mar
un diamante de verdad
estrellita ¿dónde estás?
quiero verte titilar...
Patito Juan
Obedece a tu papa
obedece a tu mama
y si lo haces es Señor,
larga vida te dará
Obedece a tu papa
obedece a tu mama
y si lo haces es Señor,
Páá giná 15
larga vida te dará
Obedece a tu papa
obedece a tu mama
y si lo haces es Señor,
larga vida te dará
Páá giná 16
Si las gotas de lluvia
fueran de caramelo
Coplas y piropos
La copla es una forma poética de 4 versos que sirve de letra para canciones
populares. Surgió en España, donde sigue siendo muy común, y está muy difundida
en Latinoamérica. Su nombre proviene de la voz latina copula, "lazo", "unión".
El piropo sin embargo es una frase ingeniosa que se lanza a una persona para
adularla con el propósito de cortejarla o enamorarla.
Los piropos pueden llegar a ser tan ingeniosos, pícaros y originales que podrían
llegar a ser considerados como un subgénero popular
Las coplas y los piropos constituyen un valioso elemento dentro del lenguaje
popular, más si tomamos en cuenta que es utilizado por muchos jóvenes, tanto en el
sentido de romance como en el de picardía o burla.
Páá giná 17
Azul es el cielo,
Verdes son las plantas,
cafés son los ojos
De la chica que me mata.
Páá giná 18
Adiós, mi chinita,
mi flor de azahar.
Ay platicaremos
cuando haiga lugar.
Adiós,
cantarito de arroz,
si no me das un beso
no me voy con vos
Yo no estoy comprometida,
ni quiero comprometerme.
Yo quiero vivir solita,
y que nadie me gobierne
Páá giná 19
Manojitos de alfileres
me parecen tus pestañas,
cada vez que me miras
me las clavas en el alma.
Poemas
Páá giná 20
El concepto de poesía infantil comprende los textos escritos por niños y
adolescentes; escritos para ellos.
Páá giná 21
La rosa blanca
Boda de flores
Aquella rosita
Nacida en abril
Quería casarse
Con un alhelí.
Hará de padrino
Su tío el jazmín
E irán a la boda
Claveles cien mil.
Se mató un tomate
Páá giná 22
Páá giná 23
¡Ay! ¡Qué disparate! Con Doña Nabiza)
¡Se mató un tomate! Regresó de prisa
¿Quieren que les cuente? En su nuevo yate
Se arrojó de la fuente Por ver al tomate.
Sobre la ensalada Acaba la historia:
Recién preparada. Ocho zanahorias
Su rojo vestido, todo descosido, Y un alcaucil viejo
cayó haciendo arrugas al mar de Formaron cortejo
lechugas. Con diez berenjenas
Su amigo Zapallo corrió como un De verdes melenas,
rayo pidiendo de urgencia Sobre una carroza
Por una asistencia. Bordada con rosas.
Vino el doctor Ajo Choclos musiqueros
Y remedios trajo. Con negros sombreros
Llamó a la carrera Tocaron violines
A Sal, la enfermera. Quenas y flautines,
Después de sacarlo Y dos ajíes sordos
Quisieron salvarlo Y espárragos gordos
Pero no hubo caso: Con negras camisas,
¡Estaba en pedazos! Cantaron la misa.
Preparó el entierro El diario espinaca
La agencia “Los Puerros”. La noticia saca:
Y fue mucha gente... -Hoy, ¡qué disparate!
¿Quieren que les cuente? ¡Se mató un tomate!-
Llegó muy doliente Papa, el Al leer, la cebolla
presidente del Club de Verduras, Lloraba en su olla.
para dar lectura Una remolacha
De un “Verso al tomate” Se puso borracha.
(Otro disparate) mientras, de perfil, -¡Me importa un comino!
el gran Perejil Dijo Don Pepino...
Hablaba bajito Y no habló la acelga
Con un rabanito. (Estaba de huelga).
También el Laurel
(De luna de miel
Páá giná 24
¡Qué alegre y fresca la mañanita!
Me agarra el aire por la nariz:
los perros ladran, un chico grita
y una muchacha gorda y bonita,
junto a una piedra, muele maíz.
Un mozo trae por un sendero
sus herramientas y su morral:
otro con caites y sin sombrero
busca una vaca con su ternero
para ordeñarla junto al corral.
Sonriendo a veces a la muchacha,
que de la piedra pasa al fogón,
un sabanero de buena facha,
casi en cuclillas afila el hacha
sobre una orilla del mollejón.
Por las colinas la luz se pierde
bajo el cielo claro y sin fin;
ahí el ganado las hojas muerde,
y hay en los tallos del pasto verde,
escarabajos de oro y carmín.
Sonando un cuerno corvo y sonoro,
pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.
Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.
Lo fatal
Páá giná 25
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
Y más la piedra dura, porque ésta ya no siente,
Pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
Ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
El ruego al libro
Páá giná 27
El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Páá giná 28
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
Páá giná 29
Caupolicán
A Campoamor
Rubén Darío
Páá giná 30
Para Entonces
Gutiérrez Najera
Páá giná 31
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido .
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
Los sueños
Páá giná 32
El hada más hermosa ha sonreído
al ver la lumbre de una estrella pálida,
que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.
Y vuelve a sonreír porque en su rueca
el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba
está el jardín envuelto en luz dorada.
La cuna, casi en sombra. El niño duerme.
Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.
Antonio machado
La madre triste
La pajita
Ésta que era una niña de cera;
pero no era una niña de cera,
era una gavilla parada en la era.
Páá giná 33
Pero no era una gavilla
sino la flor tiesa de la maravilla.
Tampoco era la flor sino que era
un rayito de sol pegado a la vidriera.
No era un rayito de sol siquiera:
una pajita dentro de mis ojitos era.
¡Alléguense a mirar cómo he perdido entera,
en este lagrimón, mi fiesta verdadera!
Gabriela mistral.
Mis deseos
Si Dios omnipotente me mandara
de sus deseos tomar el que quisiera,
ni el oro ni la plata le pidiera,
ni imperios ni coronas deseara.
Sonetos
Páá giná 34
Adivinanzas:
Las adivinanzas son dichos populares utilizados como pasatiempos en los que
se describe algo para que sea adivinado.
Tienen como objetivo entretener y divertir. Forman parte activa del folklore
infantil.
Páá giná 35
En lo alto vive,
En lo alto mora
En lo alto teje
La tejedora.
La araña
Tengo corona
Y no soy reina
Tengo escamas
Y no soy pescado
La piña
Duerme de noche
Y alumbra de día
El sol
El caracol
El libro
Oro no es
Plata no es
Páá giná 36
Abre la puerta
Y veras que son.
El plátano
El semáforo
Chiquita y de hierro
Cuida la casa mejor que un perro
La llave
La cebolla
El doctor
Redondo, redondo
No tiene tapa, ni tiene fondo.
El anillo
La pera
Paseo de noche,
Duermo de día,
Me gusta la leche
Y la carne fría.
El gato
Te la digo y no me entiendes
Te la repito y no me comprendes.
La tela
Tengo la cabeza dura,
Me sostengo sobre un pie
Y soy de tal fortaleza
Que a Dios me sujete.
El clavo
Pérez anda,
Páá giná 38
Gil camina, tonto es
Quien no adivina
El perejil
Páá giná 39
Trabalenguas
Los trabalenguas constituyen a la vez un tipo de literatura popular de naturaleza
oral. En especial sirve para hacer a uno equivocarse en varias ocasiones las
personas que lo pronuncian no lo pueden hacer y ahí se desarrolla el conflicto de
la pronunciación.
Suelen ser juegos de palabras que combinan fonemas similares, y con frecuencia
se crean con aliteraciones y rimas con dos o tres secuencias de sonidos.
Es muy divertido jugar con los trabalenguas. Es un juego ideal para adquirir
rapidez del habla, con precisión y sin equivocarse.
Los Trabalenguas, que también son llamados des trabalenguas, son útiles para
ejercitar y mejorar la forma de hablar de los niños.
Comience recitando lentamente cada frase y luego a repetirlas cada vez con más
rapidez. Los trabalenguas son un juego de palabras con sonidos y de
pronunciación difíciles, y sirven para probar tus habilidades.
Páá giná 40
Sorullo quiere lo suyo
Lo tuyo es tuyo
Dice sorullo
Suelta lo que no es tuyo
Sorullo quiere lo suyo
Páá giná 41
Quiero y no quiero querer
a quien no queriendo quiero.
He querido sin querer
y estoy sin querer queriendo.
Si por mucho que te quiero,
quieres que te quiera más,
te quiero más que me quieres
¿que más quieres?, ¿quieres más?
Calvo Claudio
Y su calva familia
Clavan clavos
Al clarear el día.
El gallo pinto no pinta
El que pinta es el pintor
Que al gallo pinto las pintas
Pinta por pinta pinto
Páá giná 42
Refranes
Constituyen el bagaje cultural del pueblo en tiempos en los que la tradición oral
pasaba la sabiduría popular de una generación a otra
Los refranes son dichos de origen popular que en forma figurada y pintoresca,
muchas veces suelen encerrar enseñanzas morales de profunda sabiduría.
Se emplean sin alteración alguna y buena parte de ellos es común en el resto del
mundo hispanoparlante.
Páá giná 43
Quien no oye consejos no llega a viejo
Hay que estar para las verdes y para las maduras. (Ser incondicional)
Hambre, sueño, o gana de ver al dueño. (Al bostezar)
El hombre es como el oso, cuanto más feos más hermosos.
Palos con gusto saben a almendras. (No hay que ser tan despistado. Hay
que aprender más)
Recadicos en reunión, falta de educación. (Hablar al oído)
El que tiene un vicio, si no se mea en la puerta, se mea en el quicio. (Difícil
de control)
El que su mal escoge, que no se enoje. (Libre)
No todo lo que brilla es oro. (Engaño)
Páá giná 45
Con el tiempo y una caña, hasta las verdes se alcanzan. (Perseverancia)
Unos nacen tontos, otros tontos no son, y otros hacen tontos, a los que
tontos no son. (Maneras de actuar)
Páá giná 46
Malo es meterse por el ojo un palo, y peor metérselo por los dos. (Hacer
el mal otra vez)
Quien mal anda, mal acaba. Por embustero, te va a salir una verruga en un
diente. (Imposible)
Páá giná 47
Eres más raro que un grajo blanco.
El que calla y no obedece, jode por dos veces. (Hago lo que quiero)
Te doy una torta que te meas las patas abajo. (Sacudida grande)
Páá giná 48
Tienes menos luces que un farol apagao. (Ignorante)
Eres más guapo que el culo de mi gato. Tengo más que puedo. (Agobiado)
Páá giná 49
Cuentos
Un cuento es una narración ficticia que puede ser completamente creación del
autor, o bien, puede basarse en hechos de la vida real, que podrían incluso ser
parte de la vida del autor.
El hada y la sombra
Páá giná 50
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus
ciudades llenaran la tierra, antes incluso de que muchas
cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso
custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus
vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando
unos malvados seres amenazaron el lago y sus bosques,
muchos se unieron al hada cuando les pidió que la
acompañaran en un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y desiertos en
busca de la Piedra de Cristal, la única salvación posible para todos.
Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal,
pero el monstruoso Guardián de la piedra no estaba dispuesto a entregársela.
Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad, se ofreció a cambio de la
piedra quedándose al servicio del Guardián por el resto de sus días...
Páá giná 51
para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el
regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y
regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de
poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una
piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había
regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció
el joven, y este se explicó diciendo:
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven,
que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la
princesa hasta el fin de sus días
Páá giná 52
varias ramitas."Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes usarlas" El
conejito se moría de hambre, pero decidió no morder las ramitas pensando en
darles buen uso.
Al volver a casa, encontró una ovejita muy viejita y pobre que casi no podía
caminar."Dame algo, por favor", le dijo. El conejito no tenía nada salvo las
ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas. Sin embargó, recordó
como sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo todo, así que sacó
una ramita del saco y se la dio a la oveja. Al instante, la rama brilló con mil
colores, mostrando su magia.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el mago a sus papás, que se
mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la
ramita, llegó su hermanito pequeño, llorando por el hambre, y también se la dio a
él.
Páá giná 53
El príncipe está emocionado y lo prepara todo con esmero, pero el día del baile
no encuentra la invitación entre el desorden de su cuarto.
La busca desesperado y no la encuentra, y al final decide ordenar todo su
cuarto, encontrando la invitación justo encima de la mesa. Para cuando llega al
baile ya se marchaban todos y se vuelve muy triste y habiendo aprendido la
lección. Pero tuvo suerte, y como no encontró novio, la princesa repitió el baile
poco después, y como esta vez tuvo todo ordenado, no perdió la invitación y pudo
conocer a la princesa, que también se enamoró de él.
El hada fea
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado
hacer un encantamiento para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le
contaba su mamá de pequeña:
- tú eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que es
así por alguna razón especial...
Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron el país, haciendo prisioneras a
todas las hadas y magos. Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus
propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja. Así, pudo
seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta
para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de
lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran
hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los
siguientes 100 años.
Páá giná 54
Y durante esos 100 años, y muchos más, todos recordaron la valentía y la
inteligencia del hada fea. Nunca más se volvió a considerar en aquel país la
fealdad una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de
alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.
El origen de la felicidad
Había una vez un niño que era muy feliz, aunque no tenía
muchos juguetes ni dinero. Él decía que lo que le hacía
feliz era hacer cosas por los demás, y que eso le daba
una sensación genial en su interior.
Pero realmente nadie le creía, y pensaban que no andaba
muy bien de la cabeza. Dedicaba todo el día a ayudar a
los demás, a dar limosna y ayuda a los más pobres, a cuidar de los animales, y
raras veces hacía nada para sí mismo.
Un día conoció a un famoso médico al que extrañó tanto su caso, que decidió
investigarlo, y con un complejo sistema de cámaras y tubos, pudo grabar lo que
ocurría en su interior.
Lo que descubrieron fue sorprendente: cada vez que hacía algo bueno, un millar
de angelitos diminutos aparecían para hacerle cosquillas justo en el corazón.
Aquello explicó la felicidad del niño, pero el médico siguió estudiando hasta
descubrir que todos tenemos ese millar de angelitos en nuestro interior. La pena
es que como hacemos tan pocas cosas buenas, andan todos aburridos haciendo el
vago.
El árbol mágico
Páá giná 55
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra,
supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada.
Pero cuando el brillo de los regalos y las fiestas se fueron apagando, la joven
princesa descubrió que su guapo marido no era tan maravilloso como ella
esperaba: se comportaba como un tirano con su pueblo, alardeaba de su esposa
como de un trofeo de caza y era egoísta y mezquino.
Cuando comprobó que todo en su marido era una falsa apariencia, no dudó en
decírselo a la cara, pero él le respondió de forma similar, recordándole que sólo
la había elegido por su belleza, y que ella misma podía haber elegido a otros
muchos antes que a él, de no haberse dejado llevar por su ambición y sus ganas
de vivir en un palacio.
Páá giná 56
Dispuesta a enmendar su error, la princesa trató de huir de palacio, pero el
príncipe no lo consintió, pues a todos hablaba de la extraordinaria belleza de su
esposa, aumentando con ellos su fama de hombre excepcional. Tantos intentos
hizo la princesa por escapar, que acabó encerrada y custodiada por guardias
constantemente.
Páá giná 57
Y así, desfigurada y libre, la joven del bello rostro pudo por fin ser feliz junto a
aquel sencillo y leal soldado, el único que al verla no apartaba la mirada, pues a
través de su rostro encontraba siempre el camino hacia su corazón.
- La próxima vez que vendas algo, cuando des el dinero del cambio, entrega como
por descuido la moneda del menor valor. Aquel que te la devuelva sabrás que es
honrado.
El hombre rico agradeció mucho el consejo, y pensando que era una buena idea y
fácil de realizar, decidió ponerla en práctica. No contaba con que uno de los
presentes, un vecino que se hacía pasar por amigo pero en verdad le envidiaba
enormemente, contrató los favores de un hechicero, a quien encargó encantar
las pequeñas monedas que poseía el anciano de modo que cualquiera que mirase
una de aquellas monedas tocadas por él, viera en ella no una moneda corriente,
sino aquello que más quería en el mundo.
Todo resultó según lo planeado por el envidioso comerciante, y ni uno solo de los
que hablaron con el anciano fue capaz de devolver la triste moneda: unos veían
en ella el mayor diamante o piedra preciosa, otros una obra de arte, otros una
reliquia y algunos incluso una pócima curativa milagrosa.
Páá giná 58
El anciano, deprimido y enfermo, decidió llamar a sus sirvientes antes de morir,
y les entregó algunos bienes para que pudieran vivir libremente cuando él no
estuviera. Entre ellos se encontraba uno muy joven aún, al que entregó una de
aquellas pequeñas monedas por error.
El joven, criado a la sombra de aquel justo y sabio señor a quien quería como un
padre, vio en lugar de la moneda una poderosa medicina que curaría al anciano
señor, pues aquello era de veras lo que más quería en el mundo, y según la vio,
entregó la moneda de nuevo diciendo: "tomad, señor, esto es para vos; seguro
que os sentará bien".
Había una vez dos amigos que vivían en un palacio con sus
familias, que trabajaban al servicio del rey. Uno de ellos
conoció una niña que le gustó tanto que quería que pensó
hacerle un regalo.
Páá giná 59
faltaron tantas flores que el rey se dio cuenta y se enfadó tanto que mandó
llamar a todo el mundo.
Cuando estaban ante el rey, el niño pensaba que debía decir que había sido él,
pero su amigo le decía que se callara, que el rey se enfadaría muchísimo con él.
Estaba muerto de miedo, pero cuando el rey llegó junto a él, decidió contárselo
todo. En cuanto dijo que había sido él, el rey se puso rojo de cólera, pero al oír
lo que había hecho con las flores, en su cara apareció una gran sonrisa, y dijo
"no se me habría ocurrido un uso mejor para mis flores" .
Y desde aquel día, el niño y el rey se hicieron muy amigos, y se acercaban juntos
a tomar dos de aquellas maravillosas flores, una para la niña, y otra para la reina.
El patito feo
La mamá Pata, avergonzada por haber tenido un patito tan feo, le apartó con el
ala mientras daba atención a los otros patitos. El patito feo empezó a darse
cuenta de que allí no le querían. Y a medida que crecía, se quedaba aún más feo,
y tenía que soportar las burlas de todos.
Páá giná 60
él se dio cuenta de que la vieja era mala y sólo quería engordarle para
transformarlo en un segundo plato.
El patito salió corriendo como pudo de allí. El invierno había llegado. Y con el, el
frío, el hambre, y la persecución de los cazadores para el patito feo. Lo pasó
muy mal. Pero sobrevivió hasta la llegada de la primavera. Los días pasaron a ser
más calurosos y llenos de colores. Y el patito empezó a animarse otra vez.
Un día, al pasar por un estanque, vio las aves más hermosas que jamás había
visto. Eran elegantes, delicadas, y se movían como verdaderas bailarinas, por el
agua. El patito, aún acomplejado por la figura y la torpeza que tenía, se acercó a
una de ellas y le preguntó si podía bañarse también en el estanque. Y uno de los
cisnes le contestó:
- ¿Cómo que soy uno de los vuestros? Yo soy feo y torpe, todo lo contrario de
vosotros.
Y ellos le dijeron:
Páá giná 61
Fábulas
Las fábulas, son relatos cortos y ficticios encargado de transmitir alguna
enseñanza a la que llamamos moraleja. Sus protagonistas, son animales que
actúan, hablan y piensan como humanos.
Páá giná 62
El águila, el cuervo y el pastor
Le preguntaron sus hijos acerca de que clase de ave era aquella, y les dijo:
- Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.
Por casualidad pasó por allí otra zorra, y oyendo sus quejidos se le acercó y le
preguntó que le ocurría. Cuando se enteró de lo acaecido, le dijo:
-- ¡Pues quédate tranquila hermana hasta que vuelvas a tener la forma en que
estabas, entonces de seguro podrás salir fácilmente sin problema!
Páá giná 63
Una zorra a la cual un cepo le había cortado la cola, estaba tan avergonzada, que
consideraba su vida horrorosa y humillante, por lo cual decidió que la solución
sería aconsejar a las demás hermanas cortarse también la cola, para así
disimular con la igualdad general, su defecto personal.
Reunió entonces a todas sus compañeras, diciéndoles que la cola no sólo era un
feo agregado, sino además una carga sin razón.
Cuídate de los que dan consejo en busca de su propio beneficio, y no por hacer
realmente un bien.
El león y el ratón
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con
una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oír los
lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.
-- Días atrás -- le dijo --, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por
ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos
agradecidos y cumplidos.
El cisne y su dueño
Páá giná 64
Se dice que los cisnes cantan justo antes de morir. Un
hombre vio en venta a un cisne, y habiendo oído que era un
animal muy melodioso, lo compró.
--Si sólo cantas cuando vas a morir, fui un tonto rogándote que cantaras en
lugar de inmolarte.
Muchas veces sucede que tenemos que hacer a la fuerza lo que no quisimos
hacer de voluntad.
Qué azar o qué dios ha hecho un león de oro? Lo que me sucede llena mi alma de
turbación; quiero el oro, y temo la obra hecha con oro; el deseo me empuja a
cogerlo, y mi natural a dejarlo.
¡Oh fortuna que ofrece y que no permite tomar! ¡Oh tesoro que no da placer! ¡Oh
favor de un dios que es un suplicio! ¿Qué haré para que venga a mis manos?
Volveré con mis esclavos para coger el león con esta tropa de amigos, mientras
yo miro desde lejos.
Páá giná 65
Un asno, habiéndose puesto una piel de león, vagaba en el
bosque y se divertía él mismo asustando a todos los animales
ingenuos que él se encontraba en sus vagabundeos.
El jabalí y la zorra
Él contestó,
-Lo hago deliberadamente; ya que así nunca tendría que afilar mis armas justo
en el momento que debería usarlas."
Es siempre necesario estar listo para encarar los problemas, y no esperar a que
ellos se presenten para apenas empezar a prepararse.
La mariposa perdida
Páá giná 66
El hombre repitió: "Dios, habla conmigo", Y el eco de un Trueno se oyó, Más el
hombre fue incapaz de oír.
El hombre miró alrededor y dijo: "Dios, déjame verte", Una Estrella brilló en el
cielo, Pero el hombre no la vio.
"Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo..."Y una Mariposa se posó
suavemente en su hombro, El hombre espantó la mariposa con la mano y
desilusionado Continuó su camino, triste, solo y con miedo.
El niño sacó la mano del bolsillo y examinó las monedas. - ¿Cuánto cuesta un
helado solo? -volvió a preguntar. Algunas personas esperaban mesa y la
camarera ya estaba un poco impaciente. - Veinticinco centavos -dijo
bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. - Quiero el helado solo -dijo.
El gusanito
Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba
todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.
Páá giná 68
Ni yo, con patas tan grandes, intentaría realizar algo tan ambicioso y se quedó
en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo
avanzado ya unos cuantos centímetros.
Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba el animal más
loco del pueblo, había construido como su tumba un monumento a la insensatez,
ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño
irrealizable.
Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales
se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia
para los atrevidos.
El león y la liebre
Páá giná 69
Mientras tanto el león, que no pudo dar alcance al ciervo, ya cansado, regresó a
tomar la liebre y se encontró con que también había buscado su camino a salvo.
Entonces se dijo el león: - Bien me lo merezco, pues teniendo ya una presa en
mis manos, la dejé para ir tras la esperanza de obtener una mayor.
La ranita sorda
Finalmente, una de las ranas atendió a lo que las demás decían, se dio por
vencida y murió, la otra continuó saltando con tanto esfuerzo como le era
posible. La multitud le gritaba que era inútil pero la rana seguía saltando cada
vez con más fuerza, hasta que finalmente salió del hoyo. Las otras le
preguntaron: “¿No escuchabas lo que te decíamos?” La ranita les explicó que era
sorda y creía que las demás la estaban animando desde el borde a esforzarse
más y más Para salir del hueco.
La zorra y la liebre
Páá giná 70
Aceptó la liebre y la siguió; pero al llegar a casa de doña zorra vio que no había
más cena que la misma liebre. Entonces dijo la liebre:
Las moscas
Páá giná 71
El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo
hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada
sucedió; por la ventana de sus habitaciones, el monarca veía que el pájaro
continuaba inmóvil.
Publicó por fin un bando entre sus súbditos solicitando ayuda, y a la mañana
siguiente vio al halcón volar ágilmente por los jardines. - Traedme al autor de
ese milagro -dijo.
- No fue difícil, Su Alteza: sólo corté la rama. El pájaro se dio cuenta de que
tenía alas y se lanzó a volar.
Mi mejor amigo
Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto
y discutieron agriamente, uno de ellos le dio una bofetada al
otro.
Páá giná 72
Leyendas
Una leyenda es una narración oral o escrita, en prosa o verso, de apariencia más
o menos histórica, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos.
Pueden ser religiosas, profanas o mixtas, según el tema del cual traten. Las
leyendas también pueden ser populares (de formación más o menos espontánea o
inconsciente), eruditas o fruto de una combinación de elementos de ambos
orígenes. Pueden haber sido inicialmente eruditas y haber conseguido, después,
una gran popularidad.
Un mito (relato falso con sentido oculto, narración, discurso, palabra emotiva)
se refiere a un relato que tiene una explicación o simbología muy profunda para
una cultura en el cual se presenta una explicación divina del origen, existencia y
desarrollo de una civilización.
La carreta nagua
Páá giná 73
Por las noches en el silencio de los caminos solitarios se
oye pasar una misteriosa carreta.
«...Decía que la carreta nagua era una carreta que anda, en las noches. Esta
carreta es bruja. Se le oía pasar y después se callaba al llegar al final de la
calle. Se callaba porque no podía pasar las cruces que forman las calles en las
esquinas. Yo a veces la oía pasar y me daba un miedo horrible y el corazón me
hacía bum... bum... bum... como que se me iba a salir.
También decían que era una procesión que encabezaba la carreta, hecha de
huesos de muerto. Esta procesión salía muy a media noche. La gente, entonces,
se asomaba a ver cuando pasaba esa procesión. Las personas que iban rezando
en la procesión llamaban a los que salían a ver:
—Téngame esta candela. - El que cogía la candela de pronto se percataba que
llevaba un hueso de muerto prendido...»
Allá en Telica, sobre el camino que va de León a Chinandega, se oye mucho pasar
la carreta nagua y doña Jacinta ya se las conoce todas a la bendita carreta,
según sus propias palabras, pero su susto más grande nos lo evocó con
escalofrío:
“Yo estaba solita, íngrima, ya eran las once de la noche y Chon todavía no había
llegado. Yo sabía que el vendría temprano a la casa porque había ido a la vela de
la agüela de Chilo. Estaba yo pensando que era tarde, cuando de pronto oí un
estrépito, los perros aullaban, las gallinas cacareaban, los animales estaban
asustados. No había luna y las calles oscuras, oscuras. Yo temblaba pero al fin
de cuentas decidí asomarme a ver lo que pasaba. Entonces agarré valor y salí.
No vi más que una inmensa carreta y pronto perdí el conocimiento, la vista se me
nubló y caí privada. Al día siguiente todavía tenía calentura y pasé dos días sin
poder hablar, el sonido de la vos no me salía.
Páá giná 74
Eso les sucede a las personas que ven esa carreta. Dicen que esos pasajeros que
llevan una vela prendida en cada mano y con la cabeza cubierta con una capuchas
blancas, son las ánimas del purgatorio que andan penando...”
Dicen que la carreta nagua pasa por las calles de los barrios de Granada. Don
José Jesús recuerda que cuando él era chavalo se reunía a jugar con los
chavalos del barrio del Bolsón pero ya de noche terminaban sentados en la acera
de don Rubén, que tarde de noche, pasaba echando cuentos, pero el que más les
gustaba a los muchachos era el de la carreta nagua.
Esta es su versión:
La carreta era veloz porque nadie podía verla de cerca. La tal carreta pasaba
entre la Cale Real y la Calle de Xalteva. Y entrada la noche lograba llegar a la
pólvora viniendo del Cementerio pero al arrimar a los cruces se quedaba
estancada.
La carreta no puede pasar por las calles que forman una cruz. Al lado del barrio
del Bolsón correteaba esa tal carreta. La carreta iba en barajustada de la
Pólvora hasta un arroyo»
Páá giná 75
La Mocuana
Estos aparentaron hacerlo, pero al poco tiempo regresaron; y esta vez con
deliberadas intenciones de sojuzgar al jefe indio.
Pasó el tiempo y habiendo llegado uno de los hijos de los viejos españoles
vencidos, se enamoró perdidamente de la hija del Cacique, que era muy bella.
Esta correspondió el amor; y como bien sabía ella que su padre se opondría
rotundamente al matrimonio, huyó con el español.
Generosa, le dio a su amante europeo las riquezas que poseía y este, satisfecho,
y no esperando nada más de la pobre india, la encerró en la cueva de un cerro y
le tapó su salida; pero ella, conocedora del lugar, logró escapar por otro lugar.
Páá giná 76
La Llorona
La mamá no se cansaba de repetir a la hija cada vez que la veía silenciosa moler
el maíz o palmar la masa cuando el chisporreteo de la leña tronaba debajo del
comal de barro:
-Hija, nunca se mezcla la sangre de los esclavos con la sangre de los verdugos.
Ella le decía verdugos a los blancos porque la mujer era india. La hija, en la tarde
salía a lavar al río y un día de tantos arrimó un blanco que se detuvo a beber en
un pocito y le dijo adiós al pasar. Los blancos nunca le hablaban a los indios, solo
para mandarlos a trabajar. Pero la cosa es que ella se encantó del blanco y los
blancos se aprovechaban siempre de las mujeres.
Entonces bajo un gran palencón de ceibo que sirve para lavar ropa, ahí por el río,
se veían todos los días y ella se metió con él.
- Mañana, blanco, nos vemos a esta misma hora, -le decía siempre.
Claro, el blanco llegaba y la indita salió pipona, pero la familia no sabía que se
había entregado al blanco. Dicen que ella se iba a ver bajo el guanacaste, para
que las lavanderas no la vieran y no fueran a acusar con la mamá.
Allá al tiempo, ya ella estaba por dar a luz, entonces entró un barco a la isla,
aquí en Moyogalpa. Ya se iba el blanco, se iba para su tierra y entonces como ella
estaba por criar, ella le lloraba para que se la llevara. Pero ¡dónde se la iba a
llevar! La indita lloraba y lloraba, inconsolable, a moco tendido. Él se embarcó y a
ella le dio un ataque, cayó privada.
Páá giná 77
-Mi madre me dijo que la sangre de los verdugos no debe mezclarse con la de los
esclavos.
Entonces se fue al río y voló al muchachito y ¡pan! Se cayó cuando cayó al agua.
Al instante se oyó una voz que decía:
La muchacha al oír esa voz se arrepintió de lo que había hecho y se metió al agua
queriendo agarrar al muchachito pero entre más se metía siguiéndolo, más lo
arrastraba la corriente y se lo llevaba lejos oyéndose siempre el mismo llanto:
¡Ay madre!... ¡ay madre!... ¡ay madre!
Cuando ya no pudo más se salió del río. El río se había llevado al chavalito pero el
llanto del niño que a veces se oía lejos otras veces aparecía cerquita:
¡Ay madre!... ¡ay madre!... ¡ay madre!...
Ahora las madres para contentar a los muchachitos que lloran por pura
malacrianza, les dicen:
La mujer enloquecida se murió y su espíritu quedó errante, por eso se le oyen los
alaridos por las noches... “Por ahí se anda La Llorona, hasta la vez se le oye por
todo el río.”
Páá giná 78
La Taconuda
Esta linda joven era hija de un cacique que era dueño de todas las haciendas
desde la línea hasta llegar a Masaya; su padre le heredó todas sus riquezas por
ser la única hija, es de apellido Sánchez.
Dicen que sale en los cafetales, en las cuchillas cerca de las haciendas que llevan
por nombre Corinto y Las Mercedes.
Pancho Ñato
Pancho era un hombre bandido, le gustaba burlar a la gente, a veces mataba por
defenderse o para ganar dinero, por eso muchas personas le temían, también
Páá giná 79
era respetuoso con las mujeres, nunca se escuchó decir que le hizo daño a
alguna, además fue bondadoso con los pobres, si tenía, les ayudaba.
La Mujer Serpiente
La leyenda sigue diciendo que uno de los servidores del cacique, extrañado por
el comportamiento de la mujer, determinó seguirla a prudente distancia.
Lo que vio ese día lo aterró tanto que echó a correr y fue a contárselo a su
señor. El cacique no dijo nada a su mujer fingiendo ignorar.
Páá giná 80
El terrible reptil, posaba su inmensa cabeza en las bellas piernas de la mujer y
una vez alimentada, serpiente y mujer se entregaban al placer sexual. El
indignado esposo mató a la infiel mujer.
El Cadejo
Hay otro perro que deambula por las noches. Es grande y negro, con un collar
blanco en la propia piel. Este es el Cadejo Malo. Es enemigo del trasnochador.
También el Cadejo Bueno procede así con los tunantes si estos no quieren
dejarse acompañar por aquel y le gritan y lo corren y le tiran piedras. Si yendo
el Cadejo Blanco acompañando a un hombre, encuentra al Negro, se traba ente
Páá giná 81
ambos cadejos una sangrienta y encarnizada lucha, hasta que cae vencido el
Negro.
Los ojos de los Cadejos brillan muchísimo. “Parecen candelas” según el decir de
los indios de Monimbó. El Cadejo no se cansa de caminar. Camina toda la noche
hasta el amanecer en que desaparece.
El Barco Negro
-No tenemos centavos -dijeron los envenenados-, pero pagamos con leña,
pagamos con plátanos.
-¿Quién corta la leña? ¿Quién corta los plátanos? –dijeron los marineros.
-También nosotros -contestaron los lancheros-; con esto nos ganamos la vida.
-¡Por Diosito! -grito el más viejo de la isla-; ¿no ven que si nos dejan nos dan la
muerte?
Páá giná 82
Y se volvió con los marineros y ni porque estaban retorciéndose, tuvieron
lastima. Ahí los dejaron. Pero la abuela se levantó del tapesco y a como le dio
voz les echó la maldición:
La lancha se fue. Cogió altura buscando San Carlos y desde entonces perdió
tierra. Eso cuenta.
Ya no vieron nunca tierra. Ni los cerros ven, ni las estrellas. Tienen años, dicen
que tienen siglos de andar perdidos. Ya el barco está negro, ya tiene las velas
podridas y las jarcias rotas. Mucha gente del Lago los ha visto. Se topan en las
aguas altas con el barco negro y los marineros barbudos y andrajosos les gritan:
-¿Dónde queda San Jorge? ¿Dónde queda Granada?... Pero el viento se los lleva y
no ven tierra. Están malditos.
La Serpiente Emplumada
Una tarde, la princesa Izayana, hija del cacique Nequecheri, la perfumaba con
flores de la campiña, llegó a la orilla de la laguna acompañada por los
conquistadores españoles, pretendiendo entrar al templo, creyendo que éstos
eran los hijos del sol.
Páá giná 83
El fiero guardián no comprendió el engaño del que había sido víctima Izayana y
tomando esto como traición, contrajo terriblemente las facciones, una intensa
cólera brilló en sus ojos y levantando su cuchillo de obsidiana sobre Izayana, le
dio muerte.
Los blancos conquistadores que sólo querían apoderarse del tesoro, dispararon
sus mosquetes hiriéndole.
Agrega la leyenda, que el guerrero herido, se arrastró dentro del templo como
una serpiente y que al sacudir no se sabe que base, el templo del dios se hundió
para siempre en sus tesoros, en las profundas aguas de Asososca.
La Laguna Robada
Una sola vez se miraron el forastero y la hija del Cacique y quedaron prendados
uno del otro. Aquella misma noche el galán la requirió de amores y comenzaron a
charlar íntimamente: “Mi región, dijo él, está más allá de las montañas... Mi
padre estará contento de que te lleve conmigo...
Siguió la pareja haciendo los planes de la fuga. No cabía duda, había surgido un
amor impetuoso capaz de vencer todos los obstáculos. Una vez más se escuchó
la voz apasionada del indio, al decir: “Estoy dispuesto a todo... Pero no, conozco
más que un camino... Los hombres de tu padre nos encontrarían...”
De pronto ella se acordó de algo y dijo: “Yo conozco otro... bordeando la laguna...
habrá de ser hoy mismo... Tienes que esperarme aquí... apenas aparezca la luna
yo vendré a este sitio... nadie debe saber nada”.
Ella con una voz, que más que voz parecía caricia, aproximándose muy cerca de
los labios del joven indio, le dijo: “Te quiero Nahoa, te quiero, ya pronto
aparecerá la luna y la gran estrella de plata será testigo de nuestro amor, de
nuestro gran amor. Sin embargo, tengo miedo”.
Como para alentarla, él musitó calladamente: Nuestro amor es más poderoso que
todos los poderes del mundo, ¿a quién temes?
A mi padre, contestó ella. Consciente de que lo que ella decía era una realidad, él
quiso poner un poco de optimismo, cuando le dijo: “Su violencia puede ser
momentánea, amada mía, después nuestra felicidad será su propia felicidad. Mi
princesa, confía en lo mucho que te amo, lo demás no debe preocuparnos... Y
ahora, hasta dentro de un momento, amada mía”.
Páá giná 85
“Adiós mi lagunita... si pudiera llevarte...”
Él le tomó suavemente con sus manos el rostro amado, lo levantó un poco y notó
cómo dos lágrimas, que como perlas cristalinas se resbalaban por las mejillas:
¿“Lloras? ¿Lloras mi pequeña Xincalt? Lloro por mi laguna... Tengo que dejarla...
“Xincalt, si tú quieres, podemos llevar la laguna. La alegría iluminó su rostro y
con voz que sonaba a felicidad, le dijo: “Si puedes hacerlo, hazlo, te lo ruego...
No quisiera dejar mi laguna querida, quiero que marche conmigo, que siga siendo
testigo de nuestro amor”.
La Novia de Tola
Páá giná 86
pueblo que debe su fama a un hecho histórico, que en su momento fue el mayor
escándalo social de la época, a tal punto que de él se han creado versiones que
rayan en lo mítico y lo folklórico, pero que en el poblado todavía quedan personas
que dan fe de que aquí nació la verdadera historia de la Novia de Tola.
Todo el pueblo murmuraba de que este era el mismo hombre que visitaba la
Juana Gazo, una vecina de por el lado del Río de Tola.
Mas tarde llegaron los chicheros con sus guitarrones y sus grandes panas de
aluminio que usaban para hacer el pom pom del bajo...todo estaba preparado.
Páá giná 87
casamientos...las historias felices de las bodas famosas de aquella parroquia en
Belén...
Mientras Rosa correteaba a sus seis chavalos... Entre sus otros primos y
parientes... Estos corrían de arriba para abajo, en la casona. Los detalles
habidos y por haber, de la boda estaban todos listos...
Salvador Cruz, por el otro lado había pasado la noche en Tola, y como a las once
del día se dirige hacia Belén...pero en el camino se da un resbalón por el estanco
del Río de Tola... En donde vivía su famosa Juana Gazo.
Juana sabia que todo estaba terminado con su amante y pretendiendo aceptar la
realidad del matrimonio ofrece que para despedirse brinden por el futuro de la
pareja.
Desde entonces nació la leyenda de la Novia de Tola, que sacó del anonimato a
este municipio y dio a nuestro lenguaje un dicho que ahora se utiliza mucho
cuando alguien se queda esperando a otra persona y ésta no da señales de vida,
por lo que bien le cae aquello de “Te dejaron esperando como la Novia de Tola.”
Páá giná 88
once de la noche, hora en que los tunantes salen de una choza a otra, las
mujeres se dan tres volantines para atrás y tres para adelante, echando el alma
por la boca en el guacal grande y blanco al final del tercer salto delantero.
Casi idéntico papel desempeñan estas como micas brujas; con la pequeña
diferencia de que todos sus actos y movimientos van acompañados de voces
Páá giná 89
lastimeras, del llanto característico de las monas heridas o de las a quienes les
quitaron sus hijos.
***
Como chanchas brujas andan en las calles y caminos siempre al trote. Son
chanchas de tamaño grande, negras y embadurnadas de lodo podrido.
Al día siguiente la victima aparece molida y mordida, y con los bolsillos vacíos.
* * *
Pues bien una vez sorprendido y acorralado un tunante por una o más ceguas, si
este no anda revenido con sus granos de mostaza oraciones “protectoras” queda
inmóvil y como petrificado, pierde la voz y sus fuerzas, y pierde con frecuencia
todo lo que llevan encima.
Páá giná 90
Las ceguas lo golpean, lo aruñan, lo pellizcan, le frotan la cara y los brazos y lo
tiran exánime al suelo y allí lo dejan y se retiran, luego, carcajeándose.
El “jugado ‘e cegua” pasa en estadio de idiotez y tartamudo y con fiebre alta por
espacio de ocho días. Delira frecuentemente y crisis nerviosas alarmantes.
* * *
Cuando el sorprendido por las ceguas es un hombre listo y avisado, apenas las ve
ceca, les lanza puñados de granos de mostazas, se quita el sombrero y se los
tiende sostenido con la mano derecha, cuidando de que lo hueco de la copan
quede al lado de ellas.
Entonces mueren, mueren porque la luz natural les lleva muerte; mueren porque
no pueden tragarse el alma que antes vomitaron.
Natural les lleva muerte; mueren porque no pueden tragarse el alma que antes
vomitaron. Pues las ceguas, cuando calculan que se va extinguir a oscuridad,
vuélvanse a tragar el ala vomitada antes y quedan reintegradas a su verdadero
ser, tornan a ser mujeres corrientes y molientes.
Páá giná 91
Igual cosas hacen las micas y chanchas brujas: tragan el alma para volver a ser
mujeres al amanecer.
La leyenda cuenta que el viernes santo al mediodía, aparece una mujer rubia
bañándose en el centro del charco y peinándose con un peine de oro.
Por medio de ese pacto, el pactante goza de bienestar material durante cierto
tiempo después del cual renueva el pacto o es llevado por muchos demonios al
tiempo de su muerte.
Páá giná 92
Personas que dicen haber presenciado la muerte de alguien, de quien se decía
“vendido a Chico largo”, cuentan que a media noche aparecen jinetes en brioso
caballos negros haciendo ladrar a los perros, cantar a la gallinas y balar al
ganado.
Luego se apagan las luce que alumbran al cadáver del muerto. Bajan los jinetes
en medio de un estrépito infernal. Cuando alguien se atreve a encender la luz
porque ha cesado el ruido, encuentra que el cadáver ha desaparecido. Es que se
lo llevó chico largo, porque había cumplido su plazo.
El individuo que ha pactado con Chico Largo recibe “siete negritos” que le
ayudarán en sus momentos difíciles y le sacarán de cualquier apuro. Cuando
cumplió siete años de tenerlo debe pasarlos a otra persona, so pena de ser
llevado al “encanto” en cuerpo y alma.
El turco, llamado Umanzor, saludó una y otra vez ofreciendo sus telas pero nadie
le contestaba. En vista de esa desatención en un lugar que es tan hospitalario, y
al cual se había acostumbrado, torno sus maletas, se las echó al hombro y
caminó hacia la salida. De pronto y sin que notara en que momento, se encontró
de nuevo en el camino real que había traído, es decir, el de Altagracia.
Páá giná 93
Era un fraile en tiempos de la Colonia, que defendía a los
indígenas y lo asesinaron el 6 de febrero de 1550. Lo
decapitaron y su cabeza rodó por las calles de la ciudad de
León.
Páá giná 94
La dulce Xalí del Cailahua
Kieg, hijo de un príncipe Quiché, llegó un día a pescar por los dominios del
cacique de Nindirí y prendose locamente de Xalí, la hija d este. Cuando se
supieron sus pretensiones, el hijo del cacique de Jalata, llamado Nancimí, quien
estaba ofrecido en matrimonio porque así convenía a una alianza que ambos
caiques habían convenido, se sintió hondamente despechado; entre las pequeñas
cortes hubo un movimiento de desagrado y juraron hacerle la guerra al
extranjero que arrebataba la dicha del bravo Nancimí, mas el padre de Xalí,
agradaba el matrimonio con Kiev, y no vio con desagrado los amores.
Que se dijeron los caciques es fama que nunca llegó a saberse, pero Kieg, unió su
destino al de la dulce Xalí.
Las fiestas que acordaron fueron por varios días, celebrándose en la plaza
torneos y simulacros divertidísimos, mas el mejor numero fue la casa del
venado, hecho en plena selva hacia Ticuantepe.
Páá giná 95
Caía la tarde y las aguas de Masaya se tenían de oro y gualda, Kiev y Xalí
habíase quedado atrás, olvidados de la vida y del mundo, engarzando un collar de
horas para el porvenir. Nancimí que disfrutando entre el cortejo había asistido
a la cacería, habíase adelantado y oculto tras la maleza espiaba el paso de la
pareja.
Pero como un tigre salto Nancimí al camino y tomando por el talle a Xalí, le dijo:
- Mía o de nadie, Xalí. ¡A mí todos!
Y brotaron de la maleza varios compañeros.
Páá giná 96
-Si eso quieres la tendrás ¡cruel!
El Lagarto de Oro
En ese entonces, vivía en Juigalpa una joven muy linda que se llamaba Chepita
Vital. Un día don Francisco se encontró con la Chepita, enamoraron y a los pocos
meses contrajeron matrimonio. Después de algunos años tuvieron una niña a la
que bautizaron con el nombre de Juana María.
Páá giná 97
Como era muy malo y ambicioso, el tal Ferrari pensó que mientras la joven
existiera, él no podía adueñarse de la hacienda. Pensó y pensó y por fin se le
ocurrió enloquecer a la muchacha. Comenzó a decirle que en la hacienda
asustaban y que salían los fantasmas.
Le contaba cuentos tan horribles que al poco tiempo la Juana María se puso loca.
Gritaba, cantaba, bailaba mientras decía: “viva la condesa de Valois”. Después de
varios meses de haber perdido la razón, murió. Todos los de la comarca
afirmaban que la había matado Ferrari.
Como los vecinos le tenían cariño a la Juana María, le llevaban flores a su tumba.
La sepultura quedaba en el cerro de Hato Grande, al borde de una laguna y las
personas que la visitaban aprovechaban la oportunidad para bañarse.
Una mañana casi se mueren del susto, porque vieron un enorme lagarto que con
los rayos del sol brillaba y brillaba. Corrieron al pueblo para contar lo que habían
visto. Muchos campistas fueron a la laguna e intentaron cazar al animal pero les
fue imposible.
Tiró su mecate y lo cogió de la cabeza, pero cuando lo tenía en sus manos dijo:
“Que se friegue la Virgen”. A penitas dijo esto, el lagarto se le escapó y se
sumergió en el fondo de la laguna. Desde entonces, todos los chontaleños buscan
el lagarto de oro para hacerse ricos, pero este no volvió a salir jamás y dicen los
campistas que es el ánima de la Juana María cuidando sus bienes”.
Páá giná 98
Muertos o aparecidos
Eso sí, el ex muerto es desconocido para toda la gente del barrio. Le prodigan
atenciones, lo asisten y lo entierran, pero por espíritu de caridad. Nada más.
Muchos creen que hay ciertos hombres que tienen el poder de vomitar su alma,
para convertirse en fantasmas. Otros sostienen que beben algún “brebaje” o
“preparación” para poderse convertir.
Páá giná 99
espiado no anda prevenido queda peor que jugado ‘e cegua: amanece muerto, con
huellas moradas en el cuello y demás partes del cuerpo....
Una tarde, la princesa Izayana, hija del cacique Nequecheri, conocida como "la
perfumaba flor de la campiñas", llegó a la orilla de la laguna acompañada por los
conquistadores españoles, pretendiendo entrar al templo. Izayana, creyendo en
su ingenuidad, que eran hijos del sol los condujo a donde estaba el templo del
dios supremo.
El fiero guardián no comprendió el engaño del que había sido víctima Izayana y
tomando esto como traición, contrajo terriblemente las facciones; una intensa
cólera brilló en sus ojos y levantando su cuchillo de obsidiana sobre Izayana, le
dio muerte; los blancos conquistadores que sólo querían apoderarse del tesoro,
dispararon sus mosquetes sobre el viejo guardián, hiriéndole.
Agrega la leyenda, que el guerrero herido, se arrastró dentro del templo como
una serpiente y que al sacudir no se sabe que base, el templo del dios se hundió
para siempre en sus tesoros, en las profundas aguas de Asososca.
Hace muchos años cuando se estaba formando Matagalpa, estaban ubicados sus
primeros habitantes, cuentan que hubo una discusión y que apalearon a un
sacerdote, no se sabe el motivo, pero el sacerdote agarró su mula y se fue, pero
antes de irse dijo una maldición para los pobladores de esta ciudad.
Con el tiempo buscaron al sacerdote para saber cuál era esa maldición, y él les
comunicó que existía una culebra gigante que cubría toda la ciudad y que estaba
amarrada por tres pelos, la cabeza de esta culebra está en la Catedral de
Matagalpa y la cola en el cerro de Apante, y los tres pelos están amarrados en la
quebrada del Yaguare, ubicada en el barrio de Palo Alto.
Según la historia, ya se han reventado dos pelos, sólo falta uno, cuando estos
tres pelos se revienten se derrumbará el cerro de Apante y se reventarán
fuentes grandísimas de agua que atraviesan esa zona, entonces Matagalpa se
inundará. Los habitantes en su mayoría conocen esta historia, muchos dicen que
no creen en esto, pero otros afirman que así será.
El Sisimique
Decían que estos animales se les aparecían a las muchachas solteras y que si les
gustaban se las llevaban enrolladas con la cola. Donde primero se aparecían era
en el río y después seguían el camino para la casa y que en camino iban llamando
Páá giná 101
a las muchachas a las que les gustaba hacerles ojitos a los hombres, y se oían
unos gritos y gruñidos que nadie podía imitar.
Decían que para que el Sisimique y el Sisimicón no entraran a las casas no había
que hacer ruido, muchos menos reírse, ya que las risas de las mujeres era lo que
más les gustaba. A varias muchachas se las habían robado, porque ellas eran
bien bandidas y ellos sabían dónde había mujeres que les coqueteaban a los
hombres.
La Mocuana
Hace muchos años, en los primeros días de la Colonia, muchos españoles llegaron
hasta el centro de Matagalpa porque se decía que en ella había oro. El cacique
indio que mandaba en esas tierras los recibió muy bien y les regalo tamarindos
de oro para que los enviasen al Rey de España.
Después del regalo el cacique les pidió que se alejaran y no volvieran. Los
españoles aparentaron irse, pero al poco tiempo regresaron con la intención de
dominar al jefe indio. Cuando éste lo supo, escondió sus tesoros y sólo su hija
supo del escondite. Los españoles derrotados se marcharon del lugar.
Al tiempo llegó un hijo de uno de los españoles que había sido vencido, éste se
enamoró perdidamente de la hija del cacique, que era una mujer muy bella, ella
también se enamoró del español, pero como sabía que su padre se iba a oponer al
matrimonio, huyó con él.
Generosamente ella le dio todas las riquezas que poseía y el español, que con eso
se sentía satisfecho, no quería más de la pobre india, la encerró en la cueva de
un cerro y le tapó la salida, pero ella conocía bien el lugar y se escapó por un
boquete. Después de esta decepción la india se volvió loca y se convirtió en La
Mocuana. Dicen que desde entonces se aparece en los caminos.
A la Mocuana nadie ha podido verle la cara, pues dicen que es una horrible
calavera, solamente se ha logrado apreciar su larga y bella figura y su preciosa
cabellera.
La Ciguacoatl
Estos bailes se identifican con todos y cada una de las localidades, que a través
de ellas cuentan una historia de valentía y lucha por la independencia y
desarrollo cultural de nuestra linda Nicaragua.
Baile de la vaquita
La mujer usa un traje con falda colorida y con lentejuelas pegada al cuerpo, que
es también conocido como “traje de india lujosa”; ésta se acompaña con un
sombrero coronado con arreglos de plumas y un abanico también de plumas.
El hombre usa una camisa blanca, con una capa oscura decorada con lentejuelas;
un sombrero con el ala doblada al frente y con una flor roja, más varias tiras de
El baile se realiza con la alegre canción “El zopilote murió”, que se interpreta al
son de chicheros (grupo filarmónico).
Traje de Trencilla,
Las bailarinas danzan descalzas, o con caites. Algunos güipiles se decoran con
dibujos de petroglifos encontrados en el país u otros dibujos sencillos bordados.
También pueden agregarse al conjunto un abanico de mano, un rebozo o un comal
de barro. El hombre que acompaña usa una cotona y pantalón blanco sencillo, más
un sombrero de pita.
El palo de Mayo
Además de nuestros bailes nos deleitamos con nuestra gastronomía que sirve
dentro de su variedad alimentos de diferentes sabores y productos propios de
cada región de nuestro país; la que ofrece amplia y variada degustación de
productos para cada lugar de nuestro país, elaborado con los granos de consumo
de la región.
El Nacatamal
Las rosquillas: las mas conocidas son las de Somoto, que es una preparación de
masa de maíz, queso, manteca de cerdo y dulce de rapadura, la que una ves
preparadas son tostadas en forma de rosquillas es un horno.
El gallo pinto: es el mas delicioso y popular de los alimentos, preparado con los
frijolitos fritos y arroz, los que una ves revueltos y fritos hacen del delicioso
gallo pinto la comida favorita de los nicaragüenses.
El indio viejo: es uno de los alimentos mas tradicionales del lugar, hecho a base
de carne, masa de maíz, naranja agria, yerbabuena, y es muy rica, además de ser
una comida típica.