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Artemito y La Princesa PDF
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CAPÍTULO 1
Lo mismo hacía su papá, excepto cuando quería ser severo con él.
Entonces le llamaba Artemio Pedro. Cuando se ponía más severo le
llamaba Artemio Pedro Eduardo Adalberto, y cuando se enfadaba
realmente le llamaba ¡Artemio Pedro Eduardo Adalberto Josafat!
Capítulo 2
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La Reina interrumpió:
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Así, pues, Artemito trató de volar todos los días. Probó a correr y
agitar las alas. Pero éstas no lo llevaban muy lejos, a pesar de lo
mucho que las batía. Probó a saltar y moverlas. Esto tampoco le
sirvió. Probó a saltar desde la torre más alta del castillo. Esto
atemorizó a la Princesa Pandy; pero Artemito tendió sus alas todo lo
que daban y descendió flotando por el aire con gran suavidad.
-¡Pero todavía no puedo flotar hacia arriba! – protestaba Artemito.
-Ya aprenderás, pequeño – le dijo el Rey Abuelo. El Rey, que
observaba y pensaba, manifestó entonces:
-¡Hum! Me has dado una nueva idea para mis alas. Claro que
tendré que rehacerlas por completo.
Y partió rápidamente hacia su taller.
-Artemito, estoy segura de que vuelas mejor y más lejos que
antes – declaró Pandy.
Y la Reina dijo:
-Claro que sí. Es cuestión de práctica. Pero no hay que abusar.
Y ahora, ¿no quieren un poco de leche, pan y miel?
Así fueron transcurriendo los días con gran rapidez. Diariamente
practicaba Artemito con sus alas. El y la Princesa jugaban mucho y
nadaban en el lago con el Rey Abuelo. Ayudaban a Petunia en la
huerta y la cocina, y al Rey con sus cuerdas, alubias y alas. También
jugaban a la guerra con Bip y Bop, los viejos soldados. Tocaban la
trompeta del heraldo y cantaban con Beppo, Bingo y Buzz. Visitaban
a las ardillas en su árbol hueco, hacían bromas a los atrevidos mirlos
y escuchaban a Sir Halcón que les relataba sus aventuras de otros
tiempos. Comían y bebían cosas deliciosas. Todas las noches los
arropaba la Reina en cada una de sus camitas y se despedía de ellos
con un beso. Artemito y la Princesa eran muy dichosos, y así fue
como cada día era demasiado breve para todas las cosas
encantadoras que deseaban hacer.
-Mi lema favorito es: “Está bien todo lo que bien empieza” –
manifestó.