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La Hacienda Pública es la parte de la Ciencia económica que estudia la actividad del sector
público. Utiliza el mismo método que el resto de la Ciencia económica. Su objetivo de estudia
particular lo constituyen la organización, funciones, instrumentos y efectos de la actividad de Sector
público.
El estudio del comportamiento del Estado puede realizarse mediante dos enfoques científicos
complementarios: la hacienda positiva y la hacienda normativa.
En sus inicios, los estudiosos de la Hacienda Pública se ocuparon casi en exclusivo de analizar la
actividad presupuestaria del Sector pública, llamada actividad financiera. En las últimas décadas,
los especialistas en esta disciplina han anticipado su campo de estudio para abarcar las actuaciones
de política monetaria, de política de empresa pública y de política reguladora.
La hacienda pública surgió como disciplina científica con la publicación en 1776 del tratado escrito
por Adam Smith titulado ``Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las
naciones´´. El reconocimiento como ciencia se debe a que en dicho libro presentó una exposición
rigurosa, sistemática y coherente acerca del funcionamiento del sistema económico y, dentro de él,
de la actividad del Sector público.
Adam Smith (1723-1790) fue escocés, el principal ideólogo de la doctrina del liberalismo
económico, fundador de la ciencia económica y maestro de la Escuela clásica del pensamiento
económico.
Se formó en las universidades de Glasgoow y Oxford, fue profesor ayudante de Retórica y
Literatura, ocupó la cátedra de Lógica, se encargó de la cátedra de Filosofía moral y se graduó como
Doctor en Derecho en 1762.
En 1769 publicó ``La teoría de los sentimientos morales´´ en el que afirmaba la existencia de un
equilibrio u orden natural en la sociedad que aparenta como gran conductor del universo. Adam
Smith introdujo la idea de la mano invisible como explicación metafísica de la existencia de un
mecanismo transformador de los vicios privados en virtudes públicas propio de las sociedades
libros, en las cuales la competencia entre agentes económicos conduce a la obtención de beneficios
colectivos.
El viaje finalizó prematuramente debido a la muerte del hermano de su pupilo y Adam Smith
regresó a Escocia donde pudo dedicarse a escribir sus reflexiones acerca del funcionamiento del
sistema económico de su tiempo.
``La riqueza de las naciones´´ Le costó diez años de trabajo a Adam Smtih. Contó de cinco libros
que contenían una investigación acerca del funcionamiento del sistema económico que el llamaba
Sistema de la libertad natural. La otra es una síntesis extraordinaria entre sus propias ideas y el
pensamiento de otros muchos autores.
El mercantilismo se desarrolló entre los siglos XVI y XVIII. Los mercantilistas eran grandes
mercaderes que buscaban influir en a opinión pública y en los gobiernos para que se facilitara y
estimulara la producción local y el comercio que ellos mismos controlaban.
Los escritores mercantilistas no llegaran a formar una escuela de pensamiento. Los mercantilistas
más destacables fueron Tomás de Mercado, Antonie de Montchreitein, Thomas Mun y William
Pretty. Las características más relevantes de este pensamiento son:
-Excedente de la balanza comercial (el saldo entre las exportaciones y las importaciones de
mercancías).
-Su defensa de la intervención del Estado para fomentar y proteger la producción local en los
mercados frente a la competencia exterior.
La fisiocracia se desarrolló a mediados del siglo XVIII en Francia, liderada por el médico Francisco
Quenay y el jurista Anne Robert Jacques Turgot.
Los fisiocratas argumentaron que la riqueza de una nación depende de su capacidad de trabajo y de
producción de mercancías y no de la acumulación de metales preciosos derivada del comercia
internacional.
Para la mayoría de los fisiócratas la agricultura era la única actividad productividad capaz de
generar riqueza de manera que la riqueza de una nación se asimilaba al excedente de su producción
agrícola.
Jacques Claude Marie Vicent de Gournay, autor de la expresión Laissez faire et laissez passer, le
monde va de lui meme. - ``Dejad hacer y dejad pasar, el mundo va solo´´.
La hipótesis sobre la que Adam Smith elaboró su concepción de la actividad económico consistió en
lo que entonces se denominaba Ley de los mercados y que luego pasó a denominarse com oLey de
Say y a formularse con la expansión ``Toda oferta crea su propia demanda´´.
Según la Ley de Say, toda oferta de bienes genera su propia demanda porque cada coste de
producción que se paga constituye un ingreso para alguien que lo cobra, con lo que siempre existirá
alguien que dispondrá de renta para conservar mercancías.
A medio y largo plazo las crisis económicas ser imposibles en el sistema de la libertad natural, todos
los ofrentes tienen garantizadas sus ventas antes o después, bastando para ello con moderar sus
pretensiones de precios o de salarios.
Adam Smith atribuyó al Sector público un papel residual dentro del sistema económicos, siguiendo
el criterio fisiócrata de laissez faire, laissez passer a los agentes privados en los mercados.
En el libro V de ``la riqueza de las naciones´´ titulada ``De los ingresos del Soberano o de la
República; Adam Smith reflexionó acerca del papel económico del Estado y argumentó que su
función económica debía limitarse a establecer un marco institucional que protegiera y facilitara la
iniciativa de los agentes privados.
En la autosuficiencia de los mercados para superar las crisis económicas, Adam Smith planteó en el
libro V de ``La riqueza de las naciones´´ que las actividades económicas del soberano o de la
república debían reducirse a la siguientes:
-Defensa exterior → Comprendía el mantenimiento de una fuerza militar, debido de leyes de
navegación y la producción de armamento y útiles militares. Adam Smith incluyó esta actividad
como el de las instituciones públicas dirigidas a promover y facilitar el comercio y el de los gastos
de representación del Estado.
-Obras e instituciones de interés público no atendidas por los agentes privados entre las cuales
mencionó:
*Para facilitar el comercio, Adam Smith incluyó la regulación básica de los contratos.
*Las educativas o que promovieron la instrucción del pueblo. Incluía el crear escuelas para enseñar
a toda la población a leer, escribir y contar.
-Recaudar ingresos públicos para afrontar las actividades de gasto del Soberano o de la República,
para la financiación pública, incluyó las contribuciones coactivas y las tasas, utilizando la
denominación actual y excluyó la emisión de la década pública.
Adam Smith argumentó que la deuda pública unicamente podía ser emitida cuando fuera utilizada
para financiar inversiones públicas que generasen por sí mismas rendimientos suficientes como para
que, con esos beneficios, se pudieron devolver posteriormente el capital y los intereses del propio
préstamo solicitado por el Sector público.
La tesis de Adam Smith y su programa de investigación fueron compartidas y completadas por otros
economistas que aceptaron su magisterio y formaron la que dio en llamarse posteriormente como
escuela clásica del pensamiento económico o Economía clásica.
Los principales economistas clásicos fueron Adam Smith, David Ricardo, Thomas Robert Matthus
y John Stuart Mill.
1.- Principio de gestión pública mínima → Las funciones del Estado deben consistir en fijar el
marco institucional para el buen funcionamiento de la iniciativa privada y en limitarse a desarrollar
el listado de actividades señalado por Adam Smith y aquellas otras actividades que los demás
economistas clásicos acordaron incorporar a esta lista: la regulación de la jornada laboral y de las
condiciones de trabajo de los niños y los jóvenes; el socorro a los pobres y necesidades; el
mantenimiento ``en algunas épocas y lugares´´ de hospitales o imprentas.
John Stuart Mill ``En resumen, la practica general debe ser laissez faire, toda desviación de este
principio, a menos que se precise por algún bien, es un mal seguro´´.
El pensamiento de los clásicos recibió muchas críticas de otros economistas, políticos y filólogos de
la época, como los llamados socialistas utópicos, los historiadores y en especial, de Karl Max
(1818-1883), autor de ``El capital´´ y de los continuadores de su obra.
A pesar de esas y otras críticas, el pensamiento hacendístico clásico fue asumido con carácter
general por el resto de los académicos y los políticos desde finales del siglo XVIII hasta comienzos
del siglo XX, conformando la economía ortodoxa liberal de la época.
A la escuela clásica le sucedió a finales del siglo XIX la escuela neoclásica, que fue un conjunto de
autores que compartieron la mayoría de los principios de la hacienda clásica; enfocaron su atención
hacia el estudio positivo del funcionamiento de los mercados y del comportamiento de los agentes
económicos como oferentes demandantes de mercancías.
En la medida en que los neoclásicos compartieron creencia clásica en la Ley de Say y la mayoría de
los dogmas clásicos acerca del papel económico del Estado, no resulta apropiado referirse a una
hacienda neoclásica como algo diferente de la hacienda clásica.
El principal referente de la escuela neoclásica fue el inglés Alfred Marshall, quién popularizó el uso
de las funciones de oferta y demanda como herramientas analíticas y desarrolló conceptos de
elasticidad y de excedente del productor y del consumidor, entre otros muchos elementos básicos de
la microeconomía.
Keynes planteó una reinterpretación del funcionamiento de la actividad económica general y una
revisión radical del pensamiento económico y clásico y neoclásico. El cambio consistió en negar la
validez empírica universal de la Ley de Say, y, en abandonar por irreal la creencia de los
economistas ortodoxos en la existencia de una supuesta mano invisible metafísica encargada de
corregir, de manera automática, todos los desequilibrios que se pudieran presentar en el
funcionamiento del sistema económico.
Al ponerse en cuestión por Keynes los cimientos teóricos de la escuela clásica, quedó también sin
fundamento su doctrina de la gestión pública mínima, del equilibrio económico presupuestario
anual, de la deuda pública autoliquidante y de la naturalidad impositiva, pues si el sector privado no
es capaz de autorregularse para corregir los desequilibrios económicos ese papel debería asumirlo el
Sector público para evitar la desintegración o destrucción del orden, sistema o modelo de
organización social existente denominado capitalismo o economía de mercado.
-La cobertura de riesgos por fallecimiento, vejez, maternidad, accidentes, enfermedad, desempleo,
discapacidad, exclusión social y otras situaciones de necesidad.
-El fuerte crecimiento del tamaño del sector público experimentado desde la Segunda Guerra
Mundial en los países desarrollados, que no se ha acompañado de un esfuerzo correlativo en cuanto
al desarrollo de mecanismos para provocar eficacia y eficiencia en la gestión de los recursos
públicos y para evitar la corrupción.
-El extraordinario crecimiento de la deuda pública acumulada en la mayoría de los países que han
aplicado políticas keynesianas y las dificultades que el ``ciclo político´´ ha supuesto para su debida
amortización en los periodos de auge, lo que ha significado el incumplimiento del principio de
equilibrio presupuestario a medio y largo plazo. Las subsiguientes crisis nacionales de financiación
pública están conduciendo en nuestros días a facilitar la recuperación del principio clásico de
equilibrio económico presupuestario anual.
-La progresiva supremacía y autonomía de los poderes ejecutivos frente a los legislativos y
judiciales acaecida en los Estados democráticos, que en los últimos años parece que comienzan a
ser contrarrestadas con la desamortizacón de los medios de comunicación gracias a la extensión del
uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales en internet.
-La asunción del desarrollo sostenible como derecho humano de tercera generación que representa
nuevas posibilidades de creación de actividades económicas relacionadas con la protección del
medio ambiente y el uso racional de los recursos, pero también la necesidad de reconvertir muchos
procesos industriales contaminantes o depredadores que dan empleo directo o indirecto a muchas
personas.
-La expansión del fenómeno de la globalización, sin que existan todavía instituciones
supranacionales con capacidad para contrarrestar sus efectos indeseables.
-La expansión económica experimentada en la última década en China y otros países emergentes
que representan cambios importantes en la dinámica económica mundial debido a las grandes
diferencias que existan en el reconocimiento de derechos políticos, económicos y sociales.