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LA PRUEBA PERICIAL DE VALUACIÓN EN EL JUICIO ORAL

PREPARACIÓN DEL PERITO


Julio E. Torres Coto M.

Las reformas que han sufrido los Códigos de Procedimientos Penales y


Civiles a partir del 2008, adoptando la práctica de juicios orales en materia penal 1,
civil2 y familiar3, así como el de Comercio, para que sea la aceptable en un
determinado tipo de acciones mercantiles4, impone diversa modalidad a la forma
en que ha de actuar el profesional de la valuación que funge como perito en el
foro, lo que exige a ese profesional habilidades adicionales a las que le han
bastado hasta hoy para un desempeño eficiente en sus intervenciones como
auxiliar de la justicia. En esencia ahora deberá también ser diestro en el manejo
verbal, hábil comunicador y experto presentador.

Pese a ello y no obstante que buena parte de los trabajos que se


encomiendan a los valuadores profesionales en México tienen carácter o destino
judicial, hasta la fecha ha sido escaso el interés de la profesión por conocer cuáles
son las exigencias y requisitos que al hacer del valorador impone el sistema que
ahora está en vigor. Esta colaboración, sin pretender agotar el tema, se propone
presentar a los profesionales interesados un panorama general de lo que en el
nuevo sistema se requiere del perito y en particular del perito en valoración, perito
valorador o perito valuador.

1. Definiciones

Partiendo del principio y a riesgo de parecer iterativo, entendamos algunas


definiciones que no por sabidas son cabalmente entendidas.
1
Diario Oficial de la Federación, 18 de junio de 2008, No. 13 Tomo DCLVII, Primera Sección, pp. 6 a 8 y 11.
2
Código Civil para el Distrito Federal, Título Décimo Sétimo “Del Juicio Oral Civil”, Gaceta Oficial del Distrito
Federal, 10 de septiembre de 2009, pp. 45 a 53.
3
Código Civil para el Distrito Federal, Capítulo XVIII “Del Juicio Oral en Materia Familiar”, Gaceta Oficial del
Distrito Federal, 9 de junio de 2014, pp. 3 a 15.
4
Código de Comercio, Título Especial “Del Juicio Oral Mercantil”, Diario Oficial de la Federación, 27 de enero
de 2011, pp. 24 a 31.

1
Para el Derecho una prueba consiste en la “justificación de los hechos
controvertidos en un juicio, hecha por los medios que autoriza y reconoce la ley.” 5
De manera más amplia se dice que es “todo aquello que sirve para establecer la
veracidad de una declaración o la existencia de un hecho”.6

Dentro del cúmulo de pruebas que la ley autoriza y reconoce destaca la


conocida como prueba pericial: “Es la que se deduce del dictamen de un perito en
la ciencia o en el arte sobre el que verse la pericia. Bien se comprende que esta
posibilidad probatoria es ilimitada, puesto que los juicios civiles o criminales
pueden afectar a una gran cantidad de ciencias o artes. Las más frecuentes son la
peritación médica, la contable, la caligráfica, la balística, la escopométrica7, la
dactiloscópica. Por norma general, el juez tiene la misma libertad para valorar la
prueba pericial que con respecto a cualesquiera otras pruebas, contrariamente a la
opinión de algunos autores.”8

Se sigue que esta prueba queda a cargo de una persona que domina o
posee alguna pericia “conocimientos calificados o experiencia valiosa en un arte o
ciencia,”9 o “sabiduría, práctica, experiencia y habilidad en una ciencia o arte.”10
Esto es, un perito, a quien el Diccionario de la Academia define con toda
exactitud en estos términos: “sabio, experimentado, hábil, práctico en una ciencia
o arte. | El que en alguna materia tiene título de tal, conferido por el Estado. | En
sentido forense, el que, poseyendo especiales conocimientos teóricos o prácticos,
informa, bajo juramento, al juzgador sobre puntos litigiosos en cuanto se

5
Diccionario de la Real Academia, 23ª Edición, Real Academia Española, Madrid.
6
PIÑA-PEREZ CONSULTORES JURÍDICOS | Glosario de términos jurídicos. Chihuahua, Chihuahua, México
www.pina-perez.com.
7
La escopometría o scopometría es la disciplina compuesta de técnicas y procedimientos derivados de la
física, basados en la observación y la medición, aplicadas a comparaciones de cosas con fines de
identificación. El vocablo fue acuñado en la Argentina a partir de las raíces griegas skopein que significa
"observar", y metrón, que significa "medida", pudiendo traducirse como “medida de la observación” u
“observación de la medida”, aunque también puede apreciarse simplemente por su significado literal
“observar-medir”.
8
Términos Jurídicos: Consultas
https://lexicos.wordpress.com/2010/04/19/terminos-juridicos-letra-p/
9
Ibídem.
10
Diccionario de la Real Academia, 23ª Edición. Real Academia Española. Madrid.

2
relacionan con su especial saber o experiencia”. “Couture dice que es el auxiliar
de la justicia que, en el ejercicio de una función pública o de su actividad privada,
es llamado a emitir parecer o dictamen sobre puntos relativos a su ciencia, arte o
práctica, asesorando a los jueces en las materias ajenas a la competencia de
éstos. El informe o dictamen de peritos constituye la llamada prueba pericial, de
aplicación a toda clase de juicios.”11

Entendemos que, conforme a la Academia, valuación es acción y efecto de


valuar, y valuar es igual a valorar que significa “señalar el precio de algo;
reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de alguien o algo.” A su vez, valor
es, a la vez, “el grado de utilidad o aptitud de la cosas para satisfacer las
necesidades o proporcionar bienestar o deleite y la cualidad de las cosas en virtud
de la cual se da por poseerlas una cierta suma”.12

Por otra parte tenemos conciencia de que la valuación, disciplina


profesional autónoma, es hoy reconocida como la ciencia cuyo objeto es el estudio
del valor de bienes, derechos y servicios, entendido en la forma más amplia y que,
en consecuencia, quienes la practican y en ella ejercen son profesionales en toda
la extensión de la palabra, puesto que ella es su profesión,13 esto es, la facultad14
que ejercen y por la cual perciben retribución

Podemos, entonces, afirmar que la prueba pericial de valuación sería


aquella que se deduce del dictamen de un valuador profesional, debidamente
autorizado para ejercer en esta disciplina conforme a las disposiciones vigentes en
materia de profesiones, cuyo objeto es ilustrar al juzgador sobre el valor de un
bien, derecho o servicio, en el curso de un procedimiento judicial. Ello, porque es
claro que no pudiendo el juzgador ser un especialista en todas las ramas del saber

11
Términos Jurídicos: Consultas.
12
Diccionario de la Real Academia, Real Academia Española,
13
Actividad u ocupación a la que alguien se dedica, especialmente la que requiere estudios universitarios,
algún entrenamiento especial y licencia para ejercerla. Diccionario del Español de México.
14
Facultad – poder o derecho para hacer algo. Diccionario de la Real Academia.

3
humano, le es preciso ser asesorado e ilustrado por peritos15, por conocedores de
las diversas material de este saber. De manera específica, el dictamen pericial de
valoración debe contener una opinión técnica referida al valor del bien, derecho,
servicio, activo u obligación en cuestión.
Hasta aquí no hemos dicho nada nuevo, ya que lo expuesto vale tanto para
los juicios tradicionales, que bien conocemos, como para los que ahora han
quedado estipulados conforme a las diversas disposiciones legislativas dictadas a
partir del 2008.

2.

Veamos ahora cual es la función del experto o perito en materia de


valuación en su papel de auxiliar de la justicia.

Estamos en que la prueba pericial en materia de valuación solamente es


admisible cuando se requieran conocimientos especiales en la ciencia, arte y
técnica de esta disciplina, conocimientos que no se presume necesarios en un
juez. Esto es sólo se requiere la intervención de un perito o experto en materia de
valuación porque se entiende que no es ésta una materia del dominio y resorte de
los profesionales del Derecho.

El perito tiene en este caso la función de informar e ilustrar al juez sobre


aquello en que es experto y conocedor. Debe proveerle una opinión fundada de
persona con especialidad en un área de conocimiento que el juez no está obligado
a dominar, facilitándole argumentos o razones para que pueda formar su
convencimiento. Toda vez que la especialidad es, en este caso, la valuación, se
sigue que tal opinión habrá de tener relación con el valor de algo, valor en sentido

15
perito, ta, Del lat. perītus.1. adj. Experto o entendido en algo. Diccionario de la Real Academia. s
m Persona cuya opinión o dictamen se consulta, debido a que su conocimiento y práctica en un asunto o
materia específica lo acreditan como experto. Diccionario del Español de México.

4
económico e incluso en sentido mercantil, toda vez que habrá de expresarse en
términos de dinero.

Importa recordar que el perito es un tercero ajeno a las partes en conflicto,


cuya función específica es informar su apreciación de aquellos aspectos de la
controversia que exigen conocimiento teórico o práctico, o aptitudes en áreas del
saber humano que no son del resorte de cualquier persona instruida. En el caso
de la valuación estaríamos hablando de la estimación objetiva, con base y
fundamento técnico, del valor definido de un bien16. Es decir, transmite y aporta al
proceso nociones, técnicas y objetos de prueba para cuya determinación y
adquisición se hace preciso ser versado y dominar alguna ciencia, arte o técnica.

Hasta ahí y solamente hasta ahí.

El perito no juzga, únicamente aporta elementos de hecho y conceptos de


orden técnico que el Juez utiliza para decidir.

Además, algo que no por sabido ha de callarse, siendo un tercero debe


quedar claro que no es parte en la Litis y tampoco representa a parte alguna. Por
ello debe cuidar que la información que aporta se objetiva, fundada y sustentable
desde el punto de vista de la ciencia y arte de la valuación, en la cual es experto.
Debe tener clara conciencia de que no se le ha designado para, y que por tanto su
función no es la de abogar por una u otra de las partes, puesto que ello se opone
a la responsabilidad que le compete de informar al juzgador y aportarle elementos
convincentes en los cuales basar su juicio.

Conviene recordar que, conforme se señala en la legislación penal del País,


constituye delito punible para el perito faltar a la verdad cuando se le cuestiona
16
Algunos autores prefieren la expresión valor económico que, en economía, es un concepto diferente para cada una de las diversas
teorías denominadas teorías del valor, que a lo largo de la historia de la economía han pretendido definirlo y medirlo. Es una magnitud
con la que medir los distintos bienes económicos comparando su utilidad. Preferimos valor definido atendiendo al hecho de que de
conformidad con las Normas Internacionales de Valuación y la Norma Mexicana de Servicios de Valuación, en todo valoración es
preciso establecer la definición de valor que ha de estimarse, tomando en cuenta las diversas expresiones de valor que en la actualidad
se aceptan en los medios financiero, bancario, contable, comercial, etc.

5
“sobre el hecho que se trata de averiguar, o aspectos, cantidades, calidades u
otras circunstancias que sean relevantes para establecer el sentido de una opinión
o dictamen, ya sea afirmando, negando u ocultando maliciosamente la existencia
de algún dato […] que sirva para establecer la naturaleza o particularidades de
orden técnico o científico que importen para que la autoridad pronuncie resolución
sobre la materia cuestionada en el asunto donde […] la opinión pericial se
vierta.”17

Y, qué se le pide al perito.

Esencialmente capacidad, que son las condiciones subjetivas que le


otorgan aptitud para intervenir en ilimitada cantidad de procesos. Se considera que
existe capacidad cuando se verifican personalidad física y habilidad testifical
subjetiva.

Debido a que la función del perito transmite conocimiento se considera que


solo las personas físicas pueden ejercer como perito.

En cuanto a la habilidad subjetiva, se considera que no pueden actuar


ejerciendo este cargo quienes no tengan aptitud física, moral o mental para decir
la verdad.

Tampoco quienes tengan menos de 18 años, ni quienes estén procesados


por algún delito ni condenados por falso testimonio. Ni quienes no tengan una
habilidad conocida, ni quienes estén impedidos para expresar sus ideas oralmente
o por escrito.

-La legitimidad que involucra

17
Código Penal Federal, Artículo 247 Bis.

6
Competencia técnica que se prueba con el título universitario habilitante. Se
considera que esta competencia se cumple cuando la especialidad del
profesional coincide con el conocimiento que se necesita incorporar en el
proceso.

Impersonalidad procesal que se fundamenta en que el perito debe ser una


persona diferente de las partes procesales. No pueden ser peritos ni el juez, ni
las partes, ni el fiscal.

Habilidad objetiva ya que el profesional debe actuar con independencia de


criterio.

No pueden cumplir esta función con respecto al objeto procesal, quienes


tengan parentesco o tutela, secreto profesional y demás relaciones objetivas.

-Constitución que es reconocer la capacidad que coloque al perito en situación de


realizar válidamente todos los actos procesales que le corresponden al rol que se
le ha asignado. En el caso de los peritos oficiales, ya que son funcionarios de la
justicia, alcanza con la designación. En el caso de los peritos de oficio y de parte,
se suma a la designación, el que tengan que aceptar el cargo.

Los deberes del perito dentro del procedimiento, una vez nombrado y
acordado por el Juez el respectivo nombramiento consisten en:

a) aceptar el cargo conferido,


b) protestar el fiel y legal cumplimiento del mismo,
c) imponerse del contenido de la prueba que ha de resolver y, por lo menos,
de aquellas partes de los autos pertinentes o relacionadas con ella, aún
cuando preferentemente debería ser de todo el asunto,
d) realizar las pesquisas e investigación que se requieran para acopiar la
información necesaria,

7
e) inspeccionar o reconocer personalmente el o los bienes que han de
valorarse,
f) practicar personalmente todas las operaciones y análisis que sean precisos
según las características de la prueba,
g) obrar y conceptuar con imparcialidad, lealtad, veracidad y buena fe,
h) fundamentar su dictamen,
i) expresar los hechos en forma clara y precisa,
j) emitir su dictamen por escrito en forma y tiempo,
k) ratificar el mismo en la presencia judicial, con las formalidades de ley,
l) asistir a las audiencias para las que se le cite y contestar las preguntas que
en ellas le formulen los abogados de las partes, el Representante Social, si
fuere el caso y el Juez.

Pero, entonces ¿qué es lo nuevo?

3. El juicio oral

La diferencia esencial del trabajo del perito o experto valuador en el proceso


judicial oral consiste en la forma de presentación y defensa de su dictamen.

El uso, hasta la entrada en vigor del nuevo sistema de justicia penal, ya


ahora también familiar y mercantil, consistía en la elaboración de un documento
más o menos extenso y detallado, que se presentaba formalmente en el Juzgado,
debiendo cumplirse la formalidad de ratificar el dictamen pericial en la presencia
de algún funcionario del Juzgado.

Una vez entregado el dictamen escrito, éste quedaba en el expediente para


uso y estudio del Juzgador y crítica de las partes. Podía suceder que en audiencia
los abogados de las partes decidieran cuestionar al perito para aclarar o
desautorizar el contenido del dictamen, quedando lo actuado en autos para
oportuna consideración de Juez.

8
Hasta ahí la intervención y actuación del experto profesional en el proceso.

Hoy, la Ley dispone diverso proceso, que exige preparación diferente del
perito o experto. Hasta ayer bastaba con que dominara la ciencia, técnica o arte
que profesaba y en la cual se le reconocía entendido. Era suficiente que
demostrara ese dominio mediante la letra y los argumentos que exponía en su
escrito y que, llegado el caso, tuviera la suficiente facilidad de palabra para
responder con claridad las preguntas que le hicieran en la audiencia los abogados
de las partes, el Secretario o el propio Juez.

En la actualidad eso no será ya suficiente porque el Código Adjetivo señala


otro procedimiento.

Desde luego subsisten las obligaciones que atrás quedan enumeradas,


incluida la de elaborar y entregar un dictamen escrito. Y, aunque no fuere un
requisito de ley, lo más conveniente para el profesional valorador que funge como
perito o experto judicial es dejar sentado por escrito su estudio de valoración,
asentando en él toda la información y argumentación pertinente que sirva para
fundamentar y respaldar la o las conclusiones de valor a que llegue. Este
documento constituye la base, digamos, el guión para la exposición que en el
curso de la audiencia deberá hacer el perito. Y, si ha sido concienzudamente
preparado, es un inmejorable aide memoire para la audiencia.

Pero mucho más, en él se plasman las pruebas que ha de hacer valor ante
el Juez en el momento de su comparecencia y el material del que ha de valerse
durante su exposición presentándolo como complemento de su exposición oral,
como veremos adelante.

Concretando, toda prueba pericial se desahoga en tres tractos


procedimentales y/o protocolos de actuación. En primer lugar, como gestión

9
técnica, implica la identificación del problema planteado, es decir aquel sobre el
que versa y sobre el cual se debe ilustrar al juzgador, el análisis de los elementos
teóricos y técnicos de que se dispone para responder fundadamente a las
cuestiones planteadas y definición de la estrategia indicada para atenderlo a
cabalidad. En segundo lugar, como gestión forense, una vez nombrado el perito y
aceptado el cargo, recopilación de la información, datos y demás elementos
necesarios para llevar a cabo los trabajos necesarios para responder las
cuestiones y formulación del informe que contenga la narración de lo realizado, los
argumentos teóricos y técnicos en que se apoya el estudio y su discusión para
obtener de ella resultados probatorios. Esta fase exige el nombramiento de los
peritos por las partes. En tercer lugar, realizado el estudio o análisis científico y la
elaboración del dictamen o informe pericial que ha de presentarse al Juez, con la
conclusión técnica o científica a que haya llegado el profesional, entregarlo
formalmente al Juez y preparar su presentación oral en el curso de la audiencia,
con lo cual concluirá su participación en el proceso.

Entendiendo que litigar en un juicio oral es un ejercicio


profundamente estratégico, tanto para quien acusa como para quien
defiende, estos es, para el actor y para el demandado, e implica el diseño
de una teoría del caso, en donde cada parte busca explicar cómo
ocurrieron los hechos y la participación del imputado en ellos, con la
única finalidad de convencer al Juez de que su versión es la verdadera,
se sigue que la participación de expertos periciales en tales juicios forma
parte importante de esa estrategia. Al perito compete demostrar la
verdad de su dicho y respaldar su opinión técnica y ello,
independientemente de cuan eficiente y sustentada esté esa opinión en
el informe escrito que ha elaborado, es su responsabilidad demostrarla y
probarla a entera satisfacción del Juez durante la presentación oral que
debe hacer en el curso de la audiencia. Es ahí donde está el quid del

10
asunto, pues el procedimiento no permite que el perito lea sus
argumentos, exigiendo que se presente en forma oral.

Es un hecho que la mayoría de quienes profesamos disciplinas


técnicas no nos dedicamos a perfeccionarnos en el manejo del lenguaje
y menos aún en el arte de la oratoria y ello constituye una grave
insuficiencia del profesional y en muchos casos un pesado lastre y falla
para un eficiente desempeño en el proceso oral.

Esto, porque en el juicio oral el perito debe narrar y persuadir. Esa


será su principal tarea y primordial objetivo en su participación en la
audiencia.. Esto no sólo se logrará con tener habilidad histriónica y
talento intuitivo sino será necesaria la realización de un estudio caso
consistente, suficientemente probado y adecuadamente expuesto que
tenga por finalidad lograr la convicción del juez, con miras a la obtención
de una decisión favorable por su parte.

3.1 Desahogo de la prueba pericial

El desahogo de la prueba pericial en juicio, como ya se estableció, es a


través del testimonio del perito. Como todas las pruebas testimoniales, la pericial
debe presentarse a través de un examen directo y controvertido a través de un
contra examen.

11
Considerar factores como La finalidad es seleccionar
olvido de detalles, los testimonios periciales
afectación propia del más útiles para la teoría
perito, presiones directas e del caso propuesta.
indirectas, falta de
memoria, falta de
motivación 1. Tener en cuenta 2. Analizar los
que los peritos conocimientos y la
nerviosos y coherencia del
confusos, faltos de testimonio del
claridad no perito en relación
mejoran en un con su peritaje y
corto tiempo.
área de
especialidad.
4. Después de 3. Tener en cuenta
detallado análisis, las debilidades de
seleccionar a los Investigar:
credibilidad del
mejores peritos. perito y del  Antecedentes
peritaje. penales,
 Antecedentes
personales y
familiares,
 Conocimiento
sobre el perito
que posee la
contraparte.

Cuadro 1. Elección del Perito

De ahí la necesidad de cuidar la selección y elección del perito, como lo


pone de manifiesto el Cuadro 1. Claro, ésta es tarea del abogado y sólo suya tal
responsabilidad. Sin embargo, el estudio del Cuadro sirve al profesional que
pretende fungir como perito como guía para, sabiendo qué es lo que requiere y
busca quien lleva el caso, afinar las correspondiente habilidades, aptitudes y
virtudes profesionales de interés para tal tarea.
En general, la prueba pericial se desahoga en la audiencia de juicio,
mediante la participación activa de los peritos de parte y, en su caso, del perito
tercero en discordia.

12
La forma ordinaria de desahogo de la prueba pericial prevista para el juicio
oral es la siguiente: cada perito, en el orden que determine el juez, debe acreditar
su calidad científica, técnica, artística o industrial en la audiencia, mediante original
o copia certificada del documento correspondiente; posteriormente debe presentar
oralmente sus conclusiones; y finalmente debe responder a las preguntas que las
partes y/o el juez le lleguen a formular18.

Aquí es donde las diferencias entre la forma tradicional y la nueva se hacen


evidentes. Hasta la entrada en vigor de las nuevas disposiciones procesales, el
perito presentaba en tiempo y forma y por escrito su informe o dictamen pericial y,
una vez ratificado con las formalidades de ley, se integraba al expediente y
pasaba a formar parte de lo actuado. Sí había la posibilidad de que se le llamará
para aclarar o explicar el contenido del informe o dictamen respondiendo
preguntas de los abogados de las partes y, en muy raras ocasiones, de la
autoridad judicial.

Conforme a las nuevas reglas procesales, si bien se requiere el dictamen


ha de ser exhibido por escrito dentro del plazo que marque el Código
correspondiente, que empieza a correr a partir del día siguiente en que cuente con
todos los elementos suficientes para realizar su evaluación, ahora se explicita la
obligación para el perito de comparecer a la audiencia de juicio para exponer sus
conclusiones y responder a las preguntas que le formulen las partes o el Juez.

Si bien el informe o dictamen consta en autos, lo importante será lo que el


profesional diga en la audiencia. En el curso debe presentar oralmente sus
conclusiones y responder que formules las partes y, ahora sí, el Juez.

Y aquí es donde los problemas se multiplican. El perito debe presentar sus


conclusiones en forma oral. Nada hay en los Códigos que diga que se le prohíbe
leer de su dictamen. Pero, habida cuenta de que la característica esencial del

18
Código de Comercio, Artículo 1390 bis 48.

13
nuevo sistema es la oralidad y que la participación de los abogados en el juicio es
solamente oral, se sigue que así debe ser la del perito. Hay que preparase para
hablar de memoria, sin ayudas.
Primero hay que decir quien es uno, seguidamente cuál es su experiencia
profesional y en qué forma ésta valida su actuación como perito o como algunas
legislaciones también le llaman testigo experto. No se trata de exponer el
currículum, sino la calificación y cualificación del profesional, de manera expresa,
para el caso en cuestión.

En el caso de la valoración los argumentos que llevan a la conclusión de


valor son complejos y se apoyan en conocimientos de una amplia gama de
disciplinas, lo cual los hace poco susceptibles a una síntesis comprensible. Menos
aún si tal síntesis carece del apoyo gráfico de las fórmulas aritméticas o
matemáticas en que se sustentan los números que el perito valorador ha de
presentar al Juez.
Para su presentación oral, conviene al perito valorador apoyarse en una
variante de eso que algunos llaman la “teoría del caso”, que no es otra cosa que
un ángulo, un punto de vista desde el cual enfocar la prueba, en términos tales
que si el juez la ve desde allí verá en ella lo que nosotros vemos. Es la simple,
lógica y persuasiva historia acerca de lo que realmente el profesional perito
estudió, analizó y le llevó a las conclusiones que presente, la brújula del perito, un
mapa que se diseña desde el momento en que tiene conocimiento de los hechos y
que tiene tres elementos:
 Fáctico: es la identificación de los elementos relevantes que ayudan a
comprobar el estudio que se la ha encomendado.
 Jurídico: consiste en la subsunción de la información dentro de las
previsiones de Ley.
 Probatorio: son los medios probatorios que acreditaran las proposiciones
fácticas.

14
Entonces el empleo de la técnica de la teoría del caso se convierte en una
herramienta importante porque permite:
 Realizar un análisis estratégico del problema que ha de resolver el
valorador.
 Ordenar y clasificar la información pertinente.
 Adecuarla conforme a las necesidades del problema, lo cual servirá para
defender la tesis.
 Determinar qué es lo que esperamos de la investigación.
 Seleccionar la evidencia física, social, política y económica relevante para
el problema de valoración.
 Detectar debilidades propias.
 Identificar, si posible, las debilidades de la parte contraria.
Todo esto teniendo en cuenta la tarea del profesional que actúa como perito
en un asunto judicial y que, ante esa responsabilidad, es su obligación ser
absolutamente claro en la exposición de los argumentos que llevan a la conclusión
que, como valuador, está llamado a presentar. Por ello debe ser extremadamente
cuidadoso en la preparación de su argumentación oral. Repasar, sí, el informe
escrito, retomar sus partes salientes y armar de manera meticulosa la
argumentación que habrá de exponer en la audiencia. Además, si el caso, el
problema y juzgador lo permiten, preparar material visual de apoyo mediante el
cual ilustrar su exposición y argumentos.

Esto es algo que no he visto discutido cuando se habla de juicios orales en


México, pero que en mi experiencia en similares eventos en los Estados Unidos he
encontrado sumamente útil.

Este material debe ser objetivo, claro y de fácil lectura, para permitir su
rápida asimilación por el Juez, resaltando aquellos puntos de la exposición que se
quieren destacar a fin de llevar al Juzgador, por una vía lógica, a la misma
conclusión que el perito sostiene y presenta.

15
Y, ojo, cuidar que, además sea inobjetable y no pueda ser útil a los demás
peritos, salvo para llegar a la misma conclusión que se sostiene.

Una vez que el perito ha desahogado la exposición de sus conclusiones, se


entra en la fase del examen de peritos o testigos expertos19.

3.2 Examen de Peritos

Los peritos son personas que cuentan con una experticia especial en un área de
conocimiento, derivada de sus estudios o especialización profesional, del
desempeño de ciertas artes o del ejercicio de un determinado oficio.
El propósito u objetivo del examen, que es a cargo del abogado de la parte
que nombró al perito, es logra que éste brinde al Juez la interpretación de una
información que exige un conocimiento especializado (en nuestro caso específico
sobre el valor de un bien, activo, derecho u obligación) en los términos más claros,
comunes, exactos y convincentes, con la finalidad de sustentar la teoría del caso
en que se apoya el abogado.

Transmitir al tribunal el hecho de que estamos en presencia de cuestiones


que ameritan un conocimiento especializado para su adecuada comprensión.

Además, legitimar el perito, es decir, convencer al Juzgador que el perito


que se presentó es un verdadero conocedor de la materia sobre la cual versa su
declaración.

19
Algunos textos han optado por traducir literalmente la expresión inglesa expert witness por testigo
experto, sin tomar en cuenta que en inglés, como no hay una palabra que exprese el significado preciso de
nuestro vocablo perito, se utiliza la frase expert witness, que literalmente es perito, como se desprende de la
siguiente definición:
expert witness - in the law of evidence, a witness who is allowed to give an opinion evidence as opposed
to evidence of his perception. This is de case only of the witness is indeed skilled in some appropriate
discipline. An exception to the usual rule of practice whereby witnesses are heard one after to other an do
not hear de evidence of the preceding witness is made in relation to competing experts.

16
Demostrar que el procedimiento seguido para la elaboración de la pericia y
contenido en el dictamen y en la exposición del profesional, conforma con las
normas y con la práctica generalmente reconocida en esa profesión, rama,
disciplina o especialidad.

El examen sólo se hace necesario cuando se hace necesario que el Juez


cuente con una opinión experta calificada. De ahí que la estrategia impone que
abogado y perito, preparen cuidadosamente esta fase de la intervención pericial.
Ello implica cuidar el orden de las preguntas y la forma que se dará a las
respuestas.

Primero, evidentemente, las preguntas deben dirigirse a que el perito


demuestre su pericia y experiencia de modo de legitimar su declaración.

El examen se debe estructurar de forma temática, es decir, primero cubrirá


las distintas conclusiones y luego los procedimientos llevados adelante para
arribar a las mismas. Esto se debe a que nos debe interesar destacar la
conclusión para luego revisar los detalles y otros aspectos que llevaron a la
misma.
Al explicar el procedimiento se debe seguir un orden cronológico que se haga
cargo de los distintos pasos que hubieron de darse en el tiempo para llegar a la
conclusión expuesta.

Lo más recomendable es que el perito utilice lenguaje llano, evitando la


tentación de demostrar su sabiduría empleando términos técnicos, propios de la
especialidad, pero de difícil inteligencia para los legos. Sin embargo, si insiste en
utilizar términos difíciles deberá estar preparado para, cuando se le pida, estar en
aptitud de explicar su significado en términos legos.

No puede exagerarse la importancia de cuan indispensable es, antes de


llegar a esta etapa de la estrecha comunicación del perito con el o los abogados

17
de la parte que le ha designado. Sólo mediante ella puede lograrse estructurar un
cuestionario congruente, que permita al profesional presentar apropiadamente la
experticia que se le ha pedido.

Hay que recordar que los abogados también son legos en materia de
valuación, por ello han recurrido al perito. Por lo tanto requieren orientación sobre
el tema y dependen para ello en la pericia, destreza y habilidad del profesional
valorador que han llamado como perito. A él compete el deber de asesorar en la
elaboración ordenada del cuestionario que habrá de hacer el letrado en la
audiencia a fin de que se logre la meta de llevar al Juez a la convicción de que la
pericia que se le presenta es lógica, razonada, está debidamente sustentada y,
por ende, veraz y aceptable.

Debido a la amplitud del objeto potencial de la declaración de los peritos y


al poder del conocimiento experto, el litigante, al presentar al perito en el juicio,
debe tener especial cuidado en destacar cómo la apreciación de los hechos por él
presentados, así como las opiniones por él vertidas, exigen de un conocimiento
especializado, en donde la mirada común del lego resulta abiertamente
insuficiente para su adecuada comprensión. En esto es necesaria la colaboración
del perito y, también su cuidado. Cierto es que el Juez también es lego en la
materia que domina el perito, de lo contrario resultaría superflua la participación de
éste. Pero este profesional debe ser extremadamente cauto y cuidando las formas
explicar con claridad todo cuanto sea necesario para mantener su posición de
auxiliar que informa, evitando pontificar, dar cátedra o siquiera insinuar una
posición intelectual o académica superior. Su papel y tarea no es esa.

Es importante tarea del litigante, pero no del perito, hacerle ver al tribunal
que ellos también están en la categoría de legos respecto de dicho conocimiento,
por lo que, si le creen al perito, deberán preferir sus conclusiones técnicas a las
que los propios jueces puedan detentar en forma autónoma. La del perito se
reduce a presentar, tanto en su exposición, como en el examen –y en su momento

18
en el contra-examen – los argumentos y fundamentos teóricos y técnicos de su
especialidad que dan sustento a la conclusión que presenta.

Toda vez que es importante que el abogado mantenga el control del


examen con la finalidad de evitar dar a los peritos oportunidad de que dicten
cátedra o aporten más datos que los solicitados, resulta saliente la colaboración
perito-litigante en la preparación del cuestionario y, hasta donde sea posible, la
forma en que el experto habrá de responderlo.

Dentro del capítulo de preparación del cuestionario es cuando debe


estudiarse la posibilidad del empleo de auxiliares gráficos en la exposición del
perito y su aprovechamiento en el proceso del examen.

3.3. Contra-examen de Peritos.20

En esta parte del juicio el perito se enfrenta al abogado de la contraparte,


quien tiene el único propósito de desautorizarle y, por lo menos, poner en tela de
juicio su pericia, de forma tal que despierte la desconfianza y arroje duda en el
criterio del Juzgador.

En síntesis, el contra-examen tiene una sola finalidad: desacreditar la


experticia del perito o la idoneidad de su dictamen y cuanto haya dejado dicho en
su exposición y en el examen.

Para ello el jurisconsulto se esforzará, a través de sus cuestionamientos, en


demostrar:

20
Espinoza Bonifaz, Augusto Renzo, Estrategias de litigación penal: Teoría del Caso, Revista de
derecho penal, procesal penal y criminología ISSN 1853-1105

19
 Que el perito tiene un interés particular en el caso: esta línea de
contra-examen puede adoptar varias formas:
a) Se puede cuestionar la remuneración excesiva recibida por la
pericia;
b) Puede traerse a colación el historial de peritaje en juicio y señalar,
por ejemplo, que el perito siempre apoya la tesis de los fiscales
en sus pericias, y
c) Pueden explorarse cuestiones relacionadas con la carrera
profesional y el prestigio, es decir, sus opiniones siguen una
cierta corriente política, filosófica, etc.

 Que el perito no es el experto que dice ser, es decir, sí cuenta con la


formación profesional que le respalda como especialista, pero ha
declarado cobre material que se encuentran fuera de esa
especialidad.
 Que el perito no puede afirmar con certeza lo que declara. En las
disciplinas técnicas no siempre es posible afirmar con certeza una
conclusión – es el caso en muchas área de la valuación – por ello se
admiten márgenes de error en los resultados de algunos cálculos. Si
el litigante es ducho puede manejar este hecho como valiosa
herramienta para hacer llegar al Juzgador un mensaje que
desacredite las conclusiones de la pericia, por lo menos en parte.
 Que el profesional no está siendo fiel a su propia ciencia. Esto tiene
que ver con la fidelidad con que el perito realizó sus operaciones y
obtuvo conclusiones conforme a los cánones de su disciplina. Esta
línea de cuestionamiento permite varias modalidades:
a) Cuando el perito no es fiel a su ciencia ya que las conclusiones
que obtiene contravienen aspectos consensuados de su
disciplina;

20
b) Cuando el perito no es fiel a su ciencia en el sentido de utilizar los
procedimientos acreditados y considerados idóneos en su área
para obtener conclusiones, y
c) Cuando el perito no es fiel a su ciencia personal, ya que este
mismo experto había manifestado una opinión contraria a la que
ahora sostiene en el tribunal.

Frente a esta etapa compete al perito una doble función:

1. por una parte cuidar que su dicho, tanto en la forma escrita como en la
oral, resulte intachable e inatacable por la parte contraria, acogiéndose a
la práctica generalmente aceptada de la valuación en México, a las
reglas de la ciencia y arte de la valoración, a las previsiones normativas
aplicables, a las Normas que sean de aplicación en el caso específico
de que se trate y, sobre y ante todo, a los dictados del Código de
Conducta de su profesión, y
2. constituirse en meticuloso asesor del equipo de abogados de la parte
que le ha designado para encontrar y señalar todas las posibles
deficiencias y tachas que puedan presentarse en un informe de
valoración, para proveerles de los argumentos que podrán esgrimir en el
contra-examen de los peritos de la contraparte, con el fin de
desautorizarlos .

4. Conclusión

Nuestro sistema procesal penal, familiar, mercantil y civil, por las razones
que al Legislador parecieron válidas, ha evolucionado. Ello impone una nueva
forma de llevar el procedimiento en los tribunales del fuero común y también en los
del Federal. Esa forma es la oral, de la cual se dice, en esencia, que ha de
realizarse conforme a los principios de: oralidad, inmediación, abreviación,
publicidad, contradicción, concentración y continuidad.

21
El principio de oralidad consiste en que los actos procesales son realizados
a viva voz, normalmente en audiencia y reduciendo las piezas escritas a lo
estrictamente indispensable.

El principio de inmediación exige la relación directa del juez con las partes y
los elementos de prueba que él debe valorar para formar su convicción.

El principio de abreviación o celeridad implica que el juicio se resuelva de


una manera rápida o pronta y con ello se concluya en un plazo de tiempo mínimo.

El principio de publicidad se traduce en que todo proceso debe ser público


salvo en los casos que la ley establezca lo contrario. La publicidad puede ser
interna, en el caso de que el conocimiento de los actos procesales sólo es
permitido a las partes intervinientes; o puede ser externa, cuando el conocimiento
es de todas las personas. Además, el conocimiento público del proceso y sus
actuaciones puede ser inmediato, esto es, que se conoce la actividad en el
momento en que se realiza; o diferido si el conocimiento se da de forma mediata,
es decir, que se da tiempo después de realizada la actividad o una vez finalizado
el proceso.

El principio de contradicción o principio contradictorio, implica la necesidad


de una dualidad de partes que sostienen posiciones jurídicas opuestas entre sí, de
manera que el tribunal encargado de instruir el caso y dictar sentencia no ocupa
ninguna postura en el litigio, limitándose a juzgar de manera imparcial acorde a las
pretensiones y alegaciones de las partes.

El principio de concentración supone que la mayor parte de los actos


procesales se van a realizar en una sola audiencia (idealmente), o en un número
muy reducido de actuaciones procesales, lo que va a permitir que el proceso se
abrevie lo más posible.

22
El principio de continuidad se refiere a que durante el desahogo de las
audiencias que componen el proceso, no se deben dejar transcurrir períodos
“muertos”.

A diferencia del procedimiento tradicional, en el nuevo la actuación del


perito, en nuestro caso el valorador o valuador, deja de ser sensiblemente pasiva
para convertirse en activa, pues aun no siendo parte en el juicio, es actor en el
proceso y se desempeña personalmente ante el Juez, cosa que en el sistema
anterior no hacía. De hecho, en la mayoría de casos ni el perito veía al Juez, ni
éste sabía ni tenía relación con él. Toda la participación del perito en el juicio se
desarrollaba ante intermediarios. Así. El Juez sólo sabía de su opinión a través del
filtro de diversos funcionarios del Juzgado. Ahora el Juez oye directamente al
perito y conoce de primera mano sus conclusiones y los argumentos en que se
sustentan éstas.

En este contexto al profesional de la valuación llamado a fungir como perito


en una acción judicial se impone un cúmulo de responsabilidades
considerablemente más amplio que el que le corresponde en el proceso
tradicional, mismo que con lleva exigencias y requisitos adicionales.

El perito en el juicio oral debe, primeramente, conocer todos los aspectos


teóricos y prácticos de su disciplina, eso es obvio, y saber comunicarlos de
manera clara, objetiva y convincente tanto por la vía escrita como oral. Para ello
debe, además conocer y dominar nuestra lengua a fin de constituirse en hábil
comunicador, pues en el juicio oral, a más de saber decir de manera contundente
en que consiste la conclusión a que llega, debe poseer la capacidad verbal de
transmitir con convicción los argumentos técnicos y lógicos que la soportan. Esa
forma de transmisión debe ser tal que su convicción también se transmita y sea
asumida por aquellos a quienes se dirige, principal y esencialmente al Juez, si el
juicio fuere unitario, o al Tribunal, tratándose de un colegiado.

23
Así las cosas, ahora ya no basta con ser un buen valuador, el valuador
judicial debe ser buen orador y excelente comunicador. Para él no es aceptable el
empleo de “muletillas”, trastabillar o tartamudear. La entrega oral de su informe,
para ser convincente debe ser fluida, sin que en el discurso se manifieste cosa o
expresión alguna que pueda entenderse como manifestación de duda. Esta aptitud
exige una preparación adicional en el profesional que interviene en juicios orales.

Por otra parte, también ha de estar preparado para actuar como asesor y
consejero de los abogados de la parte que le designa, en la preparación de las
cuestiones que deban incorporarse al examen, así como de los argumentos y
puntos que conviene tener en cuenta en la preparación del contra-examen.

Cierto que el perito es ajeno a la materia que se dirime en el juicio y no


aboga por ninguna de las partes. Su dictamen debe ser un documento imparcial
que aporte al Juez información de la especialidad del perito que le sirva para
fundar su decisión. Igual posición tiene su actuación en la audiencia, informa al
tribunal de aquello que interesa en el juicio y sobre lo que él es un experto.

Pero también se la llama para asesorar a una de las partes y como tal debe
dar luz a los abogados de la parte que le designa, sobre los temas que le son
propios, en la inteligencia de que tales temas no son del dominio de aquellos. Ahí
contribuye a hacer más ilustrativa y eficiente su participación en la audiencia, tanto
en su exposición como en el examen y, también, a preparar a los litigantes para
cuestionar a los peritos de la contraria.

Así, ahora es una persona más importante en el proceso y, siendo


competente, su participación será de mayor peso.

Bibliografía

24
Bañuelos Sánchez, Froilán, Nueva Práctica Civil Forense, ED SISTA V: MUNDO
JURIDICO, México, 2004.
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Nuevo León.
Código de Comercio Reformado.
Código Nacional de Procedimientos Penales.

Tijuana, Baja California, 26 de julio de 2016.

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