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La doctrina de la gracia establece que la gracia de Dios es un regalo no merecido que proviene de su naturaleza amorosa. Bajo la gracia, los humanos son aceptados por Dios a pesar de su falta de merecimiento y no están sujetos a prueba. Aunque los humanos no tienen mérito propio, deben vivir para Dios y evitar abusar de la gracia mediante el pecado. La gracia se manifiesta en el Antiguo Testamento como favor divino y en el Nuevo Testamento como perdón a pesar de
La doctrina de la gracia establece que la gracia de Dios es un regalo no merecido que proviene de su naturaleza amorosa. Bajo la gracia, los humanos son aceptados por Dios a pesar de su falta de merecimiento y no están sujetos a prueba. Aunque los humanos no tienen mérito propio, deben vivir para Dios y evitar abusar de la gracia mediante el pecado. La gracia se manifiesta en el Antiguo Testamento como favor divino y en el Nuevo Testamento como perdón a pesar de
La doctrina de la gracia establece que la gracia de Dios es un regalo no merecido que proviene de su naturaleza amorosa. Bajo la gracia, los humanos son aceptados por Dios a pesar de su falta de merecimiento y no están sujetos a prueba. Aunque los humanos no tienen mérito propio, deben vivir para Dios y evitar abusar de la gracia mediante el pecado. La gracia se manifiesta en el Antiguo Testamento como favor divino y en el Nuevo Testamento como perdón a pesar de
La Gracia es la actuación espontánea de Dios, de acuerdo con su
propia naturaleza como amor, no exige el cumplimiento de promesas ni obligaciones. Es el poder de Dios disponible para suplir todas nuestras necesidades sin ningún costo, y lo recibimos sólo por creer, no por algún esfuerzo humano. 2 Timoteo 1: 9 La gracia reside completamente en el dador, es decir, en Dios. Es soberana, no tiene deudas con nadie, puede obrar en alguien como a ella le plazca. No obra donde hay mérito, ella no ayuda, lo hace todo, el ser humano no tiene ningún merito propio que obligue a Dios salvarle. En el ser humano no hay motivo para que la gracia se manifieste. El ser humano entiende su indignidad y acepta con humildad que su bendición viene de fuera de sí mismo. 1 Corintios 15: 10
LA SITUACIÓN DEL HOMBRE BAJO LA GRACIA.
El hombre ha sido aceptado en Cristo. No está a prueba. Su vida pasada ya no existe delante de Dios. No le es retirada la gracia. Debe esperar ser bendecido, aún cuando se de cuenta cada vez de su falta de merecimiento.
LA ACTITUD APROPIADA DEL HOMBRE BAJO LA GRACIA.
ROM. 6: 1-23 Muerto al pecado y vivo para Dios. El pecado pierde su dominio sobre nosotros. No se debe abusar de la gracia, porque el pecado siempre esclaviza y terminará en la muerte.
LA GRACIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Gracia: Bondad, favor, benevolencia, merced. Es el favor inmerecido, relacionando a Dios con el hombre, proviene de un ser superior hacia uno inferior, no al contrario. Ejemplo: José halló gracia ante Potifar. Génesis 39: 4 Rut halló gracia ante Booz. Rut 2: 10 LA GRACIA EN EL NUEVO TESTAMENTO. Dios en su gracia trata al hombre como si nunca hubiese pecado, a pesar de ser culpable. La gracia de Dios contrasta con deuda (Romanos 4: 4,16), con obras (Romanos 11: 6) y con la ley (Romanos 6: 14,15; Gálatas 5: 4) El hombre la recibe al creer en Jesucristo como la única provisión, y el único salvador. La fe es la respuesta humana a la gracia divina. Romanos 5: 2