Está en la página 1de 3

Titulo de la obra:

Yelida

Autor de la obra:

Tomas Hernández Franco

Movimiento al que perteneció:

Movimiento dadaísta

Editorial:

Obras:

Forma de expresión:

Género literario:

Habla predominante:

Escrita en versos

Lugar:

Haití

Época:

1940

Personaje principal y Personaje secundarios:

Erick: Alma de fiord; corazón de niebla; fuerza de remo; sencillez de espuma;


mitad Tritón, mitad Angel; ni un solo pensamiento de Noruega; creía que los
niños nacen así como los peces; cabeza rubia, inocente…

Madam Suquí: Noche; instinto; carne fría y nocturna; de tierra; negra; bronce
vivo; olor acre; medianoche; hielo; filo; menguante turbio; calcinada cerámica,
taimada, astuta…
Yelidá: Secreto; misterio; enigma; llama; ardiente; caliente; vientre; tambor;
música; danza; nueva; completa; instinto; fogata; espiga; corazón de iceberg.

Los dioses blancos: Liliputienses dioses infantiles de la nieve; viejecillos;


sacuden nieblas de sus barbas; los que dibujan árticas auroras; dioses de
algodón y de manzanas; resbalan y juegan con las flores de hielo; los
hiperbóreos duendes del trineo y del reno; los dioses de leche y nube con sexo
de niño.

Los dioses negros: Dios negro del atabal y de la azagaya; comedor de


hombres, constelado de muerte; Wangol del cementerio y del trueno; dueño de
los zombí y la serpiente; Badagrís dictador de la puñalada y el veneno; padre
del rencor y la ira; violador de todas las niñas en el vientre de las madres
dormidas; Oyidá-Oueddó diosa de la lascivia y la lujuria.

Tema central

Yelidá relata la historia de tres personajes que más bien son símbolos: Erick-
blanco europeo, sencillo, bueno, inocente, terco, corazón de hielo. Pero estas
dos últimas cualidades no son negativas, sino que le prestan el carácter típico
de su raza nórdica. Mamuasel Suquiete o Madam Suquí-negra haitiana,
taimada, sirvienta de un burdel, que deambula por el muelle entre borrachos,
prostitutas y obscenidades, y que se había preservado virgen por obra de su
astucia y de brujería. Y Yelidá-fruto de esta mezcla, de esta unión fraudulenta.

Ideas secundarias

La historia de una mulata, Yelidá, y otras dos historias secundarias: las del
noruego Erick y la haitiana Madam Suquí, padres de Yelidá.

En los dos primeros antes (antes de la historia de Yelidá) se nos cuenta (“Un
antes”) la historia de Erick, “el muchacho noruego que tenía alma de fiord y
corazón de niebla...”, quinto hijo nacido a orillas del mar, “en la pesquera choza
de brea y redes salpicada casi por las olas...”. Hijo “de padre ausente
naufragado”, “nadador de algas profundas y arenas sorprendidas”, en fin,
criado para los afanes del mar, Erick, adolescente aún, había desentrañado
todos los misterios del mundo marino. Además de conocer “los nombres de los
peces, de las puntas y cabos...”, así como “la oración del canal y la bahía...”,
cuando apenas tenía quince años ya “conocía mil golfos...”

Mensaje que transmite:

En Yelidá dominan las imágenes femeninas por el predominio de Yelidá mujer


con todas sus implicaciones sexuales. Y las aluden simbólicamente a los
misterios de la santería vudú: las antítesis míticas, las uniones del sexo y de la
sangre, la vida y la muerte, lo blanco y lo negro, el mar y el cielo, el sacrificio y
la fiesta, lo sagrado y lo profano

Aspectos sociológicos

En Yelidá, acaparan la atención del poeta y, como es natural, la mujer es el


centro de interés, el centro del mundo, el centro hierofánico como lo es para la
religiosidad natural. Tenía que ser una mujer el centro del poema y tenía que
encarnar en una mujer las motivaciones y las sensaciones que dieron aliento a
la vocación mito poética de Tomás Hernández Franco

También podría gustarte