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LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN.

LA DOCTRINA
BAUTISTA FRENTE AL CALVINISMO Y EL ARMINIANISMO

LOS 5 PUNTOS DEL CALVINISMO: Se enuncian comúnmente con el acróstico


TULIP (tulipán, en inglés), como sigue:
T: (Total depravity) Depravación total

U: (Unconditional election) Elección incondicional

L: (Limited atonement) Expiación limitada

I: (Irresistible grace) Gracia irresistible

P: (Perseverance of the saints) Perseverancia de los santos

Estos cinco puntos abarcan de manera simplificada la teología reformada y también


se conocen como los “cinco puntos del Calvinismo” y “Doctrinas de la gracia”.

LOS ARMINIANOS NIEGAN estos 5 puntos.

LOS BAUTISTAS estamos entre estos dos polos opuestos.


Sabemos que la Biblia enseña verdades como “depravación”, “elección”, “expiación”,
“Gracia” y “perseverancia”; sin embargo, nuestra comprensión de la Escritura en
cuanto a la Doctrina de la Salvación, es distinta a la sostiene el Calvinismo y el
Arminianismo.
A simple vista los Bautistas sólo sostenemos el último de los “cinco puntos”: La
perseverancia de los santos. Es la doctrina de la Seguridad de la Salvación, como
decimos los Bautistas: “La salvación no se pierde”, porque “una vez salvos, siempre
salvos”.
Pero como parte de nuestra Doctrina de la Salvación, sí tenemos algo que decir sobre
nuestra comprensión Bíblica de los cinco puntos del Calvinismo, como sigue:

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LOS CINCO PUNTOS BAUTISTAS CALVINISTAS

Depravación total Extensiva (corrosiva) Intensiva (destructiva)

Elección Ninguna Condición para Ninguna Condición para


incondicional, Dios, una condición para Dios ni para el ser
el ser humano (fe) humano

Expiación limitada Limitada en su resultado Limitada en su extensión


(pero para todos los seres (no es a favor de todos los
humanos) seres humanos)

Gracia irresistible En sentido persuasivo (en En sentido coercitivo (en


concordancia con la contra de la voluntad
voluntad humana) humana)

Perseverancia de los No todos los santos serán Todos los santos serán
santos fieles hasta el fin fieles hasta el fin

1.- Depravación Total y la Seguridad de la Salvación

Según la doctrina calvinista, no podemos recibir la salvación por medio de un acto


libre de fe, puesto que estamos en un estado tan completamente depravado
(en sentido intensivo), muertos en nuestros pecados, que no tenemos ni siquiera la
capacidad de aceptar el don de la salvación. Dios ha de regenerar a los pecadores
mediante su Gracia irresistible antes de que sean capaces de creer.
Por el contrario, la doctrina bautista, que cree en la depravación total en un sentido
extensivo, sostiene que la imagen de Dios no ha sido completamente borrada de la
humanidad caída, sino solamente difuminada. Si bien las personas no pueden iniciar
o alcanzar la salvación mediante sus propias obras, sí son capaces, no obstante, de
recibir el don de la salvación. Incluso los seres humanos caídos tienen la capacidad
de aceptar o rechazar el don de la salvación de Dios, puesto que, aunque la salvación
no procede de nuestra voluntad (Juan 1:13), sin embargo, sí se hace realidad «por
medio de la fe [la nuestra]» (Efesios 2:8) mediante nuestro acto de «recibir» a Cristo
(Juan 1:12).

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2.- Elección incondicional y la Seguridad de la Salvación

Para la doctrina calvinista, la salvación es incondicional tanto para el dador como


para el receptor. Es decir, no existe ninguna condición para que una persona
la reciba, ni tampoco para que Dios la imparta. Recibimos la seguridad eterna
aparte de cualquier acto de fe por nuestra parte. De hecho, somos incapaces de
recibirla hasta que Dios nos haya salvado.
La doctrina bautista, por el contrario, sostiene que la elección es incondicional desde
el punto de vista del Dador, pero condicional desde la posición estratégica
del receptor. Es un don incondicional; no requiere el cumplimiento de condición
alguna. No obstante, aun siendo incondicional, ha de ser aceptado. Dicho acto de
aceptación no es más meritorio que el de un mendigo cuando acepta una limosna. Él
honor habría que dárselo más bien a quien concede el don que a quien lo recibe. Esto
es lo que sucede con el don incondicional de la salvación (Hechos 16:31; Romanos.
6:23).

3.- Expiación limitada y la Seguridad de la Salvación

La doctrina bautista difiere de la doctrina calvinista con respecto al alcance de la


Expiación: los calvinistas afirman que ésta es limitada en su alcance e insisten en
que Cristo murió solo por los escogidos. Por su parte, los bautistas sostienen que tal
limitación de alcance no existe, puesto que Cristo murió por todos (Juan 1:29; 2
Corintios 5:15; 1 Juan 2:2); admiten sin embargo, que sí es limitada en
su aplicación haciéndose efectiva solo en quienes creen.
Esta diferencia afecta a las correspondientes creencias acerca de la seguridad eterna
de ambos sistemas. Según la doctrina calvinista, Dios quiere que solo algunos tengan
seguridad eterna. Por ello, Cristo solo murió por ellos. Por el contrario, la doctrina
bautista sostiene que aunque solo serán salvos quienes crean Dios desea, sin
embargo, que todos lo sean (1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:9).

4.- Gracia irresistible y la Seguridad de la Salvación

Existe también una importante diferencia entre la doctrina calvinista y la doctrina


bautista respecto al entendimiento de cómo recibimos la seguridad eterna. Para los
calvinistas, la persona recibe el don de la salvación en contra de su voluntad. Por
naturaleza, todos los escogidos son pecadores, están muertos, y eran incapaces de
recibir la salvación cuando Dios se la otorgó en contra de lo que realmente deseaban.

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Los bautistas, por el contrario, están convencidos de que la Gracia irresistible de Dios
es eficaz en aquellos que la desean (los escogidos), pero no en quienes no la
aceptan. Dios obra de un modo irresistible y eficaz en los que deciden recibir su
Gracia. Sin embargo, no fuerza la voluntad de quienes no desean recibirla. Dios es
amor, y el amor actúa de manera persuasiva, pero no coercitiva. El amor forzado
representa una contradicción moral (Mateo. 23:37). Por ello, el calvinismo difiere de
la doctrina bautista en el modo de entender la naturaleza de la Gracia irresistible y
su funcionamiento.

5.- Perseverancia de los santos y la Seguridad de la Salvación

El último de los cinco puntos del calvinismo es el de la perseverancia de los santos,


conocido también como la doctrina de la seguridad eterna. Esta doctrina postula que
todas las personas que han sido regeneradas perseverarán en la fe hasta el fin. Es
decir, al final llegarán al Cielo. Dicho en lenguaje popular, los calvinistas de todo tipo
creen que una vez has sido salvo, lo eres para siempre, cosa que niegan todos los
arminianos.
No obstante, también en esto existe una diferencia entre bautistas y calvinistas, como
ilustra la tabla siguiente:

Los cinco puntos Bautistas y la Salvación Calvinistas y la Salvación

Depravación total Se recibe mediante un acto No puede recibirse mediante


libre un acto libre

Elección La fe es una condición para La fe no es una condición


incondicional su recepción para su recepción

Expiación limitada Cristo murió para que todos Cristo murió para que solo
pudieran disfrutarla algunos pudieran disfrutarla

Gracia irresistible Se recibe en conformidad con Se recibe en contra de la


la propia voluntad propia voluntad

Perseverancia de los No es necesario perseverar Es necesario perseverar hasta


santos hasta el fin para disfrutarla el fin para disfrutarla

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DIFERENCIAS ENTRE BAUTISTAS, CALVINISTAS Y ARMINIAMOS
RESPECTO DE LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN
Primero los contrastes entre los bautistas y los arminianos:

LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN

DOCTRINA BAUTISTA DOCTRINA ARMINIANA

Todos los creyentes la tienen Ningún creyente al tiene

Ningún creyente puede perderla Cualquier creyente puede perderla

No puede perderse por nuestras Puede perderse por nuestras acciones


acciones

Dios da certeza y seguridad Dios da certeza, pero no seguridad

Contraste entre las tres posiciones:

LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN

DOCTRINA DOCTRINA DOCTRINA


CALVINISTA ARMINIANA BAUTISTA

Seguridad, pero no certeza Certeza, pero no seguridad Seguridad y certeza

Por supuesto, muchos calvinistas insisten en que es posible disfrutar de la certeza


antes de la muerte. No obstante, hay varios factores que reducen seriamente el valor
de esta afirmación. En primer lugar, reconocen que existe lo que ellos llaman «falsa
Gracia» y «falsa certeza», que pueden llevar a alguien a suponer que forma parte de
los escogidos cuando, de hecho, no es así.
En segundo lugar, la propia palabra «perseverancia» sugiere que algunos de quienes
pretenden ser creyentes no perseverarán hasta el fin y, por ello, no serán salvos.
En tercer lugar, algunos calvinistas admiten la posibilidad de que existan personas,
creyentes en apariencia, pero que antes de su muerte abandonarán la fe y, por ello,
se perderán eternamente. Sostienen que todo verdadero creyente seguirá fiel hasta
el fin, y que quienes no lo hacen demuestran que no lo eran. De modo que existe
seguridad eterna para los escogidos, pero la trampa es ésta: nadie puede estar
realmente seguro de ser uno de los escogidos a no ser que permanezca fiel hasta el
fin.

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Esta idea es distinta del punto de vista bautista: todo creyente puede estar seguro de
ser salvo y continuará en la fe hasta el fin. Puesto que la presencia de «fe» es una
«prueba» de que alguien es verdaderamente salvo (Hebreos 11:1). Él Espíritu Santo
es quien implanta la fe en el corazón del creyente cuando éste cree la Palabra de Dios
(Romanos 10:9, 17).
En contraste, los calvinistas insisten en que además de seguir teniendo fe, las
personas han de seguir siendo fieles a Dios hasta el fin como prueba de que son
verdaderamente salvas. Él puritano Thomas Brooks afirmó que la verdadera
perseverancia implica persistir en: (1) una santa profesión de nuestra fe, (2)
principios santos y espirituales, (3) la doctrina de Cristo, y (4) acciones de Gracia.
En cuarto lugar, las mismas cosas que se sugieren como señales de la verdadera y
permanente certeza hacen imposible que las personas sepan con seguridad que son
salvas antes de su muerte. Sin embargo, la verdad es que, en la práctica, se hace
imposible que alguien pueda saber, sin duda, que ha perseverado en todas estas
cosas antes de morir. O, por decirlo de otro modo, cualquiera que no esté cumpliendo
estos requisitos hasta el día de su muerte no puede estar seguro de ser uno de los
escogidos.
Otro contraste al respecto es que los bautistas creen que los escogidos experimentan
la certeza en la Tierra y poseen también la seguridad eterna en el Cielo. Sin embargo,
algunos calvinistas sostienen solo esto último, ya que no podemos estar realmente
seguros de que alguien forma parte de los escogidos hasta que tal persona persevera
hasta el fin. Esto se debe a la existencia de la «falsa certeza» que puede llevarnos a
creer «que tenemos fe cuando de hecho, no es así».
A. A. Hodge dijo: «La perseverancia en la santidad, por tanto, en oposición a toda
debilidad y tentación, es la única prueba de la autenticidad de la experiencia pasada,
de la validez de nuestra confianza por lo que respecta a nuestra salvación futura…».
Puede haber una «retirada temporal de la Gracia protectora» mientras se permite a
los escogidos que «vuelvan atrás durante un tiempo»; no obstante, «en todos y cada
uno de estos casos tales personas son restauradas por Gracia». Esto parece implicar
que si alguien vuelve atrás y no se arrepiente antes de encontrarse con su Creador,
tal condición es entonces una prueba de que la persona en cuestión no había sido
verdaderamente salva. Si esto es así, cualquier cristiano, a pesar de las pruebas que
pueda manifestar en su vida durante muchos años, no puede tener verdadera certeza
de su salvación.
A pesar de las afirmaciones en sentido contrario, los calvinistas radicales no pueden
estar seguros de ser salvos a no ser que perseveren hasta el fin y hasta que lo hayan
hecho. En pocas palabras, por lo que hace al conocimiento de la propia salvación, no
se sabe si uno es o no salvo sino hasta que se ha perseverado hasta el fin.

(Basado en las ideas de Norman L. Geisler)

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La fe y el mensaje bautista 2000 y la gracia irresistible
La Biblia es nuestra norma final para la fe y la práctica. Sin embargo, como un
bautista, La fe y el mensaje bautista 2000 (F&MB2000), la declaración confesional
de la denominación protestante más grande en los Estados Unidos, provee valiosa
información sobre temas doctrinales.
¿Qué dice la F&MB2000 sobre la gracia irresistible? El término «gracia irresistible»
no aparece en la F&MB2000. Es más, la F&MB2000 no endorsa de manera explícita
la depravación total, la elección incondicional, la expiación limitada o la gracia
irresistible, aunque los calvinistas y no calvinistas pueden citar lenguaje en la
confesión que podría apoyar cada posición.
A mi entender, la gracia irresistible no encuentra apoyo en las definiciones de
«salvación», «regeneración» y «justificación» en el artículo IV de la F&MB2000. La
salvación «se ofrece gratuitamente a todos los que aceptan a Jesucristo como Señor
y Salvador».
La regeneración «es un cambio de corazón, obrado por el Espíritu Santo por medio
de la convicción de pecado, al cual el pecador responde en arrepentimiento hacia
Dios y fe en el Señor Jesucristo».
La justificación «es la obra de gracia de Dios y la completa absolución basada en los
principios de su gracia hacia todos los pecadores que se arrepienten y creen en
Cristo».
La F&MB2000, de manera explícita, establece: «No hay salvación aparte de la fe
personal en Jesucristo como Señor». Asimismo, el reino de Dios en el artículo IX se
define como «el reino de la salvación en el cual los hombres entran mediante su
entrega a Jesucristo por medio de una fe y confianza semejantes a la de un niño».
También, la F&MB2000 respeta la libertad humana y la responsabilidad moral. El
artículo V afirma que la elección de Dios es «consistente con el libre albedrío del
hombre». El artículo III, además, afirma que nosotros fuimos dotados en la creación
con «la libertad para elegir», y en ninguna parte de la confesión se afirma la
remoción de esta libertad para elegir.
El artículo III dos veces afirma la creación de todos los seres humanos a la imagen
de Dios y también afirma «la santidad de la personalidad humana». El artículo III
afirma la edad de la responsabilidad, que aunque después de Adán todos los seres
humanos nacen con una naturaleza pecaminosa en un ambiente pecaminoso, solo
cuando ellos «son capaces de realizar una acción moral se convierten en
transgresores y están bajo condenación», lo que destaca la libertad humana y la
responsabilidad moral individual.
Todas estas descripciones sugieren una respuesta humana a la gracia de Dios, más
que la noción de la gracia que se impone de manera irresistible sobre la voluntad de
alguien.

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Desde luego, La fe y el mensaje bautista a menudo afirma por igual que la gracia de
Dios inicia y trae la salvación. Los bautistas creen en la justificación por gracia por
medio de la fe.
La F&MB2000 enseña que «solamente la gracia de Dios puede traer al hombre a su
compañerismo santo y capacitar al hombre para que cumpla el propósito creativo de
Dios». Asimismo, describe la regeneración o el nuevo nacimiento como «una obra
de la gracia de Dios por la cual los creyentes llegan a ser nuevas criaturas en Cristo
Jesús.
Es un cambio de corazón, obrado por el Espíritu Santo por medio de la convicción
de pecado, al cual el pecador responde en arrepentimiento hacia Dios y fe en el Señor
Jesucristo».
La F&MB2000 describe la elección como «el propósito de la gracia de Dios, según el
cual Él regenera, justifica, santifica y glorifica a los pecadores» y «es la gloriosa
expresión de la bondad soberana de Dios».
El Espíritu Santo, según la F&MB2000, «convence a los hombres de pecado, de
justicia y de juicio. Él llama a los hombres al Salvador, y efectúa la regeneración. En
el momento de la regeneración, Él bautiza a cada creyente en el Cuerpo de Cristo».
La F&MB2000 no intenta aliviar la tensión entre la soberanía de Dios y el libre
albedrío del hombre en un sistema teológico puro; deja esta dinámica tensión como
la encontramos en la Escritura.
Afirma tanto una alta consideración sobre la soberanía de Dios y una alta
consideración sobre el libre albedrío y la responsabilidad moral.
Afirma tanto la necesidad (debido a la caída del hombre) de la iniciativa de Dios en
la salvación por gracia, y la necesidad de que las personas deben responder al don de
la gracia de la salvación por parte de Dios y recibirlo en sus vidas.

(Tomado del libro “Todo Aquel que en Él cree” Editor Allen)

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