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Guión de Cortometraje

SANTIGUAO
Producido por:
Yomaira Molina Landaeta / Juan Carlos Lossada
Escrito y Dirigido por:
Óscar Reyes-Matute

Asesoras dramatúrgicas:
Carmen Roa (Caracas)
Ana Sanz-Magallón (Madrid)
1 EXT. TOMAS DE CARACAS. DÍA. 1
Una toma del Cerro el Ávila al amanecer, iluminado por los
sesgos rayos solares que vienen desde el este. Tomas aéreas
de Petare. La ciudad despierta. SE OYEN LEJANOS SONIDOS:
Disparos y gritos, música de salsa y vallenato, algo
distorsionada. SE OYEN LLAMADAS TELEFÓNICAS que caen en la
contestadora.
CONTESTADORA (V.O.)
Hola, es Ángel (Juan, María, etc.),
déjame un mensaje y te responderé
la llamada a la brevedad posible...
Tomas de colas de coches en la autopista, autobuses
atestados de pasajeros, parroquianos que corren al metro,
estudiantes que caminan adormilados rumbo a clase,
vendedores callejeros de café, kioskos frente a los cuales
la gente fuma y revisa los periódicos. En la banda sonora,
ENTRAN LAS PRIMERAS FRASES de "El Santiguao" de Federico
Ruiz.
CORO (V.O.)
Con esta ramita / voy a santiguá /
al negro Mandinga / Pa’ su alma
salvá...

2 INT. BARRIO. CASA DE LOURDES. COMEDOR. DÍA 2


Una casita estrecha, de un solo ambiente, que mezcla sala,
comedor y una cocinita con lavaplatos. Al fondo, las puertas
de dos dormitorios. LOURDES (54) prepara algo de comer.
Entra su hija GABRIELA (20), con cara de sueño. La ayuda a
preparar la mesa, pone platos, cubiertos, y un poco de café
colado. Las dos mujeres, en silencio, consumen la magra
colación. Al terminar de comer, Gabriela se levanta, recoge
los platos y los friega, mientras su madre enciende un
tabaco y se echa las cartas. El rostro de Lourdes es de suma
preocupación. Gabriela lo nota. Lourdes se levanta, va al
altar que tiene en un rincón, le reza a los santos, les pone
ron en un platico, y enciende dos velas.
LOURDES
¡Yemayá, quítame los malos y
échalos al mar! ¡Que no le pase
nada a mi familia, a mi hija!
Cuídanos, y yo te prometo un ramito
hermoso con flores y yerbas...
Gabriela se le acerca alarmada.

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 2.

GABRIELA
¿Qué pasa, mamá, qué te dicen los
santos?
LOURDES (PERSIGNÁNDOSE)
¡Ay, hija! No me gusta nada lo que
veo.
GABRIELA
¿Que ves?

LOURDES
Veo sangre, hija, mucha sangre...
Gabriela mira a su madre, con algo de escepticismo. Lourdes
le pone la mano en el pecho y la contempla con amor y miedo.
Se toman las manos sobre el corazón de Gabriela. La muchacha
se conmueve. Luego Lourdes sigue con el tabaco, el ron y los
ramazos.
FUNDIDO ENCADENADO

3 INT. BARRIO. CASA DE LOURDES. COMEDOR. DÍA 3


Gabriela lee una partitura, marca los compases con la mano
derecha, canturrea. Su madre entra desde el cuarto, vestida
para salir.

LOURDES
¿No vas a clase hoy, hija?
GABRIELA
No mami, mañana tengo una audición
para el coro del Teatro Teresa
Carreño, hay un puesto para una
mezzo, mejor me quedo estudiando la
partitura...
LOURDES (ALIVIADA)
Gracias a Dios...
GABRIELA
¿Y tú? ¿Pa’ dónde vas?
LOURDES
Voy al mercado...
GABRIELA
¡Ay, mami! Después de esas cosas
que viste en las cartas, no
deberías salir.

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 3.

LOURDES
Le prometí un arreglo a los santos
en el altar, les tengo que comprar
ramitas y flores. No les puedo
fallar, o ellos no nos van a
proteger más.
GABRIELA
¿Tienes plata?
LOURDES
No mucha, pero no te preocupes...
Gabriela revisa los bolsillos de su pantalón, saca algunos
billetes arrugados y se los entrega a su madre...
LOURDES
Gabriela, mija, no. Tú los
necesitas para ir mañana al
teatro...
GABRIELA
Ya veremos, Dios proveerá. Llévate
esta platita, tú sabes que todo
está muy caro, hasta las yerbas.
Bendición, mami...
LOURDES
Dios te bendiga, hija mía...
Lourdes le hace una cruz en la frente a su hija y sale.
Gabriela se queda leyendo la partitura.
FADE

ENTRAN LOS CRÉDITOS: "SANTIGUAO."

4 EXT. CALLES DEL BARRIO. DÍA. 4

La acción transcurre frente a la casita de Lourdes. Ella


sale de su casa, y cierra la puerta con llave. Alguien la
observa desde lejos. Subjetiva de quien la observa. SE OYE
EL SONIDO DE DOS MOTOS QUE ARRANCAN. La toma subjetiva a
bordo de la moto, se acerca a Lourdes. En una de las
esquinas superiores del cuadro, asoma el cañón de una
pistola 9 mm. ENTRA MÚSICA VOCAL INCIDENTAL, como cuchillos
que cortan el aire.
Lourdes voltea cámara, y ve que quienes la observan desde
las motos se acercan a ella, con un arma en la mano. Lourdes
se aterra.

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 4.

La moto con la toma subjetiva pasa al lado de ella, Lourdes


sigue con la mirada la cámara. La cámara se "baja" de la
moto y se ubica detrás de ella, en su nuca. Lourdes ve a
cuatro hombres en dos motos: PONCIO (31) y MALANDROS 1, 2 y
3 (25), que se alejan lentamente, con las pistolas en alto.
Poncio la mira, besa un crucifijo que lleva sobre el cuello,
y le hace un gesto de santería a Lourdes.
La cámara da la vuelta, y se ubica frente a Lourdes, en PP.
Su rostro demudado, sus ojos desorbitados.

5 EXT. CALLES DEL BARRIO. OTRA LOCACIÓN. DIA. 5


Lourdes camina por una calle del barrio, hasta llegar a un
supermercado o panadería, donde hay una larga fila de
personas que esperan agobiadas para comprar alimentos.
Lourdes mira con compasión sus rostros desesperanzados. En
ese momento, SE OYE CERCA DE ELLA UNA RÁFAGA DE DISPAROS DE
ARMAS CORTAS. La cola entra en pánico. Algunos se lanzan al
piso, otros corren. Lourdes se ve envuelta en el vértigo de
la gente asustada. La mujer echa a caminar rápidamente, para
alejarse del sitio. Súbitamente, al lado de Lourdes, pasan
los cuatro malandros anteriores en las dos motos con las
pistolas 9 mm aún desenfundadas, con aire impune, soberbios.
Poncio mira a Lourdes, y la reta con la mirada. Lourdes baja
los ojos, se pega a una pared. Poncio ve sus insignias, le
hace nuevamente un gesto santero, tocándose el pecho, guarda
la pistola, la apunta con un dedo, hace la mímica de un
disparo. Le hace una seña con los dedos índice y medio de la
mano derecha a los otros tres malandros, desde sus ojos
hacia Lourdes (para que la vean, para que la "marquen"),
acelera la moto y sigue.

CORTE

6 EXT. CALLES DEL BARRIO. OTRA LOCACIÓN. DÍA. 6

Por la calle que viene del barrio, Lourdes corre como puede.
Llega a una locación cercana, más abajo. Hay un grupo de
gente arremolinada junto a alguien tendido en el piso.
Lourdes camina, y trata de seguir de largo, pero no puede
evitar pasar junto al caído. En el piso yace un muchacho de
unos 18 años (PEDRO), herido de varios balazos, agonizando.
Los ojos del muchacho abiertos, como si mirara a Lourdes,
quien se estremece. Alguien grita, y el grito se replica:
GENTE DEL BARRIO
¡Pedro, mataron a Pedro! ¡Malditos
malandros! ¡Asesinos!

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 5.

Una mujer de unos 47 años (MADRE DE PEDRO), entra corriendo,


se acerca al sitio, y se arrodilla junto al cadáver,
mientras gime:
MADRE DE PEDRO
¡Ay, Dios! ¡Me lo mataron! ¡Pedro,
hijo mío...!
Lourdes se aleja caminando agobiada, triste.
FUNDIDO ENCADENADO

7 INT. BARRIO. A BORDO DE UNA CAMIONETA DE PASAJEROS. DÍA. 7


A bordo de una camioneta de pasajeros, va Lourdes sentada.
Los pasajeros, como zombis, revisan sus teléfonos y
sostienen diálogos entrecortados. Se suben dos muchachos
jóvenes, casi adolescentes, oyendo música desde sus costosos
teléfonos, a través de audífonos. El chofer los mira con
desconfianza. Ellos se ubican sin hacerle mucho caso.
Lourdes se persigna (signo santero de protección), uno de
ellos lo nota. De repente, los muchachos sacan sendas 9 mm,
y gritan:
ADOLESCENTE 1
¡Bueno, señores, esto es un atraco!
¡Celular y cartera en mano, y el
que se ponga cómico lo detonamos!

La gente grita, algunas mujeres lloran, los atracadores


fríos, metódicos, van requisando y despojando a todos. Uno
de los atracadores se para frente al asiento de Lourdes. El
señor que está al lado de ella le entrega el celular y la
cartera, dócil. Lourdes tiembla. El atracador en silencio.
Lourdes le va a dar el teléfono y el dinero. El malandro ve
su indumentaria, reconoce algunos signos de santera, y no
acepta el celular. Se da un golpe de pecho y se dirige a
Lourdes.

ADOLESCENTE 2
Tú no, madre, tú eres Orisha. ¡Aché
pa’ ti!
Los pasajeros contemplan a Lourdes, asombrados. Una mujer en
un asiento cercano, luego de entregar su teléfono y su
cartera, mira a Lourdes con rabia. Uno de los pasajeros,
algo mayor, se niega a entregar su cartera, trata de
rescatar algo de ella. El Adolescente 1 lo golpea con la
culata de la pistola. El Adolescente 2, fastidiado, le
ordena:

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 6.

ADOLESCENTE 2
Mata a ese tipo...

El Adolescente 1 va a liquidar al hombre mayor. Lourdes se


levanta súbita, y los mira con ojos de súplica:
LOURDES
Mijo, no vayas a derramar sangre
hoy, te lo pido por las ánimas
benditas...
Los malandros se frenan. El hombre mayor mira a Lourdes,
ella casi le pide con la vista que entregue la cartera y el
celular. El hombre accede y entrega todo. La mujer que había
visto a Lourdes con rabia, ahora se nota apenada, a punto de
llorar. Los dos adolescentes roban a todos los pasajeros, y
luego se bajan burlones. El chofer rezonga, maldice, los
viajeros murmuran, se quejan con rabia e impotencia. Lourdes
queda impactada, en shock.
FUNDIDO ENCADENADO

8 EXT. MERCADO DE BUHONEROS EN EL BARRIO. DÍA. 8


Un pequeño mercado en el barrio, con varios puestos de
buhoneros. Lourdes camina entre los tarantines improvisados
en los que menudean verduras, frutas, aliños. En un puesto
de carnes, alguien le tuerce el pescuezo y luego degüella y
despluma una gallina. Lourdes contempla la escena con
estupor, como si fuera continuación de su presagio del
amanecer. Lourdes se detiene ante un puesto de yerbas, a
comprar, y le pide ramas y yerbas a la vendedora.
LOURDES
Dame un poquito de brusca,
alcanfor...

Se arma un alboroto en el mercado, algunas personas corren.


Luego SE OYEN DOS DISPAROS. Vendedores y compradores se
tiran al suelo. Malandros 1, 2 y 3, (los que mataron a
Pedro, pero sin Poncio), entran con sus dos ruidosas motos,
pistola en mano. Los motorizados recorren los puestos,
pateando y derribando mesas. Las mujeres y los niños huyen.
Los malandros se detienen frente al puesto de yerbas, donde
está Lourdes. Uno de ellos (MALANDRO 1), la mira, con la
pistola en alto. Lourdes tiembla, baja la cabeza, y observa
de reojo al malandro. El Malandro 1 le hace una seña con la
cabeza. Lourdes no entiende. El Malandro 2 le señala el
asiento del parrillero de su moto, que está vacío. Lourdes
no se mueve. El primer malandro, fastidiado, la apunta con
la pistola 9 mm. Lourdes tiene un momento de duda.
Intercambia una mirada con el Malandro 1. Lourdes pasa del
miedo a la rabia sorda, al hastío, y de allí al reto.

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 7.

LOURDES
Mijo, ¿pero qué es lo que tú
quieres? Yo soy una pobre vieja...
El Malandro 1 se ríe. Guarda la pistola, vuelve a señalar el
asiento del parrillero vacío en la moto de su compañero.
MALANDRO 1
Móntate...
El malandro hace una ligera inclinación de cabeza. Lourdes
finalmente obedece. Monta. Las motos arrancan ruidosas. La
gente que está tirada en el suelo comienza a levantarse.
FUNDIDO ENCADENADO

9 EXT. CALLES DEL BARRIO. DÍA. 9


Calles del barrio. Una serie de tomas a manera de clip,
SOBRE SONIDOS DE LLANTOS Y GEMIDOS, REZOS, SÚPLICAS,
anticipos de la banda sonora de las próximas secuencias. Las
dos motos, con Lourdes a bordo, recorren las tortuosas
calles del barrio, trepidantes, temibles. Las personas
corren y se apartan cuando las ven venir. Las dos motos
llegan a un pequeño río. Lourdes se santigua. Los malandros
lo notan, detienen las motos y la interrogan.
MALANDRO 1
¿Qué pasa?
LOURDES
Hay demonios de aquel lado.

MALANDRO 1
Abre tú los caminos...
Lourdes baja de la moto, enciende un tabaco y reza algo,
lanza un poco de las yerbas que trae al agua. Los malandros
respetuosos. En la banda sonora ENTRA MÚSICA INCIDENTAL
VOCAL, VOCES OSCURAS. Los malandros y Lourdes se miran,
rostros curtidos, cruzados por líneas de expresión
tortuosas. Al fondo, subrepticiamente, un niño cruza el río.
Pero sólo Lourdes lo ve. El niño mira a Lourdes, triste,
pálido, rostro de andar perdido. Se toca el corazón cuando
la mira, se le escapa una lágrima. Lourdes se conmueve hasta
la médula, le hace un gesto leve con la mano para que siga.
El niño baja la cabeza, y continúa río arriba. Lourdes
vuelve a este mundo. Se monta en la moto, se dirige a los
malandros. Lourdes no nota que el niño se ha quedado
detenido otra vez.

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 8.

LOURDES
Vamos...
Las motos arrancan de nuevo, cruzan el río, y se dirigen a
la otra banda, al otro barrio. El niño se queda perdido en
medio del río.
FUNDIDO ENCADENADO

10 EXT. BARRIO DE LA OTRA BANDA. FRENTE A UNA CASITA. DÍA. 10

Las motos se detienen delante de una humilde casa, donde hay


mujeres llorando, gente vestida de negro (riguroso luto), y
otros de blanco, (indumentaria santera). Hay motos y
camionetas estacionadas al frente. Los dos adolescentes que
atracaron la camioneta están allí, y miran a Lourdes con
respeto. Lourdes perpleja. Los malandros bajan, y conducen a
Lourdes adentro.

11 INT. BARRIO DE LA OTRA BANDA. CASA DE PONCIO. DÍA. 11

Los malandros entran, trayendo a Lourdes por un brazo. En la


sala de la casa hay un ataúd, en el cual yace un muchacho de
piel oscura, casi un niño (el que vimos en el río, El
Menor). A su lado, varias mujeres lloran quedamente, casi en
silencio. En un sofá, desencajado, está sentado Poncio.
Poncio mira a Lourdes con los ojos cuajados de lágrimas.
Poncio le besa la mano a Lourdes, llorando, mientras le
ruega.
PONCIO
Madre, me mataron al chamo, la
gente del negro Pedro. ¡Rézale!
¡Que las ánimas le abran el camino!
Lourdes duda, tiene como una visión, como un vértigo, niega
con la cabeza. Poncio lo nota.

PONCIO
¿Qué pasa, madre?
La gente alrededor, mira con aire amenazador a Lourdes. Gran
tensión.

12 INT. BARRIO. CASA DE LOURDES. COMEDOR. DÍA 12


En el comedor de la casita, Gabriela ensaya una partitura,
casualmente la del coral "Santiguao" de Federico Ruiz. La
toma, desde un plano abierto, se acerca a ella lentamente,
hasta quedar en su rostro, sus ojos, y sus labios que

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 9.

recitan y cantan la letra del coral, la línea de la


mezzosoprano. Gabriela está como perdida, canta mientras
parece ver cosas lejanas.
GABRIELA
Con esta ramita / voy a Santiguar /
al negro Mandinga / pa’ su alma
salvar...

13 EXT. PEQUEÑO RÍO ENTRE LOS DOS BARRIOS. DÍA. 13

Gabriela camina por el pequeño río, el mismo de la secuencia


9. Toca el agua con una mano, va descalza, algo distraída, o
más bien extrañada.
En un punto del río, ve que está su madre, Lourdes,
desesperada, haciéndole señas al niño para que se aleje río
arriba. El niño no termina de irse, mira a todos lados,
perdido.
Al fondo, están los 3 malandros, parados de espaldas, al
lado de sus motos, inmóviles.

Lourdes y Gabriela se miran, con miedo, angustia,


solidaridad, sorpresa.
Gabriela mira al niño, y le hace la misma señal que Lourdes.
El niño parece entender, y comienza a caminar hacia arriba.
La cámara se mueve hacia los tres malandros, se ubica
delante de ellos, rostros cabizbajos, paralizados,
inexpresivos, como de cera, oscurecidos. Al fondo quedan
Lourdes y Gabriela, frente a frente, en el río.

14 INT. BARRIO DE LA OTRA BANDA. CASA DE PONCIO. DÍA. 14


Todos miran a Lourdes con rabia, y miedo hacia Poncio.
Poncio paralizado, esperando una respuesta. Lourdes,
trémula, le responde a Poncio.
LOURDES
Tú has derramado mucha sangre...
Los santos no quieren que yo te
rece.

PONCIO
No lo hagas por mí. Yo soy un
diablo. Pero mi chamo no tiene la
culpa de nada.

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 10.

LOURDES
Los santos no me dan permiso... Si
me vas a matar, hazlo, pero no
puedo...
Lourdes, finalmente, firme como una roca. Poncio, extático.

15 INT. BARRIO. CASA DE LOURDES. COMEDOR. DÍA. 15

Gabriela, con rostro sumamente preocupado, llama por


teléfono. La toma sobre su rostro aterrado. No contestan.
Cae la grabadora.
LOURDES (V.O.)
Te has comunicado con el teléfono
de Lourdes Chacón. Orita no puedo
contestarte, déjame tu mensaje y te
lo responderé a la brevedad...
Gabriela se queda desencajada.

16 INT. BARRIO DE LA OTRA BANDA. CASA DE PONCIO. DÍA. 16


Siguen Poncio y Lourdes, frente a frente, tensos. EL
TELÉFONO DE LOURDES SUENA, ella no lo atiende.

PONCIO (RESIGNADO)
Si no quieres rezarle al chamo,
vete, no te voy a hacer nada...
Lourdes duda, camina hacia el sarcófago y se asoma. Sobre la
mejilla del cadáver del niño hay una lágrima. Lourdes mira
los ojos lastimeros de las otras mujeres. Poncio se le
acerca, junta las manos sobre la cabeza baja, y le habla.
PONCIO
Tú sabes lo que se siente por un
hijo. Mi negrito era un ángel, yo
no iba a dejar que él se metiera a
malandro como yo...
Poncio toma las manos de Lourdes y las pone sobre su propio
corazón.
PONCIO
Madre, te lo ruego...
Lourdes lo mira con compasión. Pausa dramática. Finalmente,
ella accede con un gesto. Se detiene junto al féretro, las
mujeres la toman por las manos, lloran quedamente,
agradecidas. Ella echa una bendición sobre el vidrio del
ataúd.

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 11.

FUNDIDO ENCADENADO

17 INT. BARRIO DE LA OTRA BANDA. CASA DE PONCIO. DÍA. 17

Las tomas se aceleran, a la manera de un clip. SE OYE LEJANO


el llanto de las mujeres, sus gritos (pero los de la
secuencia 19, adelantados), MEZCLADOS con una música de
salsa y sonidos de disparos. Sobre esta banda sonora, varias
tomas de Lourdes fumándole un tabaco al difunto, haciendo
ensalmes con yerbas y flores, santiguándolo. Las mujeres
lloran quedo, con la boca cerrada, MIENTRAS SE OYEN LOS
LLANTOS DE LA SECUENCIA 19, los labios no guardan sincro con
el sonido, que es una banda sonora paralela, densa,
emocional, en contrapunto con las imágenes. Al fondo de la
sala de la casa, desde la cocina, entran Pedro y El Menor,
los dos jóvenes muertos. Van el uno junto al otro, pero no
se miran ni se tocan. Ellos miran a todos con tristeza,
pálidos. Se les ven las heridas de bala, pero nadie lo nota.
Alguien pasa, y les ofrece café. Ellos lo rechazan con un
gesto. Poncio no los ve, Lourdes sí. Lourdes, delicadamente,
con un pañuelito blanco, seca la lágrima de la mejilla del
niño muerto. Luego pone una moneda sobre cada ojo del
cadáver. Lourdes mira hacia los dos fantasmas, y les hace
otra vez un gesto leve con la mano, para que se vayan. Ellos
se miran por fin el uno al otro, tristes. El Menor se echa a
llorar. Pedro sale, y el Menor se va tras él.

18 EXT. CERRO EL VOLCÁN. DÍA. 18


Pedro y El Menor caminan como perdidos, por las veredas del
cerro El Volcán. Al fondo, la panorámica de la ciudad de
Caracas, el cerro El Ávila, mientras SUENAN LOS PRIMEROS
COMPASES de El Santiguao.
FUNDIDO ENCADENADO

19 EXT. BARRIO DE LA OTRA BANDA. FRENTE CASA DE PONCIO. DÍA. 19


El cielo está rojo, por los arreboles del verano caraqueño.
Los familiares y deudos sacan el féretro, y lo montan a
bordo de una camioneta pick-up que emplean como improvisada
carroza. Los malandros encienden sus motos, hacen
caballitos, gritan, lanzan salvas de disparos al aire. No
hay un solo vecino a la redonda, nadie se acerca, se podría
palpar el miedo en el aire. La madre del difunto COMIENZA A
CANTAR DESGARRADA:

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 12.

MADRE DEL MENOR


Los caminos de la vida / no son
como yo pensaba / como los
imaginaba / no son como yo creía...

Lourdes camina entre las mujeres, cantando con ellas, a


grito pelado, mientras lanzan pétalos de flores hacia la
camioneta con el ataúd. El cortejo arranca y se aleja. La
voz desesperada de LA MADRE QUE CANTA SE MANTIENE EN PRIMER
PLANO, y continúa en la banda sonora de la secuencia
siguiente.

FADE

20 EXT. TOMAS DE CARACAS. CREPÚSCULO. 20

Tomas varias desde la perspectiva de los motorizados y


Lourdes, recorriendo el barrio de regreso. Tomas del rostro,
ya inexpresivo, de Lourdes. Se alternan tomas de Caracas al
atardecer, en el crepúsculo. Muere el día, gente que sale
del metro cansada, autobuses atiborrados de pasajeros,
buhoneros y kioskeros que recogen sus mercancías. La canción
de la madre del finado SE SIGUE OYENDO EN PRIMER PLANO, y va
saliendo en fade sonoro a medida que va terminando la
secuencia.
FUNDIDO ENCADENADO

21 EXT. BARRIO. FRENTE A LA CASA DE LOURDES. NOCHE. 21


Lourdes llega a su casa, los malandros la han llevado en
moto. Lourdes baja. Uno de ellos le da una bolsa plástica y
se despide.
MALANDRO 1
¡Gracias, madre! ¡Aché pa’ ti...!
Los malandros se van, raudos en sus escandalosos caballos de
acero. Lourdes entra a su casa, agotada.

22 INT. BARRIO. CASA DE LOURDES. COMEDOR. NOCHE. 22


Gabriela aún está ensayando. Al ver a su madre, se le
acerca, la besa, y la abraza asustada, llorando.
GABRIELA
¿Qué te pasó, mamá? Te estuve
llamando, pero me caía la
contestadora...

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 13.

LOURDES
Estoy bien, hija, estoy bien...
Gabriela va a la cocinita, destapa una olla, toma un plato,
y se pone a servir sopa de pollo con un cucharón. Lourdes
deja la bolsa en la mesa, va al altar y lo adorna con unas
ramitas y algunas flores que trae en la mano. Gabriela pone
el plato sobre la mesa, y le hace un gesto a su madre.
Lourdes se sienta a la mesa y comienza a comer en silencio.
Gabriela le da un beso en la cabeza y se sienta frente a
ella.

GABRIELA
Mamá, ¿Dónde estuviste todo el día?
Lourdes no responde. Come como una autómata. Su hija la mira
con angustia.

GABRIELA
Me asusté mucho, mataron a un chamo
allá abajo... ¿Dónde estabas tú?
LOURDES
Me pidieron un favor, hija...
Gabriela nota la bolsa que su madre ha dejado sobre la mesa.
GABRIELA
¡Má! ¿Y esta bolsa...?

LOURDES
No sé, me la dieron ellos...
GABRIELA
¿Ellos quienes?
LOURDES
Esos demonios que hay en el
barrio...

Gabriela, inocentemente, abre la bolsa. La bolsa está llena


con pacas de billetes de alta denominación. Gabriela abre
los ojos, atónita, Lourdes sigue comiendo su sopa de pollo
mecánicamente. No voltea a mirar lo que hay en la bolsa.
Gabriela la mira. Larga pausa dramática.

GABRIELA
¿Qué es esto, mami?
Lourdes para de comer, toma una servilleta, se limpia los
labios, y responde quedamente a su hija, para luego seguir
comiendo impasible:

(CONTINÚA)
CONTINÚA: 14.

LOURDES
Un santiguao...
Las dos mujeres en silencio, una delante de la otra,
mirándose asustadas. Lourdes estira su mano derecha y toma
la mano izquierda de Gabriela, quien instintivamente la pone
sobre su corazón. ENTRAN SUAVEMENTE, POR FADE SONORO, los
compases de "El Santiguao."
CORO (V.O.)
Con esta ramita / voy a santiguá /
al negro Mandinga / pa’ su alma
salvá...
La toma se mueve en un travelling circular con steady cam, y
mientras la madre come y la hija no sabe qué hacer con los
billetes, arranca la fuga de "El Santiguao."

FADE

23 EXT. TOMAS DE CARACAS. NOCHE. 23

CODA
Tomas a manera de clip, SOBRE LA LLOVIZNA CROMÁTICA DE LA
FUGA de "El Santiguao". Caracas de noche. Colas de coches
por las avenidas y autopistas, gente que corre asustada
tratando de llegar a sus casas, caminadoras, transformistas,
fauna nocturna que sale para deambular hasta el amanecer,
como vampiros. En la banda sonora, con "El Santiguao," SE
MEZCLAN ráfagas de disparos, gritos de hombres que caen
abaleados, llantos, gemidos eróticos, sirenas de ambulancias
y de patrullas, radios de la policía, llamadas telefónicas
que caen en las contestadoras:
VOZ EN LA CONTESTADORA (V.O.)
Hijo, hijo, ¿Dónde estás?
Respóndeme la llamada, hijo, soy
yo, tu madre..."

CRÉDITOS
FIN

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