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La casa de doña Yolanda y las hijas de la Gran Puta.

EXTERIOR-DÍA-ÉPOCA PRESENTE

Un auto de alta gama recorre las calles de una barriada del Sur de la ciudad. Jóvenes llenos de
tatuajes, poco más que adolescentes, fuman marihuana en una esquina, hay también un chancero,
parroquianos que atienden sus asuntos. Toma subjetiva de un motociclista de delivery, quien va
delante del auto. El transito regular de vehículos de un barrio capitalino, un día cualquiera.

El auto se detiene, el cristal refleja una casa antigua de madera con un rótulo en ella. Tanto la casa
como el rótulo se ven difusos a través de la ventana del carro. El cristal desciende, se nos revela el
rostro de una mujer de poco más de ochenta años, mirando hacia la propiedad. Una niña la
acompaña.

La MUJER que conducía el auto baja y abre la puerta.

MUJER - Llegamos.

La ADULTA MAYOR no responde, LA CONDUCTORA DEL AUTO, de quien no vemos su rostro, la


ayuda a salir del carro. La ANCIANA viste de forma casual pero elegante, LA NIÑA que le acompaña
sale del auto luego y le da la mano. Las tres caminan hasta la fachada del inmueble, la mayor de
ellas toca la puerta varias veces.

PLANO DETALLE DE DONDE GOLPEA SU MANO∕FUNDIDO

EXTERIOR-DÍA-UN DOMINGO DE 1953

PLANO DETALLE DE LA PUERTA, la mano de una jovencita de unos 18 a 20 años toca la puerta de la
misma casa, setenta años atrás.

ZOOM OUT P.G. de la calle, un camioncito de carga está estacionado al lado de la acera. Hay más
autos, parroquianos.

Pedro Benedit
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Al lado de la muchacha vemos una maleta desgastada y un enorme atado con una sábana que
descansan en el suelo. Una niñita pequeña está escondida tras una planta en el corredor de la casa.
La muchacha la saluda. La niña le hace un gesto de que guarde silencio.

La casa luce casi nueva, hay un rotulo en la ventana, escrito a mano que reza: "SE ACEPTAN
COSTURAS⸗TRAJES PARA HOMBRE"

La puerta se abre, se asoma una mujer de unos cuarenta y cinco años, cabello teñido de un rubio
metalizado, viste ropa sencilla, pero de buen gusto, mira a la muchacha que toco la puerta.

YOLANDA- ¿Si, que se le ofrece?

La chica saca de su cartera un telegrama, se lo muestra a la mujer. Esta se percata de la niña que
está afuera.

YOLANDA (Mirando el papel y luego a la niña): Ah, es usted, la esperaba desde ayer. Sarita, que
maña la suya de esconderse, su mamá la está buscando. Entre. (La recién llegada le sonríe, la niña
se levanta de donde esta, entra corriendo a la casa) Pase, pase adelante.

La jovencita saluda al CHOFER del camioncito, este le devuelve el saludo, arranca su vehículo y se
aleja, la chica vuelve a guardar el telegrama y tomando sus maletas, entra arrastrándolas en la casa.

INTERIOR-DÍA- DE CONTÍNUO

Un pasillo, se ven varias puertas a los lados; casi todas las habitaciones están cerradas. La primera
tiene la puerta abierta; en ella DOS mujeres jóvenes cosen algo en máquinas accionadas por pedal.
Vemos un maniquí de alambre; al lado, sobre una mesa de comedor desgastada por el uso, hay un
batiburrillo de cosas: telas en rollo y sueltas, algunas prendas en diferentes procesos de
elaboración, una radio encendida, una caja con refrescos y un ventilador que traquetea tratando de
aminorar la calurosa atmosfera.

Una foto enmarcada del Doctor Rafael Ángel Calderón Guardia domina la escena del cuarto de
costura.

Un estridente cha cha chá retumba en la habitación; la atmósfera esta nublada por el humo de los
cigarrillos que las mujeres fuman.

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La chica lleva con dificultades su alijo de cosas. Avanza arrastrándolo dificultosamente por el pasillo.

YOLANDA se detiene un minuto en el cuarto de costura, les da instrucciones a las mujeres,

YOLANDA- Ella es María del Milagro, se va a quedar con nosotras una temporada.

Las mujeres levantan la vista y la saludan.

MARIA AUXILIADORA - Ya éramos muchas y pario la chancha.

CARMEN- Otra María más, que originalidad.

MARÍA AUXILIADORA- No te hagas, vos también te llamas María... ¡María Isabel! (le arroja un
retazo de tela).

CARMEN- Por eso prefiero que me digan Carmen... (dirigiéndose a la recién llegada) María
Isabel...por Carmen Lyra…

MILAGRO se encoje de hombros dando a entender que no comprende la alusión del nombre.
CARMEN Le devuelve a su compañera el trozo de tela que esta le tiró antes.

MARÍA AUXILIADORA- Ah disculpe usté señora, a veces olvido con quien hablo.

YOLANDA- No le haga caso, ustedes compórtense. Y a esta María le vamos a decir Milagro.
¿Entendido?

AMBAS- Si mamá.

MILAGRO- Mucho gusto. (La jovencita sigue avanzando por el pasillo llevando sus cosas).

YOLANDA- Acuérdense de que mañana viene don Memo por el pantalón; la pierna derecha dos
pulgadas más larga que la izquierda y no al revés, que bien bravo estaba la vez pasada. ¡Apúrense
que ya casi nos vamos!

LAS DOS- Si mamá.

PLANO SUBJETIVO DE MILAGRO. Una de las puertas esta entre abierta, un fugaz vistazo al interior
nos muestra a EUNICE (treinta y tantos, bonita, muy voluptuosa), en bragas y brassiere que se pone
un liguero, mientras EUGENIO (entre cuarenta a cincuenta años) en calzoncillos, con sus medias
también sujetas con ligueros, pero vestido con camisa y corbata; se ajusta la ropa.

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YOLANDA (Corre presurosa al ver la cara de asombro de la chica) - ¿Cuantas veces tengo que
decirles que cierren la puerta?

EUNICE se aproxima a la puerta, le da a escondidas de EUGENIO un papel a YOLANDA; esta lo oculta


veloz en su busto. YOLANDA sonríe a MILAGRO. Desvía la atención de lo sucedido, ayudándole con
una de las maletas.

YOLANDA- ¿Pero mamita el cuerpo de quien echo aquí? Esto pesa…

Al fondo del pasillo descubrimos a CHAVELA, (cerca de diecisiete años, delgada, algo hombruna)
Está mirando lo que pasa en el pasillo.

YOLANDA (Hablando con la fisgona) - Chavela, deje de vinear lo que no le importa, venga a ayudar.

La aludida corre solícita a ayudar con las cosas.

YOLANDA – Milagro, Chavela. Chavelita, Milagro se va a quedar en el cuarto de Carmen y Sarita.

CHAVELA- Mucho gusto. (Entre ambas arrastran el bulto que trae la recién llegada) – De verás que
esto pesa, ¿que trae, piedras?

MILAGRO - No, mi mamá que es una exagerada. Hasta un colchón me hizo traer.

CHAVELA - Por aquí, este será su cuarto.

Saca un llavero y procede abrir la puerta, cede el paso a la muchacha. CHAVELA se queda en el dintel
de la puerta; ambas tratan de entrar al mismo tiempo, pero quedan atoradas frente a frente; casi
que rostro contra rostro en el estrecho hueco de la puerta. CHAVELA se ruboriza, MILAGRO opta
por hacerse a un lado y cederle el paso a la que está ayudando con el bulto. CHAVELA lo arrastra al
interior y sale. Se detiene unos segundos frente a MILAGRO y se despide con un gesto mudo. Se va
casi que corriendo por el zaguán de la casa. YOLANDA y MILAGRO entran.

INTERIOR-HABITACION-DE CONTINUO

Un cuarto amueblado escasamente: dos estrechas camas individuales, una mesita de noche las
divide, una lámpara eléctrica y una veladora con una candela a medio consumir, una bacinica reposa
sobre una silla, la única decoración son unos cuadros religiosos sobre la cabecera de las camas.
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YOLANDA- (Entrando con el resto de cosas de la muchacha) ¡Esa será su cama, va a compartir el
cuarto con María Isabel, digo con Carmen …! ¡De veras que ya hay muchas Marías! y con Sarita, la
chiquita que ya conoció afuera. Ahí hay donde guardar sus cosas, acomódese, si quiere viene con
nosotras a misa de once, nos vamos como en una hora.

Hace amago de salir, titubea, se detiene y hablándole de espaldas, dice:

YOLANDA- No te preocupes Milagritos, todo va a salir bien. (Sale y cierra tras de sí)

La muchacha se sienta sobre la cama, mira el entorno, tras una pausa vemos como unas lágrimas
ruedan por sus mejillas.

EXTERIOR-ATRIO DE UNA IGLESIA METROPOLITANA-DÍA

Los feligreses entran a la iglesia, YOLANDA viene escoltada por cinco mujeres más: EUNICE,
CARMEN, MARÍA AUXILIADORA, CHAVELA Y MILAGRO. Visten enagua o vestido apenas por encima
de la rodilla, excepto CHAVELA, que viste un pantalón. Algunas de las mujeres usan un pañuelo,
otras una pañoleta o mantilla sobre la cabeza, un par de ellas lleva un rosario entre las manos.

Varios parroquianos miran y comentan sobre la indumentaria de esta última, ella los ignora. JOSÉ
un joven policía de guarda en el lugar, ve pasar al grupo, se fija en MILAGRO. Esta lo descubre, sus
miradas se cruzan por un instante.

Otro pequeño grupo de mujeres, mayores en edad que el precedente, están conversando fuera de
la iglesia mientras observan la llegada de las otras. Al ver pasar al grupo y sin mediar palabra entre
ellas se interponen en su camino.

YOLANDA se ve confundida y molesta por el bloqueo de que es objeto; quienes la acompañan se


detienen en seco; las que obstruyen el paso se muestran desafiantes y prepotentes. La líder del
grupo es RITA, se ubica justo frente a YOLANDA.

RITA - Esta es la casa de Dios, no un lupanar.

CHAVELA está a punto de darle un puñetazo en la cara; EUNICE avanza hasta la barrera y
colocándose justo en frente de la que parece la líder del grupo, infla directamente sobre su rostro

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un balón hecho de chicle; lo hace estallar en la cara de esta. Ante el desconcierto de la que fue
agredida se crea una fisura en la barrera; entre YOLANDA y EUNICE hacen pasar a CHAVELA y luego
a las demás al templo. MILAGRO incapaz de entender que pasa, queda rezagada. Las mujeres que
se le enfrentaron a sus compañeras, al verla sola se abalanzan a increparla, el policía que está de
guardia interviene para proteger a MILAGRO, EUNICE regresa por ella; tomándola del brazo le hace
pasar la barrera, el grupo de alborotadoras se disuelve. Las MUJERES de la casa de Doña YOLANDA
entran.

Los curiosos celebran la escena. Algunas amigas de RITA se esmeran por ayudar a la que fue cubierta
con chicle, entre todas tratan de limpiarla. EUGENIO sale de la iglesia, toma a RITA del brazo y casi
que a empellones la lleva adentro.

INTERIOR-SALA COMÚN DE LA CASA-PASADO EL MEDIO DÍA

Un amplio salón con algunos muebles que han visto mejores años; unos aparadores adosados a las
paredes. Sobre uno de ellos, una radio y a su lado; en un lugar prominente, una foto enmarcada de
la que hablaremos luego. La cocina y la sala están separadas por una barra que se parece más a la
un de bar, que a la de un desayunador casero. Una pequeña mesa redonda casi en el centro de la
estancia y unas sillas cercándola. Un enorme tragaluz baña el lugar con una coloración cálida y
agradable.

Las mismas mujeres que acompañaron a YOLANDA a misa, vemos también a una mujer de raza
negra (ELI). Con ellas. SARA a quién ya conocimos, corretea y juega con un niño de cinco años. SARA
saluda a MILAGRO, esta le responde con una gran sonrisa

Las mujeres se ven eufóricas y felices. Restos del almuerzo aún descansan sobre el comedor, ELI
destapa una bandeja llena de cocadas; los niños apenas perciben el olor corren hacia ella,
asediándola para que les dé una. Algunas de las mujeres recogen los trastes.

MARÍA AUXILIADORA- La cara, la cara de asco que puso. (La imita)

CHAVELA- Y las lamebotas que estaban con esa roquilla: "Hay no doña Rita, déjeme quitarle esto,
Dios bendito, esas mujeres son de lo peor".

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Todas ríen, la recién llegada se ve desconcertada. Mira asombrada cuanto pasa a su alrededor y
parece sorprendida al ver a ELI caminar a su lado. Esta nota su sorpresa y con los brazos en jarras le
espeta de frente:

ELI – ¿Le pasa algo machita?

MILAGRO- No, no señora. Disculpe, es solo que… yo creí que aquí no vería a nadie como usté.

ELI- ¿Cómo yo? ¿Así de hermosa?

MILAGRO luce confusa. ELI le suelta una risotada.

ELI – Dont worry lady. No es la primera que se sorprende de ver una negra así de hermosa.

MILAGRO – De verdad usted perdone. No quise molestar. Es que extraño donde yo vivía, aquí
nadie tiene un color tan bonito como el suyo.

ELI (Vuelve a reír, le da una palmada en la espalda que casi la hace caer) -Chiquilla más linda ya me
cayó bien. (Le obsequia una de las cocadas)

CARMEN (entrando en la conversación y tomando una de las galletas) – Ahora si te ganaste el cielo.
ELI es más dulce que las cocadas que hace.

ELI le lanza un beso a la que acaba de piropearla y regresa a lo suyo, MILAGRO, aun reponiéndose
de la novedad de esa casa escandalosa y abigarrada; le da un gran mordisco a la galleta, se sorprende
gratamente por su sabor. CARMEN le hace un gesto de entendimiento refiriéndose al postre.
MILAGRO prosigue hablando con ella.

MILAGRO (Señalando con un gesto amplio la multitud de mujeres que abarrotan cada rincón de la
sala común)- ¿Todas ellas viven acá?

CARMEN – Todas nosotras y el Espíritu Santo.

MILAGRO – Uhmm… (Trata de entender sin mucho éxito) Uhmm (esta vez originado por el buen
sabor de lo que mastica, pasa a otro tema) - ¿Esas señoras de la iglesia quienes eran, por qué
estaban tan bravas?

CARMEN- ¿Señoras? ¿Esas? Ja

EUNICE- Son un montón de fariseas, hipócritas.

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CARMEN - Están celosas porque nosotras tenemos lo que ellas no tienen.

ELI- Están celosas porque ustedes lo tienen mejor y lo usan más seguido. Es todo.

Todas celebran el comentario. YOLANDA le hace señas a MILAGRO de que se acerque a ella, la lleva
a un rincón; le habla haciéndose oír por sobre la algarabía de los demás. Las mujeres conversan
entre ellas, los niños juegan escondido.

YOLANDA- No les hagas caso, están locas como cabras.

MILAGRO- Se ven buena gente. (Tose)

YOLANDA- Algo tenés atragantado, tomá. (Le alcanza un jarro con café)

MILAGRO (Luego de beber y bajar el bocado de galleta) - ¡Gracias!

SARA y el niño se acercan, se quedan con la mirada fija en los restos de galletas que las mujeres aún
tienen en sus manos, YOLANDA parte la golosina que tiene y se la da al niño, MILAGRO simula que
se va a comer entera la de ella y luego de unos segundos le entrega lo que quedo de su galleta a
SARA, los niños se alejan felices.

MILAGRO (Señalando al resto de mujeres)– Doña Yolanda, ¿todas ellas son sus hijas?

YOLANDA se ríe.

YOLANDA- Oigan güilas. Milagritos pregunta si ustedes son mis hijas.

TODAS RESPONDEN DE UNA EN UNA- Si mamá. Por supuesto mami. Si mamacita linda.

ELI- Off course mam.

Todas ríen. Yolanda trata de explicarle a Milagro.

YOLANDA- (LA NARRACION VA ACOMPAÑADA POR IMÁGENES EN FLASH BACK) Todo empezó con
la revolución, el gordito que en paz descanse (se persigna, señalando el cuadro de un hombre de
unos cincuenta y tantos años que parece presidir el lugar, rodeado de veladoras apagadas y unos
floreros con flores marchitas) le dio por enlistarse apenas vio llegar a los mariachis a la capital, me
dijo: "Machita, como voy a dejar que estos muchachos peleen solitos por nosotros, ya estoy roco,
pero todavía puedo hacer algo" Y por más que traté de hacerle cambiar de parecer no quiso, bien
testarudo y necio que era. Así que se fue a la guerra y de eso hace ya cinco años. No sé si me lo
mataron o esta con el Doctorcito en Nicaragua planeando como volver. (TERMINA EL FLASH BACK)
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MILAGRO- ¿Y sus hijas?

YOLANDA (ríe de nuevo). Todas son hijas de distinto padre. (Ante el estupor de la muchacha, le
aclara) E hijas de distinta madre también. El gordito y yo no pudimos tener hijas y si algo dejo la
guerra han sido muchos hijos sin tatas; así que ahí fueron llegando este montón de entenadas;
primero la Eli, llego acompañando a su hombre, un liniero que quiso pelear en la revolución y que
termino escapando a Nicaragua. La Carmen es mi ahijada, era maestra rural antes de casarse, el
marido la dejo también… llego con Sara en la panza; María Isabel, a la que le decimos la Chavela;
apareció durante la guerra, solo traía la ropa que llevaba puesta y claro la Eunice; tan bonita y por
bonita tan sufrida la condenada. (Se acerca MATEO, le pide a YOLANDA que le dé su cocada, la
señora la parte en dos, le da la mitad) Mateíto y María Auxiliadora perdieron a la mamá antes de
la guerra, son hijos de uno de los soldados de mi gordito. Él también tuvo que irse para que no lo
mataran y me dejo a cargo los güilas. Ahora les sobran tías… (Pausa). Cada una de ellas vino acá
con una historia y algunas con la historia de ellas aun mamando teta. No podía decirles que no.

Conforme YOLANDA las va mencionando la cámara se detiene unos segundos en cada cual. Las
mujeres interactúan entre ellas, con los niños. Luego de un momento de ensimismamiento…

MILAGRO- ¿Y esas señoras de la iglesia?

YOLANDA- No les hagas caso, están podridas por dentro. No nos perdonan el que nuestros
hombres hayan estado del lado que perdió, no nos perdonan que no estemos de rodillas
comiendo mierda. (Mirando a CHAVELA y a ELI levanta los hombros ) O simplemente no nos
perdonan que seamos diferentes.

(Cambia de tema al percatarse de lo que hacen las mujeres. Todas rodean a ELI quien vierte licor
desde un enorme tarro de leche en unas botellas de vidrio) He, he chiquitas, ¿quién les dio permiso
de ese guarito…?

CARMEN- ¿Mami, puedo tomar un traguito?

EUNICE- ¿Mamacita linda?

CHAVELA– Un aguardientito para mi mamita.

MARÍA AUXILIADORA- Si le dan a ella yo quiero.

CHAVELA- ¡Si a ella no la dejan tomar me dan el suyo!

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CARMEN- Hay Chavelita, tan jovencita, que borracha que es.

CHAVELA- Y hay Carmencita y usted tan viejilla y que metiche que es.

YOLANDA- Bueno, bueno, pero poquito que mañana hay que trabajar.

ELI sirve licor en unos vasos, todas beben y celebran. CHAVELA le lleva una copa a MILAGRO, está
la rechaza, aun cuando la primera insiste en que beba.

CHAVELA – No se haga de rogar, es lo más fino que ha probado en su vida, el mejor guarito de
contrabando del país.

MILAGRO – No, no gracias. Yo no bebo.

CHAVELA (encogiéndose de hombros) – Bueno, de lo que se pierde, más para mí. (Se zampa el trago
de una sola vez).

MARIA AUXILIADORA-Huy esto si calienta la garganta (va hasta un rincón en donde descansa una
guitarra, empieza a entonar una canción ranchera, las mujeres empiezan a corearla. Hay una
algarabía general).

YOLANDA lleva una copa y la pone frente al altar del GORDO, brinda ante su imagen.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR-CUARTO DE CARMEN Y MILAGRO-NOCHE

Acaba de pasar la celebración espontánea de la escena anterior; CARMEN y MILAGRO se preparan


para dormir. Las acompaña SARA. La pequeña esta arrodillada al pie de la estrecha cama de
CARMEN. La habitación es iluminada por una lámpara, ubicada en la mesa de noche que separa
ambas camas. Contra la pared a la cual esta adosada la cama de CARMEN hay una ventila.

CARMEN termina de leerle un cuento a su hijita (LOS CUENTOS DE TÍA PANCHITA). - Y me meto
por un huequito, y me salgo por otro, para que ustedes me cuenten otro.

La niñita se prepara para rezar. MILAGRO se ve incomoda, no se anima a desprenderse de su


vestido; finalmente le da la espalda a CARMEN y se lo quita. Tiene unos trapos amarrados al
vientre, se desenrolla las telas, se mete en la cama con premura y se tapa.

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CARMEN- (Al mismo tiempo vigila que la niña haga sus oraciones) ¿Cuánto tiene?

MILAGRO- ¿De qué?

De fondo se escucha como un murmullo la voz de la niña:

SARA- "Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, amén"

CARMEN- No se haga. ¿Cuánto tiene de embarazo? (La pequeña al terminar de orar se mete de
un tirón en la cama, CARMEN le da un beso a su hija, la arropa).

SARA- Buenas noches mami, (dirigiéndose a la nueva compañera de habitación) ¡buenas noches!

MILAGRO- Buenas noches Sarita

CARMEN besa a su hija y luego se queda mirando fijamente a MILAGRO, esta, luego de dudar un
momento entre responderle o no a Carmen

MILAGRO- No sé, como cuatro meses. Creo.

CARMEN- ¿Y el tatá?

MILAGRO se encoge de hombros. CARMEN señala a su hijita y también se encoge de hombros.

CARMEN- La mayoría de nosotras estamos en las mismas. ¿De dónde es usted?

MILAGRO- De Siquirres.

CARMEN- ¿Y tiene papás?

MILAGRO asiente, baja la vista.

CARMEN- ¿Ellos la mandaron para acá? (MILAGRO asiente de nuevo) ¿Y cuál es el plan? (MILAGRO
de nuevo se encoge de hombros) La muchacha que estuvo antes de usted. ¡Otra María! Después
de parir regreso a la casa, a Orotina. Dijeron que la que tuvo él bebe fue la mamá de ella. ¡Así que
tuvo a su propio hermanito! ¿Eso va a decir usted? (MILAGRO de nuevo se encoge de hombros).

CARMEN acaricia el cabello de su hija mientras mira a MILAGRO. Esta última al final toma valor y
habla.

MILAGRO- Se llama Juan Carlos.

CARMEN- ¿Quién?

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MILAGRO- Mi novio. Nos vamos a casar.

CARMEN- (Despectiva, sarcástica) ¡Claro! claro!

MILAGRO- Si, es en serio. ¡Vea!

Se estira sobre la cama y de debajo de ella saca la maleta que ya le conocimos, la abre y de uno de
sus bolsillos internos extrae una foto. Se la muestra a CARMEN. Vemos a un muchacho de unos
veinticinco años, posa en una típica foto de estudio.

MILAGRO- ¿Verdá que es muy guapo?

CARMEN- ¿Y dónde está esa guapura ahora?

MILAGRO- Es que mis papás no lo quieren.

CARMEN- Pues lo deben de querer muy poco, para preferir mandarte acá; a que parás a
escondidas.

MILAGRO- Es que mi mamá está brava con los papás de él.

CARMEN- Todos los consuegros se llevan mal, no es para tanto.

MILAGRO- Si, si lo es... (Ante la mirada inquisitiva de CARMEN) Es que... mi papa y mi tío peliaron
en la guerra ¿vé? y se murieron ... los mataron. Al hermano de papá en un combate y a papi dicen
que en Siquirres, fusilado en el Codo del diablo. Y como Juan Carlos también pelió... pero en el
otro lao... mi mama y mis otros tíos no quieren que yo este con él.

CARMEN- Romeo y Julieta.

MILAGRO- ¿Esos quiénes son?

CARMEN- Unos amigos míos, una historia parecida.

MILAGRO- ¿Y que les pasó? ¿Están juntos?

CARMEN- Se mataron.

MILAGRO- ¡VIRGÉN SANTÍSIMA! (Se persigna). Hay no no, yo no. No haría eso. Juan Carlos me dijo
que él iba a venir a buscarme. Solo tengo que localizarlo. Mandarle la dirección. (Mira la foto
profundamente ilusionada).

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CARMEN- Hay tontica. Siga soñando, que no cuesta nada. Míreme a mí, sigo esperando que venga
el mío.

MILAGRO- El mío va a venir, ya va a ver.

CARMEN- (De nuevo sarcástica) Claro que sí, mejor duérmase, para que siga soñando. (Apaga la
lampara. Oscuro total)

VOZ EN OFF de MILAGRO- Juan Carlos va a venir, yo se. Él me lo prometió por la Virgen de los
Ángeles.

SE ESCUCHAN LOS GOZNES DE UNA PUERTA QUE CRIRRÍA Y LUEGO UN GOLPE FUERTE, COMO EL
DE UNA PORTILLA QUE SE CIERRA VIOLENTAMENTE.

MILAGRO- ¿Y eso?

CARMEN- Ya duérmase Milagro.

INTERIOR-SALA COMUN DE LA CASA- MAÑANA

TOMA CONTINUA

La cámara sigue a ELI quien limpia y acomoda el lugar. Levanta sillas y alfombras; barre con una
escoba de mijo, a ratos la intercambia con un plumero para sacudir. Una música alegre y pegajosa
inunda el ambiente.

Se detiene por un momento en la foto del GORDO; la copa que puso doña Yolanda ayer, ante la
imagen, está vacía. ELI la toma.

ELI- (Dirigiendo la pregunta a la foto) ¿Diay patroncito, tenía sed ayer?

Aparece MARÍA AUXILIADORA, viene afinando su guitarra, se detiene extrañada al oír y ver la
escena. ELI se percata de su presencia; toma la copa y se persigna. La lleva con profundo respeto
reverencial hasta el mostrador que divide la cocina del área común. MARÍA AUXILIADORA mira
primero a ELI y luego la foto, se persigna también.

ELI - Saluda a la muchacha- Auxiliadora. (Se va del salón con las manos unidas en señal de oración).

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La aludida se queda mirando hacia donde se fue ELI, luego mira el altar. Se rasca la cabeza y luego
de percatarse de que esta sola en la habitación se persigna de nuevo, alejándose sin darle la espalda
a la fotografía del GORDO.

CUARTO DE COSTURA-DE CONTINUO

CARMEN le enseña a MILAGRO como usar la máquina de coser. MARÍA AUXILIADORA enhebra con
dificultades una aguja.

CARMEN- ¿Ve, no es difícil? Solo tiene que seguir las líneas y la máquina hace el resto.

Tocan a la puerta, golpes fuertes, seguidos. Vemos pasar a EUNICE frente a la puerta de la habitación
para abrir. Regresa presurosa, entra al cuarto de costura, llega hasta el cuadro del Dr. Calderón
Guardia y le da vuelta, al otro lado está una imagen oficial de José María Figueres en el acto de
abolición del ejercito costarricense. Regresa a la puerta principal. Voces de hombre y mujer
entrecortadas. MARÍA AUXILIADORA y CARMEN palidecen. Le hacen señas a MILAGRO de que no
hable. La ocultan tras un biombo y simulan seguir en sus quehaceres.

Al ocultarse tras el Biombo MILAGRO descubre detrás de él a SARA, ella de nuevo le hace un gesto
de que guarde silencio.

Los hombres que generaron las voces entran. Son tres policías. PACO: canoso, barrigón,
desagradable, ya pasados los cuarenta años, luce el grado de capitán del resguardo fiscal, renquea
levemente. Otro ostenta el grado de CABO, secunda en todo a PACO, el último policía es JOSÉ, al
que ya conocimos en la iglesia, no ostenta rango en su uniforme.

PACO- Hola chiquitas, ¿me extrañaron?

CARMEN- Tanto como un ataque de sarna.

PACO- Muy matona mamacita. Hay maneras de tratar a mariachis como vos.

EUNICE- ¿Y habrá manera de tratar a muertos de hambre como ustedes?

PACO- No se me pongan tontas que ya saben lo que les puede pasar.

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Toma el pecho de EUNICE y lo aprieta muy fuerte, PLANO DETALLE de la entrepierna del CABO,
una gran erección le ocurre ante la demostración de poder de su jefe. EUNICE no reacciona, mira
desafiante a PACO.

EUNICE- Siga apretando hijo de puta, que si me quedan marcas le digo a Eugenio quien me las
hizo.

Ante la mención del nombre, PACO la suelta.

PACO- Te salvas de ser la querida de un tagarote del gobierno, pero eso no va a durar para
siempre. Apenas el roquillo ese se aburra o la doña lo joda demasiado, vamos a ver quién
manda.

Aparece YOLANDA, en un instante cala la escena, se interpone entre PACO y EUNICE.

YOLANDA- ¡Qué puntualidad¡¡Si así fueran para detener delitos! (Les da un sobre de papel)

Aquí esta lo de la semana pasada, pueden irse por donde vinieron.

PACO (Le da el sobre a José) -Cuéntelo.

El aludido empieza a contar el dinero. PACO mira desconfiado a las mujeres; camina y trastea sin
muchas ganas por el lugar. LAS MUJERES se interponen disimuladamente en su camino cuando
trata de llegar al biombo tras el cual se oculta MILAGRO.

Desde la posición en que se encuentra; JOSÉ puede ver en un espejo a MILAGRO y SARA ocultas
tras el biombo, simula que no las ha visto.

JOSÉ- Esta todo mi capitán.

PACO- Ya saben los intereses a pagar si no está todo.

Mira con lascivia a las mujeres. Él y sus subordinados dan media vuelta y salen.

EUNICE se frota el pecho que le agarro el hombre, MILAGRO y SARA salen detrás de su escondite.
SARA sale corriendo de la habitación. Las mujeres se sorprenden de verla.

MILAGRO- ¿Esos quiénes eran?

YOLANDA – De los mismos que mandaron a matar a su tata, es mejor que no sepan quien es
usted. (Le da vuelta al cuadro de Pepe Figueres)

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PLANO DETALLE: MARÍA AUXILIADORA sostiene unas tijeras tan fuertemente que sus nudillos
están blancos.

INTERIOR-SALA COMEDOR DE LA CASA-NOCHE

Hay mucho ajetreo, ELI persigue a LOS NIÑOS para llevarlos a otro lugar de la casa.

Antes de que ELI los arreé fuera, algunas de las mujeres se despiden de ellos con un beso de
buenas noches. Varias terminan de acicalarse: Alguna se quita los rulos del cabello, otras discuten
sobre la cordura de alizar su cabello con una plancha de carbón, otras se maquillan.

MILAGRO entra en la habitación y observa la escena confundida. La radio transmite música


romántica. CHAVELA discute con MARÍA AUXILIADORA algo relacionado con su cabello y una
plancha que reposa en la estufa. Al descubrir a MILAGRO deja a MARÍA AUXILIADORA y va a
saludarla. Esto molesta a MARÍA AUXILIADORA. CARMEN esta algo aparte de todos, ajena al ruido
de la casa.

CHAVELA – Hola Milagritos. ¿Ya se acomodó?

MILAGRO – Si, Doña Yolanda y Carmen han sido muy amables.

CHAVELA – Es raro que le dieran ese cuarto.

MILAGRO – Ah, ¿por qué?

CHAVELA – Mejor se muda conmigo. Ahí estoy sola. Sarita es muy linda, pero tres en un solo
cuarto es mucha gente.

MILAGRO – ¿Quién sabe? Yo estoy bien…

CHAVELA – Estaríamos mejor solas, tendría más espacio, sobre todo ahora que va a tener cría.

MILAGRO encaja con dificultad el descubrir que ya hay más gente que conoce su secreto.

MILAGRO – Pero… ¿cómo?

CHAVELA – Yo le dije, estará mejor conmigo, Carmen no puede contenerse un chisme. Por eso le
digo que estaría mejor conmigo, yo puedo cuidarla. (Se le aproxima aún más)

Pedro Benedit
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MILAGRO no entiende del todo la insinuación de su compañera, pero no se siente a gusto ante la
agresividad sexual de CHAVELA.

MILAGRO – No, le agradezco, estoy bien como estoy.

CHAVELA – No se vaya a enojar con nadie, su secreto en unos meses va a estar jugando con Sara
y Mateo. Así que es tontera que trate de ocultarlo.

MILAGRO- (Se ve molesta. Mira en dirección a YOLANDA) – Usted disculpe, tengo que hablar con
doña Yolanda. (Se acerca a la aludida, desviando la conversación) - ¿Vienen visitas?

CHAVELA se ve enojada, la mira de arriba abajo, va de nuevo a continuar la discusión sobre la


plancha y el cabello con MARÍA AUXILIADORA, esta le da la espalda, molesta.

YOLANDA- (Se le dificulta oír por sobre el barullo de la casa) ¿Decía mija?

MILAGRO - ¿Qué si vienen vistas?

YOLANDA - Si Milagritos, de lunes a sábado tenemos visitas. (Ante la cara de interrogación de la


muchacha). Hay que ingeniárselas a como se pueda. ¿Cree que haciendo ruedos puedo darle de
comer, vestir y calzar a esta catizumba de gente?

MILAGRO- Ni me diga Doña. (Milagro dirige de forma involuntaria una triste mirada a uno de sus
zapatos)

YOLANDA- (Captando la dirección en que miran los ojos de la chica) Déjeme ver. (MILAGRO esta
reticente a enseñarle el calzado a la señora). ¡No sea tonta enséñeme!

A regañadientes Milagro se quita uno de sus zapatos y se lo muestra a YOLANDA; es una zapatilla
desgastada, la suela se sostiene precariamente, pegada con un chicle a la parte inferior del calzado.

YOLANDA- Hay muchacha, ¡yo pensé que era renca!, como se pasaba arrastrando una pata.

No se preocupe, mañana va donde don Chalo, él se lo arregla, mientras tanto vaya a mi cuarto y
agarre unos que le queden. Creo que soy más patona que usted, pero peor es nada.

Déjeme sus zapatos ahí, cuando coja los míos...para revisarlos...

MILAGRO- Me da pena.

Pedro Benedit
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YOLANDA- Más pena me da verla a usté mamita, parece que esta patinando. Ya me tiene todo
rayado el piso recién encerado.

MILAGRO- Es que no tengo plata para arreglarlos, apenas consiga trabajo...

YOLANDA- No sea tontica, póngase a trabajar aquí, ahí le buscamos que hacer.

MILAGRO- Gracias Doña Yolanda, no tengo como pagarle.

YOLANDA- ¿Quiere ayudar?

MILAGRO- Claro, ¿qué hago?

YOLANDA- ¡Por ahora quítale la plancha a Auxiliadora antes de que le queme la jupa a Chavela!

Milagro corre presurosa cuando se percata de que sale humo del cabello de la aludida. Toma un
recipiente con agua y lo vierte por entero en la cabeza de CHAVELA. Chanzas y burlas del resto,
MARÍA AUXILIADORA sostiene la plancha hirviente con dificultades. El agua escurre de la cabeza de
CHAVELA.

INTERIOR-SALA COMEDOR DE LA CASA-MOMENTOS DESPUÉS

Los niños ya no están, ELI cocina tras la barra, preparando algo de comer. Las mujeres están
arregladas; visten ropa bonita, maquillaje y peinados a tono. Solo CHAVELA tapa su cabeza con un
sombrero que no le sienta bien. MARÍA AUXILIADORA habla con ella intentando hacerla sentir bien.

Cuatro hombres de los treinta y cinco a los cincuenta y cinco años juegan póker en la mesa del
comedor con una baraja mugrosa; entre ellos esta PEDRO. El chofer del camioncito que trajo las
cosas de MILAGRO.

Ella llega a la estancia acompañada por Doña Yolanda, vienen comentando algo sobre los zapatos
que está usando la muchacha. PEDRO les hace señas a sus amigos señalando con la mirada a
MILAGRO, todos se incorporan; incluso quienes están alejados de la mesa se quitan el sombrero o
bajan el mentón en señal de respeto, luego se vuelven a sentar. MILAGRO queda desconcertada por
esta deferencia.

MILAGRO – ¿Y eso? ¿Siempre son así de atentos sus clientes?


Pedro Benedit
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YOLANDA- No mija, es solo que ellos saben quién fue su papá.

Los HOMBRES miran con deferencia a la joven. Esta les corresponde con una sonrisa algo
incomoda. MARÍA AUXILIADORA rasga su guitarra y canta quedo “PALOMA QUERIDA” de Jorge
Negrete.- Por el día que llegaste a mi vida. Paloma querida me puse a brindar. Y al sentirme un
poquito tomado. Pensando en tus labios. Me dio por cantar.

Dos hombres más están en la barra tomando licor de una botella de vidrio sin marca alguna;
EUGENIO está sentado en uno de los sillones de la sala con EUNICE sobre sus rodillas. La atmósfera
está cargada de humo de cigarrillos. MILAGRO empieza a trabajar vaciando los ceniceros y luego
estará pendiente de llenar las copas de quienes están jugando cartas. Un último parroquiano,
CHALO, lee solitario e imperturbable, en otro de los sillones de la estancia.

Los hombres en la barra: JUAN y CHICO, ya algo ebrios conversan entre ellos; mientras CHAVELA
interactúa con ellos.

JUAN- Lo tengo dicho y es cierto, ese invento del Servicio civil fue solo para quitarnos el trabajo.

CHICO- Maldito Pepe, hijo de... (toma un gran trago para quitarse el mal sabor en la boca que le
deja pronunciar ese nombre) Servime más María.

JUAN- ¿A cuál María estas llamando?

CHICO- Cualquier María… María dos es María Isabel uno (señala a CHAVELA), María Uno es María
Isabel dos...aquella... pero le dicen Carmen (Señala a CARMEN que está de pie en un rincón,
distraída y sin prestar mucha atención a lo que ocurre en la casa) y María Tres es aquella María,
María Auxiliadora... (señala a la aludida quien sigue cantando).

JUAN- Pero alguna tiene que auxiliarnos. (Grita) ¡Auxilio!... ¡más guaro!

MARÍA AUXILIADORA sigue cantando- Desde entonces yo siento quererte. Con todas las fuerzas
que el alma me da. Desde entonces Paloma querida. Mi pecho he cambiado por un paloma…

(AMBOS celebran la broma. Dirigiéndose luego a CHAVELA quien regresa con una botella nueva) -
¿Y por qué tan elegante con ese sombrero dentro de la casa?

MARIA AUXILIADORA, al escucharlos falla en la ejecución de una nota, silencia su guitarra. Mira
acongojada a CHAVELA, quien se va hecha una tromba adentro de la casa. La cantante deja su
instrumento apoyado en la silla y va detrás de CHAVELA.

Pedro Benedit
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JUAN- ¿Mujeres, quien las entiende?

CHICO- Ni el diablo que las hizo, hermano. Nadie.

JUAN destapa la botella, sirve, ambos brindan.

En la mesa de póker DANIEL, RAFAEL, IGNACIO y PEDRO toman licor, fuman y juegan cartas.
Apuestan billetes de baja denominación y unas pocas monedas. MILAGRO los acompaña.

RAFAEL (con un fuerte acento cubano) - Quiero dos compañeros.

DANIEL- (Repartiendo) Van dos para el amigo del guaguancó.

Los hombres se reparten cartas entre ellos, aparentemente es una partida regular de póker, pero
algo en su actitud suscita las sospechas de DANIEL, quien no entiende del todo parte del argot que
usan RAFAEL y PEDRO para comunicarse.

IGNACIO- Paso.

PEDRO- Me retiro (lanza sus cartas en la mesa, se dirige a RAFAEL) Lávese esas manos en la pileta
de la basílica de los Ángeles. ¡Que sal la suya!

RAFAEL- Cuatro veces me las lavo, antes de que el gallo cante tres veces compañero.

DANIEL- (Intrigado por la frase críptica) Yo quiero una. (Mirando a MILAGRO quien solícita va y viene
de la mesa a la barra de la cocina con una botella, sirviendo licor y vaciando ceniceros) ¿Esa de
donde salió?

PEDRO- Se llama Milagro. Respeto, es la hija de Don Tobías Vaglio... (El resto de hombre en la mesa
se persignan)

Entra de nuevo YOLANDA, trae consigo la misma foto del Doctor Calderón Guardia que vimos en el
cuarto de costura.

Lleva la foto y la pone al lado de la del GORDO, los presentes levantan sus copas hacia la imagen.

CHALO, un hombre de unos cuarenta años; ropa de obrero, hosco y silencioso; quien ha estado
sentado solo en uno de los sillones, se levanta. Saca de entre las páginas de su libro una foto de
Manuel Mora (líder del partido comunista de esa época); la coloca junto a las otras en el altar
improvisado, le hace un desgarbado saludo militar al trio de imágenes.

Pedro Benedit
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CHAVELA y MARÍA AUXILIADORA regresan, esta última intenta aún apaciguar a la otra.

YOLANDA- Ya son las siete, silencio por favor. (Todos callan, cambia de estación en el aparato; luego
de unos segundos sintoniza lo que buscaba. Un locutor transmite algunos mensajes; todos escuchan
atentamente).

LOCUTOR EN OFF- ...se pronostica buen tiempo en todo el país, aunque se previene a los barcos
pesqueros de Puntarenas que estén preparados para algún oleaje intenso. // Ahora los avisos
sociales...

YOLANDA- Shhhhh (es innecesario, todos guardan silencio)

LOCUTOR- Isidro González avisa a Betina Porras que llegará a la estación de Matina mañana en el
tren de las 4:00 p.m. esperarlo con bestia. // Mariano Porras avisa a Jorge Dobles que llegara con
la mercadería a la Estación de San José a las 5 de la tarde, esperarlo con carretón y dos peones. //
Nicanor González avisa a Idelfonso Matarrita que el atado de abacá que pidió le llegará en lancha
a Puerto Jiménez el sábado en horas de la tarde. // Don Mariano Pérez...

CARMEN se sobresalta, todos dirigen la mirada hacia ella.

LOCUTOR- (continua) ...le quiere dedicar esta bella canción a su amada Carmencita

Empieza a sonar en la radio la canción "DOS GARDENIAS" de Antonio Machín.

CARMEN- ¡Esta vivo!, ¿oyeron? Está vivo. Llego a salvo, Virgen Santísima, ¡¡¡gracias!!!

CARMEN empieza a llorar desconsoladamente. La radio desgrana la canción, los hombres brindan
en silencio, luego continúan en sus cosas, las mujeres van a consolar a la que llora.

Dos Gardenias para ti, con ellas quiero decir


Te quiero, te adoro
Mi vida ponles toda tu atención
Porque son tu corazón y el mío
Dos Gardenias para ti
Que tendrán todo el calor de un beso
De esos besos que te di
Y que jamás encontrarás en el calor de otro querer
A tu lado vivirán y te hablarán

Pedro Benedit
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Como cuando estás conmigo


Y hasta creerás que te dirán
Te quiero
Pero si un atardecer las gardenias de mi amor
Se mueren
Es porque han adivinado que tu amor se ha terminado
Porque existe otro querer

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR- SALA COMÚN DE LA CASA- NOCHE

CHAVELA aparece iluminándose con una candela. Se dirige al otro extremo de la casa. escucha el
crujido de las maderas del piso, se detiene de inmediato, apaga su luz y se esconde detrás de un
mueble. YOLANDA aparece iluminándose también con una candela, lleva los zapatos viejos de
MILAGRO en la mano. Cruza la habitación de un extremo al otro. Luego de un momento se escucha
el rechinido de los goznes de una puerta que se abre. CHAVELA sale de su escondite, iluminada por
la leve luz que se filtra desde afuera. Continua el recorrido que interrumpió antes, cuando de nuevo
se percata de que alguien más viene. Esta vez se trata de ELI, se ilumina también con una candela.
CHAVELA se vuelve a zambullir en su escondite, ELI se dirige al mismo lugar a donde fue YOLANDA.
Cuando la muchacha no percibe más ruidos, de nuevo se levanta e intenta continuar con su
recorrido; no ha dado dos pasos, cuando de nuevo debe esconderse. Esta vez es EUNICE quien
iluminándose de la misma manera hace el mismo periplo de quienes la antecedieron.

Cuando se pierde de vista, CHAVELA se levanta nuevamente; frustrada, decide regresar sobre sus
pasos.

La estancia queda vacía otra vez, SARITA sale detrás de un escondrijo, mira en todas direcciones y
luego, con pisadas inaudibles, corre hacia su habitación.

FUNDIDO A NEGRO

Pedro Benedit
23

EXTERIOR-CASA DE CHALO-DÍA

MILAGRO- (Toca el vano de la puerta abierta de una casilla urbana, desvencijada y pobre. Lleva un
pequeño paquete con ella). ¡Upé! (Luego de un rato sin respuesta) ¡Upeeeee! (La mujer empuja la
puerta, esta se abre, ella se asoma tímidamente. Mira en varias direcciones dentro de la casa). ¡Don
Chalo! (Con timidez cruza el umbral de la puerta, se sorprende al ver docenas, sino es que cientos
de libros apilados en el piso. Los hay de todos los tamaños y condiciones. Algunos voluminosos,
otros viejos y añosos, otros en mejor estado, algunos entre abiertos, como si acabaran de dejarlos
a medio leer. Uno de los libros le llama la atención, lo toma. Es un ejemplar casi nuevo de "The world
of sex" de Henry Miller, MILAGRO lee parte de un párrafo (PLANO DETALLE y VOZ EN OFF de ella
leyendo) "Los sucesos cruciales y realmente esenciales que marcan nuestro camino son frutos del
silencio y la soledad.”

Esta ensimismada con la lectura, una mano se posa pesadamente sobre su hombro y le da vuelta,
ella pega un respingo, asustada.

CHALO fue quien la tomo del hombro, viste un delantal sucio de residuos de goma de zapatero, en
su otra mano porta un trapo grisáceo. Le arrebata el libro a MILAGRO, lo coloca con extrema
delicadeza justo de donde lo tomo la muchacha.

MILAGRO- ¡Me asustó!, disculpe don Chalo, estuve llamando... me dijo doña Yolanda que le trajera
esto. (Le entrega el paquete como queriendo justificar con él su impertinencia).

CHALO, va hasta la puerta que da a la calle, la cierra y le pasa varios cierres; la habitación queda casi
a oscuras. El enciende con la rapidez que da la práctica una lampara de queroseno.

Luego de que hay algo de luz, muy parsimoniosamente, saca de la bolsa que lleva la muchacha los
zapatos de esta, los examina.

A pesar de la penumbra percibimos como la mujer se ruboriza cuando el hombre abre la suela y
descubre residuos de goma de mascar en ellos.

CHALO- Usted es hija del finado Tobías Vaglio, ¿verdad?

MILAGRO -Si, ¿uste lo conoció?

Pedro Benedit
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CHALO- Debe estar muy orgullosa de su papa, fue un héroe que mataron unos cobardes por el
miedo que les daba su valor.

El hombre arranca la suela de un tirón y extrae de ella un papel doblado, lo desdobla con cuidado,
descubrimos que se trata de un mapa.

MILAGRO - ¿Y eso que hace ahí?

CHALO – No se preocupe… mientras menos sepa mejor.

La muchacha queda desconcertada. El hombre oculta el mapa en su delantal.

CHALO –Haga de cuenta que no vio nada.

MILAGRO trata de asimilar el consejo. Intentando parecer despreocupada.

MILAGRO- Me dijo Doña Yolanda...

CHALO- Mamá.

MILAGRO- ¿Mamá? (Sorprendidísima) ¿Es su mama también?

CHALO (No puede contener una breve risa) - Dígale mamá. Así le decimos todos. El viernes

MILAGRO- ¿Ah?

CHALO- El viernes estarán los zapatos

MILAGRO- Gracias. Disculpé... yo no quise. Ah me dijo doña Yo... (ante la mirada de reproche de
CHALO se corrige). Me dijo Mamá Yola, que usté me iba a dar algo.

CHALO saca un paquete de hojas mimeografiadas en tinta roja. Que estaba escondido entre la pila
de libros. La muchacha toma la resma de papel, pero se le desacomoda y algunas hojas caen al
piso, AMBOS se apresuran a juntarlas.

CHALO – Tenga cuidado muchacha. No sabe lo que esto ha costado.

MILAGRO termina de juntar las hojas; las acomoda. No puede evitar darles un vistazo a los papeles.

MILAGRO (Como hablando consigo misma) – El mismo signo que usaba papá…

CHALO (Organizando las hojas) ¿Cómo?

Pedro Benedit
25

MILAGRO – Papá decía que eran la hoz y el martillo. Y que eso ponía a temblar a muchos. Pero
cuando lo mataron, mamá quemo en el patio todos sus libros y papeles, me dijo que por culpa de
ese signo fue que lo tiraron en un guindo.

CHALO – Pobrecita, hay que entenderla. Pero no, no fue ese símbolo el que mato a su papá, fue
otro. Y los que lo usan le temen al que tienen estas hojas, por eso tratan de callarnos con balas, pero
no saben que nosotros tenemos armas aún más poderosas.

MILAGRO - ¿Cómo la bomba atómica?

CHALO (Divertido ante la ingenuidad de la muchacha) ¡Aún más poderosas que la bomba atómica!

MILAGRO – ¡Virgen santísima! ¿En serio?

CHALO – En serio.

MILAGRO – Y si tienen esas armas, ¿por qué no le dejan ir una bomba a todos los que mataron a mi
papá?

CHALO – Porque son armas de otro tipo Milagritos, como estas que están acá.

Le señala la resma de papel, envuelve las hojas en el trapo mugriento que llevaba en sus manos y
se lo da a la muchacha. Esta se queda mirando dubitativamente el paquete; como tratando de
descifrar si le quieren tomar el pelo o le mencionan algo que escapa a su comprensión.

CHALO (Quita los cerrojos de la puerta, abre, la luz entra de nuevo a raudales en el pobre cuarto) -
No se detenga a hablar con nadie, derechito a la casa, cuídelas mucho, se las da a mamá Yola.

La muchacha mete el paquete en su bolso de compras, se despide con un gesto de la cabeza, sale.
El hombre se apoya en el quicio de la puerta y mira como esta se aleja. Sonríe.

FUNDIDO A NEGRO

EXTERIOR- CALLE DEL BARRIO- DE CONTÍNUO

MILAGRO viene de casa de CHALO, se dirige a la de YOLANDA; UN HOMBRE la sigue de cerca; algunos
escasos autos pasan al frente. Unos niños juegan con un aro de bicicleta y una patineta casera en la

Pedro Benedit
26

poco transitada calle. Observamos un auto estacionado en la acera, del lado opuesto de la calle.
MILAGRO toca la puerta y luego de un momento le abren. PLANO SUBJETIVO desde el interior del
auto parqueado. MILAGRO entra a la casa. El hombre que la seguía se dirige al auto, descubrimos
que se trata de JOSÉ, entra al vehículo y se coloca en el asiento del conductor. En el asiento trasero
vemos un PRIMER PLANO de PACO, vestido ahora con ropa de civil, fuma mientras mira desde
dentro del vehículo como la chica entró en el domicilio. Le hace una señal de asentimiento a su
acompañante de al lado, descubrimos que es uno de los jugadores de póker: DANIEL, este también
asiente. Le da una palmada en el hombro a JOSÉ, el auto arranca.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR-COMEDOR DE LA CASA DE YOLANDA-DIEZ DE LA NOCHE

Los mismos parroquianos de siempre. Todos con ropas más o menos idénticas a las de la vez
anterior, todos más o menos en los mismos lugares. La foto del Dr. Calderón Guardia reposa al lado
de la del gordo. CHICO y JUAN están ya bastante ebrios. Un reloj de pared da diez campanadas,
CHALO se prepara para irse, los de la mesa de cartas se encuentran terminando una partida.
EUGENIO y CHAVELA no están en el sillón. Las demás mujeres recogen restos de comida, vasos y
colillas de cigarrillo. Música suave suena en la radio.

Violentos golpes suenan en la puerta que da a la calle. Todos se sobresaltan.

PEDRO- ¿Quién será a esta hora?

RAFAEL- ¡Rápido, todos!

IGNACIO- ¡Vamos!

YOLANDA de inmediato voltea la foto de CALDERÓN GUARDIA, CHALO esconde bajo el asiento el
libro que ha estado leyendo ("EL CAPITAL" de KARL MARX), toma de un maletín que reposa a su lado
otro libro y lo pone en su regazo. Las demás mujeres ocultan las botellas de licor y las copas. Los
jugadores de cartas barren de la mesa el dinero. Los golpes continúan.

CARMEN va a abrir la puerta.

Todos los demás se muestran tranquilos. Segundos después aparecen PACO, EL CABO y JOSÉ, visten
uniforme. YOLANDA les hace frente.

Pedro Benedit
27

YOLANDA- ¿Y esto? ¿Pasa algo?

PACO- Asunto oficial.

YOLANDA- No sea majadero, váyase, que ya sabe que aquí no pasa nada.

PACO- (camina desafiante delante de todos, el grupo simula ignorarlo. Llega hasta la mesa de
jugadores) ¿Que, partida de póker más aburrida, ni frijoles apuestan? (Luego va hasta la barra,
huele a uno de los hombres). Uhm que raro, que hediondes a guaro, pero no veo licor.

YOLANDA- ¿Qué mosca le pico Paco? Ya es muy tarde, mis amigos ya se van.

Todos se levantan y hacen por irse.

PACO- ¿Y esta mariposita? (Señala a MILAGRO) No me informaron que tenía visitas Doña.

YOLANDA- Una entenada.

PACO- Muchas entenadas tiene doña. (Camina hacia MILAGRO) Hola, a usté no la conozco. Ya
conozco a casi todas las de la casa, ¿le han contado?

CHALO se levanta violentamente de su asiento. EL CABO se lleva la mano al cinto en donde porta un
arma, los demás bajan la cabeza y simulan no escuchar lo que dice PACO. CHALO se contiene.

PACO- Esta muy linda su entenada, doña.

La muchacha cruza brevemente la mirada con la de JOSÉ, este se ruboriza avergonzado de lo que
está pasando. Él baja la vista.

YOLANDA (Espetándole a PACO) - ¿Por qué no te largas? Nada tenés que hacer acá.

PACO- No, no. (Muy lentamente, saboreando cada palabra) Es que una cosa es que venda guaro de
contrabando y que tenga un garito de apuestas... otra es que tenga una cueva de subversivos. De
maleantes, de contra revolucionarios y comunistas...doña. Eso es muy grave...mucho. (Mira con
extrema lascivia a MILAGRO. Se acerca a YOLANDA, le dice al oído) Pero usted sabe cómo pagar
para que me calle. Puedo ser un mudito, si me tiene entretenido. (Camina hacia MILAGRO, le huele
el cabello con fruición, se deleita con ella, la muchacha tiembla).

Entra en la habitación EUGENIO, lo acompaña EUNICE, ambos visten la ropa a medio poner.

EUGENIO- ¿Algún problema capitán?

Pedro Benedit
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PACO se da vuelta muy lentamente, con pasos sin prisa se dirige hacia él.

PACO- Señor secretario, tan tarde acá. Doña Rita debe estar preocupada.

EUGENIO- Deje de preocuparse de si me esposa se preocupa o no por mí, ¿qué se le ofrece en la


casa de mi amiga y a esta hora?

PACO - Asuntos oficiales. Han estado circulando papelitos del partido comunista, incitando la
desobediencia civil. Eso es grave, es traición a la Patria ¿y usté sabe lo que le pasa a los traidores
verdá? (PACO saca de su camisa un papel impreso en tinta roja, camina hasta donde CHALO y se lo
planta en el pecho. Encara a EUGENIO). Hay rumores de que cuando encuentran un traidor... ya
después no lo encuentra nadie más...

EUGENIO- Ese no es el caso aquí, pero gracias por su servicio. Trabaja mucho usted. Vea que venir
a esta hora. Pero gracias por decirnos, ya se puede ir.

PACO- Señor secretario. A sus órdenes. Señoras, señores. Hasta pronto. Tengan cuidado. El
comunismo es una plaga. No se me vayan a contagiar de eso. Las plagas matan. (ÉL y EL CABO
salen. JOSÉ, antes de seguirle los pasos a sus superiores, se queda mirando muy brevemente a los
demás, profundamente apenado de lo que paso. Intenta sonreír, pero le sale una mueca tensa. Da
media vuelta y sale.

PLANO DETALLE del libro que sostiene CHALO en sus manos, tras él se ocultaba una pistola.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR – CUARTO DE EUNICE – MÁS TARDE

Una habitación similar a la de CARMEN y MILAGRO. En ella una sola cama matrimonial; afiches de
estrellas de cine adornan las paredes. Una lámpara de noche sobre una mesita, una pañoleta encima
que amortigua la luz. Una mesa de noche sobre la que hay una botella de wiski escoces y vasos. Un
armario grande de madera termina de llenar la habitación.

Pedro Benedit
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EUGENIO y EUNICE están arrecostados en la cama, el en calzoncillos, ella en ropa interior. Ambos
fuman mientras beben wiski.

EUGENIO – Te digo que hay que tener cuidado. Ese tipo es de cuidado.

EUNICE - Después de los que pasó en el Codo del Diablo, todos andan con pies de plomo. No creo.

EUGENIO – Eso es lo que dice usted. Pero PACO es un perro rabioso, solo está esperando a ver a
quien muerde, no le importa nada. En parte no lo culpo. Si a mí me hubiera pasado lo que a él, al
rato otro gallo cantaría.

EUNICE – ¿A poco va a ponerse a defenderlo?

EUGENIO – Solo digo que entre ustedes y ellos se odian a muerte y todos tienen techo de vidrio.

EUNICE – A ver, barájeme más despacio esa mano. ¿Cómo que ustedes y ellos? ¿Usted con quien
está?

EUGENIO – Con nadie la verdad.

EUNICE (Molesta) – Si pone la mano todas las quincenas para que le pague el gobierno, es obvio
que esta con ellos.

EUGENIO – Otra vez el mismo telele. Ya se lo he repetido hasta el cansancio. De verdad que ya
cansa. (Articulando lentamente) Si no fuera por el tío de mi esposa seguiría trabajando en un
puesto menor en el ministerio. Si me dieron el ascenso, no fue por que sea parte de ellos, ni de
nadie. Solo es trabajo… y ya, de verás que necia que es usted.

EUNICE – Esta bien, está bien, no se enoje tanto. (Le planta un beso) ¿Me va a contar?

EUGENIO (Algo más apaciguado) ¿Qué cosa?

EUNICE – Eso de ese cerdo de PACO. ¿Qué le pasó? Lo que haya sido de fijo se lo merecía.

EUGENIO – No diga eso. Nadie se merecía lo que le pasó a su familia.

EUNICE – Cuente, cuente, no me deje así.

EUGENIO (Sirviéndose un trago) – Fue durante la guerra. Paco trabajaba desde entonces con la
policía, la del anterior gobierno…estaba destacado en la comisaria de Cartago. El caso es que lo
mandaron a volar bala porque la tropa de Figueres estaba por tomar la ciudad. Pero él no quiso.

Pedro Benedit
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Se rehusó a disparar, punto. Lo acusaron de traidor y dicen que le dieron una tunda del carajo.
¿Ha visto que renquea?

EUNICE – Renco de mierda, se lo merecía, de fijo no disparó por cobarde.

EUGENIO – Cállate y oí la historia.

Ahora es EUNICE la que se sirve licor, atrapada por el cuento. Enciende un cigarrillo con la braza del
otro. Coloca la colilla en un cenicero instalado en medio de ambos.

EUGENIO – No, no se negó a disparar por qué fuera un miedoso. Siempre tuvo fama de valiente.

Dicen que no disparo porque el hermano menor de él estaba en el bando contrario. No se animaba
a volar bala y que con suerte terminara matando a su propia sangre.

El asunto es que se enteraron de que un hermano de él era figuerista y como él se negaba a pelear
a favor del gobierno, ¿sabes lo que hicieron?

EUNICE – ¿Cómo voy a saber? Cuénteme, que parece radionovela. Solo episodios.

EUGENIO – Lo tuvieron encerrado en la cárcel como dos semanas, sin comida. Todos los días lo
pateaban, tanto que lo dejaron renco de por vida. Un buen día todos los guardas; sus antiguos
compañeros en la policía; salieron huyendo. Lo dejaron tirado como a un perro, creyendo que
estaba muerto.

EUNICE – Ah, no es cierto lo que me está contando.

EUGENIO (Hace la señal de la cruz con sus dedos y se los lleva a los labios) ¡Por esta que sí!

Cuando la tropa de Figueres llego a la cárcel lo encontraron aún con vida. Un médico lo atendió y
lo salvaron de milagro. Pasó más de dos meses en el hospital. Cuando por fin salió, era
considerado un héroe para el nuevo gobierno.

EUNICE – No es para tanto, solo por negarse a pelear y por unos golpes.

EUGENIO – ¿Me vas a dejar terminar?

EUNICE – Bueno, perdón. Siga.

EUGENIO – Cuando por fin cuando salió del hospital llego a buscar a su familia; tenía casi tres
meses sin verlos. Pues la casa en la que vivía con sus papás y su esposa e hija estaba quemada

Pedro Benedit
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hasta los cimientos… estaban muertos todos. Sus mismos compañeros de la policía habían violado
a su esposa y a su hijita de ocho años delante de los papás de él. Cuando el viejo trato de
defenderlas le dieron un tiro, después alegaron que fue en defensa propia. La chiquita murió a la
semana de heridas internas, dicen que la violaron por todo lado, toda la tropa. La señora de él no
lo soportó y se enveneno con eso que usan para matar ratas. La mamá se volvió loca después de
tantas cosas y ahora está en el Psiquiátrico, no reconoce a nadie.

EUNICE – Usted me está mintiendo. Eso es una novela.

EUGENIO- No, para nada. Nadie me lo contó, está en su expediente. Lo pedí para saber por qué
era tan hijueputa. Pero después de leerlo lo entendí.

EUNICE - ¿Es en serio?

EUGENIO – Es muy en serio el odio que él les tiene, tenga cuidado; ya sabe por qué es.

EUNICE se acurruca en el pecho de su amante, le da un profuso jalón a su cigarrillo. EUGENIO bebe


en silencio.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR-CUARTO DE CARMEN Y MILAGRO-NOCHE

CARMEN cepilla concienzudamente su cabellera. MILAGRO le acaricia la espalda a la hijita de esta,


quien descansa en su rincón habitual, está a punto de dormirse.

MILAGRO (Por señas le indica a la mujer que la niña ya se durmió, va a su cama). - Carmen, ¿por qué
le tienen tanto miedo a ese policía? Le pregunte a Doña Yolanda, pero no me quiso decir, solo me
dijo que me cuidará de él.

CARMEN- Ese es un perro sarnoso. Tiene razón mamá Yola de haberle dicho que se cuidara. Él
busca cualquier pretexto para abusarse... es un maldito.

MILAGRO- Pero por qué no lo denuncian con el jefe, si es alguien tan malo...

CARMEN- (Se cerciora de que la niña este bien arropada, le acaricia el cabello; se sienta con la
espalda apoyada en la cabecera de la cama) Hay Milita, tan inocente. El jefe sabe, no ve que
también sale untado de la plata que le damos. Pero sería peor si hacemos mucha bulla. A todas

Pedro Benedit
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nosotras nos tienen fichadas porque nuestros hombres pelearon o con el Doctor o con los
comunistas. Ellos no pueden volver y nosotras debemos sobrevivir a como se pueda.

MILAGRO- ¿Su "hombre" también pelió en la revolución? (MILAGRO termina de peinarse, se mete
en la cama y adopta una posición igual a la de CARMEN.

CARMEN- Todos MIS hombres: mis hermanos, mi marido, mis primos, hasta mi papá. Todos bien
mariachis que éramos... Antes de la guerra yo era maestra sabe. Cuando terminó la guerra todos
ya estábamos en paz, trabajando; teníamos una parcelita, ahí en Santa María de Dota. ¿Conoce
ahí? Bien lindo que era Santa María... (hace una pausa) Hasta que un día llegaron unos soldados
en unos jeeps y agarraron a casi todos. Revolcaron las casas y destrozaron la escuela. Se llevaron
a los hombres, en el camión que tenía papá para jalar el café. Ni el camión ni ellos volvieron. Mi
esposo, mi hermano menor y un primo salieron huyendo entre los cafetales. Regreso el Jeep con
soldados el día siguiente; vinieron a buscar a los que no agarraron eso vez; pero ellos estaban
avisados y se escaparon de nuevo... nosotras no. No imaginamos lo que esos malditos podían
hacer. Nos cogieron… a mi mamá, a mi hermanita chiquitica... y a mí.... Cuando volvió mi marido
nos encontró... usadas... y después de eso se fue… (Acaricia a su hija). Los soldados siguieron
viniendo cada fin de semana, a veces borrachos; a veces solo porque tenían ganas. Para navidad
estaba embarazada de Sara. Él se enteró claro, se tomó su tiempo, pero fue encontrando uno a
uno a los que nos violaron y los terminó macheteando a todos. No le quedó más que esconderse
y yo me vine para acá, al menos en la capital eso no pasa tanto.

MILAGRO- ¿Pero él ya está a salvo? …lo de la radio…

CARMEN- (Se encoje de hombros, se acuesta. Se escucha molesta) Si, pero muy lejos, no creo que
pueda volver a verlo nunca. (Apaga la lámpara que iluminaba la habitación. Oscuridad total).

Unos segundos de negro total, de pronto se escucha el rechinido de unas bisagras enmohecidas.

MILAGRO (VOZ EN OFF)- ¿Eso que fue?

Se oye una puerta que es tirada violentamente. Crujido de tablas del piso, conforme alguien camina.
Rechinido de cadenas.

CARMEN (VOZ EN OFF) Ave María Purísima sin pecado concebida, ruega Señora por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte amén...

Se escuchan unos gemidos guturales bajos y lejanos que parecen hacer eco en el cuarto.
Pedro Benedit
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CARMEN y MILAGRO (VOZ EN OFF) Ave María Purísima sin pecado concebida, ruega Señora por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte amén...

Un gemido más fuerte que los anteriores hace que las mujeres aumenten el volumen y velocidad de
su rezo.

CARMEN y MILAGRO (AL UNÍSONO, VOZ EN OFF) ¡¡¡Ave María purísima sin pecado concebida,
ruega Señora por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte amén...!!!

INTERIOR – SALA COMÚN DE LA CASA – HORAS DESPUÉS

La sala luce casi en total oscuridad, CHAVELA se asoma desde detrás de un mueble. Se incorpora y
trata de avanzar en la misma dirección a dónde fue antes, pero queda congelada cuando escucha
los mismos goznes herrumbrados de la vez anterior.

Pega un enorme respingo cuando alguien hala desde debajo de su bata. Se trata de SARA quien
llevándose un dedo a los labios le hace señal de silencio.

Ambas se ocultan justo antes de ver a YOLANDA. Ella viene desde el extremo de la casa a donde se
dirigió la vez pasada. Se ilumina de nuevo con una candela que trae sobre una veladora. Viste
camisón, sobre este un chal, calza pantuflas. Se mueve silenciosamente. Tropieza con la guitarra
de MARÍA AUXILIADORA, este emite un retumbo de tambor y cuerdas. La mujer abraza el
instrumento, intentando ahogar el sonido; luego lo pone con mucho cuidado a un lado. Continúa
caminando despacio. Atraviesa al comedor, se dirige a su habitación.

MARÍA AUXILIADORA y SARA emergen de su escondite.

SARA- (En un susurro) Es el fantasma.

CHAVELA se acerca a SARA y la abraza.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR-SALA COMUN DE LA CASA-MAÑANA

Pedro Benedit
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Las mujeres están en sus ropas de dormir, lucen recién levantadas. Un par de ellas se encuentra en
la cocina preparando café y gallo pinto, YOLANDA palmea tortillas. Otras más están sentadas en la
mesa o en el desayunador, conversan animadamente, alguna se incorpora al grupo, algunas más
hacen fila para ir al baño. Los niños más pequeños corretean por ahí.

ELI llega, viene con ropa de calle. Trae consigo un recipiente con leche.

YOLANDA - (Asomándose desde la cocina) ¿El reparto bien?

ELI- Yes mam.

EUNICE- ¿Ya está el pintico? Hoy tengo hambre.

CHAVELA- Y yo, como pase desvelada toda la noche seguro eso me abrió el apetito.

EUNICE- Yo también pase desvelada, pero por dicha Eugenio se fue a las doce. (Picara) ¿Y a usted
quien la mantuvo despierta?

CHAVELA- No, me dio insomnio, es todo.

CARMEN-¿No lo oyeron anoche? De nuevo el APARECIDO.

EUNICE- Ahhh, seguro alguna se levantó a orinar.

CARMEN- Que no. Milagro lo oyó también, ¿verdad Milagro?

MILAGRO (Juega un juego de palmadas con SARA) - Si, hacia muy feo. Yo lo oí. Debe ser un alma
en pena, lo oí arrastrando cadenas.

SARA- (Muy segura de lo que dice) Es un fantasma.

YOLANDA- (Asomándose de nuevo) Dejen de decir tonteras, aquí no hay fantasmas ni aparecidos
ni animas del purgatorio. Seguro oyeron la casa acomodándose en los cimientos o alguna de las
Marías con pedorrera.

MARÍA AUXILIADORA- ¿Diay...?

MILAGRO-No doña... mamá Yola. yo lo oí y no era pedorrera.

YOLANDA- (Minimizándolo) Bueno, bueno, a los únicos que hay que tenerles miedo es a los vivos,
así que no se vuelvan a asustar. Ustedes son las únicas que oyen cosas. ¡Ya está el pinto! ¿Quién
quiere?

Pedro Benedit
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Todas exclaman su aprobación al unísono. Las que están de últimas en la fila del baño dejan su
puesto y hacen fila detrás de la barra. Entre YOLANDA y ELI sirven la comida.

EXTERIOR-PATIO DE LA CASA-DÍA

CHAVELA, viste overol y un pañuelo en la cabeza, está cortando leña con un hacha y colocándola
prolijamente en un rincón. Un alambique rudimentario se ve al fondo, gotas de licor caen
lentamente en un tarro.

MARÍA AUXILIADORA llega con la guitarra en una mano y un jarro con agua en la otra

MARÍA AUXILIADORA- Hola. (le pasa el jarro a su amiga)

CHAVELA deja de cortar leña, toma el agua ávidamente.

CHAVELA - ¿Y eso? ¿Se acordó de mí?

MARÍA AUXILIADORA- Yo siempre, es usted la que esta rara.

CHAVELA – ¿Rara? ¿Cómo?

MARÍA AUXILIADORA – Desde que llegó Milagro solo quiere hablar con ella.

CHAVELA – Eso no es cierto. Es que me da lástima, otra más que tendrá un güila sin tatá.

MARÍA AUXILIADORA – ¿Y usted quiere ser el papá de ese güila?

CHAVELA - ¿Esta celosa?

MARÍA AUXILIADORA – No, ¿Por qué?

CHAVELA – No, yo decía. ¿Y esa guitarra? ¿Me va a dar serenata?

MARÍA AUXILIADORA - ¿Ve cómo es usted? Ya se le olvido, lo de las clases.

CHAVELA hace un gesto conciliador, se sienta sobre el tocón en el que ha estado cortando la leña.
Extiende sus brazos y recibe el instrumento de parte de MARÍA AUXILIADORA.

Esta va por detrás de ella y le ayuda a colocar las manos y dedos correctamente.

CHAVELA rasga la guitarra y consigue unos acordes, recita-

Pedro Benedit
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Dos gardenias para ti.


con ellas quiero decir.
te quiero, te adoro, mi vida.
MARÍA AUXILIADORA ríe.

CHAVELA- ¿Se está riendo de mí?

MARÍA AUXILIADORA- No, no, es que su voz es muy ronqueta… me gusta. Es diferente.

CHAVELA -Ponles toda tu atención.

porque son tu corazón y el mío.

CHAVELA acerca su boca hasta el cuello de MARÍA AUXILIADORA, con su lengua le acaricia la oreja.
AUXILIADORA se tensa y luego de un momento sale corriendo, dejando la guitarra en manos de
CHAVELA.

CHAVELA sonríe y luego de mirar en la dirección en la que partió Auxiliadora recita más que canta:

Dos gardenias para ti


que tendrán todo el calor de un beso
de esos que te di
y que jamás encontraras
en el calor de otro querer.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR - CUARTO DE COSTURA - DÍA

YOLANDA, EUNICE y ELI cargan unas bolsas hechas de mecate, pasan frente a la puerta del cuarto
de costura.

CARMEN está atendiendo a MEMO; un señor de poco más de cuarenta años. Está parado en un
pequeño taburete mientras le toma las medidas; MARÍA AUXILIADORA algo distraída las anota.
MILAGRO acomoda las cosas que reposan en la mesa. Coloca un ventilador al frente de la botella
con refrescos y les pone encima un trapo mojado para que se mantengan fríos. La radio esta
sintonizada en la emisión de una radionovela mexicana.
Pedro Benedit
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YOLANDA- Ya nos vamos, regresamos en un par de horas.

MARIA AUXILIADORA- Mamá Yola, no se olvide de la ruda.

CARMEN- Creo que Sarita tiene pega, consígame un poquito de enjundia de gallina, para sobarla.

YOLANDA- Bueno, bueno. Acuérdeme Eli, que a mí se me olvida todo.

MILAGRO- Eunice, ¿no se le olvida poner el telegrama, verdá?

EUNICE- Tranquila, yo se lo mando.

YOLANDA- Don Memo, queda en buenas manos, cualquier cosita me dice. No se preocupe, esta
vez NO se van a distraer y le van a dejar bien los ruedos del pantalón. (Va hasta la radio y la apaga)
¿Verdad muchachas?

CARMEN Y MARÍA AUXILIADORA responden- Si mamá.

Las mujeres y sus bolsas salen, las otras siguen atendiendo al cliente mientras conversan.

CARMEN- (dirigiéndose a MILAGRO) ¿Y eso de un telegrama? ¿Es para quien me supongo?

MILAGRO- Si le dije a Eunice que me hiciera el favor.

MARÍA AUXILIADORA- A como se enteren sus papás la que se va a armar.

CARMEN- Pues me parece muy bien (Melodramática) -Si ella puede estar con el hombre que la
ama… pues que lo haga. (Enciende de nuevo la radio)

MARÍA AUXILIADORA- Hay deje de oír tantas novelas, eso de solo escuchar historias de amor sin
hombres cerca nos va a enfermar. (Apaga el aparato)

Ambas se enzarzan en una discusión en torno al aparato de radio. Tocan a la puerta. Milagro va a
atender el llamado. Se asoma por la mirilla de la puerta. Vemos del otro lado al mismo grupo de
mujeres que se les enfrentaron el domingo. Las acompaña un cura.

Una de ellas tiene un tul cubriendo su rostro, es la que se ve acompañando al sacerdote, desde el
punto de vista de MILAGRO.

MILAGRO- ¿Si, diga Padre?

PADRE- Buenas hija, vine a hacerles una visita.

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MILAGRO- Si claro, deme un momentico. (Cierra la mirilla y va al cuarto de costura, habla con sus
compañeras) Un Padre, pero no sé quién es.

CARMEN deja lo que está haciendo y le da vuelta a la fotografía de Calderón Guardia.

CARMEN- Usted disculpe don Memo, ya sabe.

El aludido asiente indiferente. Una vez que esta volteado el retrato, MILAGRO va a atender la
puerta.

Apenas abre, entran en tropel las mujeres. RITA las encabeza; el sacerdote viene en medio de
ellas, llegan al cuarto de costura.

CARMEN (enfrentándolas) - ¿Qué se les ofrece?

RITA- Vinimos en nombre de la Liga de la Decencia, a poner alto a este antro de perdición.

CARMEN- Pues la que está perdida es usted señora. Pueden irse por donde vinieron.

DON MEMO se baja del taburete y recoge su sombrero. CARMEN lo toma del brazo y lo vuelve a
subir al taburete.

CARMEN- No tiene por qué irse don Memo, estas "señoras" ya se van.

RITA - Las que se van a ir, pero de este barrio son ustedes. ¡Este es un barrio de-cen-te! Ustedes
son mujeres solas que meten hombres a su casa... ¡Padre vea! ¡Vea! (señala de arriba abajo a
MEMO; esta baja de nuevo el taburete) ...lo tienen aquí para hacer quien sabe que cochinadas.

CARMEN (Toma de nuevo del brazo a MEMO y lo vuelve a encaramar al mueble) - Pues las
cochinadas que hacemos aquí son trabajar para mantenernos. Como usted no sabe lo que es eso...

PADRE- Hijas, hijas, yo solo vine a ver que acá se respeten las reglas de moralidad que deben reinar
en todo hogar cristiano.

CARMEN- Hay padrecito, ¿qué moralidad defiende? ¿Que nos hayan matado o encarcelado los
esposos o que no les permitan trabajar por no ser figueristas? ¿Que la tropa pueda violarnos
cuando le da la gana? ¿Esa moralidad?

PADRE- Mijita, por Dios, es de cristianos perdonar y olvidar el pasado.

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CARMEN- Qué fácil es decirlo Padre, que fácil. ¿A usted le mataron familia o violaron a su mamá
y hermana cada noche, o lo desterraron?

PADRE- Hijita, mi familia era respetuosa de las leyes, ellos no se metieron en cosas prohibidas.

CARMEN- ¿Ah y usted tampoco? ¿O qué anda haciendo ahora sino es metiéndose en lo que no le
importa?

RITA- ¿Vio Padre? ¿Vio, lo que le dije? Irrespetar así a un hombre de Dios.

AUXILIADORA (Dando un paso al frente) - Ni tan hombre de Dios, ¿se acuerda de mi "Padre"?

PADRE (Es tomado por sorpresa, abre descomunalmente los ojos al descubrir a MARÍA
AUXILIADORA) - Recordé que tengo otro compromiso, ustedes disculpen, ya me tengo que ir.

Sale presuroso, dejando desconcertados a todos, MARÍA AUXILIADORA sonríe sarcásticamente.


DON MEMO intenta aprovechar la salida del cura para irse con él; una mirada de las mujeres de la
casa lo detiene en seco.

RITA (Reponiéndose de la repentina sorpresa por la salida del sacerdote) ¿La indecente de la Eunice
esta acá, quiero hablar con ella?

CARMEN- No, no está, y se salva de que no esté porque esa sí que no se aguantaría las ganas de...

MARIA AUXILIADORA- Con quien debería hablar es con su marido doña. El si viene acá, es a buscar
lo que no tiene en casa.

MUJER CON TUL- La liga de la decencia no puede permitir que ustedes corrompan la sociedad.
Esto es una cueva de perdición. Tenían que ser mariachis y comunistas.

De nuevo Memo intenta bajarse, esta vez es MARÍA AUXILIADORA quien lo sube de un empellón.

CARMEN (Enfrentándose con la que habló antes) Pues tenga mucho cuidado doña, no sea que
Stalin nos haya dado armas y les dejemos ir un tiro por metiches.

RITA- Ya solo eso faltaría, que amenacen a un grupo de señoras decentes que solo buscan proteger
la sociedad de escoria como ustedes.

MEMO vuelve a bajarse.

Pedro Benedit
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MILAGRO les muestra un trapo tras el que se oculta algo que parece un arma; se coloca al lado de
MARÍA AUXILIADORA y CARMEN. MEMO se sube veloz y por su cuenta al taburete. Las intrusas
miran asustadas lo que sostiene MILAGRO; reculan apresuradamente hacia la salida.

MILAGRO - Vea doña, mejor se va. Que está molestando a nuestro cliente.

MEMO- No, no, por mí no se preocupen. Yo ya me iba...

Hace amago por bajarse de nuevo, MILAGRO se da la vuelta hacia él, este ve con susto lo que oculta
la muchacha en sus manos, regresa al taburete.

MEMO- ... o me quedo, mejor me quedo.

MILAGRO vuelve a enfrentar a las antagonistas.

CHAVELA entra a la habitación, trae un hacha con ella, se ve sudorosa.

CHAVELA- ¿Pasa algo acá? Ya calenté y se me acabó la leña, quedé con ganas de volar hachazos.

La recién llegada se coloca al lado de sus compañeras sosteniendo el hacha, MARÍA AUXILIADORA
toma unas enormes tijeras y las blande también a modo de arma, CARMEN toma una regla de
madera para medir telas y la esgrime cual si fuera una espada. MILAGRO extiende el brazo que
oculta la forma ominosa de un arma, la dirige a las recién llegadas. Estas dan media vuelta y corren
atropelladamente hacia la salida.

Repentinamente SARA sale detrás del biombo y le saca la lengua a las mujeres que salieron huyendo.

Apenas han salido, MILAGRO descubre a las demás lo que ocultaba en su mano; es una botella de
refresco. Con un destapador que está en la mesa, lo abre, bebe ávidamente. CARMEN Y MARÍA
SOLEDAD celebran la ocurrencia de MILAGRO; sacan botellas de la caja que descansaba en la mesa
y se sirven también. Destapan los refrescos y brindan con ellos. SARA celebra con ellas.

PLANO DETALLE de CHAVELA quien coloca el hacha al lado del marco de la puerta de la sala de
costura.

Las mujeres redescubren a DON MEMO quien sigue subido en el taburete, le ayudan a bajar y le
ofrecen un refresco también.

FUNDIDO A NEGRO
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INTERIOR-CASA DE DOÑA YOLANDA-SALA COMUN- TARDE

CHAVELA, MARÍA AUXILIADORA, CARMEN Y MILAGRO son abordadas por YOLANDA y ELI quienes
las acosan pidiéndoles detalles de la reciente aventura. EUNICE no se encuentra con ellas.

YOLANDA- Pero muchachas, tienen que contarme todos los detalles.

CARMEN- (Abrazando a MILAGRO) Tenían que haber visto a esta mocosa. Se porto como una
valiente.

MARÍA AUXILIADORA - Y la cara que puso el padrecito cuando me vio.

CHAVELA- Tiene que contarnos ¿por qué se puso como un papel en blanco el padre?

MILAGRO- Si, cuente, cuente...

El interrogatorio es interrumpido por gritos violentos que provienen del interior de la habitación de
Eunice. Las mujeres corren a asomarse. La puerta del cuarto está abierta.

EUNICE- ¡Maricón! Eso es lo que es usted. Para que se los chupe si los tiene bien puestos, pero
para enfrentarse a la doña no.

EUGENIO- Ya le dije que es mientras esto se calma, no puedo por ahora. Cálmese mi amor.

EUNICE- ¡Cálmese una mierda! ¿Se va a ir así no más? Porque la gorda esa se enojó. Más enojada
estoy yo.

EUGENIO- No mamita, no entiende... los hijos.

EUNICE- Los hijos ni que cuentos; ni que fueran unos chiquitos. La menor ya está parida y usted
ya es abuelo. Si no me quiere lárguese, pero lárguese de una vez; no quiero verlo.

EUGENIO es empujado por EUNICE al pasillo, esta descubre a las mujeres, quienes están apiñadas
en el estrecho corredor presenciando la escena. Ellas entran presurosas a la sala común. Continua
la toma con las mujeres, quienes intercambian miradas entre ellas. Voces que se van alejando
conforme EUNICE y EUGENIO se dirigen a la salida de la casa.

EUGENIO- Trate de entender...yo...

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Suena una bofetada violenta, las mujeres se vuelven a asomar. Ven a EUGENIO llevándose la mano
a la mejilla. EUNICE se vuelve hacia ellas hecha una furia.

EUNICE- ¡Y ustedes vayan a ocuparse de sus asuntos, que aquí nada tienen que hacer!

Las mujeres se meten de nuevo en la sala común, ruido de pelea y objetos que caen. Algo grande
de cerámica o vidrio se rompe.

YOLANDA- ¡El jarrón!

Los ruidos de pelea continúan, las voces suben de volumen.

EUGENIO- ¡Deje de pegarme, ya fue suficiente!

EUNICE- Mal parido, váyase con la vaca esa, a ver cómo le va.

EXTERIOR- FACHADA DE LA CASA DE DOÑA YOLANDA- DE CONTINUO

La puerta se abre, EUGENIO sale dándole la espalda a la puerta. Contiene a duras penas a EUNICE
quien le da de patadas y le lanza las manos tratando de arañarlo a como pueda.

EUGENIO- ¡Ya cálmese! Los vecinos.

EUNICE- ¡Pues que se enteren de que usted es un maricón al que ya no se le para! (Se le lanza
encima y le logra aruñar la cara).

EUGENIO se lleva la mano a la mejilla. Le propina un golpe a puño cerrado en el estómago a la


mujer. EUNICE pierde el aliento y se dobla en dos, cae de rodillas en el zaguán de la casa. YOLANDA
y las mujeres corren a auxiliarla, algunas la levantan, las otras se asoman a la puerta.

YOLANDA (Asomándose a la calle) - Maricon, cobarde.

EUGENIO- Ella tiene la culpa, por malcriada y por puta.

CHAVELA – Puto es usté, cochinada de hombre.

EUGENIO – No te metas, machorra. Que si jugas de hombre te respondo como hombre.

YOLANDA- ¡Lárguese de mi casa! ¡A mis hijas nadie me las toca!

EUGENIO- ¡Su casa! ¡Sus hijas! ¡¡UNA CASA DE HIJAS DE LA GRAN PUTA ES LO QUE ES!!

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EUGENIO se coloca un pañuelo en la herida, varios vecinos y transeúntes contemplan la escena. Él


se sube en un vehículo estacionado casi al frente, lo enciende y se va en él.

La puerta de la casa se cierra. Los parroquianos se quedan en el lugar, mirándose entre ellos y
comentando lo ocurrido.

El mismo vehículo que estuvo siguiendo a MILAGRO esta parqueado en la acera de enfrente. Vemos
a PACO, quien enciende un puro con un encendedor. Sonríe.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR - CUARTO DE EUNICE - MOMENTOS DESPUÉS

EUNICE saca prendas de vestir sobre todo ropa íntima, del armario y de la mesa de noche; las tira al
piso.

Se asoma YOLANDA, la habitación está abierta, toca el vano de la puerta.

YOLANDA - ¿Se puede?

EUNICE sigue sacando ropa de los muebles y la tira en el piso, esta furiosa.

YOLANDA entra y empieza a recoger lo que encuentra tirado, pieza por pieza lo mira y dobla, lo
vuelve a guardar de donde EUNICE lo sacó.

EUNICE - ¿Qué se creyó? ¿Qué porque tiene un puesto en el gobierno me puede usar y dejar
botada cuando le da la gana?

YOLANDA - Mamita, no se altere, ningún hombre vale una sola lágrima nuestra. (Sigue doblando y
guardando lo que EUNICE saca y tira al piso).

EUNICE - ¿Sabe con qué me salió? Con que la vaca esa de Rita lo amenazo de que si seguía conmigo
le iba a decir al tío que lo hiciera echado del ministerio. Y él no tuvo los cojones de decirle que se
fuera al diablo.

YOLANDA - Pero muchacha, usted sabe que lo buscamos a él no por cojonudo precisamente. La
tirada es que usted se terminara enamorando de él.

EUNICE - ¿Enamorada yo? ¿De ese flaco esmirriado?

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YOLANDA (Deja de recoger cosas y obliga a EUNICE a sentarse con ella en la cama) -La desgracia que
tenemos las mujeres es que nos terminamos enamorando de cualquier patas vueltas que aparece
por ahí. Lo que tenía que ser una misión, se volvió un romance para usted.

EUNICE (Conteniendo el llanto)- Es que yo no quería enamorarme, solo quería ayudar a la causa.
¿Pero qué iba a hacer mamá Yola?... (no se contiene más, empieza a llorar) ... él no era malo
conmigo, me trataba bien y hasta me hacía reír. Y ahora me sale con eso, con que ya no puede
verme, porque la doña lo tiene amenazado.

YOLANDA - Es una torta mamita, ¡una torta! Si pierde el trabajo o ya no viene por acá, ya no
podremos contener a ese desgraciado de PACO y además no podremos seguirle sacando
información.

EUNICE - Mamá Yola, yo no quería enojarme tanto con él, es que me dijo que podíamos vernos de
vez en cuando; en algún hotel de mala muerte y que a cambió él me iba a seguir dando regalos y
plata. Yo me acostaba con él al principio por la causa; no para putear y maldita la hora en que me
enamore de ese enano.

YOLANDA - Bueno, bueno, tranquila. Ya el daño esta hecho, ahora vamos a ver si ya montadas
logramos amansar la yegua. Y no sea tontica, deje de tirar esos regalos, que eso fueron, regalos.
Guárdelos y luego los usa con alguien más, que ahí es cuando le va a doler a ese pelón. (Le muestra
una de las piezas de lencería. Ambas ríen y entre las dos recogen las cosas tiradas en el piso)

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR- CUARTO DE CARMEN Y MILAGRO – NOCHE

MILAGRO saca del armario de la habitación un vestido, se lo pone encima de la barriga y se mira
en el espejo. Se nota frustrada. Carmen, acostada en la cama la mira en silencio.

MILAGRO – No, me veo muy gorda. (hace una rabieta)

CARMEN – Se ve bonita, no sea tonta.

MILAGRO - ¿Pero no vé? ¿No vé? Parece que voy a estallar de un momento al otro.

CARMEN – Se ve bonita.

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MILAGRO - ¿En serio?

CARMEN – Que sí, que sí. Ya, acuéstese. (Hace una pausa, se incorpora en la cama) Oiga…

Se escucha suavemente una melodía que proviene del pasillo.

TRANSICIÓN -CUARTO DE CHAVELA – DE CONTINUO

MARÍA AUXILIADORA está sentada al borde de la cama rasga su guitarra y canta “Historia de un
amor”:

MARÍA AUXILIADORA - Ya no estás más a mi lado, corazón


En el alma solo tengo soledad
Y si ya no puedo verte
Porque Dios me hizo quererte
Para hacerme sufrir más.
INTERIOR – CUARTO DE CARMEN Y MILAGRO – DE CONTINUO

MILAGRO se empieza a peinar mientras canta la canción, el vestido que se probó antes descansa a
su lado.

MILAGRO - Siempre fuiste la razón de mi existir


Adorarte para mí fue religión
Y en tus besos yo encontraba
El calor que me brindaba
El amor, y la pasión
INTERIOR – CUARTO DE LAS MARÍAS – DE CONTÍNUO

Las mujeres acostadas en sus camas, acompañadas de sus hijas, corean la canción.

TODAS - Es la historia de un amor


Como no hay otro igual
Que me hizo comprender
Todo el bien, todo el mal
INTERIOR – HABITACION DE EUNICE – DE CONTÍNUO

EUNICE- Ya no estás más a mi lado corazón


en el alma sólo tengo soledad

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y si ya no puedo verte
por qué Dios me hizo quererte
para hacerme sufrir más.
INTERIOR – CUARTO DE YOLANDA – DE CONTÍNUO

Yolanda esta acostada también en su cama, la mujer escucha a las mujeres cantar y se une a ellas.

YOLANDA: Siempre fuiste la razón de mi existir


Adorarte para mí fue religión
INTERIOR - CUARTO DE ELI – DE CONTÍNUO

Es la historia de un amor
Como no hay otro igual
Que me hizo comprender
Todo el bien, todo el mal
INTERIOR – CUARTO DE CARMEN Y MILAGRO

AMBAS CANTAN - Que le dio luz a mi vida


Apagándola después
Ay que vida tan obscura
Sin tu amor no vivir más.
INTERIOR - HABITACIÓN DE MARÍA AUXILIADORA

CHAVELA abre la puerta, cierra tras de sí. Canta quedo:

Es la historia de un amor
Como no hay otro igual
Que me hizo comprender
Todo el bien, todo el mal
Se acerca hasta MARÍA AUXILIADORA, apaga la luz.

FUNDIDO A NEGRO

EXTERIOR – UN PARQUE EN LA CIUDAD – DÍA

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Es una apacible y bella mañana de domingo. Niños y sus padres. Vendedores de melcochas, de
frutas. Algunos coches pasan esporádicamente al frente. MILAGRO, a quien ya se le nota el
embarazo; está acompañada por CARMEN, SARA Y MATEO. Ambos niños tienen sendas paletas de
dulce a medio acabar, las lamen con desgano.

Los niños están ansiosos por entrar al parque, MILAGRO mira en todas direcciones, esperando
descubrir a quien espera.

MATEO – Ya tía Milagro, ya me aburrí. (MILAGRO le sonríe, pero voltea la cara ansiosamente en
dirección a la calle)

SARA (Dirigiéndose a su madre) – Mami, estoy aburrida, quiero entrar.

CARMEN – Ya casi, ya casi. (Habla con MILAGRO) Ese muchacho no va a aparecer. Ya llevamos más
de una hora acá y los güilas ya están desesperados.

MILAGRO – Un ratito más, él es muy puntual. Me escribió que estaba en punto a las diez, seguro
se retrasó el tren.

CARMEN – Hay no, ya estoy cansada también.

MILAGRO voltea de nuevo a ver hacia la entrada de la calle, brinca de alegría al descubrir a JUAN
CARLOS, el mismo muchacho de la foto, quien camina hacia ella. El parece sorprendido de verla
también o más bien al notar el pronunciado abdomen de ella. La muchacha corre a su encuentro,
se le lanza en brazos y lo besa, él se muestra más bien frio con ella.

MILAGRO – Mi amor. Mi amor.

JUAN CARLOS – Hola Milagro, aquí no, estamos en público. (Se nota cohibido de que lo vean al lado
de la mujer y parece hasta estar molesto con ella).

MILAGRO – ¿Qué mosco lo pico? ¿Qué tiene? De por si nos vamos a casar.

El hombre se ve incomodo ante CARMEN y los NIÑOS, estos lo miran detenidamente. MILAGRO los
presenta:

MILAGRO – Ella es Carmencita, mi compañera de cuarto; (tratando de romper el hielo) su nombre


verdadero es María Isabel, pero como le gusta leer mucho se puso Carmen, como doña Carmen
Lyra, la de los cuentos.

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JUAN CARLOS asiente levemente cuando se la presentan, no dice siquiera buenos días. MILAGRO
sigue esforzándose por cambiarle el humor.

MILAGRO – Y estos de acá son Sarita, la hijita de Carmen y Mateo, sobrinito de Mama Yola (el
hombre parece reaccionar al escuchar el nombre), la dueña de la casa.

JUAN CARLOS (Despectivo) – Si, ya he oído hablar de ella.

MILAGRO (Prefiere ignorarlo) – Caminemos. Que estos chiquitos ya se iban a hacer de piedra
esperándolo.

CARMEN (Hacia los niños) – Vamos, ya me tienen loca.

MILAGRO, Sin aceptar el rechazo del HOMBRE, se cuelga de su brazo y sigue a CARMEN, quien corre
detrás de los NIÑOS, ellos van a todo lo que dan sus piernas hacia el interior del parque. UN
HOMBRE, lee el periódico en uno de los bancos del parque: Los encabezados rezan:

“José Figueres Ferrer gana las elecciones a presidente” “Primera mujer vota en Costa Rica”
“Deportivo Saprissa logra su primer campeonato”. PLANO SUBJETIVO DEL HOMBRE, por sobre el
periódico vemos al grupo que se adentra en el parque. EL HOMBRE se levanta, dobla el periódico
bajo su brazo y camina en esa dirección.

EXTERIOR – SENDERO DEL PARQUE – POCO DESPUÉS

CARMEN y los NIÑOS están entretenidos tirándole trozos de pan a unos patos en un estanque. JUAN
CARLOS se ve acalorado y cada vez más molesto por andar del brazo con MILAGRO, ve venir hacia
ellos a una pareja con unos niños; baja el ala de su sombrero para ocultar su rostro. MILAGRO
percibe el gesto.

MILAGRO – Ah, no. (Se desprende de su brazo) ¿Qué le pasa a usté?

El hombre intenta que ella baje la voz. La aparta del sendero y se sienta con ella en una banca del
parque. A lo lejos EL HOMBRE del periódico se sienta en otra banca y prosigue su lectura. CARMEN
distribuye su mirada entre los niños y la pareja que discute al otro extremo del sendero.

JUAN CARLOS – Shhh, no haga escándalo. No es para tanto.

Pedro Benedit
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MILAGRO - ¿Cómo qué no? Desde que llego se ha portado de lo más raro conmigo. Yo toda feliz
de verlo y usté así, tan concho. ¿Ya no me quiere?

JUAN CARLOS mira en varias direcciones, deja pasar a unos niños que vienen seguidos de su madre.
Mira hacia abajo y habla.

JUAN CARLOS – Eso quería decirle. Me entere de donde está viviendo usted.

MILAGRO – Sí ¿Y?

JUAN CARLOS – ¡Ese lugar es una casa de putas!

MILAGRO se levanta, se ve el furor en su rostro. Cierra los puños con rabia.

MILAGRO - ¿Una casa de qué?

El HOMBRE la toma de la mano y la obliga a sentarse de nuevo, baja la voz.

JUAN CARLOS – Todos lo dicen. Que a donde la mando su mamá es… un putero. Esa tal doña
Yolanda era la esposa de un maleante, un tipo que andaba buscando el gobierno. No se sabe que
se hizo. Se robo una plata del Banco Central durante la guerra. Le pusieron precio a su cabeza y
desapareció.

MILAGRO – Todo eso son mentiras. Mentiras, ¿oyó? ¿Cómo se le ocurre decir eso? Mamá Yola nos
enseña a coser y… atiende un…como… (en un susurro) un club privado. Pero nada malo. Señores
muy decentes que llegan a jugar cartas y a tomarse un traguito. Pero como el gobierno dice que
ahora está prohibido apostar y el guaro e’ contrabando… pero nada más. Nada de esa cochinada
que usté dice.

JUAN CARLOS – No lo digo yo, lo dice todo el mundo.

MILAGRO – ¿Ah y por qué lo dicen todos, usted les cree?

JUAN CARLOS – Esa tal Yolanda anda en malos pasos…

MILAGRO – Vea Juan Carlos, yo a usté lo quiero mucho. No tiene idea. (Se le humedecen lo ojos,
está al borde de romper a llorar) Pero ¿cómo se le ocurre hablar así de una señora así de buena?

JUAN CARLOS – Una caldero-comunista, eso es lo que es. Ninguna santa y si lo fuera su mamá no
la hubiera mandado a donde ella para que pariera a escondidas.

Pedro Benedit
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MILAGRO – Usté sabe que mamá estaba bravísima de que yo me hubiera embarazado de usted.
Por eso quiso separarnos. No quería que alguien que pelio en el otro lado, fuera el padre de mi
hijo.

JUAN CARLOS – Eso está por verse.

MILAGRO - ¿De que habla?

Se ve extremadamente incomodo, tiene algo en el pecho y al final se anima a soltarlo: brutal, frio.

JUAN CARLOS – Vea, yo no sé si esa panza se la hice yo a alguien más. ¡Que putas voy a saber yo
quien es el tata!

MILAGRO de nuevo se levanta de la banca, el HOMBRE intenta de nuevo hacer que se siente, ELLA
no lo permite, EL no tiene más remedio que ponerse de pie también. Procura que LA MUJER baje la
voz, para que los ocasionales caminantes del sendero no los escuchen discutir.

MILAGRO - ¿Qué está diciendo? ¿Pero cómo se le ocurre semejante cosa?

JUAN CARLOS – Ya lo dije. Así como lo oyó. ¿Qué voy a saber quién él es tata de esa criatura? Tal
vez cuando nazca, si se me parece lo suficiente pueda llegar a reconocerlo. Pero ahí me avisa para
venir a conocerlo. Lo siento, pero no puedo ligar mi nombre a usted. Tengo una reputación que
mantener, la de mi familia. ¡Ya le perdoné que su tata fuera un guerrillero!, por algo lo mataron.
Pero ahora, ¡hasta usted se fue a vivir a un putero!

MILAGRO no soporta más, trata de darle un bofetón, el hombre le sostiene la mano con facilidad, la
mujer intenta golpearlo con la mano que tiene libre, pero de nuevo su novio la sostiene, así retenida
le hace presión y la obliga a sentarse.

JUAN CARLOS- Quédese calladita y no haga escándalo, no le conviene. (La suelta finalmente, luego
de mirar en todas direcciones habla bajando mucho la voz) – No me vuelva a buscar, yo no voy a
hacerme cargo del hijo de una puta, ¿oyó?

CARMEN trae presurosa a ambos niños de la mano, se acerca a donde está la pareja, el hombre da
media vuelta y se aleja. CARMEN se sienta al lado de MILAGRO, quien esta con la mirada perdida en
el vacío. Unas lágrimas se asoman a sus ojos.

TOMA SUBJETIVA de JUAN CARLOS, desde detrás del periódico que lee el parroquiano. El novio de
la muchacha camina presuroso, encasquetándose el sombrero hasta los ojos. Antes de llegar donde

Pedro Benedit
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el HOMBRE del periódico, este se levanta, se tropieza intencionalmente con este, dándole un
rodillazo en la ingle. JUAN CARLOS se dobla en dos, quien lo agredió lo toma de la solapa del saco y
le murmura algo al oído, el agredido encaja el golpe lo mejor que puede, disimula ante algunos
curiosos que ven la escena. Se lleva la mano a la visera de su sombrero, como despidiéndose
amablemente del HOMBRE. Encogido y a paso muy lento se aleja del lugar. Descubrimos que fue
JOSÉ quien le dio el rodillazo al otro. Mira por sobre su hombro a MILAGRO antes de alejarse en la
misma dirección a donde se dirigió JUAN CARLOS.

SARA al verla llorar le ofrece su paleta. CARMEN y LOS NIÑOS la abrazan, tratando de consolarla.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR - SALA COMÚN DE LA CASA - NOCHE

Los mismos habituales de siempre. En la mesa de póker: PEDRO, RAFAEL e IGNACIO. En la barra
CHICO y JUAN. RAFAEL reparte las cartas, pero se ve preocupado y molesto. La silla que ocupaba
Daniel está vacía, así como el sillón en el que se sienta habitualmente CHALO. Tampoco EUNICE o
DOÑA YOLANDA están presentes. MARÍA AUXILIADORA toca lánguidamente la guitarra, pero no
canta. ELI en la cocina. CHAVELA está en la barra atendiendo a los borrachines, quienes no están
tan ebrios como en ocasiones anteriores. Un silencio incomodo permea la habitación; el humo de
cigarrillos es más denso de lo habitual. MILAGRO atiende la mesa, vacía los ceniceros y sirve licor a
los hombres.

PEDRO- Deme dos.

RAFAEL (Le pasa cuatro cartas. El resto de jugadores reclama) -Perdón, perdón. Es que no puedo
jugar, me retiro por hoy. Es que no es normal. (Mira en dirección al sillón que siempre ocupa
CHALO).

PEDRO- No es para tanto, seguro tuvo un contratiempo.

RAFAEL - El compañero Chalo hubiera avisado, hoy tenía que venir sin falta.

MILAGRO se acerca a la mesa de póker para recoger los ceniceros; los hombres bajan la mirada y
callan. Una vez que la muchacha recoge y se aleja, vuelven a hablar entre ellos, pero esta vez en voz

Pedro Benedit
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baja. Solo percibimos murmullos inentendibles que surgen de la mesa. Los borrachos habituales
que ocupan la barra, están hoscos y silenciosos.

ELI (se acerca a ellos les sirve un bocadillo, trata de animarlos) – ¡Una boquita! (Se sorprende al
descubrir que la botella que tienen al frente está casi intacta) Señores ¿qué me les pasó? ¿Hoy no
tienen sed …?

JUAN - No Chumequita linda. Hay noches en que uno no amanece con ganas de fiesta.

ELI - ¿Pero que me les paso my friends? Ustedes siempre están felices.

CHICO - Nos contaron lo que le pasó a MILAGRO con el novio.

ELI dirige una mirada de reproche a CARMEN, esta se encuentra comentando algo con CHAVELA.

JUAN- Está mal lo que andan diciendo de ustedes.

ELI - ¿Y qué dicen? (Los hombres se sirven un trago y esquivan la mirada) - Si ya empezaron
terminen. ¿A ver, que es lo que dicen?

MILAGRO (Aproximándose al grupo) ¡Que somos putas! Eso. (Los hombres beben de nuevo)

ELI – Fucking people. ¿Y ustedes también piensan eso?

CHICO y JUAN deniegan vehementemente con sus cabezas.

JUAN- ¿Cómo se le ocurre preguntar eso ELI? No, jamás de los jamáces.

CHICO - No, nos duele porque sabemos que no es cierto.

CARMEN (Participando, se voltea hacia los otros hombres). - ¿Y ustedes también creen eso? ¿Creen
que somos unas putas?

IGNACIO - No, nunca.

PEDRO - Y al que lo diga al frente mío que se prepare para un meco bien dado.

RAFAEL es el único que no protesta, se ve cada vez más perturbado y nervioso, fuma copiosamente.
Se levanta y toma su sombrero.

RAFAEL - Esto no me gusta nada. Algo paso. (Dirigiéndose a PEDRO) Vamos.

Pedro Benedit
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El aludido se levanta, saluda a las mujeres. Ambos hombres salen presurosos de la habitación,
CARMEN los escolta a la salida.

MARÍA AUXILIADORA- Hay no, que aguafiestas. De fijo el Chalo debe estar bien dormidote desde
de haberse leído uno de esos libros gordos que le gustan.

Esto está muy aburrido. (Va hasta la radio y la canción que era antes solo un murmullo suena ahora
atronadora en la habitación. La mujer va hasta donde JUAN y le invita a bailar. Este luego de pensarlo
unos instantes accede, ambos bailan vigorosamente).

CARMEN (Regresando) - Pues si van a decir que somos mujeres de la vida alegre, que lo digan por
algo. (Le hace una reverencia a CHICO y este la saca a bailar también).

MARÍA AUXILIADORA invita a JUAN, ambos bailan esquivando los muebles de la estancia. CHAVELA
invita a bailar a ELI; esta acepta. DOÑA YOLANDA, mira divertida la escena.

INTERIOR – CUARTO DE CARMEN y MILAGRO – HORAS DESPUÉS

SARA esta arrodillada al pie de la cama; tiene las manos unidas en señal de oración. MILAGRO y
CARMEN están sentadas en sus respectivas camas; la primera peina su cabellera, la otra se pasa una
pomada en sus pies.

CARMEN – Ya estoy muy vieja para bailar. Y esos zapatos chiman mucho, ¡ay!

SARA – Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. Amén.

La niña salta de un golpe en la cama, la madre la arropa y le da un beso.

SARA – Buenas noches mami, buenas noches Mila.

MILAGRO – Buenas noches mi amor.

SARA (Susurrando hacia la ventila que esta justo al lado de donde ella duerme) - Buenas noches
señor fantasma. (Se da vuelta y se acurruca en la cama)

CARMEN (Divertida) ¡Eso es nuevo! ¡Buenas noches señor fantasma!

La ocurrencia de la niña arranca una sonrisa en el serio rostro de MILAGRO. CARMEN guarda
cuidadosamente su frasco de pomada, luego de un instante de silencio, habla con ella.

Pedro Benedit
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CARMEN – No tiene que preocuparse, todo va a salir bien.

MILAGRO se encoge de hombros. Mira con profunda tristeza a CARMEN. Esta se sienta a su lado, la
toma de la mano.

CARMEN – No va a ser ni la primera ni la última en tener un hijo sin padre. Dele gracias a Dios, al
menos usted sabe quién es el papá de su hija. Yo ni eso. Y aquí esta esa revoltosa que es la que
me hace respirar cada día.

MILAGRO – Es que no es justo Carmencita. Yo no hice nada malo. ¿Por qué Juan Carlos me trató
así?

CARMEN – Porque es hombre, por eso. Así nos tratan ellos. Solo espero que Sarita tenga mejor
destino que nosotras.

MILAGRO – Pero yo lo quería… yo todavía lo quiero. (Se acaricia el vientre)

CARMEN – Es que no puede evitar ser mujer. Es nuestro destino.

¡Por eso está mucho mejor Chavela! Nosotras nos enamoramos de hombres que no valen la pena
y ella se enamora de mujeres… ¡y no le da pena!

Ambas sonríen ante la frase. CARMEN la abraza, le da un beso en la frente. Camina hasta su cama y
entra en ella. MILAGRO se mete en la suya, apaga la luz de la lámpara, se hace oscuro casi total.

MILAGRO – Gracias Carmen. Buenas noches.

CARMEN – Buenas noches señor fantasma.

Ambas mujeres ríen. Luego de un breve silencio, se escucha con claridad el ruedo de unas cadenas
que resuenan ominosamente en la habitación.

CARMEN – Ya empezó de nuevo.

Ambas mujeres empiezan a rezar al unisonó.

AMBAS – Santa María, madre de Dios, ruega señora por nosotros pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte amén…

Pedro Benedit
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EXTERIOR-CASA DE YOLANDA-NOCHE

El auto de PACO se encuentra estacionado de nuevo en la acera al frente de la casa, tiene las luces
apagadas. La calle se ilumina brevemente cuando la puerta de la casa se abre. Los mismos
habituales de la casa salen: IGNACIO, PEDRO... van saliendo uno después del otro. Poco después
CHICO Y JUAN, borrachos a cuál más. Se van abrazados, cantando una canción ranchera.

Estos últimos se pierden en las sombras de la calle. Las puertas del auto se abren y cuatro sombras
con silueta de hombre descienden de su interior. Llegan hasta la puerta, tocan.

YOLANDA (VOZ EN OFF)- Ya está cerrado. (Siguen tocando rítmica e insistentemente). - ¡Qué
borrachos más necios!

Continúan los golpes, la mirilla de la puerta se abre. De inmediato YOLANDA lanza su cuerpo para
sujetar la puerta. Las sombras empiezan a golpear con sus hombros y pies intentando derribar la
puerta.

INTERIOR- CASA DE DOÑA YOLANDA - DE CONTINUO

Yolanda hace presión intentando sujetar la puerta que es violentamente remecida por los embates
de los hombres.

YOLANDA - ¡¡¡Muchachas, muchachas!¡¡ (Desesperada) ¡¡¡ Eli!!! ¡¡¡ ELI!!!

Ante el clamor todas se asoman y hacen presión para que la puerta no sea derribada. Entre ELI, las
MARÍA AUXILIADORA y CHAVELA colocan un enorme travesaño a modo de sostén de la puerta. En
medio de los golpes y los gritos propinados por los hombres que intentan violentar la entrada,
YOLANDA grita órdenes a las mujeres.

YOLANDA - Eli, llévate a los güilas, Milagro vaya con ella. (Ante las protestas de la muchacha)
¡Hágame caso usté esta panzona, piense en el chiquito! ¡¡Las demás hagan fuerza, no los dejen
pasar!!

ELI corre presurosa para poner a los niños a salvo, se lleva casi que a la fuerza a MILAGRO con ella.

ELI - ¡No puede hacer nada!, ¡ayúdeme a esconder a los chiquitos, apúrese!

Pedro Benedit
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MILAGRO obedece a la mujer, entre ambas se dividen y buscan a los niños en las habitaciones, ELI
sale con MATEO en brazos, le indica a MILAGRO que la siga. Los golpes y gritos de hombres y mujeres
se suceden sin pausa. Unos perros ladran violentamente.

MILAGRO (Sale visiblemente angustiada de la habitación, entra al cuarto de costura, mira detrás del
biombo, bajo la mesa, sale de nuevo al pasillo) - ¡Sara, Sara, ¡no encuentro a Sara!

PLANO DETALLE La puerta está por ceder, ELI arrastra a MILAGRO con ella.

ELI- Piense en su criatura. (Señala a MATEO quien están aterrorizado por lo que pasa,) Sara se debe
de haber escondido bien. ¡Vamos, vamos!

Las dos mujeres entran junto con MATEO en una habitación. ELI levanta una trampilla oculta tras
una alfombra, hace pasar a AMBOS y de última entra ella. La trampilla se cierra, ocultando
completamente la entrada secreta.

INTERIOR - ESCONDITE BAJO LA CASA - DE CONTINUO

ELI cierra tras de sí, una leve luz se filtra por entre las rendijas del piso. El niño abraza a ELI quien
intenta calmarlo. Se escuchan los golpes y gritos ahogados que provienen de la puerta de la calle.

MILAGRO - Tranquilo, todo va a estar bien.

ELI - Milagritos. Shhhhh...

Le hace señas de que haga silencio, conduce la mirada de esta hacia un rincón de la oscura
habitación. MILAGRO dirige la vista hacia donde le señala ELI; unos ojos brillan en la oscuridad. La
muchacha pega un respingo, de pronto unas manos aparecen desde la oscuridad y le cubren la boca.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR - PUERTA QUE DA A LA CALLE - DE CONTINUO

Pedro Benedit
57

La puerta cede, los hombres entran violentamente. Vienen armados con pistolas y rifles. Visten ropa
de paisano, descubrimos entre ellos a DANIEL, a JOSÉ a PACO y a otro que nos es desconocido hasta
ahora. Encañonan a las mujeres. PACO golpea con la cacha de su arma a YOLANDA, esta aturdida y
al borde del desmayo aún tiene fuerzas suficientes para arrojarse a los pies del hombre, intentando
que este no avance. El la patea en la cara, la deja inmóvil en el piso. MARÍA AUXILIADORA amenaza
a los otros HOMBRES con sus tijeras de costura. DANIEL y quien lo secunda, imperturbables y
calmados amartillan sus armas y apuntan directo a la cabeza de las mujeres. Ella deja caer sus
tijeras. CHAVELA intenta ir a por el hacha que está dentro del cuarto de costura. PACO le apunta con
un arma y por señas le indica al otro agresor y a JOSÉ que se hagan cargo de ella y de CARMEN quien
mira con aprensión la escena. EUNICE está auxiliando a YOLANDA, la cual yace inerte en el piso.
PACO deja que la revise, pero al ver que la señora no responde, levanta a EUBNICE tomándola de
un brazo.

PACO - Deja a esa puta, que solo le di un cariñito para que se durmiera.

EUNICE - ¡Desgraciado!

Se trata de abalanzar sobre él, este apunta su arma directo a YOLANDA. Esto detiene en seco a
EUNICE. MARÍA AUXILIADORA abraza a CHAVELA, la contiene antes de que se lance sobre los
hombres armados. Esta última tiembla de rabia. DANIEL la toma a la fuerza y sin mediar palabra se
la lleva con él. Su secuaz hace lo propio con AUXILIADORA.

PACO (Se dirige a JOSÉ quien está apuntando de forma nerviosa a CARMEN).

- Métala en un cuarto, es suya, hacete hombre. (Halando del brazo a EUNICE se la lleva consigo). -
Vamos...

PACO entra en la habitación de EUNICE, JOSÉ conduce a CARMEN hasta la habitación de esta
última.

INTERIOR- HABITACIÓN DE CARMEN y MILAGRO - DE CONTINUO

JOSÉ (Señalando una de las camas) - Siéntese ahí, calladita. (El hombre intenta liar un cigarrillo, el
tabaco cae por el piso) Jueputa.

CARMEN - Muchacho, muchacho.

Pedro Benedit
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JOSÉ - Le dije que se callara, ¿no oyó?

CARMEN - Muchacho, usted no es así. Déjeme ir a ver como esta mamá Yola, le pegaron muy feo.

JOSÉ - ¡Ya le dije que se calle! ¡Siéntese, no hable! (El muchacho se coloca frente a ella, dándole la
espalda al enorme ropero que domina la habitación)

PRIMER PLANO del ropero, la puerta está entre abierta, descubrimos en el interior de él a SARA
quien mira asombrada y enmudecida lo que pasa. La mujer la descubre, cruzan una rápida mirada
entre MADRE e HIJA.

CARMEN - Por favor, por favor. Vaya hable con su jefe. Mamá Yola necesita ayuda. No creo que él
quiera cargar con una muerta encima. Vaya por favor.

JOSÉ - ¡Le dije que se calle! No hable, sentada.

PLANO SUBJETIVO desde la puerta del ropero, vemos la espalda de JOSÉ y a la mujer sentada en la
cama; SARA toma la puerta y la cierra lentamente.

OSCURO TOTAL

INTERIOR - CUARTO OCULTO EN EL PISO - DE CONTINUO

La mano que tapa la boca de MILAGRO se aleja de ella. ELI la apacigua con un gesto y una mirada.
MATEO sigue abrazado a ELI, quien le acaricia la cabeza y trata de calmarlo.

El dueño de la mano acerca su rostro a un resquicio de luz que penetra en el escondrijo. Vemos que
no es otro que EL GORDO, el esposo de doña YOLANDA. Luce pálido, barbudo y ya no esta tan gordo.
Una vez que se cerciora de que MILAGRO y el NIÑO no harán ruido se relaja. ELI continúa
apaciguando a MATEO, MILAGRO ayuda a calmarlo.

Esta calma momentánea no dura mucho. Unos pasos se hacen sentir sobre el piso. Todos quedan
congelados.

PLANO NADIR del piso, hombres caminando sobre él. Cae polvo de entre los resquicios de la madera
cuando ellos se mueven.

Pedro Benedit
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VOZ UNO EN OFF - ¿Dónde las habrán metido?

VOZ DOS EN OFF - Chiquitas, chiquitos... vengan, no les va a pasar nada, su mamá quiere que
vengan.

MILAGRO Y ELI le hacen señas a MATEO de que no se mueva ni hable.

Ruido de muebles al ser movidos y tirados al suelo.

VOZ UNO EN OFF - Ni rastro de más mujeres, seguro saltaron la tapia.

VOZ DOS EN OFF - Hay con las ganas que le llevaba a la panzona.

VOZ UNO EN OFF – No hable paja, que no duro ni un minuto con la machorra.

VOZ DOS EN OFF- Que habla paja, yo dure más que su alma.

Las voces se pierden, descubrimos una ventila idéntica a la del cuarto de CARMEN Y MILAGRO en la
pared contra la que está apoyado el GORDO. Sonidos ahogados de llanto provienen de ahí. EL
GORDO intenta salir, lleva un arma en la mano, ELI lo trata de detener, forcejean en absoluto
silencio; este la esquiva, pero cuando él apenas abre la trampilla, ELI lo golpea con un leño detrás
de la nuca, el hombre cae inconsciente. La trampilla se cierra de nuevo.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR - CUARTO DE CARMEN Y MILAGRO - MOMENTOS DESPUÉS

Los DOS HOMBRES de la escena anterior entran a la habitación, JOSÉ se vuelve repentinamente
hacia ellos apuntándoles con el arma.

SARGENTO - Ya calma, calma. Somos nosotros.

CABO - Mire a mi rasito como está atento a todo.

SARGENTO- ¿Ya se sirvió raso?

JOSÉ BAJA LA CABEZA. SUS SUPERIORES RIEN.

Pedro Benedit
60

DANIEL – Me debe la apuesta Cabo, ya le decía que este pateaba del otro lado. (Hacia JOSÉ) Puede
irse, que mi cabo y yo tenemos otra apuesta entre manos.

CABO (Desabrochando su pantalón) Ah no, la va a perder mi sargento. Lo siento. Pero le aseguro


que esta vez de nuevo voy a durar más que usté. (el aludido empieza a bajarse el pantalón
también).

DANIEL (Señalando a CARMEN) Yo empiezo, le dejo lo que sobre.

CABO (Toma a CARMEN y de un tirón la lanza sobre la otra cama, le sujeta los brazos)

DANIEL- (Dirigiéndose a JOSÉ) Usted raso Solano, puede retirarse, en el cuarto de la par le dejamos
dos regalitos. Están algo usados, pero ya se las dejamos suavecitas para que las disfrute a su gusto.
Demuéstreme que no es un maricón.

CABO- ¡Fuera!

JOSÉ sale de la habitación, DANIEL avanza hacia la mujer. CARMEN lo mira suplicante, Su atacante
le levanta sin miramientos el vestido por sobre la cabeza, la deja en ropa interior y se le lanza encima,
mientras es sujeta de los brazos por EL CABO.

PLANO SUBJETIVO desde dentro del ropero; la puerta de este se abre y vemos como DANIEL esta
sin calzoncillos encima de CARMEN, penetrándola rítmicamente; el otro atacante disfruta la escena.
CARMEN ve la puerta abierta del armario y aprovechando que su violador esta de espaldas al
mueble y el otro esta distraído, cierra sus ojos y deniega con su cabeza en un gesto dirigido a su hija.
La mirada de la niña se enfoca en la ventila encima de la cama de su madre. La puerta del armario
se cierra de nuevo.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR – CUARTO DE MARÍA AUXILIADORA – DE CONTÍNUO

Una habitación muy similar a la de CARMEN y MILAGRO. MARÍA AUXILIADORA y CHAVELA están
sentadas, vestidas tan solo con fustán y brassiere, abrazadas en una de las camas. Se consuelan
mutuamente, MARÍA AUXILIADORA recita las letanías del rosario que sostiene en la mano. Pegan
un respingo cuando entra JOSÉ en la habitación, este sostiene aún el arma en su mano temblorosa.

Pedro Benedit
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MARÍA AUXILIADORA – Santa María, ruega por nosotros. Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las
Vírgenes, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la misericordia…

JOSÉ – Ya cállese. (Ella reza aún más fuerte)

MARÍA AUXILIADORA - Madre de la divina gracia, Madre de la esperanza, Madre purísima, Madre
castísima, Madre siempre virgen…

El muchacho la amenaza con darles un golpe, CHAVELA se interpone ante el amago de golpe, la
mujer se calla, pero empieza a llorar quedamente. CHAVELA trata de consolarla. JOSÉ camina
nervioso; se sienta en la cama vacía al frente de las mujeres e intenta liar un cigarrillo de nuevo.
Tampoco le es posible esta vez, debido al temblor de sus manos.

CHAVELA, también temblando le ofrece un cigarrillo de un paquete. El hombre lo acepta, saca de su


pantalón una caja de cerillas, su temblor es tal que no atina a encenderlo. MARÍA AUXILIADORA
toma una de los fósforos y lo enciende; le da lumbre al cigarrillo del muchacho.

Este aspira con fruición el humo. Las mujeres siguen sentadas juntas, continúan tomadas de la
mano.

JOSÉ mira detenidamente a las mujeres. Primer Plano a su rostro. Una lágrima rueda por su mejilla,
se la quita furiosamente con el dorso de la mano, sale de la habitación dando un portazo.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR - CUARTO DE EUNICE - DE CONTÍNUO

PACO de pie, desnudo; da la espalda a EUNICE mientras toma licor directo de una botella. La mujer
esta acostada en la cama con señales visibles de golpes en su rostro y cuerpo. Se encuentra también
desnuda, con los ojos abiertos y en silencio. Trozos de ropa tirados en el piso.

PACO - Ahhh que rico estuvo todo. Con razón te cuidaba tanto el Señor secretario. Lástima que se
le acabó la cuerda. (Le muestra la botella) ¿Quiere? (La mujer no reacciona, el hombre se encoge
de hombros) Mal agradecida. (Bebe de nuevo, valora la calidad del trago).

Pedro Benedit
62

PACO va hasta su pantalón, el cual esta tirado sobre una silla, saca de uno de sus bolsillos una de las
hojas en tinta roja que CHALO le dio antes a MILAGRO, le muestra la hoja a EUNICE.

PACO -¿Qué están plañendo? Sabemos que ustedes traman algo.

EUNICE - ¿Usted está loco? Aquí no hay ninguna conspiración, solo en su jupa esta esa idea. Somos
solo unas mujeres solas, ¿Qué cree, que unas costureras van a derrocar al gobierno?

PACO – Pues parece que no quiere hablar mamacita. Qué lástima para usted. (Camina hasta la
silla donde dejo el licor, bebe directo de la botella. Saborea su trago) – ¡Puta, que bueno esta esto!

Todo lo mejor para el Señor secretario, no hay como tener una buena teta en el gobierno de donde
mamar… Y hablando de buenas tetas. (Se da vuelta y se lanza encima de EUNICE. Bebe de la botella
mientras la viola).

Primerísimo Primer Plano del rostro de EUNICE siendo estremecido por los movimientos del
hombre; su mirada esta fija en un punto indefinido del techo.

PLANO DETALLE de una de sus manos, hace un puño con una parte de la sabana de la cama mientras
es violada.

FUNDIDO A NEGRO

EXTERIOR-CASA DE YOLANDA-AMANECER

Las sombras que entraron antes vuelven a salir, esta vez dos de ellas vienen abrazadas, traen consigo
varias botellas, celebran; se adivina que vienen ebrios. JOSÉ se separa del grupo y vomita
profusamente en el caño. Escuchamos unos golpes y sonidos apagados provenientes de la cajuela
del auto. PACO porta un rifle esta vez, se acerca y la abre; con la culata del arma tira un golpe hacia
adentro de ese espacio; un sonido seco es la respuesta al golpe, cierra de un portazo la cajuela. EL
SARGENTO Y EL CABO celebran la acción con risas; entran a la parte posterior del auto gritando
groserías hacia la casa. PACO se sienta al lado del conductor. JOSÉ es el último en subir al vehículo,
se sienta al volante, enciende el carro.

Pedro Benedit
63

Un transeúnte que se dirige al trabajo en bicicleta ve la escena. Se devuelve por donde vino de forma
apresurada. Los hombres del carro parten, ladrido de perros acompañan la marcha del vehículo.

FUNDIDO A NEGRO

INTERIOR-ZONA COMÚN DE LA CASA DE YOLANDA-DE CONTÍNUO

Las mujeres se ven golpeadas y con la ropa hecha jirones. Algunas cosas de la casa están tiradas
en el piso. ELI ayuda a YOLANDA quien está acostada en un sillón; tiene un vendaje improvisado
en la cabeza, un ojo y pómulo machacados, además de las marcas de una bota en la mejilla.

MILAGRO restaña las heridas de algunas. Varias de las mujeres lloran de forma queda, otras
simplemente están impávidas, como si miraran más allá de las paredes de la casa.

PANEO LENTO a cada una de las mujeres. Ninguna habla, cada cual atiende sus lesiones y si esta
mejor que alguna más, ayuda a atender a la que se ve peor que ella misma.

CARMEN intenta en vano hacer que SARA reaccione, ella esta con la mirada perdida, no habla, no
se mueve. MATEO arranca a llorar.

YOLANDA-. - ¡Mateo venga para acá! (El niño obedece) - ¿Qué es lo que le he dicho siempre? (El
niñito se encoge de hombros) – Los hombres no lloran y si lloran es…

MATEO - … porque lloran de alegría…tía Yola.

MILAGRO- Tenemos que hacer algo, ir a denunciarlos.

CHAVELA (Sobreponiéndose) ¿A quién, con quién? ¿A la policía? ¿Al juzgado? ¿Al cura que hicimos
echado de la casa?

Entra RAFAEL, mira la situación y luego se arrodilla frente al sillón donde están ELI y YOLANDA;
coloca su cara a la misma altura que la de la dueña de la casa.

RAFAEL (Con la voz ahogada por la rabia y la frustración, toma la mano de YOLANDA) – Lo siento, lo
siento mamá Yola. (GRITA al vacío con un alarido que hace estremecer las paredes) ¡Maricones de
mierda!

YOLANDA Hace un amago por levantarse, ELI la detiene.

Pedro Benedit
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ELI – Ah no mam, de aquí no se mueve usté.

YOLANDA – Tengo que ver que…

ELI – Todo está bien mam, take it easy.

Mira en la dirección opuesta, vemos a MILAGRO, viene acompañada por EL GORDO, este tiene un
vendaje en la cabeza, viste una sucia camiseta de tirantes y un pantalón que le queda grande. El
hombre corre de inmediato hacia su mujer. Todos reaccionan con estupor al verlo. MARÍA
AUXILIADORA se persigna.

EL GORDO – Yola, machita. ¿Qué te hicieron?

YOLANDA – Estoy bien gordito. (Le hace señas dirigiendo su vista hacia las otras mujeres que lo
miran estupefactas)

CARMEN – Padrino, ¿pero?

MARÍA AUXILIADORA- Virgen Santísima.

RAFAEL (Dirigiéndose a EL GORDO) ¡Coronel!

EL GORDO – Capitán, ¿Qué sabe de Chalo?

RAFAEL – No estaba en la casa, el taller estaba revolcado, la imprenta rota y ni rastro de él.

EL GORDO – Aún lo tienen… Pero todavía no saben. (Mira a CARMEN y EUNICE) ¿Las interrogaron?

CARMEN AÚN PERPLEJLA DENIEGA CON LA CABEZA.

EUNICE- Están pescando a ciegas. Como ya no está Eugenio, nadie nos protege.

RAFAEL – Pero esto que les hicieron…

EUNICE – Eso fue por puro gusto.

EL GORDO- Tenemos que movernos, si aún tienen a Chalo…

RAFAEL – Pedro puso a todos los camioneros y taxistas a buscarlo. El compañero Chalo primero
muerto que traicionarnos.

YOLANDA – Entonces démoslo por muerto. Uno más que se llevan esos cabrones.

FUNDIDO A NEGRO
Pedro Benedit
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EXTERIOR – INMEDIACIONES DEL BOSQUE – MEDIO DÍA

Un camino al borde de una montaña con vegetación muy tupida. Un sol que cae a plomo genera
una luz cegadora que inunda el paisaje; el auto conducido por JOSÉ se detiene. DANIEL y EL CABO
se encuentran inconscientes debido a la borrachera que tienen. JOSÉ está tomando licor de una
botella que mantiene abierta en su regazo, pero aún no está ebrio del todo. PACO desciende del
auto y al no descubrir movimiento en el interior del mismo, abre la puerta de la cabina trasera,
descubre a sus ocupantes abrazados y sosteniendo cada uno, una botella de licor vacía. Otra botella
más cae desde el interior del auto al piso.

PACO – Jueputas, despiértense. (Los hombres no responden, PACO le quita al más cercano a él la
botella, con ella lo golpea en el hombro un par de veces, el borracho solo emite un breve quejido).
– ¡Mierdas! (Le grita a José). ¡Raso, usted venga!

JOSÉ sale del vehículo, luce atontado, medio ebrio, pero aún puede caminar. Sigue a PACO, quien
se ha colocado detrás del auto.

PACO (Desenfunda su revolver, apunta al interior de la cajuela) – Abra.

JOSÉ acciona la manija que abre el maletero.

PLANO SUBJETIVO de la cajuela abriéndose; una luz cegadora inunda de blanco la pantalla. Poco a
poco, pero aún con una terrible sobre exposición; se logran distinguir las borrosas figuras de PACO
y JOSÉ.

PLANO GENERAL de JOSÉ y PACO detrás del auto que tiene el maletero abierto.

PLANO SUBJETIVO de CHALO esposado, amordazado y golpeado en el interior del vehículo. Al ver
que no representa ninguna amenaza para él, PACO lo toma de la chaqueta y la hala hacia afuera. Se
detiene y lo deja caer de nuevo en el interior.

PACO - ¡Qué asco! ¡Te cagaste encima! (Dirigiéndose a JOSÉ) Ayúdeme a sacar esta porquería.

JOSÉ obedece torpemente; entre ambos lo sacan del vehículo. CHALO es arrojado como una basura
al suelo. Luce en muy mal estado, su pantalón sucio, lo que queda de su camisa son unos jirones

Pedro Benedit
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ensangrentados, tiene un ojo completamente cerrado y los labios reventados. Ha sudado


copiosamente. PACO le quita la mordaza.

JOSÉ (En un murmullo) - Agua, agua por favor.

CHALO - ¿Tiene sed? (Se ríe ante la ocurrencia que acaba de tener. Acto seguido se desabotona el
pantalón y orina sobre la cara del hombre) -Venga raso Solano, aprenda como se trata a los
comunistas.

JOSÉ deniega con su cabeza, aparta la vista. PACO continúa orinando sobre la cara del prisionero;
este a pesar de la humillación del acto, bebe ávidamente el líquido que vierten sobre él. PACO al
terminar, se abotona satisfecho, sonríe ampliamente.

PACO - ¿Ve cómo entre los dos nos ayudamos? Usté tenía sed y yo ganas de miar. Yo le colabore.
Pero es que usté no quiere colaborar conmigo camarada. Se lo voy a preguntar una última vez.
¿Con quienes está trabajando?

CHALO – Con nadie, solo… solo.

PACO (Dirigiéndose a JOSÉ, señalando a CHALO) Levante esa cochinada. (Indica que caminen hacia
dentro del bosque).

PLANO CONTINUO la cámara sigue a los hombres que se adentran brevemente en la espesura,
CHALO trastabillea con algunas raíces expuestas, cae un par de veces, JOSÉ le ayuda a levantarse.
PRIMER PLANO de un oso perezoso que los mira con su enigmática sonrisa de Mona Lisa. Ruido de
aves alertando al resto de animales de la montaña por la llegada de los intrusos. El grupo llega al pie
de un precipicio. CHALO cae de rodillas, de espaldas a los hombres. PACO se dirige a JOSÉ.

PACO – Raso, le toca hacerse hombre. Ejecute a este subversivo.

JOSÉ abre desmesuradamente los ojos, lleva su temblorosa mano a la pistolera, pero no desenfunda
el arma. CHALO se apoya primero en una pierna, luego toma impulso, muy trabajosamente se pone
de pie, se da la vuelta y enfrenta a sus verdugos. Mira directamente a los ojos de JOSÉ.

PACO – De una vez, no tengo todo el día. (Desenfunda su arma y apunta a la cara de CHALO)

P.P.P. del rostro de Chalo, retazos del cielo que se cuela por entre el follaje se reflejan en su único
ojo abierto. Este respira profusamente una bocanada de aire y cierra el parpado.

Pedro Benedit
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Un disparo reverbera con eco y hace que una parvada de pericos levante vuelo desde el árbol que
les daba abrigo.

FUNDIDO A NEGRO.

INTERIOR – SALA COMÚN DE LA CASA – MOMENTOS DESPUÉS

Hay preparativos de mudanza en la casa. RAFAEL, EUNICE, y ELI están acarreando los lingotes de
oro, uno a uno y colocándolos en una pequeña pila en el centro de la estancia. MARÍA AUXILIADORA
y CHAVELA miran con incredulidad la pila de metal que crece a cada momento.

YOLANDA sigue herida, es atendida por MILAGRO, aun así dirige la operación semi acostada en el
sofá. Tiene un vendaje que cubre parte de su rostro, mientras abraza la foto del Doctor Calderón
Guardia.

CARMEN los mira con aprensión, mientras sostiene en su regazo a su hija, la cual aún se encuentra
en estado de shock.

EL GORDO monta guardia y supervisa la operación. Parece escuchar algo y levanta asustado el arma
que lleva en la mano.

YOLANDA pega un respingo, TODOS se voltean y descubren a CHALO, con las heridas aún visibles en
su rostro, pero ahora con ropa limpia y la cabellera peinada. PEDRO lo ayuda a sostenerse. Ambos
están en el marco del pasillo que da acceso a la sala común. Contemplan anonadados la escena.

Todos reaccionan ante la aparición de CHALO.

RAFAEL CORRE A AYUDAR A PEDRO, ENTRE AMBOS lo llevan a una silla y lo sientan en ella.

EL GORDO- Chalo, bendito Dios, te hacia muerto.

PEDRO- Casi, lo encontraron malherido y golpeado por el lado de Heredia.

CHALO – Se necesitan más que unos golpes para matarme.

EL GORDO – ¿Descubrieron algo?

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CHALO – No, pero es cuestión de tiempo.

EL GORDO- Pero te hacíamos muerto. ¿Cómo es que estas vivo?

CHAVELA y MARÍA AUXILIADORA miran ahora AL GORDO, ahora a CHALO y también a la pila de
lingotes. MARÍA AUXILIADORA se persigna varias veces.

CHAVELA (Sarcástica) – Hoy fue el día de la resurrección de los muertos.

MILAGRO va hasta donde CHALO le lleva un jarro con licor. Este agradece el gesto, bebe ávidamente.

MILAGRO- Me alegra mucho que no lo mataran, ¿pero cómo…?

TODOS INTERROGAN CON LA MIRADA A CHALO, ESTE MIRA SU REFLEJO EN EL VASO DE LICOR QUE
SOSTIENE.

ZOOM OUT al reflejo del ojo de CHALO en el liquido. - FUNDIDO - FLASH BACK

EXTERIOR – BOSQUE- DÍA

El ojo de CHALO refleja la luz del bosque, cierra su parpado. Una detonación hace que las aves de
un árbol cercano levanten vuelo.

PLANO DETALLE al parpado de CHALO que se abre. PACO esta inerte a sus pies, tiene un agujero
en la cabeza, JOSÉ sostiene aún el arma con que lo mato en la mano.

INTERIOR – SALA COMÚN DE LA CASA – NOCHE

CHALO sigue sosteniendo el jarro con licor que le dio MILAGRO. YOLANDA está en el mismo sofá,
mientras EL GORDO atiende sus heridas. Este mira con pena al resto de mujeres, así como a sus
congéneres, quienes parecen esperar órdenes.

CHALO - Tenemos que sacar esto de aquí lo antes posible. Es la única manera de que esos malditos
paguen por lo que hicieron.

RAFAEL- Usted ordene mi coronel.

Pedro Benedit
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El GORDO se aproxima a SARA, la cual se encuentra aún en estado de shock, cuando trata de
acariciarla, la niña empieza a temblar aferrada a su madre. CARMEN aleja a la niña del hombre. Le
escupe en la cara.

RAFAEL se acerca a ellos en un gesto de protección hacia su líder. EL GORDO limpia su cara con la
falda de su camiseta. CARMEN enfrenta a los hombres.

CARMEN- Me da asco.

YOLANDA- ¡Muchacha! Por Dios.

CARMEN- ¿Hoy dónde estaba Dios? ¿Dónde? ¿Y usted? (increpando directamente al GORDO) ¿Hace
cuanto mamá Yola viene diciendo que se había muerto? ¿Hace cuanto que nos acostamos rezando
por el descanso de su alma? ¿Esta chiquita lo que hoy vio, cómo hago que lo olvide?

RAFAEL- Usted no entiende. La lucha…

CARMEN- ¡La lucha! Todos dicen lo mismo. Los del gobierno tienen su lucha, ustedes (mira a
CHALO) la suya. Están dispuestos a matarse por ella. Pero nadie ha luchado por ella, (cubre con su
mano la parte posterior de la cabeza de SARA) por nosotras. Todos juegan a ser muy hombres y
solo son güilas jugando a la guerra.

YOLANDA – No podemos seguir con esto. Ya no más, se acabó.

CHALO- ¿Qué esta diciendo? Este sacrificio de años, esto que paso ahora ha sido por la causa.

YOLANDA- ¿Y si ganamos la contra revolución entonces qué?

RAFAEL- Les hacemos comer mierda como nos han tenido estos años.

EL GORDO- ¿Y cuando ellos ya no quieran seguir comiendo mierda? ¿Volvemos a empezar?

CHALO- Pero las cosas no se pueden quedar así. Todos los compañeros muertos, su sacrificio de
años camarada… los mártires.

YOLANDA- (Poniéndose de pie, en contra de las protestas de su esposo y de ELI) - ¡Mártires, que
rico llenarse la boca de esa palabra! Esta casa esta llena de mártires, usted (señala a Chalo) o usted
o este tonto (señala a su marido) que estuvo cuidando una plata para pagar una contra revolución
que no llega, mientras nos moríamos de hambre… todas nosotras somos mártires ¿Qué
conseguimos?

Pedro Benedit
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EL GORDO – Tiene razón Yolanda, se acabó.

CHALO – Pero no pueden ganar ellos, no es justo.

YOLANDA - ¿Es que son tan cabezones que no se dan cuenta? Esto no es un juego de cartas. En
este juego de revoluciones y contra revoluciones las únicas que perdemos somos siempre
nosotras.

RAFAEL- ¿Pero que dice ?, los principios…

CHAVELA (Camina hasta donde están CARMEN y SARA, las abraza)– Cuando a usted sea al que
hayan violado delante de su hija, ¡métase esos principios donde le quepan!

MILAGRO- Yo solo sé que no podemos seguir odiándonos, ya hay demasiados hijos sin padre,
demasiadas mujeres esperando a sus hombres y muy pocas casas como la de Doña Yolanda.

EL GORDO- Chalo, Rafael ¡se acabó! (Camina hasta la pila de lingotes de oro. Toma uno de ellos se
acerca hasta RAFAEL y se lo da. Este titubea, luego de un momento de duda lo pone dentro de una
alforja que estaba en la habitación) Chalo, usted también, es una orden. (El antes mencionado no
obedece, se aleja lentamente sin tomar ninguna barra para él).

EL GORDO- No sea necio, eso y más se lo ha ganado.

CHALO – Sin resentimiento mi coronel. Mi lealtad siempre para usted y la causa. Suerte. (Saluda
con un gesto a las mujeres, en especial a YOLANDA y MILAGRO, da media vuelta y se aleja).

EL GORDO lo mira partir con desanimo, toma una barra de oro y se la entrega a MARÍA
AUXILIADORA, repite la acción para con CHAVELA y las otras mujeres de la casa. Cuando llega hasta
donde CARMEN, está la rechaza.

CARMEN- ¿Cree que con eso va a comprarme? ¿Qué lo que nos hicieron se paga con eso?

YOLANDA (aproximándose)- No, claro que no. No es un pago, es una oportunidad de escapar, no
para nosotras. Piense en ella (acaricia de nuevo el cabello de SARA).

ELI – Patrón nos tienen vigilados, no va a ser fácil pasar. Eso pesa más que un remordimiento.

EL GORDO- Capitán… (le hace una seña de que se acerque, le dice algo al oído inaudible para
nosotros)

RAFAEL- Usted ordene mi coronel. (Este se retira presuroso)


Pedro Benedit
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EL GORDO- Tenemos que movernos.

FUNDIDO A NEGRO

EXTERIOR – FACHADA DE LA CASA DE DOÑA YOLANDA – AMANECER

El camioncito de Pedro esta frente a la casa, el auto de EUGENIO se detiene detrás de él, viene
seguido de cerca por RAFAEL en otro vehículo. El primero en llegar cruza apresuradamente los pocos
metros que separan la acera de la puerta de la calle. Se lleva una sorpresa al ver a a PEDRO
montando guardia armada en el dintel de la puerta que fue arrancada de sus goznes.

RAFAEL le da alcance, le franquea la entrada. - Por acá, siga.

El recién llegado corre al cuarto de EUNICE, la observa recogiendo cosas, al descubrirlo cierra la
puerta frente a las narices del otro.

RAFAEL- Por acá.

Lo hace retroceder llevándolo al cuarto de costura, en él esta sentado EL GORDO, esperándolo.


EUGENIO pega un respingo al verlo.

EUGENIO- ¿Pero, usted?

EL GORDO- Sí, yo. Siéntese. Tenemos que hablar.

EUGENIO se sienta con aprensión. EL GORDO le hace una señal a RAFAEL para que los deje solos.
Una vez que EUGENIO se sienta, su anfitrión le descubre un lingote de oro que descansa sobre la
mesa de costuras. Los ojos de EUGENIO se abren desmesuradamente.

FUNDIDO A NEGRO

El camión, así como los autos de RAFAEL y EUGENIO siguen estacionados frente a la casa. CARMEN
carga sus pertenencias personales en el vehículo grande ayudado por PEDRO.

CHAVELA y MARÍA AUXILIADORA conversan aparte.

MARÍA AUXILIADORA – Esto es para usted (le entrega su guitarra).

Pedro Benedit
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CHAVELA – Venga conmigo.

MARÍA AUXILIADORA- ¿Y qué voy hacer yo en México?

CHAVELA – Cantante como yo.

MARÍA AUXILIADORA (Ríe) – Hay Chavela, pero si usted ni canta, solo recita.

CHAVELA - ¿Y usted que sabe, al rato eso les guste? Vámonos juntas.

MARÍA AUXILIADORA (Asegurándose de que su amiga tenga la guitarra) - No, yo no sabría qué hacer
en otro país. Me voy para San Carlos, ahí hay tierras y no llega el gobierno. Tengo que hacerme cargo
de Mateo.

CHAVELA- Me va a hacer falta.

MARÍA AUXILIADORA – Hasta que ya no le haga falta. Ya la conozco. (Señala a MILAGRO)

EUNICE junto con ELI llegan con un bulto que no es más que unas sabanas sosteniendo un montón
de ropa, entre ambas lo cargan hasta fuera de la casa.

Dos policías, en un jeep militar se acercan a la casa, bajan. Uno de ellos, receloso, se acerca a
investigar, con el cañón de su rifle esculca el atado de ropa. EUNICE presurosa se pone en su camino,
coquetea con él. Este no le hace demasiado caso, RAFAEL, en el dintel de la puerta, lleva su mano
dentro de la chaqueta.

Sale de dentro de la casa EUGENIO, carga en su mano un maletín que se adivina pesado. Al verlo los
policías se cuadran ante él.

EUGENIO – ¿Algún problema oficial?

POLICIA UNO – Señor, alertaron por disturbios provenientes de este domicilio, recibimos ordenes
de inspeccionar quien entraba y salía del lugar.

CHAVELA – Pudieron haber venido a investigar ayer, cuando hizo falta. No ahora. (Escupe en el
piso).

POLICIA DOS está a punto de reaccionar ante el insulto de la mujer.

Pedro Benedit
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EUGENIO – Esta bien oficial, estas señoras solo están pasándose de casa. (Los policías no pierden
detalle de la conversación que el tendrá con EUNICE. Se dirige a esta) - ¿Verdad que se mudan
señorita?

EUNICE – Si, pero no todas al mismo lugar don Eugenio. Esta casa es muy insegura para los güilas.
Imagínese que ayer se metieron y la policía…

EUGENIO – Recién me enteré. Muy lamentable. Un raso que presenció los hechos denunció lo
ocurrido… vengo enterándome. Fue una borrachera que termino muy mal. Alega que tomaron
guaro de contrabando y eso los enloqueció. Imagínese que uno de ellos mato a otro. Mañana de
seguro sale en las noticias.

EUNICE – Si quien sabe que saldrá en las noticias.

EUGENIO – Vine a presentar en persona mis disculpas de parte de la Gobernación de Policía.


Lamento las molestias que les pudieron causar unos insubordinados. (Hablando con los policías) –
Ustedes, terminen de ayudar a las señoras a cargar sus cosas.

POLICIA UNO – Si señor.

POLICIA DOS – A sus órdenes, Señor.

Entre ambos cargan todo, con dificultades y bajo la mirada expectante de las mujeres suben el bulto
al carro, las ballestas de este protestan por el sobrepeso.

EUGENIO toma a EUNICE y se la lleva aparte.

EUGENIO – ¿Qué van hacer ahora?

EUNICE – ¿Le importa algo?

EUGENIO – Usted sabe que sí. Mucho.

EUNICE (Levanta los hombros) -Nos vamos. (Sonríe) La tonta de CHAVELA dice que para México,
quiere ser cantante, si canta re feo. AUXILIADORA va a montar una saca e güaro en San Carlos.
MILAGRO solo quiere tener en paz a su guila. Mama Yola dice que no puede desprenderse de la
casa y que está muy grande para irse. Ella se va a quedar con Eli. Carmen, quiere dedicarse a
escribir.

EUGENIO – ¿Y usted?

Pedro Benedit
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EUNICE (Sonríe) – Diay quien sabe, al rato me hago modelo o actriz de cine. Quien quita un quite.

EUGENIO – ¿Me va a extrañar?

EUNICE – Voy a extrañar muchas cosas. (Se acerca al auto de RAFAEL, EUGENIO cargando su pesado
maletín va hasta su auto)

DOÑA YOLANDA, llega hasta el umbral de la casa para ver la partida de las mujeres.

CARMEN sube a la cabina del camioncito de PEDRO, SARA se ve algo mejor, aunque sigue sin hablar.
CHAVELA, sosteniendo la guitarra que le regaló MARÍA AUXILIADORA, sube a la parte trasera del
camión.

Antes de montarse en el auto, EUNICE regresa y las abraza. ELI no puede evitar que las lágrimas le
corran por el rostro.

ELI (Anegada en llanto) – No vuelvo a pelar cebollas en la mañana. Lo prometo.

MILAGRO (Hacia EUNICE)– Tiene que volver a probar ese rice and beans tan rico que hace ELI.

DOÑA YOLANDA (Hacia todas en general) -Las voy a extrañar mucho.

MARÍA AUXILIADORA (Hacia CHAVELA, quien esta algo aparte del grupo, haciéndose la fuerte) – Y a
usté espero verla algún día cantando en México, ahí nos tenemos que ver.

CHAVELA – Así será, ya va a ver.

MILAGRO – Pero deje de tomar tanto guaro y no sea tan enamorada, que eso le va a dar
problemas.

CHAVELA – No, yo a partir de hoy no vuelvo a tomar guaro en mi vida. Lo juro.

MILAGRO se dirige a la cabina del camioncito, acaricia la cabellera de SARA

MILAGRO – Hacia CARMEN ¿Van a estar bien?

CARMEN – Con el tiempo espero que si. Dicen que todo lo arregla el tiempo, necesitamos eso para
sanar.

Se abrazan, MILAGRO se aleja. Con todos a bordo, algunos en el camioncito, otros en el automóvil,
la breve comitiva parte.

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Las mujeres que quedaron frente a la casa, ven perderse los carros, los policías montan guardia al
lado de la puerta. EUGENIO sube en su vehículo y parte en sentido contrario. AUXILIADORA y MATEO
entran en la casa, las últimas en entrar son YOLANDA, ELI y MILAGRO; estas últimas sostienen a
YOLANDA ayudándola a ingresar, poco después regresan y colocan la puerta en su lugar, Cierran.

P.P. a la puerta.

FUNDIDO

EXTERIOR – LA MISMA PUERTA DE LA CASA – UN PAR DE AÑOS DESPUÉS

Un pregonero vocea un periódico.

PREGONERO- ¡Regresa el Dr. Calderón Guardia al país! ¡Miles lo reciben en el aeropuerto de La


Sabana! ¡Ultimas noticias!

La puerta de la casa luce reparada, aunque aún son visibles las cuarteaduras y golpes que recibió la
madera. Esta se abre, salen YOLANDA y ELI con ropa de domingo, poco después aparece EL
GORDO, viste ropa impecable. Cierra tras de sí.

YOLANDA exhibe una leve cicatriz en su rostro, uno de sus ojos quedo ligeramente cerrado de
forma permanente.

El trio sale de la casa, el hombre compra el periódico, lee los encabezados, lo dobla y lo pone bajo
el brazo, da el otro a DOÑA YOLANDA, quien se apoya también en ELI. Juntos llegan hasta un auto
nuevo modelo 1955 y lo abordan.

EXTERIOR- IGLESIA METROPOLITANA- MOMENTOS DESPUÉS

El trio sube las escalinatas de la iglesia, descubrimos a JOSÉ, ostenta ahora el rango de sargento,
lleva del brazo a MILAGRO, los acompaña una niña de tres años, todos se saludan efusivamente al
verse. Varios parroquianos saludan a su vez al grupo, algunos llegan a darle la mano al GORDO.
Entre ellos descubrimos a MEMO, a JUAN y a CHICO.

Al pasar ante RITA, quien está en el atrio de la iglesia del brazo de EUGENIO, EL GORDO se detiene
y llevándose la mano a la visera de su sombrero les saluda. EUGENIO se quita el sombrero en señal
de respeto, jalona del brazo a su mujer, esta inclina levemente la cabeza en señal de saludo. ELI la

Pedro Benedit
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mira despectiva de arriba abajo, YOLANDA sonríe y se apalanca aún más en el brazo de su esposo,
apoyando su cabeza en su hombro. Las mujeres que integran LA LIGA DE LA DECENCIA, reunidas
cerca de RITA, inclinan también la cabeza en muestra de saludo. El TRIO original continua su
marcha hacia el interior de la iglesia.

TOMA DE DOS, DE CONTINUO. Las mujeres cuchichean entre ellas.

MUJER 1- ¿Quién sabe dónde estuvo estos años?

MUJER 2- ¿Dicen que planeo la invasión?

MUJER 1-No, ¿cómo se te ocurre? No estaría acá tan campante.

MUJER 3- Le sentó haberse exiliado, esta menos gordo ahora.

MUJER 4- ¿Quién sabe de qué viven ahora? No volvieron hacer costuras.

MUJER 5- ¿De dónde habrán sacado plata, compraron carro nuevo?

Nuestro trio, seguido por la familia de MILAGRO y JOSÉ llega hasta la puerta de la iglesia, el mismo
cura que ya conocíamos, se desvive en atenciones para con ellos, los escolta al interior de la
iglesia.

LOS FELIGRESES ENTRAN.

FUNDIDO A NEGRO

EXTERIOR – LA MISMA PUERTA DE LA CASA – EPOCA PRESENTE

La misma mano de la primera escena toca la puerta. Esta se abre. Una mujer de tez morena abre.
La toma se abre, en la ventana donde antes reposaba el rotulo de “Se aceptan costuras” ahora hay
un rotulo moderno que dice: “CASA YOLANDA, ALBERGUE PARA INMIGRANTES”

Quien abrió la puerta habla con fuerte acento nicaragüense.

ESMERALDA (Alegrándose visiblemente con la visita). - Hola doña, ¿Cómo esta?

MUJER UNO – Bien a Dios gracias. Venía a ver como estaban.

ESMERALDA – Bien, muy bien, pase, pasen adelante.

Pedro Benedit
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LAS MUJERES entran, la ADULTA MAYOR viene acompañado por la MUJER y la NIÑITA de quienes
solo seguimos viendo su espalda.

Se nota el paso del tiempo en el inmueble. Sin embargo, la casa se conserva bastante bien.

MUJER - ¿Cómo está la ocupación este mes?

ESMERALDA – Nos quedó un cuarto libre, la que estaba se fue la semana pasada, consiguió trabajo
ahí donde usted la mando y dice que esta lo más contenta. Pero ya me pidieron ese cuarto, otra
paisita que viene huyendo de allá con los chigüines.

Mientras camina señala la habitación que alguna vez fue la de CARMEN, SARA y MILAGROS. La
puerta está abierta, LA MUJER se asoma, es básicamente la misma habitación, pero ahora con
algunos muebles modernos. La misma ventila de antes aún existe.

LA NIÑA le tironea la falda a su mamá, esta se agacha para que su rostro quede a la altura de la
menor. Descubrimos que es idéntica a MILAGRO, solo que ahora vestida con ropa moderna.

ESMERALDA –Doña Milagro. Y esta chiquita tan linda. ¿Su nieta?

MILAGRO –Mi nietita Yolanda. ¿Qué pasó mi amor?

YOLANDITA- Abue, ¿aquí fue donde usted vivió cuando era chiquita?

MAMÁ-Si Yolandita, aquí vivió la abue cuando tenía tu edad. Esta fue la casa de madrina Yolanda.

MILAGRO- Aquí dormíamos Carmen y tu tía Sara, y luego de ellas, muchas pero muchas más que
también estaban huyendo.

YOLANDITA – ¿De que huían?

MILAGRO – De lo mismo que siguen huyendo las que ahora viven aquí.

MAMÁ- La misma historia con distinta gente, en distinto siglo, ¿verdad mami?

YOLANDITA - ¿Te pusiste triste abuelita?

MILAGRO – No mi amor, solo me puse a recordar.

YOLANDITA – No se ponga triste, yo te quiero mucho abuelita. (Le tiende los brazos, la da un beso,
salta sobre la cama y se pone a escuchar los ruidos que provienen de la ventila. Las mujeres se
divierten al verla.

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MAMÁ – Yola mi amor, ya es hora de irnos.

La niña se levanta, le da la mano a su abuelita. Se dirigen a la salida.

ESMERALDA – Buenos días señora Sara, muchas gracias de verdad. (Le da la mano y parece que
quisiera besársela. SARA lo toma con humor)

MILAGRO – No hay de que.

ESMERALDA – Hasta luego Yolandita.

SARA- Mi amor despídase.

YOLANDITA saluda con la cabeza, suelta la mano de su abuela y corre a la habitación en la que
estaba. Se tira sobre la cama y acercando su rostro a la ventila dice en un susurro:

YOLANDITA –Hasta luego.

FUNDIDO A NEGRO

FIN

CODA

FOTOS Y VÍDEOS DE ARCHIVO SOBRE LA FALLIDA CONTRARREVOLUCIÓN DE 1955.

SOBRE ELLOS, TESTIMONIALES DE SOBREVIVIENTES DE LA REVOLUCIÓN 1948 , LA


CONTRARREVOLUCION DE 1955 Y EL REGRESO DE CALDERON GUARDIA AL PAIS.

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Las cadenas que lo sujetan parten desde una polea que acciona una especie de carrito con ruedas,
que aparentemente se usa para jalar algo muy pesado.

ELI - ¿Cómo esta?

MILAGRO – Bien, pero muy malcriado.

GORDO – ¿Ya puede soltarme?

ELI – Sí, sí. Patrón. Usted perdone. Pero tenía que detenerlo. (Le entrega la bandeja con comida a
MILAGRO. Habla con él mientras le quita las cadenas). ¿Qué iba hacer contra tantos? Eso iba a ser
una matazón sin sentido.

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GORDO – ¿Cómo esta Yolandita… y las muchachas?

ELI – Estarán bien, estarán bien. Usté tranquilo.

GORDO - ¿Cómo voy a estar tranquilo? ¡Apúrese y quíteme esto! ¡Mierda!

MILAGRO – Así ha estado desde que se despertó.

ELI (Se detiene) – Ah no patrón, no lo voy a desencadenar si usté no promete que no hará una
locura. ¿Todo lo que se ha sacrificado estos años va a ser para nada?

El hombre respira rápida y entrecortadamente, forcejea inútilmente con las cadenas. ELI luego de
mirarlo un rato le acaricia levemente la mejilla.

ELI - Ya, ya… ya paso. Cálmese patrón. Piense en la causa, falta poco.

El hombre empieza a respirar más lentamente, cesa de forcejear y finalmente se somete, deja caer
su cabeza hasta que la barbilla toca su pecho.

La luz de la tarde se cuela hasta adentro, un rayo dorado donde bailan infinidad de motas de polvo
baña el cuerpo atado del hombre.

GORDO – Negra te quiero mucho, pero no tenías que haberme dado tan duro.

ELI se disculpa con un gesto.

La cálida luz de la tarde se sigue filtrando adentro del refugio. Mientras tanto MILAGRO ayuda a
comer al hombre. ELI va al fondo del escondite y con dificultad coloca un par de objetos muy
pesados justo abajo del agujero de acceso al cuarto secreto. Toma las cadenas que sujetaron antes
al hombre, las lleva hasta arriba de la trampilla, las engancha a una polea que hay en el techo. Luego
empieza a halar de ellas, producen el mismo sonido chirriante que se escuchaba de noche en el
cuarto de CARMEN y MILAGRO. Esta última se sorprende, su asombro es mayúsculo cuando ve que
de la oscuridad de ese agujero un par de lingotes de oro suben hacia la superficie, pasando justo al
frente de su cara.

PLANO CONTRAPICADO: La dorada luz de la tarde reverbera en el tesoro que asciende hacia el cielo.

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