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Calderon y Shakespeare Asimilacion de Do
Calderon y Shakespeare Asimilacion de Do
Introducción.
En las siguientes páginas se parte de una visión global del teatro en España e Inglaterra,
la cual tiene un mero fin de contextualización para el lector para que entienda mejor la
premisa, se analizará la temática del honor y del hecho político en sus diferentes
vertientes, tales como la justicia y el poder, en las obras principales de ambos autores de
España estaba en su apogeo; dueña de media Europa, de casi toda América y parte de
Oceanía; y mientras tanto, Inglaterra iniciaba apenas sus correrías ultramarinas, las
cuales no se consolidarían hasta bien entrado el siglo 18. España contaba con grandes
pintores, arquitectos, fábricas de armas – los ingleses llamaban bilbos a sus espadas y
bilboes a los grilletes porque procedían del hierro que salía de las minas de Vizcaya,
Carlos I de España y V de Alemania no tuvo sede fija para él y su corte hasta que
se retiró al monasterio de Yuste a los 56 años como un arrepentido. Fue en 1560, dos
años después de la muerte del emperador, cuando Felipe II escogió Madrid como capital
de España. Al socaire de dicha decisión real, las compañías teatrales, que desde Lope de
Rueda rodaban sus caminos por la península, tuvieron una sede fija con la adaptación de
algunos corrales o patios particulares. En 1565, tres años después del nacimiento de
de alquilar los corrales de comedias a los representantes – así se llamaban entonces los
Britania en el siglo 5 ante el empuje de las invasiones sajonas, el teatro, como diversión
pública con residencia fija fue antecedido por el bárbaro espectáculo de la lucha de osos
con perros (bears baiting), cuya estructura circular determinó en 1576, pocos años
Ese año de 1576 erigió James Burbadge, padre de Richard, intérprete famoso de
The Curtain y The Blackfriars, este último adaptando un monasterio que fue
habiendo sido, desde entonces, los más brillantes de la época moderna. En España
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surge, a partir de Lope de Vega, una verdadera pléyade de autores dramáticos que
género favorito del público español: el auto sacramental. En Inglaterra no hay más que
un autor, Shakespeare, a cien codos de Marlowe, Johnson, Kyd y Webster, que eran los
civiles desde su renacimiento a mediados del siglo 16. Las comedias españolas fueron
consideradas por los teólogos ibéricos, y en Inglaterra por los puritanos, como una
maldición del diablo. Lo que salvó al teatro español de su extinción fue su dependencia
de las cofradías y la renta que dejaban a éstas para el sostenimiento de hospitales. Sin
embargo, Felipe II prohibió en 1596 que las mujeres actuasen en los corrales, y dos años
En 1599, Felipe III permitió que se abrieran de nuevo los teatros, pero
extremando las condiciones para otorgar las licencias. Así, sólo cuatro compañías
tendrían el poder para actuar. Tres años más tarde, en 1603, eran ocho las compañías y
se permitió de nuevo a las mujeres actuar, siempre que estuvieran casadas con los
actores de dicha compañía. A mediados del siglo 18, ya en plena decadencia literaria,
El teatro inglés no tuvo mayor suerte, porque fue también perseguido por las
del puerto de la ciudad. Sin embargo, los teatros ingleses no estaban amparados por las
cofradías, sino por la afición de su reina Isabel, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, y de
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tragedia, género que los autores españoles en realidad poco cultivan, puesto que sus
obras dramáticas, siempre son de honor. Los caracteres de Lope y de calderón son
La vida es sueño y Hamlet, tal y como afirma Álvaro Custodio, “son las dos
obras más representativas, más famosas y escenificadas del teatro español e inglés”
(35). Hay en ambas coincidencias muy notables, aun siendo tan distintas, y son “las que
más profundizan y abarcan, junto con el Fausto de Goethe, en la esencia del ser
su escenificación, mientras que La vida es sueño abarca la mitad. Ambas giran en torno
desemboca en la usurpación del poder tras la violación del honor, que habrá de ser
que de dar rienda suelta a su ira y dar muerte a los responsables del crimen político en
época. Contrariamente, Hamlet instaura el honor y la honra de la justicia del rey muerto
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aun a costa de su vida, ya que muere en el lance final dando muerte a Laertes, último
debate entre su deseo de venganza y la justicia como principio regente, el cual impide
que Hamlet lleve a cabo su venganza. Así, tal y como afirma G.K. Hunter 1, “el tema
autores que quisieron instaurar, sin resultado alguno, un teatro que imitara el griego y el
latino.
honor, lo cual era debido al ideal caballeresco, creación medieval conocida en España y
la muerte. Los celos y la inexorable ley del honor tienen en Shakespeare portentosa
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G.K. Hunter aparece en el capítulo 8, donde este estudia las convenciones de la tragedia en la época de
Shakespeare, del libro de Stanley Wells. Ver Bibliografía para referencia completa.
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calderonianos.
cual se hallaba en buena parte formaba, mientras que la lengua inglesa todavía no
Tal y como afirma Pedro J. Duque, hay sobradas razones para concluir que Shakespeare,
suficiente para entender lo que leía y aun para seguir una conversación corriente e
intervenir en ella” (22). Además, afirma que “Johnson asegura que los hombres
elegantes e instruidos leían con asiduidad a los poetas italianos y a los españoles” (22).
coincide con el cierre oficial de los teatros ingleses decretado por el llamado
Parlamento Largo (1642)” (Franzbach, 174). Sólo cuando Carlos II, después de subir al
trono, levantó dicha prohibición pudieron ocupar en el drama inglés los “Spanish plots”,
y entre ellos, el teatro de calderón. El Conde Digby, Wycherley y Dryden son los más
heroico. La fácil idealización del código del honor español y la sublimación de los
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calderoniano. Sobre todo Colley Cibber ha bebido de esta fuente dentro de la tradición
Calderón vivió el esplendor del teatro español en el siglo de oro. España se había
mantenido casi fuera del influjo de la reforma eclesiástica que emanaba de Alemania.
España, lejos del reformismo alemán, tenía una Iglesia firme y poderosa que permitió el
acomodadas al gusto popular del vulgo. Así, las baladas medievales encontraban una
manera eficiente de mostrar las batallas heroicas del pasado heroico, el carácter
entonces donde Lope de Vega es nombrado como el padre del teatro español, no por
hace una objetiva y aparente expresión de la moral cristiana. Mientras que en España la
hacer que el hombre, fuera de todo dogma, se adapte a la situación que le toca vivir. Así,
Otelo de sus pasiones y celos, mientras que el Segismundo calderoniano no puede más
que acatar el buen obrar del buen cristiano. Es más, la trascendencia de la divinidad es
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concebida por Calderón como una obviedad y objetividad. Así, dramas como El
cristiano.
enfrentados a la moral, para poder permitir que la divinidad guíe su buen hacer.
permitiendo que el individuo obre sin dicha necesidad antes mencionada, aunque al
final ambas acaben por reconciliarse. El honor es buena muestra de ello, el cual es
motor de las acciones que realizan los personajes que Calderón describe. Al igual que la
moral cristiana, los personajes calderonianos están subordinados al honor, cuya ley debe
El amor obedece a la misma característica, es decir, las leyes del amor son
no inviolabilidad del amor cortés. El mantener dicho amor a pesar de toda dificultad e
muy interesante: “¿Qué vigencia puede conservar, empezando por uno de los temas más
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nucleares y discutidos desde el punto de vista ideológico, el del honor?” (27). Además
añade: “En la moderna sociedad occidental, muy permisiva en este terreno, el conflicto
España del siglo 17, donde dichos actos eran cotidianos. Menéndez Pelayo, argumenta,
“no admite que don Gutierre mate por imperativos sociales; le parecería más humano
una verdadera condición humana para la vida misma del estamento aristocrático. Lo
honra. En este sentido, don Gutierre puede considerarse un héroe que asume su destino
con todas sus consecuencias. El ejecutor destruye y es destruido. El honor así, resulta
círculo es irrompible.
virtud, sino que depende del juicio de los demás según las convenciones de su código, el
podía defender un código anticristiano que choca con sus convicciones, pero enfrenta a
sus personajes con él. Lo que impera en Calderón no es la dimensión real de este código
Tres piezas plantean la tiranía del honor: A secreto agravio secreta venganza, El
médico de su honra y El pintor y su deshonra, con las tres esposas sacrificadas por sus
antes del punto de partida conyugal de la tragedia. El médico de su honra abre la acción
con una caída de caballo que deja conmocionado al infante don Enrique. Asistido en una
finca cercana reconoce a doña Mencia, de quien estuvo enamorado y que es ahora
esposa de don Gutierre, un noble sevillano con quien se casó por presiones paternas. La
matrimonial del caballero. En ausencia del marido, don Enrique acude a casa de
Mencia, lo cual provoca las sospechas de don Gutierre, que decide matar a su mujer
para limpiar su honor. Obliga a un médico a que la sangre hasta morir. El sangrador
denuncia su muerte al rey, quien al conocer los detalles justifica a don Gutierre y lo casa
Así, se ve cómo el amor que siente don Gutierre por su esposa se desmorona por
el embate de sus sospechas. Leonor, por su parte, tras haber sido abandonada por unas
sospechas infundadas y tras conocer la muerte de Mencia por otras sospechas acepta
acción se centra en Lisboa. Don Lope de Almeida es aquí el marido de Leonor, quien se
encuentra con su antiguo amado don Luís, a quien creía muerto. Entre ellos se entabla
una relación amorosa que se dirige hacia un adulterio impedido por la venganza de don
don Juan Roca, aficionado a la pintura, que se enamora de la joven Serafina, menor que
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él y con quien contrae matrimonio forzadamente, creyendo que su amor, don Álvaro, ha
muerto. Pero este llega y rapta a Serafina y se establecen en Nápoles, donde llega el
como típico personaje celoso. En verdad quiere Otelo creer que ha matado a Desdémona
por honor, pero hay que estudiar más a fondo hasta qué punto Otelo cree en el honor o si
Es difícil ver un solo momento en Otelo donde este crea que deba matar a
Desdémona por una ley del honor superior a él. Es difusa la línea que separa la cualidad
interna del reconocimiento público de dicha cualidad. Es más difusa cuando se entiende
hace ver a Desdémona bajo el cuerpo de Casio, enloqueciéndolo poco a poco hasta
hacer que deje de ser él. Así, contrariamente a los dramas españoles, donde los
personajes actúan por honor y por ser quienes son, en el drama inglés Otelo acaba por
matar a Desdémona por mediación indirecta de Yago, quien alimenta sus celos. Ello
parece una clara señal de que no es el honor que lo impulsa, sino los celos, lo cual
Es conocida la historia del rey David y de sus hijos Amón y Tamar, y Absalón. Lo que
interesa al tema que se comenta en este capítulo, es la ambición de Absalón por tomar el
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poder, para llegar al cual incluso desea la muerte de su hermano. La conquista del poder
shakesperianos.
del aire es otro ejemplo privilegiado de pasión por el poder, que satisface usurpándoselo
comienza con la llegada de unos soldados a Zalamea para quedarse unos días. El
capitán, don Álvaro se aloja en casa de don Crespo, labrador de Zalamea. Don Álvaro
está enterado de que el labrador tiene una hija de gran belleza, Isabel, y no para hasta
resuelve con la llegada del general don Lope de Figueroa, que decide alojarse él mismo
un bosque. Una vez liberada por su padre y de regreso al pueblo, Crespo es nombrado
alcalde. Con su nueva autoridad, manda detener al capitán, le suplica que se case con
Isabel y tras su negativa, manda que le den garrote. Don Lope, enterado del asunto,
jurisdicción militar. Crespo declara que la sentencia está ejecutada: la llegada del rey
su rey y de sus valores. Su defecto no radica en las ideas que defiende, sino en la
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radicalización al fin sobre su hija: la recusación provocada por la pérdida del honor, que
hijo como muestra de imparcialidad, pero en el fondo quiere tener al hijo seguro.
orgullo por hacer justicia con su hija y manda aplicar el garrote en aras de la justicia del
buen hacer justificada por su cargo. Más allá de la ejecución del culpable, Crespo
quedará solo en el pueblo, alcalde, pero con una historia de deshonra conocida por
todos, sin su hija (que está en el convento) y sin su hijo Juan (que está en el ejército).
Sus sentimientos son claros: “¿Qué importará, si está muerto mi honor / el quedar
vivo?" (Jornada II, Escena XXIV (verso 840)) El otro militar, don Lope, es a su vez
encarcelado sin que sepa quien es ni por qué esta encarcelado. Su padre, usurpador del
trono lo justifica diciendo que un horóscopo vaticina que su hijo iba a ser un tirano.
Como prueba hace traer a Segismundo y predice que tras decirle quién es, si actúa
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Las citas procedentes de El Alcalde de Zalamea son de edición de Valbuena-Briones de El Alcalde de
Zalamea, Cátedra, Madrid, 2007.
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En esta duda Segismundo reconoce como única realidad en el sueño del bien, y
al ser liberado por sus súbditos se dispone a ser un rey justo, perdonando a su padre. El
Rosaura, de la que está enamorado, pero a la que reúne con la pareja que corresponde
para restaurar el honor perdido, cuya garantía es uno de los deberes del rey.
Hamlet ofrece una acción pareja del honor perdido y la justicia que debe
impartirse, la cual entra en conflicto con los deseos de venganza de Hamlet. El drama
interior del príncipe se descubre ante el mal del propio Hamlet, quien se enfrenta a sus
verdad acerca de la muerte de su padre le impulsa a fingirse loco con el fin de asimilar
locura deja entrever sus ansias de dar muerte a todo ser involucrado en la muerte de su
3
La cita procede de la edición de Fausta Antonucci de La vida es sueño, Crítica, Barcelona, 2008.
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La cita procede de la edición de Manuel Ángel Conejero de Hamlet, Cátedra, Madrid, 2006.
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venganza. Aquí se aclara la famosa duda: “Ser o no ser” (Acto tercero, escena I, v. 565)
violencia que no obedece a términos de impartición de justicia que pretende dar. De esta
manera, Hamlet se muestra como corrupción del poder, quien exige para su justa
Por otro lado, Macbeth muestra parecida visión. Esta tragedia en cinco actos, en
verso y prosa, fue escrita probablemente entre 1605 y 1606, estrenada en 1606 e
que para los sucesos de Escocia se basa en la versión inglesa que hizo John Bellenden
Volviendo de una victoriosa campaña contra los rebeldes, encuentran en una llanura a
tres brujas que profetizan que Macbeth será "thane" (título nobiliario escocés semejante
a "barón", con que se indica a los compañeros del rey) de Cawdor y luego rey, y que
duerme, pero en seguida es presa del remordimiento. Los hijos de Duncan, Malcolm y
en el camino de Macbeth: las brujas, las cuales habían profetizado que el reino iría a
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Ib.
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parar a la dinastía de Banquo, por lo cual Macbeth decide hacer desaparecer a este y a
Macbeth consulta a las brujas, que le dicen que se guarde de Macduff, barón de Fife;
que nadie nacido de mujer podrá hacer daño a Macbeth; y que sólo será vencido cuando
en Inglaterra, Macbeth hace asesinar a lady Macduff y a sus hijos. Lady Macbeth, a
quien le había caído de la mano el puñal al intentar, antes que su marido, asesinar a
Duncan, y ver en él por un momento a su propio padre, pierde la razón e intenta en vano
el bosque de Birnam cada soldado corta una rama y detrás de esta cortina de follaje
avanzan contra Dusinane. Macduff, sacado del vientre materno antes de tiempo, da
Una atmósfera iracunda gobierna el drama desde los primeros versos hasta el
sobre él una red inevitable. El guerrero sucumbe a la tentación, pero aún así se debate y
conserva las huellas de su primitiva nobleza en medio de todos los excesos a que se ve
arrastrado.
Pesa sobre los personajes de este drama el mismo clima de fatalidad que pesaba
sobre la casa de los Atridas; la acción se desenvuelve quizás en varios años, pero toda
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consideración de tiempo desaparece ante el espectáculo, cuyo ritmo está medido sobre
sea menester, aun cuando signifique la corrupción de todo concepto de honor o justicia.
duda; por esto la palabra "pavor" ("fear") aparece a menudo al lado de imágenes de
violencia y sangre.
Conclusión.
Tal y como se ha podido apreciar a lo largo del trabajo, existen ciertas similitudes y
tratamiento del honor, del poder y de la justicia como ideales. Ambos defienden la
misma postura ante estos temas pero difieren en el alcance que sus personajes le dan a
sobrepasa, dotando a sus personajes de mayor libertad para hacerlos después partícipes
de la caída provocada por sus pasiones, las cuales los hacen sucumbir como
consecuencia de la voluntad, la cual se muestra superior a los ideales que les trascienden
y que defienden.
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Bibliografía.
APARICIO, Javier Maydeu, ed., Estudios sobre Calderón, Istmo, Madrid, 2000.
FORD, Boris, ed. The new pelican guide to English literature, vol.2. The age of
Shakespeare, Penguin, London, 1993.
WILSON, Richard, Will power, Wayne State University Press, Detroit, 1993.