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I. INTRODUCCIÓN
Con ocasión de, no solo, el pleno jurisdiccional objeto de las presentes
reflexiones, sino también, y con mayor razón del último pleno casatorio (el
VIII), el artículo 315 y el problema subyacente al mismo han estado en el ojo
de la tormenta. No es de sorprender que propios y extraños se hayan pronun-
ciado sobre el tema en cuestión. No está de más decir que algunos comenta-
rios hayan sido más atinados que otros. A fin de cuentas, la búsqueda de legi-
timidad(1) por parte de la doctrina se hace más frenética cuando temas como
este son puestos a discusión.
(*) Adjunto de docencia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Candidato a la Maestría con
mención en Derecho Civil y Comercial por la misma casa de estudios. Becario del Programa Visi-
ting Research 2016 por la Università degli Studi di Sassari.
(1) Cfr. MONATERI, Pier Giuseppe. “The Weak Law: Contaminations and Legal Cultures”. En: Trans-
national Law & Contemporary Problems. Vol. 13, 2003, p. 583; SACCO, Rodolfo. Introduzione
al diritto comparato. Turín, 1992, p. 73.
(2) Para la teoría de la disociación de formantes vide SACCO, Rodolfo. Ob. cit., pp. 61-63.
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(3) Para fines prácticos, aquí identificaremos a la norma con la regla. A pesar de ello, si se parte de
una perspectiva semántica de la norma “la imagen tradicional de la norma, definida principalmente
como regla que presenta una estructura hipotético-condicional que vincula a determinado com-
portamiento, determinadas consecuencias previstas en vía general y abstracta, se revela como una
representación excesivamente simplificada y reductiva si es que por norma se entiende el signifi-
cado de una o más expresiones preceptivas. En esta reelaboración, la estructura clásica de la norma
(supuesto de hecho, modalidad deóntica, consecuencia jurídica) es reconocida como un carácter
propio únicamente de algunos tipos de prescripciones, pero no representa la estructura general de
todas las tipologías normativas” (BERTEA, Stefano. Certezza del diritto e argomentazione giuri-
dica. Catanzaro, 2002, pp. 100-101).
(4) Para la diferenciación entre justificación interna y externa, cfr. WRÓBLEWSKI, Jerzy. “Justi-
fication of legal decisions”. En: Revue internationale de Philosophie. Vol. 33, Nºs 127/128, 1979,
pp. 281-282: “La justificación interna (referida de aquí en adelante como justificación-In) atiene a la
racionalidad interna de la decisión jurídica. Una decisión está justificada-In si esta es inferida de sus
premisas en función de reglas de inferencia aceptadas. La condición de justificación-In es la exis-
tencia de la regla con la cual uno puede analizar la racionalidad interna de la decisión. La validez de
las premisas se da por sentado.
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(9) Ibídem, pp. 86-87. En palabras de TEXEIRA DE SOUSA, Miguel. Introdução ao direito. Coímbra,
2015, p. 316: “La interpretación permite pasar de la fuente a la regla”.
(10) La norma es una prescripción, dotada de estructura condicional y de contenido general y abstracto,
así GUASTINI, Riccardo. Las fuentes del derecho. Fundamentos teóricos. p. 90. No obstante,
MORESO, José Juan; VILAJOSANA, Josep María. Ob. cit., pp. 72-73, distinguen dos tipos de
normas: las normas prescriptivas (a las que hace referencia Guastini) y las normas constitutivas.
Por otra parte, sobre la discusión en torno a la concepción semántica y pragmática de la norma,
cfr. GUASTINI, Riccardo. Distinguendo ancora. Madrid, 2013, p. 137 y ss.
(11) AARNIO, Aulis. Essays on the doctrinal study of law. Londres, 2011, p. 113: “La tarea de la inter-
pretación jurídica consiste en otorgar significado al texto legal”; Conforme: TARELLO, Giovanni.
L’interpretazione della legge. Ob. cit., pp. 63-64; TEXEIRA DE SOUSA, Miguel. Ob. cit., p. 315;
ÁVILA, Humberto. “Função da ciência do direito tributário: do formalismo epistemológico ao
estruturalismo argumentativo”. En: Revista direito tributário atual. N° 29, 2013, p. 181 y ss.
(12) GUASTINI, Riccardo. Interpretare e argomentare. Ob. cit., p. 63 y. ss.; Id., Las fuentes del Dere-
cho. Fundamentos teóricos. Ob. cit., p. 87 y ss.
(13) DICIOTTI, Enrico. Ob. cit., p. 173.
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(14) Si añadimos la otra excepción, la norma quedaría como sigue: “Si uno de los cónyuges pretende dis-
poner o gravar bienes sociales, siempre que no se trate de la adquisición de bienes muebles o la ley
disponga en contrario, tendrá que concurrir la intervención del otro cónyuge”.
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Hart sugiere al respecto que las normas que definen los modos en que se
celebran los contratos, testamentos o matrimonios, no exigen que las perso-
nas actúen de determinada forma; dichas normas no imponen deberes u obli-
gaciones, solo proveen a los particulares determinadas facilidades para reali-
zar su voluntad, confiriéndoles poderes jurídicos destinados a crear, mediante
procedimientos específicos y sujetos a determinadas condiciones, estructuras
de derechos y deberes contenidos en el marco coercitivo del derecho(15). Hart
se sirve de esto para afirmar luego que la inobservancia de aquellas normas
que regulan la validez de aquellos actos no implica el incumplimiento o vio-
lación de ninguna obligación, sino que solo implica el desconocimiento por
parte del ordenamiento de la fuerza legal o efectos de aquel acto(16). De allí
que, siguiendo a Hart en este punto, algún autor concluya que la nulidad no
es una sanción(17).
(15) HART, H.L.A. The concept of law. Oxford, 1994, pp. 27-28.
(16) Ibídem, p. 28.
(17) IRTI, Natalino. La nulidad como sanción civil. Trad. Nélvar Carreteros y Rómulo Morales.
En: Cathedra. N° 11, 2004, pp. 26-27.
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del agere licere y, por definición, aquello que es libre no puede ser vulnerado
por una conducta contraria(18). Estos autores llegan a esta conclusión gracias
a la comparación que hacen con las normas prohibitivas. Pero cabe observar
que la aprobación o desaprobación de una conducta dista mucho del resul-
tado de su calificación deóntica. Lo que ocurre es que estos autores pasan por
alto que la categoría del deber puede ser de dos tipos: puede ser una obliga-
ción (deber de comisión) o una prohibición (deber de omisión). Ya que, por
definición, toda norma de comportamiento instituye un deber de comporta-
miento(19), lo determinante para que una calificación deóntica sea un deber
es que el comportamiento objeto de calificación deóntica presente el carácter
de necesidad para la consecución de los efectos que la norma prevé(20). Si la
norma establece que para la validez de un contrato se requieren los elementos
a, b y c; está estableciendo ya un deber de concurrencia de los tres elemen-
tos para la consecución de determinado efecto. La no consecución de dichos
efectos por defecto de alguno de dichos elementos constituye una sanción y
presupone, por ende, la vulneración de dicho deber.
Dadas así las cosas, la repuesta a la pregunta, tal como puede eviden-
ciarse, es afirmativa.
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Debemos aclarar, ante todo, qué se debe entender por nulidad o, más en
general, por invalidez del negocio(21) y las implicancias que tiene que asumir
esta posición como solución al problema.
(21) Para una exposición histórica de la categoría de la ineficacia en general cfr. MENEZES COR-
DEIRO, António. “Da ineficácia civil: reflexões críticas”. En: Estudos em honra do professor dou-
tor José de Oliveira Ascensão. Vol. 1, Coímbra, 2008, p. 233 y ss.; Id., Tratado de direito civil. II:
Parte general. Negócio jurídico. Coímbra, 2014, p. 911 y ss.
(22) LOHMAN LUCA DE TENA, Guillermo. El negocio jurídico. Lima, 1994, p. 525, TABOADA
CÓRDOVA, Lizardo. Acto jurídico, negocio jurídico y contrato. Lima, 2002, p. 298 y ss.; ESPI-
NOZA ESPINOZA, Juan. El acto jurídico negocial. Lima, 2008, p. 484; MORALES HERVIAS,
Rómulo. Estudios sobre teoría general del negocio jurídico. Lima, 2002, p. 246; ESCOBAR
ROZAS, Freddy. “Comentario sub artículo 219”. En: AA.VV., Código Civil comentado. Tomo 1,
Lima, 2007, p. 675.
(23) BETTI, Emilio. Teoría general del negocio jurídico. Trad. Antonio Martín Pérez, Granada,
2000, pp. 404-405; STOLFI, Giuseppe. Teoria del negozio giuridico. Padua, 1961, p. 61 y ss.;
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trato inválido, sino en qué consiste o cuándo se da. Demás está decir que pro-
cediendo de esta forma se adopta un criterio que corresponde a una intuición
muy correcta de los fenómenos jurídicos, pero que a pesar de ello no es satis-
factoria, ya que es empírica, imprecisa y arbitraria, debido a que el legisla-
dor puede decidir qué vicios del fenómeno negocial dan lugar a la invalidez
del mismo(24). Aquellas posturas que hacen girar la idea de invalidez en torno
al concepto de esencialidad de los elementos del negocio, caen en una crítica
similar.
SANTORO-PASSARELLI, Francesco. Doctrinas generales del Derecho Civil. Trad. Agustín Luna
Serrano, Madrid, 1964, pp. 297-298; MESSINEO, Francesco. Il contratto in genere. Tomo 2, Milán,
1972, p. 169.
(24) Aquí seguimos las ideas trazadas por SCOGNAMIGLIO, Renato. Contributo alla teoria del nego-
zio giuridico, Nápoles, 1969, p. 356. Y continúa el autor: “Los conceptos de carácter intrínseco o
extrínseco, a los que se recurre, son demasiado relativos y vagos como para poder llegar a resultados
satisfactorios: en esencia, que un vicio sea intrínseco al negocio depende de la noción que se acoja
del negocio y, además, respecto a la noción idéntica, del juicio de cada sujeto. Naturalmente, dicho
juicio no puede ser considerado vinculante para el legislador, quien no impone la invalidez (…) por-
que se presenta un vicio intrínseco, sino en función de una valoración práctica propia de la situación
que se determina en la hipótesis. En otras palabras, lo que queremos decir es que existe invalidez
cuando así lo dispone el legislador, no cuando ella debería existir en función del criterio lógico cri-
ticado” (pp. 356-357, nota 41). Cfr. al respecto, las reflexiones en ese sentido, relativas al presunto
carácter externo del vicio que da lugar a la rescisión, de SACCO, Rodolfo y DE NOVA, Giorgio.
Il contratto. Tomo 2, Turín, 1993, pp. 480-481.
(25) SCOGNAMIGLIO, Renato. Ob. cit., p. 365.
(26) CARRESI, Franco. Il contratto. Tomo 2, Milán, 1987, p. 616: “La invalidez del contrato expresa
un juicio de desvalor del ordenamiento, diversamente graduado, que incide sobre la eficacia del
contrato”.
(27) SCOGNAMIGLIO, Renato. Ob. cit., p. 366.
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(28) BIANCA, Cesare Massimo. Diritto civile. III: Il contratto. Milán, 1998, p. 576; SACCO, Rodolfo
y DE NOVA, Giorgio. Ob. cit., p. 494; ROPPO, Enzo. O contrato. Trad. Ana Coimbra y M. Januá-
rio C. Gomes, Coímbra, 2009, p. 204.
(29) Aquí hacemos referencia al fenómeno de la conversión, que en nuestro ordenamiento no aplica al
contrato y se reduce al caso de la restitución del testamento cerrado que, en tanto cumpla los requi-
sitos del artículo 707, valdrá como testamento ológrafo (art. 700).
(30) PAIS DE VASCONCELOS, Pedro. Teoria geral do direito civil. Coímbra, 2015, p. 646: “El negocio
jurídico inválido no llega a crear derecho, no genera derecho interprivado, no pone en vigencia una
regulación negocial. Por el contrario, es considerado como simple hecho jurídico, de cuyas conse-
cuencias jurídicas constituye mero soporte inerte. Las consecuencias jurídicas del negocio inválido
no son aquellas que sus autores le quisieron atribuir, sino más bien las que la ley determina”.
(31) En nuestro sistema, tanto el acto nulo como el anulable (este último por efecto de la sentencia que
así lo declare, ex art. 222 cód. civ.) no producen efectos desde su origen.
(32) Así, HÖRSTER, Heinrich Ewald. A parte geral do Código Civil português. Teoria geral do direito
civil. Coímbra, 2012, p. 515.
(33) FLUME, Werner. El negocio jurídico. Trad. José María Miquel y Esther Gómez, Madrid, 1998,
p. 643; PAIS DE VASCONCELOS, Pedro. Ob. cit., p. 648.
(34) Cfr. la doctrina cit. en notas 22 y 23.
(35) Al respecto, CATAUDELLA, Antonino. I contratti. Parte generale. Turín, 2000, p. 256, observa
que la distinción entre invalidez e ineficacia en sentido estricto, no puede girar en torno a la presen-
cia de vicios intrínsecos o extrínsecos, respectivamente, ya que la nulidad también es dispuesta en
relación a vicios que afectan elementos extrínsecos y la ineficacia en sentido estricto también puede
encontrar fundamento en circunstancias que inciden en elementos del contrato o vinculados a ellos.
(36) SCOGNAMIGLIO, Renato. Teoría general del contrato. Trad. Fernando Hinestrosa, Bogotá, 1996,
p. 231.
Se pueden establecer como ejemplos, entre otros: artículo 757 (que sanciona con invalidez el legado
de bien determinado que no es de propiedad del testador); artículo 1398 (que sanciona con invali-
dez, en los contratos de adhesión y los celebrados a cláusulas generales no aprobadas administrati-
vamente, las estipulaciones que establezcan a favor del predisponente exoneraciones o limitaciones
de responsabilidad, facultades de suspender la ejecución del contrato, de rescindirlo o resolverlo y
de prohibir a la otra parte el derecho de oponer excepciones o prorrogar o renovar tácitamente el
contrato); 1629 (que sanciona con invalidez al contrato de donación que exceda la cuota de libre
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Dadas así las cosas, si bien la distinción entre los planos de existencia,
validez y eficacia(37), puede ser ilustrativa para exponer de manera didáctica
el fenómeno negocial, el régimen de la invalidez no se adecúa estrictamente
a este esquema mental. De allí que algunos, no sin resignación, afirmen que
formular una doctrina unitaria de la invalidez del contrato sea aún más difí-
cil que formular una doctrina unitaria de los vicios del contrato que dan lugar
a esta(38).
disposición). Como se puede apreciar, en estos negocios no existe un vicio en la estructura del
mismo. Tanto el legado, como el contrato predispuesto y la donación son perfectos estructuralmente
de conformidad con el artículo 140. Es el legislador quien, según la política legislativa aplicada, ha
establecido estas causales específicas que no se condicen estrictamente con un juicio lógico basado
en el artículo 140, como si la categoría del negocio inválido fuese simplemente una categoría que
se determinase por exclusión.
(37) Para esta diferencia véase por todos: DE MIRANDA, Pontes. Tratado de direito privado. Parte
geral. Tomo I. Introdução. Pessoas físicas e jurídicas. Rio de Janeiro, 1970; BERNARDES DE
MELLO, Marcos. Teoria do fato jurídico: Plano da existencia. São Paulo, 2013; Id., Teoria do fato
jurídico: Plano da validade. São Paulo, 2013; Id., Teoria do fato jurídico: Plano da eficácia, São
Paulo, 2013.
(38) SACCO, Rodolfo y DE NOVA, Giorgio. Ob. cit., p. 500.
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1. Supuestas causales
a) Por falta de manifestación de voluntad
Como primera causal se afirma la dispuesta en el numeral 1 del artículo
219: la falta de manifestación de voluntad. En breve, se dice que el contrato
celebrado entre el cónyuge disponente y el comprador carecería de la mani-
festación de voluntad del cónyuge preterido, afectando así la validez del
contrato.
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(40) PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. “La ineficacia estructural o invalidez de los actos de disposi-
ción de bienes por un solo cónyuge”. En: Gaceta Civil & Procesal Civil. N° 31, Gaceta Jurídica,
Lima, 2016, p. 205.
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c) Por fin ilícito
Por último, los magistrados apelan al numeral 4 del artículo 219. Según
los magistrados, el contrato en cuestión contendría un fin ilícito al existir la
voluntad de engañar y perjudicar al cónyuge preterido.
Respecto al fin, tal parece que los magistrados han asumido que se
entiende por tal los motivos de las partes y no así la causa del contrato(43).
Se debe advertir que para que los motivos cobren relevancia, estos deben ser
comunes, pertenecer a ambas partes(44). Ahora, el hecho de que un contrato
produzca daños a terceros no hace que el mismo sea ilícito. Es más, es natu-
ral que en un mercado regido por las reglas de la competencia esto ocurra. El
contrato será nulo cuando las partes busquen obtener un resultado prohibido
(41) Sobre el objeto del contrato, es útil la consulta de GABRIELLI, Enrico. Il contenuto e l’oggetto,
en Id., (bajo el cuidado de). I contratti in generale. Turín, 2006, p. 695 y ss.; DE NOVA, Giorgio.
L’oggetto del contratto: considerazioni di metodo. en Id., Il contratto. Dal contratto atipico al con-
tratto alieno. Padua, 2011, p. 485 y ss.; y de último, CAPOBIANCO, Ernesto. Lezioni sul contratto.
Turín, 2014, p. 71 y ss.
(42) Al respecto, cfr. OSTI, Guiseppe. “Contratto”. En: Novissimo digesto italiano. Vol. IV, Turín, 1957,
y ahora en Id., Scritti giuridici. Vol. II, Milán, 1973, pp. 791-792; GALGANO, Francesco. El nego-
cio jurídico. Trad. Francisco de P. Blasco y Lorenzo Prats, Valencia, 1992, p. 126.
(43) Sobre el problema de la causa del contrato, cfr. ROLLI, Rita. Causa in astratto e causa in concreto.
Padua, 2008, en esp. Cap. II, p. 45 y ss.
(44) El Código Civil peruano no contiene un dispositivo como el artículo 1345 del Código Civil ita-
liano (“El contrato es ilícito cuando las partes decidieron celebrarlo exclusivamente para un motivo
ilícito común a ambas”), pero se puede arribar a la misma solución en vía interpretativa, partiendo
de la relevancia del motivo en materia de error (arts. 205, 208) y asumiendo que el concepto de fin
abarca tanto los conceptos de motivo y causa. Afirmación que aún está por demostrarse, pero dados
los límites del presente escrito solo nos limitamos a enunciarla.
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(45) En la época posindustrial, el daño se considera como una constante probabilísticamente necesaria
del desarrollo tecnológico. Al respecto, cfr. SCHREIBER, Anderson. Novos paradigmas da respon-
sabilidade civil. Da erosão dos filtros da reparação à diluição dos danos. São Paulo, 2013, p. 8.
(46) En palabras de los autores, manifiestamente ilícito: VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique; TORRES
MALDONADO, Marco. “El lado oscuro del artículo 315 del Código Civil. La disposición de los
bienes sociales por un solo cónyuge”. En: Gaceta civil & Procesal Civil. N° 31, Gaceta Jurídica,
Lima, 2016, p. 115.
(47) MORALES HERVIAS, Rómulo. Validez y eficacia de los actos de disposición y de gravamen en
la sociedad de gananciales. El concepto oculto en el artículo 315 del Código Civil, en I ., Estu-
dios sobre teoría general del contrato. Lima, 2006, pp. 512-513; PRIORI POSADA, Giovanni. “La
legitimación como presupuesto de eficacia de los negocios jurídicos. Su aplicación en la disposi-
ción de un bien de la sociedad conyugal por parte de uno de los cónyuges”. En: Gaceta Civil & Pro-
cesal Civil. N° 31, 2016, p. 157; FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón. “Reflexiones sobre dos institucio-
nes encontradas. La nulidad y la ineficacia sobre la venta de bienes conyugales”. En: Gaceta Civil
& Procesal Civil. N° 31, Gaceta Jurídica, Lima, 2016, p. 122 y ss.; BARCHI VELAOCHAGA,
Luciano. “Derecho Civil Patrimonial vs. Derecho de familia. La disposición de un bien social por
uno solo de los cónyuges sin la intervención del otro”. En: Gaceta Civil & Procesal Civil. N° 31,
Gaceta Jurídica, Lima, 2016, p. 233; VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique; TORRES MALDONADO,
Marco. Ob. cit., p. 114, entre otros.
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(48) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique y TORRES MALDONADO, Marco. Ob. cit., p. 114.
(49) MORALES HERVIAS, Rómulo. Ob. cit., pp. 512-513; BARCHI VELAOCHAGA, Luciano.
Ob. cit., p. 233.
(50) Cfr. SCOGNAMIGLIO, Renato. Ob. cit., p. 37: “La noción de legitimación así estructurada no
aporta nada nuevo y se reduce, desde este ángulo del poder, a una repetición del concepto del auto-
nomía negocial”; y continúa luego en p. 40: “El planteamiento de la legitimación como requisito
unitario y autónomo corresponde sin duda a un formidable esfuerzo lógico de la doctrina, pero no a
las varias y discordantes soluciones que la realidad normativa ofrece a las diferentes hipótesis que
se alinean bajo esa noción, que por tales razones debe ser rechazada. Por el contrario, y este es el
aspecto positivo de la discusión aquí relacionada, aparece de manifiesto que el problema de la com-
petencia de los estipulantes para regular los intereses que son objeto del contrato y para recibir los
efectos jurídicos de este, es una cuestión básica dentro del tema de la autonomía contractual, y que
en torno a dicho problema, el ordenamiento se encuentra en la necesidad de asumir posiciones dife-
rentes según las normas que se han detallado, resolviendo así, como supremo ordenador de las rela-
ciones jurídicas, los conflictos de intereses que al respecto se plantean con singular intensidad”.
(51) Hemos llegado a esta conclusión gracias a la lectura de ROSS, Alf. “Tû-Tû”. En: Harvard Law
Review. Vol. 70, 1957, p. 812 y ss.; y GUASTINI, Riccardo. Lecciones de teoría constitucional.
Trad. César Moreno, Lima, 2016, Cap. III.
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(52) NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. “Los ‘puntos ciegos’ de la jurisprudencia y la doctrina sobre
los actos de disposición de bienes sociales (apuntes críticos en torno al art. 315 del Código Civil)”.
En: Gaceta Civil & Procesal Civil. N° 30, Gaceta Jurídica, Lima, 2015, p. 66. Cfr., en cambio, FER-
NÁNDEZ CRUZ, Gastón. Ob. cit., p. 122, quien considera que el artículo 315 contiene dos supues-
tos de hecho diferenciados, referidos uno al fasus procurator, el otro a la compraventa de bien ajeno.
(53) MORALES HERVIAS, Rómulo. Ob. cit., p. 511; NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. Ob. cit.,
p. 68; PRIORI POSADA, Giovanni. Ob. cit., p. 156; en contra, BARCHI VELAOCHAGA,
Luciano. Ob. cit., p. 233.
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(54) Cfr. PRIORI POSADA, Giovanni. “Partes y terceros en el proceso civil peruano”. En: Gaceta Civil
& Procesal Civil. N° 18, Gaceta Jurídica, Lima, 2014, p. 207 y ss.
(55) Tal como, en efecto, cree una parte de la doctrina, así por ejemplo NINAMANCCO CÓRDOVA,
Fort. Ob. cit., p. 68.
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cuente con poder especial del otro cónyuge, tendrá que concurrir la
intervención del otro cónyuge.
(56) Sobre el concepto de subsunción aquí utilizado, remitimos a GUASTINI, Riccardo. Las fuentes del
derecho. Fundamentos teóricos. Ob. cit., p. 338 y ss.
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