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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

NOMBRE: PAÚL RODRÍGUEZ

CURSO: 4TO “E” DERECHO

MATERIA: CONSULTORIOS JURÍDICOS

DRA. BEATRIZ RODRÍGUEZ

FECHA: 05 DE DICIEMBRE DE 2019

TEMA: QUE ES EL PROCESO EN GENERAL

INTRODUCCIÓN. –

La teoría general del proceso puede definirse como el conjunto de conceptos,


instituciones y principios comunes a las distintas ramas del enjuiciamiento. Más
específicamente, es la parte general de la ciencia del derecho procesal que se ocupa del
estudio de los conceptos, principios e instituciones que son comunes a las diversas
disciplinas procesales especiales.

Concebir la Teoría del Proceso como una disciplina unitaria contribuye a resaltar el
carácter científico del Derecho Procesal, puesto que es mucho más compatible con los fines
de la ciencia pensar en un cuerpo de conocimientos generales, que en varios cuerpos
particulares (uno por cada rama del Derecho Procesal, por ejemplo), con proposiciones a
veces contradictorias entre rama y rama.

En este punto es preciso recordar que la teoría es un conjunto de principios


explicativos de uno o más sectores de la realidad que resumen el conocimiento existente,
proporcionan una explicación para los acontecimientos observados y pueden permitir,
incluso, predecir la ocurrencia de acontecimientos no observados.

Si bien esta caracterización corresponde más bien a la ciencia experimental, también


es posible su aplicación a las ciencias humanas, a condición como hemos dicho de tener un
adecuado nivel de generalidad y un razonable número de investigaciones. Como es sabido,
la investigación ayuda a comprobar y a desarrollar la teoría, aclara conceptos y puede llevar
a la reformulación o extensión de la teoría.
Esto fue claramente percibido por Carnelutti, quien afirmó lo siguiente: Estoy
seguro de no equivocarme al afirmar que la ciencia del derecho procesal no alcanzará su
cima hasta que no se haya construido sólidamente una parte general, en que los elementos
comunes a cualquier forma de proceso encuentren su elaboración.

Los elementos comunes más allá de toda duda son la acción, la jurisdicción y el
proceso. La idea de una teoría unitaria se impone con naturalidad tan pronto se profundiza
sobre estos conceptos. El problema que hemos encontrado en la literatura consultada, sin
embargo, es que los autores, una vez que han identificado estos elementos comunes, al
tratarlos separadamente, no nos ofrecen nada que no sea distinto a lo que plantean.

Los autores que ignoran esta preocupación por establecer una teoría común. Para
evitar dicha situación, este trabajo pretende expresamente identificar elementos comunes en
los procesos propiamente dichos, en las elaboraciones teóricas de la disciplina procesal y en
la vida misma de las instituciones procesales en la realidad.

DESARROLLO. –

EL PROCESO COMO RELACIÓN JURÍDICA

El alemán Von Büllow concebía al proceso como una relación jurídica que se
caracteriza por su autonomía o independencia de la relación jurídica material que se
deducía dentro del mismo. Características de esta relación: Se trata de una relación jurídica
compleja, ya que engloba todos los derechos y deberes que se producen en las distintas
fases del procedimiento.

Es una relación de Derecho público, que tiene su origen en una litis contestatio de
naturaleza pública. Por tanto, el proceso es la relación jurídica formada por derechos y
deberes recíprocos entre el juez y las partes, que se perfecciona a través de la litis
contestatio, de la que surgen dos obligaciones básicas: Por un lado, a que el órgano
jurisdiccional asuma la tarea de decidir la contienda. Por otro lado, a que las partes queden
sometidas a la resolución dada por el juez.

Se trata de obligaciones puramente procesales, y para que éstas se produzcan, es


necesario que se cumplan determinados requisitos, denominados presupuestos procesales,
que son los requisitos de admisibilidad y condiciones previas a la tramitación de cualquier
relación procesal. Las aportaciones fundamentales de la doctrina de la relación jurídica son
dos:
Nacimiento, con carácter autónomo, del Derecho procesal, que deja de ser un
instrumento del Derecho material para pasar a ser una ciencia autónoma. Por tanto, se está
diferenciando entre la relación jurídica material deducida en el proceso y la relación
jurídica procesal.

Por primera vez se explica la naturaleza del proceso a través del Derecho público.
Pero esta teoría sufrió críticas; no se admitió que se fundamentase el proceso en la litis
contestatio, aunque tenga una naturaleza pública, ya que debe recurrirse a conceptos
propios del Derecho procesal.

Por otro lado, se criticó su concepto de relación jurídica, ya que se consideraba que
no existe una relación entre el juez y las partes, sino que la relación existe; bien entre las
propias partes, o bien entre el juez y cada parte por separado. En España, la teoría fue
seguida por autores como Prieto Castro, Gómez Orbaneja, etc. Para éste, el proceso es una
relación jurídica o nexo entre dos sujetos que existe en virtud del Derecho objetivo, y que
es regulado por éste. El contenido de dicha relación será una serie de obligaciones y
derechos procesales.

EL PROCESO COMO SITUACIÓN JURÍDICA

Su artífice fue Goldschmidt, que critica a la anterior teoría desde una triple
vertiente: Los presupuestos procesales no pueden ser la condición de existencia del
proceso, ya que estos presupuestos deben ser discutidos dentro del proceso en sí, que
finalizará, si no concurren éstos, con una sentencia absolutoria en la instancia.

El contenido del proceso no lo constituyen derechos y obligaciones; es verdad que


el juez tiene la obligación de dictar sentencia, pero dicha obligación no deriva de una
relación jurídica procesal, sino de la obligación del Estado de administrar la Justicia, y por
tanto, nace del propio Derecho público. Asimismo, las partes no tienen en puridad
obligaciones procesales, ya que la sujeción del ciudadano al poder del Estado es natural y
no deriva de ninguna relación jurídica.

EL PROCESO COMO INSTITUCIÓN JURÍDICA

Según Jaime Guasp, el proceso debe ser considerado como una institución jurídica. Este
autor desecha la teoría de la relación jurídica por considerar que, dentro del proceso existen
varias correlaciones de derechos y deberes, y por lo tanto no se produce una sola relación
jurídica, sino múltiples, que son susceptibles de ser reconducidas a la unidad a través de la
idea de institución.
EL PROCESO COMO SERVICIO PÚBLICO

La teoría del proceso como servicio público fue promovida por los
administrativistas franceses. Parten de la calificación de la actividad jurisdiccional como
actividad administrativa, a los efectos de explicar el proceso como un servicio público. La
función jurisdiccional es una actividad técnica puesta al servicio de los particulares, para
ayudarles en la consecución del fin que persiguen; la composición del litigio.

Según Ovalle Fabela, nos dice que la Teoría General del Proceso "Es la parte
general de la ciencia del Derecho procesal, que se ocupa de los
conceptos, principios e instituciones que son comunes a las diversas disciplinas procesales
especiales".

Con lo cual podemos concluir que la Teoría general del proceso, "es la parte general
de la ciencia del Derecho procesal que se ocupa del estudio de los conceptos principio e
instituciones que son comunes a todo proceso jurisdiccional.

TEORÍAS PRIVATISTAS:

Consideran que el proceso es una institución integrada dentro del Derecho privado.
Hoy en día no se puede mantener esta tesis, habida cuenta del monopolio estatal sobre la
jurisdicción, que impide considerar al proceso como algo propio del ámbito privado. Para
estos autores, proceso puede identificarse con contrato, de forma que lo definen como el
acuerdo de voluntad de las partes en virtud del cual deciden someterse a la decisión de un
juez

TEORÍAS PUBLICISTAS:
Estos autores creen que el proceso no puede explicarse a través de las relaciones
jurídico-privadas, y por ello acuden al Derecho público.
CONCLUSIONES. –

Las exigencias que plantea al Derecho Procesal el inminente acceso al nuevo


milenio, plantean la conveniencia, y aun la necesidad, de hacer aterrizar a la teoría en las
necesidades específicas de los seres humanos de hoy, que presencian cómo el Estado tiende
a abandonar su rol en la creación de un mínimo de condiciones de bienestar general, y
cómo sus derechos fundamentales existen en equilibrio precario entre las amenazas que
provienen del mundo de la política y las que proceden de la economía, la ciencia y la
tecnología.

El Derecho es ante todo una forma de estructuración social y no un mero


ordenamiento formal contenido en Códigos y leyes más o menos organizados lógicamente,
más o menos concordados. El Derecho no puede ser entendido aisladamente de los demás
aspectos de la vida social, vive entretejido en ellos y es, al mismo tiempo, causa y efecto de
ellos.

Antes que un orden lógico, el Derecho es un orden social, el derecho no puede ser
analizado en abstracto como un razonamiento matemático, sino reinterpretado por los
hombres que lo usan, dentro de un marco cultural y socio histórico determinado.

Es preciso confrontar el Derecho con las demás prácticas sociales a fin de comprobar si el
orden legal no sólo concuerda formalmente en el interior de su propia racionalidad, sino,
además, si concuerda con las exigencias, necesidades y aspiraciones de la sociedad en la
que se desenvuelve. Por consiguiente, no basta explicar el Derecho vigente es preciso
también cuestionarlo

BIBLIOGRAFÍA. –

Niceto Alcalá Zamora. La teoría general del proceso y la enseñanza del Derecho
Procesal, en: Estudios de teoría general e historia del proceso. México, UNAM.

José Ovalle Favella. Teoría General del Proceso. México, Colección Textos
Jurídicos Universitarios, Harla, 1991, nota 25, p. 52.
Juan Montero Aroca, Manuel Onells Ramos y Juan Luis Gómez Colomer. Derecho
Jurisdiccional. Pane General. Barcelona, J.M. Bosch Editor, S.A., 1991, p. 468.

Niceto Alcalá Zamora. Proceso, autocomposición y autodefensa. México, Instituto de


Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 1991.

Juan Monroy Gálvez, Introducción al Proceso Civil. Bogotá, Editorial Temis S.A., 1996, p.
156.

Francisco Carnelutti, Sistema de Derecho Procesal. Buenos Aires, UTEHA Argentina,


1944, Tomo I, p. 286.

Roberto Ornar Berizonce, Las grandes líneas tendenciales del proceso civil a fines del
segundo milenio, en Derecho PUC, No 51, diciembre de 1997.

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