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EL ROL DE LA JUVENTUD EN EL GRAN MOVIMIENTO DE REFORMA.

Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis
vencido al maligno. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor
del Padre no está en él. 1 Juan 2: 14, 15.

EL ROL DE LOS PADRES EN LA FORMACIÓN DE LA JUVENTUD.

La obra de los padres es sembrar la buena semilla diligente e


incansablemente en el corazón de sus hijos, ocupando sus corazones con
una semilla que dará una cosecha de hábitos correctos, de veracidad y
obediencia voluntaria. Los hábitos correctos y virtuosos que se forman
en la juventud generalmente señalan el curso del individuo a través de
la vida. En la mayoría de los casos, los que reverencian a Dios y honran lo correcto habrán aprendido esta
lección antes de que el mundo pueda grabar su imagen de pecado en el alma... AFC, 42.

La pregunta de cada padre y madre debiera ser: "¿Qué haremos con el hijo que pronto nos nacerá?". Cuando
el ángel Gabriel apareció a Zacarías, prediciendo el nacimiento de Juan el bautista, éste fue el mensaje que
dio: "Será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo". Dios tenía una
obra importante para que hiciera el prometido hijo de Zacarías; una obra que requería pensamiento activo y
acción vigorosa. Debía tener una constitución física sana y vigor mental y moral y a fin de lograr para él esas
cualidades necesarias, sus hábitos fueron cuidadosamente regulados, aun desde la infancia. Con frecuencia
se dan en la niñez y en la primera juventud los primeros pasos en la intemperancia.
Por lo tanto, debe recurriese a los más fervientes esfuerzos para instruir a los padres en
cuanto a su responsabilidad. Los que colocan en sus mesas vino y cerveza, están
fomentando en sus hijos un apetito por las bebidas fuertes. Instamos a que los
principios de temperancia se practiquen en todos los detalles de la vida hogareña; que
el ejemplo de los padres sea una lección de temperancia; que se enseñen moderación y
dominio propio a los hijos y que se los presente a ellos con convicción, hasta donde
sea posible, aun desde la infancia. La Temperancia, 239.

EL ROL DE LA JUVENTUD EN LA INTEGRIDAD MORAL Y LA DISCIPLINA.

La fiel integridad de José lo condujo a la pérdida de su reputación y su libertad. Esta es la prueba más severa a
la que están sujetos los virtuosos y temerosos de Dios: el vicio parece prosperar mientras que la virtud es
pisoteada en el polvo. . . Dios lo estaba preparando bajo esta disciplina para una posición de gran
responsabilidad, honor, y utilidad, y él estaba ansioso de aprender; bondadosamente aprendió las lecciones
que el Señor le enseñó. Aprendió a soportar el yugo en su juventud. Aprendió a gobernar aprendiendo
primero a obedecer. CV, 76.

En su juventud, Nadab y Abiú no habían sido educados para que desarrollaran hábitos de dominio propio.
. . Los hábitos de complacencia propia, practicados durante mucho tiempo, los dominaban de tal manera que
ni la responsabilidad del cargo más sagrado tenía poder para romperlos. No se les había enseñado a respetar
la autoridad de su padre, y por eso no comprendían la necesidad de ser estrictos en su obediencia a los
requisitos de Dios. La equivocada indulgencia de Aarón respecto a sus hijos, preparó a éstos para que fueran
objeto del castigo divino. PP, 347.

LA JUVENTUD DE HOY, UN INDICIO DEL FUTURO DE LA SOCIEDAD.

El futuro de la sociedad está indicado por la juventud de hoy. En los jóvenes vemos a los futuros maestros,
legisladores y jueces, los dirigentes y el pueblo que determinarán el carácter y el destino de la nación. Por lo
tanto, cuán importante es la misión de los que han de formar los hábitos e influir en las vidas de la generación
que surge. Tratar con las mentes es la mayor obra jamás confiada a los hombres. ". La Temperancia, 240.

El futuro de la sociedad quedará determinado por los jóvenes de hoy. Satanás está haciendo esfuerzos
ardientes y perseverantes para corromper la mente y degradar el carácter de todo joven. ¿Permaneceremos
como simples espectadores los que tenemos más experiencia, y le veremos realizar su propósito sin
estorbarle? Ocupemos nuestros puestos como milicianos, para trabajar en favor de estos jóvenes y, por la
ayuda de Dios, impedir que caigan en el hoyo de la destrucción. En la parábola, mientras los hombres
dormían, el enemigo sembró la cizaña; y mientras vosotros, hermanos y hermanas, no os percatáis de su obra,
Satanás está reuniendo un ejército de jóvenes bajo su estandarte; y se regocija porque por su medio lleva
adelante su guerra contra Dios. CPMPA, 46.

EL ROL DELA JUVENTUD CON LAS INSTITUCIONES.

De la juventud cristiana depende en gran medida la conservación y perpetuidad de las instituciones que Dios
ha designado como medios de adelantar su obra. Esta seria responsabilidad descansa sobre la juventud que
entra hoy en el escenario de acción. Nunca ha habido una época en que dependiesen resultados tan
importantes de una generación de hombres. ¡Cuán importante es, pues, que los jóvenes lleguen a estar
capacitados para la gran obra, a fin de que Dios pueda usarlos como instrumentos suyos! Su Hacedor tiene
sobre ellos derechos que superan a todos los demás. 1 JT, 541.

EL ROL DELA JUVENTUD EN EL DOMINIO DEL HABLA.

Jóvenes y señoritas, como individuos que han sido comprados a un costo infinito,
¿tratan ustedes de estudiar para verse a sí mismos aprobados por Dios, como obreros
que no tengan de qué avergonzarse? ¿Han entregado a Dios el precioso talento de su
voz, y han hecho esfuerzos decididos para hablar en forma clara, distinta y sin
dificultad? Aunque su forma de expresión sea incorrecta, ustedes pueden corregir sus
faltas y no permitirse tener un tono nasal, o hablar con acento marcado y en forma
indistinta. Si su articulación es distinta e inteligible, su utilidad aumentará
grandemente. Por tanto, no dejen sin corregir un solo hábito defectuoso al hablar.

LA NECESIDAD DE LA JUVENTUD DE ENTREGARSE A DIOS. Dame, hijo mío, tu


corazón, y miren tus ojos por mis caminos. (Prov. 23: 26). Queridos jóvenes, lo
mejor que podéis hacer es alistaros voluntaria y decididamente en el ejército
del Señor. Entregaos en las manos de Dios, que vuestra voluntad y vuestros
caminos sean guiados por Aquel que es infalible en sabiduría e infinito en
bondad. No entregaros a Dios, es robar a Dios lo que le pertenece. El Señor
tiene necesidad de vosotros y vosotros necesitáis del Señor. No es seguro que
pospongáis el paso decisivo, o demoréis el hacer una entrega completa de
vosotros mismos a Dios. Si no os habéis entregado ya a Dios, os ruego que lo
hagáis ahora. Sea inscripto vuestro nombre en los registros celestiales entre
los escogidos y elegidos de Dios... AFC, 61.

EL ROL DE LA JUVENTUD EN CULTIVAR LA TEMPERANCIA

Como cristianos, deberíamos defender firmemente la temperancia. Ninguna clase de persona es capaz de
producir más y de alcanzar sus objetivos con más rapidez que los jóvenes temerosos de Dios. En esta época,
los jóvenes de nuestras ciudades deberían unirse para formar un ejército poderoso y decidido para oponerse a
toda forma de complacencia egoísta y destructora de la salud. ¡Qué poderosa fuerza podrían constituir para
Dios! A cuántos podrían salvar de la desmoralización que acarrea la visita a los salones provistos de música y
toda clase de atracciones destinadas a seducir a la juventud. La intemperancia, la disolución y la blasfemia son
hermanas. Que cada joven temeroso de Dios se ciña la armadura y vaya al frente. No permitáis que ninguna
excusa os impida firmar los votos de temperancia... (Review and Herald, 19-4-1887).

EL ROL DE LA JUVENTUD EN LA OBRA MISIONERA.

Todos los que se ocupan en tareas misioneras son la mano ayudadora de Dios. No hay otra forma de
trabajo en la cual sea posible que la juventud reciba más grande beneficio. Ellos son colaboradores con los
ángeles, o mejor dicho, son instrumentos humanos por medio de los cuales cumplen su misión los ángeles.
Los ángeles hablan por medio de su voz y obran por medio de sus manos. Y los obreros humanos, cooperando
con los seres celestiales, tienen el beneficio de su educación y experiencia. Como un elemento educativo,
¿qué "curso universitario" puede igualarse a éste? Con semejante ejército de obreros como el que nuestros
jóvenes, debidamente preparados podrían constituir, ¡cuán pronto podría llevarse al mundo el mensaje de
un Salvador crucificado, resucitado y próximo a volver! (Youth's Instructor, 3-3-1908).

EL ROL DE LA JUVENTUD EN LAS MISIONES.

“Hay una gran obra que hacer en el mundo, una gran obra que debe ser
realizada en los países extranjeros. Deben establecerse escuelas para que
nuestros jóvenes, niños y personas de edad más madura sean educados tan
rápidamente como sea posible, a fin de que entren en el campo misionero.
Se necesitan no solamente ministros para los campos extranjeros, sino
obreros sabios y juiciosos de todas clases. Está resonando desde todas partes del mundo el llamado
macedónico: "Pasa . . . y ayúdanos". TM, 40.

CARTA A UN JOVEN…

Mi corazón se conmueve dentro de mí cuando veo y


percibo cuán poco tiempo nos queda para trabajar.
Nunca me ha parecido como ahora que tan grandes
resultados dependen de nosotros como pueblo. Nunca
ha habido una época como ahora cuando se necesitó
que jóvenes de toda edad y país hicieran
fervorosamente la obra que hay que hacer.

La sociedad espera algo de la juventud de hoy. Los hombres que han


permanecido en el frente de batalla, llevando la responsabilidad en medio del
calor del día, abandonarán el escenario de la vida activa. ¿Dónde se
encuentran los jóvenes que ocuparán su lugar cuando estos sabios
instructores consejeros no puedan asumir más responsabilidades? Estos
deberes tienen que recaer sobre los jóvenes. Cuán importante es, entonces,
que los jóvenes se estén educando, porque sobre ellos recaerán estos deberes.

Prepárate, hijo mío [Guillermo], para desempeñar tus deberes con


incorruptible fidelidad. Me gustaría poder impresionar a los jóvenes con lo
que pueden llegar a ser y hacer si pudieran comprender lo que Dios espera de
ellos. Les ha dado talentos, no para que se estanquen en la indolencia, sino
para que los fortalezcan y los eleven mediante acciones nobles . . .

Hay que formar el carácter. Es la obra de la vida entera. Es una obra que
requiere meditación. El buen juicio se debe ejercer; los hábitos de trabajo y
perseverancia se deben consolidar. Considera con meditación y oración qué
clase de carácter te gustaría poseer delante del mundo. . Otras personas te
pueden animar en tu trabajo, pero jamás podrán hacer tu tarea personal de
vencer la tentación. No puedes ser honrado ni veraz, trabajador y virtuoso
en lugar de ellos, ni ellos tampoco lo pueden ser en tu lugar. En cierto
sentido debes permanecer solo para librar tus propias batallas. Pero no
estarás solo, porque tendrás a Jesús y a los ángeles de Dios para que te
ayuden. No obstante pocos alcanzan el nivel que podrían en cuanto a
excelencia de carácter, porque no se fijan un blanco suficientemente elevado.
La prosperidad y la felicidad jamás son el fruto de la generación espontánea.
Son el resultado del trabajo, el fruto de mucho cultivo (Carta 22, del 30 de
junio de 1875, dirigida a su hijo W. C. White, cuando tenía veinte años). CCD,
190.

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