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→ Primero de todo deciros que no os asustéis de los casi 160 folios que contienen mis apuntes.
Si retiráis los comentarios del final de cada tema, los cuadros y espacios para gráficos, los
apuntes se resumen en poco más de 90 folios.
→ Que nadie busque en los recuadros vacíos gráfico alguno. He dejado los espacios en blanco
para pintar yo mismo los gráficos y esquemas que vienen en el libro.
→ Fundamental revisar la guía didáctica del curso, que encontrareis en la página virtual de la UAM.
Revisad el apartado 7.6. Glosario de términos y conceptos. Lo considero fundamental para
recodar conceptos después de estudiar toda la materia. Yo he logrado salvar una de las preguntas
del examen gracias a estudiar este glosario el día antes del examen.
→ Como siempre, mirad los exámenes de años anteriores y fijaros en las preguntas más
fundamentales, en las que más incide el Departamento de la asignatura.
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PRIMERA PARTE. EL SECTOR PÚBLICO
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TEMA 1. EL SECTOR PÚBLICO COMO SUJETO ECONÓMICO
DE LA HACIENDA PÚBLICA. CONCEPTO Y DELIMITACIÓN
→ Planteamiento objetivo. Consideramos al sector público como todos aquellos agentes económicos
que realizan su actividad utilizando el principio de coerción y no el de intercambio voluntario.
→ Planteamiento subjetivo. Podemos considerar como integrantes del sector público a los siguientes
sujetos:
∗ Administraciones Públicas.
Administración Central o Directa del Estado
Administraciones autonómicas
Administraciones locales (Diputaciones y Ayuntamientos)
Seguridad Social
Organismos autónomos
A veces hablaremos de Estado para referirnos a todo el sector público, aunque en este
contexto ese término genérico sea inexacto.
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3. EL SECTOR PÚBLICO EN LOS PRESUPUESTOS GENERALES
Tabla 1.1. Distribución por capítulos de los ingresos y gastos del presupuesto
GASTOS INGRESOS
Gastos Ingresos
CI Sueldos y salarios pagados. Ingresos por vía de impuestos directos.
CII Compras de bienes y servicios a empresas. Ingresos por vía de impuestos indirectos.
CIII Pago de intereses de la deuda. Tasas y otros tributos (p.e. contribuciones especiales).
CIV Transferencias a las familias o a las empresas para la adquisición Fondos obtenidos por el sector público por transferencia de otros
de bienes y servicios. agentes económicos, cuando tales fondos van destinados a la compra
de bienes y servicios.
CV Innovación introducida en la Ley de Estabilidad Presupuestaria Ingresos procedentes del patrimonio público, tales como los
destinada a evitar los problemas derivados de la existencia de dividendos percibidos por acciones propiedad del sector público,
gastos cuya financiación no estuviera prevista. alquileres de propiedades públicas, precios cobrados por visitas a
museos de titularidad pública, etc.
CVI Gastos de inversión realizados directamente por el sector público. Venta de propiedades públicas.
CVII Pagos a empresas privadas para que lleven a cabo proyectos de Transferencias recibidas para llevar a cabo proyectos de inversión,
inversión. como ocurre, por ejemplo, en aquellos casos en que nuestro país
recibe fondos procedentes de la Unión Europea.
CVIII Gastos destinados a la adquisición de activos financieros Ingresos procedentes de la venta de activos financieros, como ocurre
(acciones, obligaciones, etc.) en el caso de la privatización de empresas públicas.
CIX Desembolsos destinados a amortizar títulos previamente emitidos Fondos recibidos por emisión de deuda pública.
por el sector público.
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→ Clasificación económica
Se denomina clasificación económica a la distribución por capítulos de los gastos e
ingresos de un presupuesto general. En el caso de los gastos públicos la clasificación económica
puede resumirse en dos grandes apartados:
- Tanto los gastos de consumo público como los gastos de inversión pública generan efectos sobre la actividad
económica, ya que el aumento de gasto público, del tipo que sea, genera un impulso sobre la demanda de bienes y
servicios de la economía y, si hay recursos libres, contribuye a la creación de empleo.
- Por otro lado, cualquier gasto de inversión pública, acaba generando gastos de consumo público. Por ejemplo, si
el sector público invierte en la construcción de un hospital, este desembolso se contabilizará como inversión de
un período, pero, una vez inaugurado el centro sanitario, habrá que atender a su funcionamiento, contratando el
personal correspondiente y el material necesario, lo que constituye un gasto de consumo. De hecho, se denomina
carga recurrente a la relación existente entre el consumo público y de inversión pública generados por un
proyecto público.
ƒ Clasificación orgánica. Refleja la distribución del gasto entre los distintos componentes del
sector público o departamentos ministeriales. Así, se distingue entre el gasto asignado a la Casa de
Su Majestad el Rey, las Cortes Generales, el Tribunal Constitucional, el Consejo General del
Poder Judicial, Presidencia del Gobierno o los distintos Ministerios.
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4. PRINCIPALES ÍNDICES DE MEDIDA DEL SECTOR PÚBLICO
GT
-------- 100
PIB
- GT Æ gasto total del sector público. Debe entenderse como el gasto total no financiero y, por tanto, excluye
la adquisición de activos financieros y la amortización de pasivos financieros. De este modo, el índice señala
el gasto del sector público en la adquisición de bienes y servicios, realización de inversiones, gastos de
personal y transferencias, ya sean corrientes o de capital.
- PIB Æ Producto interior bruto.
Clasificación económica. Sabremos que, de cada 100 euros que gasta el Estado, cuanto
dedica a consumo (GC) y cuanto a inversión (IP), lo que resulta esencial para comprobar si
contribuye o no al crecimiento económico. En ese caso tendremos:
Clasificación funcional. Podemos comprobar qué parte de los gastos públicos se dedican a
cada una de las actividades que lleva a cabo la Administración (generales, sociales,
económicas y otras). Los índices correspondientes serían:
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♣ Índices de tamaño del sector público basados en los ingresos públicos
→ Índices agregados
Presión fiscal Æ Tributos dividido por el PIB.
Tributos
---------------- 100
PIB
Esfuerzo fiscal (índice de Frank) Æ Presión fiscal dividida por la renta per cápita o el
producto interior bruto per cápita.
La idea fundamental que subyace a este índice es que no es lo mismo una presión fiscal del 30%
dependiendo de cuál sea la renta per cápita del país. Así pagar un 30% de impuestos puede ser muy poco si el
nivel de renta per cápita es muy elevado, y ser mucho si los ingresos medios de las familias son más
limitados. El principal inconveniente de este índice se desprende de la fórmula que lo define, pues
comprobamos fácilmente que si aumenta la población del país, el índice crece, aunque no hayan subido los
impuestos, y que, por otra parte, si la economía muestra un proceso de crecimiento, medido por el PIB, el
índice disminuye muy acusadamente, al estar elevada al cuadrado esta magnitud.
ƒ Carga fiscal. Posiblemente se trate del índice más adecuado para medir el esfuerzo de la
población en materia tributaria, pues a los pagos realizados se descuenta el valor de lo
recibido por el sector público en forma de servicios. Al mismo tiempo, el denominador no
considera toda la renta percibida por la población, sino sólo aquella de que se puede
disponer, una vez cubiertos los mínimos para la subsistencia. La carga fiscal se define
como:
Tributos – V
---------------
RN - M
- V Æ valor de los bienes y servicios suministrados por el sector público.
- RN Æ renta nacional.
- M Æ mínimo de subsistencia.
Aunque se trate del mejor índice no resulta fácil estimar los valores de M o V.
→ Índices desagregados
Tdirectos Tindirectos
-------------- 100 -------------- 100
Ttotales Ttotales
Segundo método. Otra forma de desagregar los índices basados en los ingresos públicos
es diferenciar entre distintos grupos de renta. En este sentido, parece especialmente
adecuado el cálculo de la carga fiscal para cada grupo de contribuyentes. De este modo:
Ti - Vi
CFi = ------------------------ 100
Ri - Mi
- Índice que refleja el endeudamiento total del sector público, como porcentaje del PIB.
Deuda acumulada
--------------------------- 100
PIB
→ Índices que tratan de obtener cuál es la participación del sector público en la producción o
recursos totales de la economía
- Índice que señala la participación de la producción del sector público en el conjunto de los
servicios producidos por el país.
VABsp
------------------------ 100
VABsector terciario
- Índice que indica el porcentaje de mano de obra del país ocupado por el sector público en un
momento de tiempo determinado.
Empleosp
--------------------- 100
Empleototal
- Índice que permite conocer si el sector público está actuando como un motor directo en la
creación de empleo del país, sobre todo si lo comparamos con el índice anterior.
→ En España, la participación tanto del gasto público como de los ingresos ordinarios en el
producto interior bruto está por debajo de los valores medios de otras economías europeas y
más próximas a países como Grecia o Portugal.
Se defiende que la presión fiscal en España todavía tiene posibilidades de ser incrementada
para llegar hasta la media europea.
→ Situación de déficit o superávit de las cuentas públicas de los distintos países miembros de la
Unión.
Existe una gran incapacidad por parte de los diferentes estados para liquidar su presupuesto
de un modo equilibrado. EL PIB señalaba las consecuencias de haber ido acumulando, ejercicio tras
ejercicio, un déficit en las cuentas del sector público, de manera que, en los años 90, la deuda había
llegado a representar una cifra verdaderamente extraordinaria (por ejemplo, en 1997 Italia debía un
122,4% de su producción total de bienes y servicios). Este problema fomentó que se propusiera
una reforma constitucional, encaminada a obligar al sector público a la moderación de sus gastos y a
liquidar el presupuesto en equilibrio.
Los datos estadísticos de 2007 demuestran los efectos positivos que han tenido esas medidas
en el nivel de déficit público y de endeudamiento acumulado. Estos datos indican que, aunque
muchos países de la Unión Europea están liquidando sus presupuestos con déficit, éste se va
reduciendo. Entre ellos, se evidencia el caso de España que cierra sus cuentas del presupuesto con
superávit. Paralelamente, desde la adopción de las citadas medidas se ha apreciado una paulatina
disminución de la deuda acumulada.
Un vistazo
PRODUCTO INTERIOR BRUTO (http://www.elblogsalmon.com/indicadores-y-estadisticas/qu e-es-el-producto-interior-
bruto)
Es uno de los indicadores más utilizados en la economía. El PIB es la principal medida que se utiliza para medir la riqueza de
un país. También se conoce como renta nacional. Normalmente si el PIB crece se considera un logro y si disminuye se
considera bastante malo.
El Producto Interior Bruto es el cálculo de toda la actividad económica de un país bajo ciertas condiciones. La primera es
que es interior, por lo que sólo se calcula la actividad económica realizada dentro del país. Es decir, si un español trabaja en
Londres no entra en el producto interior bruto español, sino en el inglés. Si un inglés trabaja en Madrid entra en el PIB de
España, pero no en el inglés. La segunda condición es que es bruto, por lo que no se descuentan los consumos de capital.
Pongamos un ejemplo sobre los consumos de capital. Tenemos una fábrica de muebles y utilizamos sierras para cortar la
madera. Estas sierras se desgastan y tenemos que ir comprando sierras para seguir utilizándolas. Pues bien, al calcular el PIB
de fabricar los muebles no se descuenta el desgaste de las sierras. Si se incluiría en el Producto Interior Neto, que incluye los
consumos de capital. Es decir, el PIN es el PIB menos los consumos de capital.
Normalmente el PIB que nos interesa es el PIB per cápita, que se calcula al dividir el PIB entre el número de habitantes.
China tiene un PIB bastante más alto que Noruega, pero es una cuestión de tamaño. En cuanto el PIB lo dividimos entre el
número de habitantes vemos que el poder adquisitivo es superior en el país nórdico.
Calcular todas las actividades económicas entraña una serie de dificultades. Tenemos que incluir todos los bienes y servicios
producidos en un país, pero hay algunos que no se incluyen. Si un padre lleva a su hija en coche al colegio todos los días no se
incluye en el PIB, puesto que se trata de un servicio que las familias se prestan a si mismas. Tampoco se incluyen los bienes y
servicios fuera de la ley (la venta de cocaína y otras actividades ilegales no forman parte de la riqueza nacional). No obstante
en algunos países se suele incluir la economía sumergida como parte del PIB.
Otra medida importante es el Producto Nacional Bruto. En este caso se trata de la riqueza generada por los agentes
nacionales de un país. Volviendo al ejemplo anterior, el inglés que viene a España a trabajar cuenta en el PNB británico, pero
no en el PNB español. En muchas ocasiones no se suele calcular sólo con las personas, sino con las empresas. En ese sentido lo
que produce una empresa española en los Estados Unidos se cuenta como parte del PNB español, pero no del estadounidense.
Finalmente vamos a comentar críticas al PIB como unidad de medida. La primera es que un PIB más alto no necesariamente
implica una mayor calidad de vida, simplemente mayor actividad económica. Para ello hay otros indicadores, como el índice
de desarrollo humano. Otra crítica es que no incluye el desgaste medioambiental. Si talo un bosque y vendo la madera he
aumentado el PIB, pero he perdido un bosque. Tal vez el bosque en si fuera más valioso que la madera. El problema es que es
muy difícil calcular el valor del bosque, de la desertización o de contaminar un río a la hora de calcular la renta nacional.
TEMA 2. LOS OBJETIVOS ECONÓMICOS DEL SECTOR PÚBLICO
1. INTRODUCCIÓN
Debemos preguntamos qué hace el sector público (economía positiva) y qué debería hacer
(economía normativa).
En esta lección trataremos de dar una visión general a la segunda cuestión, es decir, qué debe
hacer el sector público en una economía, cuáles deben ser sus funciones. Se trata de una cuestión
esencialmente normativa, pero que tiene un fundamento positivo. Dicho en otros términos, a partir de
un análisis sobre cuál es el funcionamiento de una economía de mercado y a qué resultados llega la
actuación de los agentes económicos, se plantea el papel que se reserva el Estado.
Este esquema permite interpretar las dos visiones fundamentales que se han propuesto sobre
esta cuestión:
ƒ Visión liberal. Si entendemos que la acción individual, expresada en el mercado, es capaz de
solucionar los diferentes problemas económicos, el sector público debe tener un papel restringido en
la economía de un país. La visión liberal defiende una limitación de la actividad del Estado.
ƒ Visión intervencionista. Si el análisis positivo sugiere que el mercado no resuelve
adecuadamente algunos problemas de la economía, debemos aceptar que el Estado adquiera un
mayor protagonismo, como garante del interés general. La visión intervencionista propone un
mantenimiento de las funciones del sector público.
A la hora de desarrollar el problema de cuáles deben ser las funciones del sector público, es
conveniente partir de la clasificación de los problemas económicos de carácter real.
→ Problemas de distribución Æ Analizan para quién se fabrican los bienes, o, lo que es lo mismo,
cómo repartir el conjunto de bienes y servicios producidos.
En la lección siguiente analizaremos qué hace el sector público, cuál es su comportamiento real. Estamos en este
caso ante una cuestión fundamentalmente positiva que introduce un elemento diferencial con respecto al análisis anterior.
2. LA ASIGNACIÓN DE LOS RECURSOS
Desde un planteamiento liberal, las cuestiones de asignación tienen una solución simple, si
dejamos que la acción individual se exprese libremente en el mercado. Los ciudadanos expresan sus
preferencias demandando los distintos productos y las empresas hacen patente sus posibilidades
ofreciendo los bienes a distintos precios. De este modo, la demanda y la oferta expresan los deseos de
los individuos y el mercado determina la cantidad y el precio que corresponde a cada bien o servicio.
Recordemos que la curva de oferta representa el Coste Marginal de producir el bien analizado,
mientras que la demanda indica lo que el consumidor o consumidores están dispuestos a pagar por ese
producto. De esta forma, en equilibrio se garantiza que P = CMg y, por tanto, lo que el ciudadano
quiere gastar coincide exactamente con lo que cuesta producir el bien en la última unidad que
suministra el empresario.
Si el mercado es capaz de resolver los problemas de asignación, es obvio que el sector público en
esta materia tenga un papel muy limitado. La acción del sector público debe reducirse a suministrar
aquellos bienes y servicios para los cuales no exista un mercado. Esta afirmación obliga a plantear
qué condiciones deben darse para que el mecanismo de mercado funcione. En este sentido, deben
citarse dos requisitos independientes:
Rivalidad en el consumo. Significa que ningún ciudadano puede disfrutar de un bien o servicio
cuando otro lo esté utilizando. Si yo uso un jersey, ninguna otra persona puede usarlo al mismo
tiempo y lo mismo puede decirse de una gran cantidad de bienes o servicios. No obstante, hay
productos en los que el consumo no es rival. Por ejemplo, si yo asisto a un concierto de “El canto
del loco”, disfruto del espectáculo al mismo tiempo que otras personas.
Posibilidad de exclusión. Existe algún modo de excluir del consumo a aquellas personas que no
paguen un precio por el producto. Por otro lado, en el caso de la defensa nacional, de la seguridad
ciudadana, o de un espectáculo de fuegos artificiales no hay forma de eliminar del disfrute del
producto a quienes no han pagado un precio por el bien.
Las dos condiciones anteriores son independientes y, de hecho, podemos hacer una clasificación
de los bienes de acuerdo con ambos rasgos.
Tabla 2.1. Clasificación de los bienes
Características Exclusión No exclusión
(Los suministra el mercado; hay que pagar un precio en el (No los suministra el mercado; se financian a
mercado; el pago no es coercitivo.) través de impuestos; el pago es coercitivo.)
Consumo rival Bienes privados puros Bienes mixtos
(alimentos, ropa…) (calle congestionada)
Consumo no rival Bienes mixtos Bienes públicos puros
(autopistas de peaje, (defensa nacional, justicia,
representación teatral…) seguridad ciudadana…)
Perspectiva liberal. El único papel que debe cumplir el Estado es la de proveer a la sociedad de
los bienes públicos puros. Como estos bienes representan una cantidad relativamente pequeña en el
conjunto de toda la producción del país, su función es muy limitada y de ahí que se le denomine
Estado mínimo y, como no se puede cobrar un precio, el sector público deberá financiar estas
producciones a través de los impuestos. Quede claro que ello no significa, necesariamente, que sea
el propio Estado el que se encargue de la producción de los bienes públicos, sino tan solo que
financie su provisión.
3. LA DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
Los problemas de distribución analizan para quienes se fabrican los bienes o, lo que es lo
mismo, cómo repartir el conjunto de los bienes y servicios producidos.
Enfoque liberal
Entre los partidarios de un enfoque liberal se encuentran los seguidores del analista Bates Clark.
Este economista considera que la regla de distribución adoptada por el mercado no sólo es eficiente,
sino que además es justa.
W = Px PMgN
Salario (W) es igual a la productividad del trabajador (PMgN) multiplicada por el precio del producto (Px).
Cuanto mayor sea la productividad del individuo o el precio de lo que fabrica, más importante es
la remuneración que percibirá, de modo que cada uno percibimos en proporción a lo que aportamos a la
sociedad.
Enfoque intervencionista
Noción de justicia. Algunos analistas parten de una noción de justicia, según la cual lo justo es
percibir de acuerdo con lo que se aporta, mientras que otras escuelas defienden que
debemos percibir de acuerdo con nuestras necesidades.
De acuerdo con su hipótesis, si quitamos 100 u.m. de renta a los más ricos su consumo se reducirá más
bien poco, digamos en 50 u.m. En cambio, al dárselas a los pobres, su consumo aumentará bastante más, por
ejemplo en 90 u.m. De esta manera, el consumo total del país habrá aumentado en 40 u.m. (90-50), y esto
obligará a los empresarios a aumentar la producción, con lo cuál crecerá la renta. Así se iniciará el proceso
multiplicador, que puede acabar con un aumento final en la renta nacional de 200 u.m., más que suficiente para
compensar a los ricos de las 100 que se les quitó inicialmente.
4. LA ESTABILIDAD ECONÓMICA
En este apartado se trata de estudiar los problemas básicos de la economía de un país: paro,
inflación, balanza de pagos o cuentas del sector público.
Visión liberal
Sus defensores parten de la creencia en las virtudes del mercado para resolver los problemas de
estabilidad económica.
ƒ Paro
Si existe paro será porque no se deja que funcione libremente el mercado de trabajo, pues si
dejamos que el salario fluctúe libremente se garantizará que la demanda de trabajo sea igual que la
oferta, de tal forma que no habrá ningún desempleado. Si la economía está en el pleno empleo de
los recursos, la Renta Nacional coincidirá siempre con el nivel de Renta Nacional de pleno
empleo, sin que un aumento de precios pueda hacer crecer el total de bienes y servicios
producidos.
También presentará una situación de equilibrio si dejamos que el tipo de cambio de las
monedas se fije libremente en los mercados de divisas.
8 Demanda de divisas. Representa a los distintos grupos que desean adquirir moneda extranjera y
está compuesta, por tanto, por los importadores, por quienes desean viajar al exterior o por las
personas que están interesadas en comprar títulos extranjeros.
Todos ellos acuden al mercado de divisas para comprar esas monedas que les permiten,
después, adquirir los bienes, servicios o títulos en los que están interesados. Naturalmente, su
deseo de comprar divisas dependerá de variables tales como el precio que tengan, los ingresos de
que dispongan estos ciudadanos, el interés que ofrezcan esos títulos y, por supuesto, del
precio de las monedas extranjeras, es decir, del tipo de cambio.
Cuanto mayor sea el precio de la moneda extranjera, más caro será para los ciudadanos
españoles adquirir divisas y comprar en el exterior. Por ello, la demanda de divisas presenta la
tradicional forma descendente.
8 Oferta de divisas. Los oferentes de divisas son los exportadores españoles, que han recibido
moneda extranjera a cambio de sus productos y las empresas (o el propio sector público) que
han vendido títulos en el exterior. La oferta presenta una forma creciente, para indicarnos que
cuanto mayor sea el tipo de cambio, más rentable será vender en el exterior nuestros bienes,
servicios o títulos. De nuevo aquí debe tenerse en cuenta que variables tales como el precio de
los productos españoles, el interés de los títulos o los ingresos de los ciudadanos extranjeros
modificarán la oferta de divisas. Bastaría dejar que el tipo de cambio se elevase hasta llegar al
punto de equilibrio y que el mercado funcione libremente para que esta devaluación se
produzca automáticamente.
Visión intervencionista
Los partidarios de un enfoque más intervencionista consideran que el sector público tiene un
papel mucho mayor en estos temas. El origen de esta conclusión se encuentra en las teorías defendidas
por Keynes, que desconfiaba de la capacidad del mercado para resolver los grandes problemas de
estabilidad económica. Trataremos de dar a continuación una visión general de las ideas que defendía.
ƒ Paro
No es cierto que una disminución del salario conduzca al pleno empleo, como defienden
los defensores del libre mercado. El nivel de empleo aparece determinado por la demanda efectiva de
bienes y servicios y una reducción de los salarios tan sólo rebajará los ingresos de los trabajadores,
con lo que estos consumirán menos, los empresarios reducirán la producción y se acabará creando
un mayor paro.
ƒ Inflación
Si el pleno empleo no está garantizado, tampoco puede afirmarse que la inflación sea un
fenómeno monetario, pues no es cierto que el nivel de renta sea constante, y tampoco tiene
sentido defender el presupuesto equilibrado como regla básica de funcionamiento del sector público.
ƒ Modificaciones e intervención del Estado
Los tipos de cambio flexibles no son la única solución, pues el Estado tiene capacidad para
alterar el nivel de renta, los precios o el tipo de interés que ofrecen los títulos y, en esta medida,
modifica los parámetros de la oferta y demanda de divisas. Las políticas fiscales y monetarias de
que disponen los gobiernos son capaces de asegurar el equilibrio del sector exterior, aun cuando éste
funcione con tipos de cambio rígidos.
5. EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
Los problemas de crecimiento económico son aquellos que hacen referencia a las posibilidades
de aumentar la producción de bienes y servicios a lo largo del tiempo. Si esta capacidad de
producción depende de la cantidad de recursos de que dispone el país, parece lógico centrar los temas de
crecimiento en el examen de las causas que explican un aumento en los recursos.
→ Tierra (L)
→ Trabajo (N)
→ Equipo capital (K)
El equipo capital es el que más interés ha despertado. Por ello, definimos la inversión como el
incremento en el equipo capital de una economía. De ahí que el estudio de los problemas de
crecimiento haya estado unido, tradicionalmente, al análisis de los procesos de ahorro e inversión.
Enfoque liberal
Los ciudadanos ofrecen sus ahorros en los mercados financieros y las empresas demandan
tales fondos para financiar sus proyectos de inversión.
En el primer caso, cuanto mayor sea el tipo de interés que se ofrece, mayor será la
disponibilidad a ahorrar de los ciudadanos, que perciben así una compensación más grande por
sacrificar su consumo.
En segundo, cuanto más alto sea el tipo de interés, menos proyectos de inversión llevarán a cabo
los empresarios, pues si, por ejemplo, se debe pagar un 10% por tomar dinero prestado, se
exigirá una rentabilidad del proyecto de inversión superior a esa cifra para realizarlo.
La actividad del sector público resulta contraproducente en este proceso, pues, al cobrar
impuestos, reduce la renta disponible de los ciudadanos y, por tanto, su ahorro. En tales
circunstancias, la curva de oferta de fondos se desplaza hacia la izquierda, lo que conlleva un aumento de
los tipos de interés y una disminución de la inversión privada, lo que reduce el ritmo de
crecimiento económico.
Enfoque intervencionista
Frente al planteamiento liberal, los defensores de la intervención del sector público ponen de
manifiesto que el papel del Estado no es tan negativo.
→ Se afirma que, aun en el caso de que se redujera la inversión privada, el efecto total sobre el
crecimiento económico es indeterminado, pues, con los impuestos, el sector público lleva a cabo
gastos de infraestructura que colaboran, decisivamente, en el desarrollo del país.
→ Se considera que la libre acción privada tiende a perpetuar e incluso acentuar los desequilibrios
territoriales, con zonas cada vez más deprimidas, frente a otras que sufren los efectos de una
creciente congestión.
→ Se afirma que los procesos de reindustrialización, tan necesarios después de la crisis de los años
70, exigen un papel directo del Estado, con el objetivo de hacer mínimos los costes del proceso de
ajuste.
Estabilidad Ausencia de papel para las políticas Papel decisivo del sector público en
económica macroeconómicas: la estabilidad económica.
El papel que asignan los diferentes enfoques al sector público parte de visiones distintas sobre el
funcionamiento de las economías de mercado:
→ Cuando se considera que el mercado puede resolver adecuadamente los problemas, se estima que el
Estado debe tener una función residual, que se limitaría a establecer las condiciones necesarias para
el libre juego de la acción individual.
Estas consideraciones explican por qué al estudiar cada programa de gasto, el análisis debe
tener un triple componente:
En el tema siguiente estudiaremos, con un enfoque positivo, cuál es el modo en que se comporta el sector público
y cómo influyen en él los distintos grupos que lo condicionan y, en lecciones sucesivas, cómo se mide y qué
comportamiento ha tenido el sector público de nuestro país.
Un vistazo
Conceptos dados en clase por el profesor tutor
Economía positiva Pretende describir la realidad. Hace referencia a lo que es, a un hecho que se ha producido
y que es posible demostrar que existe como tal.
Economía normativa Pretende ofrecer posibles cambios a esa realidad. Hace referencia a lo que debe ser y por
eso está más relacionada con las creencias personales y los juicios de valor.
Demanda agregada Representa la utilización de bienes que llevan a cabo los diferentes agentes económicos
(familias, empresas, sector público, sector exterior), con el fin de satisfacer sus
necesidades. La integran el consumo, la inversión, el gasto público (demanda agregada
interior) y las exportaciones netas.
Efecto multiplicador Es la relación entre el incremento de una variable y el incremento de la renta. Así, un
incremento autónomo de los componentes de la demanda agregada provoca una elevación
de la renta varias veces superior (cadena de incrementos en la renta).
Efecto acelerador Establece la relación de la inversión con la tendencia esperada de las variaciones de la
renta. Los gastos de inversión varían proporcionalmente más en relación con las
fluctuaciones de la producción que con los tipos de interés.
La economía tiene una El sector real de la economía determina la cantidad de bienes y servicios a partir del
estructura dicotómica equilibrio en el mercado de trabajo, mientras que la cantidad de dinero es la que
condiciona el nivel de precios o la tasa de inflación.
Conceptos recogidos en Wikipedia
Coste marginal
Diferentes definiciones:
- Es el aumento de coste derivado de producir una unidad más del bien o servicio.
- Coste que se produce al generar una unidad más de producto.
- Incremento del coste total que supone al obtenerse una unidad más de producto en una
empresa.
- Aumento en los costes generado por la última unidad producida.
Pleno empleo El pleno empleo es un concepto económico que hace referencia a la situación en la cual todos los
ciudadanos en edad laboral productiva, y que desean hacerlo, tienen trabajo.
Según dicha definición, la tasa de paro en una situación de pleno empleo sería "0", si bien se
calcula que, por motivos de hecho, el pleno empleo puede alcanzarse con una tasa de paro
superior. El motivo es que existen registrados parados que se encuentran en proceso de cambio de
un empleo a otro o en espera de un trabajo eventual, que no se consideran a la hora de establecer
el concepto de pleno empleo. Lo mismo ocurre con personas desempleadas que no desean
encontrar un empleo en ese momento, si bien figuran registrados para cobrar el subsidio de
desempleo.
El pleno empleo es un ideal al que tienden los países en su política económica, para maximizar la
riqueza del país y de los ciudadanos.
Un mercado de competencia perfecta es aquel en el que existen gran cantidad de compradores (demanda) y de vendedores
(oferta), de manera tal que ningún comprador o vendedor individual ejerce influencia decisiva sobre el precio.
1. Que haya muchos productores y consumidores. Al haber muchos vendedores pequeños en relación con el
mercado, ninguno podría ejercer una influencia apreciable sobre los precios. En este caso se dice que las
empresas son «precio aceptantes». La existencia de un elevado número de oferentes y demandantes implica que
la decisión individual de cada una de estas partes ejercerá escasa influencia sobre el mercado global. Así,
si un productor individual decide incrementar o reducir la cantidad producida, esta decisión no influye sobre el
precio de mercado del bien que produce. Y también, que una empresa no podría aumentar exorbitantemente el
precio de los bienes que vende, porque los demandantes optarían por otros oferentes.
2. Que las empresas vendan un producto homogéneo en el mercado, por lo que al comprador le sería indiferente
un vendedor u otro. La homogeneidad del producto supone que no existen diferencias entre el producto que
vende un oferente y el que venden los demás. El producto de cada empresa es un sustitutivo perfecto del que
venden las demás empresas del sector. Esto ocurre cuando no existen las marcas.
3. Que las empresas y los consumidores tengan información completa y gratuita. La transparencia del mercado
requiere que todos los participantes tengan pleno conocimiento de las condiciones generales en que opera el
mercado. Los compradores aceptan los precios como exógenos y toman sus decisiones comparando precios,
porque todos los consumidores dispondrían de la misma información sobre los precios y las cantidades
ofertadas de los bienes.
4. Que no haya barreras de entrada o salida al mercado, como tampoco problemas de reventa. Esta libertad
de entrada y salida de empresas permite que todas las empresas participantes puedan entrar y salir del mercado de
forma inmediata en cuanto lo deseen. Por ejemplo, si una empresa está produciendo zapatillas deportivas y no
obtiene beneficios, abandonará esta actividad y comenzará a producir otros bienes que generen beneficios. Y
también al contrario: cualquier empresa podría acceder al mercado atraída por la existencia de altos beneficios.
Cuando se cumplan simultáneamente las condiciones anteriores se dirá que un mercado es de competencia perfecta.
Condiciones reales
El modelo de competencia perfecta es útil, no sólo porque es aplicable a ciertos productos agropecuarios y a muchos
títulos-valores, sino también porque otros muchos mercados se aproximan a la competencia perfecta y es posible realizar
predicciones basándose en el modelo de la competencia perfecta.
En los mercados de competencia perfecta las empresas que pretenden obtener mayores beneficios deben recurrir al
máximo aprovechamiento de la tecnología, o sea, a incorporar los últimos avances en técnicas productivas. Por lo tanto,
en una situación de competencia perfecta la búsqueda de mayores beneficios va asociada a la combinación más eficiente y
rentable de los factores productivos y a la modernización tecnológica.
Equilibrio
En un mercado de competencia perfecta se alcanza el equilibrio por el encuentro entre la demanda del mercado (suma o
agregación de la demanda de cada uno de los consumidores) y oferta de la industria (suma o agregación de la oferta de
cada una de las empresas que trabajan en ese mercado).
A largo plazo la competencia perfecta es el punto donde la oferta y la demanda son exactamente iguales; es decir, ninguna
empresa nueva tiene cabida en el mercado y las ya existentes tienen suficientes beneficios para seguir en él.
Regla de oferta de una empresa en condiciones de competencia perfecta: una empresa maximiza los beneficios cuando
produce en el nivel de producción en el que el coste marginal es igual al precio Æ significa que la curva de costes
marginales de una empresa también es su curva de oferta.
Competencia La competencia imperfecta es la situación de mercado en la que, a diferencia de la situación de
imperfecta competencia perfecta, un solo agente de los que funcionan en el mercado o unos pocos manipulan
la condición del producto y pueden afectar directamente a la formación de los precios.
Cuando existen solo dos oferentes de un producto en el mercado decimos que existe un duopolio,
cuando tenemos tres o cuatro oferentes entonces el mercado se domina por un oligopolio. La
competencia perfecta es el momento de mercado en el que muchos oferentes ofrecen el mismo
producto impidiendo la manipulación de los precios.
Renta Nacional La renta nacional es la suma de las retribuciones de todos los factores de producción nacionales.
Bruta - RNB
Por tanto, fijándonos en la composición del PIB desde el punto de vista de la renta, tendremos en
cuenta todas aquellas partidas que sean una retribución a los factores de producción, es decir:
rentas del trabajo (salarios pagados a los trabajadores), rentas de la tierra (alquileres) y rentas del
capital (intereses y beneficio del empresario).
Balanza de pagos La balanza de pagos es un documento contable en el que se registran las operaciones
comerciales, de servicios y de movimientos de capitales, llevadas a cabo por los residentes en un
país con el resto del mundo durante un período de tiempo determinado. La balanza de pagos
suministra información detallada sobre todas las transacciones entre residentes y no residentes.
La diferencia entre ingresos y pagos de una determinada sub-balanza se denomina saldo. El saldo
final de la balanza de pagos en su conjunto dependerá del régimen de tipo de cambio de la
economía. En el caso de un sistema de flotación limpia la balanza de pagos siempre está
equilibrada, esto es, tiene saldo cero. En cambio, cuando la economía se rige por un tipo de
cambio fijo, el saldo es equivalente al cambio en las reservas netas del Banco Central.
Mercado
de divisas
- Una divisa es una moneda extranjera.
- El mercado de divisas es el marco organizativo dentro del cual los bancos, las empresas
y los individuos compran y venden monedas extranjeras.
- El mercado de divisas incluye la infraestructura física y las instituciones necesarias para
poder negociar divisas.
Inflación En economía, la inflación es el aumento sostenido y generalizado del nivel de precios de bienes y
servicios, medido frente a un poder adquisitivo. Se define también como la caída en el valor de
mercado o del poder adquisitivo de una moneda en una economía en particular, lo que se
diferencia de la devaluación, dado que esta última se refiere a la caída en el valor de la moneda
de un país en relación con otra moneda cotizada en los mercados internacionales, como el dólar
estadounidense, el euro o el yen.
Política fiscal La política fiscal (también Finanzas Públicas) es una política económica que usa el gasto público
y los impuestos como variables de control para asegurar y mantener la estabilidad económica (y
entrar en déficit o superávit según convenga). Por lo tanto, es una política en la que el Estado
participa activamente, a diferencia de otras como la política monetaria.
De esta forma, al haber mayor gasto público, y menores impuestos, el presupuesto del Estado
genera el déficit.
De esta forma, al haber menor gasto público y mayores impuestos, el presupuesto del Estado
genera un superávit. Aumenta la demanda: se le pone un impuesto a los consumidores para que
esta baje.
Demanda La demanda agregada representa la cantidad de bienes y servicios que los habitantes, las
agregada empresas, las entidades públicas y el resto del mundo desean y pueden consumir del país para un
nivel determinado de precio. La curva de demanda agregada tiene pendiente negativa: si suben
los precios la gente querrá comprar menos y si bajan querrá comprar más.
Efecto Conjunto de incrementos que se producen en la renta nacional de un sistema económico, a
multiplicador consecuencia de un incremento externo en el consumo, la inversión o el gasto público.
El "efecto multiplicador" en el caso del efectivo (monedas, billetes, aunque podría incluirse lo que se
compra a través de plásticos como tarjetas de crédito y débito) está relacionado con el flujo del
mismo en una economía.
Mecanismo (Ejemplo)
Por ejemplo, supongamos que una persona, a la que llamaremos Juan, tiene 10 pesos y gasta 8.
Digamos que esos 8 los recibe el panadero por venderle pan a Juan. El panadero también es un
consumidor y en una siguiente ocasión gasta en comprar carne al carnicero. Aunque Juan no es el
único cliente del panadero vamos a poner atención al dinero que Juan puso en circulación, es decir,
vamos a intentar seguir su viaje.
El panadero toma dinero que Juan le dio para pagar al carnicero, en esta ocasión 6 pesos (sigamos
ahora a esos 6 pesos) que recibe el carnicero. Éste también es consumidor y no pasa mucho para que
compre, digamos, leche con algún tendero, por la cual paga 4 pesos (obviamente los precios no son
reales). El tendero a su vez los recibe y digamos que a la siguiente vez utiliza 2 pesos para comprar
fruta en el mercado.
También podemos pensar que los precios en realidad eran más altos y que el dinero que realmente se
pagó fue una suma de lo que Juan y otros compradores dieron a cada uno de los protagonistas pero,
como en un principio se dijo, sólo estábamos poniendo atención al viaje de los pesos que Juan pagó
en su momento. Las proporciones también son ficticias y a propósito se han dejado como se presentan
para facilitar la explicación.
El efecto acelerador también va en vía contraria: cuando el PIB cae, es decir, se presenta una
recesión, las ganancias, ventas, flujo de caja, el uso de la capacidad instalada y las expectativas
también lo hacen. Esto a su vez desalienta la inversión en activos fijos, reforzando la recesión.
El efecto acelerador tiene un mayor impacto cuando la economía se está alejando de su nivel de
pleno empleo o cuando ya está por debajo de este nivel de producción. Esto es así debido a que los
altos niveles de demanda agregada chocan con los límites impuestos por los niveles de fuerza laboral,
el stock existente de bienes de capital, la disponibilidad de recursos naturales y la habilidad
tecnológica para convertir estos insumos en bienes. Hay que anotar que este principio, como muchos
otros en economía, solo funciona ceteris paribus o "con todo lo demás constante.". Esto quiere decir
que el efecto acelerador puede ser cancelado por otras fuerzas económicas.
Macroeconomía La macroeconomía es el estudio global de la economía en términos del monto total de bienes y
servicios producidos, el total de los ingresos, el nivel de empleo, de recursos productivos, y el
comportamiento general de los precios. La macroeconomía puede ser utilizada para analizar cuál es la
mejor manera de influir en objetivos políticos como, por ejemplo, hacer crecer la economía,
estabilidad de precios, trabajo y la obtención de una sustentable balanza de pagos. La
macroeconomía, por ejemplo, se enfoca en los fenómenos que afectan las variables indicadoras del
nivel de vida de una sociedad.
Microeconomía La microeconomía es una parte de la economía que estudia el tipo de comportamiento económico de
agentes individuales, como pueden ser los consumidores, empresas, trabajadores e inversores; así
como de los mercados que comprenden las áreas. Considera las decisiones que toma cada uno para
cumplir ciertos objetivos propios. Lo anterior, tomando en cuenta que se encuentra en el supuesto de
libre empresa o mercado libre.
TEMA 3. EL ANÁLISIS POSITIVO DEL SECTOR PÚBLICO.
COMPORTAMIENTO DE LOS AGENTES
Y EVOLUCIÓN DEL SECTOR PÚBLICO
1. INTRODUCCIÓN
En este tema trataremos de dar una visión de las principales aportaciones de la llamada
Escuela de la elección colectiva al estudio de los comportamientos del sector público. Se trata de
trasladar el enfoque económico a cuestiones como la existencia de determinadas instituciones, el
comportamiento de los diferentes agentes que condicionan los resultados de la acción pública.
Igualmente resumiremos las principales teorías que se han defendido para explicar el crecimiento del
sector público.
Los ciudadanos pueden decidir que exista un tercero (el Estado) que se ocupe de proteger sus
derechos y castigue las infracciones contra los mismos, siempre y cuando no exija un pago excesivo por
sus servicios y garantice que nadie atentará contra esos derechos que los ciudadanos encomiendan a su
tutela.
3. LOS AGENTES
♣ Los votantes
Para dar una interpretación económica a decisiones como las de ejercer el derecho al voto o
recabar información para que tal derecho se ejercite de un modo más reflexivo, nos interesa
revisar el modelo propuesto por Downs, que estudia los tipos de variables que deben incorporarse a
este análisis y los motivos por los que los ciudadanos se acercan a las urnas.
Downs economista considera que la acción del votante (R) depende:
→ De los beneficios que le reporte el hecho de que gane el grupo político que prefiere (B).
→ De los beneficios que le produzca el mero hecho de “participar” en el proceso electoral (D).
R=Bxπ+D-C
B Æ Todos los votantes valoran los beneficios que les reportará que un determinado partido gane las
elecciones. Es indiferente para el análisis que tales beneficios sean individualizables (aumentar el poder
adquisitivo de la propia pensión, extender la enseñanza obligatoria, etc.) o que estén motivados por el
altruismo.
π Æ Si el votante estima que la elección está muy reñida y que su participación puede ser decisiva para su
resultado final (π es muy grande), será más fácil que se produzca una mayor afluencia a las urnas.
D Æ Los beneficios reflejados en el componente D servirían para entender determinadas conductas, como las
de apostar por el equipo ganador (conocido como efecto bandwagon o furgón de cola) y sentirse así parte de
una victoria colectiva.
C Æ Los costes de ir a votar explicarían las diferencias que se observan cuando la jornada electoral se celebra
en días laborables o en días festivos. Incluso, podrían colaborar en los resultados obtenidos en la elección la
influencia de factores meteorológicos.
♣ Los políticos
La presencia de un número limitado de partidos disputando un mercado de votantes
potenciales, tiene semejanza con el oligopolio.
En principio, parece razonable aceptar que un dirigente de un partido político quiera ser
elegido, sin que tenga relevancia alguna en el análisis posterior que ese deseo se deba a su sincera
voluntad de servir al país, al legítimo propósito de aplicar soluciones a los problemas, a ganar
prestigio social o medios económicos. Sea cual sea el motivo, el dirigente político o su partido
pretenderán hacer máximo el número de votos. Las conclusiones que se derivan de este
planteamiento son bastante evidentes y podemos resumirlas en las siguientes:
Tendencia hacia el centro político. Esta tendencia se ve reforzada con el argumento de que
cada partido tenderá a ocupar los espacios próximos, confiando en que mantendrá cierto apoyo
de su electorado tradicional. Supongamos que el partido X trata de gobernar satisfaciendo los
deseos de quienes no le han votado todavía. Para ello, deberá adoptar decisiones que tal vez le
quiten apoyo entre su electorado básico, pero esa perdida de confianza no será inmediata e
incluso, puede que no llegue a darse nunca, si las alternativas no son satisfactorias.
Distribución de costes. Los dirigentes políticos tratan de distribuir los costes de las
elecciones, de forma que ningún colectivo se vea especialmente perjudicado. Los beneficios
suelen dirigirse a grupos singulares de votantes, cuya movilización a favor de los candidatos
del partido se considera necesaria para la consecución de la victoria electoral. Por ese mismo
motivo se entiende que los períodos pre-electorales estén caracterizados por importantes
aumentos del gasto y que las medidas de ajuste se adopten cuando falta mucho tiempo para
una consulta electoral, en la creencia de que los electores olvidarán, para entonces, los
perjuicios sufridos. Este comportamiento explica que los políticos tiendan a sobrevalorar los
beneficios derivados de una acción determinada y a subestimar sus costes.
Estos grupos organizados desean obtener la satisfacción máxima de sus intereses o hacer
máximos sus beneficios, pero se plantea una cuestión inicial de cierta importancia, relativa a los
motivos que pueden explicar que un individuo o una empresa decidan participar en dichos grupos.
Esta cuestión puede resolverse en dos modos distintos.
→ Puede considerarse que los grupos de presión parten de asociaciones preexistentes con una
actividad complementaria, de tal modo que el grupo estaba ya formado, de forma voluntaria o
coactiva, y, después, decide utilizar sus medios para influir en los resultados de la acción
gubernamental.
Comportamiento free rider Æ quien se aprovecha del beneficio o trabajo de otro para sus propios
intereses, sin asumir los costes (gorrones).
Destacamos los siguientes medios de que disponen los grupos de presión para condicionar la
acción del sector público:
♣ Los funcionarios
Para analizar el comportamiento de los funcionarios la referencia obligada son las
aportaciones de Niskanen sobre el comportamiento de la burocracia. Niskanen distingue:
→ Entre el “burócrata” y la agencia que le entrega los fondos para su labor, sea ésta el
Parlamento o el responsable político de un órgano de la Administración.
Las explicaciones ofrecidas por los hacendistas para justificar la tendencia al incremento del
gasto público en las economías occidentales son muy diversas. Las diferentes teorías las
esquematizamos en la siguiente tabla.
→ Ley de Wagner. Considera que el desarrollo económico del país impulsa presiones
crecientes por parte de la sociedad a favor de un aumento del gasto público, por dos tipos de
razones:
Sociedades más desarrolladas son también más complejas con un mayor número
de conflictos entre sus miembros, lo que exige una mayor intervención del Estado en su
solución.
ƒ Una vez superadas las circunstancias excepcionales que justificaron el aumento del
gasto público, la sociedad ya se ha acostumbrado al nivel de impuestos existente y acepta
que la mayor recaudación se dedique a una mejora en la provisión de bienes y servicios
públicos, pues los votantes consideran poco satisfactoria la calidad de los mismos
(efecto inspección).
→ Redistribución de la renta. El mayor crecimiento en los gastos del sector público se debe
afunciones de carácter redistributivo, un dato particularmente relevante desde el final de la II
Guerra Mundial. La clave se encontraría en que a partir de esta fecha se amplia el sufragio a
sectores de renta baja, lo que sitúa al votante medio en un nivel de ingresos inferior al registrado
con las fórmulas de sufragio censitario, propias del siglo XIX. Los distintos grupos políticos
tienden a acercarse al estrato medio de estos votantes con la finalidad de garantizar la elección, de
ahí que sean más sensibles a favor de gastos que favorezcan las demandas de estos grupos
sociales.
→ Grupos de interés. La presencia de grupos de interés poderosos, como los sindicatos o las
organizaciones empresariales, tienden a aumentar la demanda de aquellos gastos públicos que
les benefician de un modo directo. De este modo, la sociedad ejerce una presión creciente
sobre el nivel de gasto público, por vías indirectas, ajenas al puro proceso electoral.
→ Ciclo electoral. La teoría del ciclo electoral pone de manifiesto cómo en los momentos
previos a la consulta del electorado, los poderes públicos inician o aceleran programas de
gasto con la finalidad de aparecer ante los votantes como buenos gestores de los asuntos
públicos. Reviste escasa importancia que tales urgencias de última hora aumenten los costes
del proyecto por encima de lo inicialmente presupuestado, ya que una vez que se ha
conseguido la reelección es posible proceder a algunos recortes en el gasto público o a un
aumento en los impuestos, con la esperanza de que este esfuerzo se haya olvidado en el
período que falta hasta la siguiente consulta electoral.
→ Comportamiento de los funcionarios. El comportamiento de los funcionarios, analizado por
Niskanen, es una justificación más del crecimiento del gasto público por encima de lo que
resultaría óptimo socialmente. Este aspecto se acentúa si tenemos en cuenta la seguridad del
funcionario en su puesto de trabajo, con mayores garantías a las de cualquier asalariado, la
falta de precios que permitan medir la productividad, con las lógicas dificultades que ello
supone para evaluar su rendimiento y la ausencia de mecanismos sancionadores automáticos por
su mala gestión.
→ Ideología del partido en el poder. En el siglo XX las alternativas en las democracias
europeas son los partidos conservadores o democratacristianos, de un lado, y los
socialdemócratas, de otro. Estas circunstancias son relevantes en el análisis del gasto público,
pues los partidos conservadores son más proclives que los liberales a las políticas de
redistribución de rentas, que han sido una fuente indudable de crecimiento del gasto público.
Por su parte, los partidos socialdemócratas han sido los grandes impulsores de las políticas de
gastos sociales.
→ Centralización del sector público. Se ha argumentado que la propia estructura del Estado,
más o menos descentralizada, puede contribuir a un crecimiento del gasto público. Esto ocurre
cuando el proceso de descentralización lleva a una duplicación de las funciones realizadas por el
sector público o cuando la financiación de los entes autonómicos o locales depende
substancialmente de la entrega de fondos por parte del poder central.
♣ Un enfoque basado en la interacción de la demanda y la oferta
En un análisis iniciado por Baumol, pero continuado después por otros economistas, se ha
tratado de explicar cómo la confluencia de una demanda rígida de gasto público y una oferta, que se
desplaza para reflejar costes crecientes, puede explicar la tendencia al crecimiento del gasto
público. Para ello, consideremos la situación reflejada en la figura 3.2.
En la situación inicial, representada por la curva de demanda (D) y la de oferta (O), se está
produciendo un nivel de suministro de servicios públicos indicado por la cantidad Q* a un
“precio” P*. Ahora bien, la productividad del sector público es inferior a la que se observa en el
sector privado, tanto por las propias deficiencias en la gestión, como por el hecho de que en el
sector servicios resulta más difícil incorporar mejoras tecnológicas, o sustituir mano de obra por
equipo de capital, mientras que el crecimiento en los costes salariales del sector privado de la
economía viene a ser similar al de los aumentos en el sueldo de los funcionarios o personal de la
Administración. Si el coste salarial crece lo mismo, pero la productividad lo hace a un ritmo más
bajo, el coste de provisión del servicio público aumenta, lo que se representa con el
desplazamiento de la oferta hacia arriba (O´). En tales circunstancias se produciría una nueva
cantidad Qº con un nuevo precio Pº.
Figura 3.2.
Demanda inelástica y aumento de costes en la provisión de servicios públicos
Puede comprobarse que, en la situación inicial, el nivel de gasto público es P* x Q* y que estaría
representado por la suma de las dos áreas de los rectángulos A y C. En la situación final, el gasto del sector
público sería Pº x Qº y su representación geométrica sería la suma de las áreas A y B. Si comparamos B y C,
observaremos que el sector público está suministrando un nivel inferior de servicios públicos (Qº < Q*),
pero está incurriendo en un mayor gasto. Este fenómeno se conoce como enfermedad de Baumol y se
produce con mayor intensidad cuanto más inelástica sea la curva de demanda y cuanto mayor sea el
crecimiento en los costes de la provisión de los servicios públicos.
Demanda elástica Demanda inelástica
Una pequeña variación en el precio provoca una Una pequeña variación en el precio provoca una
variación grande en la cantidad consumida. En variación pequeña en la cantidad consumida. En
la demanda elástica la curva de demanda es la demanda inelástica la curva de la demanda es
cercana a la horizontal. cercana a la vertical.
♣ Los hechos
La fuente a la que deberíamos acudir para comprobar cuál ha sido la evolución real del
gasto público en nuestro país debería ser el de las previsiones contenidas en las Leyes de
Presupuestos. Sin embargo, existen dos motivos por los que esos datos pueden darnos una visión
inexacta de la realidad:
ƒ Debido al proceso de descentralización que ha vivido nuestro país, una buena parte del gasto
público se lleva a cabo fuera de la Administración Central del Estado, por lo que deberíamos
utilizar datos que reflejen la evolución del gasto en el conjunto de las Administraciones
Públicas.
ƒ Existen diferencias entre el gasto inicialmente presupuestado y el que realmente se realizó,
llegando a tal cuantía que actualmente tiene sentido preguntarse para qué sirven los
Presupuestos.
→ Crisis económica de las economías occidentales a partir de los años setenta. La crisis
económica en nuestro país impulsa el gasto público, al menos, en dos direcciones:
La necesidad de efectuar pagos por seguro de desempleo para atender la creciente cifra de
paro registrada por nuestro mercado de trabajo.
Las subvenciones entregadas a empresas públicas con pérdidas, que representan una cifra
elevada por la importancia del sector público empresarial de nuestro país.
→ Aumento del gasto. El creciente déficit público colabora decisivamente al aumento del gasto, a
través del pago de intereses por la deuda acumulada en ejercicios anteriores.
La mejora en los datos de la tasa de desempleo, que de ser casi un 19% en 1995 pasa a
algo más del 9% en 2005. La mejor situación del mercado laboral reduce el pago de
prestaciones por desempleo. Por otro lado, el propio crecimiento en el empleo permite
obtener recursos adicionales no sólo a través de la imposición directa, sino también a
través de las cotizaciones sociales. La capacidad de financiación de la Seguridad Social
permite cubrir las necesidades de financiación de la Administración Central.
La bajada de los tipos de interés. El tipo de interés a corto plazo pasa de un 9,4% en
1995 al 4,4% en 2000 y llega a un mínimo histórico en 2004 con un 2,1%.
Un vistazo
Grupos
de presión Un grupo de presión es una organización social con un objetivo o intereses propios de los integrantes de esta, cuya
obtención implica influir en las decisiones de las masas para colocar estas a su favor.
Los grupos de presión utilizan los medios a su alcance, buscando la manera de dominar la opinión pública, la cual, a su vez,
cuando ha adoptado la ideología de estos grupos, inevitablemente continúa difundiendo la ideología hacia otras personas. La
manera de dominar a estas masas parte de mostrar a estas los beneficios o ventajas de adoptar sus ideas, que a final de cuentas
terminan beneficiando al mismo grupo de presión.
Podríamos considerar como grupos de presión a las siguientes instituciones: grupos políticos, grupos religiosos,
organizaciones militares, compañías mercantiles multinacionales, etc.
El objetivo de un grupo de presión se fundamenta en la búsqueda del control indirecto del poder para obtener beneficios
lucrativos o morales, mediante ganancias económicas, estratégicas o religiosas para el mismo grupo de presión.
En política se reconocen como grupos de presión aquellas colectividades que sin participar directamente en las estructuras de
representatividad mediatizan la decisión de los ciudadanos para un fin particular.
Las simples asociaciones ciudadanas aglutinan a personas motivadas por un fin propio y común, que ejercen con autonomía en
la sociedad haciendo valer su fuerza colectiva para que sus derechos sean reconocidos en las instituciones políticas. Los grupos
de presión, en cambio, se caracterizan porque proyectan sus medios de poder dirigiendo la voluntad de los ciudadanos hacia
unas determinadas estructuras representativas en las cuales los grupos de presión encuentran más facilidades para conseguir
beneficios particulares. Conseguir ese dominio indirecto de la voluntad personal es una
característica esencial de estos grupos, porque o presentan incompatibilidad legal con su presencia en el poder político o bien
consideran favorable a sus intereses no ejercer directamente esa responsabilidad. Por tanto, han de presionar sobre quienes
confieren el poder -ciudadanos, partidos, estructuras aristocráticas, etc.- así como sobre quienes ejercen ese poder -partidos,
coaliciones, gobiernos, monarquías, etc.- para que las decisiones de los mismos favorezcan la implantación de actividades
proclives a generar los beneficios particulares buscados.
La estrategia de los grupos de presión, para que sea eficaz su gestión, se fundamenta en presentar como beneficios comunes
aquellas estructuras que favorecen sus objetivos particulares. Esta finalidad puede estar extendida más o menos dentro del
grupo, siendo a veces un reducido número de miembros de la cúpula quienes monopolizan las directrices y el beneficio
planificado. Para este fin los grupos suelen motivar los sentimientos de los ciudadanos o los estados de necesidad, situaciones
en las cuales la racionalización de la respuesta es menos objetiva y más fácil de conseguir.
Las causas formales de los grupos de presión son siempre el control indirecto del poder y las motivaciones materiales
principales suelen ser económicas, estratégicas o religiosas, por las cuales se busca un beneficio lucrativo o moral para la parte
que constituye el grupo que presiona a la sociedad. Se han reconocido como grupos de presión tradicionalmente a las grandes
compañías mercantiles multinacionales, la banca, las confesiones religiosas, los terratenientes, medios de comunicación
amarillos... pero no se pueden olvidar otras de no menor influjo como el narcotráfico, movimientos antisistema, colectivos de
damnificados, etc. Todos ellos rehúsan de hecho su conformación como grupos políticos, a veces por pura incompatibilidad
legal, pero buscan los medios indirectos para alcanzar formas de influjo y decisión semejantes a ellos, con la ventaja de que al
no ser percibidos como tales no sufren el rechazo de los ciudadanos, quienes apoyan o reprueban a los políticos en las urnas,
sin entender en muchos casos de las fuerzas que les sostienen o les dejan caer, según sus intereses particulares.
Grupos I. Concepto. Asociación o grupo organizado de personas o instituciones que manifiestan deseos conscientes o intereses
de presión comunes a sus miembros, realizando una acción destinada a influir en las instituciones del poder público para producir
(continuación) decisiones de éste favorables a sus fines. Algunos autores prefieren usar el vocablo cabildeo en vez de grupo de presión para
referirse a los grupos que intentan ejercer presión sobre el poder público, ya que la mayor parte de dichos grupos, durante la
mayor parte del tiempo, sólo plantean solicitudes y en el caso de usar la presión, ella no es utilizada de manera regular.
II. Características. Los rasgos que caracterizan al grupo de presión son los de ser: 1) un grupo organizado; 2) expresar
conscientemente intereses parciales o particulares; 3) ejercer presión sobre el poder público para obtener sus fines; 4) no
buscan ejercer por sí mismos el poder público y 5) no asumen la responsabilidad de las decisiones adoptadas bajo su
influencia.
III. Clasificación de los grupos de presión. Los grupos de presión pueden clasificarse atendiendo a diferentes criterios:
• Grupos de personas y grupos de organizaciones. Este criterio atiende a la naturaleza del grupo. Hay grupos de presión
integrados de personas naturales (sindicatos, asociaciones gremiales, asociaciones profesionales, asociaciones de vecinos,
etc.), como hay grupos de presión constituidos por otros grupos o asociaciones (federaciones y confederaciones de
sindicatos o asociaciones profesionales; federaciones o confederaciones de organizaciones campesinas; federaciones o
confederaciones de asociaciones estudiantiles; federaciones o confederaciones de organizaciones empresariales, etc.).
• Grupos de masas y grupos de cuadros. Los grupos de presión de masas están compuestos de una gran cantidad de
miembros, con una organización bien estructurada y con aportes financieros pequeños y regulares (organizaciones sindicales de
trabajadores industriales o de campesinos). Los grupos de presión de cuadros están compuestos de una cantidad pequeña de
miembros con fuerte influencia económica o social (asociaciones de banqueros, asociaciones de grandes empresarios
industriales o agrícolas, etc.).
• Grupos de presión exclusivos y grupos de presión parciales. Los grupos de presión exclusivos son aquellos cuya razón de
ser para constituirse es ejercer presión (los lobbies en Estados Unidos). Los grupos de presión parciales son aquellos grupos en
los que la presión es utilizada en momentos específicos o como instrumento adicional, no siendo ella la única finalidad
del grupo (asociaciones profesionales, asociaciones de cooperativas, asociaciones empresariales, etc.).
• Grupos de presión promocionales y grupos de presión funcionales o seccionales. Los grupos de presión promocionales o
de causa tienen por objeto promover un ideal o una causa determinada, su número de adherentes no es susceptible de apreciarse.
Tales asociaciones buscan atraer miembros con base en compartir determinados valores o una visión determinada de ciertos
problemas (sociedades protectoras de animales, asociaciones opuestas al uso de centrales atómicas, Amnesty International,
etc.). Los grupos de presión seccionales o funcionales son aquellos que hablan en nombre de una función o sección reconocible
de la sociedad (agrupaciones de comerciantes, federación de sindicatos industriales, colegios profesionales).
• Grupos de presión privados y grupos de presión públicos. Los primeros son todos aquellos que emergen de la
organización de la sociedad civil, mientras que los segundos están compuestos de personas o agrupaciones de ellas que
desarrollan sus funciones dentro del poder gubernamental o estatal (organizaciones de funcionarios públicos, las fuerzas
armadas, organizaciones militares, industriales).
• Grupos de presión nacionales y grupos de presión internacionale s. Los grupos de presión nacionales son aquellos que
desarrollan su acción dentro de los límites de un Estado. Los grupos de presión internacionales ejercen su acción
traspasando los límites de un Estado, sin que necesariamente puedan ser identificados con las organizaciones
internacionales.
• Grupos de presión directos y grupos de presión indirectos. Los primeros son aquellos que presionan en búsqueda de su
propio interés (agrupaciones profesionales, asociaciones empresariales, asociaciones sindicales). Los segundos son aquéllos
que ponen al servicio de otros grupos su influencia a cambio de una remuneración (los lobbies en Estados Unidos).
• Los grupos de presión material y los grupos de presión moral. Los primeros son los que persiguen un interés material
generalmente de carácter financiero (aumento de remuneraciones, alzas de precios, deducciones tributarias, bonificaciones),
aunque también pueden ser de otro orden (mejoramiento de las condiciones de trabajo, ventajas previsionales, entre otras).
Entre los últimos, que tienen intereses morales o valóricos, encontramos las asociaciones filantrópicas, agrupaciones
culturales, las iglesias.
IV. Las formas de presión utilizadas. Los grupos de presión utilizan tres formas o tipos de presión: la persuasión, la
corrupción, y la intimidación.
• La persuasión. Esta forma de presión se emplea a través de las negociaciones, la información y la propaganda, con el objeto
de convencer de que ella está orientada hacia el bien común, aun cuando en la práctica representa el interés particular o
sectorial que sirve al grupo de presión respectivo.
• La intimidación. Esta forma de presión lleva aparejada una amenaza velada o abierta del uso de la fuerza o de no
colaboración con el gobierno en el caso de no aceptarse la propuesta del grupo de presión.
• La corrupción.Constituye éste el mecanismo más contrario al ordenamiento jurídico, siempre se realiza fuera del escenario
público, utilizándose generalmente medios económicos para recompensar la decisión política favorable al grupo de presión.
Burocracia En sociología, la burocracia es una estructura organizativa caracterizada por procedimientos regularizados, división de
responsabilidades y especialización del trabajo, jerarquía y relaciones impersonales. El término puede referirse a cualquier
tipo de organización.
Una burocracia hipotéticamente y en forma ideal constaría de varios niveles de dirección que requerirían muchas
aprobaciones con firma para la toma de cualquier decisión. Una segunda característica de muchas burocracias,
particularmente de las de gobierno, es la suma dificultad para despedir a los empleados (estabilidad laboral).
Entre los ejemplos de las burocracias cotidianas se pueden contar las de hospitales, tribunales, iglesias, escuelas y las
empresas tanto públicas como privadas.
Elasticidad En economía, la elasticidad es la razón formada entre el cambio proporcional de una variable con respecto del cambio
proporcional de otra variable. También es la sensibilidad de la cantidad demandada u ofertada a los cambios en los precios.
La elasticidad se usa con frecuencia respecto de la relación precio-demanda y de la relación precio-oferta, pero la aplicabilidad
de este concepto no está restringida a ese único caso, sino que es más amplia, ya que la elasticidad puede reflejar
numerosas relaciones entre dos variables.
La elasticidad renta de la demanda mide la sensibilidad de la cantidad demandada ante cambios en la renta, manteniendo
constantes los precios de todos los bienes.
Demanda La que es insensible a las variaciones del precio. Es sinónimo de demanda inelástica. Demanda rígida u oferta rígida
significa que la demanda o la oferta varían muy poco cuando se modifican los precios.
rígida
Elasticidad de la demanda es la variacion porcentual en la demanda de un bien dada una variación porcentual en el precio del
mismo.
Si un bien aumenta su precio en un 10% y la demanda disminuye en un porcentaje mayor a ese 10%, entonces la demanda es
"elástica" Ejemplo: El precio de una determinada marca de refresco aumenta un 10%, entonces los consumidores dejaran de
demandarla en más de ese 10%, puesto que es un bien que tiene otros sustitutos cercanos, es una demanda muy elástica
Si un bien aumenta su precio en un 10% y la demanda disminuye en un porcentaje igual a ese 10%, entonces la demanda es
"de elasticidad unitaria" Ejemplo: el precio de los autos aumenta un 10%, aunque no es fácilmente sustituible, los
consumidores elegirán dejar de comprar los autos conforme el precio aumente, la demanda de los consumidores bajará en10%
, es decir, los consumidores compraran menos autos en proporción directa con el aumento del precio
Si un bien aumenta su precio en un 10% y la demanda disminuye en un porcentaje menor a ese 10%, entonces la demanda es
"inelástica" Ejemplo: La gasolina sube 10%, como es un bien que no se sustituye fácilmente, los consumidores no tienen de otra
mas que seguir consumiéndolo aunque el precio aumente, la demanda es inelástica, los consumidores seguirán comprando
prácticamente sin importar el aumento del precio
Estos son conceptos básicos, de ahí se derivan los conceptos de bienes sustitutos, complementarios, normales, inferiores, etc.
Sector servicios Sector servicios o sector terciario es el sector económico que engloba todas aquellas actividades económicas que no
producen bienes materiales de forma directa, sino servicios que se ofrecen para satisfacer las necesidades de la población.
Incluye subsectores como comercio, transportes, comunicaciones, finanzas, turismo, hostelería, ocio, cultura, espectáculos, la
administración pública y los denominados servicios públicos, los preste el Estado o la iniciativa privada (sanidad, educación,
atención a la dependencia), etc.
El sector servicios o sector terciario se compone de las áreas "suaves" de la economía tales como seguros, turismo,
actividades financieras, comercio, educación, restaurantes, industria del ocio (música, radio, cine y televisión), transporte,
salud, asesoramiento jurídico, comunicaciones (prensa, radio e Internet), etc.
Pensiones El Estado a través de la Seguridad Social garantiza a las personas comprendidas en su campo de aplicación, por realizar una
actividad profesional contributiva o por cumplir los requisitos exigidos en la modalidad no contributiva, la protección
no adecuada frente a las contingencias y en las situaciones que se contemplan en la Ley General de la Seguridad Social.
contributivas
La Pensión no Contributiva de Jubilación asegura a todos los ciudadanos en situación de jubilación y en estado de necesidad
una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya
cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una Pensión Contributiva.
Pueden ser beneficiarios de la PNC de Jubilación los ciudadanos españoles y nacionales de otros países, con residencia legal en
España que cumplen los siguientes REQUISITOS:
1. EL CONCEPTO DE PRESUPUESTO
En el ámbito del sector público podemos definir el Presupuesto como el resumen sistemático,
confeccionado en períodos regulares de tiempo y aprobado por el órgano colegiado competente, en el
que se establecen las previsiones de gastos e ingresos, con la finalidad de atender a un plan de
actuación económica. La aceptación del presupuesto significa, implícitamente, una renovación de la
confianza en los gestores responsables de su aprobación.
♣ La fase de elaboración
La iniciativa está en manos del Poder Ejecutivo que atribuye la responsabilidad de la
confección del anteproyecto al Ministerio de Economía y Hacienda. En el proceso de
elaboración debemos tener en cuenta tres elementos fundamentales:
Œ Las previsiones económicas. Son las referidas al año de vigencia del presupuesto.
Estas estimaciones reflejan la evolución del nivel de renta, el empleo, la tasa de inflación o
los tipos de interés.
Œ Los anteproyectos de gasto de los distintos Ministerios. Entre ellos se tiene que
establecer un orden de prioridades, pues casi siempre exceden las posibilidades de los
ingresos públicos.
Œ Las estimaciones de ingresos. Estas estimaciones dependen de la evolución
económica general y de las decisiones adoptadas en lo que se refiere a los tipos impositivos o
deducciones aplicables a los impuestos.
La incapacidad del ejecutivo para sacar adelante este proyecto representa una retirada
implícita de la confianza en el mismo, que lo aboca a la convocatoria de nuevas elecciones.
♣ La fase de ejecución
Una vez que la Ley de Presupuestos ha sido aprobada por el Parlamento, se puede proceder a
su aplicación.
Debe aprobarse mediante ley todo aumento de gasto por encima de lo autorizado
inicialmente.
Ingresos
Ingresos ordinarios Æ Fundamentalmente son los de carácter tributario. En este caso, el
presupuesto señala una estimación de los ingresos a percibir a través de esta vía, pero
pueden producirse errores de estimación que generen una cifra inferior o superior a la
prevista.
Ingresos extraordinarios Æ Están constituidos en su mayor parte por las emisiones de
deuda pública. En este caso, el Parlamento marca un límite máximo de endeudamiento
para el ejecutivo. No sucede nada si no se llega a ese nivel máximo, pero superarlo exige
una autorización del legislativo a través del proyecto de ley correspondiente.
♣ La fase de control
Œ Control interno de la propia Administración
Se realiza con la finalidad de garantizar que no haya despilfarros en la gestión de los
fondos públicos. La Intervención General de la Administración del Estado fiscaliza todos
los expedientes de la Administración de los que se deriven derechos y obligaciones con
contenido económico. De este modo, el propio ejecutivo pretende vigilar la legalidad de la
ejecución del presupuesto.
Œ Control externo parlamentario
Trata de comprobar hasta qué punto se han cumplido las previsiones presupuestarias o, lo
que es lo mismo, si el ejecutivo se ha movido dentro de los límites que le autorizó el
Parlamento. Si el presupuesto constituye una autorización del Parlamento al ejecutivo, el órgano
legislativo debe disponer de algún instrumento que le permita comprobar hasta qué punto se
han cumplido las previsiones establecidas en el documento presupuestario. Ahora bien, esta
tarea es extraordinariamente compleja, de ahí que las Cortes Generales deleguen esta
función en un órgano especializado Æ el Tribunal de Cuentas.
El Tribunal de Cuentas
Figura en el art. 136 CE y viene regulado por Ley Orgánica 2/1982, de 12 de mayo, del
Tribunal de Cuentas.
- Es el supremo órgano fiscalizador de las cuentas y gestión económica del sector público.
- Depende directamente de las Cortes Generales y ejerce sus funciones por delegación de
éstas.
- Su misión es censurar las cuentas del Estado, es decir, comprobarlas.
- Debe remitir a las Cortes un informe anual en el que comunica las infracciones o
responsabilidades en las que, en su caso, se haya incurrido.
- Sus miembros gozan de las mismas atribuciones que jueces y magistrados en cuanto a
independencia, inamovilidad e incompatibilidades.
Puede afirmarse que este órgano constitucional tiene dos funciones distintas:
Esta doble función explica que existan dos Secciones en el seno del Tribunal:
ƒ La Sección de Fiscalización, regulada en los artículos 8 a 10 LOTC.
ƒ La Sección de Enjuiciamiento, a la que se refieren los artículos 11 y 12 LOTC.
3. LOS PRINCIPIOS PRESUPUESTARIOS CLÁSICOS
→ Quiebra del principio de neutralidad. Puede hablarse de una quiebra en el principio de neutralidad de los impuestos,
pues una de las características más evidentes del llamado modelo de Estado del Bienestar es precisamente que el
sistema fiscal se emplee como mecanismo de redistribución de la renta y como instrumento de política económica que
incentiva determinados comportamientos del sector privado.
→ Abandono de la regla del presupuesto equilibrado. El abandono de esta regla se debe a la convicción de que
acentuaba los desequilibrios macroeconómicos Æ En los momentos de recesión económica la renta nacional crece a
un ritmo más lento e incluso llega a disminuir. En estas circunstancias, el Estado ve recortada su cifra de ingresos y,
obligado por la regla del presupuesto equilibrado, debería rebajar su gasto. Pero, al disminuir el gasto del sector
público, la producción y la renta del país decrece aún más, con lo que la depresión se acentúa. En cambio, en los
procesos inflacionistas, la recaudación crece aún más de lo que lo hacen los precios, el sector público puede gastar
más y agrava el proceso inflacionista. Se afirma, entonces, que la regla del presupuesto equilibrado favorece una
acción paralela del sector público a lo largo del ciclo económico, amplificando su inestabilidad. Por ello, se asevera
que tiene un efecto procíclico y que, como tal regla de conducta, debe ser abandonada.
La quiebra de la anualidad del presupuesto es patente cuando se precisa realizar una obra
pública cuya ejecución se extiende a varios años, pero cuyo coste total no puede valorarse y
aprobarse antes de emprenderlas. Para solventar esta cuestión, existen dos fórmulas
presupuestarias:
→ Los créditos de compromiso. Significan que el gasto previsto de inversiones del Estado
se estima en un ejercicio presupuestario, el del año en que comienza la ejecución de la obra.
Ese año se permite al ejecutivo comprometer el gasto total, pero no pagarlo totalmente
en el ejercicio. Los presupuestos sucesivos van incluyendo las cifras correspondientes a la
fracción de obra que se realiza anualmente.
→ Las leyes de programa. Se aprueban en el Parlamento con independencia de los
presupuestos y autorizan la puesta en marcha de un programa de gastos que durante varios
años financiará la obra correspondiente, atribuyendo los créditos de compromiso a cada
ejercicio económico. Cada año la ley de presupuestos debe reflejar estos gastos, lo que
encierra el peligro de que el Parlamento rechace la inclusión de una anualidad y se incumpla
la ley de programa.
ƒ Principio de publicidad Æ El principio de publicidad tiene excepciones en el caso de los
gastos diplomáticos, los de carácter militar o los denominados fondos reservados, si bien el
control parlamentario es posible a través de la Comisión de Secretos Oficiales.
Existen dos normas jurídicas, de rango distinto, para regular esta materia (dos leyes de
estabilidad presupuestaria). La primera reviste la forma de ley ordinaria y la segunda de ley orgánica
y es complementaria de la anterior. La regulación en dos leyes se motiva a la descentralización
del
sector público de nuestro país Æ La ordinaria para la Administración Central del Estado y la orgánica
para las Comunidades Autónomas.
Los principales medios por los que se pretende que el sector público estatal cumpla el principio de
estabilidad presupuestaria son los siguientes:
El presupuesto anual debe enmarcarse dentro de un escenario plurianual con la finalidad de
realizar una previsión más adecuada de los ingresos y gastos correspondientes.
Š Por un lado, buscando que el control sobre los objetivos de estabilidad de los entes
subcentrales tengan un carácter más negociado.
Š Por otro, flexibilizando la exigencia de equilibrio que ahora se pretende que se consiga no
para cada año concreto, sino para el conjunto del ciclo económico.
Un vistazo
Deuda pública
Por deuda pública se entiende al conjunto de deudas que mantiene un Estado frente a los particulares u otro país.
Constituye una forma de obtener recursos financieros por el estado o cualquier poder público materializado
normalmente mediante emisiones de títulos de valores. Es además un instrumento que usan los Estados para
resolver el problema de la falta puntual de dinero, por ejemplo:
• Cuando se necesita un mínimo de tesorería (dinero en caja) para afrontar los pagos más inmediatos.
• Cuando se necesita financiar operaciones a medio y largo plazo, fundamentalmente inversiones.
La deuda pública se define como un instrumento financiero de naturaleza pasiva para el ente público emisor
(País, Provincia, Estado, Departamento, Distrito o Municipio) que busca en los mercados nacionales o
extranjeros captar fondos bajo la promesa de futuro pago y renta fijada por una tasa en los tiempos estipulados
por el bono. Para financiar sus actividades, el sector público puede utilizar esencialmente tres medios:
• Impuestos y otros recursos ordinarios (precios públicos, transferencias recibidas, tasas, etc.).
• Creación de dinero, mediante un proceso de expansión monetaria.
• Emisión de deuda pública.
Fondos reservados Son una partida presupuestaria que el Ministerio del Interior dedica anualmente para combatir el terrorismo y el
narcotráfico. La diferencia de esta partida con otras dedicadas al mismo fin es la ausencia de publicidad,
justificación y supervisión externa que existía sobre ella. Para evitar el uso irregular de este dinero, el 11 de mayo de
1995 entró en vigor una ley que regula la utilización y el control de los gastos reservados.
Entre los años 1983/ 93, el Ministerio del Interior asignó unos 20.000 millones de pesetas para gastos reservados,
que se ingresaron en tres cuentas corrientes del Banco de España. La primera, denominada "Provisión de Fondos",
estaba destinada a atender las necesidades de la Dirección de la Guardia Civil. La segunda, llamada "Habilitación
de Material", era directamente gestionada por el ministro y la tercera y más cuantiosa, registrada a nombre de la
"Dirección de la Seguridad del Estado-Secretaría de Estado para la Seguridad", estaba gestionada por el
director de la Seguridad del Estado, aunque Rafael Vera siempre tuvo firma sobre ellas.
Durante el citado periodo, además de las cantidades inicialmente presupuestadas, el Ministerio del Interior
dispuso de partidas complementarias con las que se incrementaban anualmente los fondos
destinados a gastos reservados de la Secretaría de Estado.
TERCERA PARTE.
LAS FUNCIONES DEL SECTOR PÚBLICO
Conceptos importantes
* Bienes públicos
En un bien público puro todos los individuos (no exclusión) consumen el total producido (no
rivalidad). Ejemplo, la protección de la capa de ozono, defensa nacional, seguridad ciudadana, etc.
* Competencia perfecta
Se dice que un mercado está funcionando en competencia perfecta cuando reúne determinadas
características entre las que puede destacarse el elevado número de compradores y vendedores que
implica la irrelevancia de las decisiones individuales en las magnitudes del mercado. Garantiza la
máxima eficiencia.
Un mercado de competencia perfecta tiene como características más relevantes las siguientes:
* Competencia imperfecta
Las empresas que actúan en mercados de competencia imperfecta tienen la posibilidad de influir
en el precio final (empresas precio-determinantes), a diferencia de las que actúan en
competencia perfecta.
Pueden calificarse mercados de competencia imperfecta aquellos en los cuales los sujetos
individuales tienen capacidad para influir decisivamente en el precio del mercado o para decidir el
precio que aplican a su propia producción. Podemos definir tres grandes tipos de mercado dentro de la
competencia imperfecta:
- Las que tienen un margen muy reducido para fijar los precios, para las cuales podría ser
válida la simplificación de que son precio-aceptantes (la parafarmacia de mi mujer).
- Otras, al menos las de mayor tamaño o importancia, que tienen un margen más amplio para
decidir o influir de forma importante sobre los precios de los productos y que podemos
llamar precio-determinantes (Sony, Phillips, etc.). Son empresas precio-determinantes
aquellas que tienen en cuenta su capacidad para influir en el precio como una de las variables
estratégicas sujetas a su decisión. Esa capacidad viene dada, bien porque el número de
empresas es muy reducido, bien porque el producto que ofrecen cada una de ellas se
diferencia de los ofertados por las competidoras, lo suficiente como para que no puedan
considerarse perfectamente sustituibles (por ejemplo, Sony frente a otras marcas de
televisiones inferiores).
1. INTRODUCCIÓN
En este tema veremos los diferentes fallos existentes en el mercado y la labor del sector
público para solventarlos.
→ Vamos a considerar los bienes públicos puros (p.e. defensa nacional, seguridad ciudadana, etc.),
cuya clave está en cómo se financia esa producción.
- En los bienes privados la producción se financia a través del pago de un precio en el mercado.
- En los bienes públicos, donde no existe mercado, la producción debe financiarse mediante el
pago de impuestos.
Cada vez observamos con más frecuencia bienes públicos gestionados por empresas
privadas, pero eso no les hace perder en absoluto su carácter, ni los convierte en productos
susceptibles de su venta en el mercado.
→ Fallos en los mercados monopolizados. Nos plantearemos hasta qué punto el monopolio, como
estructura de mercado, impone un coste de bienestar para la sociedad y discutiremos las formas de
regulación del mercado.
→ Fallo del mercado causado por la presencia de efectos externos en la producción de un bien o
servicio. Definiremos el concepto de efecto externo como las consecuencias de la producción o
consumo de un bien sobre la producción o consumo de otro, sin que tal efecto sea trasmitido a
través de los precios. Haremos referencia a un caso particular de efecto externo negativo, que es el
constituido por la contaminación o los daños al medio ambiente.
2. CONDICIONES DE EFICIENCIA
EN LA PROVISIÓN DE BIENES PÚBLICOS PUROS
La cuestión de qué cantidad de bien privado debe fabricarse y a qué precio se resuelve a través
del mecanismo de mercado. La cantidad y el precio obtenidos en el punto de equilibrio representan un
resultado que tiene las características de un óptimo de Pareto.
En el caso de los bienes públicos no puede existir un mercado que regule su producción, de ahí
que sea el sector público el encargado de su provisión. A pesar de ello, podemos preguntarnos cuáles
deberían ser las condiciones de eficiencia si dispusiéramos de un mecanismo hipotético que cumpliera
las funciones del mercado. El estudio de estos sistemas hipotéticos de asignación es lo que constituye el
análisis de los modelos teóricos de determinación de la cantidad óptima de bienes públicos.
A partir de las dos demandas anteriores (A y B) es muy sencillo obtener la demanda total en el
mercado.
Precio de 100 unidades Æ El grupo A demanda 20 unidades y el B 10, por lo que la demanda
total en el mercado será 30 unidades.
Precio de 50 unidades Æ La demanda del grupo A es de 40 y la del grupo B de 30, por lo que la
demanda total será de 70 unidades.
La obtención de la demanda total en el mercado se consigue sumando, para cada precio, las
cantidades demandadas por los distintos grupos de consumidores. Dado que la cantidad aparece
reflejada en el eje horizontal del gráfico, se dice que, en los bienes privados, la demanda en el
mercado se obtiene sumando horizontalmente las demandas individuales.
Una vez comprobado esto, estamos en disposición de obtener las condiciones de eficiencia en la
asignación de bienes privados.
PE = CMg
Este precio es el mismo para el demandante A y para el demandante B. Cada uno de ellos
determina la cantidad que desea adquirir del producto QA y QB. Como es lógico, la suma de ambas
cantidades coincide con la cantidad vendida en el mercado.
En definitiva, el mecanismo del mercado genera dos condiciones que caracterizan la eficiencia
económica para los bienes privados:
CMg = PE = PA = PB
QE = QA + QB
Es decir, el precio pagado por cada consumidor es igual al de equilibrio en el mercado y, por
tanto, al coste marginal, mientras que la cantidad de equilibrio es igual a la suma de cantidades
demandadas que, normalmente, no serán iguales para cada grupo de demandantes.
En el caso de los bienes públicos puros las cosas cambian substancialmente. En primer lugar, no es
posible que A y B dispongan de cantidades diferentes del bien público, pues, al ser un producto de
consumo no rival si A dispone de x unidades de bien público, B obtiene simultáneamente las mismas
unidades de ese bien.
En tales circunstancias, la demanda total del bien público no puede calcularse sumando las
cantidades. Nuestro razonamiento será, aquí, el inverso, esto es, ¿cuánto está dispuesto a pagar A por x
unidades de bien público? ¿Cuánto está dispuesto a pagar B por esas mismas unidades? Una vez
determinado el precio máximo que entregarían ambos consumidores, podemos decir que la sociedad
estaría dispuesta a pagar la suma de ambos precios.
Cantidad de 5 unidades Æ El consumidor A estaría dispuesto a pagar 100 u.m, mientras que el
demandante B pagaría 70 u.m. En conjunto, la sociedad formada por estos dos individuos pagaría
170 u.m.
Cantidad de 11 unidades Æ El consumidor A pagaría 60 u.m., mientras que el demandante B
desembolsaría 40, lo que nos daría una cifra total de 100 u.m.
De esta forma, la demanda total de un bien público se obtiene sumando, para cada cantidad
posible, los precios que están dispuestos a pagar los distintos demandantes. Dado que los precios están
situados en el eje vertical del gráfico, se dice que la demanda de un bien público se representa
sumando verticalmente las demandas individuales.
Una vez obtenida la demanda de bienes públicos, podemos analizar las condiciones de
eficiencia en su provisión.
El gráfico explica cómo se asignarían los bienes públicos en el caso de que existiera un
mecanismo que sustituyera al mercado. En el punto de equilibrio se determina una cantidad de seis
unidades de bienes públicos a un precio de 150 u.m. Esas seis unidades son las mismas para el
demandante A y para el B, el primero está dispuesto a pagar 85 u.m. y el segundo 65 u.m., la suma de
ambos precios coincide, naturalmente, con el precio de equilibrio del “mercado”. De esta manera,
podemos resumir las condiciones de eficiencia del modo siguiente:
QE = QA = QB
CMg = PE = PA + PB
Es decir, en el caso de los bienes públicos puros las condiciones de asignación se invierten con
respecto a los bienes privados. Si allí la cantidad de equilibrio era igual a la suma de unidades
demandadas por los distintos consumidores, aquí es el precio de equilibrio el que es igual a la suma de
precios y, simultáneamente, al coste marginal de producción. Por el contrario, la cantidad de
equilibrio es la misma para los distintos individuos que demandan el bien público.
→ Cómo sabemos cuánto están dispuestos a pagar los consumidores por el bien público. En el caso de los bienes
privados el mero hecho de comprar el producto a un precio determinado indica cuáles son las preferencias del
consumidor, pero en los bienes públicos esta compra no existe, de ahí que se establezcan mecanismos alternativos
para descubrir estas preferencias.
→ Esta condición de equilibrio no significa, necesariamente, que la financiación de los bienes públicos debe
hacerse como sugieren las condiciones de eficiencia que acabamos de describir. El análisis que hemos
desarrollado parece sugerir que el ciudadano A debería contribuir con 85 u.m. a la provisión del bien público y que B,
por su parte, debería aportar 65. Tal planteamiento supone adoptar una forma determinada de considerar la equidad
en la financiación del sector público, en concreto aplicar el principio del beneficio, pero ello supone, implícitamente,
renunciar a cualquier finalidad redistributiva en la acción estatal.
3. MONOPOLIO Y COMPETENCIA IMPERFECTA.
FORMAS DE REGULACIÓN DEL MONOPOLIO
La evaluación de los costes del monopolio exige comparar sus resultados con los de un mercado
de competencia perfecta.
→ Por el contrario, en los mercados de monopolio la empresa elige aquella cantidad en la que el
CMg iguala (se cruza) con el ingreso marginal (al que denominamos IMg). Una vez determinada la
cantidad producida por el monopolista, su precio de venta se obtiene a través de la curva de
demanda. Dicho en otros términos, el monopolista puede decidir qué cantidad ofrecerá en el
mercado, pero son los demandantes quienes establecen el precio máximo que pagarán por esa
cantidad. En las formas de competencia imperfecta, como el oligopolio, la cuestión clave es
evitar que las distintas empresas alcancen, mediante un acuerdo, los resultados del monopolio.
En la figura 5.7 hemos representado gráficamente un mercado con una oferta horizontal, para
comparar los resultados del monopolio y la competencia perfecta. La principal ventaja de utilizar una
oferta horizontal es que, en tales circunstancias, el coste marginal (CMg) coincide con el coste medio de
producción (CMe). Esta coincidencia resulta muy útil a la hora de establecer los costes auténticos
causados por un monopolio.
De esta forma, el consumidor sufre una pérdida de excedente que viene representada por el
área del trapecio delimitado por los puntos PM, M, E y Pc. Sin embargo, no toda esta pérdida de
excedente para el consumidor representa un auténtico coste social.
En efecto, el área del trapecio puede dividirse en dos zonas bien delimitadas:
El área del rectángulo PM - PC - A - M se calcularía como la base por la altura. La base del
rectángulo es la cantidad que vende el monopolista, mientras que la altura es la diferencia entre los
precios de venta del monopolista y del mercado de competencia perfecta. Es decir,
Ahora bien, el precio del mercado de competencia perfecta coincide con el coste marginal, y
éste, a su vez, con el coste medio. Usando esta información podemos reescribir la fórmula anterior
como:
La diferencia entre el precio de venta del monopolista y el coste medio de fabricación nos
dice cuanto gana el empresario por cada unidad que vende. Al multiplicar esta diferencia por el
número de unidades, estamos calculando los beneficios del empresario.
El área del triángulo M A E representa una pérdida de excedente para el consumidor que no se
apropia el monopolista. Esta área es el auténtico coste social del monopolio y puede calcularse del
siguiente modo:
Con la finalidad de explicar con más detalle esta cuestión, consideremos el gráfico siguiente,
donde representamos las curvas de demanda, ingreso marginal y costes marginales de competencia
perfecta (indicado por el índice “CP”) y del monopolista (reflejado con el índice “M”).
Figura 5.8. Comparación entre monopolio y competencia con costes distintos (p105)
(PM – PCP) . QM
Œ El triángulo B representa la pérdida de excedente de consumidor que no se apropia el
empresario. Constituye, por tanto, un coste de bienestar para la sociedad. El valor de esta área
sería:
♣ No intervención
Desde un planteamiento cercano a las posiciones liberales, se ha defendido que lo mejor es
que el sector público deje tranquilo al empresario. La idea es que si el monopolista obtiene
grandes beneficios, este hecho acabará atrayendo a nuevos competidores al sector, lo que,
finalmente, terminará convirtiendo al monopolio en un mercado competitivo. En apoyo de su
propuesta suelen citarse numerosos casos de mercados que inicialmente eran monopolios, desde el
bolígrafo a las fotocopiadoras y que, en la actualidad, están bastante más próximos a los mercados de
competencia.
Una variante de esta postura es la llamada teoría de los mercados disputables. Por
ejemplo, supongamos que el empresario que suministra el bien o el servicio es un monopolista en
virtud de una concesión administrativa (líneas de autobuses). Este concesionario sabe que en cuanto
haya una propuesta de servicio a un coste inferior perderá la concesión a favor de otra empresa,
por lo que procurará no subir los precios para no perderla. Obviamente, si el monopolista no sube los
precios por encima del coste medio, no se daría ninguna pérdida de excedente para al consumidor.
♣ La legislación antitrust
Esta alternativa tiene sus orígenes en dos tipos de leyes norteamericanas:
La Sherman Act prohibía los monopolios y los abusos de una posición monopolista. La
prohibición inicial se vio matizada, enseguida, por la aplicación de la llamada rule of reason, o
regla de la razón, que defendía que la prohibición sólo debía aplicarse a los monopolios que no
fueran razonables. Sin embargo, la prohibición de prácticas abusivas (discriminación de
precios, etc.), sí ha tenido continuidad y podemos encontrarla reflejada tanto en la legislación
mercantil europea como española.
Œ La Clayton Act y la Federal Trade Commission Act pretenden evitar la formación de
monopolios a partir del acuerdo o la fusión de empresas independientes. En el primer caso se
trata de impedir la creación de un cártel o la existencia de acuerdos para la fijación conjunta de
precios, el reparto de los mercados en áreas geográficas servidas de forma exclusiva por un
único empresario, etc. En el segundo se someten las fusiones de empresas a una evaluación
por el sector público de las consecuencias de esa unión sobre el grado de competencia del
mercado.
♣ El establecimiento de impuestos
Una tercera alternativa es dejar que el monopolista disfrute de su posición de dominio en el
mercado pero, al mismo tiempo, someterle a un impuesto que permita al sector público apropiarse de
sus beneficios. De este modo, el excedente del consumidor que había obtenido el empresario podría
serle devuelto, al menos en teoría, a través de la acción del Estado. Esta solución explica que en
algunos impuestos se hayan denominado monopolios fiscales y está en el origen del nombre de
algunas empresas privadas que gestionaban el monopolio de algunos productos (por ejemplo, la
Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos S.A. - CAMPSA )
El problema que plantea esta solución es el denominado efecto Averch – Johnson, que en
realidad tiene dos manifestaciones:
Una tendencia al despilfarro para aumentar los costes totales y rebajar así la cifra de
beneficios. Tal despilfarro se dedica, principalmente, a gastos que benefician a los ejecutivos de
la empresa: personal auxiliar a su servicio, cambio de coche con cargo a la empresa, despachos
espaciosos con todo lujo de comodidades…
Puede afirmarse que cuando existe un efecto externo negativo (daños en el medio ambiente),
causado por la producción de un bien (producidos por una empresa contaminante), el libre
funcionamiento del mercado determina una cantidad producida que es mayor de la que resultaría
óptima desde el punto de vista social. Para demostrar esta afirmación, consideremos el gráfico 5.9.
Figura 5.9.
Cantidad de equilibrio y cantidad óptima en presencia de efectos externos (p108)
La curva de demanda D representa la valoración de los consumidores del producto que se
vende en el mercado. La oferta, a su vez, indica el coste marginal de producir distintas cantidades de
producto. Este coste tan sólo tiene en cuenta los gastos que recaen sobre el empresario, o dicho
técnicamente, la curva de oferta solamente refleja costes privados. En esas circunstancias, el libre
juego de la acción individual sólo se preocupará de estos costes, de tal modo que el mercado fijará la
cantidad QE y un precio PE, donde la curva de demanda se cruza con la oferta que refleja los costes
marginales.
Desde un punto de vista social, las cosas son distintas. Si la producción del bien que se vende en
este mercado genera daños al medio ambiente, entonces, para la sociedad, los costes relevantes no son
sólo los que refleja la curva de costes marginales, sino que a éstos hay que sumarles los daños causados
al medio ambiente. Se obtiene, así, una nueva curva de oferta que indica costes superiores a los que
tendría en cuenta la acción individual. En estas circunstancias, la cantidad óptima Q0 y su precio
correspondiente P0, se determinarían por el punto de cruce entre la demanda y esta curva de oferta, tal
y como se indica con el punto A de la representación gráfica.
♣ La responsabilidad extracontractual
Una primera solución responde al contenido en el art. 1.902 CC. De acuerdo con este
planteamiento, el empresario que cause un daño a un tercero se vería obligado a compensarle
económicamente. Bajo este supuesto, el problema se resuelve fácilmente, pues al tener que pagar
por los daños, el empresario considera el daño al medio ambiente como un coste privado más.
Técnicamente se dice que, en estas circunstancias, el efecto externo se internaliza. Además de ser
una solución eficiente al problema, es defendible desde un punto de vista de la equidad, pues el
perjudicado recibe una compensación del causante del perjuicio.
El planteamiento propio del Código Civil tiene una formulación económica que se conoce
como el Teorema de Coase, que puede enunciarse del siguiente modo:
A partir de los datos de esta tabla podemos obtener cuál es el beneficio marginal y el daño marginal de las
diferentes producciones que puede elegir la empresa contaminante. Estos datos se contienen en la tabla 5.2.
Si el fabricante desea producir las primeras 10.000 Tm. obtendría un beneficio de 600.000 u.m., más que
suficientes para compensar el perjuicio de 100.000 u.m. causado al dueño de la piscifactoría.
Una vez obtenido el permiso para producir estas primeras 10.000 toneladas, podría convencerle para fabricar
10.000 más, pues el beneficio marginal, 500.000 u.m. sigue excediendo el daño que causa al propietario de la
piscifactoría (200.000 u.m.).
Siguiendo este mismo argumento, el fabricante podría llegar a alcanzar una producción total de 40.000
toneladas, pues al llegar a este nivel, el beneficio de las últimas 10.000 unidades, 400.000 u.m., compensa
exactamente el daño causado.
Más allá de este nivel de producción, sería imposible que llegase el propietario de la empresa. Si el
fabricante desease producir el quinto grupo de 10.000 Tm., para alcanzar un nivel total de 50.000, obtendría un
beneficio de
400.000 u.m. por estas últimas toneladas fabricadas, insuficiente para compensar el daño de 500.000 u.m.
causado al propietario de la piscifactoría.
Con el mismo razonamiento, llegaríamos a la conclusión de que el dueño de la piscifactoría podría convencer
al fabricante para que redujese la producción en 10.000 unidades más, pues el perjuicio sufrido, excede el beneficio
obtenido por el empresario. De este modo, es fácil comprobar que se alcanzaría el mismo nivel de producción, 40.000
toneladas, que se obtuvo cuando el derecho de propiedad correspondía a la piscifactoría.
A pesar de lo expuesto, la solución civil al problema de los efectos externos tropieza con
algunas dificultades, entre las que podemos destacar las siguientes:
→ Es necesaria una correcta definición de los derechos de propiedad. Es decir, debe quedar
claro quién tiene el uso prioritario sobre el medio ambiente. Por ejemplo, ¿Tiene derecho el
empresario a usar un río para efectuar vertidos o es preferente el derecho de otros ciudadanos a
disfrutar de unas aguas no contaminadas? En este último caso ¿hasta qué punto de limpieza de
las aguas?
→ Aunque la solución sea la misma, con independencia de a quién se atribuyen los derechos de
propiedad, el resultado no es el mismo para los dos agentes implicados en el proceso. Si el
derecho se atribuye al perjudicado por la contaminación, éste adquiere el derecho a la
compensación. En el supuesto contrario, el causante de la contaminación es el receptor del
pago correspondiente. En el primer caso estamos aplicando la regla de “el que contamina,
paga”; en el segundo, “el que renuncia a contaminar, cobra”.
El enfoque civilista del problema es más adecuado cuando el número de personas afectadas
por la presencia de los efectos externos es razonablemente limitado. Si existe un único perjudicado y
un causante del daño, la solución mediante acuerdo entre ambos o a través de resolución judicial es
relativamente sencilla. Sin embargo, cuando los perjudicados son muchos, las posibilidades de
acuerdo son muy limitadas e, igualmente, resulta difícil que una resolución judicial satisfaga las
pretensiones de todos ellos, pues el proceso será largo y muy costoso para la sociedad.
♣ La regulación pública
Una segunda solución corresponde a las diferentes normas, pertenecientes al campo del
Derecho administrativo, que regulan las actividades molestas, insalubres, nocivas o peligrosas. En
este caso, el sector público establece un límite máximo o emisión de agentes contaminantes por
parte del empresario, de tal modo que si la empresa los supera puede verse sometida a algún tipo de
sanción administrativa.
El análisis de la eficacia de este sistema debe partir de la posibilidad de establecer algún tipo
de relación entre cantidad producida y nivel de contaminación generado. En la figura 5.10
reflejamos el caso normal en el que a mayor producción corresponde un mayor grado de
contaminación, por lo que el sector público debe establecer un nivel máximo admisible C*.
C = f (Q)
y que esta función es conocida por el sector público que regula el límite máximo de emisión.
Si el empresario elige fabricar la cantidad QE, generaría un nivel de contaminación CE, que supera
claramente el máximo fijado por la Administración C*. En tales circunstancias, al empresario no
le quedan más que dos alternativas:
Œ Reducir su producción hasta Q0 para que el nivel de contaminación generada coincida con el
máximo admisible.
Œ Elegir un nuevo sistema de producción, menos contaminante, para que la relación entre
cantidad producida y nivel de emisiones venga establecido por la relación C = g (Q), es decir,
menos contaminación para la misma cantidad producida. De esta forma, la cantidad de
equilibrio QE sería compatible con el límite establecido por el sector público.
Ambas respuestas tienen un diferente reflejo en los resultados obtenidos por el mercado.
Recordemos que al plantear el problema, en la figura 5.9, llegábamos a la conclusión de que se
trataba de reducir la cantidad producida desde QE hasta Q0. Si el empresario opta por aceptar el
límite marcado por el regulador, y que, entonces, su producción no puede exceder la cantidad Q0, la
curva de oferta se hace vertical en ese nivel máximo de producción, tal y como indicamos en el
gráfico siguiente.
Figura 5.11. Efecto de la regulación administrativa (se acepta el límite marcado) (p114)
Impuestos
→ Si el empresario se ve obligado al pago de un impuesto que compense los daños, éstos son
considerados como un coste más del proceso productivo. En este sentido, el impuesto funciona
exactamente igual que la compensación por responsabilidad extracontractual y no es sino otra
forma de que los efectos externos sean internalizados por el empresario.
→ Debe tenerse en cuenta que las ecotasas no son igualmente equitativas si las comparamos con la
solución del Derecho Privado. En el caso del art. 1.902 CC, el perjudicado recibe la
compensación del causante del perjuicio; en el caso de los impuestos el que recibe el pago es el
sector público, y ya no es fácil asegurar que con esos fondos se compense a los
perjudicados.
→ Cabe preguntarse si el propio sector público no utilizará los ingresos procedentes de los
impuestos medioambientales para financiar actividades (por ejemplo, construcción de
autovías, pantanos o centrales nucleares) que causen daños aun mayores al medio ambiente,
con lo que la efectividad de este sistema sería más que discutible. Una posible solución a este
inconveniente sería obligar al sector público a que la recaudación por este concepto se
dedicara íntegramente a la solución de problemas medioambientales, pero tal opción tropieza
con las dificultades derivadas de la vinculación de ingresos públicos a finalidades concretas.
Subvenciones
Este sistema atribuye al empresario el derecho a contaminar, de tal modo que si la sociedad
desea evitar el daño debería pagar por ello.
♣ Los permisos
Una alternativa innovadora en esta materia es la constituida por la creación de un mercado de
permisos de emisión o de licencias transferibles. El fundamento de esta técnica se encuentra en el
mismo análisis que explicaba el pago de un impuesto: el empresario no tiene ningún derecho a
contaminar y, si lo hace, se ve obligado a comprar un permiso para realizar la correspondiente
emisión de contaminantes.
Hasta ese punto, el procedimiento tendría los mismos efectos sobre el precio y la cantidad de
equilibrio que una ecotasa. Sin embargo, este sistema permite una flexibilidad mucho mayor y,
además, nos facilita el uso simultáneo de mecanismos ya analizados.
Por ejemplo, supongamos que el objetivo del sector público es limitar el volumen de depósitos contaminantes
a una cantidad que se considera compatible con la sostenibilidad del medio ambiente. Consideremos que existen dos
grupos de empresas: uno que utiliza una tecnología poco contaminante, que genera escasos efectos sobre el medio
ambiente y otro que, al emplear un sistema de producción menos limpio, produce daños importantes en
contaminación. Si asignamos derechos de contaminación a las diferentes empresas, nos encontraremos ante el caso de
que al primer grupo le sobran licencias, mientras que al segundo le faltan.
En estas circunstancias, existe la posibilidad de un acuerdo ventajoso para ambas partes, por el que el primer
empresario vendería las licencias sobrantes al segundo. Con ello, el nivel máximo de deposiciones no aumentaría más
allá de la cifra crítica predeterminada por el regulador público y, en cambio, se generan unos incentivos muy eficaces
para sustituir las técnicas más contaminantes por las que resultan menos dañinas. Al existir un mercado de licencias,
el empresario puede considerar rentable usar una tecnología limpia y vender los derechos de contaminación que le
sobren, con lo que la venta de las licencias resulta análoga a las subvenciones, pero sin representar un coste para los
contribuyentes.
Un vistazo
Concepto de El primer vaso de agua, cuando estamos sedientos, nos resulta extremadamente “útil”, pero los sucesivos vasos nos
aportarán un bienestar mucho menor y no seguiríamos aumentando nuestra utilidad total por el hecho de que bebiéramos
utilidad marginal litros y libros de agua. Por ello, será útil fijarnos en la utilidad marginal, que es un concepto de gran importancia.
según apuntes de
Economía Política La utilidad marginal de un determinado bien es el aumento (o disminución) en la utilidad total que nos supone el
hecho de consumir una unidad adicional del mismo.
Cuando tenemos que decidir si adquirimos un determinado bien compararemos (de forma consciente o inconsciente) si el
aumento de utilidad que nos va a significar compensa el precio que tenemos que pagar por el mismo. Por tanto, ese
análisis de “compensación” se realiza unidad por unidad. En la decisión de comprar un bien o de comprar una unidad
más de éste o no hacerlo, el factor decisivo no es la utilidad total sino la utilidad marginal, la utilidad “nueva” que me va
a aportar ese determinado bien o, en su caso, esa nueva unidad.
En esa valoración del aumento de utilidad un factor muy importante es mi situación previa. Ya hemos visto como la
utilidad que me aportaba el primer vado de agua era mayor que la que pudiera añadir los sucesivos. Esta regla es válida
para el consumo de cualquier bien porque en todos, al menos a partir de un cierto punto no muy elevado, se cumplirá la
Ley de la utilidad marginal decreciente: cuanto mayor es la cantidad que consumimos de un bien, menor es la utilidad
marginal que nos aporta cada nueva unidad consumida del mismo.
Coste marginal Las decisiones de producción se toman en el margen. Es decir, estamos en una determinada situación y debemos
decidir si cambiamos o no. Por ello, tendremos que comparar el ingreso marginal derivado de la nueva unidad que
e ingreso marginal vamos a producir (aumento del ingreso total por la venta del nuevo producto) con el coste marginal (aumento del coste
(apuntes de total derivado de la producción de la última unidad).
Economía Política)
Si un empresario quiere hacer máximos sus beneficios, solamente le compensará aumentar la producción del
correspondiente bien o servicio si las nuevas unidades que va a producir implican:
- que aumenten sus beneficios, porque si van a disminuir es absurdo incrementar la producción,
- o, lo que es lo mismo, que aumenten sus ingresos totales más que sus costes totales, porque si aumentan
más los costes que los ingresos van a disminuir sus beneficios,
- o, lo que es lo mismo, el ingreso marginal sea superior al coste marginal. Recordemos que el concepto
marginal se refiere a lo que varían ingreso y coste al aumentar la producción. Si digo que el ingreso
marginal es superior al coste marginal, es que los ingresos están aumentando más que los costes,
- o, lo que es lo mismo, el beneficio marginal sea positivo, que es otra forma de decir que aumentan los
beneficios.
El empresario irá aumentando su producción mientras que cumplan las condiciones anteriores que suponen que sus
beneficios siguen aumentando y se detendrá cuando el beneficio alcance su máximo, lo que se dará en el punto en el que
pare de crecer y antes de que empiece a disminuir. Por lo tanto, el beneficio máximo se obtiene para cualquier empresa y
en cualquier condición cuando el beneficio marginal es igual a cero, es decir, cuando el ingreso marginal y el coste
marginal se igualan.
Una empresa estará interesada en contratar más cantidad de un factor productivo, sólo si con ello aumentan sus
beneficios, o, dicho de otra forma, sólo le interesará contratar una unidad adicional de un factor productivo en la
medida en que el incremento de coste que implique esa contratación (coste marginal) sea inferior al incremento de
ingreso que vaya a obtenerse con su utilización (ingreso marginal). El factor productivo se seguirá demandando hasta el
punto a partir del cual esa comparación resulte negativa. Es decir, que la cantidad demandada óptima de un factor
productivo vendrá dada, como siempre, por el punto donde se igualen su coste marginal y su ingreso marginal.
Si suponemos que para cada empresa el precio de los factores productivos viene dado por el mercado, cada unidad
adicional de un factor productivo incrementa el coste total exactamente en el importe del precio de ese factor, o lo que es
lo mismo, el coste marginal de un factor productivo es, en principio, igual a su precio.
Coste marginal En economía y finanzas, el coste marginal es el cambio en el coste total que surge cuando la cantidad producida
cambia por una unidad, es decir, al incremento del coste total que supone la producción adicional de una unidad de un
determinado bien.
Matemáticamente, la función del coste marginal CM es expresada como la derivada de la función del coste total CT
con respecto a la cantidad Q:
En una gráfica, la curva que represente la evolución del costo marginal tiene forma de parábola cóncava, debido a la Ley
de los rendimientos decrecientes. En el punto mínimo de dicha curva, se encuentra el número de bienes a producir para
que los costos sean mínimos.
En dicha curva, el punto de corte con la curva de costes medios nos determina el óptimo de producción, punto a partir
del cual se obtiene mayor producción. En política de precios el coste marginal nos marca el precio a partir del cual
obtenemos beneficios, siempre y cuando hayamos alcanzado el umbral de rentabilidad o punto muerto.
Coste Marginal Æ Coste que se produce al generar una unidad más de producto; el aumento en los costes generado
por la última unidad producida.
Coste Medio Æ Coste total entre total de unidades producidas.
Coste total El coste total son todos aquellos costes en los que se incurre en un proceso de producción o actividad. Se calcula como
la suma de los costes fijos y los costes variables:
Costes fijos Costes fijos son aquellos que no son sensibles a pequeños cambios en los niveles de actividad, sino que permanecen
invariables ante esos cambios. La antítesis de los costos fijos son los costos variables. La diferenciación entre costos
y costes variables fijos y variables es esencial para obtener información apta para la toma de decisiones basadas en costos.
Suele relacionarse a los costos fijos con la estructura productiva y por eso suelen ser llamados también costes de
estructura. En general, los costos fijos devengan en forma periódica: una vez al año, una vez al mes, una vez al día,
etc. Es por ello que se los suele llamar también costes periódicos.
Un costo variable es aquel que se modifica de acuerdo a variaciones del volumen de producción (o nivel de actividad), se
trate tanto de bienes como de servicios. Es decir, si el nivel de actividad decrece, estos costos decrecen, mientras que si el
nivel de actividad aumenta, también lo hace esta clase de costos.
Salvo en casos de cambios estructurales, en las unidades económicas -o unidades productivas- los costos variables
tienden a tener un comportamiento lineal, lo que le confiere la característica de poseer un valor promedio por unidad
que tiende a ser constante. Todos aquellos costos que no son considerados variables, son fijos. Esta distinción es
esencial para ser usada en las herramientas de decisiones basadas en costos.
En la teoría microeconómica los costes variables suelen considerarse no lineales, existiendo un primer tramo de
rendimientos crecientes seguido de un tramo de rendimientos decrecientes.
Ingreso marginal En Microeconomía, el ingreso marginal es el cambio en el ingreso total que se produce cuando la cantidad vendida se
incrementa una unidad, es decir, al incremento del ingreso total que supone la venta adicional de una unidad de un
determinado bien.
Matemáticamente, la función del ingreso marginal IM es expresada como la derivada de la función del ingreso total IT
con respecto a la cantidad
La condición de equilibrio de la empresa que desea maximizar su beneficio es ingreso marginal igual a costo marginal.
En competencia perfecta el precio se comporta como una constante con lo que en la anterior derivada , y así el
ingreso marginal, es igual al precio.
En un monopolio la elevación del precio producirá una disminución de las ventas y el ingreso irá descendiendo, así:
Coste medio Coste total entre total de unidades producidas. Es el resultado de dividir el coste total de una empresa por el número de
unidades producidas.
TEMA 6. LOS BIENES PREFERENTES Y LA REDISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
1. INTRODUCCIÓN
La sociedad considera que determinados bienes y servicios deben ser accesibles a todas las
personas o que debe haber un mínimo nivel de renta para todos. Se trata de actuaciones que hemos
relacionado con las funciones sociales del sector público en el tema 1 y que constituyen la esencia del
modelo de Estado de Bienestar, que es el prevalente en la mayor parte de los países de Europa.
Las prestaciones sanitarias ofrecidas por el sector público tienen una doble justificación:
- Para todos los usuarios, porque la finalidad del gasto es que los ciudadanos carentes de
recursos puedan acceder a un bien esencial, pero no que éste se preste, indiscriminadamente,
a todos los integrantes de la sociedad.
- Para todas las contingencias médicas, porque aquellas prestaciones que no resuelvan
graves problemas de salud no están cumpliendo la finalidad distributiva teóricamente
atribuida a esta actividad pública.
La propia prestación de este tipo de servicios genera una serie de efectos que tienden a
aumentar el gasto sanitario. Entre ellos, los más relevantes son los siguientes:
ƒ Falta de diligencia debida por parte del sujeto. El hecho de tener garantizado el servicio
médico impide que el sujeto adopte toda la diligencia debida para preservar su propio estado de
salud. Este problema se denomina técnicamente riesgo moral y lo podemos definir como
aquella situación en la que la probabilidad de que suceda un acontecimiento depende del
comportamiento del sujeto. Aplicado a este caso, la posibilidad de contraer una enfermedad,
por ejemplo, un cáncer de pulmón, depende de las prácticas de riesgo en las que incurra el
sujeto; en este caso, fumar. Si el individuo tuviera la seguridad de que su tratamiento iba a
correr de su cuenta, posiblemente tendría un fuerte incentivo para evitar esta adicción.
ƒ Discriminación de precios y el problema de transacciones entre los usuarios. La entrega
gratuita de medicamentos a determinados grupos sociales, carentes de medios, genera algunos
problemas añadidos. Nos encontramos en este supuesto con un auténtico caso de
discriminación de precios por parte de un monopolista, el Servicio Nacional de Salud, que
aplica dos tipos de subvención al precio de los fármacos: total, en el caso de los pensionistas y
enfermos crónicos, y parcial, para el resto de beneficiarios. Ahora bien, la posibilidad de que
esta discriminación sea efectiva depende de que ambos grupos de consumidores no puedan
realizar transacciones entre ellos y tal fenómeno resulta, en este caso, a todas luces pausible.
Como consecuencia, el gasto farmacéutico soportado por el sistema de salud crece muy por
encima de lo que exigiría el inicial propósito redistributivo. Por ello, las propuestas de introducir
un pago, denominado ticket moderador, en las recetas de cualquier fármaco y para cualquier
colectivo, tendrían la ventaja de eliminar algunos de los incentivos que generan este
comportamiento de los usuarios.
ƒ Presencia de información asimétrica entre médico y paciente. La persona que acude a una
consulta médica ignora no sólo la posible enfermedad que padece y su forma de curación, sino
también cuáles son los procedimientos de diagnóstico más adecuados para determinar la
naturaleza del problema. El paciente realizará una demanda excesiva de pruebas médicas en
relación con el beneficio marginal. Por su parte, el médico no tendrá inconveniente en realizar
todas esas pruebas, en la medida en que su prestigio dependa de su acierto en la diagnosis y el
tratamiento y el coste no recaiga sobre el usuario. Este tipo de consideraciones de información
asimétrica también explicarían porqué resulta difícil para el gestor económico de un hospital
público denegar la adquisición de un material considerado como prioritario.
♣ Centros públicos y centros privados
La gratuidad en la prestación sanitaria no exige, necesariamente, que el servicio sea
suministrado por los centros públicos. Lo mismo sucede con la educación. Ahora bien, en el caso de
la prestación de los servicios sanitarios hay algunas circunstancias específicas que debemos
resaltar:
→ La gestión pública de los centros sanitarios puede analizarse con ayuda del modelo de
Niskanen (tema 3), aunque en este caso la diferencia de información entre el principal
(financiador) y el agente (centro de gasto) está acrecentada porque el primero desconoce la
utilidad del material que se desea adquirir y tan sólo observa los resultados tangibles de la
acción médica, como son el número de pacientes tratados con éxito. En el caso de un centro
privado, que estuviera guiado por el principio del máximo beneficio, también se produciría
esta asimetría en la información y sus efectos expansivos sobre el gasto, pero al menos
existiría la disciplina impuesta por la cuenta de resultados.
→ El uso exclusivo de centros privados, sin imponer la obligación de atender a todos los usuarios
que lo soliciten o algún tipo de restricción similar, podría llevar al resultado de que sólo se
admitiesen a los pacientes más rentables, es decir, aquellos cuyo tratamiento generase un
mayor beneficio marginal.
Beneficios individualizables
El proceso educativo genera beneficios perfectamente individualizables, de los que se
apropia el sujeto que hace uso del servicio. El individuo debe correr con los gastos de la
enseñanza en los casos en que esté más claro que es el propio beneficiado, mientras que la
financiación pública tiene un mayor sentido donde los elementos de carácter social sean más
acusados. Desde este punto de vista, las políticas educativas deben ser diferentes de acuerdo
con el nivel de enseñanza donde se apliquen Æ En la enseñanza básica los elementos
redistributivos o de externalidad positiva son muy acusados. Por el contrario, en la enseñanza
universitaria la discrepancia entre beneficios sociales y los apropiados individualmente es
muy poco significativa.
♣ Principales políticas en materia de educación
→ Centros públicos
Todo el sistema educativo se realiza a través de centros de titularidad estatal.
Ventajas
- Mejor control de la calidad del servicio que podría prestarse de un modo más homogéneo,
pues la Administración podría comprobar que las instalaciones y medios disponibles en
cada centro de enseñanza son similares, sin que las zonas más desarrolladas contasen con
centros mejor dotados que los de las zonas menos deprimidas.
Inconvenientes
- Se duda de que todas las ventajas señaladas en el párrafo anterior lo sean realmente, pues la
experiencia demuestra que el nivel de exigencia y la calidad de las instalaciones de
centros públicos es muy heterogénea.
- Carácter monopolista que tendría un servicio completamente estatal, con todos los
inconvenientes que ello supone. En este sentido, se ha apuntado que la presencia de
centros privados en competencia con los públicos es un incentivo para que éstos mejoren la
calidad de la enseñanza que prestan, si no quieren incurrir en el riesgo de perder alumnado.
Subvención. La existencia de un sistema público que coexista con otro privado también se
ha defendido para evitar que el sector privado de la enseñanza engañe a los responsables
educativos, solicitando una subvención superior a la necesaria. Si el sector público tiene su
propio sistema de centros, conoce con cierto detalle cuál es el coste de las instalaciones
necesarias para impartir la docencia con una calidad determinada.
El cheque puede adoptar un sistema muy flexible: puede ser graduado según el nivel de
renta del perceptor; puede ser utilizado para pagar íntegramente el coste de la enseñanza en un
centro público o para satisfacer parte del coste de la matrícula en un centro privado.
8 Ventajas. Da la máxima libertad a las familias a la hora de decidir la enseñanza que
recibirán sus hijos. Además, se aduce que los centros escolares competirán por obtener el
máximo número de alumnos, con lo que su propio interés les hará obtener un alto nivel de
calidad en el servicio.
8 Desventajas. Se afirma que un sistema de esta naturaleza no garantiza la integración de los
distintos grupos sociales y raciales, pues determinados centros podrían presentar como
característica fundamental el de ser “centros exclusivos” (esta propuesta tienen su origen en
los Estados Unidos). Igualmente se advierte que en muchos casos los centros compiten
garantizando un alto nivel de aprobados o elevando artificialmente las notas medias. De
ahí que el uso de este sistema se haya completado con mecanismos externos de evaluación
que permita evitar efectos indeseables.
→ Los créditos avalados por el sector público
El planteamiento de este sistema es que la enseñanza, especialmente universitaria,
permite la obtención de ingresos superiores a su receptor. Se trata entonces de que, si el
ciudadano se beneficia, pague el servicio y, en el caso de que no disponga de fondos, pueda
acceder a préstamos a bajo interés que, en su caso, avalaría el sector público. Una vez que esta
persona encuentre un trabajo, después de su etapa de formación, procedería a devolver el crédito
percibido.
Aunque el planteamiento parece eficiente, hay dos razones que pueden dificultar su
puesta en marcha:
El peticionario del crédito puede pensar que sus posibilidades de encontrar un trabajo que
le permita devolverlo son escasas. En estas circunstancias, y salvo que pueda recibir el
respaldo de otras personas (normalmente sus familiares), no se atreverá a involucrarse en
este tipo de operación.
Si el Estado avala el capital y los intereses de los créditos de todos los estudiantes que lo
soliciten se verá obligado a poner límites en la cuantía o en las condiciones para acceder a
ellos, pues, en caso contrario, el gasto por este concepto podría llegar a ser excesivo.
La argumentación utilizada por Stuart Mill se basa en las nociones de utilidad total y
utilidad marginal. La persona que obtiene ingresos observa que su satisfacción aumenta, pero lo
hace a un ritmo cada vez más lento, o, en términos de utilidad, el valor total es creciente, pero el
marginal es decreciente. Imaginemos entonces que en la sociedad hay dos grupos de personas,
unos ricos, con un nivel de utilidad muy alto y otros pobres, con una utilidad total muy baja. Si le
quitamos un poco de renta a los primeros para dársela a los segundos resultará que el sacrificio
sufrido por los ricos, en términos de utilidad marginal perdida, será muy inferior al beneficio
percibido por los pobres en utilidad marginal ganada. En conjunto, el nivel de bienestar total de la
sociedad habrá aumentado como consecuencia de la redistribución realizada.
Planteamiento de Nozick
Nozick niega al sector público cualquier prerrogativa para privar a unos ciudadanos de sus
ingresos para entregárselos a otros. Según este autor, sólo una voluntad unánime de los individuos
puede justificar cualquier redistribución de los recursos. Dicho en otros términos, el sector público
puede actuar cuando mejore la situación de algún miembro de la colectividad, sin empeorar la de
otro.
Planteamiento de Rawls
Para Rawls si exigimos una votación unánime para llevar adelante un proceso de reparto nos
encontraremos con el veto efectivo de quienes, al poseer un alto nivel de ingresos, se verán
perjudicados en el proceso. Por otro lado, si los que perciben un nivel de ingresos más bajo
constituyen un número superior a los privilegiados, los sistemas electorales garantizarán que se
lleve a cabo esa redistribución.
Estas dificultades llevan a Rawls a plantear el problema como si pudiera suscitarse antes de
conocer cuál será nuestra posición en la sociedad. Imaginemos que preguntamos a los diversos
individuos qué regla de distribución aceptarían, antes de conocer cuál será su futuro, o como dice el
propio autor, bajo el velo de la ignorancia. En estas circunstancias, ninguno puede excluir que le
corresponda ocupar la peor posición posible en la escala social o económica y, por tanto, propondrá,
en su propio interés, que se ayude al máximo a quien se encuentre en la peor situación. A esta
propuesta, que todos aceptarían unánimemente, se le denomina criterio maximin. El acuerdo
unánime procede de una simple consecuencia de la búsqueda del propio interés.
No resulta demasiado fácil optar por una u otra fórmula, ya que existen argumentos de peso que las avalan.
Parece indudable que la entrega de dinero resulta más eficiente en términos de capacidad de elección, pero la
distribución en especie también puede defenderse, al menos desde dos puntos de vista:
- Se dan circunstancias en las que el perceptor de la ayuda carece de información suficiente, lo que le impediría
adoptar una conducta óptima. Por ejemplo, el caso de quien nunca ha recibido una educación superior y no es
consciente de las posibilidades que se le abren al dedicar sus ingresos a la adquisición de capital humano. En
estas circunstancias sus decisiones no resultarían adecuadas, aunque las tomara con total libertad.
- El hecho de que la ayuda percibida del sector público vaya dirigida no al individuo que la cobra, sino a los
menores que dependen de él, de tal modo que su actuación sea más bien la de administrador de esos recursos. En
este caso, puede suceder que los fondos se destinen a la satisfacción de sus necesidades y no a las de quienes iban
dirigidas.
En cualquier caso, debemos ser conscientes de que ambos mecanismos de redistribución coexisten en los
modernos Estados de Bienestar y que al lado de la entrega de bienes preferentes, existen forma de pago en dinero.
Éstas últimas son las que estudiamos en los epígrafes siguientes.
6. LOS SALARIOS DE INSERCIÓN SOCIAL
Y EL IMPUESTO NEGATIVO SOBRE LA RENTA
Con este procedimiento se paga al perceptor una cantidad S, obtenida a partir de un mínimo
prefijado, que puede hacerse depender del número de personas que tiene a su cargo el que recibe la
subvención y de la renta que recibe el ciudadano. Es decir, definimos:
S = M (n) – R Æ S = 250.000 u.m. – 100.000 u.m. = 150.000 u.m.
M (n) Æ mínimo prefijado
R Æ renta del ciudadano
De esta forma, si se fija un mínimo de 250.000 u.m. y si el perceptor tiene una renta de
100.000 u.m., el salario sería de 150.000 u.m.
Este procedimiento tiene un grave inconveniente, que es el que se conoce con el nombre de
trampa de la pobreza. Por ejemplo, supongamos que el perceptor de la ayuda recibe una oferta que le
permite aumentar su renta hasta 200.000 u.m. trabajando más horas.
S = M (n) – R Æ S = 250.000 u.m. – 200.000 u.m. = 50.000 u.m.
Lógicamente, no tendrá interés en aceptarla, pues si incrementa sus ingresos en esa cuantía, verá
reducida la ayuda hasta 50.000 u.m., con lo que sus ingresos totales no cambiarán. De hecho, si
renunciara a las 100.000 u.m. que obtenía trabajando, seguiría teniendo los mismos ingresos totales,
pues la subvención del Estado aumentaría en la misma cantidad. Es decir, con este sistema, el
perceptor de la ayuda no tiene ningún motivo para insertarse en el mercado de trabajo, mientras el
ingreso sea inferior al mínimo preestablecido.
El mismo argumento de la trampa de la pobreza puede utilizarse para criticar las propuestas de
un salario público a favor de las amas de casa que realizan el trabajo doméstico. Se ha afirmado que,
en este caso, se generan barreras a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, pues el coste de
oportunidad de trabajar incluye ahora la pérdida de los ingresos obtenidos por desempeñar el trabajo
doméstico.
T = 0,20 (R – 500.000)
Donde la cantidad T será positiva y el ciudadano pagará al Estado, o negativa, y en ese caso,
será el ciudadano quien cobre.
De esta forma, aquellos que se encuentren por debajo del mínimo de 500.000 u.m. percibirán
una cantidad decreciente, en concepto de ayuda del sector público. Si no tenemos ningún ingreso,
recibiremos 100.000; si, por el contrario, obtenemos una renta de 250.000, la compensación se
reducirá a la mitad, y cuando alcancemos el valor mínimo de 500.000 u.m., ni pagaremos un impuesto ni
tendremos ayuda alguna.
Para aquellos ciudadanos que superen el mínimo, se establece la obligación de contribuir con
una cuota del 20% sobre lo que exceda ese valor mínimo. De este modo, un perceptor de una renta de
600.000 u.m., pagará una cuota de 20.000 u.m., mientras que quien obtenga unos ingresos de
1.500.000 u.m., abonará un total de 200.000.
El procedimiento que acabamos de comentar ofrece alguna ventaja importante sobre el salario de
inserción social, ya que, en este caso, no puede darse la trampa de la pobreza. Sin embargo, por otro
lado, aparece un grave inconveniente en el sistema de impuesto negativo sobre la renta, ya que no se
garantiza un nivel de ayuda elevado para las personas más necesitadas.
La Seguridad Social representa una parte muy importante de la participación del Estado en la
actividad económica.
Desde una perspectiva liberal este tipo de programas tiene difícil justificación, pues el
mercado podría dar satisfacción a los problemas que cubre la Seguridad Social.
8 Los ciudadanos podrían contratar con una compañía de seguros de carácter privado el riesgo de
quedar desempleado o incapacitado para trabajar, pues este tipo de contratos tienen como
finalidad el de asegurarse frente a la eventualidad de un accidente de tráfico o cualquier otro
tipo de seguro.
8 Respecto al sistema de pensiones, también el mecanismo de mercado nos ofrece una
alternativa. Los fondos de pensiones pueden satisfacer la misma necesidad que hoy cubre el
sistema público y, de hecho, como fórmula complementaria, existen múltiples entidades que
ofrecen este tipo de producto al ahorrador de nuestro país.
Se han anunciado diversas razones para defender la presencia pública en esta materia:
Las compañías privadas sólo estarían dispuestas a asegurar a aquellos trabajadores cuyo riesgo
de quedar desempleados sea muy pequeño o exigirían unas primas muy elevadas a quienes
fácilmente puedan ser despedidos. En estas circunstancias no se podría garantizar que todo el
mundo accediera a este tipo de seguros. Quienes se encuentran en un mayor riesgo de
desempleo son los que necesitan más este tipo de aseguramiento, de ahí que resulte
imprescindible un sistema público.
Es necesario avalar la obligatoriedad de estos sistemas de aseguramiento colectivo. Nos
referimos a los problemas, típicos en las compañías de seguros, relacionados con la
denominada selección adversa. Imaginemos que el seguro de desempleo es obligatorio y que
existen ciudadanos con un alto riesgo de incurrir en esa eventualidad, mientras que otros pueden
contar con gran estabilidad en el trabajo. Una entidad que asegure a todos ellos puede
compensar el alto riesgo de unos frente al muy bajo de los otros, sin exigir un pago excesivo a
ninguno de ellos. Si el seguro fuese voluntario, los que se enfrentan a un riesgo bajo no
tendrían incentivos para contratar ninguna forma de aseguramiento, con lo que el riesgo medio
para la entidad se elevaría y con él la prima exigida. A su vez, al aumentar el pago, los
trabajadores de riesgo menor, aunque no sea bajo, pueden decidir que no les compensa el
seguro, renunciarían a contratarlo y ello elevaría aún más la prima, con el resultado de nuevas
expulsiones del mercado. En el límite, el mercado acabaría desapareciendo.
Quienes tienen una escasa capacidad económica no pueden generar el suficiente ahorro como
para obtener una pensión en el futuro, de tal modo que una gestión absolutamente privada del
sistema de prestaciones sociales dejaría fuera de cobertura a los sectores más amenazados por el
fenómeno de la pobreza.
Una compañía privada no podría hacer frente a graves crisis de desempleo, que sólo una
entidad tan fuerte como el propio sector público podría cubrir.
El hecho de que se garanticen las pensiones o el seguro de desempleo no sólo beneficia a los
perceptores, sino a la sociedad en su conjunto. Si no existieran estas transferencias el
trabajador parado o jubilado perdería sus ingresos, reduciría su consumo y ello conduciría a
una disminución en el volumen de bienes producidos por las empresas. Tal reducción en la
actividad productiva llevaría a nuevos despidos y a un incremento mayor en el desempleo.
Este proceso multiplicador negativo acabaría generando una grave depresión económica, que
perjudicaría a toda la sociedad.
→ Sistemas de capitalización
Consisten en que las aportaciones pagadas por cada participante en el plan constituyen
un fondo, que después se utiliza para pagar las prestaciones correspondientes. En este caso,
existe una correlación entre las cantidades aportadas y la percepción recibida. Su funcionamiento
no es muy diferente a un plan privado de pensiones.
A . c = P . pr
A Æ número de activos
c Æ cotización
P Æ población pasiva
Pr Æ prestación percibida
Esta visión tan pesimista se ha criticado por diferentes autores, que ponen de
manifiesto que la fórmula empleada en el análisis es inadecuada y que debería sustituirse por
Æ Masa salarial percibida por los trabajadores empleados x cotización = población
pasiva x prestación percibida.
Ms . c = P . pr
Ms Æ masa salarial percibida por los trabajadores empleados
Si utilizamos esta segunda fórmula, crecen las alternativas para evitar una quiebra
financiera del sistema, pues los fondos obtenidos para financiar las prestaciones pueden
incrementarse si aumenta la participación de los salarios en el conjunto de la renta nacional, lo
que puede conseguirse a través de políticas de creación de empleo.
Añade más rigidez al mercado de trabajo. Para un enfoque liberal, el problema del paro es
debido a la falta de flexibilidad de este mercado para rebajar los salarios. El seguro de
desempleo colabora a generar esa rigidez porque el trabajador puede no aceptar una rebaja en
el salario, al contar con la certeza de que percibirá, al menos durante un tiempo, una
compensación por estar desempleado. En estas circunstancias, el elemento clave en el
análisis es la relación existente entre el pago percibido, cuando se está empleado, y la
prestación obtenida en condiciones de desempleo.
Š Acentúa las dificultades de crear puestos de trabajo. Se señala que las cotizaciones
pagadas por los empresarios son un impuesto sobre la creación de empleo, lo que contribuye
a acentuar las dificultades de crear puestos de trabajo.
Š Favorece a mantener el paro. Los costes no salariales de la contratación laboral, como las
indemnizaciones por despido, contribuyen a mantener altas tasas de paro.
Los tres elementos anteriores han sido utilizados por algunos economistas para explicar
porqué la tasa natural de desempleo es considerablemente mayor en la economía europea que en
la economía norteamericana.
Sin embargo, no debe olvidarse tampoco que las desigualdades sociales son más
acusadas en el caso americano que en el europeo. Ello demuestra que existen diferentes formas de
organizar la sociedad y de repartir competencias entre el mercado y el sector público. En cada país
será la propia sociedad quien adopte las decisiones correspondientes, pero, como suele ocurrir
con las cuestiones económicas, no hay un modelo único ni tampoco un sistema superior a otro en
todos los aspectos.
CUARTA PARTE. LOS INGRESOS PÚBLICOS
TEMA 7. LOS INGRESOS PÚBLICOS Y SU CLASIFICACIÓN
La clasificación tradicional que cuenta con mayor interés es la que diferencia entre ingresos
ordinarios y extraordinarios.
ƒ En los ingresos ordinarios del sector público no es precisa una autorización expresa del
Parlamento al aprobar la ley de presupuestos, pues la existencia de los distintos ingresos
ordinarios está prevista por una norma jurídica anterior. Así, la ley del impuesto sobre la renta
de las personas físicas permite al sector público obtener ingresos en el momento en que una
persona obtenga una renta, sin necesidad de que las Cortes Generales reiteren esa posibilidad
cada año. En cambio, si el sector público quiere emitir deuda, es precisa la autorización del
legislativo para cada ejercicio económico y el Parlamento establece un nivel máximo de
endeudamiento.
ƒ En el caso de los ingresos extraordinarios se produce una reducción del patrimonio neto del
sector público, pues si emite deuda o nueva moneda se están incrementando los pasivos a los
que debe hacer frente el sector público y si se privatizan empresas públicas se está reduciendo el
activo. Por el contrario, cuando el Estado percibe ingresos ordinarios no se causa tal efecto sobre
el patrimonio neto, al menos de forma inmediata.
Ingresos ordinarios
Œ Precios públicos
Esta noción de precio público responde a la realización de actividades como, por
ejemplo, el uso de instalaciones deportivas o la realización de actividades culturales.
- Se pagan por servicios o actividades realizadas bajo el régimen de Derecho público, lo que
les diferencia de los precios pagados en actividades privadas de la Administración.
Sujeto pasivo Æ Es la persona natural o jurídica obligada al pago del tributo como
contribuyente o como su sustituto.
Base imponible Æ Es la valoración económica del hecho imponible (lo que percibo de renta).
Base liquidable Æ Es el resultado de restar a la base imponible las reducciones que se
establezcan en la Ley reguladora del impuesto.
Tipo de gravamen Æ Cifra, coeficiente o porcentaje que se aplica a la base liquidable para
obtener como resultado la cuota íntegra.
Cuota íntegra Æ Es el resultado de aplicar el tipo impositivo a la base liquidable, salvo que sea
una cantidad fija.
Cuota líquida Æ Es el resultado de restar a la cuota íntegra las deducciones en la cuota que
permite la Ley.
Deuda tributaria Æ La constituye la cuota líquida más los recargos, intereses de demora y
sanciones, que, en su caso, tenga que satisfacer el contribuyente.
Los impuestos pueden clasificarse conforme a diferentes criterios. Si hacemos uso de la base
imponible, se clasifican en directos e indirectos.
ƒ Impuestos directos. Aquéllos que recaen sobre manifestaciones directas de la capacidad de pago del
contribuyente (su renta o su patrimonio). Tienen en cuenta las circunstancias personales del sujeto
pasivo y son de difícil traslación.
ƒ Impuestos indirectos. Recaen sobre expresiones indirectas de la capacidad contributiva (el
consumo), no tienen en cuenta las circunstancias personales del contribuyente y en general se
trasladan vía precios al consumidor final.
Para explicar dónde se pueden establecer impuestos es necesario recordar la distinción entre
variables flujo y variables stock.
Variables flujo. Son aquellas magnitudes económicas que se definen para un período de tiempo.
Así, la renta nacional o el consumo son variables que se refieren a un año, normalmente.
Variables stock. Son aquéllas que se definen para un momento del tiempo. Así, la riqueza o el
patrimonio de una persona se establece en una fecha concreta.
Imposición real. El sistema impositivo puede recaer sobre la renta o sobre el consumo, sin tener en
cuenta las condiciones personales del contribuyente.
Imposición personal. El sistema impositivo puede recaer sobre la renta o sobre el consumo,
teniendo en cuenta las condiciones personales del contribuyente.
4. CLASES DE PROGRESIVIDAD
♣ La progresividad legal
El concepto de progresividad legal se obtiene a partir de la relación existente entre
recaudación y base imponible, o, lo que es lo mismo, sobre los conceptos de tipo medio y
marginal.
T
tme = tipo medio de gravamen = --------- 100
B
ΔT
tmg = tipo marginal de gravamen = --------- 100
ΔB
Si el impuesto no tiene un tipo impositivo, sino que la cuota es una cantidad fija, se
denomina impuestos de cuota fija o de capitación.
De acuerdo con esta tabla, un ciudadano cuya base imponible fuera 6.100 €, pertenecería a la 2ª clase, le
correspondería el tipo del 12% y su cuota sería 732 € (6.100 x 12 %). Otro contribuyente cuya base fuera 12.400
€, pertenecería a la 3ª clase, se le aplicaría el tipo impositivo del 14% y su cuota sería 1.736 € (12.400 x 14%).
Por ejemplo, consideremos dos contribuyentes, A con unos ingresos de 5.900 y B que obtenga 6.010. El
primero pertenece a la primera clase y pagaría 590 euros, el segundo pertenece a la segunda clase y pagaría
721,2, con lo que 110 euros de diferencia en los ingresos llega a pagar 131,2 euros más de impuesto, lo que
significa que el tributo es confiscatorio.
Puede comprobarse que en este caso no se produce el error de salto. No obstante, este
procedimiento resulta tedioso y posiblemente generaría errores de cálculo en las declaraciones tributarias
de algunos contribuyentes. De ahí que los impuestos progresivos se presenten con una tarifa o escala
de gravamen en la que se sume la tarifa estatal con la autonómica. Este modelo será el que se aplicará
en España tras la reforma del IRPF.
Su aplicación es extraordinariamente sencilla, pues tan solo hay que eliminar el mínimo
exento de la base imponible y aplicar el impuesto proporcional correspondiente.
♣ La progresividad real
La progresividad real se define a partir de la elasticidad-renta del impuesto, es decir:
Δ% T ΔT Ro
ET, R = -------------- = ----------- . ----------
Δ% R ΔR To
♣ Principio de simplicidad
El sistema tributario debe ser sencillo y cómodo, tanto para el contribuyente como para la
Administración.
- Continuidad. La normativa tributaria debe tener una cierta continuidad y no ser objeto de
reformas frecuentes. Estas reformas no sólo hacen más compleja la regulación de los
impuestos, sino que además introducen un elevado grado de inseguridad jurídica para los
ciudadanos.
- Facilidad. Los impuestos no sólo deben resultar fáciles para el contribuyente, sino también
para la propia administración tributaria. Si es difícil la gestión del impuesto puede ocurrir que,
trascurrido un largo plazo después de que el ciudadano haya liquidado el tributo, la
administración comunique al interesado que se han detectado errores o infracciones y que debe
completar o modificar la liquidación realizada. Esto, además, supone una quiebra en la seguridad
jurídica, con los consiguientes perjuicios para el ciudadano.
♣ Principio de suficiencia
El conjunto de impuestos debe lograr generar recursos capaces de cubrir los gastos del
sector público. Las principales implicaciones de este principio son las siguientes:
Si se cumple la Ley de Wagner la elasticidad del gasto con respecto a la renta es mayor que
1, y de ello se deduce que la elasticidad renta de los impuestos deberá ser también mayor que
la unidad. Por tanto, el sistema tributario debe ser realmente progresivo, porque, en caso
contrario, el crecimiento del país llevaría indefectiblemente al déficit público.
Los tributos deben ser claramente percibidos por los ciudadanos. Si los impuestos no son
percibidos claramente por los ciudadanos, es más fácil que se genere el fenómeno de ilusión
financiera y que el sistema tributario llegue a ser incapaz de financiar el conjunto del gasto
público. En este sentido son más defendibles los impuestos directos sobre el nivel de renta que
los indirectos sobre el consumo.
♣ Principio de equidad
El sistema tributario debe responder a las exigencias de la justicia. Este principio adquiere mayor
importancia al ser el único que recibe una referencia directa en la Constitución Española. La
importancia que atribuye nuestra ley fundamental a esta característica del sistema tributario está
plenamente justificada, al entenderse que los valores superiores de su ordenamiento jurídico son la
libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Generalidad en el pago de los impuestos. La propia CE lo señala en su art. 31, al indicar que
“todos” deben contribuir al sostenimiento de los gastos públicos. La importancia de este aspecto se
hace más relevante al considerar el fenómeno del fraude fiscal como el más grave incumplimiento en
el actual sistema tributario del principio de equidad.
Igualdad de los contribuyentes frente al sistema tributario. Esta igualdad debe entenderse en una
doble perspectiva:
• Como equidad horizontal, tratando de idéntica forma a los que se encuentren en la misma
situación.
• Como equidad vertical, dando un trato fiscal diverso a aquellos que no se hallen en las
mismas circunstancias.
- Considerar que lo justo es que paguen más quienes tienen una mayor capacidad
económica. En este caso estamos utilizando el criterio de la capacidad de pago.
El principio de neutralidad indica que los impuestos deben alterar lo menos posible las
decisiones de los agentes económicos (agente económico Æ todo el que puede intervenir en una
economía Æ particulares, empresas, etc.). Los individuos eligen, de forma óptima, utilizando los
precios generados por el funcionamiento del sistema económico. Como estos precios se ven
alterados como consecuencia de los impuestos, se pretende que tales distorsiones sean mínimas.
La neutralidad de un impuesto se mide a partir del concepto de exceso de carga fiscal, cuya
obtención y significado se parece mucho al concepto de coste social que estudiamos al analizar el
monopolio.
En el gráfico inicialmente hay un precio P0 al que los demandantes adquieren la cantidad Q0. Si
el Estado establece un impuesto sobre el precio de venta (T = t P0), el precio se eleva hasta P1, con lo que
la cantidad disminuye hasta Q1. El demandante pierde entonces el excedente formado por las áreas A y
B, cuya interpretación es similar a la enunciada para el caso del monopolista.
El área A tiene como base la cantidad vendida en el mercado y como altura el impuesto cobrado
por el sector público. En tales circunstancias podemos identificar fácilmente esta área con la recaudación
obtenida por el Estado. Se trata de una pérdida de excedente para el consumidor que se convierte en
recaudación para el sector público.
El triángulo B es pérdida de excedente para el consumidor que no es percibida por nadie. Esta
área es el exceso de carga fiscal. Puede calcularse su importe mediante la siguiente fórmula:
Base x altura
Área = ------------------------------
2
Altura = impuesto = T = t x P0
Base = ΔQ
El término ΔQ puede evaluarse a partir de la elasticidad de la demanda.
El exceso de carga fiscal es tanto mayor:
- Cuanto mayor sea la elasticidad de la demanda del producto. En el límite, si la elasticidad es cero, el
exceso de carga fiscal se anula. La consecuencia evidente es que deben gravarse más aquellos
productos que dispongan de menos sustitutivos o sean imprescindibles para el consumidor.
- Cuando mayor sea el tipo impositivo, lo que avala la moderación en los impuestos sobre la venta
del producto.
- Cuanto mayor sea el término P0 Q0, que no es más que el gasto inicial de los consumidores. De este
aspecto se deduce que los productos que representan un fuerte gasto de las familias deberían ser
gravados de forma más moderada.
Los ingresos extraordinarios del sector público los identificamos con la emisión de deuda
pública, la venta del patrimonio público o privatización de empresas y la emisión de dinero.
Contrato de préstamo
* Deuda ficticia, cuando la deuda es comprada por el Banco Central, porque el sector
público se ha endeudado consigo mismo.
* Deuda real, cuando la emisión de los títulos se dirige a los particulares o a las
entidades financieras privadas. Debemos diferenciar entre:
ƒ Deuda real interna Æ Cuando los compradores de los títulos son nacionales.
ƒ Deuda real exterior Æ Cuando los compradores de los títulos son extranjeros. En
este caso la deuda viene denominada en moneda extranjera.
Los títulos-valores
- Valor nominal de los títulos. Este valor nominal no coincide, necesariamente, con el
precio pagado por el comprador, aunque sí representa el importe que se devolverá en el
momento de la amortización.
- Títulos al portador, en los que se desconocen los datos personales del titular.
ƒ El problema de la carga
La cuestión de la carga de la deuda hace referencia a quién soporta los costes cuando el
sector público no financia sus gastos con impuestos, sino que procede a emitir deuda pública. Es
decir, se trata de dilucidar si la carga de la deuda recae sobre la generación actual o sobre las
generaciones futuras.
Consideraban a la deuda pública como algo negativo. Cuando un padre de familia deja
deudas a sus herederos está trasladando la carga de su consumo presente para un futuro; de
igual modo, un gobierno que emite deuda está trasladando a las generaciones futuras la carga
del gasto realizado en la actualidad.
Dicho en otros términos, la deuda pública es análoga a las deudas privadas y, por ello, este método de
financiación sólo debe utilizarse cuando se cubran inversiones suficientemente rentables como para que no
suponga una carga para el futuro.
Para los keynesianos no existe equivalencia alguna entre la deuda pública y la deuda
privada. Cuando el sector público emite deuda en el interior del país, tenemos la deuda con
nosotros mismos, pues unos miembros de la sociedad, los propietarios de los títulos, reciben el
pago de intereses de otros integrantes de esa misma sociedad. El único efecto de la emisión de
deuda es que absorbe parte del ahorro de los ciudadanos, pero no reduce, necesariamente, el nivel
de consumo del país.
No puede afirmarse que quienes adquieren los títulos de la deuda sufran sacrificio alguno.
Su decisión es totalmente libre y responde a un plan de ahorro determinado de forma individual,
de modo que si no hubieran comprado la deuda emitida, habrían destinado su ahorro a la
adquisición de otros activos financieros. En cambio, las generaciones futuras sí sufren la carga de
la deuda, porque con sus impuestos tendrán que pagar los intereses y la amortización, o se
verán obligados a sufrir un recorte en el nivel de prestaciones públicas con la misma finalidad.
Ese aumento de impuestos no se habría producido si la generación actual hubiera pagado todos
los gastos públicos con sus propios tributos.
Esta hipótesis retoma una idea apuntada por David Ricardo, que ha recibido la
denominación de Teorema ricardiano de la equivalencia. Para este autor resulta discutible
que a la generación actual le preocupe tanto el porvenir de la siguiente y no es sencillo valorar
el importe de los impuestos a los que deberá hacer frente la generación futura. Por otro lado,
para David Ricardo, la hipótesis de Barro olvida los aspectos de crecimiento de la economía y
de sostenibilidad de la deuda. Podría ocurrir que, aún teniendo el sector público un déficit
primario, el endeudamiento se vaya eliminando paulatinamente, sin necesidad de elevar los
impuestos. En estas circunstancias, ni la generación actual sufre la carga de la deuda ni
tampoco la futura se enfrentará a impuestos mayores.
- Si el ahorrador es ciudadano del país que emitió dinero, la explicación puede deberse a que el tipo
de interés del mercado sea demasiado bajo y considere que va a subir en el futuro. En este caso,
si compra activos financieros antes de la elevación de los tipos de interés puede enfrentarse a una
pérdida o minusvalía en el futuro y de ahí que opte por mantener su ahorro en forma de dinero
hasta que se produzca la subida de los tipos de interés.
π = m - gy
A partir de esta idea, se pueden identificar fácilmente los costes para la sociedad de este
procedimiento de financiación extraordinaria.
8 Si la economía está en pleno empleo, sin que se produzca crecimiento en el nivel de renta, toda la
creación de dinero se traduce en inflación. La subida de los precios afecta a la demanda del
sector privado, reduciendo el consumo y la inversión. Este efecto se produce porque, de un lado,
los ingresos reales de los consumidores se pueden reducir en el corto plazo y, de otro, porque la
tasa de inflación hace subir los tipos de interés, lo que reduce el consumo de bienes duraderos y la
inversión empresarial.
Sin embargo, la inflación es mucho más injusta que cualquier impuesto, pues no atiende a las
circunstancias personales del contribuyente, ni a su capacidad económica, sino que sus efectos
serán más acusados para las personas que tengan rentas menos flexibles o quienes mantengan su
ahorro en forma de activos líquidos, así como para aquellos ciudadanos que, por disponer de peor
información, no previeron el proceso inflacionista y no tomaron las medidas adecuadas para evitar
sus consecuencias negativas.
- Obliga a cambiar los precios de las distintas empresas, lo que también supone costes y genera
incentivos evidentes para que el ciudadano se desprenda rápidamente de sus activos líquidos
para adquirir bienes y servicios antes de que suban los precios.
- Afecta a la sociedad, en la medida en que genera otros desequilibrios económicos, como los
problemas en la balanza de pagos, el desempleo o el freno al crecimiento económico.
8 Observación Æ Si la economía tiene una tasa de crecimiento positiva, la emisión de moneda a
un ritmo similar no tiene por qué causar inflación, ni imponer coste alguno de los agentes
económicos privados. Ello explica que el señoreaje puede ser utilizado como fuente de financiación
del sector público, pero de un modo limitado.
Un vistazo
Tasa Una tasa es un tributo cuyo hecho imponible consiste en la utilización privativa o el aprovechamiento especial del
dominio público, la prestación de servicios o la realización de actividades en régimen de derecho público que se
refieran, afecten o beneficien de modo particular al obligado tributario, cuando los servicios o actividades no sean de
solicitud o recepción voluntaria para los obligados tributarios o no se presten o realicen por el sector privado. Un
ejemplo de ello es la realización del cordón cuneta que pasa delante de una vivienda; el propietario de dicha vivienda
deberá pagar la realización de la obra, no así, por ejemplo, el alumbrado público, ya que lo que se paga por el es el
beneficio que brinda y no es la obra. El alumbrado público se encuentra dentro del grupo de Contribuciones
Especiales.
Distinción entre tasa Es muy importante la distinción entre tasa y precio público por la diferencia entre los requisitos para modificar uno u
otro. Un precio público es aquel que se paga por un servicio que presta el estado en igualdad de condiciones que el
y precio público sector privado y en régimen de derecho privado. El ejemplo clásico es el transporte público.
Según la legislación española “se entenderá que los servicios se prestan o las actividades se realizan en régimen de
derecho público cuando se lleven a cabo mediante cualquiera de las formas previstas en la legislación
administrativa para la gestión del servicio público y su utilidad corresponda a un ente público”.
La consecuencia práctica es que una tasa deberá estar regulada por Ley y aprobada por el Parlamento, mientras que
existe gran flexibilidad para la modificación de precios públicos.
Precio público Se denomina precio público a la contraprestación dineraria que el Estado recibe por la prestación de un servicio en
igualdad de condiciones que el sector privado y en régimen de Derecho privado. El Estado ofrece un servicio (como por
ejemplo, el transporte público) y cobra un precio por él, al igual que lo podría hacer una empresa privada.
Se diferencia de la tasa en que ésta se paga por el aprovechamiento especial del dominio público, la prestación de
servicios o la realización de actividades en régimen de Derecho público.
La tasa tiene una obligatoriedad que no tiene el precio público (por ejemplo, la tasa de matriculación en una universidad es
obligatorio pagarla aunque la universidad sea privada). Por ello, se exige un mayor control sobre la administración en estos
casos, y se obliga a que la imposición y regulación de las tasas sean por Ley.
El precio público, en cambio, está desregulado, y la administración es libre de modificarlo en la cuantía que considere
oportuna según el tipo de bien o servicio y la situación del mercado.
Tasa Una tasa es tributo cuyo hecho imponible consiste en la utilización privativa o el aprovechamiento especial del dominio
público, la prestación de servicios o la realización de actividades en régimen de derecho público que se refieran, afecten o
beneficien de modo particular al obligado tributario, cuando los servicios o actividades no sean de solicitud o recepción
voluntaria para los obligados tributarios o no se presten o realicen por el sector privado. Un ejemplo de ello es la
realización del cordón cuneta que pasa delante de una vivienda, el propietario de dicha vivienda deberá pagar la realización
de la obra, no así por ejemplo el alumbrado público, ya que lo que se paga por el es el beneficio que brinda y
no es la obra. El alumbrado público se encuentra dentro del grupo de Contribuciones Especiales.
Diferencia entre Es muy importante la distinción entre tasa y precio público por la diferencia entre los requisitos para modificar uno u otro.
Un precio público es aquel que se paga por un servicio que presta el estado en igualdad de condiciones que el sector
tasa y precio privado y en régimen de derecho privado. El ejemplo clásico es el transporte público.
público
Según la legislación española, "se entenderá que los servicios se prestan o las actividades se realizan en régimen de derecho
público cuando se lleven a cabo mediante cualquiera de las formas previstas en la legislación administrativa para la gestión
del servicio público y su titularidad corresponda a un ente público".
La consecuencia práctica es que una tasa deberá estar regulada por Ley y aprobada por el Parlamento, mientras que existe
gran flexibilidad para la modificación de precios públicos.
Contribución Contribuciones especiales son los tributos cuyo hecho imponible consiste en la obtención por el obligado tributario de
un beneficio o de un aumento de valor de sus bienes como consecuencia de la realización de obras públicas o del
especial establecimiento o ampliación de servicios públicos.
Su importancia en el montante global de los ingresos públicos es marginal, aunque llama la atención de los estudiosos por el
hecho de que se sustituye el principio de la capacidad económica por el del beneficio. Esto es, no paga más el que más tiene,
sino que paga más el que más se beneficia por la obra o servicio en cuestión.
Otra especialidad de la contribución especial es que los ingresos que se recaudan a través de la misma están adscritos a un
gasto concreto, que es el que da lugar al cobro de la misma, en lugar de formar parte genérica de los ingresos a repartir en los
Presupuestos Generales del Estado.
Impuesto El impuesto es una clase de tributo (obligaciones generalmente pecuniarias en favor del acreedor tributario) regido por
Derecho público. Se caracteriza por no requerir una contraprestación directa o determinada por parte de la Administración
(acreedor tributario). Surge exclusivamente por la "potestad tributaria del Estado", principalmente con el objeto de
financiar sus gastos. Su principio rector, denominado "Capacidad Contributiva" sugiere que quienes más tienen, deben
aportar en mayor medida al financiamiento estatal, para consagrar el principio constitucional de equidad y el principio
social de solidaridad.
Sin embargo, esto no siempre es tenido en cuenta al imponer el impuesto ni otra clase de tributo, debido a que se priorizan
otras causas, como pueden ser las de aumentar la recaudación o disuadir la compra de determinado producto o fomentar o
desalentar determinadas actividades económicas. De esta manera, se puede definir la figura tributaria como una exacción
pecuniaria forzosa para los que están en el hecho imponible.
Elasticidad En economía, la elasticidad es la razón formada entre el cambio proporcional de una variable con respecto del cambio
proporcional de otra variable. También es la sensibilidad de la cantidad demandada u ofertada a los cambios en los
precios.
La elasticidad se usa con frecuencia respecto de la relación precio-demanda y de la relación precio-oferta, pero la
aplicabilidad de este concepto no está restringida a ese único caso, sino que es más amplia, ya que la elasticidad puede
reflejar numerosas relaciones entre dos variables.
La elasticidad se le puede entender o definir como la variación porcentual de una variable x en relación a otra variable y. Se
dice que la razón entre la variable dependiente x y la independiente y es elástica cuando la variable dependiente (y) varía en
mayor cantidad a la de la variable independiente (x). Por el contrario, si la variación de la variable independiente x es mayor
a la de y, la relación es inelástica. Una relación inelástica refleja una variación entre x e y pequeña, mientras que una
relación elástica muestra una variación porcentual entre variable dependiente x e y notoria.
Matemáticamente, podemos expresar la elasticidad como el cambio proporcional de una variable relativamente a otra
variable :
El concepto de elasticidad puede ser empleado siempre que haya una relación causa efecto. Se suele expresar como una
variación de 1% de . De esta forma la elasticidad del precio de la demanda es la variación proporcional de la cantidad
demandada ante una variación proporcional del precio.
Grados Es posible clasificar las relaciones entre variables de acuerdo a su elasticidad E(x,y):
de elasticidad
1. Elástico: El coeficiente es mayor a la unidad (E > 1).
2. Inelástico: El coeficiente es menor a la unidad, pero mayor a cero (0<E<1).
3. Unitario: El coeficiente es igual a la unidad (E = 1).
Casos teóricos:
Elasticidad- En una economía de mercado, si subimos el precio de un producto o servicio, la cantidad demandada de éste bajará, y si
bajamos el precio de ese producto o servicio, la cantidad demandada subirá. La elasticidad nos dirá en qué medida se ve
precio afectada la demanda por las variaciones en el precio. Puede haber productos o servicios para los cuales el alza de precio
de la demanda produce una variación pequeña de la cantidad demandada. Esto significa que los consumidores comprarán
independientemente de las variaciones del precio. A esta circunstancia se le llama, inelasticidad. El proceso inverso se da
cuando el producto o servicio es elástico, es decir, variaciones en el precio modifican mucho la cantidad demandada.
Por ejemplo, el pan de harina de trigo es un producto típicamente inelástico en la cultura occidental, ya que es considerado
un artículo de primera necesidad, de tal manera que, aunque el precio del mismo subiera drásticamente, la demanda no se
modificaría en la misma medida (duplicar el precio de la barra de pan no provoca que la demanda baje a la mitad), mientras
que bajar su precio no supondría un aumento de la demanda (que la barra de pan baje su precio a la
mitad no provocará que consumamos el doble de pan).
Conocer si nos encontramos ante un producto de alta o baja elasticidad es muy importante a la hora de tomar decisiones
relativas a precios. Si nos encontramos ante un producto inelástico sabemos que tenemos un amplio margen de subida de
precios, y que una bajada de precios no serviría de nada. Si nos encontramos ante un producto elástico, sabemos que una
bajada de precios disparará la demanda, y por lo tanto dará mejores resultados globales, mientras que una subida de precios
puede suponer una caída súbita en las ventas.
La elasticidad de la demanda es el grado en que la cantidad demandada (Q), responde a las variaciones de precios (P)
del mercado. En este caso, dados unos precios (P) y unas cantidades (Q) y un (P * Q) = Ingreso, tenemos que:
ƒ Cuando la reducción del precio (P) hace que la cantidad demandada (Q) aumente tanto que la multiplicación de (P
* Q) sea mayor a la original, se presenta una demanda elástica.
ƒ Cuando la reducción del precio (P) hace que la cantidad demandada (Q) aumente en proporciones iguales y (P * Q)
sea igual, la elasticidad es proporcional o igual a 1.
ƒ Cuando la reducción del precio (P) hace que la cantidad demandada (Q) sea tan pequeña que la multiplicación de
(P * Q) es menor a la original, se afirma que la demanda de un bien es inelástica o rígida.
Factores que pueden
influir en la → La existencia de bienes sucedáneos o sustitutivos recíprocos, en mayor o menor medida.
elasticidad precio de
la demanda
→ La proporción del ingreso del consumidor que dedica al gasto del bien objeto de análisis.
→ El carácter complementario de algunos bienes con relación a otros más caros o más baratos.
→ La mayor o menor durabilidad del bien objeto de análisis (perecederidad).
→ La extensión del periodo considerado en el análisis.
→ Los gustos preferencias del consumidor.
Elasticidad Es básicamente el mismo concepto, simplemente busca medir el impacto en la oferta de un producto o servicio dada una
precio-oferta variación en su precio. Si la cantidad ofrecida de un bien no disminuye cuando se disminuye el precio, se dice que la
oferta es rígida o inelástica.
ƒ En la oferta totalmente elástica, la cantidad ofrecida puede ser infinita, si el precio es mayor que 0.
ƒ En donde la curva de oferta representa cantidades iguales de (P) y (Q), la elasticidad de la oferta es igual a 1.
Señoreaje Por señoreaje se entiende el hecho, que el derecho a "producir" dinero, puede constituir para el emisor (Bancos Centrales
u organismos emisores) una fuente de ingresos.
El dinero en efectivo puede considerarse como un título de deuda (contra el estado o emisor) que no obtiene intereses. Como
contrapartida a tal emisión de efectivo, el emisor generalmente adquiere activos que sí devienen intereses, como reservas de
divisas, títulos públicos y préstamos a los bancos privados. En un sistema de caja de conversión, por ejemplo, el banco
central tiene que adquirir reservas sobre el exterior en cantidad igual a la emisión de moneda nacional. Como resultado de la
emisión de deuda que no devenga intereses (efectivo) y el mantenimiento de activos que sí los devengan (reservas sobre el
exterior, entre otros), el banco central obtiene unas utilidades brutas que los bancos centrales a menudo llaman también
señoreaje.
Adicionalmente, los intereses de reserva o "encaje" que se imponen a los bancos puede que tampoco devenguen intereses
(o que estén renumerados a tasas muy por debajo de las del mercado) contribuyendo así al señoreaje.
Algunos economistas se refieren al señoreaje como un "impuesto de la inflación", en la medida que los que tienen el
dinero en existencia pierden valor dado el incremento del circulante, valor que se traspasa al emisor.
Por tal motivo, la corriente anual de señoreaje se mide frecuentemente por el incremento del llamado dinero primario (el
dinero en efectivo más las reservas de los bancos).
Cuando un país adopta a una moneda extranjera para que tenga curso legal, está inmediatamente renunciando al derecho de
señoreaje, es decir, las utilidades que percibe la autoridad monetaria por el derecho de emisión de moneda. Este costo
puede ser considerable y continúa con carácter anual.
La dolarización afecta a dos tipos de pérdida de señoreaje: en primer lugar, está el costo inmediato sobre la masa de moneda
ya que a medida que se introduce la divisa extranjera –generalmente el dólar de Estados Unidos (US$)– y se retira de
circulación a la moneda nacional, las autoridades tienen que comprar el volumen monetario en poder del público y los
bancos, devolviéndoles el derecho de señoreaje que se ha ido acumulando con el tiempo.
En segundo lugar, las autoridades monetarias pierden las utilidades del señoreaje futuro que produce la circulación de
nueva moneda emitida cada año para satisfacer el incremento de la demanda de efectivo.
Estados Unidos, aumenta sus ingresos de señoreaje y ha habido un debate acerca de si debería compartir parte de estos
ingresos con las economías dolarizadas. A este respecto existe un precedente en los acuerdos suscritos entre Sudáfrica y
otros tres estados que utilizan el Rand (Lesotho, Namibia y Swazilandia). Aunque Estados Unidos no ha suscrito ningún
acuerdo con Panamá ni con ninguna otra economía legalmente dolarizada, en el Senado de Estados Unidos se han
presentado algunas propuestas que prevén legislar el reembolso del señoreaje.
SEÑOREAJE. (De señor.) m. Derecho que tenía el príncipe o el soberano en las casas de moneda por la
fabricación de eIIa.
Desde antiguo el derecho de señoreaje corresponde a los reyes y soberanos, y constituye el privilegio de poseer casa de
moneda en donde acuñar su propia moneda. Este derecho es símbolo de reconocimiento de la soberanía de quien lo ostenta
y disfruta, y aunque en España corresponda dicha regalía a la Corona, fueron varios los señores que gozaron del
mismo privilegio, toda vez que Castilla respetó, hasta el siglo XVIII, este derecho inherente a los demás reinos
peninsulares.
TEMA 8. LA IMPOSICIÓN DIRECTA
La tarifa tenía un amplio número de tramos y un fuerte carácter progresivo, lo que llevaba a
establecer algún tipo de limitación en cuanto al importe total de las cuotas del impuesto sobre la
renta y del patrimonio neto. Este planteamiento tiene sus mejores apoyos en los principios de
suficiencia y de equidad, pero es mucho más débil cuando se le valora desde los principios de
simplicidad y neutralidad.
* Ventajas. Es más sencillo resolver los problemas causados por la progresividad, pues basta con
alterar el mínimo exento y provoca menos efectos negativos sobre las decisiones de los
contribuyentes.
* Críticas. No resulta tan coherente con el principio de capacidad de pago, aunque no lo incumple
totalmente. Puede perjudicar a las rentas medias, beneficiando a las más altas y puede suponer
una menor recaudación para el sector público. Es decir, es mejor en cuanto a simplicidad y
neutralidad, peor en cuanto a suficiencia y equidad.
→ Impuesto personal sobre el consumo
Consiste en sustituir la base imponible del impuesto sobre la renta, que sería sólo la parte de
renta dedicada al consumo, por un tipo impositivo que puede ser tanto proporcional como progresivo.
* Ventajas. Tiene evidentes efectos positivos sobre el ahorro, que queda exento de
tributación y sobre el esfuerzo laboral, pues el mero hecho de ganar más no significa pagar
más. Por tanto, su mejor apoyo está en el principio de neutralidad.
* Criticas. Se ha criticado porque tiene una capacidad recaudatoria muy inferior al impuesto
sobre la renta, porque puede significar una reducción significativa de la progresividad del sistema
tributario, dado que las familias de mayor nivel de renta consumen proporcionalmente menos que
las de escaso poder económico. Las principales críticas a esta modalidad proceden de los
principios de suficiencia, equidad y simplicidad.
- Esta reforma incentiva claramente el ahorro, pues sus rendimientos ven reducido el tipo
impositivo que se les aplica.
ƒ Críticas
- Resulta poco cumplidor de los criterios de equidad, pues los contribuyentes con un mismo
nivel de ingresos tendrán cuotas fiscales distintas, dependiendo de su composición.
- Tampoco parece que sea más sencillo que el sistema tradicional si atendemos al principio
de simplicidad, porque no resulta fácil determinar, en el caso de las actividades
empresariales, qué parte del beneficio corresponde al trabajo realizado por el empresario y
qué porción es el pago a los recursos de capital invertidos en la empresa.
Las rentas de trabajo son más inseguras que las rentas de capital. Tampoco se puede
considerar esta argumentación, pues los rendimientos del capital también están sometidos a un
grado de incertidumbre, comparable muchas veces al del trabajo personal. Por otro lado, puede
afirmarse que determinadas actividades empresariales o profesionales tienen un riesgo muy
superior al existente en la actividad de trabajo por cuenta ajena.
Las rentas de trabajo tienen un horizonte temporal limitado, mientras que las rentas del
capital son, en principio, indefinidas. Este es el argumento más convincente, pues se apoya en
la idea de que al llegar la edad fijada en la legislación aplicable, el trabajador deja de participar
en el proceso productivo y de obtener rentas o las ve sensiblemente reducidas. Esto no ocurre en
el caso de los intereses y otras rentas del capital y, en cierta medida, tampoco en las actividades
empresariales o profesionales, donde es el sujeto pasivo quien decide cuando va a dar por
finalizada su participación en la vida económica. De esta forma, el trabajador tendrá que
realizar un esfuerzo de ahorro suplementario, con la finalidad de crear un patrimonio
suficiente para mantener el mismo nivel de ingresos que cuando estaba en activo. De ahí que se
le conceda una deducción especial.
En efecto, los dividendos percibidos por los socios son una parte de los beneficios de las
sociedades y éstos ya han sido gravados por un impuesto anterior, concretamente por el Impuesto de
Sociedades. De esta forma se da una situación de injusticia conocida como el problema de la doble
imposición de los dividendos.
En efecto, supongamos que el ciudadano compró su casa por 90.000 euros y que
cinco años más tarde la vende en 120.000 €. Aparentemente se ha generado una plusvalía
de 30.000 €, que debería tributar con las demás fuentes de renta. Ahora bien, si este
individuo quiere disponer de una casa de las mismas características deberá dedicar el
importe de 120.000 € a su nueva vivienda, con lo que no podemos afirmar que la ganancia se
haya generado.
Supongamos que un contribuyente adquiere unos títulos de renta fija por un importe
de 10.000 euros, que tienen asegurado un interés anual del 10%. Esto significa que el
contribuyente obtendrá el siguiente rendimiento:
1.000
X = ------------------ = 12.500
0,08
Si comparamos el precio de adquisición y el de venta, el ahorrador ha obtenido una
plusvalía de 2.500 euros. De hecho, puede vender su título en 12.500, comprar una obligación
de las nuevas, por la que pagará 10.000 euros y dedicar, íntegramente, la plusvalía al consumo,
manteniendo, por tanto, su patrimonio.
Sin embargo, para algunos hacendistas, como Prest, el contribuyente no está en iguales
circunstancias al principio y al final de la operación, tal y como podemos reflejar en la tabla
8.1.
A simple vista, es decir, si nos preocupa tan sólo la constancia del patrimonio, es
verdad que la plusvalía de 2.500 es una auténtica renta, pero si al contribuyente le interesa no
sólo el valor del patrimonio sino también el rendimiento que se obtiene de él, resulta que no
toda la plusvalía es una renta en sentido estricto, pues no está en la misma situación que al
principio, de ahí que se afirme que sólo parte de esta plusvalía debía ser gravada.
8 El valor de capitalización
X.r=z
X=z/r
En este caso, una reducción del dividendo, por obra del impuesto, reduce el
valor de capitalización de la empresa y, por tanto, la plusvalía generada. Si esta
limitación del dividendo se debe al impuesto de sociedades, también queda
afectado, directamente, la posibilidad de obtener una plusvalía. De nuevo resulta
innecesario gravar la plusvalía de una forma independiente.
Seguir este apartado por el libro de texto (páginas 192 a 198), donde se contienen diversos ejemplos.
Las principales soluciones para el problema de la unidad contribuyente son las siguientes:
- Permitir la declaración por separado aunque se esté casado. El problema queda resuelto
radicalmente, pero genera el incentivo a que las rentas comunes se pongan a nombre del
perceptor de la renta más baja. Este fenómeno se denomina arbitraje fiscal.
- El sistema del splitting supone sumar las rentas de ambos cónyuges, dividir por el número de
perceptores y con este cociente acudir a la tarifa del impuesto y determinar el tipo medio. La
cuota se obtendría aplicando este tipo medio a la suma de rentas. Este sistema genera el mismo
resultado que la declaración por separado cuando los contribuyentes practican el arbitraje fiscal,
pero tiene la ventaja de que no es necesario que los cónyuges alteren la atribución de rentas.
- El sistema de quotient también supone sumar las rentas de los cónyuges, pero el divisor en
este caso se calcula sumando un punto por cada perceptor de renta y medio punto por cada hijo
dependiente. Este sistema, propio de la legislación francesa, es el más beneficioso para el
contribuyente, especialmente cuando se trata de familias con un amplio número de hijos.
Nuestra legislación no ofrecía una solución a este problema. Entre las propuestas para
resolverlo destaca el sistema de las medias móviles. De acuerdo con este procedimiento, un
contribuyente puede pedir en un determinado ejercicio este tratamiento especial, de tal modo que
para calcular el tipo medio de gravamen, se calcula el valor medio de sus ingresos, por ejemplo, en
los tres últimos años. Este tipo medio se aplica entonces a la renta correspondiente. Este
procedimiento de rentas móviles reduce significativamente la carga tributaria del contribuyente
que obtenía rentas irregulares.
La forma de corregir la progresividad en frío es bastante obvia. Basta que los responsables de
la gestión de los impuestos actualicen la tarifa cada año. A este procedimiento se le denomina
indicación.
4. EL IMPUESTO DE SOCIEDADES
♣ Justificación
A la hora de justificar el impuesto de sociedades podemos distinguir dos tipos de teorías:
→ Teoría de la doble personalidad. Considera que la empresa mercantil tiene una personalidad
jurídica distinta de los socios. Si existen dos personas jurídicas, entonces tenemos dos
capacidades contributivas distintas, que son gravadas por dos tributos diferentes.
→ Teoría del conducto. Considera que la sociedad no es sino un conducto por el que
determinadas rentas llegan a poder de los accionistas. Es decir, la sociedad es una “tubería”
por la que determinados ingresos (los dividendos) llegan a personas físicas concretas. Desde
este punto de vista parece poco adecuado establecer un impuesto en la sociedad en el
comienzo del conducto y otro distinto en el socio, al final del mismo.
♣ El problema de la doble imposición de los dividendos
El exceso de gravamen generado por la doble imposición de los dividendos es mayor para
aquellos contribuyentes que pagan un menor tipo impositivo de renta de las personas físicas, es
decir, para quienes perciben un menor nivel de renta. Por este motivo, se ha afirmado que este
problema genera un componente regresivo en el sistema tributario.
Para resolver el problema, existen dos modalidades de solución: las que responden a la
llamada integración total y las que se engloban en la modalidad denominada integración parcial.
→ Integración parcial. Se mantienen los dos impuestos, pero se establecen normas específicas
para resolver, o aminorar, el problema de la doble imposición de los dividendos. Estas normas
pueden introducirse tanto en el impuesto de sociedades como en el propio impuesto sobre la
renta.
→ El establecimiento de tributos sobre la riqueza está justificado por razones de equidad, ya sea
entendida desde el criterio de la capacidad de pago o desde el criterio del beneficio.
∗ Criterio del beneficio. Se supone que, al ser una función del Estado la protección de las
propiedades de los ciudadanos, quienes tienen una mayor riqueza reciben más servicios del
sector público y, por ello, deben satisfacer un gravamen adicional.
→ El sector público debe realizar una política activa de redistribución de la renta y la riqueza. Se
argumenta que en las modernas economías de mercado, las situaciones de partida de los sujetos
económicos no son comparables y que la transmisión de la riqueza puede mantener tales diferencias
sociales, de lo que se deduce la necesidad de establecer impuestos que recaigan sobre las grandes
fortunas o sobre su transmisión.
∗ Impuesto sobre el patrimonio neto (IPN) Æ Recae sobre el patrimonio total neto, es
decir, descontando del valor del activo las deudas del sujeto pasivo. Tiene en cuenta las
circunstancias personales del contribuyente, grava la tenencia de la riqueza y no su
transmisión y se recauda periódicamente.
Razones de eficiencia económica. Se afirma que el impuesto sobre la riqueza neta obliga al
contribuyente a dedicar sus activos a las finalidades más productivas, mientras que este
incentivo está ausente en el IRPF.
- El impuesto puede exigirse desde el punto de vista del causante. En este caso nos encontramos en
presencia del Impuesto sobre el Caudal Relicto (ICR).
- El impuesto puede exigirse desde el punto de vista del causahabiente. En este supuesto
estamos ante el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD).
Para decidir cuál de las dos figuras es más adecuada, debemos comprobar el grado de
cumplimiento de los principios tributarios.
→ Principio de suficiencia. El ICR tiene una mayor capacidad recaudatoria que el ISD, pues la
base del primero será mayor que las correspondientes a los diferentes tributos recaudados por el
segundo.
→ Principio de equidad . Se ha defendido que el ICR cumple apropiadamente con el criterio del
beneficio, en la medida en que supone un pago a cambio de la protección a las propiedades
dispensada por el sector público. Sin embargo, este argumento no parece excesivamente fundado
si el sistema tributario ya contiene un Impuesto sobre el Patrimonio Neto, pues si el
contribuyente ya ha satisfecho un gravamen por el hecho de poseer un patrimonio no parece
necesario que satisfaga otro a la hora de transmitirlo a sus herederos. Por el contrario, el ISD
tiene una mayor coherencia con la idea de capacidad de pago que subyace a la imposición
personal.
Nuestra exposición parece sugerir que el ICR es superior al ISD en cuanto a los principios de
simplicidad y suficiencia, pero inferior en los que se refieren a equidad y neutralidad. Esta
apreciación explica, en nuestra opinión, que se haya impuesto finalmente la segunda modalidad de
este tributo, pues dado que los impuestos sucesorios se recaudan sólo de forma eventual, las ventajas
del ICR en cuanto a la recaudación obtenida o la simplicidad en su administración no tienen un
excesivo peso.
6. EFECTOS ECONÓMICOS DE LA IMPOSICIÓN DIRECTA
→ Modelos dicotómicos
Estos modelos parten del supuesto de que la decisión es dicotómica, trabajar o no, pero
no se puede alterar la jornada laboral, que está prefijada.
Los casos en que la decisión del contribuyente es incorporarse o no al proceso
productivo se han estudiado fundamentalmente para la participación de los segundos
perceptores de renta en el mercado de trabajo. En estas circunstancias, podemos representar las
dos opciones para la unidad familiar en los siguientes términos:
- Opción 1 Æ Un solo perceptor de rentas que obtendría: RA – T (RA).
- Opción 2 Æ Dos perceptores de renta obtendrían: RA + RB – T (RA + RB) – C.
- R Æ nivel de ingresos.
- T (…) Æ impuestos que se satisfacen.
- C Æ coste que debe asumir la familia en términos de cuidado de los hijos o realización de labores
domésticas.
De acuerdo con este esquema, el impuesto sobre la renta puede influir en esta decisión a
partir de dos elementos distintos:
- El IRPF reduce la renta disponible de los contribuyentes. Tal reducción puede abordarse
renunciando a consumo o al ahorro, pero si partimos de la teoría de la renta relativa, es más
fácil que el perdedor sea éste último, pues a los agentes económicos les resulta muy difícil
rebajar su calidad de vida (efecto trinquete).
- El hecho de que el IRPF sea progresivo acentúa este problema, pues reduce proporcionalmente
más la capacidad económica de quienes tienen mayores posibilidades de ahorrar, si
entendemos que la propensión marginal al consumo es decreciente al incrementarse el nivel de
renta.
- Como el IRPF recae sobre las rentas de capital, rebaja la compensación que recibe el
ahorrador por sacrificar su consumo y, en esa medida, reduce los incentivos para ahorrar. El
hecho de que las rentas de capital estén sometidas a un tipo proporcional hace menos plausible
este efecto.
No es fácil realizar una valoración conjunta de estos argumentos, porque, como en el caso de
la oferta de trabajo, se produce un efecto renta y un efecto sustitución. La cuestión no tiene una fácil
solución teórica, ni empírica.
Sin embargo, en el caso del coste de capital, el valor económico difiere del valor deducible a
efectos fiscales. El coste fiscalmente deducible es superior al real o económico, lo que supone una
forma de subvención indirecta.
Además de este aspecto, en nuestra legislación se establecen una serie de deducciones para
aquellas empresas que lleven a cabo procesos de ampliación de sus instalaciones o que realicen
gastos para la promoción de sus productos. En la medida en que estos incentivos sean eficaces,
podremos afirmar que se favorece, por esta vía, la inversión empresarial.
Un vistazo
Impuesto El Impuesto de Sociedades es un tributo perteneciente al sistema tributario español, de carácter periódico,
proporcional, directo y personal. Grava la renta de las sociedades y demás entidades jurídicas. Está regulado por el
de sociedades Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley del
Impuesto sobre Sociedades.
Se aplica en todo el territorio español, a excepción de País Vasco y Navarra, que comprende, además del
territorio peninsular, Islas Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. El IS en España es del 32,5% excepto en el País
Vasco y Navarra, que disponen de autonomía fiscal, que es del 28%.
Específicamente, están sujetas al Impuesto sobre Sociedades toda clase de entidades, cualquiera que sea su forma o
denominación, siempre que tengan personalidad jurídica propia, excepto las sociedades civiles. Se incluyen, entre
otras:
• Los fondos de inversión mobiliaria y los fondos de inversión en activos del mercado monetario y los
fondos de inversión inmobiliaria.
• Las uniones temporales de empresas.
• Los fondos de capital-riesgo.
• Los fondos de pensiones.
• Los fondos de regulación del mercado hipotecario.
• Los fondos de titulización hipotecaria.
• Los fondos de titulización de activos.
• Los fondos de garantía de inversiones.
• Las comunidades titulares de montes vecinales en mano común.
Dividendo En economía, dividendo es la parte del beneficio obtenido por las sociedades mercantiles repartido entre los
socios.
Gravamen Carga de impuestos sobre algún bien. Dícese del impuesto que grava las utilidades o los ingresos, como el
impuesto predial que grava los bienes raíces, el impuesto sobre la renta etc. Carga, limitación u obligación que
afecta a un bien o persona. El uso de este término tiene diversas acepciones jurídicas según sea de la materia
civil, mercantil, o fiscal, de que se trate.
Impuesto u obligación económica; impuesto que ha de pagar una persona por tener un bien inmueble.
Rentas en especie Constituyen rentas en especie la utilización, consumo u obtención de bienes, derechos o servicios de forma gratuita o
por precio inferior al normal de mercado, para fines particulares, aun cuando no supongan un gasto real para quien los
conceda.
Conviene tener en cuenta en este sentido que cuando el pagador de las rentas entregue al contribuyente importes en
metálico para que éste adquiera los bienes, derechos o servicios, la renta, según la ley, tendrá la consideración de
dineraria. No obstante, conviene tener en cuenta primero lo que la norma no establece como rendimientos del trabajo en
especie.
Plusvalía Es bien sabido que prácticamente todos los pisos, locales y demás inmuebles urbanos en España se revalorizan año
tras año de manera constante. Así, desde que compramos o adquirimos por otro título un inmueble hasta que lo
transmitimos de nuevo, con toda seguridad habrá aumentado su valor. Por eso, si adquirimos un inmueble hace unos
años con un valor, por ejemplo, de 90.000 € y ahora lo vendemos o transmitimos de nuevo por un valor de 150.000 €,
habrá “aflorado” una plusvalía de 60.000 €.
Pues bien, existe un impuesto que grava precisamente esa plusvalía, y que viene establecido por los Ayuntamientos,
quienes se encargan íntegramente de su gestión. Concretamente, el hecho imponible que grava el impuesto es la
obtención de un incremento de valor experimentado por terrenos urbanos que se pone de manifiesto cuando se
transmite por cualquier título (venta, herencia, donación... etc.) su propiedad o cualquier derecho real sobre el mismo.
Impuesto Cuando fallece una persona y deja bienes a sus sucesores, éstos vienen generalmente obligados a pagar el conocido
Impuesto de Sucesiones. Por otra parte, cuando recibimos una donación u obsequio que supere un determinado
de sucesiones importe, también quedamos obligados a entregar al Estado una parte del mismo, mediante el llamado Impuesto de
y donaciones Donaciones.
En la práctica, ambos tributos que, en principio, tienen una naturaleza bien distinta, se pagan a través del mismo
impuesto, el de Sucesiones y Donaciones. Desde el punto de vista técnico, se trata de un impuesto directo, personal,
subjetivo y progresivo que grava los incrementos patrimoniales obtenidos a título lucrativo por personas físicas.
• Las adquisiciones de bienes y derechos por herencia, legado o cualquier otro título sucesor.
• La adquisición de bienes y derechos por donación o por cualquier otro negocio jurídico a título gratuito (es
decir, sin nada a cambio) e "inter vivos".
• La percepción de cantidades por los beneficiarios de contratos de seguros de vida, cuando el contratante sea
persona distinta al beneficiario.
• Los herederos: En el caso de las adquisiciones < mortis causa< , esto es, por el fallecimiento de una
persona.
• El donatario o el beneficiario: En las donaciones y demás transmisiones lucrativas < inter vivos< , o entre
personas que no han fallecido.
• Los beneficiarios: En los seguros de vida, siempre y cuando el beneficiario sea una persona distinta a la
persona que contrató el seguro.
• En las transmisiones mortis causa: por el valor neto de la adquisición individual de cada heredero, esto es, el
valor real de los bienes y derechos, menos las cargas y los gastos deducibles.
• En las donaciones y demás transmisiones lucrativas inter vivos: por el valor neto de los bienes y derechos
adquiridos, esto es, el valor real de los bienes y derechos, menos las cargas y los gastos deducibles.
• En los seguros de vida: por las cantidades percibidas por el beneficiario. Estas cantidades se liquidan
acumulando el importe recibido por el seguro al importe del resto de los bienes y derechos que integran la
porción hereditaria del beneficiario.
TEMA 9. LA IMPOSICIÓN INDIRECTA
El conjunto de figuras tributarias que componen la imposición indirecta recaen sobre el consumo
realizado por los contribuyentes, sin tener en cuenta la situación personal de los mismos. De este modo,
podemos considerarlos como impuestos generales de carácter real.
- Los impuestos indirectos actúan como un elemento compensador de los efectos negativos de
otros tributos en el nivel de ahorro de la sociedad. La imposición directa, sobre la renta o el
patrimonio, pueden tener un efecto de reducción en el ahorro. Ahora bien, si el consumo está
gravado por la imposición indirecta, entonces estamos generando incentivos al ahorro, que escaparía
de tributación.
Este argumento no es del todo convincente, porque si el ciudadano tiene un nivel de renta muy bajo, con un
volumen de ahorro reducido, resultará que el aumento de precios causado por la imposición indirecta, elevará su gasto
de consumo, con lo que su capacidad de ahorro resultará aún menor. Por el contrario, el efecto positivo sobre la tasa
de ahorro será más defendible en los niveles de renta más altos.
Podemos distinguir dos tipos de criterios en relación a los tipos de impuestos que pueden
establecerse:
♣ El principio de neutralidad
Es necesario que el precio finalmente cargado al consumidor no sea superior a la
recaudación prevista por el sector público y que se elimine así cualquier incentivo para que las
empresas empleen formas de integración vertical.
Se conoce como integración vertical la compra de empresas que realizan fases distintas
de un mismo proceso productivo. Los efectos que se describen a continuación pueden hacer
deseable esta opción frente a la de contratar con un tercero el suministro de materias primas o la
distribución final de los productos. Sin embargo, dependiendo del diseño que se haga de la
imposición indirecta, es posible que esto ocurra debido a dos efectos diversos: efecto
piramidación y efecto cascada.
→ Efecto piramidación
El efecto piramidación se puede producir en todo tipo de impuestos indirectos, cuando
los empresarios fijan sus precios usando márgenes comerciales, es decir, cuando añaden al
coste de las materias primas un porcentaje para cubrir los gastos de transformación y sus
beneficios. Para comprobar cómo se produce este efecto es conveniente hacer uso del ejemplo
que incluimos en la siguiente Tabla.
Si ahora el gobierno establece un impuesto sobre los fabricantes del 10%, el cuadro
cambiaría del modo siguiente:
Tabla 9.2. Fijación de precios mediante margen con un impuesto sobre fabricantes
(p220)
En el caso de que el impuesto recaiga sobre los mayoristas, suponiendo que se trata de un
tipo impositivo del 5%, tendríamos la siguiente situación:
Tabla 9.3. Fijación de precios mediante margen con un impuesto sobre mayoristas (p221)
Obviamente, si el impuesto recae sobre los minoristas (con un tipo impositivo del
1,25%) no se produce efecto piramidación y el aumento de precios para el consumidor
coincide con el impuesto:
Tabla 9.4. Fijación de precios mediante margen con un impuesto sobre minoristas (p221)
→ Efecto cascada
Al contrario de lo que sucedía en el efecto piramidación, el efecto cascada sólo puede
producirse en los impuestos plurifásicos y en su génesis no juega ningún papel el modo en que
los empresarios marquen sus precios. Se manifiesta en que el sector público recauda una cifra
mayor de la prevista, lo que encarece el producto para el consumidor sin que se lucre ningún
empresario. De nuevo un ejemplo ayudará a comprender cómo se produce este efecto:
Tabla 9.5. Fijación de precios sin margen comercial (p222)
Si el gobierno establece un impuesto del 10% sobre las ventas, puede prever una
recaudación total de:
Sin embargo, el proceso productivo daría un resultado distinto, tal y como reflejamos en
la Tabla siguiente:
Tabla 9.6. Fijación de precios sin margen comercial y efecto cascada (p222)
Observamos que el sector público recauda 500 euros más en los mayoristas y 1.850
euros adicionales en los minoristas (efecto cascada producido Æ 2.350 €).
En este caso, no se han producido rentas fiscales. La causa del efecto cascada es la
aplicación del impuesto a cifras que vienen incrementadas por un tributo pagado en una fase
anterior del proceso productivo. Lógicamente, cuanto más largo sea el proceso productivo, o
más empresas intervengan en él, mayor será la cuantía del efecto cascada. Del mismo modo, es
fácil comprender que si todo este proceso se realiza dentro de una misma empresa no puede darse
el efecto cascada, de ahí que se haya defendido que este tipo de impuestos indirectos favorece la
concentración de empresas. En cuanto a la valoración del efecto, resulta evidente que cuanto
mayor sea el número de fases, más pronunciado es el efecto cascada de un impuesto
plurifásico sobre las ventas.
Con los datos de este ejemplo, en ausencia de impuestos, el fabricante hubiera vendido
por 30.000 al mayorista, éste habría aplicado un margen del 100% y hubiera obtenido un
precio de venta de 60.000. Por último, el minorista, comprando en 60.000, aplicaría un margen
del 300%, 180.000, con lo que el precio de venta hubiera sido de 240.000. Un impuesto
general sobre las ventas del 10% tendría que haber recaudado 3.000 a los fabricantes, 6.000 a
los mayoristas y 24.000 a los minoristas (total 33.000). Sin embargo, el precio final es de
319.400 € (290.400 + 29.040), lo que supone un incremento de 79.400 € (319.400 – 240.000).
El reparto de esta cifra sería la siguiente:
33.000 3.000 + 6.000 + 24.000 = 33.000 En concepto de recaudación esperada
por el sector público.
3.000 33.000 (Tabla 9.7) – 30.000 (Tabla 9.1) En concepto de rentas fiscales
de los mayoristas.
37.800 217.800 (Tabla 9.7) – 180.000 (Tabla 9.1) En concepto de rentas fiscales
de los minoristas.
5.640 3.000 + 6.600 + 29.040 = 38.640 En concepto de efecto cascada.
38.640 – 33.000 = 5.640
Este sistema permite comprobar cómo cada empresario paga un porcentaje del Valor
Añadido por su empresa.
Este impuesto es más neutral en el caso de la exportación del producto, donde se aplica un
IVA de tipo cero. En este caso, el IVA repercutido será cero y la administración tributaria
devolverá el IVA soportado. De este modo, el producto exportado sale del país libre de
impuestos y sólo pagará el impuesto indirecto del país de destino, lo que permite que
ningún producto compita en desigualdad de condiciones.
- Los impuestos plurifásicos tienen ventajas sobre los monofásicos, siendo la base mayor para el
que recae sobre todas las ventas, incluyendo así los consumos intermedios.
- Entre los monofásicos, el impuesto de minoristas estaría recayendo sobre la variable
macroeconómica de consumo, el impuesto sobre mayoristas tendría una base inferior y el
menos aceptable sería el impuesto sobre fabricantes.
♣ El principio de simplicidad
El principio de simplicidad está unido tanto a la ausencia de costes de cumplimiento para los
contribuyentes, como a la facilidad de administrar el tributo por parte del Ministerio de Hacienda.
Desde ese punto de vista, un impuesto que afecte a un número muy elevado de pequeños
empresarios supone costes mayores, tanto para el contribuyente como para la Administración. Los
primeros porque pueden no disponer de los medios necesarios para llevar a cabo la gestión contable
que exige la correcta aplicación del impuesto; la segunda porque se enfrenta a la difícil tarea de
asegurar el correcto cumplimiento de las obligaciones tributarias por parte de una gran cantidad de
contribuyentes.
Desde la perspectiva de la simplicidad, el impuesto sobre fabricantes es el más adecuado.
Recae sobre un número relativamente pequeño de empresas, que tienen una dimensión superior a la
media y que podrían gestionar razonablemente bien el impuesto. Ahora bien, sus deficiencias en
cuanto a la neutralidad y a la suficiencia lo hacen descartable. En cambio, el impuesto sobre
minoristas es el menos cumplidor del principio de simplicidad, mientras que el de mayoristas se
situaría en una posición intermedia.
El IVA recae sobre el valor añadido por cada empresa en el proceso productivo. Existen dos
procedimientos para calcular el valor añadido:
El diseño del IVA como tipo consumo resulta el más favorable a la inversión privada, pues
permite deducir como IVA soportado el total pagado al adquirir la maquinaria. Por el mismo motivo, el
IVA tipo producto claramente perjudica la compra de equipo capital, pues no permite deducir nada en
concepto de IVA soportado.
En cuanto al IVA tipo renta, permite deducir como IVA soportado la depreciación, pero eso no
representa el total del coste de capital, pues no incluye los intereses que sí forman parte del coste. Por el
contrario, el IVA tipo consumo permite deducir una cifra superior al coste en el que incurre el
empresario, con lo que el IVA soportado estaría actuando aquí como una auténtica subvención.
Un vistazo
Mayorista El mayorista o distribuidor mayorista es un componente de la cadena de distribución, en que la empresa no se pone en
contacto directo con los consumidores o usuarios finales de sus productos, sino que entrega esta tarea a un especialista. El
mayorista es un intermediario entre fabricante (o productor) y usuario final que:
En el caso de productos agrícolas, compran a pequeños agricultores, agrupan la producción, la clasifican, envasan, etiquetan...
Las empresas mayoristas están perdiendo protagonismo a favor de las grandes empresas de distribución o de asociaciones de
minoristas, que están asumiendo funciones propias de los mayoristas.
Cuando la cantidad de minoristas o clientes de una empresa es muy grande o se encuentran muy dispersos geográficamente la
venta directa se transforma en un canal de gestión compleja y alto coste. Las razones principales son: la complejidad
administrativa que supone gestionar un elevado número de clientes, la numerosa fuerza de ventas necesaria para atender a la
clientela, el seguimiento de pedidos numerosos y de poco tamaño, las oficinas de venta o despachos dispersos, la gestión de
existencias global y, finalmente, la financiación del canal (gestión de créditos y cobros).
En estos casos suele ser más eficiente la utilización de mayoristas o distribuidores, los cuales a su vez atienden a los minoristas o
detallistas. Los distribuidores mayoristas son especialistas en el manejo de grandes volúmenes de ventas. Cuentan con la
infraestructura adecuada en términos de fuerza de ventas, sistemas de distribución física de las mercaderías y control de crédito a
su cartera de clientes.
En empresas pequeñas que recién se inician, la asociación a un gran distribuidor puede resultar útil, pues puede beneficiarse de la
imagen de ser cliente de un distribuidor de prestigio y puede lograr rápidamente una gran cartera de clientes.
La principal desventaja de los mayoristas es que agregan costes al producto y que disminuyen la rentabilidad de los productos
que comercializan. Los mayoristas exigen márgenes que se añaden a los concedidos a los detallistas; aunque estos márgenes
constituyen en definitiva su recompensa por los servicios que prestan.
Además los distribuidores pueden llegar a tener un gran poder de negociación frente a las empresas fabricantes cuyos productos
distribuyen, porque suponen un gran volumen de la venta total de la empresa fabricante. Tiene también el efecto negativo de
concentrar la demanda, por lo que la pérdida del distribuidor o su insolvencia ponen en peligro el volumen de ventas e ingresos
totales de la empresa fabricante.
Sin embargo, los mayoristas son eslabones básicos del canal de distribución para consolidar la distribución de productos o
servicios, al aumentar considerablemente la capilaridad de un canal de distribución y su madurez.
Minorista El distribuidor minorista, minorista o detallista es la empresa comercial que vende productos al consumidor final. Son el
último eslabón del canal de distribución, el que está en contacto con el mercado.
Son importantes porque pueden alterar, frenando o potenciando, las acciones de marketing y merchandising de los fabricantes y
mayoristas. Son capaces de influir en las ventas y resultados finales de los artículos que comercializan.
El comercio minorista compra productos en grandes cantidades a fabricantes o importadores, bien directamente o a través de un
mayorista. Sin embargo, vende unidades individuales o pequeñas cantidades al público en general, normalmente, en un espacio
físico llamado tienda.
«aquel que está ubicado en la penúltima fase de la cadena de comercialización, que transfiere bienes o presta servicios a
consumidores finales ubicados en la última fase de dicha cadena, sean éstos contribuyentes ordinarios o no del impuesto tipo al
valor agregado. Las transferencias sólo se referirán a productos terminados y no a materias primas o insumos para su
elaboración».
Efecto En Hacienda Pública, aumento del precio que se carga al consumidor final de un producto en una cuantía superior a la del
impuesto soportado por el vendedor. En bolsa, continuar comprando un valor cuando su precio está subiendo.
piramidación
Efecto - Efecto que produce el devengo de un impuesto sobre el mismo impuesto que ha gravado una fase anterior
cascada (por ejemplo, impuesto de tráfico de empresas). La recaudación total depende en buena parte del número de
escalones o fases de la comercialización.
- Efecto que puede provocar la recaudación del impuesto en origen, consistente en su traslación
acumulativa a lo largo de los procesos de producción y comercialización.
Integración En microeconomía y dirección estratégica, la integración vertical es una teoría que describe un estilo
vertical de propiedad y control. Las compañías integradas verticalmente están unidas por una jerarquía y
comparten un mismo dueño. Generalmente, los miembros de esta jerarquía desarrollan tareas diferentes
que se combinan para satisfacer una necesidad común. Esa necesidad común proviene de generar
economías de escala en cada compañía, y sinergias dentro de la corporación. Todo ello traducido en la
búsqueda tanto de mayores utilidades como de generar mayor valor agregado partiendo del sector
primario, hasta el consumidor final. Contrasta con la integración horizontal. El ejemplo clásico de la
integración vertical es el de las empresas petroleras: una misma empresa puede reunir bajo su control
tareas tan disímiles como la exploración, la perforación, producción, transporte, refinación,
comercialización, distribución comercial y venta al detalle de los productos que procesa. En el campo de
la agroindustria también son muy frecuentes los casos de integración vertical. Una empresa azucarera,
por ejemplo, puede estar en manos de una compañía que tiene sus propias plantaciones de caña de
azúcar, sus ingenios o centrales azucareras, fábricas de ron y de otras bebidas y licores, sus marcas
comerciales y sus propios medios de transporte.
Ejemplo Æ Algunas personas creen que la mejor manera de sobrevivir en la industria de grabación
musical en el entorno post-Napster es la integración vertical. La idea sería integrar la compañía
discográfica con la emisora de radio en mercados locales. Esto permitiría a la marca producir música de
forma más barata (porque muchos de los elementos que hacen cara la producción se deben a los
innecesarios altos niveles de producción impuestos por las emisoras de radio y el sistema de pago).
También aseguraría que la compañía de discos entendiera mejor los requerimientos de los oyentes. La
esperanza sería que cualquier cosa que la marca de discos pusiera, dando por hecho que los hábitos y
sistema de distribución no han cambiado, serían seguramente un éxito.
Integración Todo proceso productivo medianamente complejo consta normalmente de varias fases, etapas o sub-
vertical procesos tecnológicamente separables que pueden ser realizados, bien dentro de una misma planta, bien
por distintas fábricas pertenecientes todas ellas a una misma empresa, o bien por empresas diferentes. En
los dos primeros casos la empresa se halla integrada en sentido vertical, con una estructura organizativa
más centralizada en el primer caso y más descentralizada en el segundo. Se dice que la integración es
hacia atrás cuando la empresa incluye dentro de sus actuaciones productivas las realizadas con
anterioridad por sus proveedores, y hacia adelante, cuando la empresa cubre las siguiente fases del ciclo
productivo, incluyendo en su catálogo de actividades las realizadas hasta entonces por sus clientes. La
tradición neoclásica explica la integración vertical por razones tecnológicas. A la empresa se le
identifica con la función de producción. Son las interdependencias tecnológicas las que obligan a
realizar en el interior de una misma factoría o de una misma empresa las diferentes fases del ciclo
productivo.
Forma de integración de empresas por la que una empresa controla varias fases de un proceso
productivo mediante la fusión o absorción de empresas, de forma que se expande por atrás hacia la
fuente de materias primas (fusionándose o absorbiendo a los proveedores) o por delante hacia el último
consumidor (fusionándose o absorbiendo a los clientes).
Integración En microeconomía y dirección estratégica, la integración horizontal es una teoría de propiedad y
horizontal control. Es una estrategia utilizada por una corporación que busca vender un tipo de producto en
numerosos mercados. Para alcanzar esta cobertura de mercado, se crean multitud de empresas
subsidiarias. Cada una comercializa el producto para un segmento de mercado o para un área diferente.
Esto es lo que se llama integración horizontal de marketing. La integración horizontal de producción se
produce cuando una compañía tiene plantas en diferentes puntos produciendo productos similares. Es
mucho más común la integración horizontal en marketing, que en producción. Contrasta con la
integración vertical.
Un ejemplo
La GAP Inc. corporación de venta de productos textiles constituye un buen ejemplo de un negocio que
practica la integración horizontal. GAP Inc. controla tres compañías distintas, Banana Republic, Old
Navy, y la marca GAP propiamente dicha. Cada compañía posee tiendas que venden prendas diseñadas
a satisfacer las necesidades de diferentes grupos. Banana Republic vende ropa de más alto costo con una
imagen de gama alta, las tiendas GAP venden ropa de precios moderados que se dirijan a hombres y
mujeres de todas las edades y Old Navy vende prendas baratas orientadas especialmente a niños y
jóvenes, sin excluir el resto de edades. Utilizando estas tres compañías, GAP Inc. ha tenido mucho éxito
controlando un amplio segmento de la venta minorista en el sector textil.
A finales de los años 90 el sector financiero experimentó una importante integración horizontal, con
muchas fusiones entre compañías en bancos de clientes, de inversión y compañías de seguros.
Integración - Se entiende como integración horizontal, la compra o fusión de una empresa con otra que
horizontal compite en su mismo sector de actividad.
- Fórmula de concentración de empresas que mantienen su independencia jurídica. Se dedican a una
misma clase de producción y su finalidad es producir una mayor cuantía de bienes.
El IVA es un impuesto indirecto sobre el consumo. Un impuesto indirecto es el impuesto que no es percibido por el fisco
IVA
directamente de la persona que soporta la carga tributaria. Se aplica en las transferencias a título oneroso de bienes y prestaciones
de servicios, y quien soporta el impuesto (la carga fiscal) son los usuarios finales o consumidores. Cada actor en la cadena de
añadido de valor paga a su antecesor en la cadena el IVA correspondiente al precio facturado por este, y a su vez percibe de su
sucesor en la cadena el monto correspondiente al impuesto asociado al precio que facturó. Cada actor (excepto el consumidor
final) es responsable ante la autoridad tributaria por liquidar y pagar la diferencia entre el IVA pagado (crédito fiscal) y el IVA
cobrado (débito fiscal).
1. La empresa A produce, a partir de recursos naturales, el bien X1, al que fija un precio de 100 ¤ por unidad.
2. A vende X1 a B, con un precio de 100 ¤, y añade 10 ¤ en concepto de IVA. Por lo tanto, B paga a A 110 ¤. Resultado
fiscal: A es deudor del fisco por 10 ¤
3. B transforma cada unidad de X1 en una unidad de X2, bien al que fija un precio de 150 ¤.
4. B vende X2 al distribuidor C, adicionando IVA por 15 ¤. Por lo tanto, C paga a B 165 ¤. Resultado fiscal: B es deudor
del fisco por 5 ¤ = (15 - 10)
5. C distribuye X2 en el comercio minorista, fijando un precio de 200 ¤.
6. C vende X2 a la tienda D, adicionando IVA por 20 ¤. Entonces, D paga a C 220 ¤. Resultado fiscal: C es deudor del
fisco por 5 ¤ = (20 - 15)
7. D vende X2 al público, fijando un precio neto de 240 ¤.
8. El consumidor final F compra X2 en la tienda D. F paga por el producto 264 ¤. Resultado fiscal: D es deudor del fisco
por 4 ¤ = (24 - 20)
Como se ve en el ejemplo, todo el monto acumulado del impuesto (10+5+5+4=24 ¤) es soportado por el consumidor final (F),
pero ha sido percibido en varias etapas intermedias: percepción(A+B+C+D) = impuesto pagado por el consumidor final.
QUINTA PARTE. EL FEDERALISMO FISCAL
TEMA 10. LA HACIENDA DESCENTRALIZADA Y LA HACIENDA SUPRANACIONAL
1. INTRODUCCIÓN
2. LA DISTRIBUCIÓN DE FUNCIONES
La Hacienda Pública es una ciencia que estudia el modo de satisfacer las necesidades humanas
con recursos escasos de uso alternativo. Distinguimos entre problemas de asignación, distribución,
estabilidad y crecimiento y definimos a partir de ellos a la Hacienda Pública como el estudio de las
funciones realizadas por el sector público en cuanto a la resolución de estos cuatro problemas.
♣ La asignación de recursos
El papel del sector público en las funciones de asignación de recursos distingue entre el
enfoque liberal, que restringe su campo de actuación a los bienes públicos puros y la perspectiva
intervencionista, para la que se amplía considerablemente esta esfera de actuación, que cubre
también los denominados fallos del mercado.
Problema de revelación de preferencias hacia los bienes públicos puros por parte de
los integrantes de la comunidad. No resulta fácil determinar cuál es la demanda de
bienes públicos. La descentralización fiscal de los bienes públicos ofrece una solución
indirecta para este problema. Consideremos que existen dos jurisdicciones diferentes,
una caracterizada por una notable provisión de bienes públicos y su correspondiente alta
presión fiscal y otra en la que se ofrece una menor cantidad de bienes públicos y se paga
una menor cifra de impuestos. En estas circunstancias, los sujetos emigrarían hacia aquella
comunidad en la que la combinación entre impuestos y bienes públicos se ajustase
más a sus preferencias. Este fenómeno de revelación de preferencias mediante la
emigración fue denominado por Tiebout como votación con los pies.
El conocimiento de las preferencias de los ciudadanos es más fácil cuanto mayor sea la
cercanía entre los electores y el gobierno que realiza las funciones de administración.
Esta función debe atribuirse tanto a la Unión Europea como al gobierno central, ya
que si los estados miembros de la Unión pretenden conseguir un mercado único, los
problemas causados por la limitación de la competencia (debidos, por ejemplo, a la
fusión de dos empresas) no sólo afectan al país del que sean originarias, sino al conjunto de
los países miembros. Por ello, la legislación de defensa de la competencia ha sido
objeto de directivas comunitarias a las que se han tenido que ajustar las normas
nacionales.
Este análisis demuestra que si una Comunidad Autónoma elige realizar una política
muy redistributiva, basada en tipos marginales muy altos en el Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas y el pago de pensiones y seguros de desempleo muy generosos, puede verse
enfrentada a que los ciudadanos de rentas muy altas tratarían de salir de esa jurisdicción,
mientras que los posibles beneficiarios de este tipo de ayudas tratarían de emigrar a esa
Comunidad Autónoma, con lo que el resultado final sería financieramente inviable. Este
argumento constituye la defensa fundamental para atribuir al gobierno central las políticas
redistributivas.
Esta hipótesis fue criticada por partir de una movilidad absoluta de los ciudadanos entre unas
Comunidades y otras, es decir, con ausencia de coste alguno en el proceso de emigración y con una previsión
perfecta por parte de los individuos. Ninguna de esas dos premisas es totalmente válida. No obstante, esas
críticas no nos parecen definitivas, ya que, a largo plazo, los procesos de emigración e inmigración pueden
hacer inviable la aplicación de políticas redistributivas en el marco de las Comunidades Autónomas.
Economía de oferta
Consideremos que un ente local o territorial decide reducir sus impuestos para atraer,
por ejemplo, un mayor número de empresas o de contribuyentes con elevada capacidad
económica y prestar así unos servicios públicos mejores o mayor dotación de bienes
preferentes o de políticas de redistribución. Si esta política tributaria tiene un éxito inicial,
puede generar un proceso de emulación por parte de los territorios limítrofes, cuyo resultado
final sea un nivel de recaudación inferior para todos los implicados, con peores servicios o
políticas redistributivas menos generosas.
A pesar de estas críticas relativas a la atribución de competencias de redistribución de renta a los entes
subcentrales, pueden señalarse algunos argumentos favorables a la misma. Por ejemplo, la existencia de políticas
redistributivas en las Comunidades Autónomas basadas en comportamientos cooperativos de las mismas.
Supongamos que la Comunidad Autónoma X establece un programa de mantenimiento de renta mínima. Si sólo este
territorio lleva a cabo esta política redistributiva es posible que acabe atrayendo a posibles beneficiarios de otras
comunidades. Ahora bien, si el ejemplo de la primera genera la emulación de los demás territorios, por sí mismos o
por la presión de sus votantes, encontraríamos una política idéntica por parte de todos los territorios, no generando
ningún movimiento migratorio. El mismo argumento podría aplicarse a los servicios asistenciales realizados por los
Ayuntamientos de las grandes ciudades.
♣ La estabilidad económica
→ Política monetaria
En un contexto de unificación monetaria dentro de la Unión Europea, con la introducción
del euro como moneda común, parece obvio que las competencias en cuanto a este
instrumento de la política económica deben quedar en manos de las instituciones comunitarias,
que encomiendan esa misión al Banco Central Europeo y al Sistema Europeo de Bancos
Centrales. En caso contrario, si cada país miembro de la Unión Monetaria pudiera emitir
moneda libremente, existiría un indudable incentivo al crecimiento de la oferta monetaria,
considerando que los posibles costes, en términos de inflación, acabarían repartiéndose entre los
diferentes países.
→ Política cambiaria
La fijación de los tipos de cambio es una competencia unida a la política monetaria.
Esta cuestión debe quedar en manos de las instituciones de la Unión Europea.
→ Política presupuestaria
La política presupuestaria se refiere a los efectos sobre la demanda agregada de los
gastos públicos, ya sean en bienes y servicios o en transferencia y de impuestos. La política
fiscal se atribuye a nivel central y no a las Comunidades Autónomas.
Si una Comunidad Autónoma hace una política de incremento de gasto público para
crear empleo, no se puede asegurar que estos efectos se circunscriban a su territorio, porque
los beneficiados por el eventual aumento de renta podrían dedicar su consumo adicional a los
productos fabricados en otra jurisdicción, con lo que los efectos se acabarían difuminando por
todo el país y, en cambio, el coste de la política recaería sobre los ciudadanos del territorio que la
lleva a cabo. Este argumento avala que la política fiscal se atribuya a nivel central y no a las
Comunidades Autónomas.
→ Política de rentas
La política de rentas hace referencia a la conclusión de acuerdos entre las organizaciones
sindicales, empresariales y gobierno, con la finalidad de controlar el crecimiento de los
precios a través de la regulación de los aumentos salariales y el control de otras rentas. En este
caso, el carácter centralizado de los procesos de negociación, avala que este tipo de política se
formule a escala estatal. No obstante, las situaciones diversas de las Comunidades Autónomas,
que pueden sufrir crisis asimétricas, permitiría la consecución de acuerdos puntuales que
afecten tan sólo a un ente territorial.
♣ El crecimiento económico
Gasto de infraestructuras
Determinadas funciones desempeñadas por el sector público pueden realizarse con mayor
eficacia si se delegan a los niveles subcentrales o a los supraestatales. Esta afirmación exige que
consideremos el modo en que debe procederse a la entrega de recursos necesarios para llevar a cabo
tales funciones.
→ Principio de autonomía
Sólo si se cumple el principio de autonomía, cada Comunidad Autónoma o ente local
puede llegar a formular las correspondientes combinaciones entre las que elegirán los
ciudadanos. Es decir, si los gobiernos correspondientes no tienen un determinado margen de
discrecionalidad sería imposible que se llegasen a presentar estas distintas posibilidades.
Este principio de autonomía no sólo significa una capacidad de decisión en cuanto a las
prioridades del gasto público, sino también la posibilidad de contar con recursos financieros que
dependan de fuentes controladas por los gobiernos subcentrales. En caso contrario, la capacidad
de las haciendas descentralizadas para elaborar sus propios programas de actuación dependerá de
la voluntad de gobierno central de conceder la financiación correspondiente.
→ Principio de localización
El principio de localización se refiere a que los tributos recaudados en una determinada
jurisdicción deben ser efectivamente pagados por los contribuyentes de este territorio.
El hecho de que la ley señale a una persona como sujeto pasivo de un tributo no garantiza
que sea éste quien lo pague, pues la carga tributaria puede ser trasladada a otros agentes
económicos. Cuando tenemos en cuenta la presencia de haciendas subcentrales esta cuestión
alcanza una mayor relevancia, pues si un gobierno autónomo establece un impuesto que puede
trasladarse fácilmente a los ciudadanos de otras regiones (fenómeno que se conoce como
exportación fiscal) entonces podrá falsear las opciones entre las que eligen sus ciudadanos, que
no siempre correrán con las consecuencias de una más amplia provisión de servicios públicos.
♣ El replanteamiento de los principios tributarios
→ Principio de simplicidad
La competencia de los tributos de amplia base, como el impuesto personal sobre la
renta o el impuesto de sociedades, debe encomendarse al gobierno central y no a las
Comunidades Autónomas. Si se trata de sumar todas las rentas percibidas por un único
individuo, con independencia del lugar en el que se han generado, puede hacerse con mayor
facilidad en el nivel central de gobierno que en cada uno de los entes territoriales. En cambio, no
genera dificultades, desde la perspectiva de la simplicidad, la atribución a las haciendas
subcentrales de aquellos tributos en los que se graven bases muy localizadas, como la
propiedad urbana, o en los que exista una clara correspondencia entre el servicio prestado por el
sector público y el pago realizado por el contribuyente, como sucede con las tasas o con las
contribuciones especiales.
→ Principio de suficiencia
Cada unidad de gobierno debe disponer de los recursos necesarios para atender a los
gastos exigidos por la asunción de determinadas funciones.
Si se pretende un nivel mínimo de provisión de determinados servicios públicos, en
aras del principio de igualdad reconocido por nuestra Constitución, la suficiencia de recursos
exigiría la dotación de transferencias de los territorios de mayor capacidad económica a los de
menor nivel de renta.
→ Principio de equidad
La posible existencia de una pluralidad de sistemas fiscales en un mismo país exige la
correspondiente coordinación entre los tributos existentes para evitar fenómenos de doble
imposición o de tratamiento fiscal diferente para los ciudadanos, lo que resultaría incompatible
con las exigencias de la justicia.
Con ello no pretendemos defender que el esfuerzo fiscal de todos los ciudadanos deba ser
idéntico. En todo caso, las exigencias del principio de equidad entre los individuos
pertenecientes a diversos territorios deben concretarse en que la carga fiscal sea similar en
todos ellos.
→ Principio de neutralidad
La exigencia del principio de neutralidad en el marco de las haciendas
descentralizadas requiere que los sistemas tributarios propios de cada territorio no
introduzcan distorsiones en las decisiones de los agentes económicos. Así, si una empresa
está decidiendo en qué jurisdicción va a ampliar sus instalaciones, uno de los factores que
pueden condicionar su comportamiento es el nivel de imposición al que se deba enfrentar y,
a igualdad de circunstancias, acabará optando por aquélla que le ofrezca un menor nivel de
tributación. Del mismo modo, si en la imposición personal sobre la renta se otorgan
mayores deducciones en un territorio que en otro, se puede producir un desplazamiento de
contribuyentes hacia aquel domicilio donde se encuentre una menor presión fiscal.
El endeudamiento de las haciendas subcentrales debe estar limitado. Si hemos defendido que
la política monetaria es una competencia del gobierno central, no puede admitirse una
financiación del déficit de los distintos territorios que pueda incrementar la oferta monetaria.
Si aceptamos que la carga de la deuda recae sobre las generaciones futuras y que la
emisión de deuda se destina a financiar proyectos de inversión que beneficiaran a las
generaciones futuras, la aplicación del criterio del beneficio conduciría a considerar óptimo el
empleo de esta fuente de financiación extraordinaria. Por el contrario, si las inversiones se
financian a través de sucesivos superávits obtenidos en períodos anteriores, entonces la
generación actual estaría transfiriendo recursos hacia el futuro.
Consecución del principio de igualdad para todos los ciudadanos de una jurisdicción
El objetivo de las transferencias intergubernamentales es compensar al
territorio que se encuentra más desfavorecido a que alcance un nivel mínimo en
determinados servicios públicos. Todo ello con el ánimo de garantizar el cumplimiento
del principio de igualdad.
ƒ Puede suceder que la base fiscal de las distintas comunidades o de los entes
locales sean notoriamente dispar y no pueda alcanzarse una cierta igualación en la
calidad de los servicios prestados por el sector público.
ƒ Aún en el caso de que el territorio tuviera una suficiente capacidad fiscal,
las condiciones de población, por su tamaño, dispersión o edad, o incluso los
condicionamientos geográficos, pueden hacer más cara la provisión de un servicio
determinado en una zona concreta.
Condicionales Generales
Específicas No compensatorias
Compensatorias Acotadas
Sin límite
Incondicionales Participación
en ingresos
Perecuatorias Igualadoras de capacidad
Igualadoras de previsión Relacionadas con el esfuerzo fiscal
6. EL PRESUPUESTO COMUNITARIO
Las cifras del presupuesto comunitario indican un peso muy escaso en el conjunto de
la actividad económica. Si el presupuesto del sector público interno viene a representar
una media del 48% del PIB en los distintos países miembros, el de la Unión no supera el
1,20% del PIB. Poco puede esperarse de unas cifras tan bajas para atender a un número tan
amplio de programas de gasto.
Las políticas de redistribución de la renta, entre las diversas regiones europeas, pueden ser
más efectivas cuando se realizan desde la Unión Europea, por dos razones:
ƒ A que las diferencias entre regiones son mucho más acusadas en nuestro caso que en el de
otros países de estructura federal, lo que exige un esfuerzo comparativamente mayor.
→ Derechos de aduana
Uno de los rasgos definidores del proceso de integración seguida por los países
europeos ha sido la de constituir una Unión Aduanera, lo que exige el establecimiento de un
arancel común frente a terceros. En estas circunstancias, los recursos obtenidos por la aplicación
de este arancel se consideran un ingreso propio de la Unión. La gestión de estos ingresos
corresponde a cada Estado miembro, aunque la recaudación debe entregarse a la Hacienda
europea, salvo un 10% en concepto de gastos derivados de las funciones de administración del
impuesto.
Derechos agrícolas
Su origen se encuentra en la fijación de precios mínimos garantizados para los
productos agrarios. Si la Unión pretende mantener los precios y existen competidores
extracomunitarios que pueden suministrar esos mismos productos a un precio inferior,
nos encontramos con dos dificultades paralelas:
- Que los productos agrarios importados tendrán una indudable ventaja competitiva
con respecto a los de origen comunitario.
El hecho de que este sistema se aplique al azúcar y no a otros productos agrarios se debe a que resulta
relativamente sencilla su gestión, pues la remolacha o la caña hay que transformarla para obtener azúcar. Su
extensión a las isoglucosas, que como su nombre indica, son sustitutivos del azúcar, trata de evitar los efectos
de sustitución que se apreciaron en un primer momento.
Para el cálculo del recurso, se parte de la base imponible teórica del IVA en cada país, y se
considera que éste debe entregar a la Hacienda europea un porcentaje de este valor que se fijó en
1,4% como máximo, aunque se ha convenido en irlo reduciendo, progresivamente, hasta
alcanzar el 1% en 1999.
NO TRIBUTARIOS
Emisión de moneda Sanciones pecuniarias PEC
7. LOS PROBLEMAS DE LA ARMONIZACIÓN FISCAL
En presencia de fronteras interiores, no existen graves dificultades para que coexistan dos
tipos impositivos de IVA, pues al realizarse en la frontera el trámite aduanero, se resta al producto
procedente del país de origen el IVA nacional y luego se le aplica el tipo impositivo de la nación de
destino, con lo que estaría en igualdad de condiciones para competir con los productos nacionales.
Lo anterior solamente es cierto en el caso de que ambos países utilicen el mismo tipo de
impuesto general sobre el consumo, pero si el país exportador emplea un impuesto sobre ventas,
tipo ITE, no sería fácil determinar cuál es el tributo realmente satisfecho y cuya devolución hay
que realizar ahora. Esta circunstancia explica que, desde un primer momento, se intentaran
armonizar las figuras impositivas sobre el consumo de los distintos países miembros de la UE y
que se impusiera la fórmula del IVA a todos los candidatos sucesivos a la adhesión.
Ahora bien, si se eliminan las fronteras entre los dos países, se producen dos efectos
distintos:
En este caso existen razones extraeconómicas que no hacen demasiado plausible una
emigración por motivos fiscales.
Movilidad del capital y establecimiento de empresas
La regulación de los distintos rendimientos del capital puede generar situaciones de doble
imposición en algunos supuestos. En estas circunstancias no siempre será fácil determinar cuál
ha sido el total de impuestos pagados en el país donde se generó la renta. Por ello, el
procedimiento habitual para evitar la doble imposición internacional puede ser ineficaz.
H H H
Un vistazo
Economías La economía de escala se refiere al poder que tiene una empresa cuando alcanza un nivel óptimo de producción para ir
produciendo más a menor coste, es decir, a medida que la producción en una empresa crece (zapatos, chicles, bastones, cajas de
de escala cerillas...), sus costes por unidad producida se reducen. Cuanto más produce, menos le cuesta producir cada unidad.
En otras palabras, se refiere a que si en una función de producción se aumenta la cantidad de todos los inputs utilizados en
un porcentaje, el output producido puede aumentar en ese mismo porcentaje o bien aumentar en mayor o menor cantidad que el
mismo porcentaje. Si aumenta en el mismo, estaríamos ante economías constantes de escala, si fuera en más, serían economías
crecientes de escala, si fuera en menos, en economías decrecientes de escala. Comúnmente, cuando se dicen simplemente
"economías de escala", se refieren a las crecientes, ya que estas denotan una función bastante ventajosa desde el punto de vista
económico, porque significa que la producción resulta más barata por término medio cuanto mayor es el empleo de todos los
recursos. Resultaría, por ejemplo, más barato por unidad producir 400 unidades que 200, si aumentamos en la misma cantidad
todos los recursos empleados para ello (y el precio de cada recurso por unidad no cambiase)
Para analizar el fenómeno de las economías de escala se suele considerar la relación entre los aumentos de producción (output)
causados por los aumentos en los factores de producción (inputs). ¿Qué ocurre cuando una empresa, por ejemplo, dobla la
cantidad que utiliza de inputs (el doble de trabajadores, el doble de capital...)? Si el resultado es que la producción aumenta
más que el doble, entonces se dice que la empresa está caracterizada por economías crecientes de escala. Ésta es una situación
de cierto interés en economía, puesto que implica que se puede producir con menores costes a medida que se aumenta el nivel
de producción. Esto está muy estrechamente ligado a la concentración empresarial, en la medida en que en un proceso
productivo afectado de economías de escala crecientes, una sola empresa más grande produce con un menor coste que dos
empresas más pequeñas.
Si no se tiene una economía de escala no se puede trabajar en mercado, porque no es un mercado competente (hay una
empresa que ha logrado su proceso de fabricación óptimo, logrando reducir su coste marginal). La solución para esto son las
tarifas, fijadas por los reguladores en base a lo que cuesta de media producir un producto; en estos casos, el coste medio es más
alto que el coste marginal.
• Reparto de los costes fijos entre más unidades producidas (disminución del coste medio).
• Papel sobre compras.
• Mejora tecnológica.
• Incremento de racionalidad en el trabajo (división del trabajo, especialización...).
• Causas no controlables por la empresa (por ejemplo disminución del precio de un insumo).
El insumo es un bien consumible utilizado en el proceso productivo de otro bien. Este término, equivalente en ocasiones al de
materia prima, es utilizado mayormente en el campo de la producción agrícola. Los insumos usualmente son denominados:
factores de la producción, o recursos productivos. En general los insumos pierden sus propiedades y características para
transformarse y formar parte en el producto final.
Demanda La demanda agregada representa la cantidad de bienes y servicios que los habitantes, las empresas, las entidades públicas
y el resto del mundo desean y pueden consumir del país para un nivel determinado de precio. La curva de demanda agregada
agregada tiene pendiente negativa: si suben los precios la gente querrá comprar menos y si bajan querrá comprar más.
Bien Bien económico: en Economía, son los bienes escasos, y por lo tanto, susceptibles de valoración económica y monetaria.
Bien jurídico: en Derecho, se relaciona con la propiedad o la posesión material de bienes muebles e inmuebles.
Servicio En Economía y en marketing (mercadotecnia) un servicio de tecnología es un conjunto de actividades que buscan responder
a las necesidades de un cliente. Se define un marco en donde las actividades se desarrollarán con la idea de fijar una
expectativa en el resultado de éstas. Es el equivalente no material de un bien. Un servicio se diferencia de un bien (físico o
intangible) en que el primero se consume y se desgasta de manera brutal puesto que la economía social nada tiene que ver
con la política moderna; es muy importante señalar que la economía nacional no existe siempre en el momento en que es
prestado.
Un servicio es el resultado de llevar a cabo necesariamente al menos una actividad en la interfaz entre el proveedor y el
cliente y generalmente es intangible. La prestación de un servicio puede implicar, por ejemplo:
- Una actividad realizada sobre un producto tangible suministrado por el cliente (por ejemplo, reparación de un
automóvil).
- Una actividad realizada sobre un producto intangible suministrado por el cliente (por ejemplo, la declaración de
ingresos necesaria para preparar la devolución de los impuestos).
- La entrega de un producto intangible (por ejemplo, la entrega de información en el contexto de la transmisión de
conocimiento).
- La creación de una ambientación para el cliente (por ejemplo, en hoteles y restaurantes).