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REFORMA AGRARIA PERUANA DE 1969

Es un proceso revolucionario que involucró una transformación cualitativa de la propiedad y


gestión del suelo agrícola en el Perú y sobre todo la dignificación del trabajador de campo.
En el caso del Perú fue la respuesta autónoma de los militares, luego de debelar el
levantamiento armado de Guillermo de la Puente Uceda.

La Reforma Agraria fue un proceso político social ejecutado a nivel mundial, siguiendo las
pautas del nuevo orden mundial de la época. Muchos países, básicamente los del llamado
tercer mundo, se sumaron a la nueva forma de distribución de la riqueza a través del
intervencionismo estatal, violando en muchos casos los derechos básicos a la propiedad
privada de ciudadanos de todos los niveles socio-económicos, derechos que van desde las
haciendas de grupos económicos poderosos hasta las propiedades agrícolas de medianos
agricultores, que disponían de menos de 100 hectáreas de tierras productivas.

El factor básico que tomó en cuenta el gobierno de Juan Velasco Alvarado para la eliminación
de empresas productivas agrícolas en el Perú fue la igualdad teórica y fundamentalista entre
campesinos y empresarios frente a la riqueza obtenida de sus labores en el trabajo diario de
sus tierras. La reforma agraria que se llevó a cabo tanto en el Perú como en decenas de países
tercermundistas, básicamente de latinoamérica, produjo una rápida desaceleración de la
producción agraria de sus naciones, sumada a la constante y creciente falta de tecnología la
cual que se alejaba de las realidades latinoamericanas dando paso al desastre agrícola más
grande la historia dentro de las naciones del tercer mundo.

Perú desactivó su sistema productivo en la búsqueda de soluciones a una desigualdad socio-


económica de sus habitantes, respaldado por la Rusia comunista de la época y permaneció
hasta nuestros días, incompetente e inoperativa. Focos de desarrollo se han dado desde
entonces, pero siempre a iniciativa de empresas privadas, significando y demostrando una
vez más que las medidas políticas de reforma social dadas en los 70s obtuvo solo perjuicios
en los planos económico, social y también en el tecnológico y en el jurídico-internacional.

La deuda de reforma agraria se estima impagable, puesto que los valores reconocidos a los
más de 20,000 agricultores, grandes y pequeños, que fueron perjudicados, estaban por debajo
de 1/50, un cincuentavo de su valor real. Es decir, once Millones de hectáreas fueron
bonificadas a un valor cincuenta veces menor al real. Empresas agrícolas del norte del Perú
obtuvieron valores incluso menores, debido a una clara arbitrariedad en el proceso de
asignación de valores y bonos agrarios del estado. Hacer un estimado del valor de la deuda
del estado con 20,000 empresarios peruanos es hablar de cientos de Millardos de dólares, si
asumimos que una hectárea estimaba un valor actualizado de 2,000 dólares americanos. Eso
equivaldría a 22,000 millones de dólares actuales como deuda básica sin intereses. El interés
pactado de los bonos, estipulados en 7,5% anual capitalizado, durante los cuarenta y cuatro
años transcurridos han multiplicado su valor 24 veces. Eso le significa una deuda a la nación
peruana de aproximadamente 530,000 millones de dólares. Cabe señalar que una hectárea de
caña de azúcar actualmente puede llegar a costar en el mercado hasta 15,000 dólares
americanos. La deuda que se quiere asumir y reconocer dista mucho de la verdadera deuda
provocada por el gobierno militar de aquella época. Sin embargo, aún está en discusión el
justo cumplimiento de dicha deuda que equivale al 1% del valor real contraído por el
gobierno militar, violando las disposiciones del Tribunal Constitucional actual.

CAMBIOS Y LUCHA DE CAMPESINOS PERUANOS

Los antecedentes de las haciendas son las encomiendas que surgieron después de la derrota
de Gonzalo Pizarro; el rey español, se adueñó de las tierras del Inca por motu proprio y
alegando que el monarca del Vaticano, era el dueño de las tierras invadidas y el un rey
católico. Explotaron los encomenderos en uso temporal estas tierras, con todos los bienes y
los peones que eran como ilotas. Todavía los nobles del Incanato tuvieron tierras con
yanaconas, privilegio que perdieron luego de la derrota de la Rebelión de Túpac Amaru II,
en 1781.

En la época de la Independencia, Bolívar entregó a los comuneros en calidad de propiedad


individual tierras de dicha comunidad, con el ánimo de alistarlos en las fuerzas liberadoras.
Además, los que dirigieron contingentes de montoneros fueron agraciados con terrenos que
conformaron las primeras haciendas: Caso de Francisco Borja Rodríguez en Sihuas y tantos
otros en diferentes intendencias.
Después de las luchas de militares cerca de cincuenta años por el poder político central
(presidencia de la república), el ganador a sus adherentes, entregaba como compensación por
su ayuda las tierras de alguna comunidad de campesinos o de capellanía. Caso de Antonio
Cisneros, Huayaupuquio en Pomabamba, agraciado con esta hacienda y obraje por su
participación en la destrucción de la Confederación Peruano - Boliviana.

Después de la Guerra del Salitre entregaron terrenos de capellanía a los que apoyaron a
enfrentar el ejército agresor de Chile. Caso de Joaquín Llanos que sale favorecido con los
fundos de La Merced y Pía, en Pomabamba. En la república se formaron las haciendas, la
expropiación de tierras comunales y la explotación de los peones (aborígenes) fue peor que
en el virreinato. El hacendado era amo y señor ninguna autoridad podía ingresar a sus predios;
tenía derecho a la pernada, hasta 1969 lo peones besaban la mano de los terratenientes.

En la expansión de minas y azucareras, las comunidades aledañas fueron expropiadas por


sumas irrisorias con el aval de jueces y prefectos y subprefectos. La hacienda Cayaltí más
grande que muchos departamentos abarcaba, mar, costa y selva alta. Pertenecía a la "Grace.

En los años 60 hubo luchas campesinas en Tumán, Cayaltí, Uchusquillo, Andaymayo, en la


época del segundo gobierno de Prado Ugarteche que fueron liquidadas en fragor de balas.

En 1855 hubo el alzamiento de Teodomiro Gutiérrez Cueva, Rumimaqui, contra los


terratenientes de Puno.

En 1963, Guillermo de la Puente Uceda entregó a los comuneros su hacienda en Julcán, antes
de empezar su lucha armada en La Convención en Cusco.

ANTES DE VELASCO

En 1963, durante el gobierno de la Junta Militar presidida Nicolás Lindley, se promulgó la


Ley de bases para la Reforma Agraria que creo el IRAC (Instituto de Reforma Agraria y
Colonización) e inició el proceso de la reforma agraria en el valle de La Convención (Cuzco).
Al año siguiente, durante el primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry, se promulgó la
Ley de Reforma Agraria, que no incluyó a las grandes propiedades de la costa norte y tuvo
problemas para ser aplicada.
1969 LIQUIDACIÓN DEL LATIFUNDISMO

La reforma fue retomada durante el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado. El 24 de


junio de 1969, se promulgó el Decreto Ley N° 17716, con el cual se inició el proceso. En los
años siguientes, alrededor de 11 millones de hectáreas fueron adjudicados a cooperativas y
comunidades campesinas. Dos tipos de cooperativas fueron formados: las cooperativas
agrarias de producción (CAP) y las sociedades agrícolas de interés social (SAIS). Las CAP
fueron formadas en las haciendas agrícolas de la costa como propiedad colectiva de los
trabajadores agrícolas. Las SAIS fueron organizadas en las haciendas ganaderas de los Andes
como combinación de cooperativa de trabajo asalariado y comunidades campesinas
tradicionales. La Confederación Campesina del Perú apoyó la expropiación de las haciendas,
pero criticó la formación de estas super cooperativas y defendió el derecho de las
comunidades campesinas a recuperar las tierras de las haciendas adjudicadas a las SAIS. En
1972, fue promulgada la Ley Nº 19400, la cual liquidó las organizaciones de los hacendados:
la Sociedad Nacional Agraria, la Asociación de Ganaderos y la Asociación de Productores
de Arroz. Para 1979, se habían expropiado 9.1 millones de hectáreas de las 30 de tierra
cultivable del país. De 1969 a 1979, que fue lo que aproximadamente duraron los gobiernos
de los generales Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales-Bermúdez, se expropiaron 9.
065, 772 haciendas y 15, 826 fundos. Haciendas tradicionales como Cartavio (W. R. Grace
& Co.), Casa Grande (Familia Gildemeister), Roma (Familia Larco), Cayaltí (Familia
Aspíllaga), Sociedad Vda.de Virgilio Dallorso (Distrito de Pucalá), Pomalca (Familia de la
Piedra), Tumán (Familia Pardo) y Laredo (Familia Chopitea), pasaron a ser cooperativas
administradas por los trabajadores. La Constitución de 1933 estipulaba que las
expropiaciones por alguna reforma agraria debían ser canceladas con bonos de aceptación
obligatoria. La deuda del Estado por dichos bonos no fueron canceladas y se estima que es
de US$4,500 millones. En el 2012, el Tribunal Constitucional anunció que elaboraba una
resolución para que el gobierno cancelara la deuda. La deuda revalorada con el interés
internacional de 7,5% anual capitalizado alcanza valores estimados en 100,000 millones de
dólares actuales.
MARCO LEGAL DE LA REFORMA

Hasta hoy, la Confederación Nacional Agraria (CNA), fundada por campesinos beneficiarios
de la reforma en 1974, la considera “como modelo a nivel mundial, pues no hubo
derramamiento de sangre y se promovió la justa distribución de la propiedad de la tierra”. El
Gobierno Militar de las Fuerzas Armadas del Perú, ejecutó diversos cambios radicales en
atención al Estatuto Revolucionario y el Plan Inca, luego de suspender la Constitución de
1933. La Constitución de 1979 aceptó y legitimó los nuevos tipos de propiedad social y
cooperativa que surgieron, por cuanto que Haya de la Torre, afirmaba que las propuestas del
APRA habían sido aplicadas. Ese es el marco legal en que se desarrolló la reforma agraria.
Además, la filosofía que inspiró fue " la tierra para quien la trabaja".

Año 2019, presidente del Congreso del Perú, Pedro Olaechea iba a hacer aprobar el pago por
las tierras que en la época de Velasco se entregaron a los que realmente trabajaban, iban a
pagar a sus "supuestos exdueños", los exlatifundistas y algo más, soslayando el voto de
confianza sobre la elección de miembros del Tribunal Constitucional, eligieron con 'voto
hurtado' a Gonzalo Ortiz de Zevallos, primo hermano de Olaechea. La desatención del voto
de confianza le permitió a Vizcarra, disolver el Congreso. En 1929, novelescamente, el
ambicioso Amenábar, apelaba para quitar sus tierras a la comunidad de Rumi, en la novela
de Ciro Alegría: El Mundo es año y ajeno. 90 años después ya en la vida real, legal y política
se reencarna el alma de los explotadores, miembros de la ultraderecha peruana. La ficción y
la realidad se dan la mano.

ANÁLISIS DE LA REFORMA AGRARIA

¿Era necesaria una reforma agraria?

Se suele creer que esta empezó el 24 de junio de 1969, con la dación de la ley respectiva y,
simultáneamente, la intervención estatal de los grandes complejos azucareros de la costa
norte. Pero la reforma agraria entró en la agenda política mucho antes, a las pocas semanas
de que el presidente Manuel Prado (1956-1962) asumiera el mando.
La Reforma Agraria produjo una profunda transformación de la realidad del campo, que
permitió eliminar muchas de las causas de conflictos sociales del campo, los mismos que se
venían incubando desde la conquista y que generaron condiciones delatante conflicto que
podían derivar en una explosión social.

Sin embargo, no todos los efectos de la reforma agraria han sido positivos, de hecho se
pueden apreciar los siguientes problemas luego de la reforma agraria, los mismos que
también sucedieron en la ciudad de Ayaviri:

a. Las empresas agrarias de producción de carácter asociativas no lograron el nivel de


eficiencia deseado.

b. Ante el fracaso de las mencionadas empresas, la mayoría de ellas se han desintegrado,


generándose un proceso masivo de parcelación individual en favor de los socios de estas
empresas, lo que ha restado productividad y eficiencia a la explotación de las mismas.

c. Eliminación del mercado de tierras.

d. Descapitalización del campo

e. Parcelación y excesivo minifundismo.

f. Eliminación de las empresas privadas en el agro, lo que disminuyó la inversión en nuevas


tecnologías.

BIBLIOGRAFÍA

Cantón Navarro, José y Duarte Hurtado, Martín. Cuba 42 años de Revolución. Cronología
histórica 1959 - 1982 Tomo I.

Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 2006. ISBN 959-06-0906-6 Primera Ley de


Reforma Agraria. Disponible en Caliban. Consultado el 19 de mayo de 2012

Historia de la Confederación Nacional Agraria del Perú.

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