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Los seres humanos y especialmente los profesionales del área pecuaria, deben
propender a evitar el sufrimiento innecesario de los animales destinados a
producir productos para la alimentación humana, en países más desarrollados
éste es un punto sobre el cual el consumidor ejerce mucha presión, exigiendo
que se contemple dentro de la producción y comercialización aspectos relativos
al bienestar animal, constituyendo un atributo que se conoce como calidad ética.
Hay cinco principios básicos del bienestar animal en función a sus necesidades:
1. Libres de hambre y sed
2. Libres de malestar físico y térmico.
3. Libres de enfermedad y lesiones.
4. Libres para poder expresar un patrón de comportamiento normal.
5. Libres de miedos y angustias (AGROCALIDAD, 2019).
Se calcula que hace más de 10.000 años que el ser humano cría animales para
sacar provecho de ellos en forma de carne, leche, tejidos y otros materiales.
La ganadería de hoy poco se parece a la de entonces, pero para muchos
urbanitas, cuyo único contacto con una granja se remonta a las excursiones de
los años escolares, la idea de una granja sigue siendo la de una casa, un establo
y un corral en el campo donde un puñado de animales corretea por los prados
verdes.
Pocas granjas hoy cumplen con esa definición. La gran mayoría son más
similares a una fábrica: grandes naves industriales en las que viven de media
unos 3.000 animales organizados en jaulas o corrales. Solo de esa forma
pudieron criarse en 2016 en la Unión Europea 89 millones de cabezas bovinas
Las granjas son hoy lugares automatizados, con flujos constantes de movimiento
de animales, en los que la comida y el agua sale de dispensadores
automáticos regulados con precisión. Se calcula cuánto tiempo y alimento hacen
falta para que el cerdo o la vaca alcancen el peso ideal de la forma más eficiente
para después trasladarlo al matadero y vender su carne. Al fin y al cabo, esto es
un negocio y el ganadero quiere maximizar sus beneficios.
La idea resulta escalofriante para muchos ciudadanos que preferimos no saber
de dónde sale la comida que llena los estantes del supermercado. Es fácil pensar
que la de estos animales es una vida de miedo, sufrimiento y dolor.
La ciencia del bienestar animal (que no se centra solo en los de granja) ya es
parte indispensable del esfuerzo general por mejorar la calidad de los alimentos,
y cada vez se percibe un vínculo concreto más evidente entre ese bienestar
animal y la seguridad alimentaria (Perez, 2010).
“Las amenazas al bienestar animal, incluyendo la inmunosupresión inducida por
el estrés, la dispersión de patógenos en sus alimentos o las modificaciones
genéticas pueden comprometer la salubridad y seguridad de los alimentos”.
El crecimiento de la ganadería orgánica tiene sus propios desafíos en cuanto a
bienestar animal y seguridad alimentaria en lo que se refiere a la seguridad de
los animales, la prevalencia de enfermedades parasitarias y la presencia
de residuos tóxicos en los alimentos producidos.
No hay por tanto una forma de ganadería, ni intensiva ni orgánica o ecológica,
que esté libre de preocupaciones sobre el bienestar animal y la seguridad para
el consumidor (Quality, 2010).
Dispositivos de inmovilización
Vacunos
Perez, R. (2010). Bienestar animal: una cuestión ética pero también económica. SINC, 4.
Universities Federation for Animal Welfare. (2012). Bienestar animal y etica. Publising.
Pregunta
Tres de los cinco principios básicos del bienestar animal en función a sus
necesidades son:
a) Libres de hambre y sed; Libres de malestar físico y térmico; Libres de
enfermedad y lesiones.
b) Libres de pelos y lesiones; Libres de parásitos; Libres de calor
c) Libres de estrés; Libres de heridas en patas; Libres en áreas de pasto