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1.2 Concepto.- La Ética es el estudio del carácter general de las normas de conducta y de las
elecciones morales concretas que el individuo hace en su relación con los demás. Una
sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno,
malo, obligatorio, permitido, etc.
De acuerdo a Karol Wojttyla -Papa Juan Pablo II- La Ética es la rama de la filosofía dedicada
al estudio crítico del debe ser de la conducta humana: una ciencia normativa.
1.3 Historia.- Durante siglos, el hombre ha batallado con los temas de lo que es correcto o
incorrecto, la ética y la justicia. Los antiguos discípulos griegos de Pitágoras (filósofo griego
del siglo VI a.c.) intentaron aplicar sus teorías matemáticas al tema de la conducta y la ética
humanas. Poco después, Sócrates (filósofo y maestro griego, 470-399 a.c.) abordó el tema. El
discípulo de Sócrates, Platón (filósofo griego, 427-347 a.c.) siguió las teorías de su maestro,
pero insistía en que estas definiciones sólo podían hacerse mediante la razón pura. Aristóteles
(filósofo griego 384-322 a.c.) también se ocupó de la ética. Explicó el comportamiento no
ético diciendo que el deseo del hombre llegó a anular su racionalidad. Esta cadena continuó
durante siglos y siglos; filósofo tras filósofo intentaron resolver los temas de la ética y la justicia.
1.4 Finalidad
La ética es la parte de la filosofía que se ocupa del obrar del hombre, de sus acciones; este
obrar humano se puede entender en forma individual o en forma social. La ética es una
ciencia práctica y por medio de ella, podremos guiar nuestros actos, hacia aquellos que nos
hagan más virtuosos y felices. Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre
una persona, está realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina
cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia
del comportamiento moral.
1.5 Características
La ética es una ciencia dentro del ámbito de la filosofía que tiende a determinar la
significación de la vida humana, obliga al estudio, a la investigación y al razonamiento sobre
la biología moral, en cuanto al hombre se refiere. Estas circunstancias nos conducen a tocar
los amplios campos de la historia, la filosofía en sus variados aspectos, la psicología, entre
otras. La ética está en relación con el hombre, por ser energía de la personalidad humana, que
es generadora del progreso y la civilización. La ética es deber y obligación de la moralidad,
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conforme la voz interior del individuo que razona, lo que nos demuestra que es la base del
saber y la voluntad humana.
Las Principales características de la Ética son:
Teórica o General: Por tener sus conocimientos especulativos puramente racionales, sobre
el criterio o norma de la moral;
Práctica o Especial: Por estudiar los medios particulares, las virtudes, los deberes, etc.;
Ciencia Filosófica: Que actúa en el plano de los valores y la controversia;
Forma de Conciencia: Se ocupa de algo muy abstracto “el debe ser”.
Establece principios universales: Busca formular explicaciones teóricas generales,
aplicables en toda sociedad y todo tiempo;
Enfoca la moral como fenómeno: Toma en cuenta los valores, sean estos positivos o
negativos, en cada época;
Orienta el Comportamiento Moral: Señala las normas adecuadas de la convivencia.
Esta presente en todo acto humano: Es un elemento universal y básico de cohesión social.
La Ética es una ciencia filosófica, que analiza al hombre y a la sociedad desde diversos
puntos de vista, y se vincula con otras disciplinas:
1-Con la Filosofía, por que estudia hechos que corresponden al ámbito de la conciencia;
admite controversias; considera los problemas de la moral en un contexto general; y trata de
explicar los hechos morales buscando sus causas últimas.
La Ética se expresa mediante conceptos que tienen un trasfondo eminentemente filosófico:
Valor, libertad, necesidad, consciencia, responsabilidad, deber, principio, obligación, entre
otros.
2-Con la Historia, porque la moral en cuanto hecho humano, y por ende social, surge en un
momento determinado del discurrir histórico, evoluciona y se desarrolla con éste; por cuanto a
cada época y situación política, social y económica corresponde una cierta moral, sus valores
serán distintos a los vigentes en otros momentos y contextos históricos.
3-La Ética se vincula con la Psicología, porque explica las relaciones entre los
comportamientos, los impulsos, las motivaciones internas, la estructura del carácter, la
personalidad y los actos conscientes e inconscientes de las acciones individuales y colectivas.
Todo acto moral se expresa en la conducta individual.
4-Con la Sociología, ya que el comportamiento humano, los principios y normas éticas y
morales se expresan bajo dictámenes sociales. Una estrecha relación vincula a los actos
individuales con las estructuras sociales en las que se producen, las sanciones y
gratificaciones se establecen bajo normas de grupos sociales concretos y específicos.
5-Con el Derecho, ya que recoge las normas, las reglas y las leyes que rigen los hechos
humanos, tanto de carácter social como individual, generalmente los problemas jurídicos los
son también éticos.
6- Con la Economía, en vista que la moral y el comportamiento humano se remiten a las
condiciones concretas de la vida material, cuestión que define las características de los
problemas de la existencia. La Ética no puede ignorar que en una sociedad donde predomina
la maximización de la ganancia, todo acto humano se orienta por el lucro personal y el
egoísmo, los cuales desencadenan comportamientos distantes de la solidaridad y el interés
colectivo.
Los principios éticos positivos favorecen el desarrollo económico y por tanto la economía
debe regirse por una Ética que beneficie la colectividad humana y la convivencia social.
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1.7 Ética y derecho.- la dimensión ética acompaña al hombre en todos sus actos, lo
envuelve, lo obliga a tomar decisiones constantemente; por lo tanto nada de lo humano es
ajeno a la ética; y, desde esta perspectiva, el Derecho tampoco puede serlo.
El Derecho es mal concebido con mucha frecuencia como simplemente el brazo armado de la
Ética, como un sistema de prohibiciones basado en los imperativos morales a fin de que la
sociedad se comporte en forma correcta.
Por eso, cuando la creatividad del hombre parece orientarse hacia caminos que pueden ser
destructivos, cuando la investigación científica parece salirse de los límites morales, mucha
gente se vuelve hacia el Derecho a fin de que colabore con su fuerza coercitiva en poner
barreras a esas conductas que se consideran peligrosas e inmorales.
1.8 Importancia
Realmente la Ética viene a ser una imperante disciplina de la carrera profesional, exaltando en
todo momentos que el comportamiento social es y debe ser más exigente para el que ejerza
una profesión que para el hombre común, pues mientras que a éste se le perdonan faltas,
quizás por desconocedor de las normas éticas, por contrario del profesional es inaceptable,
debido a que se presume que es una persona pulida, de buena formación y de principios
relevantes en el terreno del bien; que debe representar la jerarquía de virtud que concurre en
un espíritu fecundado en las sensaciones del buen proceder.
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Este Derecho tiene que ser legítimo, es decir, obtener una legitimidad que no provoque su
rechazo social. A la hora de establecer la legitimidad de un Derecho podemos señalar 5
premisas:
1-Legitimidad de Origen. El órgano que las dicta tiene que ser legítimo;
2-Legitimidad de contenido basada en el principio de integración (respetar la diversidad social
y la tolerancia);
3-Tiene que respetar a las minorías;
4-Los derechos fundamentales han de ser eficaces. No basta con que estén reconocidos;
5-Las normas jurídicas han de ser ajenas a cualquier arbitrariedad. Tienen que estar
fundamentadas en una sana aplicación de justicia.
Si bien gran parte del Derecho y de las normas jurídicas están impregnadas de ideas y normas
morales, debemos aclarar que no todas las normas jurídicas caen bajo el dominio de la moral.
Conforme con esto, se hace necesario distinguir entre el Derecho y sus normas jurídicas, y la
Moral y sus normas morales.
Entre el Derecho y la Moral podemos señalar diferencias: así, por ejemplo, las normas de
Derecho son obligatorias y las personas están obligadas a acatarlas; en cambio, las normas
morales no son obligatorias, y el hecho de que se acaten o no depende enteramente de la
voluntad y conciencia de cada uno.
valor. Cuando un individuo capta un valor, la inteligencia inmediatamente interviene para que
la razón se lo muestre a la voluntad y le proponga conseguirlo. Pero claro, al estar originada
en la intimidad de cada persona, la obligación moral estará sujeta a las vivencias y
experiencias personales del sujeto que la encarnará, por supuesto. Aún con el libre albedrío en
alerta y en funcionamiento, el hombre siempre hará este ejercicio cuando detecte un valor, ya
que libre albedrío y obligación moral conviven sin ningún tipo de problemas.
Y por el otro lado, una obligación jurídica, es aquel vínculo jurídico a través del cual dos
partes, una acreedora y la otra deudora, quedan ligadas, debiendo, oportunamente y tal como
se haya estipulado, la deudora cumplir con la contraprestación de la cual fue objeto la
obligación.
Cuando una obligación jurídica no es observada y cumplida en tiempo y en forma, entonces,
la parte deudora deberá responder jurídicamente y someterse a un juicio porque no cumplió
con su compromiso previamente estipulado a través de un documento, como se asientan
generalmente estas cuestiones.
Las obligaciones jurídicas, según los estudiosos de la historia, data desde tiempos
inmemoriales, ya que aparentemente los pueblos primitivos le hacían pagar un determinado
precio a aquella persona que había ocasionado un daño o perjuicio a otro con el cual lo unía
un vínculo.
Puede decirse que no hay aplicación del derecho sin justificación: sólo puede mostrarse que una
decisión judicial está justificada si se ofrecen razones en apoyo de la misma. De aquí que la obligación
de motivar las sentencias no sea únicamente una exigencia de orden legal (en la medida en que dicha
obligación suele venir impuesta por los ordenamientos jurídicos), sino que deriva de la idea misma de
la jurisdicción y de su ejercicio en los estados democráticos, donde no pueden desligarse las ideas de
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jurisdicción y motivación: esta es constitutiva de aquella, de tal forma que la motivación no es algo
obligatorio pero “externo” (un aditamento) a las sentencias, sino que es inherente a la aplicación del
derecho.
De este punto de partida, las actuales teorías de la argumentación jurídica pretenden dar respuesta a
uno de los problemas centrales de la aplicación del derecho: el relativo a cómo justificar la elección
entre las alternativas.
Da una recomendación para las agresiones y críticas de la gente: fiar en sí. Vivir la propia
vida. Seguir los dictados que uno mismo se imponga y desatender lo demás.
En nuestro Ser, hallase la fuerza de las convenciones, la definición de la justicia, el aliento
para sostenerla, el noble estimulo para anteponerla al interés propio. Además menciona que el
abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior
que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en éste punto debe
cambiar de oficio.
Los gobiernos garantizarán que los abogados puedan desempeñar todas sus funciones profesionales
sin intimidaciones, obstáculos, acosos o interferencias indebidas; puedan viajar y comunicarse
libremente con sus clientes tanto dentro de su país como en el exterior; y no sufran ni estén
expuestos a persecuciones o sanciones administrativas, económicas o de otra índole a raíz de
cualquier medida que hayan adoptado de conformidad con las obligaciones, reglas y normas éticas
que se reconocen a su profesión.
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Cuando la seguridad de los abogados sea amenazada a raíz del ejercicio de sus funciones, recibirán de
las autoridades protección adecuada. Los abogados no serán identificados con sus clientes ni con las
causas de sus clientes como consecuencia del desempeño de sus funciones.
Es evidente que el abogado, como auxiliar de la justicia, tiene muchos privilegios, alguno de los cuales
vamos a destacar:
Goza de garantías de cobro de sus honorarios y las costas de los procesos judiciales
El arte y la abogacía
No es abogado quien no tiene una delicada percepción artística; algunos tienen como elementos de
expresión la aritmética, la química o el dibujo lineal, nosotros usamos la palabra escrita y hablada, es
decir, la más noble, la más elevada y artística manifestación del pensamiento. No existe antagonismo
entre el Arte y la Abogacía.
3.3 Independencia
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Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima - aunque sea equivocadamente- que
la pretensión de su tutelado es justa, y en tal caso al triunfar el cliente triunfa la justicia, y
nuestra obra no va encaminada a cegar sino a iluminar.
También da unos consejos a los abogados. Hay que ser refractario al alboroto. Soportar la
amargura de una censura caprichosa e injusta, es carga añeja a los honores profesionales.
Debajo de la toga hay que llevar la coraza.
Abogado que sucumba al qué dirán debe tener su hoja de servicios manchada con la nota de
cobardía. No digo que el juicio público no sea digno de atención. Lo que quiero decir es que
después de adoptada una resolución, vacilar ni retroceder por miedo a la crítica, que es un
monstruo de cien cabezas irresponsables y faltas de sindéresis.
Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo trance. El transeúnte que se
detenga a escuchar los ladridos de los perros, difícilmente llegará al término de su jornada.
4.1 Deberes sociales.- Los deberes esenciales que la profesión de abogado impone a todo
profesional del derecho, son: la probidad, la independencia, la moderación y la
confraternidad. El abogado debe actuar con irreprochable dignidad, no solo en el ejercicio de
la profesión, sino en su vida privada, su conducta nunca debe infringir las normas del honor y
la delicadeza que caracteriza a todo hombre de bien.
4.2 La dignidad
El abogado debe mantener el honor y la dignidad profesionales; no solamente es un derecho,
sino un deber, combatir, por todos los medios lícitos, la conducta moralmente censurable de
jueces y colegas.
permitir ni silenciar las irregularidades en que incurran las personas que ejerzan funciones
públicas o cargos privados.
4.4 El honor
El abogado debe mantener el honor y la dignidad profesional. No solamente es un derecho,
sino un deber, combatir por todos los medios lícitos, la conducta moralmente censurable de
jueces y colegas y denunciarla a las autoridades competentes o a los colegios de abogados.
Para evitar tantos trastornos no hay más que un camino: negar categóricamente y de una sola
vez la bendita firma, ya que negada la firma, el demandante tendrá que acudir a un pleito
ordinario sin embargar a su deudor, en el pleito se dilucidará todo tranquilamente, vendrán las
pruebas oportunas y el demandante malicioso perderá el asunto. Es absolutamente mejor y
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preferible reputarse chicanero, porque con este trámite chicanero en el fondo solo está
buscando el bien de su cliente.
Ningún asunto relativo a un secreto que se le confíe con motivo de su profesión, puede ser
aceptado por el abogado sin consentimiento previo del confidente.
contestar cualquier pregunta que envolviese la revelación del secreto o la violación de las
confidencias que le hiciere su cliente.
Que al ser contratado como abogado para representar a una persona jurídica, el abogado no
está obligado a prestar sus servicios en los asuntos particulares de las personas físicas que
constituyen aquellas.
El abogado deberá celebrar con su cliente el contrato por escrito en el cual se especifican las
condiciones de los servicios y todo, y se firma por el abogado y el cliente, conservando cada
parte un ejemplar del mismo.
De igual manera, dicho código aconseja que se haga la estipulación de que los honorarios
sean cubiertos en tres cuotas iguales, pagaderas al presentarse la demanda o la contestación, la
querella o la defensa; al fallarse el negocio en primera instancia, y a la terminación del juicio.
Según el código antes mencionado, para la estimación del monto de los honorarios se
recomienda la consideración de los siguientes factores:
a) La importancia de los trabajos y la cuantía del asunto;
b) El éxito obtenido, en toda su trascendencia;
c) La novedad y dificultad de las cuestiones jurídicas debatidas;
d) La experiencia y especialidad del profesional;
e) La fortuna o situación pecuniaria del cliente;
f) El carácter de la intervención fiel profesional, si se trata de trabajos aislados o de
servicios fijos y constantes;
g) La responsabilidad que se derive para el profesional de la atención del asunto; y
h) El tiempo tomado por los servicios prestados.
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Que los honorarios pueden convertirse en un sueldo fijo, anual o mensual, siempre que el
importe de los mismos constituya una adecuada retribución de los servicios profesionales.
8.6 Suspensión de uno a 4 meses (Art. 73, numeral 5, Código de Ética del Abogado)
Esta pena aplicada a los abogados Enuncia el código de ética que, será objeto de
amonestación o suspensión de uno a 4 meses, al profesional del derecho que sin intervención
en un negocio, suministren oficiosamente informes a las partes acerca de la marcha del
mismo, o censuren ante aquellas la actuación de los colegas.
Refiere el mismo código que, los profesionales del derecho serán sancionados con la
inhabilitación, cuando entren en inteligencia con la parte contraria a su patrocinado o con
terceros, para perjudicar a su cliente, o causaren ese perjuicio por malicia inspirada por
cualquier otra cosa.