Está en la página 1de 12

Enlaces.

Mi lectura de Campos de locura. Campos de lectura


Lectura artesanal del analsita
De Raúl Vidal.

Una vez en bs As -creo que en la


universidad Kennedy- me
preguntaron que estudios tenemos que
hacer para ser psicoanalistas. Y mi
respuesta fue literatura. (Jean Allouch.
Charla en la UNr con alumnos 2018)

La lectura del libro de Raúl me produjo una especie de articulación de


lecturas que en estos días me ocupan, y esas lecturas están vinculadas
a la posición analítica en las instituciones que alojan la locura, a una
mirada crítica sobre el oxímoron “clínica psicoanalítica” y a una
actividad (seminario abierto) que se llama; los bordes opacos de las
instituciones.

A la manera de links se fueron vinculando lecturas de párrafos de otros


textos, de otros ensayos, muy diversos entre ellos. No solo en la lectura
de textos, también me pasó lo mismo, o similar situación cuando veía
alguna película o escuchaba música. Sobre esas experiencias citaré dos
ejemplos. Algunos aspectos del cine de David Lynch y una mínima anécdota
de Herbie Hancock con Miles Davis.

Estos links (por denominarlos de algún modo) surgieron de una idea


(central me parece) que Raúl sostiene a lo largo del ensayo, y es esa
construcción de la posición artesanal del analista/lector, siempre
fallida, que se genera en un instante de transferencia, en ese campo de
locura que implica diversos campos de lecturas y que solo reconocemos
como tal cuando formamos parte del mismo y, así quizás, cada quién puede
desembrollarse con un savoir-faire creativo, siempre singular.

Esta es la idea central de mi lectura y desde ahí surgieron, los enlaces


que mencionaba.
Ejemplo;

Al mirar una película de David Lynch, por lo general, se tiene una


experiencia particular una sensación de extrañeza, asombro y al mismo
tiempo, hoy, después de leer el ensayo, puedo (o me tomo el atrevimiento)
hacer una analogía con esa posición de lector artesanal del que da cuenta
Raúl. El lector de la novela que vendrá, la que se va escribiendo.

Es sabido que hay una ¿película? De Lynch que es considerada por parte
cierta crítica, como una de las más perturbadoras de este director (y
del cine en Gral.) La película Rabbits (conejos), es una experiencia
extraña, porque si nos disponemos a esperar de ella una historia, una
trama con nudo y final, es decir, un sentido claro y definido. Nada
indica que no lo tenga, solo que exige del espectador un trabajo de sí,
debe poner de sí. (bastante más que en el cine convencional)

Hay tres protagonistas en una habitación, son como personas con cabeza
de conejos, los personajes parecen interactuar entre ellos, pero, lo
singular de este asunto está en las líneas de texto de cada uno que no
parece tener ninguna coordinación que se asemeje siquiera a un diálogo,
cada uno dice líneas de textos inconexas, fuera de tiempo. A ese clima
(decorado, vestimenta, cámara fija) hay que agregarle que de vez en
cuando se escuchan las risas enlatadas de las comedias de tv. Sin
embargo, en ningún momento hay indicadores claros de que se ha dicho
algo que provoque risa. Parecería que en esa experiencia están puestos
casi todos los recursos, (hay una cantidad que exceden el interés del
asunto que me ocupa aquí) que el director usa en otras películas,
referidas al tiempo, al espacio, a los climas, los diálogos.

En su segundo corto, La abuela, redujo (o elevó) el diálogo a puros


efectos de sonido (*) según su primera esposa Peggy Reavy “encontró la
manera de hacer que las palabras le funcionen. Las utiliza de un modo
no verbal. Pinta con ellas. Son texturales y tienen una presencia
sensorial. Él es muy poético”.
Lo que deseo señalar de esa experiencia es que leyendo el ensayo campos
de locura, campos de lectura, en varias oportunidades se me vino esa
sensación cuando vi por vez primera Conejos. El espectador/lector tendrá
que renunciar a la búsqueda de sentido. Parafraseo a Fito Paez, el
espectador atormentado de sentido, se sube a un barco que se estrella
en la nada. Experiencia para nada fácil, y que me animo a acercar al
menos, a la posición artesanal del analista en los diversos campos de
locura a los que está expuesto en su práctica.
*******************

Leemos en el ensayo de Raúl

“los campos de locura exigen la puesta en marcha de variados


campos de lectura. Entre ellos, algunos servirán para el
escrito, otros -cuando lo simbólico estalla- no harán más que
vérselas con letras, gestos, muecas, ruidos, sílabas, ronroneos,
y palabras despedazadas. Siendo así, el análisis no podrá
retroceder frente al particular modo de lectura que se erija en
tal o cual instante de transferencia. (Pág. 12)

Muchas veces me encuentro en la posición de lector/analista con la locura


que suele aparecer en una guardia de “salud mental” en un hospital,
allí estamos demandados a leer con los códigos de la institución, a
traducir ese ruido, esa madeja de expresiones en algo más o menos
ordenado que pueda ingresar al circuito del sentido y recuperar la calma,
el orden siempre bajo las consignas de ese campo llamado salud mental.

Entonces … ¿Cómo hacer para leer algo que todavía no ha sido escrito?
… ¿de qué lectura se trata? (Pág. 12)

Si no interpreto mal, leer algo que todavía no está escrito es el terror


de gran parte de los profesionales psi. Porque la psicopatología, por
ejemplo, enseña a leer lo que está escrito. Escribe Raúl en su ensayo…
“De esta manera podemos sostener que, aún hoy, un cierto modelo
escolástico de la lectura agranda el abismo entre locura y
cordura. Siempre que se pone en marcha tal modelo lo que importa
es la información, la mayor cantidad de datos, la anamnesis (en
sus diversas modalidades), el diagnóstica; lo que interesa es
la compresión y al explicación de los pasajes difíciles a través
de la teoría, en suma; cada vez que se recurre a la lectura
escolástica, lo que adquiere importancia es todo aquello que
facilite una lectura rápida y que logre una firme localización
de la locura…(Pág. 99)

***************
¿Qué sucede cuando el libro calla?
Raúl Vidal;

“…la separación de las palabras había estimulado ese pasaje


de lo oral a lo escrito…”
…” En la lectura silenciosa se trata de una íntima, privada,
individual; es una lectura que sufre de un examen personal: el
que lee tiene el control absoluto sobre el texto, y sustrae sus
aciertos y sus errores a la sanción del grupo.
“…la lectura en voz alta, en cambio, nos expone al control de
los demás: allí no hay privacidad posible…”(Pág 103)

Otro enlace;

Pascal Quignard;
“el libro es un pedazo de silencio en las manos del lector.
Quien escribe calla. Quien lee no rompe el silencio.”
“Es una época antigua, que pareció, aquella en la que el
lector leía en voz alta, en la que el escritor dictaba con voz
fuerte, en la que los volúmenes se desenrollaban, transcriptos
a mano, y no se multiplicaban. Llegaron a la vez: el molino de
papel, la página tipográfica, los libreros-impresores, y este
callar del libro. La voz en el libro se retira en un deseo de
callar, un callar inaccesible, sin más proximidad que la de una
distancia debida al silencio, taciturna por entero. El libro se
retira a partir de un silencio que nace de rechazo en él tan
pronto como la lengua (no una respiración) se metamorfosea en
él, y nace bajo otro cielo diferente de aquel en el que las
voces suenan y el mundo se pregona…” (Pascal Quignard.
Pequeños tratados. Ed. Sexto piso. Tomo 1 Pág 69 )

Entonces; de un lado la lectura en voz alta en donde se ubicaría una


lectura artesanal. Fallida, en un “instante” de transferencia, el
lector/analista le artesanalmente la novela que vendrá. Del otro lado,
la lectura silenciosa, el libro en serie permite un saber codificado,
multiplicable, un saber sin sujeto, un saber cómo el conocimiento
científico. De un lado el artesano, del otro el saber industrializado.

También se podría decir, el saber de la experiencia, el saber


acumulativo, el que sabe lo que viene, el ojo clínico (en la clínica de
la mirada) el que lee intuyendo la trama del relato, el que guía y
orienta la dirección de la cura. El lector detective del que habla
Piglia.
Otra analogía entre lector y analista, la encuentro nuevamente en Pascal
Quignard, que en una entrevista dice; “para mí leer es abandonarme
completamente al mundo del otro…en cambio juzgar es mantenerse en el
mundo social, leer juzgando no tiene nada que ver con leer
profundamente” (https://www.youtube.com/watch?v=xNIlY6vHu98&t=1692s)

Siguiendo esta idea de Quignard, podría pensarse que la lectura que


juzga es la lectura del profesional. ¿Acaso la lectura/escucha analítica
no es un poco, o en algo, abandonarse al mundo del otro sin juzgar, es
decir, suspender el saber?

**************

Leer en voz alta

En la página 58 del ensayo que nos ocupa, Raúl escribe, ¿o dice?


“…Entonces, porque no considerar que una manera de
reestablecer la palabra a lo escrito venga de la mano de una
lectura en voz alta. Si bien cierta cautela no permite rechazar
lo escrito (que sería de los analistas sin el malentendido),
esto no obtura el valor que le doy a la lectura en voz alta.
Mas aun cuando, sin duda advertido, Lacan agrega que “conviene
no olvidar esta palabra porque es la misma que refleja la regla
analítica que es, como saben – hable, hable, aparece, basta
con que palabree, esta es la caja de donde salen todos los dones
del lenguaje, es una caja de pandora” (lacan semi de un
discurso…pág. 57 y58)

Enlace;

En las clases sobre Spinoza, Deleuze dice a manera de hipó tesis


(viene desarrollando la velocidad de pensamiento y la lentitud,
cuestiones vinculadas a las velocidades de los desarrollos)
refiriéndose a los “escolios” que, si se leen incluso en voz
alta, seremos inmediatamente sensibles a esto; que los escolios
no tienen la misma tonalidad, no tienen el mismo timbre que el
conjunto de las preposiciones y demostraciones. Y el timbre, dice
Deleuze, allí se hace ¿Cómo decirlo? Pathos, pasión. Dice que allí
hay un tono pasional práctico. Todo esto son impresiones de
lectura. (En medio de Spinoza. Gilles Deleuze. Pág 35. Ed Catus.)

 François Tosquelles; (en “Una política de la locura”)

“…Una característica general de todas las historias


psicoanalíticas es que hay que inventarlas. Porque el
individuo no recuerda nada de sus anécdotas, y
entonces…es mejor que las invente. Entonces tontea,
llamo a eso decir tonterías, se lo autoriza a tontear,
“tontea, tontea”, eso se llama asociar, “aquí
nadie te juzga, puedes tontear a tu gusto” Porque a
la psiquiatría, yo la llamaría tonteatría. Entonces,
“tontea a tu gusto”, pero ¿mientras el tontea que
hago? En el silencio intervengo, pero sobre todo en
el silencio, tonteo a mi vez. Es decir, él me dice
palabras, frases, escucho inflexiones, las
articulaciones, donde pone el acento, donde deja caer
el acento, cosas así…como en la poesía…”

En otro momento dice;


“…fue ahí que comprendí que lo que cuenta no es tanto lo que
dice el enfermo, sino el corte y la secuencia. Y que poner un
punto -mierda- o poner un punto y coma- “me cago en deu”- es
marcar secuencias. Y que lo que interesa es escuchar las
secuencias de esta música; que lo que se dice dentro de ellas
no tiene importancia…

Esto viene a referencia de una anécdota sobre un encuentro extra


analítico, dice él, con su analista Sandor Reminger (vienés)que lo visitó
en su casa cuando éste (Tosquelles) sufría una otitis, el padre de
Tosquelles le pregunta cómo podía analizar a su hijo siendo lo mal que
habla y entiende el catalán, Remniger le responde que la entiende a
medias, que por el poco tiempo que está ya conoce la mitad del idioma,
porque los catalanes cada dos palabras dicen “me cago en deus” y
“mierda”(Revista Divanes Nómades 4. Una política de la locura. Conversaciones
sobre una experiencia. Cintia Ojeda y Alicia Larramendy )

Otro Enlace
Cuando leía los desarrollos sobre la importancia de la música, los tonos,
las cadencias en lo escrito, recordé y fui a buscar un ensayo de Paul
Valery que se llama poesía y pensamiento abstracto, en un pasaje sobre
las diferencias entre poesía y prosa y su contraste
¿por qué no pensar la poético del lado de lo artesanal, fallado, del
lado de la lectura en voz alta y la prosa o el lenguaje útil como lo
denomina Valery del lado de la lectura profesional informativa,
académica, etc.?

“…se valen de las mismas palabras, de la misma sintáxis, de


las mismas formas y de los mismos sonidos o timbres, aunque
coordinados de otro modo y estimulados de otro modo…
“…He aquí la gran diferencia. Cuando el hombre que camina
alcanzó su meta cuando llegó al lugar, al libro, al fruto, al
objeto que suscitaba su deseo y cuyo deseo lo sacó de su reposo,
enseguida esa posición anula definitivamente todo su acto; el
efecto devora la causa, el fin ha absorbido el medio; y
cualquiera que fuese el acto no queda más que su resultado.
Exactamente lo mismo pasa con el lenguaje útil; el lenguaje que
acaba de servirme para expresar mi designio, mi deseo, mi orden,
mi opinión, ese lenguaje que ha cumplido su cometido, se
desvanece apenas lo logra…por el contrario el poema no muere
por haber vivido, está hecho expresamente para renacer de sus
cenizas y volver a ser infinitamente lo que acaba de
ser…observen entonces los efectos de la poesía en ustedes
mismos, encontrarán que la significación que se produce en
ustedes en cada verso, lejos de destruir la forma musical que
les ha sido comunicada, vuelve a exigir esa forma….

“…el péndulo vivo que ha descendido del sonido hacia el


sentido, tiende a remontarse hacia su punto de partida sensible,
como si el sentido mismo que se propone a nuestra mente no
hallara otra salida, otra expresión, otra respuesta que esa
misma música que le diera origen… (pago 248-249 Poesía y
pensamiento abstracto- P, Valery. De Poe a Mallarme)

***************

Lo Artesanal

Richard Sennett ha observado que la artesanía designa un impulso humano,


duradero y básico, el deseo de hacer bien una tarea sin más. Puntual a
lo que se aboca en el momento. Lo artesanal allí también está ligado al
uso del tiempo, el tiempo necesario para la tarea, es una lógica opuesta
a la lógica de la utilidad, en donde el tiempo es oro. La tarea debe ser
rápida, por eso es protocolar, porque ahorra tiempo.

Sennett; “la habilidad se construye moviéndose de manera


irregular y a veces dando rodeos. los tiempos y los ritmos de
la fabricación del artesano confrontan la velocidad
experimentada en la producción de mercancías industriales .”
(El artesano. Richard Sennett. Ed Anagrama.Pág.17.)

Otra característica de lo artesanal siempre siguiendo aquí a Sennett es


la irregularidad, lo que en el trabajo industrial al pasar por el
departamento de calidad es considerado defecto, en el mundo del artesano
significa la marca personal de quién lo hace, la originalidad. Es casi
la diferencia entre el trabajo analítico y la intervención médica
profesional.

François Jullien (cinco propuestas al psicoanálisis) dice en una de sus


propuestas referidas a un abordaje al sesgo, lo oblicuo, lo siguiente;

“…sesgo se opone abiertamente a método. Frente al método


dotado de un consabido prestigio por la ciencia y la filosofía,
intentaremos pensar entonces este modesto sesgo, abandonando
usualmente, negligentemente, el artesanado, que ya no depende
del saber, sino del saber hacer y por ende está condenado a lo
tácito, a lo implícito…” (Francois Jullien. Cinco propuestas al
psicoanálisis. Ed. El Cuenco de plata. Pág 71 )

“…se avanza así al sesgo porque el terreno no es plano (ni nuestra


acción teledirigible), sino minado, en todo caso no controlado…”

Una vez más Pascal Quignard, el método es el camino, una vez que se lo
ha recorrido.

Esta posición se lee reiteradamente en el ensayo de Raúl, por ejemplo;

“… ¿Qué más cambiante, fluido, tornadizo, móvil, inasible, polimorfo,


flexible, repleto de imprevistos, que un análisis?

*****************

Sobre un instante de transferencia …

Leemos en la pág. 86 (Raúl Vidal)


“…Así al formar parte de un campo de locura debemos confiar
en cierto sabor-faire como única manera de que “un instante”
de transferencia, como un pasadizo secreto en el que no se puede
dejar de irrumpir súbitamente, se despeje “un camino, siempre
a recomenzar, nunca trazado de una vez y para siempre, invento
espontáneo. Franca puesta en cuestión de la experiencia…”

Enlace;

Oury (lo invisible) (entrevista documental)

Sobre el deseo inconsciente de los que deciden trabajar en una


institución psiquiátrica, porque con los que “van de suyo” dice Oury,
no hay ningún problema, sobre los pacientes que van al analista se tiran
al diván, miran el reloj, dejamos aquí, se van de vacaciones etc. etc.
Pero con los que “no van de suyo” dice esos que rompen las bolas (se
les suele decir) siempre con problemas, ven cosas donde no las hay, los
irritantes, son pocos los no van de suyo, son los que ponen en cuestión
el deseo inconsciente de estar ahí. Y es eso lo que lo hace eficaz.
Luego de citar a Lacan dice, lo que cuenta es la relación al otro, la
transferencia.

“…lo que cuenta en relación al otro es la transferencia ¿Y


qué es la transferencia? Aún sobre un modo estrictamente
analítico, clásico, podemos decir, restringido. Una
transferencia es el deseo del analista, pero un deseo trabajado.
y dice incluso una mutación del deseo, es eso lo que es
justamente lo que permite que haya transferencia, es la
transferencia lo que es eficaz, entonces ¿qué es eficaz en
psicoanálisis? Es justamente la interpretación de la
transferencia. Eso se hace por azar no es una explicación. No
es una exactitud. Es algo del orden (voy a decir una mala
palabra) del orden de la verdad. (subrayado mío)

***********

Sobre el savoir-faire

Comencé con una referencia al cine y dejo acá con una mini pastilla de
música. Sospecho que esto que cuento tiene alguna relación con el savoir-
faire, en el sentido que aclara Raúl al principio, no tanto saber hacer
sino más referido al tacto, tino, mano, maña digo yo.

Saber hacer con el error, la sorpresa, lo inesperado, es quizás lo que


sucedió en una escena que nada tiene que ver la practica analítica, pero
arriesgo la analogía. Cuenta Herbie Hancock que “estaban tocando So
what con tony Willians en la batería, Ron Carter en el bajo y Whayne
shorter en el saxo, cuando Miles Davis estaba ejecutando el su increíble
solo, toqué un acorde equivocado, un acorde que sonó como un gran
fallo…Miles se paró un segundo y comenzó a tocar una nota que hicieron
que mi acorde fuera correcto. Miles no lo oyó como un error, lo oyó como
algo que pasó y que era parte de lo que estaba pasando en ese momento y
lo afrontó.”( https://www.youtube.com/watch?v=ZeaHYZAralM)
Del error al estilo, el arte/tema/novela que vendrá…supo leer.

Entonces

“…la lectura donde Kairós reina, eso que sucede en un instante de


transferencia, la lectura artesanal del analista tiene como marca
central, escribe Raúl, una torpeza radical. Y es contundente en afirmar
No hay lugar para el especialista.
Hay lectura artesanal, con torpeza radical, sin lugar para el saber
champollinesco, pero y, esto me parece central, ese vínculo, ese acto
es posible solo siendo parte del mismo a partir de un instante de
transferencia.

La literatura me parece (como lo indica el epígrafe de Jean Allouch) es


el modo más riguroso de acceder a las cuestiones centrales de la práctica
psicoanalítica. Al principio escribí y leí que lo que me ocupaba en el
momento de hacer esta lectura, era ese oxímoron; “clínica
psicoanalítica”. Creo haber leído a lo largo de este ensayo todo el
tiempo esa distinción que hace que la práctica del psicoanálisis no sea
una clínica. La clínica reclama otro tipo de transmisión, de prácticas,
de prácticas especializadas, con saberes debidamente tabulados, con
intervenciones protocolizadas y, fundamentalmente descuidando la
transferencia.

Sin torpeza no hay artesanía. Desde hace un tiempo hay una especie de
hiperespecialidad, hay especialistas en casi todas las cosas que nos
suceden, ahí donde el saber académico y de los otros, invaden las
capacitaciones permanentes, (al menos en unos de los espacios en donde
trato de ejercer esta práctica, existe un imperativo de capacitación
“permanente” siempre ofrecida por “especialistas”)

Al comienzo del libro Raúl pregunta ¿Cuál es el lugar del analista en


un tiempo como el nuestro, en donde lo épico (incluso en los infinitos
terrenos de la poesía) parece estar un poco demediado? Y respondo desde
mi torpeza lectora que el lugar que siempre tuvo la practica analítica,
al margen, subversiva, siempre cuestionada y por desaparecer, no podría
de ninguna manera tener un lugar de centralidad en la cultura, aunque
algunas instituciones (al modo de multinacionales) darían muchas veces
la sensación de esa búsqueda.

Ocuparme de leer y releer este ensayo funcionó como un trabajo centrifugo


de todas las lecturas en las que estaba ocupado como mencioné al
principio, me refiero a las lecturas por placer. Quizás eso provocó
ciertos desvaríos que me escucho al leer esto en voz alta, pero eso es
lo que me provocó, entonces así queda. Hice mi lectura.

Hablando solo

Como el que va hablando


Solo por la calle
Tratando de entenderse

La ciudad es su hospicio.

Como el que está


Confesando
Su angustia a otro
Y ese otro
es él mismo
andando por la calle

la ciudad es su hospicio

como el que sin saberlo


va caminando
entre la gente
y le hace extraños gestos
a ese otro
que es él mismo

la ciudad es su hospicio

como el que va de una esquina


a la otra
camina y habla solo
porque trata de entenderse
con ese otro
que es él mismo.

Como ése
Como ése
La ciudad es su hospicio.

Leónidas Lamborghini

El solicitante descolocado

También podría gustarte