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El piojo pardo de la gallina, Goniodes dissimilis.

Estos piojos son todavía mas pequeños que el de las escamas de las patas, viven
en la base de las plumas, donde producen la afección conocida con el nombre de
“costras de desplumado”.
La intensa irritación causada por el piojo hace que el ave se arranque las plumas.
En casos graves, el ave puede quedar casi desprovista de plumas en el cuerpo.
Generalmente, no pierde las grandes plumas de las alas y de la cola.

Ciclo de vida:

Pasan toda su vida sobre las aves. Son insectos hemimetabolismo, es decir, tienen
una metamorfosis incompleta. Las hembras adultas ponen huevos (liendres) en
la base de las plumas en forma de masas blanquecinas. El lugar preferido es
alrededor de la apertura de la cloaca. Las larvas emergen 4 a 7 días después, y se
desarrollan progresivamente a ninfas y adultos. El ciclo vital dura entre 3 y 4
semanas. La vida de los piojos dura varios meses, pero fuera del hospedador no
sobreviven más de una semana.

Los piojos son parásitos obligados, específicos de especie, ápteros (sin alas),
pequeños pero visibles al ojo. Además son parásitos permanentes y estacionales,
ya que hay más número durante el invierno. Se caracterizan por poseer los
segmentos torácicos más o menos fusionados y la presencia de un solo espiráculo
respiratorio en el tórax. En la cabeza poseen antenas cortas con 3 a 5 artejos, con
ojos reducidos o ausentes. Del tórax salen tres pares de patas que terminan en 1 o
2 uñas. La especificidad de especie está dada por el anillo prensil que se forma
entre estas uñas entre sí o con el último segmento de la pata (proceso tibial o
espolón) y cuyo diámetro es semejante a la pluma de la especie de ave que parasita.
El abdomen está constituido por 9 a 11 segmentos con un par de espiráculos
respiratorios en cada uno.

La mayor influencia de la parasitosis se registra en pleno invierno, de manera que


se la puede catalogar como enfermedad estacional. Como estos parásitos
aprovechan la radiación calorífica del cuerpo de los hospedadores, la temperatura
externa tiene escasa influencia sobre su desarrollo.

No así, la humedad que es fundamental para su desarrollo y es precisamente la


época de alta humedad y baja temperatura la que favorece su propagación.

Síntomas y Lesiones:

Cuando se encuentran las aves densa-mente parasitadas es común notarlas


rascándose o acicalándose las plumas.
Hay una clara irritación de la piel, pero en la incipiente parasitosis los síntomas
pueden pasar desapercibidos. Son coadyuvantes para detectarlos, el deterioro
inexplicable de postura, incremento de la conversión alimenticia, pérdida de peso,
palidez, nerviosismo, et.

El prurito con sus lesiones típicas: formación de eritemas, vesículas y costras se


hace evidente; se pueden formar también pústulas en caso de contaminación
bacteriana secundaria oportunista. El rascado lleva a una formación aún mayor de
las lesiones. El prurito provocado por las picaduras de los anopluros suele ser
intenso, debido a la constante irritación de la saliva secretada por ellos. Se debe
aclarar, que las lesiones no son importantes.

La irritación y el estrés de los animales llevan a que éstos se alimenten menos y


sufran de una consiguiente bajada en su rendimiento productivo, especialmente en
animales jóvenes, también en viejos y los inmunológica-mente arriesgados.

La hembra del piojo deposita los huevos en racimos, y los adhiere mediante una
especie de cemento.

Transmisión:

Los piojos de las aves típica-mente se transfieren a nuevos huéspedes mediante


contacto directo entre cuerpos.

Pero como éstos sobreviven fuera del huésped durante horas y días, es posible su
transferencia mediante el uso de jaulas y de vehículos que no han sido des-
infestados.
Por eso hay que poner todos los medios para que esto no ocurra.

Hay que recordar que la pediculosis en los animales domésticos está causada por
un complejo parasitario en el que intervienen dos órdenes, varias familias y géneros
y muchas especies de piojos, de morfología y hábitos diferentes, causadas por dos
grupos diferentes de piojos, los masticadores y los chupadores, diferenciándose
entre sí por sus características biológicas y anatómicas.

Prevención y Control:

Los parásitos externos (piojos y similares) son frecuentes bajo condiciones de


escasa higiene, ropa del personal sin lavar y sin desinfectar, uso reiterado de
costales para alimento, et. Debe considerarse seriamente la presencia de roedores,
o aves silvestres que pueden actuar como portadores mecánicos. Siendo la
limpieza, aplicación de insecticidas, y desinfectantes, indispensables para evitar el
traspaso de plagas de un lote a otro.

Los parásitos externos, pueden estar confinados durante toda su vida al hospedador
o pasando de un ave a otra. Los mayores esfuerzos han de dedicarse a prevenir la
introducción de piojos en un gallinero, y así evitar reinfestaciones. Hay que destruir
los nidos de pájaros comensales por ejemplo gorriones, en la misma zona o
alrededor de los gallineros.

Para evitar la diseminación entre los gallineros hay que desinfectar las bandejas o
cartones de huevos, las cajas, las jaulas, los cestos y cualquier otro material que se
transporte de un gallinero a otro.

Por lo que se refiere a métodos no químicos de control, se puede utilizar


thuringiensina, la exotoxina de Bacillus thuringiensis, aplicada directamente sobre
las gallinas infestadas. El piojo permanece siempre sobre el hospedador. Por lo
tanto, el control químico no debe aplicarse a las instalaciones sino directamente a
las aves infectadas.

Se puede hacer por aspersión, baño de inmersión o con polvos.


Los polvos permiten tratar a los pollos indirectamente, es decir tratando las arenas
o el recipiente con polvos insecticidas y dejando a las gallinas que se empolven con
el producto cuando hacen los baños de arena ellas mismas.
No obstante, los gallos no se empolvan a sí mismos como las gallinas y suponen
una fuente de reinfestación.
Las gallinas ponedoras deben ser tratadas directamente, se pueden emplear
también varios organofosforados, piretroides y piretrinas para combatir varias
especies de piojos.

Tratamiento:

El tratamiento depende del volumen de aves en el gallinero afectado, de que


parásito está presente, sistema de crianza, et., porque los métodos son distintos,
masivos o ave por ave, con repeticiones establecidas, tipo de insecticida, et.
Dentro del programa de control y erradicación que hagamos, debe además
incorporarse, los nidos y cama, sin olvidar los envases de alimento cuando éstos
son reutilizados, ropa del personal, vehículos, planta de alimento si se encuentra
dentro del perímetro de la granja, et. Los insecticidas son eficientes, pero
administrados según las necesidades e indicaciones del producto.

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