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USO DE LA "S" EN LOS PRONOMBRES

ENCLÍTICOS
Los pronombres enclíticos son aquellos en donde se una al verbo con el sujeto, por
ejemplo:
La pretende amar = pretende amarla
Lo estuvo comiendo = estuvo comiendolo
El uso de la "s" o mejor dicho, la "se" se utiliza en e pronombre enclítico cuando el verbo
se encuentra en imperativo, infinitivo o gerundio.

Imperativo
Devuélveselo

Infinitivo
Cubrírselo

Gerundio
Comiéndoselo

En los ejemplos primeros mostrados, el primer no se cumple esta regla por el primer verbo
que le acompaña, quien indica el tiempo de la oración.
DESIGUALDAD ENTRE LAS LENGUAS

Si las lenguas se distribuyeran aleatoriamente, esperaríamos que cada una de las


7.000 que existen la hablara un millón de personas. Pero las cosas no son así.
Actualmente el planeta tiene unos 7.000 millones de habitantes, pero la
distribución entre lenguas y personas es muy desigual. La mitad de la población
mundial se apaña con solo 50 lenguas. La otras 6.950 (redondeando) tocan a
muchísimos menos hablantes nativos. Nuestro mundo está organizado en unos
250 estados independientes, lo que significa también que muy pocas lenguas
pueden decir que tienen un país que las defienda.

Una lengua que no se usa en la administración, la educación, el cine o los negocios


es una lengua en peligro de retroceso en un mundo interconectado y regido por
las transacciones económicas y culturales trasnacionales. Como se refleja en el
gráfico, solo hay 23 lenguas que cuenten con más de 50 millones de hablantes
nativos y acaparan ya más de 4.000 millones de hablantes. De esas 23, solo 8
tienen más de 100 millones de hablantes y una, el grupo chino, supera los mil
millones. Es una batalla muy desigual. El 75% de las lenguas del mundo tiene
menos de 100.000 hablantes (como la población de Lugo), un límite crítico para
su supervivencia que se convierte en amenazador para las cerca de 2.000 lenguas
que tienen entre 1.000 y 10.000 hablantes o las 1.000 que solo cuentan con unos
centenares (o decenas) de ellos.

A diferencia de lo que pasa con la extinción de especies, la desaparición de lenguas


no compromete el equilibrio ecológico del planeta, pero sí la riqueza cultural y el
legado histórico inmaterial de nuestra especie. Hay muchas formas de expresar
esta pérdida, pero mi favorita es la empleada por el lingüista y políglota Kenneth
Hale, cuando decía que la desaparición de cualquier lengua es el equivalente de
arrojar una bomba sobre el Louvre.

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