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MANIFESTACIONES

Los signos y síntomas de la gota casi siempre ocurren de forma repentina y, a menudo,
por la noche. Estos son algunos de ellos:

 Dolor articular intenso. Por lo general, la gota afecta la articulación grande del
dedo gordo del pie, pero puede ocurrir en cualquier articulación. Otras
articulaciones que con frecuencia se ven afectadas son los tobillos, las rodillas, los
codos, las muñecas y los dedos de las manos. Es probable que el dolor sea más grave
dentro de las primeras 4 a 12 horas después de que inicia.

 Molestia persistente. Después de que el dolor más intenso desaparece, es posible


que un poco de molestia articular quede, la cual puede durar algunos días o semanas.
Es probable que los ataques posteriores duren más tiempo y afecten más
articulaciones.

 Inflamación y enrojecimiento. Las articulaciones afectadas se hinchan, se vuelven


sensibles, se calientan y enrojecen.

 Amplitud de movimiento limitada. A medida que la gota avanza, es posible que


no puedas mover las articulaciones con normalidadMAYO CLINIC.

ESTRATEGIAS PREVENTIVASDAVID

La mayor parte de los tratamientos empleados en la prevención de la gota no deben


instaurarse durante un brote agudo de artritis, ya que empeoran el dolor y otros síntomas
inflamatorios, tal vez de forma secundaria a un mayor desprendimiento de microcristales.
La excepción es el uso del grupo de alimentos de las cerezas y bayas. Los tratamientos
preventivos se administran para reducir o eliminar la frecuencia de crisis gotosas, así
como para evitar la lesión de las articulaciones y el riñón.

■ Hidratación: se recomienda un consumo diario de 2,5 l de agua distribuidos de manera


uniforme a lo largo del día, a menos que se encuentre restringido el consumo de agua.

■ Evitar los alimentos siguientes: vísceras, animales jóvenes/pequeños, partes florales o


reproductoras (legumbres, setas, espárragos) y las bebidas como cerveza, café, té,
chocolate/cacao y las que tienen cafeína añadida.
■ Añadir los alimentos siguientes: cerezas negras, uvas moradas, frambuesas, arándanos
y fresas. Consumir 225 g al día de fruta cruda o un suplemento de bioflavonoides (sin
ascorbato).

■ Eliminar la administración suplementaria de vitamina C y niacina. Las fuentes


alimentarias no suponen un problema.

■ Eliminar los fármacos que causan o empeoran la gota, como tiazidas y diuréticos del
asa, salicilatos y, posiblemente, losartán; estos fármacos deben sustituirse por una
alternativa apropiada para controlar los trastornos para los que se recetan.

■ AINE: indometacina 25 mg 1-3 veces al día u otro AINE (salvo AAS o inhibidores de
la COX-2).

■ Alopurinol: 200-500 mg/día v.o. (hasta 800 mg/día si el paciente está recibiendo
quimioterapia citotóxica simultánea).

■ Contemplar la toma de ácido fólico en dosis altas: 5.000 μg/día (es decir, 5 mg/día); las
dosis pueden fraccionarse.

■ Ácidos grasos omega-3: contemplar el uso de aceite de linaza rico en lignano o aceite
de pescado en una dosis de 1 cápsula de 1.000 mg 3 veces al día. Recomendar el aporte
alimentario de ácidos grasos omega3 en forma de pescado azul, nueces, semillas de linaza
molidas y verduras de hoja verde.

■ Vitamina E: 400 UI/día v.o.; las dosis pueden fraccionarse. Como alternativa, puede
sustituirse por alimentos ricos en vitamina E (granos de girasol, aceite de soja o cacahuete,
bayas, peras, uvas). La vitamina E debe evitarse en los pacientes con riesgo de cardiopatía
e ictus.

■ Aporte de purinas El aporte alimentario de purinas contribuye a la formación de tofos


y al desarrollo de hiperuricemia en los pacientes de riesgo. En otras palabras, en personas
predispuestas, las purinas de origen alimentario pueden inclinar la «balanza» metabólica
hacia la hiperuricemia y la cristalización, mientras que otras parecen tolerar un aporte
ilimitado de purinas sin secuelas. Por consiguiente, los pacientes de riesgo se beneficiarán
del uso de cambios alimentarios como parte de su tratamiento. Básicamente, los alimentos
ricos en purinas son los derivados de organismos caracterizados por un recambio rápido
de purinas y un metabolismo alto (como vísceras y pequeños animales) o de las partes
reproductoras florales de las plantas, con sus múltiples copias génicas. Así, el cerebro y
las anchoas (con un metabolismo alto de purinas) y las judías y las setas (con múltiples
copias génicas) tienen un contenido elevado de purinas.

■ Recomendaciones alimentarias Lo mejor es considerar dos grupos de alimentos, los que


deben evitarse y los que deben agregarse. En las personas predispuestas, la eliminación o
reducción de determinados alimentos resulta muy útil. Esta estrategia constituye un pilar
fundamental del tratamiento de la gota en los pacientes que no usan alopurinol debido a
efectos adversos o que prefieren tratamientos alternativos. Los pescados y mariscos
grasos contienen cantidades significativas de purinas, aunque también son ricos en ácidos
grasos omega-3, con sus propios efectos beneficiosos. Pueden consumirse con
moderación. Entre los alimentos siempre permitidos destacan los productos lácteos, los
frutos secos, los tubérculos, los huevos y la mayoría de los cereales no incluidos en el
resto de grupos. Los alimentos que deben agregarse comprenden el grupo de las cerezas
y bayas, a saber, alimentos con un color morado o rojo (cerezas negras, uvas moradas,
frambuesas, arándanos y fresas). Se ha propuesto que su acción se debe a la subfracción
de proantocianidina de su contenido en bioflavonoides; se recomienda un consumo diario
mínimo de 250 ml. Como alternativa, puede emplearse un suplemento de
proantocianidina u otro bioflavonoide, aunque deben evitarse los suplementos con
vitamina C añadida. También debe recomendarse el consumo de alimentos con cantidades
significativas de citratos. Las bebidas alcohólicas contribuyen a la acidemia y a la
deshidratación, por lo que deben evitarse. Una excepción quizá sean los vinos tintos,
debido a su contenido en proantocianidina, así como a otros componentes antioxidantes
y antiinflamatorios.

■ Pérdida de peso: Una alimentación basada en un consumo moderado de hidratos de


carbono, así como en un aporte bajo de grasas, sin exceso de purinas, evita la acidosis y
la hiperuricemia. Asimismo, las propias proteínas de origen alimentario no contribuyen
de manera significativa a la producción de urato. Por tanto, los datos disponibles apuntan
a una alimentación baja en grasas que reduce al mínimo el aporte de purinas.

TRATAMIENTO FARMACOLOGICODAVID

■ Antiinflamatorios no esteroideos: Se utiliza indometacina en dosis bajas, si bien puede


sustituirse por cualquier otro AINE, salvo el ácido acetilsalicílico (AAS), que inhibe la
secreción tubular renal de urato. Dosis Puede utilizarse indometacina, 25 mg/día.

■ Corticoides Los corticoides, como la prednisona, también se encuentran disponibles


con fines profilácticos. Estos fármacos tienen efectos secundarios digestivos bien
conocidos y muchos médicos y pacientes prefieren evitarlos en el tratamiento preventivo
de la gota.

■ Alopurinol: El alopurinol también resulta eficaz para reducir la producción de ácido


úrico y permite una mayor excreción de purinas a través de precursores del urato más
solubles. Protege las articulaciones y los riñones. Muchos pacientes no toleran este
fármaco debido a alergia u otros efectos; por tanto, en estos pacientes y en los que no son
susceptibles de usar fármacos de prescripción, Sin embargo, el alopurinol es muy útil en
caso de insuficiencia renal crónica y dificultad para excretar el urato. Los cambios
alimentarios también pueden emplearse en estos sujetos; esta estrategia es coherente con
la indicada para los pacientes que deben seguir la «dieta renal» habitual, ya que las dos
dietas son bajas en nitrógeno. Dosis Alopurinol, inicio con 100 mg/día. Aumentos en 100
mg/día cada semana hasta que la concentración de ácido úrico sea
SUPLEMENTOSDAVID

■ Ácido fólico: El ácido fólico es un inhibidor de la xantina oxidasa que disminuye la formación
de urato. Dosis Pueden emplearse dosis diarias de 5.000 μg (es decir, 5 mg); esto supone unas
10 veces la dosis utilizada con otros fines médicos.

■ Ácidos grasos omega-3: Los ácidos grasos omega-3, presentes en alimentos enteros y formas
suplementarias, son de gran ayuda para controlar el dolor y otros aspectos de la inflamación.
Pueden utilizarse suplementos, como aceite de linaza, aceite de pescado y aceite de onagra. En
relación con los preparados de aceite de linaza, un régimen adecuado es 1-2 cápsulas de 1.000
mg 3 veces al día. También puede sustituirse por aceite de pescado en la misma dosis. En las
mujeres, con la finalidad de beneficiar la salud general, puede considerarse el uso de aceite de
pescado debido a su mayor contenido documentado de vitamina D (beneficioso en la prevención
de la osteoporosis), mientras que en los hombres se recomienda el aceite de linaza rico en
lignano porque la fibra de lignano contribuye a reducir el colesterol (beneficioso en la
prevención de la aterosclerosis).

Dosis Aceites omega-3 (aceite de linaza rico en lignano o aceite de pescado): 3-6 g fraccionados
3 veces al día.

■ Vitamina E: Un suplemento de vitamina E puede utilizarse con fines preventivos. Como


alternativa, los alimentos ricos en vitamina E abarcan los frutos secos y las semillas con un
contenido elevado en grasa (siendo los mejores los granos de girasol), así como el aceite de soja
y cacahuete. Las bayas y las peras, junto con las uvas, también tienen un contenido razonable
de vitamina E. Dosis Vitamina E (tocoferoles mixtos), 400 UI diarias.

■ Evitación del exceso de vitamina C y niacina: Unos suplementos excesivos de vitamina C o


niacina provocan una mayor producción o cristalización de ácido úrico. Las fuentes alimentarias
de vitamina C o niacina no presentan problemas, aunque los suplementos deben evitarse en las
personas con antecedentes de gota o hiperuricemia. También se afirma que la vitamina C es un
suplemento obligatorio por los efectos antihiperuricémicos del folato; las fuentes alimentarias
de ascorbato, como brócoli y fresas (que también poseen un efecto antiartrítico), resultan
adecuadas con esta finalidad.

■ Bromelaína: Una enzima de las bromeliáceas, ejerce efectos antiinflamatorios; su supuesto


mecanismo de acción es la lisis de oligopéptidos inflamatorios. Dosis: 500 mg por vía oral (v.o.)
3 veces al día durante 1 semana, seguido de la mitad de la dosis durante 2 meses. Como
alternativa, pueden consumirse unos 180 g de piña cruda, que contiene enzimas similares, 3
veces al día15.

FITOTERAPIADAVID

■ Ortiga La ortiga tiene algunos efectos antiinflamatorios, presumiblemente por su contenido


antihistamínico. Dosis Se recomienda una dosis de 600 mg/día durante un máximo de 3 meses.
Debe utilizarse el preparado congelado-desecado, no las tinturas con base alcohólica.

■ Cólquico El cólquico o cólchico (Colchicum) es la fuente de la colchicina, que puede ser muy
útil. Dosis Se prefieren dosis de 0,5-0,6 mg/día v.o. del fármaco de venta con receta colchicina.
Precauciones: Los preparados galénicos (hechos en casa o de encargo) de cólquico u otras
fuentes de colchicina son peligrosamente tóxicos y deben evitarse.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

1-MayoClinic (InternET). Rochester (MN): Mayo Foundation for Medical Education and
Research:1998-2019. Sintomas y signos-Gota; 1 marzo 2019 (consultado el 12 de
diciembre del 2019); {aprox. 6 pantallas}. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-
es/diseases-conditions/gout/symptoms-causes/syc-20372897

2- Rakel D. Medicina Integrativa. Ed 2. University of Wisconsin School of Medicine and


Public Health. (consultado el 12 de diciembre del 2019). Disponible en :
file:///C:/Users/karol/Documents/Medicina.Integrativa.David.Rakel%20(1).pdf

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