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Por otro lado, el rango hipotecario está relacionado con el principio prior tempore potior
iure, regulado en el artículo 2016 del código civil “La prioridad en el tiempo de la
inscripción determina la preferencia de los derechos que otorga el registro”; de manera
que el rango no tiene la calidad de un derecho, toda vez que es una consecuencia de la
aplicación de un principio registral; sin embargo, la doctrina en general acepta que el
rango produce derechos (los cuales se evidencian claramente en los procesos de
ejecución de garantías y el orden de cobro).
El Artículo 1112 del Código Civil regula una situación particular, “Las hipotecas tendrán
preferencia por razón de su antigüedad conforme a la fecha de registro, salvo cuando
se ceda su rango” (Lo sombreado en negrita es nuestro).
De la lectura del citado artículo, nuestro el legislador ha previsto que el rango de las
hipotecas, se rige por la inscripción en los Registros. Por otro lado, la forma de
interpretación de la última parte del artículo (salvo cuando se ceda su rango), ha sido
materia de diferentes interpretaciones, al punto de al no ser tan claras, conllevaría a
aceptar que la cesión de rango, conllevaría a una modificación de ella, como se puede
apreciar en la Esquela de Observación del Título N° 4751 del 26/01/11 – Lima “Además
debe tenerse presente que el rango de las hipotecas se determina por la fecha de su
inscripción en el Registro y no por el que se ha determinado en el título constitutivo, salvo
los supuestos de cesión de rango”
Podemos presentar como justificación para el tema de investigación, que si bien existen
estudios respecto a la hipoteca, solo se han detenido a estudiar de forma independiente,
sin tomar en consideración que una vez inscrita la hipoteca, esta goza de un rango, el
cual puede ser materia de disposición.
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Nuestros objetivos son: Determinar las facultades del titular de la hipoteca y los actos de
disposición sobre el rango hipotecario, establecer sus derechos y su esquema de
protección; proponer una solución distinta frente al caso planteado.
Por lo tanto debemos señalar como la pregunta central de esta investigación la siguiente:
¿La cesión de rango hipotecario puede ser considerada como una modificación de
los elementos esenciales de la hipoteca?
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CAPITULO I.
Antes de abordar el tema jurídico respecto a las garantías, es necesario definir el concepto
de riesgo, relacionado con el derecho de crédito. Pues, según Villegas (1998: 9-12), el
riesgo es la contingencia de un daño, de modo que siempre se corre riesgo en toda
actividad humana, específicamente en los créditos, por ello, las garantías prestadas por
las personas, son una forma de transferencia del riesgo de crédito, aunque existe siempre
la responsabilidad del prestamista, la cual no se puede eliminar totalmente.
Dependerá del tipo de riesgo (político, cambiario o empresarial), para que se opte, por una
garantía que disminuya el riesgo de crédito asumido por la persona, entre los que pueden
ser, anticresis, hipoteca, derecho de retención o garantía mobiliaria (Villegas 1998: 22-23).
Entonces ¿Por qué el deudor, otorga una garantía y mejora a su acreedor?; la razón es
porque, el deudor al afectar un bien de su propiedad a favor de su acreedor, disminuye el
riesgo, y aumenta las posibilidades para el acceso al crédito, asimismo, contará con una
tasa de interés privilegiada.
Por tanto, las garantías reales, son derechos reales limitados, accesorios de un crédito,
que confiere al acreedor facultades que aseguran la efectividad del crédito sobre la cosa
misma (Peña 1999: 45-46):
La hipoteca, genera un poder directo e inmediato sobre el bien hipotecado, con eficacia
erga omnes cuando accede al Registro correspondiente; no obstante, respecto su
naturaleza, esta puede ser defendida desde dos posiciones: la naturaleza real y la
naturaleza personal u obligacional.
Desde el aspecto de su ubicación, puede ser entendida como un derecho real, por ejemplo
en el Código Civil Argentino (de Velez Sarsfield), en sus artículos 2503 y 3108, lo localizan
dentro del Libro III, Título XIV “sobre Derechos Reales”, a semejanza con nuestra
legislación, que lo ubicamos dentro del Libro V, Sección IV, Título III, “Derechos Reales
de Garantía”, tendencia que nos lleva a reconocer la esencia jurídica real del derecho de
hipoteca.
Sin embargo, existe otra forma de ubicación del derecho de hipoteca en los códigos civiles
de otras legislaciones, por ejemplo en el Código civil de España, la hipoteca se encuentra
en el Libro IV, Título XV “De los Contratos de Prenda, Hipoteca y Anticresis”, por otro lado,
en el Código Civil Francés, claramente define a la hipoteca, como un derecho real, en su
artículo 2114.1, no obstante, no lo ubica en el Libro II “Des Bienes, et des différentes
modifications de la propriété”, propio de los derechos reales; sino todo lo contrario, pues
lo ha ubicado en el Libro III, referido a los modos de adquirir la propiedad “Des différentes
maniéres dont on acquiert la propriété”, junto con la sucesión, la donación, el testamento,
los contratos, las obligaciones el privilegio y la prescripción.
Por otro lado, el artículo 2808 del Código Civil Italiano, no define a la hipoteca como
derecho real (La hipoteca atribuye al acreedor el derecho de expropiarla, aun frente de
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tercer adquiriente, los bienes vinculados en garantía de su crédito y de ser satisfecho
con preferencia sobre el precio obtenido de la expropiación).
Incluso, el BGB no habla de derecho real al definir la hipoteca, sino que utiliza el termino
gravamen, conforme el parágrafo 1113 “Una finca puede ser gravada de forma que
aquel a cuyo favor se constituye el gravamen se le debe pagar una determinada
cantidad de dinero a cargo de la finca para la satisfacción de un crédito existente a su
favor”.
Sin embargo, por muchos conceptos que el legislador desarrolle para tratar de justificar
la naturaleza real u obligacional de la hipoteca; no es su labor, ni de la norma jurídica,
definir un instituto o su naturaleza jurídica, sino que debe enfatizarse en los efectos y
régimen como tales (Bravo 1998: 300).
La doctrina que sostiene a la hipoteca como una obligación, se remonta al siglo XIX
en tierras alemanas, toda vez que Buchel (Citado por Bravo 1998: 375), apoyado en
la literalidad del término romano obligatio rei, consideró que la hipoteca se encuentra
dentro del ámbito del derecho de las obligaciones, con la salvedad de que la deuda
esta exclusivamente referida a los bienes hipotecados.
Según este autor, la obligatio rei (obligación de la cosa), la cosa debe y responde, toda
vez que la obligación es inherente al bien gravado (1998: 376); no obstante, la postura
que contradice esta doctrina (que sostiene que la cosa es deudora y que está obligada
a cumplir), es aquella que no admite la posibilidad de que la titularidad de la obligación
se encuentre en el mismo bien, dado que este solo podrá ser objeto, pero no un sujeto
(calidad que se encuentra reservada a las personas físicas o jurídicas).
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desamparo del predio afectado por el gravamen hipotecado (artículo 1122 del Código
Civil) .
Por otra parte, Domenico Rubino (1998: 315), define a la hipoteca como una relación
jurídica compleja, en el que emana una serie de poderes y efectos, que se encuentran
en una íntima relación.
Conforme a lo antes dicho, esta relación base, no permanece siempre así, sino que
depende de la situación, la relación puede ampliarse, por ejemplo: el acreedor puede
tener una triple relación, a) la relación del acreedor con el deudor; b) la relación del
acreedor y un tercer adquiriente o tercer poseedor; c) la relación del acreedor con otros
acreedores (rango hipotecario) (1998:315).
Se considera a la hipoteca inmobiliaria, como la reina de todas las garantías reales, por la
seguridad que otorga, al recaer sobre un bien inmueble, cuyo valor se supone que
mantendrá su estabilidad (Díez Picazo 2012: 379), no obstante, no solo da seguridad, sino
que además, la hipoteca otorga los derechos de persecución y preferencia (Papaño, Kiper,
Dillon y Cause 2004: 63).
En el caso peruano, la hipoteca es regulada en el Art. 1097 del Código Civil “Por la
hipoteca se afecta un bien inmueble en garantía del cumplimiento de cualquier
obligación, propia o de un tercero. […]”.
Sin embargo, un concepto que alberga todas las potenciales posibilidades del derecho
real de hipoteca, es aquella que considera a la hipoteca como una garantía de
realización del valor, constituido sobre bienes inmuebles y caracterizados porque no
hay desplazamiento de la posesión, sino una sujeción registral (Peña 1999: 109-110).
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1.4. Estructura de la Hipoteca.
1.4.1. El Sujeto.
Sin embargo, el hipotecante, debe cumplir con ciertos requisitos, para que la garantía
sea validad, por ejemplo:
- Que el bien hipotecado, pertenezca al que la hipoteca Art. 1099 inc. 1 “Que
afecte el bien el propietario […]”, de modo, que la Ley exige, que la hipoteca lo
lleve a cabo el propietario del bien, no obstante, no exige que el hipotecante,
sea el deudor de la obligación (Díez Picazo 2012: 420).
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- En el caso de los padres, podrán realizar actos de disposición
sobre los bienes de sus hijos, previa autorización judicial Art.
447 del Código Civil y Art. 109 y 110 del Código de los Niños y
Adolescentes.
1.4.2. El Objeto.
Respecto a los bienes que pueden ser hipotecados, de conformidad con el Art.
1097 y 1106, recae por definición sobre bienes inmuebles y se extiende a todas
las partes integrantes y accesorios del bien hipotecado, salvo pacto distinto Art.
1101.
- Quedan excluidos del ámbito del objeto de la hipoteca, los objetos muebles que
se hayan colocados en el bien, partes integrantes que puedan ser separadas
sin menoscabo del bien.
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