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Poesías para el día de la Biblia

Dos faros La Biblia


Hay en la vida cristiana Justa, explícita y sin velo
dos faros orientadores es la ley de mi Señor.
para guiar a las almas A los tristes da consuelo
hacia Dios. y los libra del dolor.

Un faro Su palabra revelada


es el santo Libro divino es raudal de puro amor,
que señala a los mortales donde el alma atribulada
a Cristo, el único camino. beber puede a su sabor.

El otro faro Mira, pues, mortal, al cielo


es un pecador convertido que allí está tu Redentor.
que muestra con su vida Para siempre cese el duelo;
que Dios lo ha redimido. ¡haz la paz con tu Señor!

Canto a la Biblia El niño y su Biblia


La Biblia es una lámpara que ilumina Mi Biblia santa, libro querido,
la oscura senda del caminante. todos los días quiero leerte.
Vivir ansío a ti unido,
La Biblia es aire fresco que se respira, para leerte, para entenderte.
y al alma ofrece una vida sana.
Biblia querida, palabra santa
La Biblia es despensa llena de vitaminas de quien adoro, el Dios de amor.
que vigoriza a los redimidos. Por ti mi alma hoy sólo canta
A Jesucristo, mi Salvador.
La Biblia es oleo santo que cura y calma
la cruel herida del sufrimiento. Anhelo siempre que tú me cuentes
la hermosa historia de mi Señor.
La Biblia es fiel consejera Sé mi guía y sé la fuente
que infunde aliento con sus promesas. donde se sacie mi corazón.

La Biblia es el gran tesoro


que embellece la senda mía.
Para mí la Biblia es... Para todo ser humano
habrá galardón sagrado.
Para mí la Biblia es, Quien la lea y la guarde
en mi trance peregrino, será siempre bien premiado.
lámpara junto a mis pies
Y lumbrera a mi camino. Es deseable su lectura
más que el oro, más que miel.
Es también como martillo Es preciso que el hombre
que a la roca parte en dos. La conserve, siendo fiel.
Es un tesoro escondido,
dádiva es de nuestro Dios. Para mí la Biblia es,
en mi trance peregrino,
Es cual lluvia que fecunda lámpara junto a mis pies
a la tierra noche y día. y lumbrera en mi camino.
Así la Palabra abunda
y no vuelve a Dios vacía.

Es la espada de dos filos


que penetra al corazón.
Es espejo que revela
nuestras faltas, cuáles son.

Es un fuego que consume


lo más vil del pecador; Al Libro inmortal
quien en humildad se rinde
al bendito Salvador. Hay un libro de potencia
que transforma el alma mía.
A mi Dios siempre ruego Es un libro cuya esencia
que me guarde de pecado, trae paz a la conciencia,
que su vara me corrija gozo y dicha a la existencia,
y me aliente su cayado. ¡y fulgor a la poesía!

No tengo informe de las fuentes de estas poesías. – http://hermanamargarita.com y http://misperlitas.wordpress.com

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