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CONCIENCIA Y CONDUCTA

Conciencia

La conciencia es un producto de la actividad cerebral, pero también ponen de manifiesto


que muchas de las actividades de las neuronas cerebrales no van acompañadas de la
conciencia (Zumalabe, 2016). La conciencia significa:

 “Tener conocimiento”
 “Saber de”
 “Percibir”
 “Darse cuenta de”

Estar consciente implica estar despierto, tener conocimiento de uno mismo y del medio;
esta capacidad tiene dos componentes: uno perceptual y otro motor.

Mediante la percepción, el sujeto extrae información del mundo a través de los órganos
de los sentidos; el componente motor le permite prepararse para iniciar y ejecutar una
acción.

Las estructuras relacionadas con la conciencia son: el locus coeruleus, el lóbulo frontal,
el lóbulo parietal y el tálamo. Estudios recientes muestran que la corteza prefrontal media
(CPFm) es la encargada de tener conciencia de uno mismo, es decir: “Narciso se mira en
el agua y sabe que es Narciso el que se refleja”. Por otra parte, la corteza prefrontal
dorsolateral (CPFdl), está relacionada con la conciencia de los otros.

Desde el punto de vista neurobiológico, existen estructuras cerebrales implicadas en la


conciencia de nuestra integración corporal (sensitiva y motriz), es así que nuestro cerebro
está dotado con un mapa mental en forma de hombrecillo deforme (homúnculo de
Pendfield), por medio del cual se representan las regiones del cuerpo y sus órganos gracias
al cual podemos identificar cómo están distribuidas las secciones de nuestro cuerpo (de
manera conciente e inconciente). Las áreas encargadas de la sensibilidad se encuentran
especialmente (aunque no de forma única) en el lóbulo parietal (corteza somatosensorial);
el mapa motor se localiza en el lóbulo frontal (corteza motora). Aquellas personas que
han sufrido la amputación de alguno de sus miembros pueden presentar referir dolor o
prurito como si la extremidad continuara en su sitio, este fenómeno es conocido como
síndrome del miembro fantasma, en este sentido, es probable que el cerebro se encuentre
en un estado de activación de la estructura que se perdió, por lo que la persona identifica
que aún la tiene o que le genera molestias (Gutiérrez, Ortíz, Follioux, Zamora, & Petra,
2017).

Conducta

Cerebro y conducta parece ser el sucesor del famoso dualismo cartesiano ´´cuerpo-alma´´,
donde el cerebro es el componente físico o biológico y la conducta el aspecto mental o
psicológico. A pesar de su antiguo origen, la dicotomía ´´cuerpo-alma´´ no termina de
resolverse en la actualidad. Se sigue trazando una línea entre ambos conceptos, como si
fueran aspectos independientes y alejados entre sí.

¿Cuál es el objetivo final de nuestro cerebro?

Relacionar determinados sucesos cerebrales conciertas conductas. Un mismo


comportamiento puede desencadenarse por mecanismos fisiológicos distintos: puedes
beber una cerveza porque tengas sed o bien, porque te sientas estresado y quieres
aprovechar su poder embriagante.

El cerebro es un órgano flexible y cambiante, que evoluciona a lo largo de la vida y se


adapta a las particularidades de cada entorno. Así, la relación cerebro y conducta se ve
modulada por diferentes aspectos como:

 El ambiente: el entorno que nos rodea influye en el cerebro y la conducta.


 La filogenia: Herencia de la especie.
 La genética: Como y cuando se van a ir desarrollando las distintas partes de nuestro
cerebro según la herencia familiar.

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