Está en la página 1de 10

TEMA 5.

FORMAS NO PERSONALES DEL VERBO II: LOS INFINITIVOS

A) MORFOLOGÍA

Infinitivo activo pasivo


Presente ama-re ( amar ) ama-ri ( ser amado )
duc-i (ser guiado)
Pretérito amav-isse ( haber amado ) amatum,-am,-um esse ( haber sido amado )
amatos, -as, -a
Futuro amaturum,-am,-um esse (ir a amar) amatum iri (ir a ser amado)
amaturos,-as,-a amandum,-am,-um esse (haber de ser amado)
amandos, -as,-a

Los infinitivos de presente se forman sobre el tema de presente añadiendo el sufijo –re (en activa) y –ri
(en pasiva), salvo los verbos de la tercera que añaden en pasiva –i; los de la cuarta en -i breve, no
añaden desinencia: capio > capi.

El infinitivo de pretérito activo se forma añadiendo el sufijo –isse al tema de perfecto; el infinitivo
pretérito pasivo se forma con el participio de pretérito en acusativo + el infinitivo del verbo sum.

El infinitivo de futuro activo se forma con el participio de futuro activo en acusativo + el infinitivo del
verbo sum. El pasivo tiene dos formas: supino + iri / participio de futuro pasivo en acusativo +
infinitivo de sum.

B) SINTAXIS
El infinitivo es un sustantivo verbal de género neutro.
Como sustantivo, puede desempeñar las funciones de sujeto, atributo y complemento directo.
Como verbo, tiene las categorías de tiempo y voz y puede llevar complementos.

1. INFINITIVO CONCERTADO:

a) Infinitivo sujeto o atributo: la construcción más frecuente es con el verbo sum en tercera persona o
con verbos y expresiones impersonales.
errare humanum est
inf. pres. atributo V
suj
b) Infinitivo como CD: dependiendo de verbos como cupio, volo, iubeo, scio, possum, soleo, doceo, etc…:

Hannibal Romanos vincere cupiebat


N.Suj Ac.CD Inf. V
CD

2. INFINITIVO NO CONCERTADO:

El infinitivo también puede funcionar como núcleo verbal de una oración con un sujeto propio en
acusativo. En este caso el infinitivo y su sujeto forman una oración subordinada de valor sustantivo en
función de sujeto o complemento directo del verbo principal:

ego volo te mecum in forum venire

Para traducir este tipo de oraciones, debemos colocar en primer lugar la conjunción subordinante
sustantiva “que” inmediatamente detrás del verbo principal:
Yo quiero que
A continuación, traducimos el acusativo-sujeto como si estuviera en nominativo, es decir, sin
preposición: Yo quiero que tú

Después del sujeto, traducimos el infinitivo como una forma personal, según la siguiente distribución:
- el infinitivo de presente se traduce por presente o imperfecto de ind./subj.
- el infinitivo de pretérito se traduce por pret.perfecto o pluscuamp. de ind/subj.
- el infinitivo de futuro se traduce por futuro o condicional.
En nuestro ejemplo: Yo quiero que tú vengas

Finalmente, traducimos los complementos del infinitivo, si los hubiera:


Yo quiero que tú vengas conmigo al foro

La oración subordinada sustantiva de infinitivo tendrá función de sujeto cuando dependa de verbos y
expresiones de carácter impersonal (licet, oportet…).
Legem esse breve oportet
ac.suj inf.pres. ac.atrib. V
______________________ _______
OR.SUB.SUST.SUJETO PV

La oración subordinada sustantiva de infinitivo tendrá función de complemento directo cuando vaya
introducida por verbos de lengua (dico, nuntio…), entendimiento (puto, credo…), voluntad ( volo,
iubeo…) o de los sentidos ( video, audio…).

Atenienses credebant Socratem corrumpere iuventutem


nom. pl. V ac. SUJ INF INF. V ac.CD
______________________________________
OR.SUB.SUSTANTIVA CD
_____________ _____________________________________________________
SUJ P.V.

Si el sujeto del infinitivo es el mismo del verbo principal en 3ª persona, se representa por el reflexivo
se ( él, ella, ellos, ellas). Si es distinto, se pone eum, eam, eos, eas (él, ella, ellos, ellas)

EJERCICIOS

1.- Escribe los infinitivos de los verbos:

vulnero, -avi, -atum


iacio, ieci, iactum
condo, condidi, conditum
moveo, movi, motum

2.- Analiza y traduce las oraciones:

Credo Deos esse, fuisse et futurum esse semper.


Licet patrem filium traditorem necare.

Puer dicit se magistro semper parere.

Necesse est hinc me abire

Illi dicebant se semper amicos populi Romani fuisse.

Caesar iubet hostes Romam duci.

Ille dubitabat Vulcanum deum fabrorum fuisse.

Aemilia arbitratur hoc annulum a viro suo emptum esse.

Constat ad salutem civium inventas esse leges

Ceres sciebat filiam a Plutone raptam esse.

Legatus nuntiabit castra ab hostibus captura esse.

Cives credebant hostes urbem capturos esse.

Putasne te a magistro laudatum iri?

Dux credebat oppidum a Romanis celeriter deletum iri.


El general ordena que las legiones ataquen el campamento.

La madre sabe que el hijo no ha escrito esas letras tan hermosas.

El hijo dice que él no se ha dormido en clase.

El siervo oye que alguien llama a la puerta.

ORACIONES SUBORDINADAS II. SUBORDINADAS SUSTANTIVAS

Funcionan como un sustantivo: sujeto, CD o atributo.


Funcionan como sujeto cuando dependen de un verbo o expresión impersonal: decet, licet, oportet,
accidit, necesse est, etc..
Funcionan como complemento directo cuando dependen de verbos de lengua (dicere, negare, loqui..),
entendimiento (putare, scire, existimare, credere…), sentidos ( audire, sentire, videre…) o voluntad
(iubere, monere, velle…).

Las hay de tres clases:

1.- DE INFINITIVO

El sujeto va en acusativo y el verbo en infinitivo: Necesse est homines iustos esse

2.- INTRODUCIDAS POR CONJUNCIÓN

Siempre con el verbo en modo subjuntivo. Las conjunciones que introducen oraciones subordinadas
sustantivas son:
UT (“que”) y su negación NE (“que no”) Dominus servum monet ut sibi pareat.
Puer timebat ne medicus veniret.

Cuando la oración sustantiva que introducen depende de un verbo o expresión de temor, las
conjunciones invierten sus valores: UT> “que no” ; NE > “que”.
QUOD (“que”, “el que”, “el hecho de que”) Praetereo quod tunc consul esses.

3.- INTERROGATIVAS INDIRECTAS


Dependen de un verbo que signifique “preguntar” o de significado análogo ( quaerere, rogare,
dubitare, nescire, scire…). Llevan el verbo en subjuntivo, pero se traduce en indicativo. Pueden ser:
SIMPLES: TOTALES: preguntan por todo el enunciado; esperan respuesta sí o no. Van introducidas
por las conjunciones: -ne, num, an, nonne (si): Pater puero quaerit cognosceretne signum.
PARCIALES: preguntan por una parte del enunciado. Van introducidas por pronombres
o adverbios interrogativos (quis, quae, quid; ubi, unde, quo…):
Quis ostium pulsat? Nescio quis ostium pulset.
Ubi est? Nescio ubi sit.

DOBLES: introducidas por conjunciones: utrum, -ne (si) ……….an (o ), necne (o no)
Lidia a Medo quaesivit utrum pecuamiam domini rapuisset necne.

Identifica las oraciones subordinadas sustantivas, indica a qué tipo pertenecen y su función y
tradúcelas.

- Incolae timebant ne hostes impetum facerent.

- Mater nesciebat unde venisset filia et quo iret.

- Numantini Romae rogabant ut auxilium eis mitteret.

- Difficile est amicitiam usque ad mortem permanere.

- Nescio quid egerit nec unde venerit.

- Hannibal iuravit se hostem fore populo Romano.

- Dux nuntiat hostes flumen transiisse.

- Sol efficit ut omnia floreant.

- Caesar captivos interrogavit quam ob rem Galli impetum non fecissent.

- Consul nuntiavit Romanos ab hostibus victos esse.

- Manlius Torcuatus filium suum, quod is contra imperium pugnaverat, necari iussit.

- Gaudeo hostes ab exercitu nostro fugatos esse.


- Accidit ut domi non esset.

- Ex me quaerunt ubi essem ; respondi me domi fuisse.

- Caesar captivos interrogavit quam ob rem Galli impetum non fecissent.


LITERATURA LATINA V. LA HISTORIOGRAFÍA
Características generales
La historiografía es la disciplina que tiene por objeto la reconstrucción y la interpretación de los
hechos históricos. Como género literario nació en Grecia en el s. V a.C pero en Roma, las primeras
obras históricas de las que tenemos noticia datan de fines del siglo III a.C. (época del enfrentamiento
con Cartago); se conoce a estos autores con el nombre de “analistas” y a sus obras “Annales”:
narraciones históricas que siguen un orden cronológico estricto año por año. Se extienden hasta la
época de Sila y las primeras estaban escritas en griego (Fabio Píctor). Más tarde se escribirán en latín
(Catón , Polibio...).
Desde su mismo origen, la obra de los historiadores romanos estará vinculada al poder político: sus
autores son miembros de la clase dirigente y defenderán los intereses particulares de esta clase.
Anima la obra de los historiadores romanos una clara intención didáctica y propagandística y un gran
apego a la tradición: el sistema educativo romano inculcaba a los jóvenes la reverencia por los
ejemplos del pasado y la fidelidad al sistema de valores de los antepasados.
La historiografía es una de las fuentes esenciales que sirven de expresión al pensamiento romano,
además de representar una de las manifestaciones más genuinas de su genio literario. De hecho las
obras historiográficas escritas en latín son un modelo de prosa artística y están caracterizadas por
una cuidada estructura periódica, un vocabulario elevado y una intencionada disposición dramática
de lo narrado.

Principales representantes
Como queda dicho, la primera historiografía en Roma la constituyen los Analistas Antiguos (finales
del siglo III a.C), un grupo de nobles romanos que se pusieron a narrar en griego los acontecimientos
relevantes de la Historia de Roma en el contexto de la II Guerra Púnica, con la intención de dar el
punto de vista romano a la comunidad culta de la época, que hasta entonces sólo conocía la versión
cartaginesa de los hechos. De estos textos, poco destacables literariamente, pero que pretendían ser
verídicos, no se ha conservado nada, salvo las referencias que hacen a ellos autores posteriores.

Tras ellos ya nos encontramos con los historiadores clásicos de finales de la República y comienzos de
época imperial:

Julio César (100-44 a.C.): Nacido en el año 100 a.C. en el seno de una familia de clase noble aunque
estuvo siempre asociado al partido de los “populares” por su boda con la hija de Cina y su parentesco
con Mario. Su positiva gestión de la Hispania Ulterior, a donde había ido como propretor, y su
reputación como general le permitieron aliarse con los dos personajes más influyentes del momento:
Pompeyo (el vencedor de Mitrídates del Ponto) y Craso (la mayor fortuna de Roma) formando el
llamado “primer triunvirato”. Fruto inmediato de este acuerdo fue la obtención del consulado (59 a.C.)
durante el cual se dedicó a favorecer los intereses de sus aliados y el suyo propio. Al año siguiente
tomó a su cargo el gobierno de Iliria, la Galia Cisalpina (norte de Italia) y la Galia Transalpina (sur de
Francia) en calidad de procónsul, consiguiendo que se le prorrogara el mando por cinco años más.
Durante estos años emprendió la conquista sistemática de toda la Galia, enviando además algunas
expediciones a Germania y Britania, aunque sin ánimo de conquista.
Entre tanto la situación en Roma empeoraba por momentos. Craso había muerto guerreando contra
los partos; las relaciones entre César y Pompeyo comenzaban a debilitarse; había bandas rivales que
sembraban el terror; las revueltas callejeras eran continuas y sangrientas. Para evitar males mayores
el Senado decidió nombrar a Pompeyo cónsul único. En la Galia estalló una violenta insurrección
(52a.C) capitaneada por el jefe galo Vercingétorix, pero César logró sofocarla consiguiendo con ello la
pacificación definitiva de toda la Galia. Su mandato como general expiraba por lo que quería pedir el
consulado para el año siguiente. Para ello debía solicitarlo en persona y acercarse a Roma como
particular era peligroso, pues sus enemigos esperaban para procesarle o atentar contra él. Tras
infructuosas negociaciones, el cónsul Marcelo ordenó que licenciara su ejército; Pompeyo, siempre
vacilante, terminó por ponerse de parte de los enemigos de César. Ante esta disyuntiva, César se negó
a disolver el ejército y atravesó el Rubicón con sus legiones dando así comienzo a la guerra civil. El
Senado puso a Pompeyo al frente de las legiones de la República. La guerra se resolvió a los tres meses
con la batalla de Farsalia en la que el ejército pompeyano fue aplastado por las legiones de César.
Nombrado cónsul único, no regresó a Roma inmediatamente sino que se dirigió a Alejandría y al
Ponto. Los restos de los pompeyanos fueron derrotados en Tapso primero y en Munda después. De
regreso a Roma fue nombrado dictador por 10 años y celebró sus victorias con cuatro magníficos
triunfos. Entonces se dedicó a asuntos administrativos: reformó el calendario, embelleció la ciudad
con nuevos edificios, aumentó el número de senadores y trató amablemente a los vencidos, repartió
trigo y alimentos entre la plebe a la que obsequió con magníficos espectáculos y juegos, repartió
tierras entre los plebeyos, envió colonos a las nuevas provincias... Tenía numerosos proyectos pero
una conjuración de senadores republicanos encabezada por Bruto y Casio acabó con su vida el año 44
a.C. el día 15 de marzo (los idus de marzo). Murió cosido a puñaladas a los pies de la estatua de
Pompeyo; las revueltas producidas a su muerte serán motivo de una nueva guerra civil.
Obra:
La Guerra de las Galias (Comentarii de Bello Gallico): Con documentación precisa y su experiencia
personal, César escribió, en tercera persona, un conjunto de notas, una especie de diario de campaña
de la guerra que él mismo llevara a cabo en la Galia desde el año 58 hasta el 52 a.C. Tras una
descripción geográfica de la Galia el autor va siguiendo sus conquistas y enfrentamientos con los
diversos pueblos galos, narrando los acontecimientos año por año, como la antigua analística. Su
relato está lleno de inexactitudes, verdades a medias y autopropaganda.
La Guerra Civil ( Comentarii de Bello Civili): empieza narrando las causas de la guerra y los intentos
fracasados de reconciliación con Pompeyo. Luego narra los distintos episodios de la guerra civil que le
llevó a enfrentarse con Pompeyo (años 49 y 48 a.C.) terminando en la muerte de Pompeyo.
Descripciones geográficas, explicaciones de táctica militar, trabajos de fortificación e ingeniería se
presentan con tanta viveza y realismo que tienen la virtud de llevar al lector al campo mismo de
batalla. Escribe en una prosa latina clara y elegante, sin arcaísmos, sin vulgarismos ni barroquismos.
Inserta numerosos discursos en el relato, casi siempre en estilo indirecto, con lo que logra romper la
monotonía del relato de acciones bélicas.

Salustio (86-35a.C.): contemporáneo de César, de quien fue amigo y colaborador. Prefirió centrarse
en episodios concretos de los que fue testigo directo o que pudo documentarse con exactitud para
extraer de ellos las pertinentes conclusiones y aplicarlas al acontecer de su tiempo.
Obra:
La Conjuración de Catilina (De Catilinae coniuratione): narra el intento fallido de revolución
protagonizado por Catilina y otros nobles romanos y que fue descubierta por el cónsul Cicerón y
reprimida con dureza. El ambiente corrupto de la época está perfectamente descrito y comentado.
La Guerra de Yugurta (Bellum Iugurthinum): narra la guerra de Roma contra el rey de Numidia,
Yugurta, que tuvo lugar entre los años 111 y 105 a.C. Al ser procónsul en Numidia en el 46, tuvo
acceso a las fuentes y al marco geográfico del conflicto.
Salustio es deudor de Tucídides: no le basta con narrar los acontecimientos, tiene que explicarlos y
analizar los factores que los determinan. Relata lo esencial, pero si tiene que trazar algún retrato, y los
hay sobresalientes, lo hace al detalle, porque piensa que es necesario para entender las reacciones y
actitudes del personaje retratado. De igual modo, los discursos en estilo directo están al servicio de
una mejor comprensión de los acontecimientos.
Su lengua está llena de arcaísmos, empleos poco usuales del infinitivo (infinitivo histórico) y otros
recursos estilísticos que buscan llamar la atención del lector.

C. Nepote (c.100-c.25 a.C.): amigo personal de Ático y Cicerón, prefirió la carrera de las letras a la
política.
De Viris Illustribus: vidas de reyes, generales, jurisconsultos, oradores, filósofos, etc , romanos y no
romanos de todas las épocas.

Tito Livio (59 a.C-16d.C): contemporáneo de Augusto, al margen de cargos y honores públicos,
aunque republicano de corazón, se dedicó al estudio de las letras. Volcó toda su actividad en una tarea
ingente: escribir la historia de Roma desde su fundación: Ab Urbe Condita Libri. Constaba de 142
libros, hasta el año 9 d.C. y estaba dividida en grupos de 10, llamados décadas. Se han conservado la 1ª
década: desde los orígenes hasta la guerra contra Pirro. La 3ª década: la segunda Guerra Púnica. La 4ª
y mitad de la 5ª: hasta el 157 a.C.
Con materiales a veces de segunda mano o de obras de autores que no conocemos bien, compuso de
forma rápida una historia que, aunque no muy original ni muy crítica, sí es completa e imparcial, hasta
cierto punto. Sigue la línea del ideal augústeo de mirada al pasado, de renacimiento de valores
antiguos como clave para la regeneración que Roma necesita. Traza el retrato del romano ideal:
heroico, trabajador, constante, amante de la tradición, respetuoso con los dioses; el fatum ( el destino)
cuyos hilos parecen mover los dioses, está presente en el propio devenir histórico y se utiliza para
explicar determinados acontecimientos. En Livio las explicaciones y análisis de las causas son escasos.
Su estilo no es homogéneo, dada la extensión de la obra: no resulta ni tan claro como César, ni tan
complejo como Salustio ni tan simple como Nepote.
Los historiadores de época imperial:

Tácito (56 - c.117): personaje de familia noble y político activo que desempeñó todos los cargos del
cursus honorum. Obra:
Vida de Agrícola: biografía de Julio Agrícola y de sus campañas en Britania.
Germania: descripción y relación de las diversas tribus germánicas.
Historias: historia del periodo 69-96: luchas por el poder a la muerte de Nerón y reinado de la
dinastía Flavia (Vespasiano,Tito y Domiciano).
Anales: descripción del periodo14-68, esto es, de la época de los Julio-Claudios (Tiberio, Calígula,
Claudio y Nerón).

Tácito cree que la historia debe tener una función moralizante. Intenta ser frío y objetivo pero en los
Annales derivó hacia un pesimismo que le hizo vivir la historia como una especie de drama: fustigó el
régimen imperial, condenó la violencia, repudió la servidumbre de los senadores, detestó la
vulgaridad e incultura de la plebe.
Cree también que la historia ha de ser una obra científica: los hechos tienen una explicación que ha de
investigarse y expresarse. El historiador no es sólo un narrador, es un investigador que debe ser
imparcial. Él fue un gran investigador: manejó las fuentes con cautela, acudió a los datos de quienes le
habían precedido, tomó datos de testigos oculares y de protagonistas de episodios concretos y se
documentó en los archivos senatoriales (acta senatus), los diarios oficiales ( acta diurna populi
Romani) y los archivos de palacio (Comentarii principum).
Cree por último que la historia puede ser también documento literario; los hechos pueden exponerse
en forma atractiva y bella. Tácito sorprende por su brevedad y concisión extremas: el lector se ve
obligado a sobreentender e interpretar para llegar a lo que realmente quería decir el autor.

Suetonio (75-160 d.C.): su obra Vida de los doce césares consiste en doce biografías desde Julio
César hasta Domiciano, escritas en un latín no muy elegante, pero de comprensión relativamente fácil.
Suetonio nos lleva al dormitorio de los emperadores; nos los enseña en su vida cotidiana, con sus
manías, sus vicios, sus pasiones ocultas. Describe el entorno palaciego subrayando la anécdota, el
rumor, el cotilleo. Comienza generalmente con un retrato físico para luego ir a sus facetas de individuo
y hombre público.

Comienzo de La Guerra de las Galias


Gallia est omnis divisa in partes tres, quarum unam incolunt Belgae, aliam Aquitani, tertiam qui
ipsorum lingua Celtae, nostra Galli appellantur. Hi omnes lingua, institutis, legibus inter se differunt.
Gallos ab Aquitanis Garumna flumen, a Belgis Matrona et Sequana dividit. Horum omnium fortissimi
sunt Belgae.(César)

César sigue de cerca el movimiento de los helvecios.


Postero die castra ex eo loco movent. Idem facit Caesar equitatumque omnem, ad numerum quattuor
milium, quem ex omni provincia et Haeduis atque eorum sociis coactum habebat, praemittit, qui
videant quas in partes hostes iter faciant.

Desigual comportamiento de los secuanos ante César


Hac oratione ab Diviciaco habita omnes qui aderant magno fletu auxilium a Caesare petere coeperunt.
Animadvertit Caesar unos ex omnibus Sequanos nihil earum rerum facere quas ceteri facerent sed
tristes capite demisso terram intueri. Eius rei quae causa esset miratus ex ipsis quaesiit.

Ante las peticiones de sus soldados, Marcio Rufo ordena a los comandantes de las naves tener estas
preparadas al anochecer
His rebus cognitis, Marcus Rufus quaestor in castris relictus a Curione cohortatur suos ne animo
deficiant. Illi orant atque obsecrant ut in Siciliam navibus reportentur. M. Rufus pollicetur
magistratisque navium imperat ut primo vespere omnes scaphas ad litus appulsas habeant.

César narra en estas líneas la gratitud que se le demuestra por su generosidad.


Eo concilio dimisso, idem principes civitatum qui ante fuerant ad Caesarem reverterunt petieruntque
uti sibi secreto in occulto de sua omniumque salute cum eo agere liceret. Ea re impetrata sese omnes
flentes Caesari ad pedes proiecerunt.
El rapto de Perséfone
Pluton petivit ab Iove ut Proserpinam, filiam eius et Cereris, in coniugium daret. Iuppiter negavit
Cererem passuram esse ut filia sua in Tartaro tenebricoso esset, sed iussit eum rapere eam flores
legentem in monte Aetna, qui est in Sicilia. In quo Proserpinam dum flores cum Venere et Diana et
Minerva legit, Pluton quadrigis venit et eam rapuit. (Higino)

También podría gustarte