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Ser mujer significa ser femenina y cariñosa. Ser hombre significa ser fuerte y
no llorar nunca. ¿¿¿????¿Estáis de acuerdo? ¿Quién ha dicho esto? ¿Una mujer no
puede ser fuerte? ¿Un hombre no puede ser cariñoso? ¿De donde viene esta
confusión? ¿Por qué los papeles de hombres y mujeres están determinados a priori?
Vamos a analizar detenidamente de dónde vienen las diferencias atribuidas
tradicionalmente a hombres y mujeres y que son el origen de las discriminaciones que
sufren numerosas personas por cuestión de su sexo.
En la siguiente imagen podemos ver una obra de Jana Sterback que nos
plantea los mismos interrogantes. Sobre un cuerpo de mujer ha colocado una prenda
transparente a la que ha añadido vello masculino. Es una declaración directa de que
una mujer tiene las mismas actitudes y comportamientos que el hombre, es libre de
elegir su identidad, es fuerte e independiente y no tiene porque someterse a las
normas que el género le impone.
Es una broma visual que nos habla de cómo el lenguaje y la cultura de las
imágenes transmiten, a veces sin que nos demos ni cuenta, una serie de normas y
prejuicios que encasillan a los individuos en las actitudes y comportamientos que se
consideran adecuados. El cuerpo es muy importante y como tal hay que valorarlo pero
sin dejar que su conformación sexual dictamine las relaciones entre los individuos.
1. Lenguaje sexista. El lenguaje transmite los estereotipos. Haz una lista con
todas las palabras que conozcas y que piensas que contribuyen a asignar un
papel determinado a hombres y mujeres. Compara esta lista con la de tus
compañeros y entre todos elaborad un diccionario de términos sexistas. Podéis
hacer un póster y colocarlo en el aula y cuando en clase alguien utilice uno de
esos términos analizar cuál ha sido el contexto y si al hacerlo estaba
transmitiendo ideas preconcebidas hacia el sexo femenino o masculino.