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RECURSO ORDINARIO DE APELACIÓN

Profesor: Orlando Daniel Guillén

GUÍA DE LA CLASE
SUMARIO:
I. Concepto. Objeto. Importancia.

II.- Diferencias con los recursos extraordinarios.


III.- Fundamentos del instituto de la apelación.
IV.- Ventajas e inconvenientes de la apelación
V.- Resoluciones apelables. Reglas de la apelabilidad.
Diferencias de la apelabilidad entre el CPCCN y el CPCMza.
VI.- Presupuestos para la procedencia de la
apelación. Sujetos de la apelación. Quiénes pueden apelar. Requisito
del interés para apelar.
VII.- Plazos para interponer el recurso.
VIII.- Forma de interposición. Resolución por la que se
lo concede o se lo rechaza formalmente. Vías de impugnación
contra el auto que rechaza y contra el decreto que admite la apelación.
Poderes del juez y del Tribunal de Alzada.
IX.- Trámite según la forma o modo de concesión:
IX. 1.- Trámite Amplio o Libre: Expresión de agravios.
Concepto. Casos de apertura a prueba. Posibilidad de Adhesión del
litigante apelado al recurso. No existe esta posibilidad en el CPCCN.
Sentencia de Cámara: plazo, trámite, forma y contenido según lo que se
resuelva.
IX. 2.- Trámite Abreviado o también denominado "en
Relación" por el CPCCN. Memoriales. Concepto. Contestación. No hay
apertura a prueba. No hay posibilidad de adhesión. Sentencia: plazo,
trámite y forma.
IX. 3.- Diferencias principales del trámite de la
apelación en el CPCCN y en el CPCMza.: en las notificaciones, en la
oportunidad de fundar, en la adhesión al recurso, en la exigencia de
copias de los escritos de agravios y de sus contestaciones. Precauciones
que debe tomar el apelante y el apelado especialmente en el fuero
Nacional.
X.- Efectos de la concesión del recurso. Efecto
suspensivo y no suspensivo o mal denominado "al solo efecto devolutivo"
en el CPCCN. Otros efectos.
XI.- Oportunidad de fundar la apelación. Diferencias entre
el trámite provincial mendocino y el nacional en la oportunidad de fundar.
XII.- Desersión. Desistimiento. Caducidad del
recurso.
XIII.- Recurso Directo por apelación denegada, o mal
denominado Queja por apelación denegada en la Nación.
Procedencia. Plazo. Notificación ficta del auto denegatorio. Trámite.
Resolución.
XIV.- Recurso de Queja por morosidad o demora en
el dictado de las resoluciones judiciales. Diferencias fundamentales
entre el buen sistema del CPCMza. y el mal sistema del CPCCN. Crítica.
XV.- Apelación en consulta.
XVI.- Taller. Trabajos prácticos por grupos. Solución de
casos prácticos en el trámite del recurso. Redacción de escritos.

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I.- Concepto. Objeto. Importancia.


Si tuviéramos que calificar el grado de importancia de la
apelación comparándola con el resto de los recursos, tenemos que decir
que la apelación es el mas importante y el mas usual de todos los
recursos ordinarios en todas las legislaciones.
En la historia de los recursos, la apelación es la raíz y el
origen de todos los demás recursos.
Es un remedio procesal reglamentado en los códigos
procesales para obtener como resultado que un Tribunal colegiado, de
grado superior, de segunda instancia o Alzada, revoque, modifique o
anule una resolución judicial de un juez de Primera Instancia, que el
apelante considera errónea, ya sea en la aplicación del derecho, o en la
apreciación de los hechos o de la prueba, con el fin de hacer justicia en
el caso concreto.
El Tribunal de Alzada tiene amplia competencia para
conocer y resolver tanto sobre cuestiones de hecho o fácticas como de
cuestiones de derecho o jurídicas.
Hay autores como Palacio y quienes lo siguen, que
aluden al Tribunal de Alzada como "jerárquicamente" superior al de 1ra.
instancia, lo que creo que es un error, ya que no hay superioridad
jerárquica como en los órganos de la Administración Pública, sino que
hay superioridad en grado, es una superioridad de tipo funcional, de
conocimiento, por la que el superior tiene la facultad legal de modificar,
anular o revocar lo resuelto por el inferior.
Es usual denominar juez a quo al juez de 1ª instancia
que dictó la resolución apelada. Significa "juez de donde viene" la
resolución. Y se denomina Tribunal ad quem a la Cámara de
Apelaciones, que significa "Tribunal hacia donde va" la resolución
apelada para su revisión y eventual modificación.
Saliendo un poco de la teoría, los prácticos suelen decir
que el impulso instintivo de desobediencia de parte del perdedor, se
sustituye en el derecho procesal por la apelación que es un instrumento
técnico que recoge y contiene esa protesta.
Con la existencia de la apelación, el 'alzarse por
sublevarse' se sustituye por 'la alzada por apelar'. La justicia por mano
propia se reemplaza por la justicia de mayor juez.
Con mayor sencillez se ha dicho también que "La
apelación es un recurso que la ley otorga a quien se considera agraviado
por una sentencia o resolución del juez inferior, a fin de que la misma sea
enmendada o revocada por un tribunal superior.
Por su origen y sus fines la alzada solo se abre a
instancia del litigante que tiene interés jurídico en la modificación de la
sentencia. La Alzada no puede intervenir de oficio, salvo un caso que
es cuando el legislador ha creído indispensable la revisión de la
sentencia aun cuando nadie apeló. Es la apelación obligatoria en
consulta cuando recayó sentencia que declara la insanía o demencia de
una persona, prevista en el artículo 307 inciso 7° del CPCMza. y artículo
253 bis del CPCCN que dispone la elevación obligatoria en consulta a la
Cámara aun cuando nadie apele.
Por regla general la Cámara resuelve solo examinando
el material probatorio acumulado en 1ra. Instancia. Por excepción puede
producirse prueba en la Alzada en el recurso LIBRE en los casos del
artículo 138 del CPCMza. y su equivalente artículos 36 inciso 4° y 260
incisos 2, 3, 4, y 5 del CPCCN.
II.- Diferencias entre la Apelación y los Recursos
Extraordinarios:
El recurso de apelación está previsto para casos
corrientes y su objeto es amplio ya que sirve para reparar cualquier
error o irregularidad ya sea de tipo procesal -errores in procedendo, de
procedimiento, de "actividad" - o errores de juicio, de razonamiento -
errores iuris in iudicando- ya sea al aplicar el derecho o al interpretar los
hechos.
Esto marca la principal diferencia del recurso ordinario
de apelación con los recursos extraordinarios, donde el Tribunal ad
quem -Suprema Corte-, por regla solo tiene competencia para conocer y
resolver sobre cuestiones de derecho. Muy excepcionalmente podrá
resolver sobre cuestiones de hecho cuando el recurrente alegue que
existe arbitrariedad en la interpretación de los hechos.
Entonces la gran diferencia que existe entre el recurso
ordinario de apelación y los recursos extraordinarios -inconstitucionalidad
y casación-, es en el grado de conocimiento que el recurso otorga al
Tribunal ad quem que resolverá el recurso. En la apelación pueden
tratarse cuestiones tanto fácticas como jurídicas. En los recursos
extraordinarios solo jurídicas o de derecho.
La apelación solo existe y es posible cuando litigamos
ante Tribunales de doble instancia como son los juzgados civiles
ordinarios y juzgados de paz letrados, donde están previstos los juzgados
de 1ra. instancia y las Cámaras de Apelaciones o de 2da. Instancia.
Distinto al caso por ejemplo de los Tribunales del Trabajo, que son
colegiados pero de instancia única, lo que significa que no existe en el
fuero laboral el recurso de apelación contra las sentencias, estando
previstos solo los recursos extraordinarios ante la Suprema Corte
Provincial.
Lo mismo pasa en los casos en que la Corte Provincial
tiene competencia originaria -no recursiva- para conocer y resolver en
las acciones de inconstitucionalidad -artículo 223 CPC- , en las acciones
por responsabilidad civil de los magistrados judiciales -art. 224- , en los
casos de acciones por conflictos internos entre distintos poderes públicos
-art. 226- , en las acciones contenciosoadministrativas -art. 227 del CPC
y ley 3918- . En esos casos la Corte actúa como Tribunal Colegiado de
instancia única, lo que significa que en esos procesos, contra la
sentencia final no hay recurso ordinario de apelación, porque no hay un
Tribunal de Alzada superior a la Corte.
Contra la sentencia de la Corte en las acciones
contenciosoadministrativas, llamadas APA en el fuero mendocino, solo
podría caber el recurso ordinario de aclaratoria, el recurso ordinario de
nulidad, y el extraordinario de revisión, los tres previstos en el artículo
63 de la ley 3918 para el contenciosoadministrativo, y eventualmente el
Recurso Extraordinario Federal, solo en el caso que se reúnan los
requisitos del artículo 256 del CPCCN y de la ley 48 artículo 14.

III.- Fundamentos de la apelación


Como fundamento de la necesidad y de la conveniencia
de que exista la apelación en los procesos judiciales, se han dado las
siguientes:
- La falibilidad del juicio humano aconseja la
conveniencia de un re examen de las sentencias judiciales para
garantizar y dar mayor seguridad de la adecuación de las
resoluciones a la justicia del caso concreto.
- Da mayor confianza al pueblo en la jurisdicción del
Estado.
- Ayuda a formar y dirigir a los jueces inferiores.
- Ayuda a unificar la aplicación del derecho.

IV.- Ventajas e inconvenientes de la apelación


Existe instalado entre los procesalistas un largo y
apasionado debate, tan antiguo como el instituto mismo, con dos
posiciones extremas, una detractora y la otra defensora de la
conveniencia del mantenimiento de la doble instancia ordinaria con
apelación.
Los que proponen suprimir la doble instancia ordinaria,
sugieren cambiar el sistema y establecer solo tribunales de única
instancia, lo que supone que la sentencia solo podría recurrirse por la vía
de los recursos extraordinarios ante la Corte Provincial, y el extraordinario
ante la Corte Nacional.

1ra. objeción a la doble instancia:


Señalan los detractores de la apelación que dilata y
demora los juicios.
Los defensores de la doble instancia responden que la
demora en la resolución de los pleitos no es atribuible exclusivamente a
la apelación, sino que se debe a deficiencias que afectan a todo el
procedimiento, no solo a la apelación, y que la solución está en
perfeccionar todo el procedimiento, incluida la apelación, la organización
judicial, y eliminar los vicios que provocan morosidad judicial.
Fue muy valiosa la experiencia que se logró con motivo
del Proyecto de CPC para la Provincia de Buenos Aires que elaboró el
Dr. Augusto Mario MORELLO en el año 1993, en el que había eliminado
la apelación ordinaria y reglamentaba tribunales unipersonales de
instancia única. Esto generó gran preocupación en la dirigencia del
Colegio de Abogados, por lo que se decidió realizar una encuesta entre
los abogados de esa provincia, en la que se pronunciaron casi por
unanimidad a favor del mantenimiento de la apelación ordinaria, lo que
motivó que el Dr. MORELLO modificó su proyecto manteniendo la doble
instancia, pero con una importante reforma para agilizar el trámite de la
2da. Instancia consistente en que la apelación debía ser interpuesta en
10 días desde la notificación de la sentencia, pero fundada y por regla
sin efecto suspensivo, salvo casos excepcionales. Al quitársele el
efecto suspensivo se evitarían las apelaciones meramente especulativas,
interpuestas solo para paralizar el proceso durante seis meses que es el
plazo en que si no se la impulsa se caduca la apelación.

Surge aquí un interrogante de gran importancia. Si se


eliminara la apelación ordinaria, ¿ No habría violación a la Constitución ?
En muchas provincias y en el orden Nacional se podría
eliminar en el CPCCN la apelación ordinaria y no habría violación
constitucional, porque cuando la C.N. regula la organización del Poder
Judicial de la Nación, no establece ni menciona a las Cámaras de
Apelación, ya que en su artículo 108 dispone que "El Poder Judicial de la
Nación será ejercido por una Corte Suprema 'y por los demás tribunales
inferiores ...", sin mencionar los tribunales de Alzada.
La Corte Nacional tuvo ocasión de pronunciarse sobre
este tema y resolvió que "la garantía de la defensa en juicio no requiere
doble instancia judicial" (JA, 1953-IV, 183).
Es obvio que estamos hablando del fuero civil, ya que
en materia penal la apelación ordinaria está exigida por Tratados
Internacionales a los que el país ha adherido.
En cambio la Constitución de Mendoza sí menciona a
las Cámaras de Apelación cuando regula la organización del Poder
Judicial, ya que en su artículo 142 dispone que el Poder Judicial de la
Provincia "será ejercido por una Suprema Corte, Cámaras de
Apelaciones, jueces de primera instancia y demás juzgados, tribunales y
funcionarios inferiores creados por ley".
Es por ello que en Mendoza no podría eliminarse la
apelación en materia civil porque sería inconstitucional. Tampoco podría
eliminarse en materia penal por un doble motivo: porque está exigida por
la Constitución provincial y por los Tratados Internacionales.
Y aparece aquí una cuestión de gran trascendencia, que
es la dudosa constitucionalidad de los Tribunales del Trabajo, que están
organizados en la ley como Tribunales Colegiados de instancia única,
sin apelación ordinaria, lo que se ha agravado desde la relativamente
reciente reforma legal que permite que actúen como Salas
Unipersonales. Es decir, en materia laboral no existe en Mendoza la
garantía constitucional de la posibilidad de la revisión de la sentencia
ante un Tribunal de Alzada tanto en las cuestiones de derecho como en
las cuestiones de hecho, quedando restringida la vía recursiva al muy
estrecho andarivel de los recursos extraordinarios, donde se podrá pedir
la revisión de cuestiones de hecho y pruebas solo si hubo arbitrariedad
en la sentencia.

Segunda objeción: la doble instancia ordinaria


encarece la justicia, tanto para los litigantes por los costos y costas que
deben soportar cuando utilizan la Alzada, como para el presupuesto del
Estado que debe soportar el costo del funcionamiento de las Cámaras de
Apelación.
Los defensores del sistema recursivo responden que
esta es una objeción de tipo fiscal, no procesal, por lo que si la existencia
de la doble instancia redunda en una mejor calidad de justicia, debe
soportarse su costo para garantizar al pueblo esa calidad del sistema
judicial.
Existen varias otras objeciones y sus respuestas al
sistema que por razones de tiempo las omitimos aquí, pero que pueden
verse en la obra de Agustín Costa, "El recurso ordinario de apelación en
el proceso Civil", o en el Tratado de los Recursos de Ramiro Podetti.
En realidad la apelación satisface una necesidad
subjetiva de quien siente como una injusticia lo que decidió el juez, y
una necesidad pública de mayor posibilidad de justicia en el caso
concreto.
Decía Chiovenda que la apelación "representa una
garantía para los ciudadanos", y fundamentaba su pensamiento en tres
razones:
a) En cuanto que un juicio revisado y reiterado hace
posible, ya de por si, la corrección de errores.
b) En cuanto que los dos juicios se confían a jueces
distintos.
c) En cuanto a que los segundos jueces aparecen con
más autoridad que el primero.

Agustín Costa defiende con pasión la doble instancia


desde el punto de vista político-democrático, de los derechos
individuales, de la organización judicial y del desenvolvimiento interno del
proceso.
Sintetiza su postura destacando las ventajas intrínsecas
de la doble instancia diciendo que la apelación, como proceso del
pensamiento, reúne condiciones favorables para la mejor elaboración
de la sentencia, pues la unidad de criterio que se da en la decisión
del juez de 1ra. Instancia, se agrega la diversidad de opiniones
emitidas en el cuerpo colegiado superior, que realiza la tarea de
fiscalización. Unidad y diversidad se complementan como proceso
mental, con evidente ventaja para lograr un juicio más depurado.
En el otro extremo insisten los detractores de la doble
instancia en que la multiplicación de las apelaciones provocan en la
actualidad la causa principal de la lentitud en la administración de justicia,
y se pronuncian por la eliminación de la Alzada y la instauración del
juzgamiento civil en Tribunales de instancia única.
Como bien señala Podetti, es necesario dejar de lado la
pasión, aun cuando sea encendida por el noble afán de justicia, y
observar el problema con espíritu crítico y en la realidad de la vida
jurídica
Por nuestra parte en definitiva nos inclinamos por el
mantenimiento de la doble instancia ordinaria, pero debiendo agilizarse el
trámite de la apelación estableciendo que se la deba interponer fundada,
y que por regla no tenga carácter suspensivo, salvo casos excepcionales
como las sentencias que fijan alimentos, o que resuelven sobre medidas
cautelares, tal como lo proyectó MORELLO en su Proyecto de CPCC
para la provincia de Buenos Aires en 1994.

V.- Resoluciones apelables. Reglas de la


apelabilidad. Diferencias de la apelabilidad entre el CPCCN y el
CPCMza.
Clases de resoluciones judiciales.
Conviene recordar que existen tres clases de
resoluciones judiciales: Decretos o providencias de mero trámite, autos y
sentencias, como lo indica el artículo 86 del CPCMza. y su equivalente
artículo 160 y ss del CPCCN.
Los decretos son resoluciones simples que proveen o
provocan el avance del proceso y se dictan sin escuchar a la parte
contraria, es decir, sin sustanciación.
Los autos interlocutorios, mal llamados por el CPCCN
"sentencias interlocutorias" en su artículo 161 y otros, son las
resoluciones que resuelven las cuestiones que puedan plantearse en el
curso del proceso y que no deben ser resueltas en la sentencia definitiva
que pone fin al pleito, y que generalmente antes de resolver debe ser
escuchada la parte contraria, es decir, la cuestión a resolver debe ser
sustanciada, salvo excepciones como puede ser una cautelar.
Se llaman "interlocutorias" porque se dictan durante el curso
del proceso "intertanto" sobrevenga la sentencia.
Decimos en acuerdo con Lino PALACIO que las sentencias
son las resoluciones que ponen fin al pleito.
En cambio no estamos de acuerdo con la definición de
sentencia que da el inciso IV del CPCMza. cuando dice que "Las
sentencias deciden el fondo de las cuestiones motivo del proceso",
lo que entendemos que no es correcto toda vez que hay muchas
sentencias no deciden sobre una o varias cuestiones de fondo
planteadas en el juicio y lo mismo son sentencias porque ponen fin al
pleito. Por ejemplo el caso en que el demandado ha planteado defensa
de prescripción y en subsidio planteó otras defensas como falta de
acción, falta de legitimación sustancial activa y pasiva, nulidad, resolución
de contrato. Sin embargo el juez en la sentencia admite y declara la
prescripción de la acción, rechaza la demanda, y obviamente no se
pronuncia ni resuelve las otras cuestiones de fondo planteadas por el
demandado. Y lo mismo es una sentencia porque puso fin al pleito, aún
cuando no resolvió todas las cuestiones de fondo.
Por ello es que decimos que es errónea la terminología
del CPCCN cuando alude a "sentencias interlocutorias", ya que es una
denominación contradictoria toda vez que si es interlocutoria no es
sentencia porque no pone fin al pleito, es un auto interlocutorio. Solo por
excepción existen autos con naturaleza de sentencia definitiva, por
ejemplo un auto que resuelve un incidente de caducidad y declara la
caducidad de la instancia. Cuando queda firme, adquiere naturaleza de
sentencia definitiva porque puso fin al pleito. Y adviértase que no decidió
las cuestiones de fondo pero es sentencia, lo que confirma el error del
art. 86 inc. IV del CPCMza.

Dicho esto veamos cuáles son las resoluciones


apelables. En el procedimiento mendocino
conforme al artículo 133 las sentencias son apelables siempre,
cualquiera sea el monto del juicio. No existe inapelabilidad por monto
bajo.
En cambio los autos en principio son inapelables.
Pero por excepción son apelables cuando el código así lo disponga
en forma expresa.
Los decretos o providencias simples de mero
trámite son inapelables.
Veamos algunos ejemplos de autos apelables. El auto
que resuelve un incidente de nulidad es apelable porque así lo dispone
expresamente el artículo 94 inciso IV del CPCMza. Lo mismo el auto que
resuelve un incidente de caducidad porque así lo dispone expresamente
el art. 79 inciso V del CPCMza.
En la Nación es diferente la apelabilidad del auto que
resuelve al caducidad, ya que cuando la admite y declara la caducidad
ese auto es apelable , pero cuando la rechaza no es apelable conforme
lo dispone el artículo 317 del CPCCN, lo que tiene su lógica, porque son
situaciones muy diferentes toda vez que la declaración de la caducidad
de instancia es muy grave porque extingue el proceso poniéndole un
certificado de defunción con graves consecuencias perjudiciales para el
actor, por lo que merece ser apelable y ser revisada en la Alzada. En
cambio el rechazo de la caducidad de la instancia no produce
consecuencias tan graves porque significa simplemente que el proceso
continuará su curso, aunque con gran pesar del demandado a quien le
rechazaron la caducidad.
El auto que rechaza una prueba en Mendoza es
apelable porque así lo dispone el artículo 180 del CPCMza.
Vale aquí señalar una diferencia en este punto con el
procedimiento Nacional donde en principio el auto que rechaza una
prueba es inapelable conforme lo dispone el artículo 379 del CPCCN.
Pero debemos aclarar que luego en la Alzada cuando la Cámara conozca
sobre la sentencia, si hay apelación, el litigante perjudicado por la
denegatoria de una prueba podrá insistir en que se la admita y se la
diligencie, es decir, se trata de una apelación con efecto diferido prevista
en el 260 inc. 2° del CPCCN.
El auto que resuelve las excepciones previas es
apelable porque así lo dispone el artículo 175 último párrafo del CPCMza.

Veamos ahora algunos ejemplos de autos inapelables


debido a que el Código no prevé expresamente su apelabilidad:
El auto que resuelve un recurso de reposición no es
apelable porque el artículo 131 del CPCMza. que lo reglamenta no prevé
su apelación.
El auto que resuelve un incidente innominado de los
regulados en los artículos 92 y 93 del CPCMza. es inapelable porque en
su reglamentación no está prevista expresamente la apelación.
Sin embargo la reforma de la ley 3414 introdujo una
modificación al art. 92 y dispuso que dentro del incidente, el auto que
ordena la suspensión del proceso principal y el que la deniega, son
apelables.

Veamos ahora la regla de la apelabilidad en el


procedimiento Nacional, que es diferente a la provincial.
En la Nación la regla es que tanto las sentencias
definitivas como los autos interlocutorios son apelables en principio
SIEMPRE, salvo que el código disponga lo contrario expresamente.
Y los decretos o providencias simples en principio son
inapelables pero son apelables cuando causen un gravamen que no
pueda ser reparado por la sentencia definitiva.
Y existe la regla de la inapelabilidad por bajo monto de
todo tipo de resolución de cualquier naturaleza. Todo ello conforme al
artículo 242 del CPCCN.

VI.- Presupuestos para la procedencia de la


apelación. Sujetos de la apelación. Quiénes pueden apelar. Requisito
del interés para apelar.
Conviene tener presente aquí que la Cámara de
Apelaciones no "revisa" toda la instancia anterior, sino que se limita a
"examinar" la resolución impugnada sobre la base del material probatorio
reunido en la 1ra. instancia, y solo excepcionalmente se producirán
nuevas pruebas en la Alzada, en los casos del artículo 138 del CPCMza.
y su equivalente art. 260 del CPCCN.
Los presupuestos básicos para la procedencia formal de
la apelación, son en primer lugar ser parte en el proceso y en segundo
lugar sufrir un agravio, es decir, padecer la insatisfacción de una
pretensión en el caso de ser actor, o de una defensa en el caso de ser
demandado, o lo que es lo mismo, haber sufrido alguna derrota total o
parcial. Es lo que otorgará el requisito del interés para apelar. Ello surgirá
de la parte dispositiva de la sentencia, que es lo que hay que analizar
para ver si estamos legitimados para apelar.
En definitiva, en principio, sólo las partes que
intervienen en el proceso están legitimadas para apelar, y sus sucesores
universales o particulares.
La aseguradora citada en garantía tiene legitimación
autónoma para apelar la sentencia que condena a su asegurado, sobre lo
cual hoy ya no existe discusión.
Los terceros que no son partes y por lo tanto no pueden
ser alcanzados por la cosa juzgada, no están legitimados para apelar,
salvo que se incorporen al proceso mediante alguna de las formas de
intervención -voluntaria o forzosa- , en cuyo caso dejan de ser terceros
para convertirse en partes, y estarán legitimados para apelar en la
medida que exhiban la insatisfacción de una pretensión o defensa, es
decir, una derrota.

VII.- Plazos para interponer el recurso.


El plazo general para apelar tanto en el procedimiento
provincial artículo 133 del CPCMza. como en el nacional artículo 244 del
CPCCN es de cinco días "salvo disposición expresa en casos
especiales" como es en el juicio ejecutivo que es de tres días conforme
al artículo 245 del CPCMza., o en el juicio de amparo que es de dos días
y debe fundarse en el mismo escrito en que se apela. (ver ley de amparo
provincial y nacional).
En el juicio sumarísimo federal el plazo para apelar la
sentencia es de tres días. conforme al artículo 498 inciso 2° del CPCCN.
El plazo para apelar por regla es individual, lo que
quiere decir que se cuenta desde la notificación individual de la
resolución por cédula, corre separadamente para cada litigante desde
que es notificado ese litigante. Solo en el caso de los litisconsortes el
plazo para apelar es común porque corre desde la última notificación.
El plazo para apelar es perentorio, pero los litigantes
pueden prorrogarlo o suspenderlo por mutuo acuerdo presentado en el
expediente.

VIII.- Forma de interposición. Resolución por la que se


lo concede o se lo rechaza formalmente. Vías de impugnación contra el
auto que rechaza y contra el decreto que admite la apelación. Poderes
del juez y del Tribunal de Alzada.
Por regla la apelación se debe interponer sin fundarse, -
salvo en el juicio de amparo en que debe interponerse fundada-, ante el
mismo juez que dictó la sentencia que se apela, en el plazo indicado de 5
días desde la notificación por cédula de la resolución que se apela
conforme al inciso II del artículo 133 del CPCMza. y su equivalente
artículo 245 del CPCCN.
Corresponde analizar cuál es la solución si el apelante
no cumple con esta formalidad, y presenta su escrito de apelación
fundando el recurso. En especial cabe preguntarse si en ese caso pierde
su derecho a apelar por ese vicio formal por exceso. La lógica y el
sentido común indican que no. El CPCMza. nada dice el respecto, pero
ese vacío es llenado -como en muchas otras ocasiones- por lo normado
por el CPCCN en el artículo 245 citado que dispone que ese escrito
fundado se le devolverá al apelante, pero el secretario deberá dejar
constancia que apeló y la fecha en que lo hizo, para que se provea la
concesión formal del recurso en caso que se cumplan los demás
requisitos y presupuestos.
La apelación se concede por decreto o providencia
simple, y si se rechaza debe ser por auto fundado, para poder brindar al
apelante frustrado la posibilidad de criticar los fundamentos de la
denegatoria ante la Alzada mediante el Recurso Directo por apelación
denegada del artículo 143 del CPCMza.

En cuanto a las vías de impugnación contra el auto que


rechaza formalmente la apelación, existe una vía indudable que es la
indicada del Recurso Directo por Apelación denegada, que debe
interponerse directamente ante la Cámara de Apelaciones dentro de los
tres días de la notificación ficta del auto denegatorio, en forma fundada,
con transcripción o acompañamiento de copia del auto denegatorio. La
Cámara solicitará a 1a. Instancia la remisión del expediente, podrá
ordenar la suspensión del procedimiento principal, y luego resolverá
mediante auto si concede o no la apelación denegada. Si la concede, lo
comunicará al tribunal apelado para que siga el trámite normal de
apelación concedida. Si la deniega, ordenará archivar la pieza que se
formó con motivo del recurso directo y lo comunicará al juez a quo.

Cabe preguntarse si el auto denegatorio de una


apelación podría impugnarse o recurrirse por reposición. Se ha
respondido por la afirmativa con los siguientes fundamentos:
1.- Se trata de un auto inapelable porque no está
prevista la posibilidad de su apelación según la regla del art. 133 del
CPCMza.
Y como el artículo 131 autoriza la reposición contra
autos inapelables, éste puede ser el caso de un auto reponible, porque
es inapelable.
2.- Resulta además aconsejable la vía de la reposición,
sobre todo para casos de evidente error en la denegatoria, por economía
y celeridad procesal. Por ejemplo hay error evidente en caso que se
denegó una apelación por extemporánea pero hay error evidente en el
cómputo del plazo porque no se excluyó un día feriado. Un error tan
sencillo y evidente merece ser corregido por una vía sencilla como es la
reposición, y descarta el recurso directo que moviliza injustificadamente a
la Alzada, que está para revisiones mas importantes.
Quienes se pronuncian en contra de esta posibilidad
recursiva por via de reposición, señalan que para reparar el error
cometido por el juez en el rechazo de la apelación, está prevista la vía
especial del recurso directo por apelación denegada

Y en cuanto al decreto que admite una apelación, el


litigante contrario, el apelado, tiene una vía indiscutible que es la del
artículo 135 inciso V del CPCMza. que otorga al Tribunal de Alzada la
potestad de modificar o denegar la apelación ya concedida por el inferior,
ya sea de oficio, o a pedido del litigante apelado, todo ello antes de
ordenar sustanciar el recurso.
Y tiene otra vía -discutible-, que es interponer reposición
ante el juez de 1a. instancia que concedió el recurso por decreto, ya que
estamos frente a un decreto o providencia simple que no es apelable, y
por lo tanto sería reponible a tenor del 131 del CPCMza. Y no puede
decirse que esto es descabellado porque en el orden nacional el artículo
246 del CPCCN establece la posibilidad de que el litigante interesado
pida al mismo juez que concedió el recurso, que lo modifique en la forma
que considere correcta.

IX.- Trámite según la forma o modo de concesión:


IX. 1.- Trámite Amplio o Libre: Expresión de agravios. Concepto. Casos
de apertura a prueba. Posibilidad de Adhesión del litigante apelado al
recurso. No existe esta posibilidad en el CPCCN. Sentencia de Cámara:
plazo, trámite, forma y contenido según lo que se resuelva.

Tanto el CPCMza. -art. 134 como el de la Nación -art.


243- establecen dos formas diferentes de concesión de la apelación:
a) Por trámite libre o amplio;
b) Por trámite abreviado o también llamada "en
relación" por el CPCCN.
En nuestra opinión no es de muy buena técnica la
redacción del artículo 134 del CPCMza. cuando dice que "La sentencia
en proceso ordinario 'y en los procesos en los cuales así lo dispone
expresamente este código', es apelable libremente. En los demás
casos, se trate de sentencia o auto, procede el recurso abreviado."
Esa redacción obliga al operador judicial a indagar en
otras normas del código para dilucidar cuáles son aquellos otros
procesos a que alude, distintos al ordinario, en que la apelación es libre,
lo que dificulta la tarea del intérprete.
Las reglas procesales deben ser expresadas en los
códigos en forma más sencilla, más clara y sobre todo mas directa para
facilitar la tarea de los operadores judiciales, para no obligarlos a la
búsqueda en otras normas del código para dilucidar cuál es el trámite
que corresponde al recurso. Las normas deben ser lo más autosuficiente
posible.
Hubiera sido mas sencillo y claro redactar la norma de la
siguiente manera:
"La apelación se concederá por regla general con
trámite abreviado, ya sea que se trate de sentencia o auto.
"Pero se concederá con trámite libre o amplio cuando
sea interpuesta contra la sentencia en el juicio ordinario y en los juicios
sumarios enumerados en el artículo 210 incisos 1° al 7° conforme lo
dispone el artículo 212 inciso 9 y el artículo 213."
Entonces la regla es que el recurso se concede en
forma abreviada, salvo en el ordinario y en los sumarios del inciso 1 al 7
del 210 en que se concede en forma libre o amplia.

En la Nación la regla es mas sencilla, ya el artículo 243


dispone que la apelación contra la sentencia definitiva en el juicio
ordinario 'y en el sumario' se concede con trámite libre o amplio. Y que
en los demás casos 'solo en relación', o abreviada como le llamamos
en el fuero provincial.
Cabe señalar que la reforma al CPCCN de la ley 25.488
del año 2002 eliminó el juicio sumario, pero los reformadores omitieron
eliminar la palabra "sumario" en el artículo 243.
En definitiva en el orden federal la regla es que la
apelación se concede con trámite abreviado o en relación contra la
sentencias y contra los autos en todos los casos, menos en el juicio
ordinario en que se concede en forma libre.

Veamos ahora cómo es el trámite libre o amplio en


sede provincial mendocina:
El escrito de apelación se presentó sin fundar ante el
juez que dictó la sentencia. Si estuvo presentado dentro del plazo de
cinco días y el apelante está legitimado para recurrir porque es parte
interesada y todos o algunos de los resolutivos de la sentencia le
provocan agravio, y si acompañó la constancia del pago de la tasa de
apelación -salvo que tuviere BLSG-, el Tribunal habrá dictado el siguiente
decreto de mero trámite:
"Mendoza, 13 de mayo de 2011. Téngase por
interpuesta en tiempo y forma la apelación por parte del demandado
contra la sentencia de fojas xx , y por cumplido el pago de la tasa de
justicia. Concédese el recurso en forma libre y con efecto suspensivo.
Elévense los autos a la Cámara que por sorteo corresponda"
Y no agregará nada más. No dirá "NOTIFÍQUESE",
porque ese decreto no es notificable por cédula, sino fictamente. Y no es
notificable por cédula porque la regla establecida en el artículo 66 del
CPCMza. es que las actuaciones judiciales se tendrán por notificadas
fictamente, salvo las que enumera el artículo 68, y allí no está
mencionado el decreto que concede la apelación.
Cuando el expediente llega a la Cámara sorteada, el
Tribunal ejerce su facultad de revisar si el recurso ha sido formalmente
mal concedido, y podrá denegar o modificar la forma de concesión de la
apelación, ya sea de oficio o a petición de parte interesada, conforme lo
dispone el artículo 135 inciso V del CPCMza.
Si la Cámara mantiene bien concedido el recurso,
dispone el artículo 136 que "inmediatamente" decretará que el o los
apelantes expresen agravios en el plazo de 9 días que se contarán
desde la última notificación a domicilio de ese decreto, lo que quiere decir
que esa notificación debe ser por cédula, que en el sistema actual es
electrónica.
La norma no es lo suficientemente clara como sería de
desear, ya que debió decir que el plazo es individual y corre al apelante
desde que es notificado por cédula o personalmente, y que cuando hay
un litisconsorcio como apelante, en ese caso el plazo es común para
esos litisconsortes y les correrá a todos el plazo a partir de la última
notificación. Aunque hay que reconocer que en la actualidad como las
estas cédulas son electrónicas, se confeccionan y notifican
simultáneamente a todos en el mismo momento.
En la práctica se presenta un problema cuando son
varios los apelantes, litisconsortes o no, para que cada uno disponga del
expediente en su tiempo para estudiarlo y poder expresar agravios.
Porque si la orden de fundar la apelación se notifica a
todos los recurrentes a la misma vez, ocurrirá que todos tendrán derecho
a retirar el expediente. Uno lo retirará y cuando otro apelante lo solicite y
no pueda retirarlo, pedirá suspensión de plazo, y lo mismo harán los otros
apelantes, con lo que el Tribunal tendrá que dictar varios decretos de
suspensiones de términos y luego otros decretos reanudando los plazos,
lo que complicaría tremendamente el trámite.
Esto se soluciona en la práctica fijando un orden
sucesivo para fundar a cada apelante, y se instruye al notificador que
notifique el decreto que dispone expresar agravios de a un apelante por
vez para que cada uno tenga la posibilidad de retirar el expediente
cuando le empieza a correr el plazo y devolverlo junto con el escrito de
fundamentación del recurso.
Si el apelante no presenta el escrito expresando
agravios en el plazo señalado, o si el escrito no reúne los requisitos
técnicos de una expresión de agravios que luego veremos, el Tribunal
declarará desierto el recurso y devolverá el expediente a 1ra. Instancia y
declarará las costas de la alzada a cargo del apelante frustrado. Claro
que no se habrán generado honorarios a los abogados del apelado
porque no alcanzaron a realizar trabajo alguno, no tuvieron que contestar
agravios.
Pero si el o los apelantes presentaron sus agravios en
término, el Tribunal decretará que se corra traslado al o a apelados por
igual plazo de 9 días, "notificándose a domicilio" dice la norma, es decir
por cédula, en la que se debe acompañar copia-traslado del escrito de
agravios. Como en el sistema actual se trata de hacer todas las cédulas
por via electrónica para agilizar el proceso, apareció la dificultad de que
en estos casos en que hay que adjuntar copias de escritos o de
documentación a la cédula, no se podía utilizar la via electrónica, y esas
cédulas se siguieron haciendo en la forma tradicional en soporte papel y
diligenciadas por la Oficina de Notificaciones adjuntando la copia del
escrito pertinente.
Para superar esa dificultad, la Corte dictó recientemente
la acordada N° 22944, por la que dispuso que se notifica también por
cédula electrónica al apelado el decreto que corre traslado de la
expresión de agravios, y se le hace saber que la copia-traslado del
escrito de expresión de agravios se encuentra a su disposición para ser
retirada de Mesa de Entradas, y se le otorga un día más para contestar
los agravios.
Y en un futuro muy cercano se perfeccionará más el
sistema con la incorporación de máquinas de escaneo de escritos y de
documentación en cada Tribunal, para remitirlos juntos con las cédulas
electrónicas al destinatario y así evitar el traslado físico de la persona al
Tribunal con el ahorro de tiempo que ello significa para las partes y para
los tribunales.
Conviene recordar que todas estas cédulas, si bien las
confecciona el receptor de la Cámara, solo lo hace a pedido de la parte
interesada, que por lo general es el apelante, ya que si no pide que se
haga la cédula y transcurre el plazo de caducidad que son 6 meses, le
podrán acusar la caducidad de la apelación, con las graves
consecuencias que ello produce a su parte.
Una vez contestados los agravios, o vencido el plazo
para hacerlo, y finalizada la recepción de la prueba en su caso, la causa
quedará en estado de sentencia y la Cámara tendrá el plazo del artículo
86 para dictarla, que empezará a correr desde el día siguiente de la
notificación ficta del sorteo del orden en que los tres miembros de la
Cámara emitirán su voto.
El artículo 140 del CPCMza. dice que el sorteo se
practicará dentro de las 24 hs. de quedar ejecutoriado el llamamiento de
autos para sentencia, y agrega que el Secretario procederá al sorteo del
expediente conforme a la Acordada que lo reglamente, por lo que la 5ta.
Cámara Civil de Mendoza dictó el Acuerdo N° 2 el 20 de octubre del año
1992, en el que dispuso que el Secretario deberá sortear por semana un
mínimo de 6 y un máximo de 9 expedientes que se encuentren en estado
de resolver, que es el mismo sistema de sorteos adoptados por las otras
cuatro Cámaras.
Es conveniente que el apelante interesado en que no le
caduque su apelación, impulse este trámite solicitando el llamado de
autos para sentencia y luego solicite el sorteo de jueces de Cámara para
establecer cuál será el preopinante en primer término y el 2° y el 3°
Camarista en emitir su voto.

Expresión de agravios. Concepto


Hemos descripto en general los distintos pasos del
trámite de la apelación desde que es concedida por el juez de 1ra.
instancia hasta que la causa queda en estado para que el Tribunal de
Alzada dicte la sentencia haciendo lugar total o parcialmente al recurso, o
rechazándolo total o parcialmente. Ya veremos luego lo referido a esta
sentencia de Cámara, sus plazos, trámite interno, su forma y contenido
según sea lo que se resuelva.
Volvemos ahora un poco atrás para analizar qué es
exactamente la Expresión de Agravios, técnica y procesalmente
hablando. Este es un concepto que debe tener muy claro el apelante
para no sufrir la desagradable sorpresa que el Tribunal le declare
desierto el recurso por haber presentado una expresión de agravios
defectuosa, que no reúna los requisitos del artículo 137 del CPCMza. o
del artículo 265 del CPCCN, lo que podría configurar nada mas ni nada
menos que una mala praxis profesional generadora de responsabilidad
civil por los daños que pudiere ocasionar a su cliente representado.
Inspirados en el artículo 265 del CPCCN, definimos la
esencia de la expresión de agravios diciendo que: Es el escrito que debe
presentar el apelante dentro del plazo legal, en el que debe expresar una
crítica concreta y razonada de las partes del fallo que el apelante
considera equivocadas. Y para evitar reiterados vicios de litigantes que
presentan fundamentaciones defectuosas, agrega la norma nacional que
en el escrito "no bastará remitirse a presentaciones anteriores", lo que
suele ser un vicio muy repetido. Es decir, el apelante al momento de
fundar su apelación debe concentrarse en analizar detalladamente la
sentencia que ha apelado y señalar los errores y las omisiones que
considera que tiene el fallo que ha puesto en crisis, con miras a
convencer a los jueces de Cámara que corresponde corregir esos errores
para que se admita la apelación y se satisfaga así la pretensión o la
defensa de su parte.
No sirve de nada reiterar lo dicho en la demanda o en la
contestación, según quien sea el apelante, o lo dicho en los alegatos.
Eso ya es historia pasada. En esta etapa recursiva toda la atención debe
centralizarse en criticar la sentencia apelada para hacerla caer.
También es bueno el concepto de expresión de agravios
que brinda el artículo 137 del CPCMza. cuando dice que " ... deberá
puntualizar, en forma precisa y concreta, las causales de nulidad, si las
hubiere, y los errores en la apreciación de las pruebas o en el derecho
aplicado en la sentencia, refiriéndose a los considerandos impugnados, a
los medios de prueba analizados y a las normas legales cuya aplicación
se discute ..."

La expresión de agravios es a la 2da. Instancia lo que la


demanda es a la 1a. Instancia. Podríamos decir que es la demanda con
la que se inicia la 2da. Instancia y sin agravios, sin fundamentación del
recurso, no hay juicio de apelación.
La expresión de agravios fija la amplitud de la
competencia o del mayor o menor grado de conocimiento que tendrá la
Cámara en lo que es materia del recurso. Limita las facultades de la
Cámara a los puntos que son objeto de las quejas del apelante respecto
de la sentencia apelada.
Esto es un reflejo del sistema dispositivo que impera en
el proceso civil por el cual las partes tienen libre disponibilidad no solo
sobre las formas sino también sobre el derecho sustancial que han
llevado a juicio.
Por ello hay que tener cuidado para no interpretar mal el
inciso V del artículo 141 del CPCMza., que a nuestro modo de ver se
quedó corto cuando dispone que en la sentencia la Cámara "se
pronunciará sobre todas las cuestiones litigiosas, aunque la sentencia de
primer grado no contenga pronunciamiento sobre ellas", a lo que habría
que agregar: siempre que hubiera sido materia de agravios en la
Alzada.

Casos de apertura a prueba en la Alzada: solo en la


apelación libre:
Solo en el trámite Libre o Amplio existe la posibilidad de
ofrecer y producir pruebas en la Alzada, según surge del último párrafo
del artículo 142 cuando señala que en la apelación abreviada no
procederá ni ofrecimiento ni producción de pruebas.
Conforme al artículo 138 del CPCMza., al expresar o
contestar agravios los litigantes podrán proponer medidas de pruebas en
los cuatro casos que enumera en cuatro incisos.
El inciso 1° se refiere a pruebas documentales viejas
pero ignoradas antes, es decir, que fueron conocidas después de pasada
la oportunidad de ofrecerlas en 1a. Instancia, lo que debe ser declarado
bajo juramento.
El inciso 2° admite alegar y probar hechos nuevos en la
Alzada, pero ignorados antes, es decir, igual que en el inciso anterior,
que fueron conocidos después de la oportunidad procesal de ofrecerlos
en la 1a. Instancia.
El inciso 3° se refiere a una situación que
lamentablemente es inaplicable luego de la reforma de la ley 2637 al
artículo 180 del CPCMza.
En efecto, el sistema de apelación de las denegatorias
de prueba diagramado por Podetti era muy bueno, ya que frente al
rechazo de una prueba el litigante tenía dos posibilidades. Apelar "sin"
efecto suspensivo como disponía el artículo 180 original, o simplemente
manifestar sin formalidad alguna que "protesto" por la denegatoria, lo
que funcionaba como una apelación diferida, similar a la que rige en la
Nación en el artículo 260 inciso 2° y artículo 379 segunda parte del
CPCCN. Si optaba por "protestar" y después cuando se tramitaba en la
Alzada la apelación de la sentencia necesitaba de esa prueba denegada,
le bastaba con pedir a la Cámara que ordenara la producción de esa
prueba denegada, respecto de la cual había dejado "protesta" por la
denegatoria.
Pero esta "protesta" tan simple y eficaz ahora no es
aplicable porque la ley 2637 modificó el artículo 180 que en la redacción
original de Podetti decía que la apelación del auto denegatorio de una
prueba era "sin" efecto suspensivo. La reforma sacó la palabra "sin", por
lo que ahora esa apelación es "con" efecto suspensivo. Pero cuidado con
esto, porque lo que se suspende no es el curso de la instancia principal,
que seguirá corriendo y se seguirán produciendo el resto de las pruebas.
Lo que se suspenderá luego, cuando se hayan producido todas las
pruebas menos la que se encuentra apelada tramitando la apelación en
Cámara, será el paso a la etapa de alegatos, que quedará suspendida
hasta tanto la Alzada resuelva si admite o no la prueba denegada.
Por ello es fundamental sobre todo para el actor, que
cuando al demandado le rechazan una prueba y apela, exigir que el
apelante, antes que se eleve el expediente a Cámara, extraiga compulsa
-copia- de las actuaciones para que queden en 1ra. instancia para poder
seguir produciendo el resto de las pruebas. Si no lo hace así, corre el
riesgo que si se remite el expediente a la Alzada para que tramite la
apelación, y no continúa produciendo el resto de las pruebas, impulsando
el principal, podría transcurrir el plazo de la caducidad de la instancia.
Por ello también es importante tener en cuenta que lo
dicho por Podetti en su nota al artículo 138 no está vigente, no es
aplicable luego de la reforma de la ley 2637 al artículo 180.

El inciso 4° del artículo 138 menciona un caso de


producción de prueba en la Alzada que es prácticamente de imposible
cumplimiento, ya que dice que cuando "por motivos no imputables" al
solicitante no se hubiera producido alguna prueba en 1a. instancia,
podría luego pedir a la Cámara que se produzca. Pero si reparamos en
que es carga de las partes impulsar sus pruebas, resulta ser que con el
sistema de caducidad de las pruebas diagramado por el artículo 179 del
CPC, no se entiende en qué caso podría darse la situación de la
existencia de alguna prueba no producida "por motivos no imputables" al
litigante.

Contraprueba en la Alzada:
Si alguna de las partes ofrece prueba al expresar
agravios o al contestarlos, es necesario mantener el contradictorio y el
debido proceso, y para eso el artículo 138 regula el trámite pertinente
para dar posibilidad a la parte contraria a expedirse sobre la prueba
ofrecida, y a su vez otorga la posibilidad de ofrecer contraprueba.
Finalmente el Tribunal deberá emitir su juicio de
admisibilidad de las pruebas ofrecidas, y si las admite fijará audiencia
para recibirlas.
El procedimiento para recibir las pruebas en la Alzada
será el fijado en 1ra. Instancia en ese proceso.

Posibilidad de Adhesión del litigante apelado al


recurso. No existe esta posibilidad en el CPCCN.

En la apelación LIBRE, puede darse el caso de que uno


de los litigantes tuvo auna derrota parcial en la sentencia, pero no apeló.
Sólo apeló la parte contraria. En ese caso, cuando el apelado contesta la
expresión de agravios, puede adherir al recurso y expresar los agravios
que projo la sentencia a su parte, de los cuales obviamente el Tribunal
correrá traslado por 9 días al apelante principal.
Es un buen sistema pero el apelante adhesivo corre el
riesgo de que las contingencias que sufra la apelación principal,
arrastrarán a la apelación adhesiva.

Sentencia de Cámara: plazo, trámite, forma.

Como habíamos adelantado cuando analizábamos el


trámite de la apelación, cuando ya fueron contestados los agravios, o
venció el plazo para hacerlo, y en caso de haberse ofrecido y admitido
prueba ya finalizó su recepción, la causa quedará en estado de
sentencia y la Cámara tendrá el plazo del artículo 86 para dictarla, que
empezará a correr desde el día siguiente de la notificación ficta del sorteo
del orden en que los tres miembros de la Cámara emitirán su voto.
Vimos que el artículo 140 del CPCMza. dice que el
sorteo se practicará dentro de las 24 hs. de quedar ejecutoriado el
llamamiento de autos para sentencia, y agrega que el Secretario
procederá al sorteo del expediente conforme a la Acordada que lo
reglamente, por lo que la 5ta. Cámara Civil de Mendoza dictó el Acuerdo
N° 2 el 20 de octubre del año 1992, en el que dispuso que el Secretario
deberá sortear por semana un mínimo de 6 y un máximo de 9
expedientes que se encuentren en estado de resolver, que es el mismo
sistema de sorteos adoptados por las otras cuatro Cámaras.
Insistimos que es necesario, para no correr el riesgo que
se le caduque el recurso, que el apelante, impulse este trámite
solicitando el llamado de autos para sentencia y luego solicite el sorteo
de jueces de Cámara para establecer cuál será el preopinante en primer
término y el 2° y el 3° Camarista en emitir su voto.

Contenido de la sentencia de Cámara. Por regla no


hay reenvío, según lo que se resuelva.
La construcción y el contenido de la sentencia de
segunda instancia sigue los principios generales de toda sentencia,
adaptados al hecho de que se trata de Tribunal colegiado.

La regla general es que NO HAY REENVÍO, lo que


significa que si la Alzada revoca la sentencia totalmente, o la modifica
parcialmente, debe pronunciarse sobre todas las cuestiones litigiosas,
aunque la sentencia de primer grado no contenga pronunciamiento sobre
ellas, como lo dispone el inciso V del artículo 141, que se quedó corto
como hemos dicho, por lo que hay que agregar: siempre que hubiere sido
motivo de agravios, ya que sabido es que los agravios son la medida del
recurso, son los que delimitan el Thema decidendum de la Alzada, de la
misma manera en que la demanda se lo delimita al juez de 1a. instancia.

La única excepción en que la Cámara no se pronuncia


sobre el fondo de las cuestiones planteadas y se limita a ANULAR y
REENVIAR, es cuando anula procedimientos fundamentales para la
defensa de los derechos, en cuyo caso, declarada esa nulidad,
"enviará" o "reenviará" el expediente al juez subrogante del juez que
había dictado la sentencia anulada, para que lo sustancie desde el acto
anulado, y lo falle de nuevo.

Comparación de esta regla con la sentencia en los R.E.


de Inconstitucionalidad y de Casación.

IX. 2.- Trámite Abreviado o también denominado "en


Relación" por el CPCCN. Memoriales. Concepto. Contestación. No hay
apertura a prueba. No hay posibilidad de adhesión. Sentencia: plazo,
trámite y forma.

Artículo 142 del CPCMza.

Artículo 246 del CPCCN: Apelación "en relación"

IX. 3.- Diferencias principales del trámite de la


apelación en el CPCCN y en el CPCMza.: en las notificaciones, en la
oportunidad de fundar, en la adhesión al recurso, en la exigencia de
copias de los escritos de agravios y de sus contestaciones. Precauciones
que debe tomar el apelante y el apelado especialmente en el fuero
Nacional.

En las notificaciones:

En la oportunidad de fundar
En el lugar o tribunal donde se funda

En la posibilidad de adherir al recurso

En la exigencia de copias de los escritos de agravios y


de sus contestaciones

Precauciones a tomar en el fuero federal: notificaciones


fictas. Falta de presentación de copia-traslado.

X.- Efectos de la concesión del recurso. Efecto


suspensivo y no suspensivo o mal denominado "al solo efecto devolutivo"
en el CPCCN. Otros efectos.

Efecto suspensivo.
Regla:
Art. 134 último párrafo CPCMza.

Art. 243 penúltimo párrafo CPCCN: siempre suspensivo a menos que la


ley disponga que lo sea solo en efecto "devolutivo" o no suspensivo.

Ya no debería hablarse de efecto devolutivo, porque el juez no de


"devuelve" ninguna jurisdicción ni competencia a la Cámara, sino que la
tiene dada por la Constitución. EN las leyes antiguas como el juez tenía
la jurisdicción delegada o "prestada" por el príncipe o gobernante,
entonces sí le "devolvía" la jurisdicción cuando había apelación.

XI.- Oportunidad de fundar la apelación. Diferencias


entre el trámite provincial mendocino y el nacional en la oportunidad de
fundar.
En sede provincial mendocina siempre se funda "arriba"
en Cámara (salvo en el amparo).

En sede federal se funda "abajo" en 1a instancia en el


recurso en relación o abreviado, y "arriba" en el libre.

Diferencias en el modo de las notificaciones


XII.- Desersión. Desistimiento. Caducidad del
recurso.

Desersión: art. último párrafo

Caducidad: 6 meses, art. 78 segundo párrafo Mza.

Desistimiento.

Consecuencias.

XIII.- Recurso Directo por apelación denegada, o mal


denominado Queja por apelación denegada en la Nación.
Procedencia. Plazo. Notificación ficta del auto denegatorio. Trámite.
Resolución.

Artículo 143 CPCMza.


Art. 282 CPCCN

XIV.- Recurso de Queja por morosidad o demora en


el dictado de las resoluciones judiciales. Diferencias fundamentales
entre el buen sistema del CPCMza. y el mal sistema del CPCCN. Crítica.

Artículos 144 y 91 del CPCMza. Buen sistema.


Resultado: no hay morosidad judicial.

Nación: articulo 167. Es deficiente el sistema. La ley


25.488 del año 2002 introdujo un agregado pero es insuficiente.

XV.- Apelación en consulta.

Sentencia que declara la insanía o demencia:


Artículo 307 inciso 7° del CPCMza., aunque no la
menciona expresamente. Le impone la obligación de apelar al ministerio
pupilar, pero no dice nada para el caso que éste no apele.
Art. 253 bis del CPCCN es mas claro y completo: Si la
sentencia que declara la demencia no es apelada, se elevará en
consulta a la Cámara.

XVI.- Taller. Trabajos prácticos por grupos. Solución de


casos prácticos en el trámite del recurso. Redacción de escritos.

Dividir los participantes en grupos de 5 a 10.


Responder, por escrito:

1°) ¿ Qué recursos podrían plantearse contra un auto interlocutorio que


rechaza formalmente una apelación ?

2°) ¿ Sería viable formalmente una reposición ? Dar los fundamentos de


la respuesta.

3°) La parte o litigante apelado, ¿ Qué vía o vías tiene para impugnar el
decreto que concedió formalmente una apelación ?

4º) Redactar un escrito de apelación.

5º) Definir qué es la expresión de agravios.

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