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Danza Siqlla

Danza Siqlla

La danza Siqlla es una burla a los «doctores abogados» y otras autoridades que administran
«injusticia» y, en general, que ejercen un poder sin límites. Se trata de una sátira que denuncia el
uso arbitrario y abusivo de la ley, que en la danza es «letra muerta», y los puestos de autoridad.

No hay una fecha exacta que se haya identificado para dar cuenta de su origen de la danza Siqlla
pero se encuentra en muchos lugares del departamento del Cusco.

Danza caracterizada por su jocosidad, parodia y sátira, la danza Siqlla es tradición de origen
republicano, donde lo sarcástico se pone de manifiesto contra las clases altas, muy en especial las
autoridades del poder judicial (jueces, abogados, etc.), danzantes que realizan movimientos
graciosos al compás de una música muy peculiar.

Esta danza también es conocida como los Wayras o los doctorcitos, se baila en fiestas patronales y
aniversarios de muchos distritos y provincias de Cusco, lo encontramos en San Sebastián, San
Jerónimo, Anta, el Valle Sagrado, etc. muy en especial en la provincia de Paucartambo, en la
festividad de la Virgen del Carmen.

Vestimenta de la danza Siqlla

Utilizaban una máscara, estilizada en los rasgos físicos de los jueces, exagerando sus narices
complementándolo con una sonrisa amplia y burlona.

Su vestimenta está compuesta por:

Un frac

Chaqueta

Sombrero alto

Camisa blanca con cuello estirado


Pantalón corto y bordado

Corbata alzada

Guantes blancos

Zapatos con punta

Calcetines de nylon

Código civil, penal o chácharas (libros viejos)

Un látigo

Personajes de la danza Siqlla

Entre los personajes podemos encontrar los siguientes:

Un caporal

El alcalde

Los maqt’as

Los doctores

La danza Siqlla, es encabezado por un caporal o doctor, el alcalde, seguido por la multitud de
doctores siqllas; de igual modo acompaña un «Maqt’a» o aborigen, que es el bufón de la
comparsa. Es acompañado por músicos, donde el acordeón, la quena, tambor, violín, platillo o
simplemente una banda de k’aperos sazonan la comparsa.

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