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Carnaval de Tlaxcala

Al compás de Huehues y Camadas

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Máscaras en el carnaval de Tlaxcala

Aunque pequeño en extensión, comparado con los demás estados que conforman la
República Mexicana, Tlaxcala es vasto en cuanto a cultura, gastronomía y tradiciones, pero
sobre todo, en calidez humana, la cual desborda en días de Carnaval.

A menos de dos horas del Distrito Federal los pobladores de esta entidad (famosa por los
tapetes de aserrín pintado de Huamantla), salen a las calles a bailar, cantar y divertirse por
unos cuantos días antes del miércoles de ceniza.

Es la llamada “Fiesta de la Carne”, en donde sus habitantes, vecinos de Puebla, Hidalgo y


el Estado de México, visten atuendos típicos y trajes estrafalarios para celebrar y divertirse
en el ya tradicional Carnaval de Tlaxcala.

La Fiesta de la Carne

O mejor conocida como Carnaval, es el tiempo que antiguamente se destinaba a las


diversiones desde el Día de Reyes hasta el miércoles de ceniza. Es por ello que siguiendo la
tradición, la mayoría de estas festividades se realizan a principios de año en todo el país.
Se dice que uno de los orígenes del actual Carnaval en Tlaxcala, se debe a que durante los
siglos XVII y XVIII, al multiplicarse en el estado las haciendas agrícolas, sus dueños (de
origen español y que añoraban su vida de lujos europeos), realizaban constantemente
grandes fiestas a las que no tenían acceso los peones o indios de la hacienda. Estos como
respuesta, realizaban fiestas en las que imitan a sus patrones, satirizando su música, forma
de vestir, de hablar, así como su vida burguesa con todo y su refinamiento afrancesado.

Máscaras en el carnaval de Tlaxcala

El pueblo se iba a las calles, a las plazuelas, a los centros de reunión a realizar sus sátiras,
conservar viva la imagen de los patrones, de los capataces y aprovechaba su libertad para
burlarse de estos personajes.

Días de Algarabía

El Carnaval tlaxcalteca se celebra el domingo, lunes y martes anteriores al miércoles de


ceniza. Cinco días en los que la riqueza musical, el canto, vestuario y las danzas populares,
con el más estricto apego a las costumbres y tradiciones del pueblo, se manifiestan dando
rienda suelta a la alegría, con la característica impuesta en cada región del estado.
Atuendos de las danzas

Pero no todo es diversión y bailes solamente. Este festejo también sirve para fortalecer las
relaciones sociales y costumbres de la comunidad, ya que para su realización se requiere
del trabajo voluntario de hombres, mujeres, niños; algunos participando en la organización,
otros solicitando la cooperación de casa en casa para pagar la música, unos más dirigiendo
los ensayos, las mujeres bordando los trajes y los encargados de ofrecer las comidas o
desayunos a los danzantes, preparando mole y tamales de anís, fríjol, salsa verde, mole o
rajas.

De Huehues y Camadas

Las danzas del carnaval que se realizan en el estado de Tlaxcala, son de coreografía
diferente a otras del país, principalmente las denominadas cuadrillas. Estas son realizadas
por los llamados "huehues", que es el nombre que generalmente se le da al danzante del
Carnaval, denominando "camada" a un grupo de ellos.
Peleas de gallos

Los Charros, con sus botines, pantalón, chaleco y corbata negros, además de un manto
bordado con diferentes motivos en hilos de colores, chaquira y lentejuela, son los bailarines
más representativos de la entidad. Complementan su atuendo con una máscara de madera
cuya peculiaridad son los rasgos finos, ojos claros, sin barba ni patilla, con un sombrero de
terciopelo negro con plumas de avestruz y un chicote de ixtle o “cuarta”.

Acompañados de una orquesta compuesta por un saxofón, trompeta, percusiones y violines,


interpretan la danza de La Culebra, la cual tiene su origen en las antiguas culturas
precolombinas y la cual evoca el culto a los dioses del agua, Chalchitlicue y Tláloc, para
hacer llover.

Los Chivarrudos son comparsas que tienen su nacimiento en la vida campirana del sur de
Tlaxcala. Sus integrantes, visten botines negros, pantalón oscuro con chaparreras de piel de
chivo, camisa blanca, saco negro con paliacate, cejas y bigote, acompañados de un pequeño
caballito de madera; a lo largo de sus bailables, dicen versos de doble sentido y críticas a
personajes importantes.

Disfraces y máscaras

Para representar a la burguesía europea de los siglos XVII y XVIII, están los Catrines,
hombres vestidos de botines, pantalón, levita y sorbete negros, de este último, cuelgan
listones de colores y un gaznet; cubren su rostro con una máscara de rasgos finos, ojos
claros, pero a diferencia de los anteriores, con barba.

Las mujeres utilizan trajes de época, largos, amplios y en colores pastel, con un peinado
recogido en la parte alta de la cabeza y un pequeño sombrero con plumas. Les acompañan
las alegres notas de un violín, saxofón, percusiones y un salterio, mientras sus participantes
bailan danzas como las cuadrillas francesas, cuadrillas dobles, las taragotas, entre otras.
Plaza de Toros

Las Cuadrillas son engalanadas con hombres y mujeres que lucen un atuendo de botines
negros, medias de color carne o en tonos vivos, pantalón corto y chaleco de terciopelo de
colores, intercalados en líneas verticales bordado con una gran cantidad de aplicaciones y
chaquira, además de una máscara con barba. Lo más impresionante de su vestimenta es el
tocado que lucen los varones, gracias a la gran cantidad de plumas de avestruz que les da la
imagen de una garza.

Artesano

Si bien las camadas interpretan un sin fin de bailes, dos de ellos sobresalen durante las
fiestas carnestolendas: La Danza de las Cintas y la Danza de los Cuchillos.

La primera, es representada hace apenas 50 años por hombres que visten de camisa y
pantalón blanco, con grecas de chaquira y lentejuela en los puños y tobillos, ceñidor rojo,
huaraches y medias de color carne, con sombrero de palma adornado con plumas de
avestruz de colores, mientras que su rostro lo cubren con una máscara.
Las mujeres visten un vestido blanco completo tipo campana a la rodilla, sin mangas, con
huaraches, mientras que su cabello esta adornado con un par de trenzas y listones de
colores; o bien, con una falda amplia en manta a rayas en colores brillantes, blusa de manga
corta con bordados a mano, ceñidor de color azul y collares vistosos, además de llevar en
cada mano un par de castañuelas.

Catedral de Tlaxcala

La Danza de los Cuchillos, de la cual no se sabe con certeza su origen, es representada


principalmente en la zona noroeste del estado. El traje de los participantes, consta de
botines negros, medias color carne o calcetas con anillos de tonos brillantes, falda de
chaleco de razo o satín, con listones de colores vivos, una máscara y un sombrero de palma
adornado con flores hechas de papel de china.

Lo que les distingue de los demás, es que portan cuchillos en los tobillos, mismos que
hacen sonar cuando ejecutan la danza, al tiempo que realizan diferentes suertes,
acompañados por los compases de un violín y una guitarra.

En Tlaxcala, cada población parece haber escogido una danza característica para estos días
que preceden a la cuaresma:

 La Danza de los Cuchillos.- Toluca de Guadalupe y San Nicolás Terrenate.


 La Danza de las Cintas.- San Juan Totolac y los danzantes de Santa María
Tocatlán.
 Las Cuadrillas.- San Dionisio Yauhquemecan, Ocotoxco, Santa Ursula Zimatepec,
Santa Ana Huiloac, Santa María Atlihuetzía y San Esteban Tizatlán.
Cacaxtla

 Los Charros.- San Francisco Papalotla, San Cosme Mazatecochco, San Francisco
Tepeyanco y Santa María Acuitlapilco.
 Los Chivarrudos.- San Inés Zacatelco y San Luis Teolocholco.
 Los Catrines.- Santa Cruz Tlaxcala, San Bernardino y San Miguel Contla, San
Nicolás Panotla y Amaxac de Guerrero.
 Las Cuadrillas de Tocatlán.- Santa María Tocatlán.

Además de cultura

Sitios cercanos y que vale la pena visitar durante estos días de Carnaval, son la zona
arqueológica de Cacaxtla, magnífica representación de las ciudades ceremoniales
prehispánicas que se erigieron en la entidad; las poblaciones de San Miguel del Milagro y
Tepeyanco, en donde podrá admirar bellos ejemplos del arte colonial, como el Templo de
San Miguel Arcángel y la Parroquia de San Francisco, con sus fachadas y retablos
bellamente adornados.
Si es amante de la Fiesta Brava, en la Plaza de Toros podrá pasar una emocionante tarde,
vitoreando las faenas de los matadores, quienes lidian con toros criados en alguna de las
haciendas del lugar.

Aquí podrá degustar de la gastronomía típica tradicional, como el pollo Tocatlán o


Calpulalpan, las tlatlapas de fríjol, el tradicional mole prieto. Y para endulzar la tarde, unos
muéganos huamantlecos, alegrías elaboradas con semilla de amaranto, el requesón con miel
de piloncillo o un crujiente buñuelo.

ExConvento de San Francisco

Adentrese en Tlaxcala, en donde también encontrará diversión y entretenimiento en alguno


de sus centros recreativos o en su zoológico, al igual que bellas artesanías como máscaras
de madera, sarapes, alebrijes y alfarería.

Cómo llegar

No lo piense más y tómese un tiempo para gozar de la alegría del Carnaval sin ir hasta
Veracruz o Mazatlán. Puede llegar a Tlaxcala en automóvil por la autopista de cuota 150
México-Puebla y tomar la desviación a San Martín Texmelucan, vía que lo conducirá sin
mayor problema a la capital del Estado.

O aborde un autobús en la terminal de autobuses de oriente y en poco tiempo estará en


Tlaxcala (cuyo nombre significa "Lugar de Tlaxcallis", que era el nombre náhuatl de las
tortillas de maíz), pero no olvide ropa cómoda y fresca para el día y un abrigo para la
noche, aunque estamos seguros que con la calidez de su gente, no lo necesitará.

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