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Sí, desde hace poco más de una década la cooperación entre la

Federación Rusa y Venezuela se ha profundizado, mas no ha


empezado de cero. Ya en el siglo XX, el Estado Venezolano
tenía relaciones con Rusia, pero muy limitadas; no más allá del
sector petrolero. Para muchos eslavos, la Venezuela del siglo
XX fue una oportunidad de oro: los más afortunados hicieron
buenos contactos en la clase alta venezolana y hoy forman
parte de las élites locales, principalmente en ciudades como
Valencia y Caracas. No todos, por supuesto, corrieron con la
misma suerte; algunos no triunfaron en el país y luego
emigraron a Canadá y Estados Unidos — y después de todo,
una gran parte de los rusos que llegaron a Venezuela
provenían de China, como los Yakimov — .
Iglesia ortodoxa en el sector Altavista del distrito Catia, Caracas. Hasta hace pocos años,
seguía operativa.

Siglo XIX

Rusia no era ajena a los próceres venezolanos. Francisco de


Miranda, considerado por algunos el venezolano más
universal, estuvo de paso por Rusia, en donde todavía existe la
propiedad que habitó Miranda. Los contactos de Miranda en
Rusia comenzaron en Croacia (específicamente Dalmacia), en
donde sus amistades y conocidos lo recomendaron al
vicecónsul del del Imperio Ruso, Stepan Yampolskiy.

Los historiadores todavía no llegan a un consenso que explique


el interés de Miranda en la cultura e historia del pueblo ruso.
Todavía los historiadores manejan diversas hipótesis, no solo
en Venezuela, sino también en la Federación Rusa. En líneas
generales, estos son algunos de los factores que se deben tomar
en cuenta para comprender la relación de Miranda con el
pueblo ruso: la situación geopolítica internacional; el
enfrentamiento entre España y Rusia: la presencia de factorías
rusas a lo largo de toda la costa del pacífico, desde Alaska hasta
San Francisco; la profesionalización militar; el refinamiento de
su cultura, la creación de una red de contactos; la posibilidad
de obtener apoyo financiero y político para lograr sus planes;
etcétera.

Francisco de Miranda anotó en su diario, el 29 de marzo de


1787: “por el camino [Shuvalov] me persuadía de que no
volviese a mi tierra y que me quedase a vivir con él en
Petersburgo, que me arreglaría muy buen alojamiento en su
propia casa, etc., etc. Yo le di mil gracias por su buen deseo y
cariño […]. Mamonov […] dijo que la Emperatriz le había
encargado me significase quería que yo me quedase con ellos.
Pues temía que en mi país no me tratasen bien, etc. Yo le
respondí que nadie seguramente amaba más a la Emperatriz
que yo, ni era más sensible a su real bondad, mas que me
hallaba en tales circunstancias en el día, que hacían las cosas
casi imposible. Que finalmente yo se lo comunicaría bajo
inviolable secreto, para que informase a Su Majestad y que
haría lo que a ella le pareciese justo”

En 1845, se intentó firmar el primer Tratado de Amistad,


Comercio y Navegación entre el Imperio Ruso y la joven
República de Venezuela, ya separada institucionalmente de
Colombia. Sin embargo, esto no prosperó, debido a que las
negociaciones tomaron mucho tiempo y las inseguridades de la
administración venezolana les impedían tomar una rápida
decisión— el Ejecutivo venezolano criticó algunas
estipulaciones del proyecto presentado por Fortique, aunque
finalmente las aceptó, después de largos meses — ; el
diplomático ruso no llegó a tiempo a la ciudad de Londres, en
donde había sido citado el venezolano Don Alejo Fortique.
Cuando por fin llegó el diplomático ruso, Fortique se había
marchado.

Lamentablemente, los diarios de las travesías de los


exploradores rusos en la América Latina del siglo XIX no han
causado gran interés en la comunidad de académicos, como
bien cuenta Leonid Shur (1977). Mientras que los diarios de los
viajeros europeos occidentales como Humboldt, Bonpland,
Graham, Spix & Martius, Eschwege y muchos más, han sido
utilizados como fuentes de estudio en áreas como la geografía,
la historia y la etnología, los diarios de viajeros rusos fueron,
por mucho tiempo, relegados como objeto de estudio por los
historiadores. Los diarios de algunos exploradores rusos, como
Fyodor Matiushkin, no han sido difundidos.

Además de los conceptos América Española, América Inglesa,


América Portuguesa, América Holandesa y América
Francesa, en la historiografía también existe el de
América Rusa. La América Rusa comprendió dos puertos de
Hawaii y parte de los actuales Estados de California y Alaska,
en los Estados Unidos. La capital rusoamericana fue Novo-
Archangelsk (Arkhangelsk), hoy conocida como Sitka. El
contacto entre la América Latina y Rusia, durante los siglos
XVIII y XIX, fue facilitado por la existencia de colonias rusas
en la América del Norte y las actividades de la Compañía Ruso-
Americana. No obstante, aún cuando en 1884 el historiador
estadounidense Bancroft fue pionero en el estudio de los
diarios de los viajeros rusos en América, son todavía escasas
las investigaciones realizadas.
Exploradores rusos en América, 1817.

No se sabe entonces, hasta qué punto llegaron los rusos a


conocer la América Latina en el siglo XIX. Se cree, aunque no
sabe con total precisión, que la presencia de estos fue
esporádica y muy limitada. Y recordemos que la Tríada
Económica más importante en el desarrollo comercial de
Venezuela durante el siglo XIX y principios del siglo XX estuvo
formada por Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos, de
quienes vino la industrialización pionera. Hasta el gobierno de
Juan Vicente Gómez, cuando finalmente fueron superados por
los estadounidenses, los alemanes prácticamente
monopolizaron las concesiones de los gobiernos venezolanos,
junto a los ingleses. Pero los alemanes se adaptaron mejor que
estos últimos a la sociedad venezolana, y a través de los lazos
matrimoniales con las godarrías locales, consolidaron mejor
sus intereses en el país caribeño. En este contexto, los rusos no
figuraron.

Gladys Katerina Ivanoff Peña, Miss Distrito Federal en el Miss Venezuela de 1994. Fue
elegida Primera Finalista y recibió la distinción “Ojos más hermosos del concurso”. La
ruso-venezolana también participó en concursos de belleza en Moscú, Rusia.
Y existe una vieja leyenda urbana, aparentemente sin
fundamento, que vincula a Juan Vicente Gómez con la madre
de Stalin. Supuestamente, Gómez estuvo con ella en Cúcuta
(Colombia), nueve meses antes del nacimiento del líder
georgiano, cuando esta trabajaba en el sector entretenimiento.
Si esto fuera cierto, entonces sería posible que José Vicente
Rangel y Stalin estuvieran emparentados, ya que algunos
expertos en genealogía venezolana lo asocian al presidente
Gómez — es decir, podrían ser hemanos — . ¡Quién sabe!
Aunque uno, particularmente, lo duda. No suenan muy
creíbles estas leyendas urbanas.

Siglo XX
Milka Chulina, Miss Venezuela. Entre los años 1978 y 1999, Chulina obtuvo el puntaje
más alto en el certamen Miss Universo. Lamentablemente, no ganó.

El distrito de Catia, puerta de entrada a Caracas, ha acogido a


la comunidad rusa en Venezuela desde el siglo XX. A muchos
caraqueños les sorprende, puesto que consideran, con base en
prejuicios y estereotipos, que Catia es una zona “inhóspita”
para los extranjeros o sus descendientes; ignorando las
ventajas de este sector. Y lo cierto es que, si bien el sector, de
vocación obrera, se ha deteriorado en las últimas décadas,
todavía tiene mucho potencial y grandes atractivos.
Francisco Marie Pierre Beufrand Koslowski
vino al mundo en un lugar bastante apartado
del jolgorio y los grandes boatos: en un
campo petrolero de Maracaibo. (…) su padre,
“un francés organizado, metódico y
vinculado a los negocios”, y su madre Nadia
Koslowsky, “una rusa que venía escapando
de la guerra, se trasladaron a la urbanización
La Floresta de Caracas y la infancia de
Francisco iba a transcurrir en un triángulo
tan exótico como el de las Bermudas, con
ejes en Maracaibo, Caracas y New York,
donde tenían apartamento. – Simón
Villamizar, Revista Exceso, 2001

Catia es prácticamente una ciudad dentro de una ciudad, si


vemos su población — hay ciudades con menor población que
Catia — . Son muchos los habitantes de Catia que hacen su
vida exclusivamente en las fronteras del distrito y sus
urbanizaciones; viven, trabajan y pasean en Catia, saliendo
rara vez a otras zonas de la ciudad. Aunque la mayoría de los
rusos de Catia se mudaron a urbanizaciones del Este
Caraqueño, todavía quedan algunas decenas de rusos
originarios, acompañados por los recientes inmigrantes en las
épocas de Chávez y Maduro.
Milka Chulina, Miss Venezuela de origen hebreo (judío) y eslavo.

En las primeras décadas del siglo XX, la presencia de rusos en


Venezuela fue esporádica, pero aún así muy significativa. En la
Venezuela gomecista los ideales del positivismo estaban en
auge: la Idea de civilización, el determinismo geográfico, la
necesidad de europeizar al país, lo europeo como sinónimo de
cultura y progreso, el determinismo étnico-racial, la jerarquía
social y racial, entre otros. En un país azotado por las
enfermedades y con niveles de alfabetismo realmente bajos —
muy pocos venezolanos sabían leer y escribir; menos todavía
eran los que tenían formación universitaria — , era necesario
fomentar la inmigración europea, preferible a la inmigración
amarilla y african bajo los estándares gomecistas. Fue en este
contexto que se propuso traer inmigrantes cosacos a
Venezuela, aunque el proyecto fracasó.
“Los cosacos son gentes blancas –continúa la
misiva de Barceló–; pero están
acostumbrados a la dura vida de los llanos
que en Rusia llaman estepas y a las faenas de
cría. Montados en sus caballitos medio
cerreros, han sido siempre la vanguardia del
ejército ruso y aun cuando al parecer
desordenados, se han distinguido por una
ciega obediencia al superior y su adhesión al
Gobierno” — José Gregorio Meza, 2014

Uno de los rusos más emblemáticos en las primeras décadas


del siglo XX fue Nikolay Ferdinandov, colega y maestro del
pintor Armando Reverón. Antes de llegar a Venezuela,
Ferdinandov cursó estudios de arquitectura y decoración en
las universidades de Moscú y San Petersburgo. Su enseñanza
en los círculos de arte en Venezuela no se limitó al campo
investigativo de la pintura, sino que se extendió a
filosofía; Ferdinandov propuso al artista como hombre
de acción capaz de bastarse a sí mismo y de separarse
de la civilización.

Las principales influencias de Ferdinandov fueron: el


simbolismo ruso y el art nouveau. Fue pionero en el país por
haberle conferido vehementemente calidad plástica al soporte,
huella que dejó en su discípulo Reverón. La mayoría de sus
obras se extraviaron y nadie sabe dónde se
encuentran; apenas 40 de sus pinturas se conservan en las
bóvedas de la Galería de Arte Nacional de Caracas, casi todas
realizadas al guache sobre cartulina.
Revista Exceso (1993): “Ahora lo rotulan con
el gentilicio venezolano, ¿pero lo es? Si bien
nació en Caracas, [Meyer Vaisman] es hijo
de rusos judíos y vive a plenitud en New
York, de donde, por lo demás, brinca con
frecuencia a Europa.

Según la comunidad rusa venezolana, Ferdinandov llegó a


Caracas en 1917 — huyendo de la Primera Guerra Mundial — ,
acompañado del pintor rumano de origen judío, Samuel
Mutzner. El ruso era empleado de un marinero de un buque
griego, comunidad que, según las crónicas, había llegado a
Venezuela en el siglo XIX (el enigmático caso de Juan “El
Griego” en la isla de Margarita). Los primeros testimonios de
presencia rusa en Venezuela se encuentran después de la
Primera Guerra Mundial, contemporáneos con Ferdinandov.
Nicolás se casó con la venezolana Soledad González.
Desde su llegada a Venezuela, la presencia de Ferdinandov fue
notable en Caracas, principalmente debido a la influencia que
este tuvo en los pintores Armando Reverón y Rafael
Monasterios – con quien viajó a Margarita luego de conocerlo
en 1919 – . El tratamiento del paisaje, que queda subordinado
a una tonalidad azul inspirada en fondos marinos, fue parte de
su rico legado al Círculo de Bellas Artes en Caracas, del cual
salieron algunos de los más reconocidos pintores de
Venezuela. Se considera que el período azul de Reverón tuvo la
influencia del ruso Ferdinandov.

Después de vivir unos años en Caracas, Ferdinandov se


traslada a Curazao, junto a su esposa venezolana Soledad
González. La comunidad rusa venezolana cuenta que a
Ferdinandov no le quedo otra opción que dejar Venezuela,
puesto que algunos hombres poderosos de la administración
de Gómez se habían enamorado de su esposa. En 1925, poco
después de su partida, fallece a raíz de la tuberculosis. La
construcción de un gran submarino, el sueño de Ferdinandov,
no se materializó.

Durante la década del cincuenta numerosas familias


rusas y eslavas se asientan en Chacao, Los Palos
Grandes y Sebucán. En esta última se construye el Templo
San Nicolás próximo a los Dos Caminos y la Avenida Rómulo
Gallegos, 1ra Transversal de la Avenida Sucre. Construida en
1954 con fondos provenientes de Estados Unidos (ROCOR)
con cúpulas típicas en forma de cebolla verde enarbolando la
cruz ortodoxa dorada triunfante a la media luna. —
Fernando Rivas y Cruz Gruber, 2014, Iglesias y Comunidades
Ortodoxas en Venezuela y su tradición Iconográfica
Nikolay Ferdinandov (Nicolás Ferdinandov), Amanecer en el Cementerio de Los Hijos de
Dios, 1919. Colección de la Galería de Arte Nacional de Caracas. Guache sobre papel. 69 x
54,5 cm.

M ariano Picón Salas, sobre Reverón: “Sobre estos temas y


sobre su inquietante vocación espiritualista [Reverón] parece
haber conversado mucho con ese curioso y alucinante
decorador ruso Nicolás Ferdinandov, quien apareció
en Caracas por 1920 y en cuyo taller, decorado con viejos
iconos y con motivos submarinos — taller que parecía el
santuario de una esotérica religión — Reverón aprendió a
tomar el té a la manera eslava, a pronunciar algunas palabras
rusas y a discutir y buscar a Dios como un personaje de Fedor
Dostoyevski. De este momento de su existencia algo penetró en
su arte, en ciertas figuras que están tratadas con la técnica de
un mosaico bizantino, sumidas en un misterioso fondo
lumínico, pretendiendo una vaga simbología como en aquel
cuadro titulado Las hijas del Sol, propiedad de Carlos Eduardo
Frías.”

Unas décadas después, en tiempos de los López Contreras,


Medina Angarita, Betancourt y Pérez Jiménez, llegarían a
Venezuela las grandes oleadas de inmigrantes eslavos: rusos,
ucranianos, polacos y otras nacionalidades. “Me cuenta mi
padre que era de noche cuando llegaron, la costa resplandecía
con numerosas luces. Pareciera que hubieran llegado a una
gran ciudad portuaria iluminada por las diferentes
edificaciones”, relata Jorge Svistunov, descendiente de una
familia de rusos-croatas que llegaron a Venezuela en mayo de
1947, en el barco ‘USS General S.D. Sturgis’.
En la mejor época de Catia, en la década del
60, unas 300 familias de origen ruso estaban
asentadas en Altavista, pero hoy no son más
de diez o veinte, sin sumar las nuevas olas de
inmigrantes en los años recientes. La
mayoría se fue a Estados Unidos, Canadá o a
otras zonas de Caracas. Después de todo,
muchos de estos rusos habían llegado desde
China, y Venezuela fue un punto de tránsito
de algunos. Unos se quedaron para siempre
en Venezuela y otros se fueron después.

Los rusos que llegaron a Venezuela en este período se


establecieron en las distintas urbanizaciones y sectores de
Catia: Altavista, los Magallanes, Lídice y otros; Sarría; Petare,
El Marqués y Los Chorros; etcétera. En Catia, núcleo central de
la comunidad rusa caraqueña, se construyeron tres iglesias
ortodoxas, todas clausuradas desde hace una década. Para la
comunidad rusa, el nombre Catia es muy especial porque
también es un nombre ruso — una leyenda urbana dice que el
nombre Catia se debe a los rusos, si bien está demostrado que
tiene su origen en los pueblos indígenas — . Hoy en día, la
comunidad se encuentra mejor distribuida a lo largo y ancho
de Caracas, en los siguientes sectores y urbanizaciones: Los
Dos Caminos — en donde existe la principal iglesia ortodoxa
de la ciudad — , La Florida, Altamira, El 23 de enero, Los Palos
Grandes, Las Mercedes, El Rosal, Sabana Grande, Catia,
Guatire, Guarenas, Alta Florida, Caracas Country Club, El
Hatillo, Bello Monte, Santa Mónica, Campo Alegre, Monte Alto
y El Hatillo.

Los Zagicko murieron y el apellido desapareció, los


Goncharow se fueron a Estados Unidos, los Plotnikoff se
mudaron, Nicolás Broks se mató en un accidente en la
autopista de Guarenas, el padre Alexander, que oficiaba misa
en una de las dos iglesias ortodoxas, falleció en 2008. La
suerte de los descendientes de los primeros rusos que
poblaron Altavista, parte alta de Catia, ha sido diversa
aunque semejante en un aspecto: muy pocos quedan hoy allí”.
— José Gregorio Meza

La contribución de los rusos en Venezuela fue notable en las


humanidades, las ciencias, y especialmente, en el ballet
venezolano, que tuvo su influencia rusa. Es todavía recordada
la bailarina Lila Nikolska, quien fue profesora de la Escuela
Nacional de Ballet, bajo la dirección de Nena Coronil. Nacida
en Vladivostok (Rusia — 1904), Nikolska dejó la ciudad de
Praga (República Checa) después de la ocupación soviética de
Checoslovaquia (hoy Eslovaquia y República Checa), en 1945.
La rusa consiguió trabajo en Caracas y se vino a vivir, con su
madre, a Venezuela. Desafortunadamente, Nikolska murió en
el año 1955, cuando apenas tenía 51 años. Su legado artístico
sigue siendo recordado en Rusia, Ucrania, República Checa,
Hungría y Venezuela.
En el interior del país, las bailarinas rusas también dejaron
una huella. El caso más relevante es el de Nina Nikanorova,
nacida en Tver, Rusia, el día 28 de diciembre de 1923 y
fallecida el día 23 de diciembre de 2013 en Miami, Estados
Unidos. Nikanorova, nacionalizada venezolana en el año 1963,
fundó el 15 de septiembre de 1948 la Escuela de Ballet Clásico
Nina Nikanorova, que formó importantes bailarines
venezolanos. Asimismo, también en Venezuela resaltó la labor
de la ucraniana Irene Ivanovna Chajova de Levandowsky,
alumna de Tamara Karsavina, que fundó varias academias de
ballet clásico en el Estado Zulia.

La primera profesora en llegar a Venezuela fue Gally de


Mamay, formada en los Ballets Rusos de Serge Diaghilev, en
1930. A ella le siguieron Basil Iston Dimitri en 1934 (hijo de
rusos y formado en Estados Unidos con los maestros Ruth
Saint-Denis y Von Laban) y Steffy Sthäl de Austria en 1936 –
Sansha de Venezuela

En la era demócratica (1958–1998), existieron muy pocos


acuerdos entre la Unión Soviética y Venezuela. Según
el Banco de Comercio Exterior de México, Venezuela fue entre
1961 y 1983 uno de los países que firmó menos acuerdos con
los soviéticos, a diferencia de otros países de la region como
Argentina, Perú y México. Durante el siglo XX, Venezuela fue
uno de los grandes aliados estratégicos de los Estados Unidos
de América.

Desde los años ochenta, Venezuela ha establecido relaciones


comerciales con la Unión Soviética, principalmente enfocados
al sector petrolero; con el fin de posicionar el petróleo
venezolano en Europa. A finales de los años ochenta, varios
países y compañías transnacionales manifestaron su voluntad
de invertir recursos para el desarrollo de la orimulsión en el
país, entre ellos la Unión Soviética y Japón. Y fue en el marco
de estos convenios, que también arribaron a Venezuela
algunas de las últimas olas de inmigrantes rusos, como los
Demidov.
“M uchos de los inmigrantes que llegaron, debido a las
malas condiciones de vida que afrontaron, decidieron irse
luego. Hubo quienes se fueron a Estados Unidos y Canadá”,
contó en Caracas en retrospectiva II, un grupo de Facebook,
una descendiente de emigrantes llegados en esa época, nieta
de ucraniana y ruso. “En Altavista mi abuela construyó ella
misma, puso cada bloque, su propia casa. Decía que la idea
era que solo vinieran familias o parejas casadas con hijos en
camino. Al venir les iban a otorgar tierras a crédito para ser
pagadas con el fruto de las cosechas pero lamentablemente
solo un pequeño grupo recibió ese beneficio y los demás
quedaron a su suerte”. — Russia Beyond The Headlines, José
Gregorio Meza, 2013

Siglo XXI

El presidente destituye a todos los cargos de museos,


galerías, editoriales y orquestas — Ludmila
Vinogradoff, El País, 2001

La llegada de Hugo Chávez significó, en cierta medida, un


antes y un después en Venezuela. Ya desde el año 1999, Chávez
había anunciado sus intenciones de acercarse a China y
rechazó a que consideraba “el mundo unipolar” dominado por
Estados Unidos. Por lo menos en lo geopolítico, el chavecismo
mostró desde un principio cuál iba a ser su orientación como
movimiento. La comunidad intelectual venezolana sabía muy
bien lo que venía, y muy pronto, inspirados en los postulados
de Antonio Gramsci, los chavecistas iniciarían su “revolución
cultural”, en donde una de las más afectadas fue Sofía Ímber,
fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas,
alguna vez el mejor y más completo múseo de América Latina.
“No creemos en los postulados neoliberales
de Occidente, devastadores para el Tercer
Mundo. Nos quieren hacer copiar modelos
económicos que han conducido a la pobreza
a millones de seres humanos” — Hugo
Chávez, en 1999

Para los rusos, estos cambios no fueron fáciles, si bien muchos


lograron adaptarse. Después de todo, ellos habían conocido
otra Venezuela y se quedaron a vivir en un país que, desde el
año 1999, había comenzado a desaparecer: unos lo apoyaron y
otros no. La llegada de Chávez vino acompañada, al mismo
tiempo, de la emigración y la inmigración de rusos — los rusos
que adversan el comunismo no se sintieron a gusto — . Aún
así, en términos nominales, la comunidad rusa en Venezuela se
mantuvo en su tradicional rango de 5000–6000
habitantes. De hecho, han llegado nuevos inmigrantes rusos a
la Venezuela chavecista-madurista. Los rusos trabajan en
empresas transnacionales como Rosneft y Gazprom; tienen sus
propios negocios; son profesores universitarios o
investigadores independientes; han contribuido con el
desarrollo de las ciencias en Venezuela (en el IVIC, por
ejemplo); desarrollan emprendimientos turísticos; brindan
asesoría militar a la administración oficial venezolana,
etcétera.
Vera Demidova, directora del Comité de
Compatriotas Rusos en Venezuela, marzo
2019: Los rusos no se van de Venezuela, a
pesar de las dificultades

Esperanzados por el fortalecimiento de los lazos económicos,


políticos y culturales entre Caracas y Moscú – en 2005
Venezuela suspendió el convenio de cooperación estratégico-
militar con Estados Unidos y se acercó a la Federación Rusa – ,
la comunidad rusa venezolana tuvo grandes expectativas en
estas últimas dos décadas. Sin embargo, muchas de las
promesas no fueron cumplidas. En el año 2008, el presidente
Chávez “propuso elaborar una estrategia para construir una
verdadera catedral, de tal envergadura y cualidades
arquitectónicas que sean adecuadas al altísimo nivel de
nuestras relaciones”, de acuerdo al entonces Metropolita de
Smolensk y Kaliningrado y hoy Patriarca de Moscú y de todas
las Rusias, Kirill Gundiaev. Y este no ha sido el único proyecto
entre Rusia y Venezuela que no se ha concretado, lo cual es
una lástima para la comunidad.

Para los rusos, es difícil opinar sobre Venezuela: se mezcla el


orgullo nacional, el sentimiento patrio, el antagonismo
estadounidense/ruso, la crisis económica y humanitaria del
país, el partidismo venezolano (PSUV, AD, COPEI, PJ y otros
partidos), el partidismo ruso (unos apoyan a Putin y otros no),
entre muchas otras cosas. Unos grupos de rusos apoyan a
Maduro, pero no apoyan a Putin; algunos se definen como
apolíticos; otros critican a Maduro, pero lo apoyan porque
tiene una retórica anti-imperalista estadounidense; algunos
grupos de los más antiguos son profundamente antichavecistas
y anticomunistas, etcétera. Existen muchas tendencias de
opinión en la comunidad.
Aunque habían sido bien recibidos por los venezolanos hasta
los años 2013–2014, la profunda crisis social, política y
económica que vive el país ha estado asociada con el
surgimiento de la rusofobia, alimentada por los medios de
comunicación y la postura del gobierno de la Federación Rusa.
Los rusos son víctimas de malos tratos, debido a que muchas
personas piensan que estos simpatizan con el gobierno de
Nicolás Maduro, ignorando que en algunos casos, los rusos
pueden ser profundamente anti-chavecistas y ya llevan varias
décadas asentados en Venezuela.
Boersner & Haluani (2013): Desde que
desapareció la URSS en 1991, Rusia fue
percibida como una superpotencia
derrotada, reducida en territorio regional y
en auge internacional. Pasadas más de dos
décadas intentando reinventarse,
principalmente ante Occidente, Rusia está
logrando redefinirse en la escena mundial,
concretamente para 2005, coincidiendo con
la cancelación de las deudas rusas con los
acreedores occidentales y con el alza en los
precios del petróleo.
Catia, cuna de la comunidad rusa en Venezuela.
Altavista, Calle Ucrania, Iglesia Ortodoxa.

Y algo más…
“El lugar que ahora ocupa el estrecho de
Bering antes podía cruzarse a pie. Durante la
glaciación, el agua se convirtió en hielo y el
nivel del océano mundial descendió” — Oleg
Balanovski

En el año 2016, un grupo de genetistas, bajo la dirección de


Oleg Balanovski y conformado por expertos de diversas
nacionalidades, logró demostrar que los aztecas, los incas y los
iroqueses son parientes cercanos de los pueblos de Altái, una
región de Rusia situada entre Siberia Central, China y
Mongolia. En la comunidad científica, esta teoría ya tenía
alrededor de un siglo, partiendo del parentesco existente entre
los indígenas americanos y las comunidades rusas de Altái; se
creía que a través de Alaska y Chukotka los altaicos pudieron
haber llegado a América.

Como antecedente, las dos revistas científicas más prestigiosas


del mundo, Nature y Science, habían publicado en el año 2013
artículos sobre el análisis del genoma completo de los indios
americanos y de sus posibles antepasados siberianos. En estas
investigaciones, se confirmó la hipótesis: los antepasados
de los indios americanos llegaron al continente hace
unos 20.000–30.000 años desde Siberia. Esto motivó a
Balanovski a llevar el estudio a mayor escala: 25.000 muestras
de miembros de 90 grupos étnicos de Rusia y los países
vecinos.

Tomando en consideración que algunas comunidades


indígenas venezolanas tuvieron contacto con los aztecas, entre
ellas los caribes, de quienes descienden una gran parte de las
tribus que habitaban la Península de Caracas, no es
descabellado pensar que los venezolanos podrían descender de
los rusos. Pero no de los rusos étnicos, que son de origen
eslavo, sino de las minorías étnicas en Rusia – una cosa es ser
ruso y otra es ser ciudadano de la Federación Rusa. Un tártaro
es ciudadano ruso, pero no ruso étnico, por ejemplo – . En el
castellano, a diferencia del ruso, no existe un término para
diferenciar al ruso étnico (русский) del ruso por ciudadanía
(российский). ¿Es Rusia una madre lejana de
Venezuela? Si esto es así, entonces no estaríamos
hablando de una historia de tres siglos, sino de unos
cuantos milenios.

Otros datos importantes:

1. Valencia fue, por mucho tiempo, considerada la


capital rusa de Venezuela. De hecho, se comenta que
una descendiente del poeta afro-ruso Pushkin vivía,
hasta hace no mucho, en Valencia. Las iglesias
ortodoxas de Valencia son más imponentes que las
de Caracas. Más información sobre Valencia y
Puerto Cabello desde la óptica rusa.
2. En el mes de octubre de 2008, en el marco del
programa de Jornadas de Rusia en América Latina,
el actual Patriarca de Moscú y de todas las Rusias,
Kirill Gundiaev, se reunió en Caracas con el
presidente venezolano Hugo Chávez.
3. En la Colonia Agrícola de Turén, en el interior de
Venezuela, también llegaron rusos, junto a
alemanes, polacos y españoles.
4. Hasta la llegada de Hugo Chávez al poder, existió
una cátedra de lengua rusa en la Universidad Central
de Venezuela. Existen diversas teorías sobre la
eliminación de la cátedra.
5. Se dice que el prócer Francisco de Miranda tuvo un
romance con Catalina II de Rusia, La Grande. En
San Petersburgo, todavía sigue en pie la casa que fue
habitada por Miranda.
6. Rusia reconoció a Venezuela como nación
independiente y soberana en 1957 – el primer país
hispanoamericano cuya independencia fue
reconocida por Rusia – . Por mucho tiempo,
Venezuela fue un Estado sin reconocimiento
internacional, hasta que gracias a la firma del
Tratado de Madrid se llegó a una tregua con España.
Y poco después, algunos pidieron la intervención
extranjera: unos la de España y otros la de Estados
Unidos.
7. Las relaciones diplomáticas entre la URSS y
Venezuela fueron establecidas el 14 de marzo de
1945. De acuerdo con el Decreto del gobierno
soviético, las mismas fueron suspendidas el 13 de
junio de 1952 debido a la falta de condiciones en
Venezuela para la actividad normal de los
representantes soviéticos. También hay que
considerar que, había incertidumbre por el gobierno
de Marcos Pérez Jiménez.
8. Más tarde – el 16 de abril 1970 – se restablecieron
las relaciones diplomáticas a nivel de embajadas,
entre la URSS y Venezuela.
9. El Presidente Carlos Andrés Pérez fue el primer líder
de Venezuela que visitó la Unión Soviética, en el
marco de una visita oficial (1976). En el mismo año
visitó Moscú la delegación venezolana encabezada
por el Presidente del Congreso Nacional, el señor
Barrios; en respuesta, una delegación soviética visitó
Venezuela, encabezada por el Vicepresidente del
Soviet Supremo de la URSS, el señor Khalilov.
10. En 1983, Venezuela recibió la visita de la
delegación soviética encabezada por el
Vicepresidente del Soviet Supremo de la URSS
S.Imashev.
11.Nicaragua, Argentina, México, Perú y Cuba son los
países que más comerciaron con la Unión Soviética
el siglo pasado.
12. Venezuela, Costa Rica, Ecuador y El Salvador
fueron los países que, en líneas generales, menos
comerciaron con la URSS.
13. Todavía los etnólogos y filólogos rusos no
tienen se preguntan por qué algunas familias
venezolanas decidieron llamar a sus hijas “Ivanova”,
el cual es un apellido ruso.
14. La Comisión Intergubernamental Ruso-
Venezolana de Alto Nivel (la CIAN) fue creada el 23
de diciembre de 2002.
15. En los años ochenta, la Unión Soviética logró
convertirse en el socio comercial más importante de
la Argentina (20,1% del total de las ventas al exterior
de la Argentina). En 1980, Argentina ya era el
principal exportador latinoamericano a esa región,
con 47% del total.
16. En el año 1960, además de Cuba, la Unión
Soviética solo tenía relaciones relevantes con tres
países latinoamericanos: Argentina, México y
Uruguay, que consideraron ventajosos los convenios
con la URSS. Fue a partir de esta década que otros
países profundizaron las relaciones.
17. En el siglo XX, México fue el país
latinoamericano que mantuvo la relación
diplomática y amistosa más duradera con la Unión
Soviética. Para México, las relaciones con Rusia
fueron un as bajo la manga frente a las presiones de
sus vecinos.
18. México fue el primer país latinoamericano en
establecer relaciones con la Unión Soviética.

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Autor: Vicente Quintero-Príncipe


Vicente Quintero es analista cultural y político. Licenciado en
Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de
Caracas, con énfasis en la politología. También estudió,
durante 1 año, Lengua y Cultura Rusa en el Instituto de
Estudios Internacionales ИМОП de la Universidad Politécnica
Estatal de San Petersburgo (Rusia). Cursa actualmente una
maestría en Gobierno y Políticas Públicas. También cursa
estudios especializados de Teología avalados por el Patriarcado
de Moscú y de todas las Rusias, máximo representante
institucional de la Iglesia Ortodoxa en Rusia y su eje de
influencia. Quintero ha sido intérprete-traductor y asesor
político de periodistas y empresarios extranjeros en Venezuela.
Quintero es columnista de El Nacional Web (Venezuela), Ideas
en Libertad, Cultura Colectiva (México), The Global World
(España), WTC Radio (Venezuela), ProEconomia, Alternos
(Venezuela), American Herald Tribune (Estados Unidos) y La
Trenza (México).

Sus artículos también han sido publicados por Entorno


Inteligente (Venezuela), Maduradas (Venezuela), Enlace Judío
y Иносми — Россия Сегодня (Rusia). En el año 2018, ha
tenido la oportunidad de presentar sus obras de arte en el
Museo Alejandro Otero (Fundación de los Museos Nacionales
de Venezuela). A través del arte, Quintero expresa la realidad
política y económica del mundo. Quintero habla cuatro
idiomas: español, inglés, ruso y alemán. Quintero ha dado
entrevistas para la BBC, Россия 24, Izvestia, WTC Venezuela y
otros medios nacionales e internacionales. Quintero además
ha aprobado la mitad de los créditos de la Licenciatura en
Psicología de la Universidad Metropolitana de Caracas, lo que
le ha permitido desarrollar inteligencia emocional.Sus
artículos también han sido publicados por Entorno Inteligente
(Venezuela), Maduradas (Venezuela), Enlace Judío y Иносми
— Россия Сегодня (Rusia). En el año 2018, ha tenido la
oportunidad de presentar sus obras de arte en el Museo
Alejandro Otero (Fundación de los Museos Nacionales de
Venezuela). A través del arte, Quintero expresa la realidad
política y económica del mundo. Quintero habla cuatro
idiomas: español, inglés, ruso y alemán. Quintero ha dado
entrevistas para la BBC, Россия 24, Izvestia, WTC Venezuela y
otros medios nacionales e internacionales. Quintero además
ha aprobado la mitad de los créditos de la Licenciatura en
Psicología de la Universidad Metropolitana de Caracas, lo que
le ha permitido desarrollar inteligencia emocional.
 Russia

 Venezuela

 History

 Culture

 Jewish

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Vicente Quintero
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Analista cultural-político. Filosofía de las relaciones


internacionales.

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