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ANÁLISIS Y COMENTARIOS SOBRE EL LIBRO “EL PROCESO

ECONÓMICO” DE MANUEL F. AYAU CORDÓN.


8. LA FUNCIÓN DEL CAPITAL Y LA REMUNERACIÓN AL TRABAJO.

Luis Alberto Fernández Ramírez.*

En seguimiento con el análisis del libro que se comenta, corresponde en


esta ocasión abordar el octavo de los temas tratado en dicha obra.

El autor inicia su exposición refiriéndose al tema de un concepto


económico denominado capital y desde un inicio rompe un falso paradigma que
probablemente muchos hayamos tenido anteriormente, como lo es que el dinero
no es capital, sino más bien es un medio de intercambio, que puede convertirse
en capital a través de la inversión, caso contrario el dinero puede ser
simplemente consumido, esto es intercambiado para satisfacer necesidades más
inmediatas.

Lo que realmente es considerado como capital son los bienes de capital que
no son más que las herramientas o productos que aumentan la productividad de
determinada actividad, (entiéndase los instrumentos de trabajo, maquinaria,
infraestructura y tecnología.) Con el auxilio de estos puede generarse la riqueza,
sin embargo es necesario un elemento esencial para la generación de la misma
como lo es el trabajo, es decir aquel cúmulo de actividades tendientes a la
transformación de los meros recursos en productos capaces de satisfacer
necesidades –a través de la inteligencia, tiempo y de otros recursos-, para lo cual
los bienes de capital son esenciales a efecto de posibilitar la realización de dicho

*
Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Abogado y Notario. Universidad Rafael Landívar. Maestro en
Derecho Civil y Procesal Civil. Universidad San Carlos de Guatemala. Master en Ciencias Forenses.
Universidad de Valencia, España. Doctorando en Derecho. Universidad de Occidente. Juez de Sentencia de
Quetzaltenango. Organismo Judicial, Guatemala.
trabajo de un modo más eficiente y eficaz, esto es más productivo, lo que en caso
de lograrlo permitirá la creación e incremento de riqueza, de allí su importancia.

Sin ese elemento de trabajo o de proceso de transformación, los recursos


naturales de cualquier lugar resultan inútiles para la generación de riqueza y la
consecuente mejora en el nivel de vida de las personas. (Esto explica en mucho
porque varios países que cuentan con recursos naturales y tierra fértil –como el
nuestro- siguen siendo pobres y como otros sin contar con estos recursos son ricos
por su infraestructura e industria, estos es por contar con bienes de capital.)

Se pone en evidencia la importancia mayúscula de los bienes de capital


para la mayor productividad y la consecuente generación de riqueza; toda vez
que cualquier trabajo se realizará de un modo más eficiente y eficaz al realizarlo
con herramientas o maquinaria que coadyuven su labor. Siendo por ello el capital
el factor decisivo en el aumento de la productividad, extremo que en términos
Miseanos equivale a decir que un país con fábricas será más rico que un país sin
fábricas.

Ahora bien, ese capital o bienes de capital tienen una fuente u origen, lo
que nos lleva a otro concepto económico importante como lo es el ahorro, que
según se ha mencionado antes, es el sacrificio del consumo presente para
aumentar el consumo futuro, a través del incremento monetario que hace posible
la adquisición de dichos bienes de capital.

Este proceso se denomina proceso de capitalización, que en muchas


ocasiones deviene lento, por cuanto depende directamente de la capacidad del
incremento de los ahorros, lo cual puede acelerarse con la afluencia del ahorro
de otras personas de otros países lo que se denomina inversión extranjera.
Nótese que para que este tipo de inversión pueda darse en cualquier país, deben
asegurarse ciertas garantías para el inversor, a efecto de hacer atractiva dicha
inversión, tales condiciones o garantías principalmente son el mayor
rendimiento y seguridad de la inversión realizada.

Sin embargo, ese proceso de capitalización no solo tiene un costo


monetario, es decir, la inversión en equipos, herramientas e infraestructura, así
como en el nuevo conocimiento necesario para hacer las cosas de un modo nuevo
y distinto, sino sobre todo supone un cambio ideológico, pues la persona debe
decidir entre cambiar o no cambiar con sus respectivas consecuencias.
Recuérdese en éste punto el cuento “¿por qué no tengo bicicleta?”, que es un claro
ejemplo del costo de no cambiar.

Dicho cambio o proceso de capitalización, lleva implícito una serie de


ajustes que son necesarios para el progreso “no es posible cambiar sin cambiar”.
Así el proceso de capitalización sustituye a algunos trabajadores con la
maquinaria que hará más productiva la función que estos realizaban. Lo que a
primera vista pareciese una consecuencia negativa por el desempleo generado,
realmente se constituye en un mero ajuste temporal que termina por mejorar la
economía de toda la comunidad, pues existirá mayor poder adquisitivo por la
baja de precios resultante de la mayor productividad de la maquinaria adquirida
lo que generará compradores potenciales de nuevas actividades o producto;
existirá el factor humano disponible para realizar los nuevos productos
(trabajadores desplazados por la maquinaria) y por último se contará con ahorros
de capital necesarios para invertir en nuevas producciones, fruto de las mejoras
en la productividad causadas por la maquinaria. Véase como la industrialización
aumentó el incremento real de todos, mejorando su nivel de vida.

En otro orden de ideas, el autor trata relativo al concepto económico de


salario, señalando de inicio dos ideas principales.
- La existencia de una ley económica que señala: “el nivel de salarios en
cada clase de actividad lo determina la productividad marginal del
trabajo.”
- La anterior ley no la puede derogar ningún Congreso ni la propia
Organización Internacional del Trabajo (OIT)

Respecto a la primera idea resulta oportuno comentar que por salario debe
entenderse a la remuneración total del trabajador, es decir, lo que se le paga
tanto en efectivo como en especie. Asimismo que la ley económica se refiere
no al salario en general sino por cada clase de actividad, es decir, que según
el tipo de trabajo o actividad económica que se trate así será la franja de
salario. (Nótese que en nuestro país, no tenemos una clara diferenciación de
salario por actividad económica sino solo un somero intento de distinción
entre actividades agrícolas y no agrícolas, y recientemente incorporada la
actividad por maquila, clasificación que a todas luces resulta insuficiente
para denotar y diferenciar el salario de cada actividad económica que en la
sociedad se da.)

Además de ello señala que el salario se paga no por el simple hecho de


trabajar, sino por el hecho de producir, lo cual necesariamente nos lleva a la
noción de productividad marginal del trabajo, que es el fenómeno que
rige el aumento o disminución de salarios en determinada actividad
precisamente como consecuencia de la mayor o menor ganancia en la
producción. Debe tenerse presente, que este fenómeno no solo afecta a la
actividad económica donde se aumenta el salario, sino además cause efectos
en las demás actividades quienes se ven forzados a aumentar sus salarios
para no perder la fuerza laboral que poseen.

Ahora bien, respecto a la segunda idea (aun cuando el autor no profundiza


en ella), es sumamente importante y significativa tomarla en cuenta, por
cuanto ha quedado evidenciado que los salarios se fijan por la productividad
marginal de trabajo de cada actividad económica y no por regulaciones
legales. Lo cual pone de manifiesto que ese pago es fruto del movimiento
económico que se da en el contexto social (espontáneo) y no de una imposición
gubernamental. Algo que en nuestro país no se ha comprendido en lo absoluto
y sucede todo lo contrario; los salarios (mínimos) son fijados mediante un
acuerdo gubernativo del Ministerio de Trabajo y Previsión Social,
imponiéndoselos como obligación a todas las actividades económicas que
funcionan en el país. Algo que sin duda es causa de inestabilidad económica,
cierre de empresas y consecuente desempleo así como falta de inversión
extranjera. (Recuérdese la visión de Hayek respecto a las regulaciones
deliberadas del gobernante, -taxis-)

Esta circunstancia lejos de crear riqueza y mejora en el nivel de vida de


las personas ha sido causa de mayor pobreza y menor desarrollo. (Recuérdese
nuevamente lo dicho por Mises al inicio “la diferencia entre un país rico y uno
pobre estriba en la tasa de capital invertido per cápita”, que se traduce en un
país con fábricas será más rico que un país sin fábricas.)

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