Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Arguye de inconsecuencia el gusto y la censura de los hombres, que en las mujeres acusan lo
que acusan
Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Son los sobrenombres dados a Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida
como Sor Juana Inés de la Cruz (Nacida en San Miguel Nepantla el 12 de Noviembre de
1651. Falleció el 17 de abril de 1695). Escritora Novohispana durante el llamado Siglo de Oro
Español. Escribió lírica, auto sacramental, teatro y prosa. Niña prodigio, aprendió a leer y
escribir a los tres años. Cuando no lograba aprender algo, cortaba su cabello. Debido a su
inteligencia sobresalió en la Corte Virreinal. Aprendió Latín en 20 lecciones y fue examinada
por los sabios de su época. A temprana edad ingresó en la vida religiosa debido a su negativa
al matrimonio y sus deseos de aprender. Primero fue monja de la Orden de las Carmelitas
Descalzas, al no soportar el rigor de la orden, cae enferma y sale del convento para después
profesar por la Orden de San Jerónimo. Contó con importantes mecenas en Los Marqueses de
Mancera y los de Laguna. Dentro de su celda -que era individual y espaciosa- llegó a poseer
más de 4,000 volúmenes, instrumentos musicales, mapas y aparatos de medición y a tener
conocimientos profundos en astronomía, matemáticas, lengua, filosofía, mitología, historia,
teología, música, pintura y cocina, por citar solamente algunas de sus disciplinas favoritas.
Entre los estudiosos de Sor Juana ha habido discusión sobre el presunto feminismo que cierto
sector de la crítica le atribuye a la monja. Los feministas han querido ver, en la redondilla
Hombres necios, auténticos documentos de liberación femenina. La redondilla satírica en
cuestión carece de rastros feministas, ofrece un ataque moral señalando la hipocresía de los
hombres seductores, por lo que no era nada nuevo en la literatura de ésa época. La Respuesta
sólo se limita a exigir el derecho a la educación de la mujer, pero restringiéndose a las
costumbres de la época. No se trata de una crítica directa; es una defensa personal, a su
derecho al saber, al conocimiento, a la natural inclinación por el saber que le otorgó Dios. De
acuerdo a la mayoría de los filólogos, Sor Juana abogó por la igualdad de los sexos y por el
derecho de la mujer a adquirir conocimientos.
Octavio Paz en su obra Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, realiza un mejor
análisis de REDONDILLAS: “El poema fue una ruptura histórica y un comienzo, por primera
vez en la historia de nuestra literatura una mujer habla en nombre propio, defiende a su sexo
y, gracias a su inteligencia, usando las mismas armas que sus detractores, acusa a los hombres
de los mismos vicios que ellos achacan a las mujeres. En esto Sor Juana se adelanta a su
tiempo: no hay nada parecido, en el siglo XVII, en la literatura femenina de Francia, Italia e
Inglaterra”.
Soneto
Rosa divina que en gentil cultura
Sor Juana Inés de la Cruz